5. Relación Tecnológica entre Luz y Arquitectura—Revisión Histórica
Los principios para una teoría de planificación, que se ajusta más a la iluminación arquitectónica y sus necesidades, se formarán a principios del siglo XX dentro del marco de la luminotecnia, recogiendo influencias de la iluminación escénica. Joachim Teichmüller —el fundador del primer instituto alemán de luminotecnia— definió el concepto de la iluminación arquitectónica como una arquitectura que entiende la luz como material de construcción, incluyéndolo conscientemente en toda la configuración arquitectónica. También hace referencia a que la luz artificial puede superar a la luz diurna en la iluminación arquitectónica, si se diferencian y utilizan conscientemente sus posibilidades. Para la arquitectura siempre fueron conocidos los efectos de la luz sobre formas estructuradas procedentes de la iluminación diurna, así como el significado del juego entre luz y sombra. Con la creación de fuentes de luz eficaces, se añaden a estos conocimientos en la técnica de luz diurna las posibilidades de la luz artificial. Si Le Corbusier denominaba a la arquitectura como «el sabio, adecuado y maravilloso juego de los cuerpos en la luz», esto ya no sólo se refiere a la luz solar, sino que también incluye el espacio interior iluminado artificialmente. De este nuevo conocimiento sobre la luz, queda especialmente afectado el significado de las grandes superficies de ventanas en la arquitectura de acristalamientos, que no sólo representan la apertura para facilitar la penetración de la luz diurna, sino que determinan el efecto nocturno de la arquitectura artificialmente iluminada. Sobre todo por parte de los arquitectos «amantes del vidrio» quienes consideran el edificio como una figura cristalina y luminiscente. Tal como dijera Paul Scheerbart, en su ensayo de 1914: Con el fin de elevar nuestra cultura a un nivel superior, estamos obligados, nos guste o no, a cambiar nuestra arquitectura. Y esto será posible sólo si liberamos las habitaciones en que vivimos de su carácter de clausura. Esto sin embargo, sólo podremos hacerlo, introduciendo una arquitectura de vidrio que admita la luz del sol, de la luna y de las estrellas, no solamente a través de unas pocas ventanas, sino a través de tantas paredes como sea posible, las cuales se compondrán enteramente de vidrio de color. 19 La luminotecnia va claramente más allá de una simple creación de iluminancias, incluye las estructuras de la arquitectura iluminada en sus reflexiones. A pesar de ello, también este comienzo se queda aún atrás, debido a que el edificio se considera sólo como una totalidad, sobre todo si se mira como una vista exterior nocturna, donde se sigue ignorando al hombre observador en el interior del edificio. Para llegar hasta los conceptos trascendentes de la iluminación arquitectónica, además de la luz y la arquitectura, se debe considerar también al hombre como tercer factor en el triángulo de actividad de la iluminación. Iniciativas hacia este reconocimiento procederán desde de la psicología perceptiva. A diferencia de lo que ocurre en la investigación fisiológica, aquí no sólo se pregunta por el ojo, sino que el centro se encuentra más bien el hombre perceptivo, la idea de cómo se compone concretamente la realidad percibida en el proceso de la visión. En este trasfondo la iluminación recibe un significado totalmente nuevo. La luz no es ya sólo una fuerza prácticamente fototécnica, sino que se convierte también en un factor decisivo para nuestra percepción. Además determina, como condición de percepción central, con qué prioridad y de qué modo se observan los diferentes objetos de nuestro entorno visual.
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Paul Scheerbart, Glasarchitektur. Berlin, Verlag der Sturm, 1914.
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