PRO EIS

CARTA

PRO EIS ESCRITA POR DANIEL ALAMILLA GIL A LOS JOVENES Y ADOLECENTES, A LOS MONAGUILLOS, Y A TODO EL PUEBLO DE DIOS SOBRE EL VERDADERO ESPIRITU DEL SERVICIO EN LA IGLESIA 1. Dios ha elegido, en el comienzo del tiempo tomo la decisión de crear al universo porque, en el principio el espíritu de Dios aleteaba sobre las superficies de las aguas (Gén 1,1), era una confusión pues la luz que separa el día de la noche no existía, en la actualidad la confusión por las cosas de Dios existe para divagar la verdadera voluntad de Dios, hoy existe una crisis de autoridad y liderazgo en la iglesia y en la sociedad. Nuestros Servidores, Lideres o Superiores no saben mandar. Gobiernan con enojo, con violencia, con orgullo, imponiendo sus reglas, dominando e intimidando a los fieles. Existe mucha controversia en el servicio verdadero a Dios, olvidamos que en el servicio a Dios existe también el servicio al prójimo, pues los servidores de la iglesia existen para alabar a Dios de una manera conjunta y obediente Amando a su prójimo, más que a el mismo.

2. Las interrogantes existen para una solución final y prometedora a las dudas y cuestionamientos existentes sobre el verdadero servicio a Dios, el cual exige al mismo tiempo un servicio fiel y humilde a nuestros semejantes. Pero ¿De dónde proviene este servicio misericordioso? ¿La Misericordia existe para todos? ¿Solo el servidor de la iglesia, puede tener Misericordia? ¿La fe en el servicio a Dios, promueve una humildad desgastante y un amor sin medidas a nuestros prójimos?, existen tantas interrogantes, pero ay una en especial de las cual le quiero hablar, una interrogante que tal vez algunas personas se han preguntado así mismo, ¿Cómo es un Servidor de Dios, de la iglesia?, es complicado expresar ampliamente esta respuesta, pues tal vez surgirán nuevas preguntas, pero es preciso comprender la sencillez que debe de existir en el servicio a Dios y que este a su vez exige un profundo amor de misericordia, desde el corazón, desde el verdadero amor que solo viene de aquel que es la Sabiduría Infinita.

3. El verdadero servicio, al principio la autoridad en la Iglesia era un poder espiritual que provenía naturalmente de los dones del Espíritu en las personas. La cual era una autoridad Carismática. En los hombres santos, de los monasterios o conventos, se percibía una autoridad moral, eran considerados hombres de Dios. Poco a poco los que tenían ese poder carismático fueron ejerciendo naturalmente influencia en la vida social de las personas. De modo que en la antigua Iglesia se entremezcló la autoridad mística y jurídica: “la autoridad, en la antigua Iglesia, es la de los hombres

que son como príncipes en una comunidad enteramente santa, y asistida por el

Espíritu de Dios: jefes tanto más conscientes de su autoridad, cuanto que la entendían como conteniendo el misterio de salvación que Dios quiere realizar en su Iglesia. Querían ser, y sabían que estaban, movidos por el Espíritu, pero sabían también que al mismo tiempo el Espíritu habitaba la comunidad de los cristianos y permanecían, en cuanto al ejercicio de su autoridad, muy unidos a esta” (Congar, Y. El servicio y la pobreza en la Iglesia, Estela, Barcelona, 1964, p.41) 4. El verdadero servicio, ha sido modificado con el paso del tiempo, la verdadera esencia del servidor es creado por sí mismo de acuerdo a sus propias reglas, y con una autoridad imponente, tratando de ser y acercar a los fieles a una comunión plena con el Dios de la vida, es decir, el servidor de la actualidad vive para crear una controversia en la casa de Dios, las malas administraciones causan culpas que pasan de uno en uno sin que exista un culpable para esta, los fieles dan cuenta de las injusticias y las malas órdenes y decisiones de aquellos que tienen un cargo en la Iglesia, pero más aun de aquellos que han alcanzado una postura más elevada en la escala eclesial. El servicio a Dios desde su Iglesia, ha existido como una jerarquía, pero ¿Qué implica formar parte de esta Jerarquía?

En el Mundo de las Jerarquías y la necesidad de la Autoridad.

5. Concebimos el universo como un orden de jerarquías. Jerarquías en el cielo: Divina Voluntad, Tronos, Dominaciones, Potestades… Jerarquías en la tierra, jerarquías en los estados y entre los hombres; Jerarquías en la creación: en los animales, en las plantas, en las piedras… Jerarquías en la Iglesia…

No podemos entonces sino concebir la vida humana y cristiana con estructura jerárquica. Tener jerarquías y formar parte de esta implica orden, solidez, compromiso. La necesidad del servicio a través de una jerarquía en la iglesia implica una necesidad de autoridad, pero no una autoridad dominante impuesta por el propio servidor basándose en sus reglas, la necesidad de esta autoridad en el servicio eclesial está dada por el propio ser que ha hecho esta invitación, pues toda respuesta contesta una interrogante hecha anteriormente. En efecto, Dios es el autor del mundo, de la Iglesia, de nuestras pequeñas comunidades, de la humanidad y por su Divina Sabiduría y por su infinita bondad los conservara y gobernara para su gloria, pues él es la Divina Providencia. Pero no hay que olvidar que la Divina Providencia requiere de nuestra cooperación en sus obras… por eso ha elegido a superiores, servidores y líderes en la iglesia como también ha creado normas y reglas.

6. Esta autoridad es necesaria para el orden correcto de todo, estando bajo trabajo en equipo de otros miembros del pueblo de Dios, los servidores deben de existir para unir a los fieles de la Iglesia bajo las normas y reglas que Dios ha creado, es un hecho que necesitamos líderes, superiores y servidores, pero aún más reglas. No

hay estado, ni condición en el mundo, por profano que sea, que no se conduzca por medio de unas autoridades y por leyes particulares o reglas. Nosotros debemos de amar el orden y odiar el desorden, los superiores y líderes y todas aquellas personas que están en el servicio a Dios y a la Iglesia deben ser reglas vivas para los fieles de toda la Iglesia. La primera y principal autoridad es Jesucristo, nuestra Cabeza, y que la primera y principal regla es “Amanse los unos a los otros, como yo los he amado”, esta ley esta adjunta a la de la caridad que el Espíritu Santo ha impreso en nuestros Corazones.

7. El mismo Espíritu nos manda hacer todo con orden, pero que todo se haga de forma digna y ordenada (1 Cor 14,40). En efecto, Dios no está en el desorden sino en el orden, el mismo Señor Jesucristo nos da ejemplo, pues él se sometió por amor a nosotros a una gran multitud de autoridades, de leyes y de reglas. Las autoridades y servidores de la Iglesia, en pocas ocasiones son personas que realmente viven esta llamada de forma amorosa al Dios de la vida, la Iglesia y el pueblo de Dios necesitan de verdaderos servidores y líderes capaces de unir fielmente al amor Divino de aquel que todo lo puede. Necesariamente tienen que nacer nuevas preguntas, que encausaran al hombre a la búsqueda de respuestas para cumplir la Divina Voluntad, por tanto, es necesario y de gran ventaja vivir en una comunidad con reglas y autoridades legítimas con corazón servicial, porque siendo obedientes a ellas, por amor a Dios, estamos seguros de cumplir la Divina Voluntad. En efecto, si la Divina Voluntad es nuestro fin y nuestro centro, entonces necesariamente nuestra salvación, nuestra perfección, nuestro reposo y soberano bien consiste en hacer siempre y en todas partes la Voluntad de Dios.

8. Por tanto, un servidor y líder es un hermano que está a la cabeza de una comunidad de hermanos y que al mismo tiempo presta un servicio humilde que ha sido otorgado fielmente, este a su vez tiene que ser una representación viva de Jesucristo pastor de la Iglesia, caminar junto a él, dando fiel testimonio de palabra y con sus propias obras que realmente es elegido por Dios. Los servidores son pues hermanos que animan a los demás hermanos a cumplir siempre y en todo la Voluntad de Dios.

9. Es necesario que los servidores y líderes de la Iglesia recuperen la autoridad espiritual, la autoridad moral, que pidan al Espíritu Santo la autoridad carismática y el servicio humilde. Pues la verdadera autoridad y el verdadero servicio es Espiritual y Moral. Recordemos que, “en la fe, don de Dios, virtud sobrenatural infusa por él,

reconocemos que se nos ha dado un gran Amor, que se nos ha dirigido una Palabra buena, y que, si acogemos esta Palabra, que es Jesucristo, Palabra encarnada, el

Espíritu Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro, y da alas a nuestra esperanza para recorrerlo con alegría”.1 Divina Voluntad; Nuestra Superiora Principal 10. La necesidad de nuevos servidores y líderes entregados al amor profundo, en la misericordia, en la actualidad juega uno de los papeles importantes en la Iglesia, los jóvenes se alejan de Dios, escondiéndose de los grandes cargos y la responsabilidad que estos conllevan, la falta de servidores es una de las grandes carencias de la Iglesia, la falta de formación en los mismo es careciente de nuevas ideas y estrategias, basando en los que se necesita olvidamos que estos servicios eclesiales requieren de una profunda misericordia, espiritual y humana, los enfermos son olvidados y los niños son alejados cada vez más por la falta de formación en las personas líderes de grupos y movimientos en la iglesia. Por tanto, ¿Cómo sabemos si estamos en el camino correcto? ¿Cumplimos la Voluntad de Dios? ¿Está presente Dios en mi servicio? Pero lo más importante en el cumplimiento de un servicio eclesial es tener en bien definida que el la Divina Voluntad. Pues esta nos responderá ampliamente las interrogantes anteriores y las que puedan surgir más adelante.

11. La Divina Voluntad es el principio, fin y centro de todas las cosas; es todo

poderosa, sabia y buena; es quien dispone todas las cosas que nos suceden; es infinitamente adorable y amable en todas sus órdenes, porque proceden siempre de una perfectísima caridad hacia nosotros, que no hace nada sino por nuestro bien y de la manera más excelente que se pueda desear. El hijo de Dios no ha hecho jamás su voluntad sino la de su Padre y se ha sometido enteramente a sus órdenes y reglas que le han prescrito, aunque rigurosas y difíciles. La Santísima Virgen María y todos los Santos ha caminado por el mismo camino.

12. He decidido dividir este documento en Dos partes, la segunda parte incluirá este documento y algunas aportaciones que el Señor me ilumine, deseo ampliamente que este documento sea de gran utilidad para aquellos que desean o desempeñan un servicio en la Iglesia, a todos los líderes de grupos y en causantes de movimientos eclesiales. Empezare a escribir la terminación de este documento. Doy Gracias a Dios por la vida, esperando que este en su corazón para realizar siempre su Divina Voluntad.

Terminado de escribirse el día 22 de Diciembre del 2015 Año Jubilar de la Misericordia ADAUGE NOBIS FIDEM 1

Encíclica Lumen Fidei (7), SS Francisco.