En una era lejana, el territorio insular de Chile era una vasta franja de tierra unida al contiente americano, En aquel entonces, la tierra y el maro coexistian en perfecta armonía formando un paisaje de belleza incomparable.


En estas tierras, exitían dos poderosas serpientes míticas: Trentren Vilu y Caicai Vilu. Estas serpientes eran hijos de los pillanes más poderosos y desempeñanan un papel crucial en la protección y fromación de la geografía chilena.



Después de un largo sueño, Caicai Vilu hijo de Peripillán, desperto y observó la ingratitud de los hombres hacia el mar.
Lleno de ira y tristeza, usó su cola en forma de pescado para golpear las aguas, desatando un poderoso maremoto que inundó los valles y cerros, arrastrando a los habitantes del mar adentro.

Trentren Vilu, hijo de Antu, el gran Pillán de fuego y el sol, vio la desesperación de los habitantes y decidió actuar.
Siguiendo las órdenes de su padre, ayudó a los hombres y los animales a escapar del desastre. Los llevó en su lomo hacia lugares altos y seguros, mientras los cerros obedeciendo su llamdo, aumentaban sus altura para contrarrestar el poder de Caicai Vilu.


Una épica battala se desató entre Trentren vilu y Caicai Vilu, las serpientes, míticas se enfretaron con ferocidad y valentia, lucah ndo por el control de la tierra y el mar. Durante mucho tiempo se enzarzaron en una luca titánica, desatando su furia y poder sin descanso.


Aunque la battalla fue feroz, Trentren Vilu logró obtener una victoria parcial. Gracias a su fuerza y determinacón, no toda la tierra se vio inundada. Aunque las aguas no regresaron completamente a su nivel original, Chile adquirió su actual geografía gracias a los esfuerzos de Trentren Vilu.

Después de la intensa batalla, la calma regresó a la tierra chilena.
Los habitantes reconstruyeron sus hogares y retomaron sus vidas, agradecidos por haber sobrevidido al desastre sin embargo, siempre estuvieron conscientes de que la tranquildad era fragil y que debían estar preparados para futuros desafíos.