HISTORIA DEL CAMINO DE SETEFILLA, DE SUS PUENTES, ESCALERETAS y CRUCES
Todo el lugar comprendido entre la salida de la Roda Arriba y Santa Ana, Cruz de la Higuerilla y el paso a nivel de Román y que era el Palmar del Albadalejo, que había de atravesarse, fue Camino de la Virgen hasta los años 1964 o 1965, en los que al construirse las barriadas de la Cruz y de San José hubo necesariamente que abandonarlo. Desde la Cruz de la Higuerilla seguíase por el palmar y el rancho de Valero (todo este lugar era antiguo descansadero de ganado de la Cañada del Mármol), pasándose en su mitad por un paso encallejonado para seguir por otro más a su izquierda y que terminaba y desembocaba ya muy cerca del paso a nivel de Román (estos desniveles son aún apreciables en la acera de la derecha de la calle principal del barrio de San José, cuyas primeras casas se encuentran a mayor altura que las restantes). Cruzando el paso a nivel seguíase a su derecha, como hoy también se hace, unos cien metros por la carretera de Peñaflor, siguiéndose a la izquierda de la misma por un olivar y un camino encallejonado que iba descendiendo hasta llegar al cauce y paso del arroyo del Helecho. Los años fueron erosionando y transformando este camino en un profundo barranco por lo que últimamente se bajaba hasta el arroyo por su parte alta y derecha del mismo. Una vez pasado el vado del Helecho subíase su empinada cuesta por su mitad. También la erosión hizo tener que variar la subida a su izquierda y ya coronada la cuesta se entraba en la amplia vereda de carne por la que se continuaba entre los olivares de las haciendas de el Campillo y de Gordolovar, a las que servía de linderos, para desembocar finalmente en la Cruz de la Legua. Ya a partir de la Cruz seguíase por lo que fue Camino Primitivo y que se describió ya anteriormente. Al terminarse el olivar se pasaba por el chaparral de Sancha y al llegarse a las cercanías de la casa del guarda de dicha finca, cuyas ruinas aún existen en la confluencia de la carretera de La Puebla con las del poblado de Setefilla, se entraba en lo que era ya dehesa a pastos, cercada por una pared de piedras y cuya primera portada se atravesaba hasta llegar a una segunda cercana ya al arroyo de Aguas Buenas. Cruzado el cauce del arroyo, seguía el camino paralelo a la actual carretera hasta el arroyo del Santero y una vez subida la cuesta del mismo se pasaba por una primera cancela de un cercado existente y cruzado el vado de Los Montoncitos, se pasaba por una segunda cancela hasta terminar este camino en el inicio de las escaleretas. Cuándo se abandonó el Camino Primitivo hasta la Cruz de la Legua y se eligió este otro del Helecho, como se manifestó ya, no puede precisarse con certeza. En cuanto a las causas y motivos de ello bien pudiere obedecer el encontrársele mucho más amplio para el paso de vehículos, coches, carros y carretas; y el ser además una cañada pública de gran anchura y trazado. Como al ser utilizado este camino del Helecho había que atravesar necesariamente la vía del ferrocarril por el denominado paso a nivel de Román ya desaparecido, merece recordarse lo acaecido en dicho lugar en una venida de la Virgen a Lora a comienzos de este siglo.
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