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Armando Solís
Secretaría de Arte y Cultura - Universidad de El Salvador
Por Mario Castrillo
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Armando Solís nació frente a la Iglesia El Calvario, el 27 de mayo de 1940, hijo de Julia Morán de Solís, de oficio costurera y médium, conocida en el mundo de los espiritistas como Juli, y de Noé Solís Avilés, de oficio zapatero. Desde niño se dedica al estudio del arte, motivado por su maestra Carmen Pacheco, maestra de primaria de la cual guarda especial recuerdo y quien le pagó durante un año un curso por correspondencia de la Academia Interamericana de Cuba. En 1961 estudia en la Escuela de Bellas Artes, siendo profesores de ese plantel Pedro Acosta García (1930) quien impartía dibujo y pintura; Miguel Ángel Orellana (1929-2010) impartía las mismas materias que Pedro Acosta; Víctor Manuel Rodríguez Preza (1937), daba las clases de paisaje; Valentín Estrada (1903-1986), escultura; César Sermeño (1928), cerámica; Mario Araujo Rajo (1919-1970), pintura infantil; continúa sus estudios en la Escuela Nacional de Artes Gráficas que dirigía el maestro José Mejía Vides, teniendo
como profesor a Luis Ángel Salinas (1928-2000). En ésa escuela conoce a Julio Hernández Alemán (1940) con quien cultiva una amistad que se ha mantenido hasta ahora. En 1954 trabaja en un estudio fotográfico situado en la 6ª calle Oriente, dedicándose a pintar fotografías a mano, ganando 16 colones al mes. En 1960 recibe clases del maestro chileno Luis Vergara Ahumada (1917-1987). Ya dedicado a la pintura, obtiene una beca de la OEA para estudiar litografía en la Universidad Rodrigo Facio, de Costa Rica; posteriormente cursa estudios en La Esmeralda, México. El primer período se inicia en Casa del Arte (1965-1973), instancia a la que pertenece junto a José Mejía Vides (1903-1993), Camilo Minero (1917-2005) y Mario Escobar (1915-1982). Casa
Minerva Cultural 360
del Arte fue un proyecto contestatario en donde exponía aquellos artistas que no lo hacían en la Galería de Julia Díaz, ya sea porque no eran personalmente del agrado de la artista que la dirigía o bien por razones ideológicas. En el libro Biografía común y corriente (Editorial Abril Uno, El Salvador, 1984) Solís nos dice: “Cuando había entrado a formar parte del grupo Casa del Arte, sacrifiqué todo por el arte, participando en todas las exposi

ciones colectivas a las cuales me invitaban, incluyendo las extranjeras. Mis pinturas con las figuras fragmentadas como seres prisioneros de otros mundos, prisioneros de mis ojos, compartían lo más profundo de mis angustias”… En este período, la pintura de Solís se desarrolla dentro de la Neofiguración. En esa época van surgiendo de sus pinceles una serie de pequeños monstruos desbordantes,
Armando Solís El cura y la revolución Óleo S.F.
Secretaría de Arte y Cultura - Universidad de El Salvador
Grupo CODICES. De izquierda a derecha: Mario Castrillo, Camilo Minero, Armando Herrera, Heriberto Montano, Armando Solís. Invitado Antonio Lara.

irónicos, belicosos y agresivos. Dentro de ese estilo aborda la realidad que le circunda, en esa época de represión desmedida y de golpes de estados surgidos de la noche a la mañana en contra de las fuerzas democráticas y progresistas. Al segundo período aquí comprendido ha sido denominado por Armando Solís como Nuevo impresionismo. El 3 de julio de 1993 escribí en el suplemento 3000, del diario Co Latino, un artículo –arriba mencionado- sobre Armando Solís: “El otro, el mismo, Armando Solís”, en el cual hago referencia a la etapa creadora que nos ocupa y afirmo “Solís experimenta, a mi juicio, una transformación en su temática y en su paleta de pintor, por eso afirma que es otro y el mismo a la vez”…. Y más adelante “Sus personajes ganan los primeros planos, pero no son aquellos por lo que se caracteriza, aquellos seres entre monstruos y hombres, seres reales y fantásticos. Estos seres tienden a desaparecer en la presente serie de pinturas”. Esta etapa de Armando Solís se centra en la figura humana, fundamentalmente la figura femenina, una figura con cierta estilización, sin embargo mucho más sobria y naturalista. Se dedica asimismo al paisaje. En esta segunda etapa adquiere importancia el dibujo tanto como la labor pictórica. Son escenas de la vida cotidiana del pueblo que se desarrollan dentro de un ambiente rural y de la vida ligada al agua: lagunas y mares. Escenas sobrias, sosegadas, alejadas de la angustia existencial de la primera etapa. La tercera etapa que Solís denomina Abstracción Lírica se inicia, según afirma Armando, hace cinco años. Lo relata así: “sentados con Marcela y mi esposa estábamos a la orilla de Lago de Suchitlán, sentí que el lago se llevó mi alma para dialogar en sinfonías de colores y formas abstractas para interpretar diferente la naturaleza, provocando un nuevo cambio en mi pintura, transformando mi concepto estético” Armando Solís es el Fundador de la Pinacoteca Roque Dalton de la Universidad de El Salvador Doctor Fabio Castillo Figueroa y Director Add Honorem por acuerdo del Concejo Superior Universitario. De igual manera, es fundador de la Pinacoteca de Arte del Centro de Cultura Rafael Meza Ayau, de la Universidad Don Bosco.