victoria…

Ola victoria del más allá, elegile el nombre que quieras. El misil de San Vicente fue para todos , el unánime ídolo de la jornada dominical porque se despojó de su habitual histrionismo para calzarse hasta la piel de su amigo Alex y no tardó nada en convertirse en héroe. No hubo chica que no lo quisiera de novio, ni abuela que no lo deseara de nieto ni madre que no soñara ( perdón Leti…) tenerlo como un hijo. Gastón reforzó la teoría en base a su tremenda capacidad conductiva para llenar de esperanza a la enorme afición cercana al Chuky que lo cargó de pilas para empujarlo al triunfo, para casi obligarlo a ganar esa carrera. Y Gastón hizo lo que sabe; y ganó y festejó y se emocionó y casi se desmayó de tanto apretón; de tener encima toda esa carga emotiva que supuso empujar las ansias de todos lo que se enteraron cual era el objetivo del piloto de San Vicente; Tremendo finde, inolvidable para los que apostaron por él, emocionante por la devoción de los que se rindieron ante tremendo homenaje.

“Me emociona saber que muchísima gente que se acercó, que estuvo en el autódromo, que por ahí no conocía quien era Alex se haya convertido en fan de Alex, de conocer su cara de portar sus banderas y de sacarse fotos con los autos que tenían su imagen. Todo eso fue muy fuerte, para mí inolvidable, nos hicimos muy felices dentro de la tristeza” dijo Gastón.

Terminás de entender el porqué de su calidad humana, que empareja su calidad conductiva. No dejó dudas viste?