Especies, Evolución de una identidad

Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño Santiago, Chile 2021

ESPECIES EVOLUCIÓN DE UNA IDENTIDAD

Daniela Canessa Reyes

Memoria para optar al título de Artista Visual Profesor guía: Camilo Yáñez

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ESPECIES

EVOLUCIÓN DE UNA IDENTIDAD

DANIELA CANESSA REYES

Memoria para optar al titulo de Artista Visual Profesor guía: Camilo Yáñez

FACULTAD DE ARQUITECTURA, ARTE Y DISEÑO Santiago, Chile 2021

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Dedico esta memoria a mi familia, quienes me alentaron a ser fiel a lo que me gusta y me apasiona. Sobre todo a mis padres, su apoyo fue la base de todo y mi motivación para seguir adelante.

A mis amigos, por nunca dudar de mi y siempre apoyarme en mis obras. Aunque no entiendan el arte, son el mejor apoyo. Ellos me inspiran a seguir mejorando.

A mi Scout, por darme los espacios necesarios y ese descanso emocional y espiritual que fue de gran ayuda para pasar los malos momentos.

Ellos me dieron la fuerza que me faltaba.

DEDICATORIA

A todos mis profesores, tanto del colegio como los de carrera, que hicieron un cambio en mi. Ustedes me indicaron el camino que quiero lograr en mi vida.

También está dedicada aquellos profesores de carrera que no creyeron en mí y que dijeron que no iba a llegar a ninguna parte. Gracias a ustedes, puedo superar cualquier problema.

Por último, esta memoria está dedicada a una persona que fue el motor principal.

En memoria de Josefa Zuñiga, amiga quien me hizo reflexionar sobre mi obra y me hizo cuestionarme muchas cosas.

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Resumen.................................................................. Pag.10 I Bordado................................................................ Pag.12 El bordado y la herencia...............................................Pag.14 Las hojas como superficies de experimentación............. Pag.25 La herida, el fulgor de la vida........................... Pag.31

ÍNDICE

Breve historia del bordado................................ Pag.63 Especies a punto de ser nombradas......................... Pag.77 Dibujar bordando.......................................... Pag.100 II Bordado................................................ Pag.118 Conclusíon................................................ Pag.162 Bibliografía.............................................. Pag.166

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Esta memoria incluye un proceso de obra que recoje las primeras piezas hecha con el bordado y en la evolucion constante de mi arte.

Incluyendo mis reflexiones, dudas, experimentos, lecturas y estudios sobre los temas que trabajo; la botanica, la herencia familiar, mi cuerpo, el tiempo y el bordado.

RESUMEN

Estos temas fueron encontrandose unos con otros para dar paso a nuevas creaciones. Nuevas formas que dan entender mi pasado y que ayudan a entenderme mejor y a la vez, me hacen cuestionarlo todo. Son momentos, son personas, son vivencias, son emociones y son lo unico mio que dejo en vida.

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I BORDADO

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El bordado y la herencia

El inicio de mis obras vinculadas al acto de bordar tiene que ver con el hallazgo de bordados de mi familia, los cuales se encontraban en la bodega de mi hogar.

Bordados de punto cruz de paisajes y retratos que hacía mi madre y mi abuela.

Aquellos bordados me hicieron sentido, adentrándome más en esta técnica que, con la práctica y el tiempo, he descubierto que me trae un estado de paz y tranquilidad, a direfencia de otros materiales que no me producían aquellas sensaciones.

Apenas empecé a realizar mis bordados, me di cuenta que, a diferencia de mi mamá y mi abuela, yo no sigo patrones. El bordado tiene pasos a seguir, una manera bien sistemática al momento de realizar telares. Como lo es el punto cruz.

Retrato en punto cruz hecho por mi madre

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Sin embargo, en mi trabajo se incorpora el azar, lo que para el bordado significa romper con su función imitativa y sistemática, lo que incorporó al conjunto de herramientas de expresión disponibles al artista. Lo anterior tiene la particularidad que solo rompe con el patrón y no corta la “hebra” que une mi trabajo con la tradición familiar. De esta manera realicé varias obras, en la cual tenía esta libertad en el bordado.

En mi exploración, el bordado permite a mi trabajo mantener lazos con una tradición fuera del arte y a la vez rompe con un aspecto de ella para poder dialogar con el arte, aunque sea desde una periferia. Descubrí que no hay límites en cuanto a las superficies que se pueden bordar y que no hay un sistema definido. El bordado es libre, al igual que su exploración en distintas superficies.

Paisaje en punto cruz hecho por mi abuela

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Serie de 3 Bastidores, 2017 Látex, diluyente e hilos 1.5mx2m

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Las hojas como superficies de experimentación

En la búsqueda de nuevas superficies, llego al ejercicio de buscar una definición de “consciencia”. Imagino las hojas de los árboles como una manera de representar la consciencia y utilizo el bordado como los distintos cambios que esta presenta. Hay una contemplación de la naturaleza, junto al ver como caen las hojas y quedan inmóviles en el suelo. Veo estas hojas como cuerpos sin identidad que fueron desprendidos de su origen.

El ejercicio de definir para mi misma una noción de consciencia junto con el azar, que significa: “Sin una intención o un propósito determinado”, me permite buscar “cuerpos” que quieran ser nombrados bajo un acto fino como el bordado.

Apuntes de Bitacora

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Aquellos cuerpos encontrados y elegidos, como las hojas en tanto cuerpos propios de la naturaleza, renacen como nuevas especies.

Eso considero un estado de consciencia: “conocimiento que el ser tiene de su propia existencia y de su entorno”. -David J. Chalmers. (1966).

La mente consciente: en busca de una Teoría Fundamental.

Las hojas de diferentes especies vegetales son objetos hallados, ya sea en el suelo o cuando aún están firmes en el árbol. El proceso de la obra parte en la mirada que realiza ese hallazgo, que las selecciona al azar.

Estas son tocadas, vistas y analizadas. Hay una ponderación de la forma, el tamaño, el grosor, el color, su esqueleto, de su textura áspera, lisa, con espinas o con manchas. El cuerpo de la hoja es ponderado tanto en su completitud como en su quiebre, su fractura.

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Cada hoja es sometida a distintos procesos de conservación según su estado y naturaleza.

Algunas necesitan ser aplastadas por un libro -las hojas de un libro ayudan a mantener la hoja rígida y absorben su humedad-; otras, dependiendo del grosor, requieren ser plancharlas o bañarlas en glicerina para que se vuelvan más flexibles. Este último es un proceso que mancha a la hoja y la oscurece.

Algunas no sufren cambios visibles en la conservación, pero otras asumen una transformación, se van adaptando a un nuevo estado o forma, como si cada una eligiera un camino y cobrará vida, incluso antes de ser intervenidas con el bordado.

Un cambio, una forma, un estado particular es asumido por cada hoja. Parte de este proceso consiste en la intervención de cada especie mediante el bordado. La conservación es continua, pues cuida la materialidad de la hoja inicial y mantiene el cuerpo de la hoja intervenida con el bordado.

Es más, el bordado en sí mismo es parte de una observación, pues los cambios del cuerpo de la hoja son los que guían la particularidad de cada bordado.

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La herida, el fulgor de la vida.

Las heridas significan para mi, lo nuevo en la piel.

Como el lugar donde entra la luz. El mundo nos llena de fisuras y es allí donde reside, para nosotros, un sin fin de posibilidades. La cicatriz se convierte en una ocasión para enfrentarnos al mundo.

En mi obra, el bordado ayuda a la botánica a mantener esa herida abierta. Pablo Oyarzún en su texto “Tesis breves sobre el arte”, habla sobre la obra de arte como una experiencia que inscribe en el espacio-tiempo arrebatado. El arte, mediante la pertenencia restituye un presente arrebatado. Un presente con una herida que abre y no vuelve abrirse. Aquello, Oyarzun lo asocia con la palabra Dehiscencia.

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En la medicina, la “dehiscencia” significa la persistencia de una enfermedad y muerte, una connotación dolorosa y de vulnerabilidad.

Nosotros podemos asociarlo a la “herida, la no continuidad de la piel”. Aquel espacio entre carnes que, aunque la herida sea pequeña, no se quiebra, pero si permite que afloren nuevos sentidos.

En nuestra piel, la herida toma forma y un color distinto. Se logra mantener en el tiempo y cicatriza.

Las heridas significan para mi, lo nuevo en la piel. Como el lugar donde entra la luz.

En lo personal, siempre me han llamado la atención las cicatrices por su color, forma y en cómo quedan grabadas en la piel. Es por eso que el hilo bordado en la hoja, asemeja aquella cicatriz que yace en la piel. Las cicatrices son la forma que tiene la piel de “repararse” después de sufrir una herida. Forman parte de la vida.

Por otro lado, en botánica, la “dehiscencia” se refiere a las vainas que contienen las semillas. Ya no es la muerte acechando, sino la reproducción de la vida fértil. En ese sentido, no es la herida normal, no es una zona vulnerable por donde se cuele la muerte, no expone la obra a la contaminación, sino que es un umbral desde el cual salen nuevos sentidos.

En la lámina de la hoja, queda esa herida que da vida a lo nuevo

Apuntes de Bitacora

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Sin embargo, me surgen preguntas sobre la hoja como un ser que está a punto de ser transformado. Será cambiado mediante mis propias manos que controlan cada corte y cada bordado, aludiendo a una operación. Pero me dedico a observar aquel cuerpo vegetal y bajo una serie de deducciones; logro visualizar el cambio y el tipo de bordado que puedo hacerle.

- Cuando una hoja se desprende de un árbol ¿deja una herida? ¿hay dolor en la muerte de una hoja? ¿cuando la hoja revive? ¿en la caída silenciosa de la rama al suelo hay una contemplación de un miembro muerto? ¿es la rama y la hoja dos mitades de una herida que no cicatriza? ¿es el silencio la ausencia total de sonido? ¿las hojas caen silenciosas al suelo cuando su ciclo está por terminar? ¿será realmente silencioso o sólo lo es para quien no las escucha?, quizás toda hoja es una cesura, un corte, herida que no cicatriza.

Estas hojas bordadas son creaciones que no pertenecerán al lenguaje adánico (La lengua adámica sería la protolengua hipotética hablada por Adán, con la que dio nombres a los animales que el creador le iba presentando).

Este bordado, ejecutado por una mujer, permite crear con el lenguaje. La mujer propone. La mujer dispone.

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Breve historia del bordado

La historia de la mujer en el bordado viene desde la época victoriana. El bordado como una labor estética “de bien” en el que se las consideraba un elemento puramente decorativo y no como arte.

El bordado como artesanía, sin valor intelectual ni profesional, de un ámbito privado y doméstico.

Se tiene registro que Mesoamérica fue una de las zonas que más desarrolló esta actividad. El bordado era una actividad realizada por mujeres de todas las clases sociales, las cuales elaboraban telas como parte de tradiciones.

En Perú, en la tribu de los Shipibo, sus bordados son el reflejo en tela de los ícaros (canciones) que los chamanes utilizan en las ceremonias. Solo las personas de las tribus pueden leer el telar y cantarla. [Imagen de arriba:

http://www.onirogenia.com/arte/arte-shipibo-y-la-matematica/]

En Guatemala existían prendas bordadas llamadas, “telares de cintura”. Eran bordados que engalanan sus cuerpos para días festivos y ceremonias. Sus creaciones hablan de sus vidas, destinos y sueños. De ahí que no sólo tengan un valor estético, sino que cada una carga el valor y la historia de cada mujer. Cada una borda tan diferente como la letra con la que escribimos.

[Imagen de abajo: https://molycata.com/historia-tejido-y-telar-decintura/ ]

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Hoy en día, más que una técnica femenina, es considerada una herramienta feminista. Ya que las herramientas que se usan, eran las mismas que habían sido diseñadas para mantener a las mujeres al margen de la intelectualidad, del poder y del conocimiento: el hilo, la tela, las agujas. El bordado ya no es un instrumento de subordinación, su uso y su significado ya no representa los valores tradicionales asociados a las mujeres. Esto se ha dado sobre todo en el campo del arte.

Las artistas no cosen para los demás con una finalidad doméstica. Cosen como medio de expresión, como protesta y, sobre todo, cosen para sí mismas. Los motivos son muchos y diferentes, pero todas coinciden en el uso de la técnica, aquello no es un fenómeno local sino global.

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Sin embargo hay mujeres que lograron salir de ese esquema, como lo es Eliza Bennett (Inglaterra, 1980), quien en su obra: A woman’s work is never done, cose su propia mano para reivindicar el trabajo manual de las mujeres y el desgaste que sufre su cuerpo. Con ello pretende poner en duda la idea de que el trabajo que realizan las mujeres es fácil, a diferencia del trabajo duro que realizan los hombres.

Por otro lado; Ana Teresa Barboza (Perú, quien usa la representación de su propio como ejes centrales de su obra. Su obra: hace un paralelismo entre las entrañas y de hilos.

1981) cuerpo Bordados, la maraña

Es el mismo feminismo quien se apodera del bordado, donde se acepta el cuerpo como material de liberación, impenetrable, pero en interacción con otros cuerpos. Ya no es el hombre quien le otorga una identidad, sino que es mediante el acto femenino/feminista, como el que yo misma le entrego a las hojas.

Primera imagen sacada en: https://www.designboom.com/ art/eliza-bennett-embroiders-a-self-inflicted-sculptureinto-her-flesh-12-27-2013/

Segunda imagen sacada en:

teresa-barboza/

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https://pousta.com/ana-

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Especies a punto de ser nombradas Licenciatura 2018 Hojas de XX ESPECIES VEGETALES DIFERENTES, bordadas, cada una en una caja de hojalata impresa (medidas variables).

Dibujos en grafito, AxB cm.

En esta obra, cada hoja vive una acción distinta. Ninguna es igual a la otra. Es por esto que la conservación, el bordado y la observación son parte de un proceso integral y continuo que concluye en la formulación de una pregunta.

La relación única de cambio, intervención y observación se condensa en una pregunta.

Cada caja contenedora, por lo tanto, tiene su pregunta individual. Pero aquí es importante señalar que la voz desde donde se formula la pregunta es la voz imaginada del vegetal, del cuerpo de la hoja ya intervenida. Este cuerpo es un tercer cuerpo, un Prometeo, que en la pregunta logra sacar una voz. El ejercicio de observación, por lo tanto, no es un proceso científico, sino un ejercicio intenso de empatía, de escuchar más allá del silencio, hasta permitir que surja la pregunta de ese cuerpo.

En la realización de las preguntas, vuelvo al ejercicio de observar y analizar cada cuerpo vegetal, como si en ese gesto pudiera escuchar la pregunta mediante al cambio físico que se realizó sobre las hojas. Aquellas preguntas iban relacionadas al tipo de operación realizada en el cuerpo vegetal y al tipo de bordado realizado.

Estos cuerpos nuevos nacen al mundo, al nuestro, mediante su pregunta. La voz vegetal nos interpela, hablan desde el intersticio. Sus preguntas nacen desde ese entremedio, desde la costura, desde la puntada del bordado.

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Mediante el ejercicio de escuchar los cuerpos vegetales y realizar cada pregunta, se me hacía inevitable responderlas.

Sin embargo, aquellas preguntas no tenían respuestas, sólo por el hecho de que yo no sabía la respuesta. Esta constante interacción con los cuerpos vegetales, me hacían sentido como para seguir observando y analizando.

Era mi manera de escucharlas y seguir con el proceso de obra. Llegué a un punto en que, ya no era un ejercicio de definir la “consciencia”, sino era mi proceso de seguir evolucionando como persona, junto a estos cuerpos vegetales.

Aquel proceso de crecimiento se sentía como un juego de empatía hacia estos seres que estaban cobrando vida. Me nacía una necesidad de querer dibujarlas, imaginando cómo quedarían estos seres con el paso del tiempo y con sus heridas sanadas. También era un acto de responder aquellas preguntas.

Cada caja que conserva una hoja intervenida va acompañada de un dibujo 1:1 en grafito. Las heridas de la hoja, sus puntadas en el bordado no sanan, son una especie de abertura, desde la que puede formular la pregunta. Hablan desde la herida. El proceso de observación es una forma de escuchar la pregunta, el dibujo es a su vez, una forma de prolongar esa pregunta. El texto impreso en la hojalata es la voz vegetal, el dibujo es el lenguaje de la autora de la obra.

La pregunta interpela a la audiencia, el dibujo busca ahondar esa pregunta, en un diálogo que intenta habitar la pregunta.

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Después de la Licenciatura, mi interés se va hacia la botánica, queriendo aprender más sobre la variedad de plantas que existen en el país, sobre nomenclaturas, la diferencia entre las especies, su procedencia y el propósito que cumplen en nuestro territorio. Mi intención era buscar alguna identidad que pueda otorgarles a los seres vegetales intervenidos con el bordado, queriendo darles un nombre, una nacionalidad, una identidad, o un propósito de su existencia. Viajando a distintas reservas biológicas del país en la busqueda de nuevas especies. También mi interés se concentra en la ilustración botánica, tomando cursos para especializarme y queriendo sumarle distintas técnicas de ilustración a estos cuerpos vegetales.

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Apuntes del libro “Flora, Reserva Biológica Huilo Huilo, Guía para la identificación de las especies.

Por Sebastian Teiller, Alicia Marticorena, Jorge Macaya, Catherine Bonnemaison y Javiera Delaunoy.

Vol.I, II y III“

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Dibujar bordando.

Sin embargo, aquella búsqueda de identidad que le quiero dar a estas especies bordadas, no es más que la observación y análisis individual de cada una. Hasta el momento me he enfocado por cada una y no en el total de la obra.

Si hago el mismo ejercicio de observar y analizar la obra completa con todo lo que se mostró en la licenciatura; texto de defensa, cuerpo vegetal, pregunta y dibujo, me llega la pregunta:

- ¿Cómo se define mi obra? ¿Son solo los conceptos en los que trabajo? ¿serán solo los materiales o se define por la operación que realizo?

Es por esto que el texto de mi Licenciatura se ve modificado para explorar más allá de mi obra.

Antes de llegar a la respuesta del primer ejercicio, realizo otro en donde borro de mi texto palabras claves como: hojas, bordado, dibujo y pregunta. ¿Qué queda de mi trabajo sin esas palabras?. Al finalizar de leerlo quedo con la duda de ¿Cómo seguir si no es a través del bordado? Pensando que tal vez la única que reemplaza la operación del bordado es el dibujo.

Pero a su vez, la palabra dibujo queda censurada.

Vuelvo a la misma duda. ¿Cómo dibujo de otra manera? ¿Cómo bordar de otra manera?.

Llego a la respuesta que me hace más sentido, y es que el bordado es otra manera de dibujar, es otra forma del dibujo, por lo cual para mi son un ciclo eterno.

Mi manera de dibujar es bordando.

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Volviendo al primer ejercicio, en el cual borro las palabras que aparecen de manera insistente en mis textos, y que tienen que ver con naturaleza, vuelvo a leer el texto. Se puede entender que la operación que realizo en las hojas, se puede aplicar a cualquier material, y no solo a las hojas.

La contingencia que estamos viviendo apresuró ese descubrimiento. El hecho de no poder salir, significa no poder buscar estos materiales que definen mi obra. Aquellas hojas ya no puedo seleccionarlas y analizarlas. Es por esto que la exploración y la observación parten en el interior de mi hogar, buscando aquellos materiales que pueden ser intervenidos con el bordado.

En esta búsqueda de materiales logro encontrar elementos que se asemejan al mismo proceso que hacía con las hojas seleccionadas:

- “El proceso de la obra parte en la mirada que realiza ese hallazgo, que las selecciona al azar. Son tocadas, vistas y analizadas. Hay una ponderación de la forma, el tamaño… “.

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Aquellos materiales son orgánicos; como las cáscaras de zanahoria o las capas que tiene una cebolla. Pero el material que más se asemeja es el diario y las revistas que se encuentran en mi hogar. Con el mismo proceso, voy encontrando palabras que me llaman la atención, las selecciono y las desprendo de su origen, cortándolas y guardándolas.

Estas palabras las voy bordando con distintos elementos hallados en mi hogar. Allí nacen nuevas figuras que juegan constantemente entre la relación de palabra – imagen, provocando nuevos pensamientos tanto para la palabra como para el objeto: Palabras y objetos modificados por mi operación.

El espectador juega con la deducción de algunos objetos con su palabra bordada. Algunos cumplen con esa relación, volviéndolas más predecibles, otros son más misteriosos. Por lo tanto, siento que en los objetos modificados donde no hay relación explícita entre la palabra y la cosa, son los más interesantes, tiene menos sentido y por eso invitan a buscarlo.

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Continuando con este pensamiento ficticio de que las hojas cobran vida y se transforman para renacer en este mundo, es que suelo cuestionar las acciones que definen mi manera de hacer arte, de cómo voy dejando huella con mis obras.

Constantemente me preguntaba sobre los futuros pasos a seguir:

¿Cómo sigo evolucionando? Aunque también me cuestiono, ¿Tiene que seguir evolucionando? ¿Para qué? ¿Por qué?.

Si bien son preguntas que no quiero responder, es simplemente porque aún me queda por explorar y aprender. Creo que nunca serán respondidas, ya que siempre estaré con esta necesidad de querer evolucionar, aprender más y cambiar.

Creo que me cuestiono más el ¿cuando todo termina?. Si bien la hoja tiene su inicio y su fin, pero al ser intervenida su tiempo queda congelado, sin término.

EVOLUCIONA PARA NO MORIR NUNCA. El cuerpo vegetal se transforma/evoluciona* para no terminar su ciclo natural. (*) Son mis manos las que les impiden de continuar con su transformación/evolución.

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Con los objetos también tiene su ciclo, es distinto pero similar. Duran hasta que pierden su uso o propósito. Algunos son eternos, pero al sacarlos de su uso diario y juntarlos con las palabras, evolucionan con otro propósito.

El pie forzado está en el contexto (Pandemia).

Debido a que no podía salir, no podía explorar y analizar las hojas; que para mi no era simplemente traer las que están afuera de mi casa. Era ir y caminar, observar, tocarlas y extraerlas. >ACCIONES ESENCIALES.

CAMINAR, OBSERVAR, TOCARLAS, EXTRAERLAS: Acciones que podía replicar con los objetos hallados en mi hogar y en las palabras encontradas en los diarios. Aquella unión, era gratificante para mi al terminarlas. Porque una vez juntas el espectador era quien formaba esa conexión de palabra-objeto. Con las hojas, eran ella las que me hablaban, pero aquí con los objetos, era el espectador quien me hablaba.

Una vez pasado esto, los objetos y las hojas toman vida.

Por eso ahora me pregunto SI NACEN DE ESTA MANERA ¿CÓMO MUEREN?

Antes de responder eso, es importante explicar tres sucesos importantes en este análisis de obra.

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II BORDADO

Tres sucesos claves

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En primer lugar, analizando desde bien atrás, ¿Por qué quiero que las cosas nazcan? ¿Por qué tienen que nacer? ¿Por qué siento que tienen que nacer?.

Estas preguntas solo las puedo asociar a un sueño ocurrido en el 2017, en el cual me afectó mucho emocionalmente. Jamás había vivido algo por el estilo, por lo me marcó un antes y un después.

“Mi sueño parte en donde vuelvo de un viaje largo, no sé dónde o por cuánto tiempo me fuí. Solo sé que tenía unos 30 años y veía a mis hermanos más grandes y a mis padres más canosos. Sentía que hace tiempo no los veía.

Al abrazarlos noto que todos estaban inquietos y con caras de preocupación. Cuando pregunto “¿qué pasa?”, mi mamá me toma de las manos y me dice “¿te acuerdas que antes de tu viaje, te sentías mal y te desmayaste?”, “si, me acuerdo. Desperté en el hospital sin cachar nada, ¿por?” le respondí.

En eso ella entra a una pieza y sale con una niña de dos años aproximadamente. Me mira y dice “Toma, ella es tu hija”. Me la pasa y yo tratando de comprender, rompo en llantos y la recibo, la abrazo fuerte y lo único que decía era “gracias, es hermosa”. Como si fuera un regalo. Recuerdo llorar mucho rato y abrazándola fuertemente. La miraba y sentía que un vacío se llenaba. Sentía que todo tenía sentido al tenerla en brazos. Sentía que todos mis problemas se fueron y que tenía un propósito. No me cabía duda que era mi hija, era igual a mí. Recuerdo muy bien como estaba vestida y los pinches que utilizaba en su pelo cortito. En seguida pasan escenas rápidas en donde yo comparto con ella y la veo crecer.

Todas son alegres y hermosas; las dos solas comiendo helado, yo peinándola, jugando, paseando, etc. Eran muchas escenas que tenía con ella.”

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Todo cambia cuando despierto. Me despierto de golpe y llorando y buscándola en mi cama. Me desesperé al darme cuenta de que todo era un sueño. Las lágrimas no dejaban de salir y seguía con la angustia de que la había dejado sola.

Estuve semanas con la angustia de que ella estaba en alguna parte. Que me necesitaba. Cada vez que le contaba a alguien de mi sueño, lloraba y era inevitable y desgarrador. Me dolía recordar aquel sueño.

Mucho tiempo estuve buscando una respuesta a lo que sentía, pero nunca he podido calmar esta inquietud que me dejó ese sueño. Aún siento que ella está ahí, llamándome, que está sola. Mis preguntas eran ¿Dónde está? ¿Cómo la busco? ¿Dónde la busco? Nadie tiene la respuesta.

Al año después tuve una depresión leve, en la cual le conté a mi psicólogo de aquel sueño. Me dijo que esa niña era yo. Que me sentía sola porque había abandonado una parte de mí. Puede que él tenga razón en que ella era la representación de mi misma. Pero aun así, aquella teoría, no me la creía, no me convencía de que era yo.

En mi interior sigo sintiendo que debo encontrarla. ¿Tal vez encontrarme a mi misma? ¿los cuerpos vegetales bordados llenan ese vacío en mí?.

Siento que este punto es clave para querer responder la primera pregunta que hice. ¿POR QUÉ TIENEN QUE NACER?

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Porque constantemente e inconscientemente estoy buscándola. Por alguna razón, me perdí su nacimiento y los primeros años y no quiero perderme otro nacimiento. Estos cuerpos vegetales vienen siendo lo único en la cual nacen a través de mis manos y viven a través de la pregunta que cada una se hace.

Siento que por fin puedo saber el porqué hago estas acciones. Porque sigo en aquella búsqueda, en encontrar esa sensación que llenaba mi vacío en el sueño.

ESTOS CUERPOS VEGETALES Y OBJETOS ME AYUDAN CON LA ANGUSTIA DE AQUELLA BÚSQUEDA.

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El segundo suceso, ocurrió el 8 de marzo del 2020. Día en el que muere una amiga cercana. Era una buena amiga, joven, mamá de un niño de dos años, estudiosa en el colegio, a punto de titularse como Abogada. Su muerte fue dolorosa y me costó aceptarla. Justo una semana después vino la cuarentena y el dolor después de su muerte fue lo peor. La cuarentena no ayudó a que el tiempo alivianara las cosas. Solo estiró el dolor como un chicle. Debido al encierro, lo único que tenía en mí para sacarme algo de encima, era mi pelo. Me lo corté a principios de junio. Siempre que me pasaba algo, hacía un cambio en mi cabeza. Mucha gente lo hace, para cambiar, finalizar o comenzar un ciclo nuevo.

Corté mi pelo por muchas razones, pero la más significativa, fue por la pérdida de una amiga.

Su muerte me dejó muchas preguntas:

¿Qué dejó en vida? ¿si muero ahora, qué queda de mí? ¿Podré dejar algo? Mi amiga tuvo un hijo ¿Yo tengo mis obras? ¿Son mis obras, lo único que dejó después de mi muerte?

Estoy conciente que cuando uno muere, lo que sigue creciendo son las uñas y el pelo.

Encuentro interesante que el pelo siga creciendo una vez que ya no estás en este mundo.

La muerte la veía como si estuviera a la vuelta de la esquina, que en cualquier momento llega y de la manera menos esperada. Sentía que mis obras no eran lo suficiente, aun sentía que debía dejar más.

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Es por eso que el pelo que me corte en junio lo guardé y las veces anteriores también guardaba mi pelo o iba juntando todos los mechones que se iban acumulando en el peine. Todo ese pelo, de épocas distintas, son lo único mío que se desprende de mi cuerpo de manera física y emocionalmente. Aparte de contener toda mi información (ADN), contiene esas emociones que fueron desprendidas en el momento.

Entendí que mi pelo es lo único mío físico y emocional que queda después de mi muerte.

Comprendo que el pelo tiene su significado y es distinto en cada cultura. Las mujeres Musulmanas cubren su pelo por el coran, ya que el velo protege a la mujer de las miradas de la gente vulgar. En África, las mujeres con pelo largo estan relacionadas a la buena salud. Podría nombrar todas las culturas, pero siento que está en la memoria colectiva de la gente, que el pelo es sagrado. Sea largo, corto, teñido, bien cuidado o no; es personal.

Recordé la primera vez que me corté el pelo muy corto, recuerdo que me salió una lagrima y me pregunte “¿Por qué lloro?”. Me di cuenta que no era la única y mucha gente llora o se emociona.

Todos tenemos emociones que no botamos cuando se debe y se desprenden de nosotros cuando una parte se libera. Encuentro que es muy poético como el cuerpo nos dice cuándo liberar aquellas emociones. En junio, minutos antes de cortarlo, lloré y esta vez sabía perfectamente el porqué.

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Lloro por el encierro Lloro por la muerte Lloro porque tengo miedo Lloro por la búsqueda Lloro por mi vacío Lloro por la incertidumbre Lloro por la desesperación AL CORTARME EL PELO SONRÍO Y ES PORQUE TODO ESO SE FUÉ, SE DESLIGA DE MI Y AFLORAN NUEVAS SENSACIONES.

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DEJAR IR Daniela Canessa Reyes 8 minutos 15 de diciembre 2020 https://www.youtube.com/watch?v=2x5DUOTQtzY&feature=youtu.be

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El tercer suceso, tiene que ver con mi familia.

Viene desde muy chica por querer realizar mi árbol genealógico. En el 2019 muere mi abuelo paterno y desde entonces he estado buscando historias de su pasado. Él no fué un padre presente, no fué buen esposo, pero ante mis ojos, si fué buen abuelo.

Tras su muerte, me surgieron muchas ansías de saber como fué él. Poco a poco, escuchando a mi abuela, a mi padre, a mis tíos, entendía las indiferencias y el odio. Se me hacía difícil odiarlo, pero comprendí cómo fue él en realidad.

Escuchando historias, viendo fotografías, voy encontrando diferentes historias familiares, provenientes de mis bisabuelos, mis abuelos, mis padres, hasta llegar a lo que soy ahora.

Sin duda llevo el apellido de mi abuelo, con historias dentro del mismo. Siempre queriendo saber de donde vino mi apellido y queriendo encontrar ese árbol genealógico que nos unía con las demás personas que tienen mi mismo apellido.

En alguna parte del árbol nos unen. A mis dos apellidos, he querido buscar su origen. No encuentro que uno sea mas importante que el otro, simplemente son distintos.

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Canessa tiene un origen Italiano y Reyes tiene un origen Español. Buscando sobre sus orígenes, voy encontrando distintos datos claves para empezar una búsqueda real de ambos apellidos.

Descubrí que hay muy pocos Canessa a comparación de Reyes. Realizar un árbol genealógico auténtico de mi familia es lo que siempre he querido realizar. Desde que te hacen hacer uno en básica y presentarlo al curso. Sin embargo, aquel árbol no vengo a mostrarlo, sino a presentar las dudas que me deja.

La denominación del árbol genealógico, viene por el esquema representado con ramificaciones que hacen su apariencia similar a cualquier árbol.

Cuyos propósitos son en 3 áreas:

En la MEDICINA: Para conocer los antecedentes médicos y ayudar en el diagnóstico y prevenir ciertas enfermedades.

En la HISTORIA: Para saber la historia familiar cuando surgen dudas y preguntas sobre los antepasados que lo integran. Sirve para saber si los miembros de la familia contrajeron matrimonio con otros miembros de la familia, ya que antiguamente era común.

Y en la PSICOLOGÍA: Para entender el presente de las personas. Se considera que el inconsciente familiar influye en el inconsciente personal.

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Estas 3 áreas, las asocio con el futuro (medicina) , el pasado (historia) y el presente (psicología). Viéndolo a muy grandes rasgos, lo que para mi me hace sentido. Viendo el futuro sobre las distintas enfermedades que se pueden hereditar. Aunque lo único que no se heredan son las cicatrices que tienen muchos de mis familiares y las propias que tengo. Por lo tanto, son mis propias cicatrices algo que es 100% mio, que no se heredan cuando tienes hijos. Es mi propia marca que me distingue de los de mi propia sangre. Con el pasado, son todas las dudas que me deja la historia de mi familia; ¿Hasta dónde llegan mis apellidos?, ¿Quíen tuvo hijos fuera del matrimonio?, ¿Hay sangre relacionada con otros del mismo apellido? ¿Alguien fue adoptado?. Son preguntas que nadie sabe las respuestas.

Ni mis abuelos las saben, ya que tienen las mismas dudas. Finalmente con el presente, me centro en el “yo”. En la Dani actual. Con mis cicatrices, mis bordados, mis hojas, mis hilos.

Vuelvo a la frase que define el área de la psicología: “El inconsciente familiar influye en el inconsciente personal”. Eso quiere decir que ¿Yo soy así gracias a mi familia?, ¿mis apellidos me representan?, ¿la Dani de ahora, puede encontrar la verdad o el origen de su dolor?, ¿mis vivencias definen “lo artista” que soy ahora?. Nuevamente estas preguntas tengo que encontrarles sus respuestas.

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En esa búsqueda, es donde aparecen los anillos anuales de los Árboles. Que vendrían siendo la edad y el indicador climático en la cual crecieron. Los anillos se forman por capas leñosas que registran el desarrollo de un árbol.

Reflejan las condiciones climáticas de cada estación. La anchura del anillo indica si tuvo suficiente agua y luz solar en un año. También con la forma podemos ver si crece hacia un lado, si estuvo enfermo o si incluso sufrió un incendio.

Quise registrar los anillos, mediante una fotocopia casera. Por donde vivo, hay un bosque que suelo ir a buscar las hojas para bordar.

Dándome vueltas por el sector, me doy cuenta que varios árboles han sido talados y se les puede ver los anillos. Con una botella de agua y extracto de nogal, saque muchas copias de los anillos anuales. Al principio quería representar mi propia herencia familiar. Que este registro representara todo mi árbol genealógico, poder registrar en ellos mis anillos. Una vez sacado la matriz del árbol, puedo ver las zonas en blanco y las que se pintaron. Pensaba que se iban a marcar los anillos, en vez de eso, eran las heridas que el propio árbol tenía. Eran las separaciones de su capas, los cortes que sufrió, las grietas que se formaban con el tiempo y los mismos cortes del talado. Es ahí donde ocupo mi propio pelo para realizar los primeros bordados.

Bordo mis anillos, en algunos bordos las partes blancas y voy incluyendo hilos de colores, algunos hilos dorados. Van surgiendo nuevas piezas en estos trozos de tela.

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Queriendo siempre seguir más adelante, voy buscando nuevos árboles talados e imprimiendo con distintos colores, haciéndolos más grandes e incluyendo nuevos pelos que me voy cortando, destiñendo y tiñendo.

Cuando estoy realizando estos bordados, tengo conversaciones con mi abuela sobre los bordados, los hilos y las telas que voy comprando. Ella me ayuda a combinar algunos colores, me muestra su caja ordenada de hilos y me va prestando algunos. Yo con mi desastre de hilos y pelos, veo lo diferente que somos. Cuando estoy con ella, siempre hablamos de bordados y me va contando todas las cosas que ha hecho. La edad le está pasando y trato de aprovecharla al máximo.

Siempre después de las comidas, hacemos una sobre mesa de horas y conversamos de lo que sea, mayormente de los bordados. Cada vez que puedo, la grabo en secreto para tener un registro de ella.

En el video mencionado anteriormente, el audio corresponde a ella. Es una recopilación de todas las grabaciones que he hecho en los últimos tres años. Donde relata sus inicios en el bordado y sus creaciones manuales. Explicando cómo enfrentó a mi abuelo, se divorció y crió a sus tres hijos sola, superando complicadas operaciones y la vida misma.

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Extractos del audio:

“... Las empecé cuando se fue el Canessa, ahí yo empecé hacer cosas, antes nunca, porque él no quería ir a ninguna parte. Ahora me vengo a dar cuenta, lo que a mi me pasó; fui a una reunión del colegio del Alvaro, al San marco y conversando con una apoderada, algo habló de unas clases de pinturas y ahí le pregunté y al final ella me llevó a una señora que hacía clases en la villa. Según ella decía que yo la había superado, pero la verdad es que, Daniela, es tanta la inseguridad que uno siente. Se siente tan poca cosa, tan así, que nada bueno va a salir de ti, esa era la sensación que yo tenía, si yo era super timida. Si mis hermanos decían que yo era una Adriana antes de casarme y según ellos, esa Adriana murió y pasó hacer otra…”.

“... como te digo, era otra forma de vida, era una vida mas tranquila. La vida era más simple, era mucho más simple. Tenias mas carencias también, pero no eras tu noma, era todo tu entorno. Pero bueno, es lo que me tocó noma, pero después de todo, no era una mala vida, a pesar de no tener mucho, las pinturas si, porque me lloraban los ojos. Pero no fue esa la razón que dejé de hacerlo, porque dejé de ir a clases y esas clases me hacían harto bien y era una forma de, fui aprendiendo, no a conocer mucho, porque nunca fui comadrera, la verdad es que fui viendo otras realidades, fui viendo otros mundos.

Así que por eso empezó todo y lo del bordado, fue mi terapia y empecé a mirar los bordados, entonces ahí empecé, pero no me los enseñó nadie…”.

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“... Yo estaba viviendo sola, entonces en las tardes me sentaba en el sillón ese, en mi pieza y la tele encendida y bordaba. A veces me daban las 2, las 3 o 4 de la mañana, porque el estar bordando me quitaba el sueño. Así que fui dejando muchas veces…”.

“... El Canessa una vez, no se si a Alvaro le mostre o no sé en qué oportunidad se las había mostrado, unas pinturas en manteles, entonces él quería unos manteles que le hiciera y él me pagaba, yo le dije que aunque me pague en oro, no te hago nada a ti, patuo. No tenía ni para comer, pero así es con todas las leseras…”.

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En una de las grabaciones, ella me regala algunos bordados que hizo y los junto con los que hizo mi mamá. Conversando con mi mama y preguntándole sobre la época en que los hizo. Para ella, era su única entretención. Por trabajo de mi Papá nos fuimos a vivir a Perú por cuatro años.

Los primeros meses, mi mamá no tenía nada que hacer, no conocía a nadie, en aquellos años no había netflix, no conocía los cables de tv que daban en Lima, no conocía a nadie. Asi que se dedico hacer muchos bordados, sobre todo bordados de fotografías de nosotros a punto cruz.

Después al volver a Chile con una separación y muchas mudanzas, aquellos bordados estuvieron años en una caja sin ser mostrados o enmarcados.

Hasta que los encontré y me los apropie. Para ella, eran bordados de una época que quería olvidar. Para mi, eran obras de arte.

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Algunos bordados los trabajé al reverso por estar terminados, ya que me estoy apropiando de un bordado ajeno. Pero aquellos bordados que nunca fueron terminados, pude seguir interviniendolos.

Tanto los bordados de mi mamá y los de mi abuela, los fui incorporando en las nuevas creaciones que hacía con parte de mi pelo y las matrices de los árboles. Dando estas nuevas evoluciones de las Especies. Para mi, siguen siendo estas Especies que quieren seguir viviendo. Pero estas surgen desde la raíz.

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La autorreflexión, para mi es cuando podemos cuestionar los pensamientos rígidos, y a su vez ser autónomas a la hora de decidir. Mi memoria son muchas obras que representan temas distintos y que son rígidos, pero a la vez; todo depende de quién lo vea.

I Bordado: Se centra en la reflexión entre la medicina, con sus heridas, el otro de la botánica por el proceso de las hojas y por el último tiene una leve pincelada sobre el bordado por el tipo de hilo y por el tipo de punto que se realiza. También en la tensíon que generan los objetos con sus palabras.En cómo cada, persona percibe estas Especies, pero sólo se centra en uno. Está consciente de que están aquellos temas, pero solo habla de uno y lo transforma de acuerdo a lo escogido. Aquellos temas son las heridas, las hojas, los hilos, la palabra y el objeto.

II Bordado: Mezclando a mi antojo los tres sucesos que hablaba al inicio. El pasado representado por las matrices de los árboles y los bordados de mi madre y de mi abuela. El futuro por mi pelo bordado, dejando lo único que puede perdurar en el tiempo. Por último el presente, que sería la pieza misma, el yo actual, el que representa totalmente como soy ahora, lo que fuí, lo que es mi herencia familiar, lo que seré. Estas piezas son lo único mío que seguirá en vida.

CONCLUSIÓN

Es por eso que con tan solo de mezclar todo, mi memoria es un conjunto de obras que se transforman con la mirada. Encuentro que es la mirada de cada persona lo que mis obras se vuelvan más interesantes.

Queriendo que cada persona vea un tema distinto.

Recibiendo la información que cada uno quiere recibir.

Por lo tanto mis obras son distintas de mí y de la persona que la mira. Podemos estar viendo el mismo cuerpo, pero cada uno decide el alma que lleva ese cuerpo. Haciéndola distinta de los demás y que se transforma cada vez que otra persona lo mire y analice.

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