FUTRONHUE - FUTRONO (Testimonios , Historia y Fotografías)

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F u t ro n h u É TESTIMONIOS

HISTORIA

FOTOGRAFÍAS


Desembocadura río Nilahue al Lago Ranco Fotografía: Christopher Carrasco


F utrono Futronhué

(Lugar de humos)

El fuego que brilla en la rivera, Es la entrada sagrada en la madera. Es el dolor del árbol centenario Que prolonga el humus hasta el cielo Como limpia atadura terrenal Como claro mensaje celestial...

Ramón Quichiyao. La palabra azul de los bosques

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FUTRONHUÉ. Historia – Testimonios – Fotografías. Reconstrucción Histórico - Cultural de la Comuna de Futrono Siglo XX. Plan Desarrollo Comunal 2020. Proyecto financiado con subvención otorgada por el Gobierno Regional de Los Ríos, año 2020. Investigación y redacción: Gustavo A. Angulo G. Recopilación fotográfica y fotografías: Felipe A. Guarda G. Diseño y diagramación: Christopher E. Carrasco F. Agradecimientos especiales. A quienes hicieron que este proyecto fuese posible y depositaron su confianza en el equipo investigativo: Claudio Lavado Castro, Alcalde de la comuna de Futrono. Alex Valderrama Henríquez, Director Desarrollo Comunitario, Ilustre Municipalidad de Futrono. Macarena Sandoval Rivera, Encargada Unidad de Cultura, Ilustre Municipalidad de Futrono. José Ignacio Retamal Martínez, Profesional Desarrollo Comunitario, Ilustre Municipalidad de Futrono. Queda prohibida cualquier forma de reproducción y/o comercialización sin previa autorización de los propietarios de derechos de obra. Se autorizará cualquier uso que tenga fines de investigación, educativos y en general no lucrativos. ISBN 97-956-09554-01 Impreso en imprenta Montaris, Valdivia. Diseño Portada y Contraportada: Christopher Carrasco. Fotografía Portada: Christopher Carrasco. Mapa Portada: Extraído Colección Biblioteca Nacional de Chile. Mapa Contraportada: Extraído de Steffen et al. (1981:22). 1º Edición - 80 ejemplares. Valdivia, primavera 2020.

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Proyecto financiado con subvención otorgada por el Gobierno Regional de Los Ríos, año 2020. 6


Contenidos ÍNDICE GENERAL

DEDICATORIA INTRODUCCIÓN

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1. CAPÍTULO: PERÍODO PREHISPÁNICO (10.000 a.p – 1.600 D.C).

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1.1 Resumen 1.2 Introducción: Los Primeros Pobladores Del Centro - Sur De Chile 1.3 El Gran Hallazgo: Monte Verde, Contribución y Ruptura. (12.500 a.p) 1.4. Arqueología de la Región de Los Ríos. 1.4.1 Período Arcaico (10.000 a.p – 2.000 a.p) 1.4.2 Período Alfarero (2.000 a.p – 1.600 d.c) 1.4.3 Arqueología de la Cuenca del Lago Ranco. 1.5. Recapitulación

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2. CAPÍTULO: CONQUISTA Y COLONIA (1552 – 1820 D.C).

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2.1 Resumen 2.2 La Nación Mapuche – Huilliche en la comuna de Futrono: Sociedad Ribereña y su Relación con el Bosque Templado del Centro Sur de Chile. 2.3 De cartas y crónicas españolas: El pueblo Mapuche y la penetración hispana en el territorio. A la búsqueda del oro. 2.4 Misiones, Ciudad de los Césares y Pasos Cordilleranos: Una Forzosa Relación Fronteriza 2.5 Misiones Jesuitas y Franciscanas 2.6 El Ranco, refugio de los osorneses: El imaginario de la ciudad de los césares. 2.7 Paso cordillerano y relaciones comerciales 2.8 Recapitulación

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3. CAPÍTULO 3. REPUBLICANO TEMPRANO (1820 – 1900).

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3.1 Contexto Histórico Regional. 3.2 Futrono en el siglo XIX 3.3 Viajeros, exploradores, científicos y misioneros. Reconstrucción del siglo XIX a través de sus registros. 3.4 El Vutronway de Allen Gardiner 1839. 3.5 Paul Treutler y Friedrich Gerstäcker. Alemanes en Maihue 1850 – 1860. 3.6 Viaje a Laguna de Ranco por Rudolph Amando Phillippi. 1860 3.7 Algunas Descripciones de las Memorias del Ex Intendente de Valdivia Salvador Sanfuentes 1860 3.8 El Paso Cordillerano Ranco – Lacar. Guillermo Cox (1862-1863), Domingo Quintrupai (1871), Oscar Fischer (1894). 3.9 La Exploración del teniente Manuel Señoret, 1875 – 1876 3.10 Hacia el siglo XX. Las misiones como fundamento civilizatorio 4. CAPÍTULO Nº4: SIGLO XX

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4.1 Introducción 4.2 Breve Historia de Llifén. 4.3 Navegación Lacustre en el Lago Ranco: Wampos y Vapores 4.3.1 Wampos o Canogas 4.3.2 ¡¡Ahí viene el Vapor¡¡ 4.4 Inicios históricos de la actividad turística en la comuna de Futrono 4.5 La Ceniza y la ¡¡Tierra se Partió¡¡: Erupción del Volcán Carrán 1955 y Terremoto de Valdivia 1960. 4.6 Antecedentes Históricos Futrono 1900 - 1975. 4.7 Algunas notas históricas: Isla Huapi y Precordillera, y Loncopán. 4.7.1 La comunidad de Isla Huapi. 4.7.2 Precordillera Maihue y Arquilhue. 5. PALABRAS FINALES 6. CONCLUSIÓN 7. AGRADECIMIENTOS 8. RECOPILACIÓN FOTOGRÁFICA FUTRONO 7. GALERÍA FOTOGRÁFICA FUTRONO. 9. BIBLIOGRAFÍA

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DEDICATORIA

INTRODUCCIÓN

La investigación que a continuación se presenta es un compromiso y un esfuerzo, por rescatar la historia de la comuna de Futrono. Recabando desde los orígenes del territorio, hasta entrado el siglo XX. Toda esta exploración tiene solo un propósito: Aportar al patrimonio de las y los futroninas y futroninos, con información suficiente con la cual todas y todos puedan acceder, conocer y reflexionar sobre su pasado histórico.

De nuestra revisión de los trabajos relacionados con la historia de Futrono, nos encontramos con relativamente pocos estudios referidos a este campo. Han existido esfuerzos en crear documentos válidos y con la mayor información posible, desde y de acuerdo con nuestros registros, principios de los 90` con el libro intitulado “Historia de Futrono. Crónica de Una Gran Gestión” escrito por Eduardo Hunter. Así también, en esta búsqueda descubrimos muchos trabajos de jóvenes e investigadores locales, que separadamente han investigado partes del pasado histórico de la comuna de Futrono.

Este trabajo, es un reconocimiento a quienes de una u otra forma han contribuido en la conformación histórica de la comuna de Futrono. Somos parte integrante de una comuna que ha sido testigo del sacrificio y del coraje de los primeros, hasta los actuales habitantes de este territorio. Este libro por tanto, se impone como reconocimiento a esos ingentes esfuerzos. Dedicamos este escrito a nuestros pueblos originarios, quienes siguen contribuyendo con su cultura y patrimonio, para el desarrollo integral de nuestra comuna. Así también, a los pioneros en este proceso, quienes llegaron buscando un futuro, y un espacio donde velar por los suyos, y con la visión distante de conformar un pueblo en medio de una geografía agreste, pero llena de oportunidades. También, muy valiosa es nuestra gente del campo, quienes históricamente buscaron solventar su vida familiar y construir una comunidad más justa. Dedicamos este proyecto a todos y todas las y los habitantes de esta comuna, quienes son la savia y las futuras generaciones, los que comprometidos aportarán al progreso equitativo de Futrono. Son ustedes los llamados a construir la historia, de aquí en más. Finalmente, este proyecto se presenta como un paso más para que, venideros investigadores puedan contribuir a engrosar lo que aquí presentamos.. 9

El presente trabajo es una propuesta para todas y todos. Es un paso más (sin pecar de sobrbia), para generar a partir de aquí una suma de investigaciones, cuyo único propósito sea la búsqueda constante del rescate y comprensión del pasado histórico – cultural de esta comuna. Existen los registros, solo hay que buscarlos. Es más fácil entre muchos, que entre pocos. Nuestra investigación comprendió tres meses – julio a septiembre 2020 – dando por resultado este escrito, que se compone de 4 capítulos dedicados a la historia. Hay más, pero son complementos de estos. El primero, se aboca desde el primer antecedente que se tiene registro, el cual data en los 12.500 años antes del presente, sitio arqueológico conocido como Monteverde. A partir de ahí se avanza históricamente, hacia los grupos arcaicos cazadores y recolectores, y formativos, grupos quienes van asentado su producción económica, para llegar finalmente a la arqueología de la región y de Lago Ranco particularmente.

El segundo capítulo, lleva por nombre Conquista y Colonia (1552 – 1820). En este, se plasman los primeros registros de la Cuenca del Lago Ranco, a través de la revisión de crónicas de españoles. Así también, se proponen aquellos factores y estímulos que propiciaron la ocupación de este territorio y permearon la férrea frontera de los originarios del Ranco. El tercer capítulo, es una reconstrucción del 1800 o Republicano Temprano (1820 – 1900), a través de los registros de científicos, exploradores, aventureros, marinos, etc. quienes visitaron la cuenca del Lago Ranco. Mediante los diarios de viaje de estos personajes, se busca reconstruir el panorama sociocultural del siglo XIX, y desmitificar seguidamente con que a la llegada de los colonos, en este territorio no había nada. Evidenciando una compleja sociedad mapuche – huilliche presente desde siglos pasados. Para finalizar el siglo XX, en el cual se exploran algunos hitos y procesos históricos de la conformación de la comuna de Futrono, como por ejemplo: La navegación lacustre, turismo, Futrono, Llifén, son algunos de ellos. El rescate fue a través de revisión bibliográfica, recorte de periódicos de la época, recopilación fotográfica y testimonios de futroninas y futroninos.

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1.1 Resumen

1. CAPÍTULO: PERÍODO PREHISPÁNICO (10.000 a.p – 1.600 D.C). Piedras tacitas de Trin - Trin Fotografía: Felipe Guarda

En este capítulo se expone los resultados de una revisión bibliográfica relacionada a los primeros indicios de ocupación humana para el centrosur de Chile. En esta línea, es el sitio Monte Verde, el que no solo nos indica la data de ocupación del territorio, si no que, además, es el que rompe con paradigmas referidos al origen del poblamiento americano. Posteriormente, se presenta información arqueológica actualizada del período y las principales interpretaciones en torno a la ocupación y adaptación del espacio de estos grupos culturales de origen A este respecto, el estadio Alfarero (500 a.p – 1800 d.c), dominados por los complejos alfarero-funerario Pitrén y el complejo cultural Vergel, son de quienes se obtienen indicios con conocimientos especializados y usos en cerámicas, producción de horticultura, y quienes se extendieron y ocuparon la zona meridional precordillerana y lacustre de lagos subandinos o lagos araucanos. (Aldunate, 1989; Thomasson, 1963). Para finalizar este capítulo, se indican los trabajos denominados de arqueología del Lago Ranco, enfatizando en los sitios y hallazgos arqueológicos de la comuna de Futrono. La finalidad es ofrecer un panorama completo de las culturas prehispánicas, y como estas incursionaron, configuraron y articularon el territorio de esta zona lacustre, dominada por los bosques templados húmedos o también conocidos como selva valdiviana.

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1.2 Introducción:

Los Primeros Pobladores Del Centro-Sur De Chile Antes de la llegada de los españoles al centro – sur de Chile, es posible afirmar la presencia de grupos culturales con una gran adaptabilidad del entorno, con conocimientos especializados de los recursos faunísticos y florísticos, gran movilidad en el territorio, prácticas de caza - recolección y horticultura, con una importante red de intercambios de productos y conocimientos entre distintos grupos culturales en relación a sus hábitat, es decir, costa, valles intermedios, precordillera e incluso al otro lado de la cordillera, en provincias argentinas. (Aldunate, 1989; Adán et al, 2010). La comuna de Futrono está inserta dentro de una macrozona arqueológica del centro – sur de Chile, comenzando en el río Biobío por el Norte y el Golfo de Reloncaví por el sur (Adan et al, 2010: 4). En este espacio que posee una gran diversidad biogeográfica, se tienen registro de grupos humanos del Pleistoceno (12.500 años a.p), del período Arcaico (10.000 años a.p), y del período Alfarero (cristianismo), los cuales son los antecedentes inmediatos, y probablemente, la base cultural del pueblo mapuche – huilliche. Para el estudio del período prehispánico, es fundamental explorar las evidencias arqueológicas regionales. No se puede entender la historia de la comuna, si no es dentro de una historia más amplia bajo “una perspectiva macroregional a fin de evitar sesgos regionalistas en la interpretación de nuestra más temprana historia” (Adán et al., 2012: 4).

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1.3 El Gran Hallazgo:

Monte Verde, Contribución y Ruptura. (12.500 a.p) A orillas del estero Chinchihuapi, distante a unos 35 km aprox. de Puerto Montt, Región de Los Lagos. Se descubriría uno de los hallazgos arqueológicos de mayor relevancia para Chile: El sitio Monte Verde (41º S). Este yacimiento contribuiría a comprender y datar los primeros asentamientos humanos para la zona centro – sur de Chile. El arqueólogo estadounidense Tom Dillheay, quien es su principal investigador, nos dice lo siguiente: “En el sitio Monte Verde, la inusual abundancia y excelente estado de preservación de los artefactos orgánicos dejados por sus habitantes constituye un registro rico y elocuente de su sistema social, las estrategias económicas y tecnológicas que empleó esa antigua comunidad humana para adaptarse al bosque templado húmedo” (Dillehay, 2004: 29). Del material arqueológico rescatado y analizado de los sitios Monte Verde I, II y Chinchihuapi, se establecen dataciones fijando alrededor de los 12.500 años antes del presente (de ahora en más: a.p) (Monte Verde II). Esta información, postula nueva data para el poblamiento americano, infiriendo que la llegada de grupos humanos a América por el estrecho de Bering se concentraría alrededor de los 20.000 años a.p. (Dillehay, 2004). Esta nueva propuesta desestabiliza el paradigma Clovis, que es un sitio arqueológico descubierto en 1929 en Nuevo México, Estados Unidos, en el cual se encontró material lítico (puntas de flecha), estimando su origen alrededor de los 11.200 años a.p. De acuerdo con esta información, se sustentaría con fuerza la teoría de que el poblamiento americano llegó desde Siberia a través del Estrecho de Bering aprox. a los 13.500 años a.p. Dicha teoría hasta el día

de hoy es afirmada por científicos pro-Clovis, quienes refutan las evidencias y teorías monteverdinas.

1.4. Arqueología de la Región de Los Ríos. 1.4.1 Período Arcaico (10.000 a.p – 2.000 a.p)

El sitio Monte Verde II, es una ocupación de cazadores recolectores finipleistocénicos 1 . El asentamiento se caracteriza por ser temporal, en un sector abierto del bosque y cercano a un curso de agua. Se identifican fogones colectivos, elaboración de artefactos de piedra, se reconocen usos de la flora local para consumo humano y de uso medicinal. (Navarro, 2004: 74). Estos grupos humanos, desde época tempranas del pleistoceno tendrían una vasta especialización en la caza de grandes mamíferos 2 , en conjunto con actividades de recolección, los que alternamente van ocupando su principal medio de obtención de alimentos, para sustentar y reproducir su vida sociocultural. (Adán et al., 2010: 10). Estos grupos de cazadores y recolectores monteverdinos, poseían una gran movilidad, reconociéndolos como colonizadores exploratorios de los bosques templados del centro sur de Chile. De las evidencias, se demuestra su amplio campo de acción e interacción, proveyéndose de recursos desde la costa del pacífico (algas marinas) hasta la cordillera de los Andes (recursos florísticos) (Adán et al., 2010: 9).

Para la Región de los Ríos, este período tiene su fundamento arqueológico, en dos sitios. El sitio Marifilo 1, en la comuna de Panguipulli, y Chan Chan en la costa de San José de la Mariquina.

1 Pleistoceno: Es una división de la escala temporal geológica que pertenece al período cuaternario. Comienza aprox. en los 2,59 millones de años a.c, hasta los 10.000 a.c. La fauna se caracteriza por la presencia de grandes mamíferos como mamuts, mastodontes, gonfoterios, etc. Respecto de la presencia humana corresponde a grupos cazadores y recolectores con manejos de herramientas y armas de piedras, huesos, maderas, etc. (paleolítico). Finipleistoceno, corresponde a una fase terminal del pleistoceno. (Wikipedia). 2 En paralelo, y en el mismo territorio de la Región de los Lagos, se descubren importantes hallazgos paleontológicos, de fauna finipleistocénica, que supone relación (objeto de investigación) con la ocupación del grupo cultural de Monte Verde: Restos oseos de mastodonte y gonfoterio en el sector de Pilauco Bajo, Osorno; restos óseos de mastodonte en los sitios de Mulpulmo y Pilmaiquen, Osorno, entre otros. Para la Región de los Ríos, se descubren hallazgos paleontológicos de este tipo, en el sector de El Trébol de la comuna de Los Lagos y La Plata en Lago Ranco (Adan et al., 2010: 10-11). 3 Dentro de las evidencias de Marifilo 1, en su componente arcaico temprano estas nos señalan la existencia de un fogón fechado 10.190 ±120 años a.p, apegados al alero, restos de animales como el pudu pudu, moluscos y restos vegetales. En un segundo fogón cuya data es 8.420 ± 40 años, se encuentran guijarros con señales de uso, presumiblemente de molienda o abrasivo, además, un instrumento de material óseo, sin terminar y cuya finalidad no está determinada. (Adán et al., 2010:12).

El sitio Marifilo 1, se emplaza en la región de Calafquén, en un alero pegado a una pared de roca y alejado a unos 1400 mts de la rivera nordeste del lago del mismo nombre, en la localidad de Pucura, comuna de Panguipulli. Este sector es “parte de un espacio ecológico mayor, conformado por los sistemas lacustres subandinos de la región Extremo Sur Andina.” (Adán et al. 2004: 1121). Es un ambiente precordillerano y lacustre, zona también conocida como de lagos araucanos (Thomasson, 1963), dentro de los cuales se encuentra el lago Ranco. La ocupación de este sitio fue bajo un “patrón de movilidad estacional” (Navarro, 2004: 76), frecuente “desde los 5.500 años a.p (...) hasta los 9.500 años a.p. (...), lo cual constituye el primer registro informado del período para el área precordillerana en el Centro-sur de Chile, además del más temprano a la fecha” (Adán et al. 2004: 1129); e inmediatamente posterior a Monte Verde. De los antecedentes, se desprende el carácter predominantemente cazador y recolector de estos asentamientos, con formas de habitar que involucran una gran adaptación al medio, y conocimientos de los recursos de su hábitat, en relación con los bosques templados. En los sitios de Marifilo 1 existe escasa (aún) evidencia de material lítico, lo que refrenda la ocupación estacional de espacios. Lo que, si es concluyente, es la existencia de estos grupos fluctuando entre los 10.000 a 2.000 años a.p 3 (Adán et al., 2010: 13-14).

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Respecto del sitio de Marifilo 1, y en razón de la similitud geográfica y ecológica con la cuenca del Lago Ranco, no es venturoso proyectar un modo de vida sociocultural de estos grupos cazadores-recolectores, referidos para la zona de Calafquén, para los grupos de origen del actual territorio de la comuna de Futrono. Lastimósamente, evidencias arqueológicas en la Cuenca del Lago Ranco aún no son descubiertos para el período Arcaico. Pero este panorama arqueológico proyectado, nos entrega luces de los primeros habitantes, su modo de vida y la adaptación a su medio natural.

Finalmente, los grupos cazadores – recolectores fueron la base para el desarrollo de los posteriores grupos humanos. La adaptación, colonización y domesticación del medio, el conocimiento y explotación de los recursos asociados a los bosques templados lluviosos para zona precordillerana y lacustre, la movilidad y articulación del territorio, son algunos de los relictos del perído Arcaico, para los venideros grupos humanos denominados alfareros, quienes incorporan a sus actividades cotidianas el conocimiento y trabajo en cerámica. (Adán et al. 2010; Navarro, 2004).

En la costa, al sur de Mehuín, en San José de la Mariquina se registra el sitio Chan-Chan 18, datado entre los 5.600 a 5.000 años a.p. Este sitio, posee bastante material lítico y de otras materias primas. (Adán et al, 2010:14; Navarro, 2004: 78).

1.4.2 Período Alfarero (2.000 a.p – 1.600 d.c)

Este sitio demuestra “una secuencia ocupacional de al menos 600 años, formado por familias que recurrentemente y por centurias poblaron la costa durante temporadas sostenidas” (Navarro, 2004: 78). Aprovechando la “…fauna marina, avifauna costera y recursos del bosque locales, así como la presencia de recursos alóctonos” (Adan et al., 2010: 14). De las evidencias aquí presentadas para este período Arcaico, se demuestra la presencia de diversos grupos culturales cazadoresrecolectores en ecosistemas distintos de las Región de los Ríos, la precordillera y de lagos piedmontanos, y la costa valdiviana. Cada uno de estos grupos posee un conocimiento y adaptabilidad de su ambiente, explorando y explotando los recursos disponibles. Se puede evidenciar diferencias 4 respecto del grado de desarrollo en lo que a industria lítica se refiere, y la estacionalidad mayormente permanente en los grupos de la costa, como Chan-chan 18.

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Se identifica en los primeros siglos del cristianismo, el período arqueológico alfarero temprano, que para la zona centro-sur se denomina a esta fase: Complejo Pitrén. El Complejo Pitrén 5 “representa la primera ocupación agroalfarera del centro - sur de Chile” (Aldunate, 1989: 335). Y su distribución espacial comprende “entre el Bío Bío y Reloncaví como eje norte-sur y entre la costa Pacífica y el sector oriental de la Cordillera de los Andes: Neuquén y Río Negro como eje este-oeste” (Navarro, 2004: 26). Se ha señalado, que este complejo ocupaba efectivamente las tres bandas longitudinales que caracterizan la geografía de nuestro país, a saber: a) Ambientes cordilleranos; b) Contextos precordilleranos andinos – lacustres, y finalmente; c) Sector del valle (Adan et al., 1997). 4 Aun así, existe evidencia de rasgos culturales similares manifestándose en prácticas funerarias lo que es “la modalidad de enterratorio identificable en el Arcaico Medio en el sitio Marifilo-1, un alero, para un pequeño niño y, en Chan-Chan, sitio abierto en la playa, para un joven de menos de veinte años” (Adan et al., 2010: 16). En ambos el cuerpo se encontró hiperflectado, decubito lateral derecho y su cabeza mirando hacia el sur (Navarro 2004). 5 La denominación Pitrén, se debe al primer sitio o sitio tipo descubierto, con presencia de material cerámico, característico de este complejo. La ubicación es: El fundo de Mollenhauer, cercano al lago Panguipulli y del cerro Pitrén, de ahí el nombre (Navarro, 2004: 80).

"Precordillera hinóspita". Sectores: Laguna Tritraye, Chabranco y Sichahue. Comuna de Futrono Fotografías: Felipe Guarda - Patricio Higueras

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A nuestro interés, nos ocupa el estrato biogeográfico precordillerano, el cual conserva los principales hallazgos arqueológicos de este complejo “Los cementerios Pitrén son en general, pequeños y aislados (...) con una mayor concentración en los lagos de la zona precordillerana” (Aldunate, 1989: 336), cercanos a los cursos de agua y riveras lacustres. Bajo este supuesto se ha planteado la denominación Pitrén Lacustre Precordillerano (Adán et al. 2006). A su vez, se establece un circuito de movilidad de estos grupos, registrándose en las provincias argentinas de Neuquén y Río Negro, ampliando este espacio cultural. (Adán et al., 1997). Estos grupos humanos, introdujeron la alfarería como expresión cultural, la cual eventualmente se puede relacionar con otros complejos de la zona central e incluso del Norte Chico de nuestro país (Munita et al, 2010). Esto indicaría contactos e intercambios culturales desde muy temprano entre los grupos humanos de origen, de distintas zonas geográficas del país. A partir de las conclusiones realizadas por investigadores de la alfarería rescatada, de los diversos sitios arqueológicos habitacionales y fúnebres, se menciona la gran calidad de esta, y la amplitud de formas y tamaños de los ceramios. Utilizando una “técnica depurada, fina y modelada con pintura negativa” (Navarro, 2004: 80). “Todas piezas de buena factura y cocción (...) hecha en pintura resistente” (Aldunate, 1989: 336). y continuando con Navarro 2004, nos dice: “El conjunto cerámico es variado, predominan los jarros (matawe), con adornos zoomorfos y antropomorfos, algunas bandas con asa puente y asas bifurcadas y con diseños y modelados que se transforman en una identidad (...) específica y propia de los ambientes sureños” (Navarro, 2004: 81).

Los registros arqueológicos informan que la finalidad de estos yacimientos sería “sitios abiertos de carácter habitacional, aleros y cementerios con dataciones entre los 300 d.c y 1500 d.c” (Adán et al., 2006: 1466). Los grupos Pitrén, se caracterizan por ser “pequeños grupos familiares con importantes estrategias de movilidad, lo que constituiría una estrategia del uso del espacio que podríamos calificar de extensiva” (Adán et al. 2006: 1466). “donde la caza y recolección habría jugado un rol preponderante en su subsistencia gracias a la diversidad de recursos que, proporcionada la selva húmeda, así como una probable horticultura y domesticación incipiente” (Munita et al. 2010: 250). Pero su economía era predominantemente de caza y recolección (Aldunate, 1989). Para el sector precordillerano, el complejo Pitrén se ubica entre los 600 años d.c., y es probable que permaneciera hasta la conquista española y su incursión en el territorio, es decir, segunda mitad del siglo XVI. (Aldunate, 1989). “El complejo Pitrén permanece hasta tiempos bastante tardíos, coexistiendo con otros desarrollos y marcando una evidente heterogeneidad cultural de los territorios de la región centro-sur” (Adán et al. 1997: 36) El período alfarero tardío comprende aprox. entre los 1.200 y 1600 años d.c. y representa una compleja heterogeneidad cultural, que se destraba relativamente a partir de la interpretación de los registros funerarios y habitacionales de estos grupos tardíosprehispánicos, asociando e identificando fundamentalmente al complejo cultural el Vergel (Munita et al., 2010: 252), y en lo particular, a un estilo decorativo alfarero conocido como estilo Valdivia persistiendo hasta tiempo posthispánicos (Adán et al., 2010: 22). 6 En la zona central en los primeros siglos del cristianismo, se tiene registro de un complejo formativo denominado Llolleo. Este complejo comparte con Pitrén rasgos específicos en su expresión alfarera “ceramios asimétricos con asa puente, a menudo bifurcada, con modelado antropo y zoomorfos” (Aldunate, 1989: 338).

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A diferencia de los grupos Pitrén, el complejo cultural el Vergel poseía “un sistema de vida sedentario y un mayor conocimiento y énfasis en la agricultura y pastoreo (Munita et al, 2010: 252). Los sitios encontrados están ubicados en cercanías de ríos o cursos de agua, sugiriendo el aprovechamiento de estos flujos de agua, para regadío en sus siembras. Asimismo, se infiere la domesticación o amansamiento del chiliweke7 . No se descarta la caza y recolección en complemento de las actividades antes mencionadas (Aldunate, 1989). El complejo Vergel tiene 2 fases o momentos, que es, monocromo o Vergel 1 y bicromo o Vergel 2, persistiendo esta última hasta la conquista (Navarro, 2004: 82). Desde el estudio y sistematización de colecciones de cerámicas de esta fase tardía del período alfarero, correspondientes a ofrendas fúnebres rescatados de cementerios (Aldunate, 1989; Adán y Mera 1997), se resumieron y establecieron diferencias en los estilos cerámicos, identificando 2 para la tradición bicroma rojo sobre blanco (Vergel 2): El Vergel y el estilo Valdivia. Y para la tradición bicroma que es inversa al estilo Valdivia: blanco sobre rojo (motivos blancos sobre pintura roja) se distingue el estilo local Tringlo o Ranco, que es específica para la zona lacustre precordillerana (Aldunate, 1989; Mera et al., 2008, Munita et al, 2010). Finalmente, la presencia de piezas cerámicas del estilo Valdivia en sitios arqueológicos asociados a españoles como el Castillo de Mancera y San Luis de Alba, en tiempos de conquista y colonia siglos XVI - XVIII, propone nuevas evidencias para la interpretación de las relaciones culturales que se establecieron entre los pueblos originarios y las fundaciones de españoles específicamente (Adán et al., 2010: 25). 7“Camélido de los mapuches, de filiación genética aún desconocida. Llamado también por los cronistas carnero de la tierra” (Ser Indígena).

Excavaciones para construir cabañas del centro campestre en 1982. Los arquitectos Araya y Monckeberg desentierran cerámicas pertenecientes a un cementerio huilliche. Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono.

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1.4.3 Arqueología de la Cuenca del Lago Ranco8 .

Este hecho fue mencionado por nuestro entrevistado Juan Delgado, quien manifiesta

El patrimonio arqueológico de la cuenca se compone de al menos 50 sitios registrados, cuyo carácter es: habitacional, funerario y ritual. Las evidencias arrojan materialidad asociada a los complejos alfareros Pitrén, y al complejo cultural Vergel, en su estilo cerámico Valdivia. Asimismo, se registran fortines, fuertes y arte rupestre los que se ubican en períodos alfareros, conquista y colonia (Adán et al., 2012; Mera et al., 2008; Van de Maele; 1967, 1968).

“yo cuando trabajé con Duhalde [en Lago Ranco], tuvimos que excavar, por un asunto de mejoramiento de la comuna, y ahí encontramos unos cántaros, que después se quedaron en la municipalidad parece. Pero eran varios de esas cerámicas que usted dice” (Extracto entrevista Juan Delgado, realizada el día 24 de Julio 2020). Años más tarde, en la comuna de Futrono, se presentan investigadores del Museo Regional de la Araucanía, en octubre de 1982, “para rescatar piezas de carácter arqueológicos” (Sánchez y Inostroza, 1984: 86) en los terrenos de la Caja de Compensación los Andes, rescatándose 10 piezas cerámicas identificadas en tres grupos “rojo engobado [Pitrén], blanco sobre rojo [Tringlo, Lago Ranco] y rojo sobre blanco [Valdivia], el primer grupo es el más abundante, tanto en fragmentos recogidos como piezas completas.” (Sánchez y Inostroza, 1984: 86).

Dos registros arqueológicos vinculan hallazgos a los complejos alfareros Pitrén y Vergel en la cuenca del Lago Ranco. Uno ubicado en la actual comuna de Lago Ranco (Aldunate, 1989, Adán y Mera, 1997; Mera y Munita, 2008) y el otro en la comuna de Futrono (Sánchez y Inostroza, 1984). En 1960, el profesor Guillermo Franco informa sobre un hallazgo arqueológico, dando cuenta de cementerios prehispánicos en la localidad de Lago Ranco, parque Lautaro, registrando la existencia de al menos 5 cementerios: “se trata de 2 cementerios asociados al período alfarero temprano (complejo Pitrén), 2 al Alfarero Tardío (asociados al estilo Tringlo o Ranco) y otro también del mismo período, pero asociado al estilo Valdivia....” (Franco, 1960 en Mera et al., 2008: 4) El profesor Guillermo Franco fue invitado por el sr. Duhalde, alcalde de la época, para inspeccionar el material encontrado, producto de excavaciones informales en el proceso de ampliación del radio urbano. (Mera et al., 2008: 4).

Cerámicas representativas del período prehispánico. Colección privada Museo particular propiedad de Oscar Soto. Sector Loncotregua, Comuna de La Unión. Fotografías: Felipe Guarda

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De las evidencias de estos dos descubrimientos arqueológicas en la cuenca del Lago Ranco, se afirma la presencia de grupos alfareros tempranos, Pitrén, y tardíos Vergel, en un mismo nivel, lo que también propone convivencia de diferentes grupos y expresiones culturales “parece indicar que el complejo Pitrén permanece hasta tiempo bastante tardíos, coexistiendo con otros desarrollos y marcando una evidente heterogeneidad cultural de los territorios de la región centrosur” (Adán y Mera, 1997: 36).

8 Existen pocas investigaciones de carácter arqueológico para la cuenca del Lago Ranco. Pero desde el 2011, investigadores se han dado a la tarea de registrar y sistematizar histórica y arqueológicamente este territorio puesto que “El estudio arqueológico del lago Ranco cobra relevancia en el contexto del conocimiento de las ocupaciones cordilleranas identificadas en lagos septentrionales como el Calafquén desde el período Arcaico” (Adán et al., 2012: 498).

Alrededor de la cuenca del lago Ranco, existen muchos otros hallazgos que jamás han sido registrados e investigados, más bien, son parte del recuerdo de nuestras y nuestros entrevistadas y entrevistados, como es el caso de María Elena González y Germán Bascur, quienes nos manifiestan: “nosotros una vez trabajando la pampa [en el sector de Chollelhue, Arquilhue], haciendo barbecho para sembrar, encontramos unas bandejas así de greda [nos indica la dimensión con las manos], que el timón las hizo pedazo, las partió a la mitad. Y ahí donde escarbábamos salía greda, cántaros, pedazos de cántaros. Pillamos jarritos, de todo (...) eran cafecitos, como el mismo color de la tierra, cafecito. Y sabe que eso era muy bueno para remedio, mire como son las cosas” (Extracto Entrevista María Elena González, realizada el día 27 de agosto de 2020). “y ahí hicimos una piscina y salieron cántaros, salieron como 12 cántaros, así vacíos no más, salieron hartos cántaros ahí. El finado se llevó unos pocos para Santiago y otros pocos quedaron ahí para muestra (...), eran medio cafecitos, así como es la greda, no tenían nada de pintura, no tenían nada de figuras, eran así no más. ¿Quizás de que años serían?” (Extracto entrevista Germán Bascur, realizada el día 24 de Julio 2020). De esta forma la materialidad de estos hallazgos no solo evidencian permanencia de un grupo asociado al Complejo Pitrén en su período temprano en “la cuenca del Lago Ranco fue un sector preferentemente utilizado como parte del territorio de ocupación efectiva de estas primeras sociedades productoras de cerámicas” (Mera et al., 2008: 3), si no también, presencias y relaciones constantes con otros grupos alfareros posteriores, representados en los estilos cerámicos Tringlo y Valdivia, que estarían presentes y con evidencias de intercambio con los grupos de españoles arribados a la cuenca del Lago Ranco. Prueba de esto es la referencia etnográfica en Mera y Munita, 2008, mencionando un tipo de vasija anular usada como 20


lámpara “el señor Takeda que hace algunos años tuvo la oportunidad de convivir con los indígenas de la isla “Huapi”, en el Lago Ranco, nos informaba que efectivamente aún hasta hace muy pocos años era posible observar este tipo de lámpara” (Pino, 1965: 13 en Mera et al., 2008: 13). Lo medular de esta referencia, es que este tipo de vasijas perdura hasta relativamente la segunda mitad del siglo XX en la comuna (Isla Huapi), y su procedencia es del área de Angol, demostrando el alcance de las relaciones interculturales en un gran espectro territorial, desde épocas muy tempranas. El investigador Mauricio Van de Maele en la de década de 1960, realiza sistemáticamente prospecciones arqueológicas en diversos sectores de la región 9 , generando a partir de estos resultados un “Mapa Histórico – Arqueológico de la Provincia de Valdivia”. En este mapa Futrono es aludido (dentro otros registros), con presencia de piedras tacitas 10. Los registros actuales de estas piedras son las siguientes: Loncopán 1, Loncopán 2, piedras tacitas Piñera, ojo de Coique, piedras tacita Coique (Sociedad Ganadera), Trin-Trin 1, Trin-Trin 2, Puerto Nuevo y Caja Compensación Los Andes (Adán et al. 2012: 505). Estos bloques o piedras tacitas corresponden a “otro tipo de asentamientos significativos y singulares a esta cuenca. Hasta ahora constituyen el único conjunto de este tipo conocido en la zona CentroSur” (Adán et al. 2012: 502).

1.5. Recapitulación

9 Algunas de las investigaciones arqueologías fueron: La exploración y registro de los petroglifos (grabados en roca) de Cachillhue en la comuna de Río Bueno, Cayuruca comuna de Lago Ranco y en una cueva de la comuna de Panguipulli. Además, realizó excavaciones en el sector de Cocule comuna de La Unión, y en la antigua Misión de Quinchilca comuna de Los Lagos. (Van de Maele, 1965). 10 Las piedras tacitas, son oquedades (desgastes en forma de orificios originando formas de plato o tacitas) en rocas las que tienen dos interpretaciones. Por una parte, horadaciones en bloques de piedra en su plano horizontal cuyo fin es la de contener algo. Y por otro lado, se relaciona con la cosmovisión mapuche, en donde estas piedras estarían imbuidas de poder, y sobre las cuales se realizarían rogativas o ofrendas las que despositan sobre estas (Campbell et al., 2020: 263)

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"Piedras Tacitas". Sector: Trin-trin, Agrícola Los Corrales S.A Fotografías: Felipe Guarda - Christopher Carrasco.

"Playa Calcurrupe" - Lago Ranco Fotografía: Felipe Guarda

La historia prehispánica del centro – sur de Chile, es interesante dado la antigüedad de los registros como es el asentamiento Monte Verde, en particular, y la presencia y diversidad desde muy temprano de los grupos de cazadores y recolectores del Arcaico y los grupos alfareros posteriormente, los que convivieron y perduraron hasta épocas tempranas de la conquista y colonia española (siglos XVI-XVII).

Estas evidencias nos muestran a los humanos en la naturaleza, incluyendo los desafíos en esta relación y la apropiación cultural de esta naturaleza, ahora domesticada; mediante el conocimiento de los recursos naturales (flora y fauna), movilidad territorial terrestre y fluvial, significaciones rituales y simbólicas de lagos, montañas y volcanes, etc.

Asimismo, se demuestra la gran adaptabilidad de estos grupos, y el conocimiento de los recursos disponibles en los ambientes lacustres y cursos de agua (ríos, esteros, etc.), así como también, de los bosques templados lluviosos característicos de la región.

Finalmente, la comuna de Futrono se registran evidencias tempranas de los complejos alfareros Pitrén y Vergel, lo que también presume que corresponden a la base cultural de los pueblos mapuche – huilliche. 22


2. CAPÍTULO: CONQUISTA Y COLONIA (1552 – 1820 D.C) Volcán Mocho - Choshuenco Fotografía: Patricio Higueras

2.1 Resumen

Durante este período (1552 – 1820) en la actual comuna de Futrono, los antecedentes históricos nos informan de la llegada de los españoles a la región, y su paulatina penetración en el territorio, mediante la construcción de fuertes defensivo – militar, y de los primeros enfrentamientos asociados a estos enclaves, entre las huestes hispanas y las comunidades originarias. Conjuntamente, se entrega información acerca de la cultura mapuche, principalmente dos elementos que nos permitan comprender la historia cultural de esta nación, relacionada a la adaptación de la geografía de cuenca y bosques templados. Además, se describe las principales motivaciones y causas subyacentes para que la administración colonial española, con asiento en la ciudad de Valdivia, iniciaría procesos de incorporación territorial, que para nuestro interés es la zona de lagos precordilleranos. De lo anterior, se identifican los siguientes: La búsqueda de yacimientos de oro, misiones religiosas, el imaginario de la ciudad de los césares, los principales tratados y parlamentos, y finalmente, el establecimiento de relaciones comerciales de frontera, debido al uso del paso cordillerano de Llifén o Ranco como corredor e intercambio de bienes y otros.

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2.2 La Nación Mapuche – Huilliche en la comuna de Futrono: Sociedad Ribereña y su Relación con el Bosque Templado del Centro Sur de Chile.

En el primer capítulo, anticipamos presencia en el territorio de grupos culturales que, al arribo de los españoles, desarrollaban una economía recolectora, con conocimientos y especialización sobre su medio ambiente. Su horticultura era realizada a través de claro de bosques (tala y roce), domesticaban animales. Se registran expresiones culturales especializadas como la alfarería, lo que también evidencia interacciones e intercambios culturales entre grupos de distintas zonas geográficas del país (norte - sur), demostrando el gran dinamismo, movilidad y desarrollo de estos grupos originarios (Aldunate, 1989).

El conocimiento del medio, la agricultura, la movilidad, la herencia de los complejos Pitrén y Vergel, elementos hispanos como el caballo 12 y otros varios insumos; originarían la amalgama que daría nacimiento al pueblo que hoy conocemos como Mapuche, nación que sería el origen humano inmediato en el territorio de la actual comuna de Futrono y sur de Chile (Aldunate, 1989, 1996). Ante las limitaciones de este estudio, no se podrá abarcar y profundizar la historia de la nación Mapuche 13, pero plantearemos dos elementos conceptuales que para esta investigación ayudarán en la comprensión de la historia cultural mapuche y su relación con el medio y geografía del territorio futronino, y que, a la vez, evidencia una compleja organización social desde su origen cultural. Uno de estos conceptos, es la propuesta de Bengoa (2003), la cual es, reconocer a los mapuches no solo como gente de la tierra 14, sino que también como sociedad ribereña, explicación que tiene una relación directa con los asentamientos cercanos a los lagos y ríos, y la movilidad de los mapuches en nuestra geografía de cuenca, respecto de la navegabilidad cuerpos y cursos de agua.

Es durante la conquista y colonia española (1552-1820) que debido a: “Las fuertes presiones [de los españoles] imponen una mayor cohesión a estos grupos heterogéneos, los que enfrentaban unidos todo el período de la Frontera, produciéndose una fusión cultural que también integra fuertes elementos hispanos, como el caballo, dando origen a lo que hoy denominamos cultura Mapuche” (Aldunate, 1996: 111).

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12 Durante la colonia la sociedad mapuche recibe el influjo de variados elementos hispanos, entre ellos los animales propios de los europeos, como vacunos, ovejas y caballos. Este último, el caballo, sin duda sería determinante para este pueblo. Su perfecta adaptación en el territorio y su gran utilidad para el desplazamiento, lo elevaría inmediatamente como uno de los elementos mas preciados y con mayor simbolismo dentro de la cultura mapuche, erigiéndose como un símbolo de status. La habilidad de manejo era indispensable, sobre todo en la época guerra. De acuerdo con algunos estudios, a partir de la adopción del caballo, este se asemejaría a los complejos ecuestres de los indígenas norteamericanos (Aldunate, 1989: 117-118). 13 Una introducción a la historia de los Mapuches se puede encontrar en Bengoa (1996; 2003). 14 Comúnmente la palabra mapuche, es definido y dominada desde el idioma español como gente de la tierra. Creemos que es una cosificación y simplificación, que no reconoce lo complejo de la definición real de la palabra mapuche.

Las referencias, al uso de embarcaciones o canoas en la cuenca del Lago Ranco, se encuentran desde muy temprano en los escritos de cronistas españoles como Mariño de Lobera (1865) y Rosales (1877): “Cuando el gobernador vino al edificio este fuerte [San Pedro de Ranco] trajo consigo dos piraguas que son a manera de barcas (...) con designio de llegar a las islas que hai en ellas (...) fue navegando hacia la mayor isla que tiene de box cosa de cuatro leguas, donde hai doscientos indios que a la sazón estaban bien descuidados de esta entrada. Y antes que las piraguas llegasen a la isla hallaron cuatro canoas grandes llenas de indios rebelados” (Lobera, 1865: 402). “La laguna de Ranco tiene una grande isla en medio capaz de muchos indios, y el año de 1654 hizieron una maloca 15 los españoles, entrándola con canoas, y cogieron 200 esclavos dentro de la isla, y mucha gente se escapó en sus embarcaciones” (Rosales, 1877: 255)

La ocupación lacustre mediante la navegación, articularon el territorio, esto, a través del establecimiento de rutas fluviales, las cuales comunicaban distintos puntos dentro de los lagos Ranco y Maihue, y a la vez, como nexo entre estos lagos surcando el río Calcurrupe, asimismo los ríos se configuraron como las entradas y salidas hacia los llanos de Rio Bueno, Osorno y la costa del pacífico; ocupación y comunicación de y entre las islas insulares como la Huapi, Colcuma, Peñique, etc. Todo esto deviene de este dominio de la navegación por parte de la cultura Mapuche. El concepto de red como conjunto integrado de rutas, que interconectan los diversos puntos de la cuenca “hacen legibles en el sentido de organizar y facilitar los desplazamientos en el espacio” (Golledge, 2003: 38-39 en Carabias, 2010: 101). De la navegabilidad de los mapuches en los cuerpos y cursos de agua en la cuenca del Lago Ranco, mediante el uso de wampos o canoas, será abordado más adelante, en conjunto con testimonios orales. Esta cultura ribereña demuestra la adaptación de los mapuches en

esta región y los conocimientos referidos a los recursos disponibles del bosque templado 16 , específicamente en relación con la “tecnología de la madera” (Carabias et al 2010: 88), particularmente en la construcción de canoas hechas de maderas como el laurel. “la utilización de los bosques fue intensa y aún subsiste entre los actuales mapuches. Gran parte de la cultura material de este pueblo está ligada a la madera y su industria” (Aldunate, 1996: 114). Y es este, el segundo elemento interpretativo para la comprensión cultural la relación bosque – Mapuche. Los antiguos mapuches - Huilliches nos señala Otero (2006: 33), practicaron una agricultura de claro de bosque en la cual “luego de desmontar un área de entre una y dos hectáreas, y cultivarla por dos o tres años seguidos, se abandonaba, permitiendo la regeneración del bosque durante un período de 15 a 20 años, en que los suelos recuperaban su fertilidad”. Esta práctica era realizada en los lomajes y faldeos cordilleranos, e implicaba abrir claros en los montes, mediante el roce y la quema, para luego limpiar, preparar el terreno fértil producto de las cenizas, que posteriormente serían sembrados con productos como la papa, maíz, quínoa, tabaco, camote, entre otras siembras. Este tipo de agricultura, para una familia en un espacio de entre 50 a 100 hectáreas no sería perjudicial para el medio, por tanto, no alteraría los ciclos naturales de regeneración de los bosques. (Otero, 2006). 15 Las malocas es una denominación mapuche, que posteriormente se incorporó a la lengua española “para aludir a acciones rápidas, cortas y violentas de indios a tierras o poblados españoles o viceversa, con el objetivo de capturar prisioneros, destruir casas y sementeras o coger botín” (Urbina 2009, en Muñoz-Morandé et al, 2013: 16). 16 De acuerdo a Mera (1995:65), los bosques templados del centro sur de Chile “es una larga historia de alteraciones por parte de los seres humanos”. Conjuntamente, la humanidad es asimismo una historia gradual del abandono de los humanos con el bosque, imponiéndose una visión e interacción para con los bosques como espacio proveedor de bienes de supervivencia. En el caso de la comunidades indígenas del período colonial, el bosque es “un dominio esencialmente ajeno, misterioso y revestido de profunda espiritualidad. El acercamiento utilitarista de estos pueblos a los bosques puede describirse como una estrategia de bajo impacto, una explotación de bordes e intersticios” (Mera, 1996: 66).

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El uso del fuego para la habilitación de los espacios económicos-productivos de las familias Huilliches del territorio no tiene un impacto significativo en el bosque, aunque si es verdad que existen registros de grandes incendios antes de la llegada de los españoles, producto de lo incontrolable del fuego y en días de estío “los alerzales de la Cordillera Pelada – al parecer – ya habían sido quemado a la llegada de los españoles” (Guarda, 2001 en Otero, 2006: 46). La estrecha relación de los mapuches con el bosque templado es más que un espacio para la agricultura. El bosque atañe otro tipo vínculos, como el conocimiento botánico de las especies (Mösbach, 1999), la recolección de frutos, raíces, fibras, hongos, químicos de la madera 17 etc., maderas para la producción de utensilios, viviendas, herramientas, canoas, instrumentos musicales, etc; maderas como el canelo para esculpir los rewes y construcción de ataúdes; leños para el abrigo, y un espacio – el bosque – con especies con un alto grado de sacralidad y espiritualidad “el bosque para los mapuches es fuente importante de plantas medicinales muchas de las cuales, por su extrema relevancia, fueron elevadas a categorías religiosas” (Aldunate et al, en Mösbach, 1999: 30).

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Tanto la cultura ribereña y la relación mapuche – bosques, se vinculan con dos de las características geográficas más representativas de la comuna. Una cultura ribereña asociada a nuestros lagos y ríos bajo un sistema de redes de comunicación e integración, y un fuerte vínculo sagrado con el bosque templado lluvioso. Lo que en definitiva no solo es el uso material de esta geografía si no que, además, estos vínculos (lagos y bosques) son parte constructiva de la historia e identidad cultural mapuche (Guerra et al 2019; Skewes et al 2015 y Skewes et al, 2016).

17 Uno de los productos de mayor uso entre mapuches y picunches fue el quillay, cuya corteza era utilizada como jabón para el lavado, principalmente el pelo. Esto debido a la concentración de saponina en la corteza del quillay (Bengoa, 2003 en Otero 2006: 56).

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"Paisaje quemado". Bosques templados lluviosos del centro sur de Chile. Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt, Clasificación: VA15_S32_005

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1) Ruca y Familia Mapuche

Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt, Clasificación: VA15_S53_014

2) Wampo navegando

Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt, Clasificación: VA15_S63_030

3) "Bruma invernal"

Sector Puerto Nuevo fotografía: Felipe Guarda

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2.3 De cartas y crónicas españolas: Primeros registros del pueblo Mapuche y Penetración hispana en el territorio.

“La región de Ranco y su “Hinterland” nos merece especial atención. Llifén y Maihue eran muy poblados y en Arquilhue encontramos un gran cementerio de indios, en el cerro Mirador, y en la llanura de dicho fundo aún se puede contemplar la antigua plaza de los indios (...) a orillas del Río Pillanleufu existen aún fortificaciones de los españoles y el escribe estas lineas [se refiere a Ercilla] ha encontrado en el mismo fundo y a gran altura dentro del bosque, canales de regadío, por los cuales los indígenas derivaron el agua de las quebradas para regar las lomas adyacentes” (Meyer, 1982: 296). A partir del registro documental como cartas y crónicas desde la conquista española, se obtienen las primeras alusiones y descripciones de los mapuches de esta región araucana y más al sur. “Notables concentraciones humanas son descritas para el valle central al sur y oriente de la cordillera de Nahuelbuta, en la bahía de Valdivia y en el Lago Ranco” (Aldunate, 1989: 342). Pedro de Valdivia en una carta dirigida al emperador Carlos V dice: “Lo que puedo decir con verdad de la bondad desta tierra es que cuantos vasallo de vuestra Majestad están en ella y han visto la Nueva España dicen ser mucha más cantidad de gente; es toda un pueblo e una simentera y una mina de oro” (Ada et al, 2010: 31).

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Las primeras referencias que aluden al territorio de la cuenca del Lago Ranco, se encuentran en las crónicas de Españoles como Góngora Marmolejo (1862), Mariño de Lobera (1865), Diego de Rosales (1878), Carvallo y Goyeneche (1873), las que demuestran la presencia no solo de habitabilidad de esta zona por parte de los pueblos originarios (Huilliches y Pehuenches según sus relatos) en los sectores de Maihue, Llifén, Arquilhue, Isla Huapi, etc., si no que además, del establecimiento de fortificaciones para el resguardo y estrategia (enclaves) de los españoles como una forma de penetrar en el territorio en los siglos de conquista y colonia. La primera ciudad fundada en la región fue Santa María la Blanca de Valdivia el 09 de febrero de 1552, por Pedro de Valdivia, su ubicación estratégica, cercana al puerto y salida al océano Pacífico, y los recursos naturales propios y abundantes de la región, fueron los alicientes necesarios para el asentamiento permanente en la región y “un núcleo de expansión de la ocupación y colonización hispana” (MOP, 2010: 112). Como ya mencionamos, los cuerpos de agua y sus cursos, como los magníficos ríos de la región, se constituyeron como senderos naturales, que facilitaban la penetración de los españoles “y una fácil comunicación con dispersos encomenderos ocupados en la explotación de minerales como el oro de Madre de Dios y otros recursos naturales como las preciadas maderas de Valdivia” (MOP, 2010: 16). Posteriormente, se fundan las ciudades de Villarrica en 1552 y Osorno en 1553, lo que paulatinamente va instaurando a lo largo de los siglos un dominio del territorio. La incursión de los españoles a esta zona precordillerana obedece “al imperio de una cultura minero-extractiva. Los primeros españoles eran mineros no agricultores” (Bengoa, 2009). Por tanto, la búsqueda siempre fue ligada a los yacimientos de o ro, que fue el gran motivo para la creación de enclaves – fuertes – al interior de la región; para ocupar y organizar el territorio, y someter a los pueblos

mapuches, bajo los instrumentos de instituciones como la encomienda y las mercedes de tierra (Fernández, 2006). “si nos remontamos a los primeros tiempos de la conquista de esta provincia [Valivia], en que cada indio de encomienda estaba obligado a llevar diariamente a su amo el valor de dos pesos de polvo de oro (tan comunes eran los lavaderos y el oro en esta época).” (Gay, 1835 en Peralta, 2016: 87). Pero esta penetración hispana necesita de al menos dos elementos: caminos 18 y asentamientos al interior, cual tónica fueron los fuertes, que aún hoy se pueden encontrar vestigios de este pasado colonial (Adán et al, 2010, Fernández, 2006; Mera et al, 2008, Van de Maele, 1968). Uno de estos sitios estratégicos fue el fuerte de Quinchilca, construido en los años 1582-1583, bajo mandato del gobernador Ruiz de Gamboa. Este fuerte estaba destinado para “la lucha contra el alzamiento de indios cordilleranos” (Van de Maele, 1965). Dejando en esta plaza a 40 soldados a cargo de un capitán. Posteriormente, la zona de Quinchilca bajo la ocupación de misiones, se constituiría como la entrada al boquete de Ranco.

“Mandó a edificar una fortaleza con su contrafuerte y cabas hondas y llenas de agua, el cual comenzó un lunes postrero de octubre del mismo año de 80, y dentro de dos días se puso en el la última mano intitulándose el fuerte de San Pedro. Este hizo el gobernador para refujio de los indios reducidos que venían temerosos de los demás de su patria poniendo en el 50 españoles que los defendiesen y amparasen (...) se llama a este fuerte San Pedro de Ranco” (Lobera, 1865: 401). “Quando la tierra de Valdivia y Osorno estaba en paz, se hizieron tres fuertes para que 1os indios se mantuviessen en ella en 1os puestos de Renigue [Curriñe?], Mangue [Maihue] y Liben [Llifén], y por cabo de todos ellos estaba el Capitán Martín de Santander, con que 1os indios estaban sujetos y sacaban oro para sus amos, que este era el fin con que 1os españoles sugetaban a 1os indios” (Rosales, 1878: 211). “y habiéndose pasado en esto algunos meses volvió a la fortaleza de Ranco y Lliben donde los rebelados estaban contumaces en su porfía, por esta causa los perseguía con gran frecuencia saliendo a correr la tierra y destruyéndoles sus haciendas por hacerlos rendir a fuerza de vejaciones” (Lobera, 1865: 421).

En la cuenca del lago Ranco, se registran los fuertes de Arquilhue, Curriñe, Huequecura (Llifén), Coique, Puerto Lapi (Fuerte San Pedro de Ranco). Además, se alude a las minas de Chollelhue en el sector de Arquilhue, frente a los baños de Chihuío. El fin de esta retahíla de fuertes fue la conformación una ocupación defensivo-militar, para la ocupación del territorio precordillerano (Fernández, 2006, Van de Maele, 1968). 18 Hacia finales del siglo XVIII, tanto Guarda (1953) y Van de Maele (1968), identifican 4 y 3 caminos coloniales respectivamente. Ambos investigadores desde la historia y la arqueología ratifican una ruta establecida hacia el este (cordillera), la que seguía las misiones de Arique, Quinchilca para llegar al sector de Ranco.

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De acuerdo con Fernández (2006), hacia el siglo XVI, se produce un ordenamiento geográfico a cargo del corregimiento de Valdivia, conformándose siete sectores dependientes de Valdivia; dentro de los cuales encontramos el sector de la Laguna de Ranco. A su vez, esta comprende los siguientes subsectores: Lliten, Popillo, Suercón, Llobuco, Ponomo, Tenenco, Dollinco. Lo interesante de este registro, es que cada uno de estos subsectores es entregado a un encomendero, herramienta con la cual los españoles se internaron en el territorio, sometieron (en algunos casos), a la población indígena para usufructo personal de lo trabajados generados por estos, que fundamentalmente estaba relacionado con los yacimientos auríferos, si hubiere. Continuando con Fernández, se menciona lo siguiente: “Llifén, Llitén o Lliven: Encomienda en la laguna del Lago Ranco, fue entregada primero a Hernando de Aranda Valdivia (4.IV.1558), más tarde es traspasada a Juan de Matienzo (24.IV.1563). Llollinco o Dollinco: Estuvo emplazada en las cabezadas de la laguna del Ranco. Entregada inicialmente a Alonso de Corral (1554), y posteriormente a Juan Montenegro (3.VIII.1565). LLobuco, Ponomo y Popillo: También estuvieron emplazadas en las cabezadas de la laguna del Ranco, y al igual qe la anterior perteneció primero a Alonso de Corral y luego a Juan de Montenegro respectivamente (1554-1562)”. (Fernández, 2006: 8). La investigación de Fernández es una clara muestra de la permanencia por parte de los pueblos originarios y de las incursiones de los españoles a estas remotas tierras en busca de oro, relaciones que por cierto distan de ser fraternas, la identificación de los fortines españoles como una suerte de avanzadas y enclaves en este territorio, son reflejos de este correlato. 31

“En el sector cordillerano los indígenas crearon un sistema de fortalezas o pucaraes no solo para hacer defensa de la invasión hispana sino que además ejercer un control efectivo y directo sobre los pasos andinos que comunican las ricas tierras de Valdivia con las fértiles llanuras de Neuquén, Limay y las Pampas del este, que en esos tiempos constituían los campos de caza de las tribus” (Fernández, 2006:10). Constantes fueron las luchas entre españoles y mapuches, en todo el territorio araucano, conociendo este episodio como la Guerra de Arauco (1550- 1656), donde la guerra narrada por cronistas, nos hablan de cruentas y copiosas batallas. Este siglo de luchas tiene su colofón, con el primer tratado de paz conocido como el parlamento de Quilín o las paces de Quilín, reconociendo la autonomía del pueblo mapuche y un espacio geográfico determinado, a cambio de ser vasallos de rey. Además, se consolida la frontera y se instauran relaciones comerciales de tipo fronterizo e inicio de venideros parlamentos y tratados. “Pedro de Aranda Valdivia que salió con cincuenta hombre a la provincia de Ranco donde estaban mas de 4.000 indios de guerra con propósito de no pasar hasta echar a los españole de sus tierras” (Lobera, 1865: 343). “en el mesmo tiempo tuvo el maestre de campo, una sangrienta batalla con los indios de Ranco y Mague, de los cuales quedaron muchos muertos; y heridos algunos de los españoles que eran poco más de ciento” (Lobera, 1865: 410). Los trabajos de León (1989) y Fernández (2006), nos hablan de una alianza estratégica-militar al sur del río Tolten entre grupos de distintas zonas geográficas mapuches, puelches y huilliches, para resistir los embates y avances españoles, ocupando y agrupándose en las fortificaciones de los peninsulares y combatir conjuntamente la invasión “los Huilliches al mando del Toque Pelantaro se alzaron y, la noche del 24 de diciembre arrasaron Valdivia, en una bárbara carnicería que abarcó los fuertes de Quinchilca y Arquilhue” (Fernández, 2006: 12).

Estos lazos no perduraron en el tiempo, más bien se abocó bajo un fín específico y en un corto período de tiempo, pero supo de cooperación militar “En su conjunto constituyeron un sistema defensivo regional que operaba bajo los dictados de una estrategia militar global” (León, 1989: 139) En 1598 se produce el gran levantamiento indígena 19 conocido en la hstoriografia como el desastre de Curalaba, desencadenando un ola ofensiva mapuche expulsando a los españoles de las ciudades de sur, como Valdivia, Villarrica, Osorno. Durante los años 1598 y 1644, se reconoce un período de recuperacion territorial indígena.

2.4 Misiones, Ciudad de los Césares y Pasos Cordilleranos: Una Forzosa Relación Fronteriza Insoslayable para la historia regional es mencionar lo sucedido en agosto del año 1642, cuyos antecedentes marcan el arribo a la costa valdiviana de barcos de comisarios holandeses, atraídos por el oro y el territorio despejado, producto del mencionado alzamiento indígena desde 1598. Debido a diversas razones este proyecto de ocupación holandés fracasó. Pero este suceso no fue un hecho aislado, más bien, motivó a la administración colonial española, para que, en un acto de soberanía, refundaran las ciudades al sur del Bío – Bío, ante esta evidente amenaza de potencias extranjeras. En 1645 se construyen las fortificaciones en la costa valdiviana, refundándose finalmente en 1647 la ciudad de Valdivia. (MOP, 2010). 19 Una de las razones que explican las causas de este levantamiento, que motivo, primero la destrucción todas las ciudades al sur del Bío-Bío. Fue la penosa y brutal condición de trabajo, a que fueron sometidos los mapuches, en torno a estos lavaderos o yacimientos de oro (Fernández, 2006; MOP, 2010).

En esta refundación española (1645-1820) de las regiones sureñas desde mediados del siglo XVII, progresivamente se comienza a planificar la integración y conexión de las poblaciones más alejadas de la plaza fuerte de Valdivia y Chiloé. Y es precisamente, dentro de aquellas poblaciones fuera de dominio español, que se encontraban las comunidades que habitaban la compleja zona lacustre y piedmontana del Ranco. La estrategia adoptada para la incursión fue un sistema de base “suave y pacífico”, es decir, dejar de lado las armas y la violencia, para en cambio, propiciar la actividad de las misiones jesuitas y luego franciscanas, los parlamentos (acuerdos, tratados) y el comercio de frontera (Alioto, et al, 2017: 61). “Los planes estaban basados en el método de inducir a los indígenas a que solicitasen misiones y agentes indigenistas coloniales que permitieran conformar un proceso integral de ocupación por asentamiento mediante la formación de estancias ganaderas, el establecimiento de misiones, la adopción de relaciones comerciales y circunstancialmente la construcción de alguna fortificación” (Alcamán, 1997: 42). Hacia la década de 1770, los originarios, no tenían relaciones de amistad con la administración española, no así, los asentados en los llanos de Río Bueno y Valdivia: “hasta mediados de la década del 70 los longko del río Calle-Calle y los llanos de Valdivia permanecían amistados con las autoridades coloniales (...) ajenos a estas relaciones [eran] los grupos emparentaos en las proximidades del Lago Ranco” (Alcaman, 1997: 42). “Por tierra adentro dirijiendose por Ranco hasta los pehuenches, que por dentro i fuera de la cordillera llegan hasta las pampas de Buenos Aires, pero no se permiten que internen por el los españoles, i solo en 1774 se adquirió el 32


armisticio de los caciques del citado Ranco, a cuyo terreno ya llegan nuestros conchavadores (Martínez, 1898: 99). “la cordillera tiene muchísimas guaridas para los indios, de suerte que, refugiados en ellas, no ha quien los pueda ofender; porque los pasos, sobre ser difíciles y muy fragosos (...) puestos dos o tres indios arriba de los cerros y dejando caer peñascos y echando piedras, que hay en abundancia, matarán a cuantos intentaran su entrada, sin poder ser ofendidos de las bocas de fuego” (Alcamán, 1997: 39). En 1774, el hijo del cacique de Quinchilca se comunicaba con el gobernador Espinoza, para informar que “los indios del Ranco adentro, que son alzados, que no nos comunican, se habían juntado con los pehuenches y puelches de aquella parte y habían ajustado el venir juntos a dar contra el cacique su padre” (Alcamán, 1997: 43). Lo que derivó en el envío de un destacamento al mando de el teniente de milicias Juan Enríquez, quien reprimió a los alzados en conjunto con los caciques amistados, y recobrar el dominio de la zona. A partir de este punto las relaciones entre los naturales y los españoles comenzaron a acercarse, “desde entonces la zona al margen de la margen norte o entrada de Ranco se puede considerar de indios amigos y que pueden ya entrar y salir españoles, que el camino no tiene mucha montaña a retazos” (Alcamán, 1997: 43). El 19 de enero de 1775, se celebra el parlamento de Valdivia, asistiendo longkos de la región, dentro de los cuales existió representación del Ranco, de las relaciones establecidas, una fue la incorporación a la jurisdicción de Valdivia “el piedmonte cordillerano, en la margen septentrion al del lago Ranco dondehabitan unos Mapucheshuilliches considerados buenos y ricos en ganado” (Alcaman, 1997: 44).

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Para la administración colonial la expansión hacia el interior, es decir, hacia la región precordillerana, era necesaria, debido a la alicaída economía y falta de insumos para la subsistencia de los vecinos de la administración de la ciudad de Valdivia, fundamentalmente en lo que a abastecimiento de ganado refiere. Reflejo de este proceso de incorporación territorial, es que se comienzan a conformar grandes haciendas (por asignación y compras) para la crianza de ganado, las que son explotadas en el siglo XVIII. Esto también responde a la penetración en el territorio desde Valdivia al interior para ocupar los grandes sectores agrícolas paralelos a la cordillera entre los Lagos Riñihue y Ranco “Los sectores cordilleranos comprendidos entre el volcán Choshuenco y Futrono, con una extensión de alrededor de 40.000 hectáreas, pertenecieron a la sucesión de Julián de la Guarda Valentín, en la que se han conservado hasta 1970” (Guarda, 1973: 224).

2.5 Misiones Jesuita y Franciscanas Entre los años 1742 hasta 1767, son las órdenes jesuitas quienes se adentran en el territorio estableciendo misiones y haciendas para la explotación agropecuaria, proyectando lineas misionales de la cuales una se orientaba hacia Quinchilca, los lagos Riñihue y Ranco (Adán et al, 2010: 47). Los jesuitas levantaron estancias la cuales propiciaron los contactos entre la población hispana y los nativos mapuches huilliches. En 1767 los jesuitas son expulsados por mandato del rey Carlos III. Desde la segunda mitad del siglo XVII, se registra una intensa actividad misional llegando a los sectores de Toltén (1645), San José (1752), Nahuelhuapi (1647), entre otros. (MOP, 2010). Esta actividad se concentra en Valdivia, pero se hace mención a:

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1.Fotografía grupal después de una misa dominical.

2 Fotografía referencial de una clases, dictada por un monje capuchino

Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt, Clasificación: VA15_S59_006

Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt, Clasificación: VA15_S60_010

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“capillas y cruces en el Ranco, y en 1647 cuando el Padre Francisco de Vargas visita al cacique Alcapangui en los llanos, éste recuerda que solían tener una iglesia y solicita que se deje instalada una cruz” (Adan et al, 2010: 43). “El Padre José de Zuñiga quiso continuar la obra evangélica de Mascardi, fundando al occidente de la Cordillera, en las inmediaciones del Lago Ranco, una segunda mision, que abandonó en 1686” (Moreno, 1897: 58). La posta dejada por la compañía de Jesús es tomada por la orden franciscana “el trabajo de los religiosos significó tanto la evangelización y educación de los “naturales” mediante la catequesis en mapudungun” (MOP, 2010: 17). Con esto comenzaron una ocupación y explotación del territorio, y principalmente el sometimiento indígena, gracias a esta obra evangelizadora, que es una forma de control social y aculturación bajo símbolos y elementos occidentales como la religión, la lengua, la educación, etc. Posteriormente, en 1777 se crean las misiones de Río Bueno y Quinchilca, y en 1787 la de Daglipulli y Cudico. Recordemos que las misiones fueron propiciadas por la administración colonial española, para ocupar el territorio, bajo en algunos casos establecer misiones-fuertes como una solución mixta de asentamiento e intervención pacifica del territorio: “Los franciscanos —a diferencia de sus antecesores jesuitas— establecieron misiones fijas, que no servían de centro poblacional o residencia de los nativos, pero sí de centro de atracción para el intercambio comercial, la celebración de los sacramentos (bautismo, matrimonio) y la realización de convites de comida y bebida a los que invitaban los misioneros para granjearse la buena voluntad de los indios” (Alioto et al, 2017: 61)

2.6 El Ranco, Refugio de los Osorneses. El imaginario de la Ciudad de los Césares. Si existe un imaginario que movilizó expediciones tanto en el territorio de Chile y de Argentina, fue la mentada “ciudad de los césares”, leyenda que postulaba la existencia por parte de españoles, misioneros, extranjeros e inclusive de naturales de “una población de españoles extraviados en el siglo XVI que originalmente se suponía que se encontraban en las inmediaciones del lago Ranco y posteriormente del lago Puyehue” (Alcamán, 1997: 43). Esta población de españoles altos, blancos y de barbas rubias conservaban grandes cantidades de oro y plata. En el siglo XVIII en la ciudad de Valdivia, esta información era el estímulo suficiente para movilizar cohortes de españoles y misioneros para dar con el paradero de la ciudad dorada. La importancia de la leyenda de los césares, radicaba en la hipótesis que esgrimía con amplia difusión y “certeza” que su asiento se encontraba en las inmediaciones del Ranco . Estas noticias eran alimentadas por los originarios, sobre todo, desde que los naturales del Ranco 20 se incorporaban al avance español mediante las relaciones fronterizas. “la desconocida geografía del territorio, especialmente al pie de la cordillera con sus bosques, lagos y ríos, ayudaba a creer que pudiera haberse mantenido una población española ajena a Chiloé y Valdivia” (Urbina, 2009: 175). En 1773, se presenta ante el gobernador Joaquín de Espinoza, el cadete Juan Enríquez, introduciendo el tema de los césares exponiendo noticias muy certeras de la existencia de una población de españoles cercana al Lago Ranco.

En 1777, emprende desde Valdivia una expedición motivada por esta leyenda, a cargo del Capitán Ignacio Pinuer. El resultado fue paupérrimo, pero a partir de esta expedición se fundó a orillas del Río Bueno el fuerte de la Purísima Concepción, cimentando el camino real como paso desde Valdivia a Chiloé (Urbina, 2009: 180 - 185). Evidentemente, con el pasar de los siglos y a pesar de las constantes informaciones y expediciones como las del fray Francisco Menéndez (1779; 1786; 1791 y 1793), nunca se encontró tal ciudad. Sin embargo, estas infructuosas campañas indirectamente contribuyeron en el conocimiento de la frontera Hulliche, espacio infranqueable hasta las paces y acuerdos mencionados en párrafos anteriores. “los militares y presidiarios pobladores de la plaza habían estado encerrados en ésta, y solo en la primera mitad del siglo XVIII comenzaron a salir de ella intentando relacionarse con los huilliches” (Urbina, 2009: 173). El imaginario de los cesares fue un factor para que la administración colonial española, comenzará a generar los medios necesarios para ingresar al territorio del Ranco, seduciendo a los naturales, basados en el mencionado sistema suave y pacifico: Misiones, parlamentos, defensa y comercio.

Mapa de las misiones en el Sur de Chile,

Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt Código: VA15_S65_012

20 En la segunda mitad del siglo XVIII, surgió con fuerza la idea de los césares osorneses, en Valdivia. Esta teoría, cimentaba su base, desde el levantamiento indígena de Curalaba (1598 – 1604), cuando en la huida de los vecinos españoles de Osorno, estos se establecieron a los pies de la cordillera de los Andes, en algún sector de entre el Río Bueno y Chiloé (Urbina, 2009: 173).

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2.7 Paso cordillerano y relaciones comerciales Otro evento relevante a nivel regional, y que ayuda explicar el establecimiento de las relaciones fronterizas, es el tratado de las canoas de 1793, que viene a entablar una relación relativamente estable, entre los caciques de los valles y la cordillera de la costa. Lo medular de este tratado, es la delimitación de las esferas de influencia del cacicado mapuche y la administración colonial española, bajo el imperio de la corona española. Asimismo, se concede el territorio “desde la confluencia de los ríos Rahue y Damas hasta la cordillera de los Andes, con el fin de generar el paso y la libertad para continuar con el camino real que comunicara Valdivia con Chiloé y la repoblación de Osorno” (Alcaman, 2010:12-13). En mismo año del tratado 1793, se crean dos defensas: El fuerte San José de Alcudía en los márgenes del Río Bueno y el Reina Luisa a orillas del río Rahue en Osorno. A partir de ahí, las relaciones entre colonos españoles y naturales son relativamente más estables y permeables, abriendo la opción al ingreso de misiones y establecimiento de relaciones comerciales e intromisión de la cultura occidental (MOP, 2010: 114). Bajo este escenario, en las últimas décadas del siglo XVIII, las relaciones entre las comunidades de la zonas precordillerana y lacustre, como Futrono, y los de la plaza fuerte de Valdivia “conocieron un prolongado período de relativa paz que se evidenciaba en un creciente comercio interétnico a través del paso de Lliefen o Ranco” (Carreño, 2008) Para contextualizar, en la cuenca del lago Ranco se encuentra un sendero natural, que comunica las tierras chilenas con las provincias argentinas, conocido como el paso cordillerano de 37

Ranco o Llifén. El principal portal es Lipela, el cual “llegó a ser escenario de un intenso tráfico de ganado, aguardiente, abalorios, tabaco, prendas de vestir y gente, la puerta de un territorio de gran importancia política y económica para los indígenas” (Bello, 2011: 163). Uno de los productos más cotizados por los valdivianos era indudablemente el ganado, del cual los indígenas criaban y poseían en relativa abundancia, y que a partir de este comercio con la plaza de Valdivia, se transformó en una vital actividad económica. Pero los originarios de Chile, mantenian tambien buenas relaciones con los pehueches al otro lado de la cordillera, con los cuales en verano, único período en que el paso se encontraba habilitado sin el óbice de la nieve y el mal tiempo, transhumaban este ganado para que sea alimentado en los valles argentinos, y que para el próximo verano: “cuando los boquetes de los Andes estaban libres de nieve los pehuenches conducían el ganado hacia Chile, cruzaban la cordillera en el paso Ranco y en cuatro jornadas estaban en Valdivia donde intercambiaban el ganado, mantas y ponchos por aguardiente y otros productos a los comerciantes valdivianos o aucaches y españoles, como denominan a la población blanca” (Carreño, 2008). Para los meses de verano, enero y febrero la actividad de intercambio entre indígenas y no indígenas era bastante común. El intercambio de ganado y ponchos eran los artículos mas demandados por los conchavadores, quienes llegaban hacia este sector precordillerano “en cuyas riberas se encontraban varios poblados indígenas Maihue, Chanco, Huequecura, Futrolhue, Huapi y Tringlo, los que mantenian relaciones comerciales con grupos del otro lado de los Andes” (Carreño, 2008).

“Maihue para la mayor parte de estos indios, según ellos mismos nos lo dijeron, es solo un punto de descanso i seguridad. Pasan frecuentemente los Andes i, en compañía de los pehunches dan terribles malones a las poblaciones fronterizas arjentinas i vienen despues a gozar del botin de este lugar” (Señoret, 1877: 47). “Los indijenas suelen traer algunos tejidos de lana bastante apreciables por su finura, consistencia i vivos colores, pero es escaso el comercio que de ellos se hace, cuando por los buenos precios a que se venden en Valparaiso pudieran ser buenos articulos de esportación. Consisten en ponchos, frazadas, alfombras, etc.” (Sanfuentes, 1860: 247). Para Carreño (2008), este paso era guardado bajo mucho recelo por parte de los grupos indígenas del Ranco, no permitiendo el ingreso de españoles y foráneos. Es más, un signo de gran agravio para los caciques era no anunciar la llegada y penetrar el territorio sin su venia. La forma protocolar exigida para anunciar y solicitar permiso de entrada a este territorio, era a través de humaredas. Estas debian realizarse en Futrono, donde anunciaban su llegada mediante tres humaredas, posterior, se enviaba a un mensajero a las proximadades de las viviendas de los caciques y solicitar la autorización de ingresp. Una vez realizado este proceso, se dirigian hacia el sector de Arquilhue el cual era el escenario de los intercambios de bienes. Paradójico es que Futrono, que es una españolización de Futronhue (püthon: humo y hue: lugar), en lengua nativa signifique lugar de humos o humaredas (Meyer, 1982: 94). El boquete de Ranco era una ruta establecida de comunicación e intercambio entre la zona de Valdivia y las pampas argentinas. Tanto indígenas como residentes hispano-criollos, se vieron beneficiados por esta relacion, en la cual los valdivianos ponian a disposicion los excedentes que poseian principalmente aguardiente, y los indígenas intercambian sus productos cárnicos

y de elaboración como ponchos. Por tanto, la plaza fuerte de Valdivia se configuró como “espacio fronterizo marginal, funcionó, en gran medida, como articulador de las relaciones con los indígenas de la precordillera y las pampas, que se vincularon históricamente con la sociedad blanca” (Carreño, 2008).

Recapitulación Los originarios del Ranco - antes del contacto - poseían una compleja sociedad y abundante población. Eran expertos navegantes y conocedores de su ambiente. La penetración hispana reconfigura cultural y territorialmente la sociedad mapuchehilliche. En este período se identifican cruentas batallas, lo que genera estrategias militares en ambos bandos. Con el paso de los años, se acuerdan parlamentos los cuales reconocen a la cultura mapuche, y permiten progresivamente el arribo de occidente al territorio de la cuenca del Lago Ranco. Las Misiones, las ciudad de los césares y el paso cordillerano (boquete de Ranco), son los factores que posibilitan la permeabilidad de la frontera del Ranco. El colofón de este perídodo lo marca el proceso de independencia nacional. La ciudad de Valdivia adoptaría una posición y defensa de la corona española. Y no es hasta 1820 que el General Thomas Cochrane sortea el bloque defensivo de las fortificaciones hispanas en Niebla, Corral y Mancera. El 04 de febrero de aquel año, sin grandes obstáculos toma la ciudad liberando a la región de la monarquia española (MOP, 2010: 114). Este respaldo a la monarquía, traería consecuencias, una vez formada la República, dejando por un tiempo largo a Valdivia en su ensimismamiento, desconexón y en una grave crisis económica. 38


3.1 Contexto Histórico Regional.

En 1818 Chile se independiza del Virreinato del Perú y de la Corona española, comenzando a cimentar la conformación republicana como Estado independiente. Para nuestra región, entre 1820 a 1850, Valdivia está sumida en una crisis socioeconómica, producto de la guerra de independencia, mermando las reservas de provisiones de la ciudad y las fuerzas productivas de la región. Conjuntamente, con la retirada de los españoles, la ciudad quedó aislada, al desaparecer la conexión vía ruta marítima de Valdivia con el puerto peruano del Callao. En esta situación Valdivia dependerá de la integración con los puertos marítimos de la zona central del país. A esto se suma, las sublevaciones de los militares valdivianos en demanda de sus salarios impagos y el escape de capitales de los habitantes más ricos quienes abandonan la ciudad. Escaseaban los recursos para educación: Falta de escuelas y profesores. La economía de las familias se vio terriblemente afectada, aumentando los robos y asesinatos. En 1835 y 1837 azotan en esta región fuertes terremotos destruyendo buena parte de los edificios públicos y viviendas. (Bernedo, 1999; MOP, 2010).

3. CAPÍTULO . REPUBLICANO TEMPRANO 39

Laguna Tritraye - Futrono Fotografía: Felipe Guarda

Para ahondar en la crisis, desde el Gobierno las políticas se centralizaron. No existía voluntad en sacar a Valdivia de su grave situación. Puesto que, fue una ciudad que demostró lealtad a la corona española y era considerada una región periférica y poco poblada. A partir de 1840 las voces locales de protesta en demanda de políticas para la recuperación de la economía se intensifican. La respuesta fue preparar el terreno para el proyecto de colonización, designando como agente oficial a Vicente Pérez Rosales. (Bernedo, 1999).

En 1845 se iniciaría la colonización del sur de Chile como fórmula para el desarrollo de esta región. “Durante la primera etapa de colonización, la república de Chile puso a disposición un territorio con una superficie aproximada de 21.000 km2, formada por bosques densamente poblados, lagos, ríos caudalosos, pequeños núcleos de urbanos ( Valdivia y Osorno), y una población indígena dispersa” (Tillería, et al., 2017: 57). Con el establecimiento de los inmigrantes alemanes desde 1850, Valdivia vive un exponencial crecimiento industrial, logrando imponer sus productos y exportarlos a los principales mercados internacionales. Esto posicionaría a Valdivia como el principal polo agroindustrial del país a finales del 1800 y principios del 1900, gestando la llegada de mano de obra nacional a la ciudad, y consolidando el avance de la agroindustria alemana en la provincia. En este avance los indígenas fueron desplazados de las mejores tierras, relegándolos a la costa y los faldeos cordilleranos “bajo presión, con engaños y por compras, chilenos y extranjeros se hicieron propietarios de la mayor parte de las tierras” (Almonacid, 2009: 7). La propiedad de las tierras suscita un grave problema sociopolítico desde la segunda mitad de 1850, e inicios del siglo XX, cuestionando la legitimidad de los títulos y los procesos internos en las notarias y juzgados coludidos en este fraude. Posteriormente, se implementan una serie de leyes referentes a la propiedad de las tierras cuyo objetivo de fondo era el desplazamiento y radicación indígena. En este mismo siglo, la Araucanía fue sometida militarmente desde la década de 1860, avanzando progresivamente la frontera, hasta que finalmente en 1881 – 1883 se controla completamente la región (Almonacid, 2009).

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Un hito importante hacia finales de este siglo que impactó la economía regional y originó la reconfiguración territorial, fue la construcción del ferrocarril, que a lo largo de su línea férrea se crearon y/o potenciaron diversos pueblos en su camino al sur (estaciones) y comunicó las zonas al interior de la precordillera y la costa, como fue el caso de La Unión - Río Bueno y Corral, respectivamente. El ferrocarril integró efectivamente la provincia de Valdivia y las del sur, con el resto de los mercados nacionales, constituyéndose como el principal transporte de mercancías, materias primas y pasajeros. Asimismo, el ferrocarril modificó las vías de comunicación regionales, como la navegación lacustre y los caminos, los cuales desaparecieron o se integraron al circuito de la línea del tren (Camus, 1997).

3.2 Futrono en el siglo XIX En el siglo XIX, paulatinamente se gesta la actual comuna de Futrono. La incursión cada vez más recurrente de viajeros, exploradores, colonos, extranjeros, conchavadores, maloqueros, etc. hacia esta zona va configurando y uniendo esta agreste geografía, con el resto de la región. Recordemos, la grave crisis económica de Valdivia en la primera mitad del siglo, hacen de los intercambios comerciales con los huichilles precordilleranos y los pehuenches de allende los Andes, una de las vías para obtener ganado y otros insumos vitales para su abastecimiento. Un elemento distintivo de la historia la comuna de Futrono y la provincia en general, es la dirección y dimensión de la colonización. Regularmente, la ocupación colona tiene una orientación vertical norte – sur, surge desde el centro y avanza progresivamente a la periferia. 41

Pero dado la particularidad histórica de la provincia de Valdivia, bloqueada por la frontera de la Araucanía en el norte, la colonización se dio en forma horizontal oriente – poniente, inclusive traspasando la cordillera de los Andes. El paso o boquete de Ranco, tendría un papel articulador entre la precordillera y la ciudad de Valdivia. Como veremos más adelante, la exploración de Guillermo Cox en 1862 tenía una clara intención de búsqueda de vías para la colonización de las provincias de Neuquén y Río Negro en Argentina, motivadas por el gobierno de la época.

San Pedro (Muñoz – Morandé, et al., 2013; Verde Vivo, s/f). En el sector del sur del Lago Ranco serían las familias Duhalde, Machmar y Rettig, ocupando los sectores de Guiemén e Ignao. (Hunter, 1993).

La llegada de colonos a la cuenca del Lago Ranco, para Hunter (1993; s/f), tuvo dos métodos. La primera, fueron los descendientes de encomenderos quienes, a lo largo de los años, fueron ocupando estas tierras para la explotación agrícola, ganadera o forestal, evidentemente, ya no eran los españoles de 1600, si no más bien, un grupo de criollos que retornaron a estas antiguas cesiones de tierra. La otra forma, fueron compras y remates de tierras “Muchos de estos agricultores, también, participaron de los remates o ventas de grandes extensiones de tierra que el Gobierno de Chile, en 1873, decidió efectuar tanto en la zona de la Frontera y del Toltén al sur” (Hunter s/f: 34). A este apartado agregaremos la ocupación de tierras fiscales e indígenas a través de métodos como la fuerza y las triquiñuelas legales: Despojo, usurpación, corridas de cerco, títulos falsos, aprovechamiento del desconocimiento de las leyes chilenas por parte de los indígenas, entre otros métodos de violencia.

Complementando, esta ubicación en el tiempo y en el espacio de las propiedades colonas iniciáticas, en el periódico “El Orden” de la ciudad de la Unión, publicación del día 26 de marzo de 1898, se anuncia la siguiente venta de fundo:

Entre 1830 a 1850, se puede indicar la llegada de las primeras familias que llegaron a colonizar y ocupar el territorio de Futrono, siendo pioneras en este proceso las familias Monsalve, Rosales y Guarda. Además, se tiene registro de nombres como los de Fernando Acharán, dueño del fundo Dollinco, Manuel Florín, propietario de la hacienda Arquilhue, la familia De la Guarda dueños de los terrenos de Malo y Huite, Pedro J. Díaz Álvarez dueño del fundo

Nuestra entrevistada Edith Fuentealba, descendiente de la familia Monsalve nos dice “la primera familia que llegó fueron los Monsalve, luego los Rosales y en último lugar fueron los Guarda, ese fue el orden. Los Guarda llegaron en tercer lugar” (Extracto entrevista realizada el día 06 de julio 2020).

Los efectos en la naturaleza fueron irremediables, se quemaron enormes cantidades de añosas especies nativas, transformando el entorno en un paisaje quemado, predominando troncos en pie, pero carbonizados e inertes. El período de colonización fue la etapa de mayor degradación de los bosques nativos, principalmente por el uso indiscriminado del fuego (Camus, 2006; Elizalde, 1970; Otero 2006).

“ Vendo mi fundo ubicado en Futrono, en la subdelegación de Quinchilca es mui estenso y tiene engordas para mas de cien animales habiendo mas de cincuenta cuadras recién limpias y regadas de pastos. Junto con el fundo vendo una madera completa para casa de catorce varas. El fundo está situado a orillas de la laguna de Ranco. Para tratar verse con Ventura Guarda. Enero 14 de 1898.” De la venta del fundo por Ventura Guarda, se rescatan ciertos elementos que nos informan de la ocupación y asentamiento colona hacia fines del siglo XIX. Uno de estos elementos es la evidencia del desarrollo de actividades económicas como la forestal y la ganadera. Otro es la propiedad privada, indicando deslindes de terrenos del Futrono de fines de 1800. Pero el elemento trascedente de esta nota es la alusión a las limpias, donde el fuego fue el principal método de habilitar los campos dominados por los bosques nativos, para ser usados en agricultura en un primer momento, y luego ante la pérdida de la productividad de los suelos, se destinaban para ganado.

Extracto Periódico El Orden de La Unión publicado el 24 de marzo de 1898. Gentileza de Centro Cultural La Unión

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En cuanto al orden administrativo y municipal del siglo XIX, se consigna que el 11 de noviembre de 1885 se publica en el diario oficial bajo Decreto Supremo que dividida la provincia de Valdivia en subdelegación y distritos. De nuestro interés es la subdelegación Nº 8, la que se constituía por tres distritos a saber: “los de Quinchilca, Riñihue y Maihue y cuyos límites serían los siguientes: al norte, el río Calle Calle y el Lago Riñihue; al Este, los Andes; al sur y al suroeste, el Departamento de La Unión, separado por la línea que "divide los fundos de Huite y Malo, quedando éste a La Unión y prolongada esta hasta donde desemboca en río Coique en el Lago Ranco; y al Oeste, el río Collilelfu” (Hunter, s/f: 29). La primera elección municipal del municipio Calle Calle (ocupando el lugar de Quinchilca como asiento municipal), se realizó el 4 de abril de 1894 quien, en representación de Maihue, salió electo regidor Juan Guarda, descendiente de las familias colonas de Futrono. En 1897, se llevan a cabo las segundas elecciones, en la cual se reitera la representación de Maihue, esta vez en Santiago Guarda, padre de Santiago Guarda quien, en el siglo XX, ocuparía en reiteradas ocasiones la alcaldía de la fundada comuna de Futrono. El 14 de marzo 1900 en el inicio del siglo XX, se desarrollan las elecciones donde “una vez más aparecía integrando el Municipio un representante del distrito de Maihue, que involucraba a Futrono: Luis Monsalve propietario del fundo Cerrillos” (Hunter, s/f: 36). Hacia fines de siglo, ya existe una pujante ocupación del territorio, se registra representación administrativa de Futrono en los centros administrativos del Calle Calle, hay un desarrollo de actividades económicas, como la agricultura, la ganadería y la forestal. Todo esto contribuye a que poco a poco lleguen otras familias continuando con esta huella colona, y engrosar el asentamiento en las actuales comunas de Futrono y Lago Ranco. 43

Extracto Periódico “El Orden” de La Unión Publicado el 20 de junio de 1896. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

Signo de esta refulgencia es un hecho anecdótico y parte de las notas negras de los periódicos de la época, el cual es, el asesinato ocurrido en Coique a orillas del Lago Ranco en junio de 1896. Pero la huella colona no fue la única ocupación de este territorio. A continuación, se ofrecerá un panorama (casi)completo de registros de viajeros, exploradores, científicos, misioneros, etc., quienes nos muestran que desde 1835, existía una predominancia y ocupación del territorio de la Cuenca del Lago Ranco, por parte de las comunidades mapuches originarias. Lo que nos ayudará a desmitificar el que a la llegada de los colonos en esta zona no existía nada “solo montes”, sesgando la historia e invisibilizando a los originarios ocupantes de esta boscosa región precordillerana y lacustre.

3.3 Viajeros, exploradores, científicos y misioneros. Reconstrucción del siglo XIX a través de sus registros.

Este acompañante no solo es mencionado por Gay, sino que como veremos más adelante, también son aludidos por otros exploradores para esta región.

Hacia 1835 21, encontramos uno de los primeros relatos para la cuenca del Lago Ranco, el cual corresponde al botánico francés Claudio Gay 22 , quien, en su misión científica por Chile, emprende desde Valdivia un viaje hacia la laguna de Ranco. Su descripción nos proporciona elementos para iniciar la reconstrucción sociocultural del territorio durante el siglo XIX.

El 12 de enero Gay llega a Coiken (Coique?), y el 13 de enero da con la localidad de Futonué (Futrono?). En Futrono, se aloja en la casa del cacique Meuimán (Neguimán?), en la cual fue muy bien recibido, entablando conversaciones y siendo convidado a media tarde a una vianda. En los alrededores de la casa de Meuiman, Gay levanta su campamento al resguardo de unos manzanos; los que no fueron lo suficientemente abrigados cuando arreció la lluvia durante la noche. Esto obligó al naturalista a alojarse en la casa del capitán del cacique. “ Yo permanecí... algunos días en este paraje con el objeto de observar sus alrededores. El cacique y los indios, en general tan suspicaces, no concibieron ninguna desconfianza de mí” (Gay en Peralta, 2016: 89).

En el capitulo anterior, mencionamos que para los españoles y extranjeros fue bastante rasposa la relación con los naturales del Ranco, y que, de acuerdo con el relato de Gay, hacia 1830 aún existen recelos hacia los foráneos por parte de las comunidades originarias. De todas formas, se puede entrever que la frontera al Ranco no era tan rígida como en el siglo pasado (1700), permitiendo el paso de no residentes. Lo más probable es que el comercio transcordillerano a través del boquete de Ranco, contribuyó a permear progresivamente la frontera. “Mi primer viaje fue hacia la laguna de Ranco, pero como sus cercanías están pobladas de indios infieles, el señor intendente hizo que me acompañase el teniente comisario, joven estimable, a quien respetan los indios más que a sus propios caciques” (Gay en Peralta, 2016: 85). Por tanto, para la primera mitad del siglo XIX uno de los métodos para incursionar en la región para los no residentes es mediante un nexo. Es decir, el agente de confianza, quien procura iniciar el acercamiento para con las autoridades mapuches. Este nexo actúa como “pasador cultural” 23 (Araya, 2012), cumpliendo la función de otorgar confianza, fiabilidad y legitimar al extranjero, para con los miembros de las comunidades mapuches.

Días más tarde Claudio Gay se dirige hacia la cordillera, su intención es dar con las aguas termales (baños de Chihuio) y continuar con sus investigaciones. En el trayecto pasaron “delante de la casa del cacique Tranguiles, no pensamos detenernos allí, pues ya le habíamos visto en Futonué, donde le hicimos el acostumbrado presente” (Gay, 1835 en Peralta, 2016: 90). Correlato de la situación anterior, respecto de las presentaciones y autorizaciones con las autoridades mapuches.

21 El registro es enviado por Gay tipo carta al diario el Araucano el 24 de abril de 1835. 22 En 1830 el naturalista francés Claudio Gay, fue contratado por el Gobierno chileno de la época para recorrer el país y describir a la naciente nación republicana. Pero su trabajo no se centró solo en un estudio descriptivo de carácter científico, si no que, además, producto de sus constantes viajes e interacciones con la población de la época (araucanos), sus anotaciones, descripciones e interpretaciones puestos en sus diarios son registros de una época, que los constituyen como un material de ingente valía histórica.

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Del panorama descrito por Gay en su visita de exploración, es relevante mencionar lo complejo de las vias de comunicación entre los distintos parajes de la comuna, principalmente los caminos, al respecto: “Continuamos, pues, nuestra jornada por caminos horrorosos entre colinas donde, durante más de una hora, vi en la precisión de andar a gachas sobre un terreno sumamente resbaladizo, lleno de agua y pantano, atravesando matorrales mini ásperos y espinosos (...) Aseguro a ustedes, señores, que es preciso ser indio o naturalista para aventurarse por tales caminos, y ustedes apreciarán todas las dificultades que hemos tenido que vencer cuando sepan que mi intérprete, que ha recorrido toda la tierra habitada de los indios huilliches y picuntos, que ha atravesado en todas direcciones las fragosas y casi intransitables cordilleras y, en fin, que desde la más tierna infancia está acostumbrado a correr por estos montes, nos ha confesado que en su vida había visto peor camino. ” (Gay en Peralta, 2016: 90-91).

“nos encontramos atajados de nuevo por el tumultuoso río del Diablo, el Pillansera de los indios 24, que no pudimos pasar a causa de su impetuosa rapidez y porque sabíamos también que las trincheras que el señor intendente había mandado hacer en los parajes estrechos de las cordilleras para impedir las incursiones de los puelches, no nos permitirían llevar adelante nuestra expedición y reconocimiento, ni llegar siquiera a las fuentes de aguas minerales.” (Gay en Peralta, 2016: 91). Finalmente, su viaje va tomando fin en Lifeu (Llifén?), lugar en el que se alojaría. Lamentablemente, de su estancia en Llifén no hay mayor registro, no hace referencia a los residentes y no entrega descripciones del sector. Su objetivo en Llifén con la ayuda del capitán del cacique, fue levantar un mapa detallado del lago Ranco, con todas las islas habitadas y desiertas, y los ríos que desembocan y nace de este lago (Gay en Peralta, 2016: 92).

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Sorteado este penoso camino (antigua ruta que conectaba Futrono – Mariquina – Huequecura – Llifén – Precordilllera y cordillera de los Andes) y ad portas de las nieves perpetuas, el viaje pronto vería su fin, debido a los bosques impenetrables en un primer momento, y luego, la barrera infranqueable del río Pillanleufu, lo que sería el fin de la empresa de Gay hacia la cordillera:

23 En esta relación entre ambas culturas española - originaria, dentro de las dinámicas culturales acaecidas producto de los contactos de frontera, figuran ciertos personajes quienes, por sus características específicas, tiene la función de “Pasadores culturales”. En este caso se encuentran los capitanes de amigos, lenguaraces, ayudantes de españoles o indígenas guías, que, debido a su hibridez mestiza, deambulan libremente por los territorios de ambos mundos, dominan la lengua indígena y española, poseen la confianza de los caciques, el conocimiento del territorio y son reconocidos mediadores e intermediarios (Araya, 2012).

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Fotos referenciales de la llegada de los exploradores, misioneros y cientificos al Sur de Chile.

Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt: 1) Clasificación: VA15_S32_016 2)Clasificación: VA15_S61_004 3)Clasificación: VA15_S21_013

Mapa elaborado por Claudio Gay en su visita al Lago Ranco. Fuente:Memoria Chilena, colección archivo nacional: MCOO60240 24 Se refiere al río Pillanleufu, visto el día 15 de enero de 1835.

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3.4 El Vutronway de Allen Gardiner 1839. Cuatro años después del registro de Claudio Gay, en 1839 se conoce la visita de Allen Gardiner, misionero anglicano que recorrió la frontera de Arauco y el extremo sur de Chile bajo una misión evangelizadora. Su recorrido, principia en Quinchilca – lugar donde aloja a su familia – cuyo destino es el Lago Ranco. Su intención es obtener el permiso del cacique Neguimán de quien supo que era el jefe (Chief) del territorio, para establecerse un tiempo largo en la región junto a su familia, y cumplir su misión o mandato cristiano. En su travesía nos relata: “Hasta las proximidades del lago, la región es, en general, llana; el camino es una mera senda, principalmente a través de bosques, aunque hay algunas tierras despejadas, especialmente en los alrededores de Huite, el último y mayor fundo chileno de esta provincia, donde varios son muy extensos. El riachuelo Lumaco separa el predio, que pertenece a Doña Mariana Guarda, del territorio indígena”25 (Gardiner, 1840: 128 en Smith, s/f). Paulatinamente en estos relatos se mencionan los latifundios propios de la época, y los nombres de los colonos y/o primeros propietarios de estos parajes en el territorio como doña Mariana Guarda, apellido del cual se relaciona con los primeros ocupantes y colonos de la comuna de Futrono. Continuando con el relato de Gardiner: “Nos enteramos en la casa donde habíamos pasado la noche, que Neggiman, el jefe, se encontraba ausente por una visita realizada a Arique. 25 Traducida del original por Smith (s/f). 26 De acuerdo con Smith (s/f), este grupo de casas correspondería al sector de Cun-cún, Futrono. 27 Traducida del original por el autor

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Continuamos nuestra ruta temprano a la mañana siguiente, aún atravesando un bosque de altos árboles, hasta que llegamos a otro grupo de casas, entre las que se encontraba la del jefe26 . Ingresé en algunas de estas casas, pero me apresuré hacia la cima de un terreno elevado, para disfrutar de una vista completa del lago, del cual hasta ahora solo había percibido indistintamente (...) Ocho islas de diferentes tamaños, algunas solo de rocas, asoman en el centro, una de ellas que da nombre al lago, está habitada, y mide unas dos millas de largo "27 (Gardiner, 1840: 130 en Smith s/f). El cacique Neguimán, figura de vital importancia para los inicios del Futrono urbano del siglo XX, ya es mencionado en dos oportunidades, y reconocido como el principal cacique del sector norte del Lago Ranco. Asimismo, es menester recalcar la habitabilidad de los mapuche - huilliches, reflejado en el conjunto de casas bajo la línea del cacique Neguiman, lo que nos ofrece una visión de una comunidad establecida, reconocida y de claros usos del espacio y adaptación al territorio: “Desde el mismo lugar las casas dispersas de Vutronway, (el nombre de este pueblo indio,) con sus distintas parcelas de cultivo, aunque medio envueltos en bosquecillos y manzanos indígenas, eran visibles, las moradas de seres humanos responsables”28 (Gardiner, 1840: 131). Gardiner, continua con su periplo e intención de asentarse en Vutronway, que no tuvo reafirmación de un compromiso preestablecido 29 con Neguimann, con el que pudo parlamentar, pero que, en una decisión por parte de cacique de mayor recelo, cambia de idea y desiste de autorizar a Gardiner para establecerse en la zona: “Imaginando que alguna sospecha oculta sobre mis intenciones ulteriores pudiera haber provocado este inesperado recorte de su autorización previa, le di a entender claramente que no tenía el menor deseo de comprar tierras

o adquirirlas por cualquier otro medio; que siempre estaría listo para partir apenas él lo estimara adecuado, pero al mismo tiempo, que no me valdría la pena el esfuerzo de traer a mi familia en el entendido de que debíamos partir en la luna siguiente. Él retornó a su determinación de no permitir españoles (así designan a los chilenos) que residan entre su gente, añadiendo que yo, más encima, era un extranjero ‘de otro país’, y que debía, por lo tanto, denegarme su consentimiento” (Gardiner, 1840: 136 en Smith s/f) Persistente es la desconfianza de los mapuches hacia los chilenos y extranjeros. Asimismo, en el relato se alude a la compra de tierras (indirectamente usurpación y despojo de tierras indígenas), hechos que originan la principal confrontación de los mapuches con los chilenos y el Estado, que luego sería la base de las demandas reivindicativas de este pueblo, desde este siglo XIX. Un dato curioso, que es mencionado por Gardiner, a propósito de los argumentos entregados por Neguimán para negar la autorización, fue la visita realizada unos años antes por un tal Mrs. Gay, quien recetó medicinas en base a hierbas a algunos nativos afectados por una enfermedad, de los cuales muy pocos pudieron sobrevivir. Esta mención liga la visita de Claudio Gay en 1835, reafirmando su correlato histórico.

Vista del Lago Ranco. Extraido de Gardiner (1840:130)."A visit to the Indias of the frontiers of Chili"

28 Traducida del original por el autor 29 La anuencia del cacique Neguiman, consistía en un regalo compuesto por una libra de añil y una barra de sal, además, de retornar acompañado por un mensajero enviado por don Francisco Aburto (Comisario General de Naciones) como acto de fe por el arreglo establecido. Frederic Smith (s/f), alude a la importancia del añil para los mapuches, usado para teñir las vestimentas ceremoniales en tonos azules. Carreño (2008: 40), nos señala que los artículos más cotizados por los indígenas durante los intercambios comerciales con los españoles en el siglo XVIII eran: aguardiente y añil. Finalmente, Sanfuentes (1862: 247) en sus memorias expone, en alusión a los bosques “Tal vez podría hallarse, entre esta variada vejetación, alguna planta con que suplir el añil, artículo tan preciado por los indios, i que forma uno de los principales ramos comerciales con ellos”.

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3.5 Paul Treutler y Friedrich Gerstäcker. Alemanes en Maihue 1850 – 1860. “En la madrugada siguiente abandoné temprano Quinchilca, y dejé la orilla del río para dirigirme hacia el sur. Durante varias horas avancé por un sendero estrecho a través de la selva obscura y solitaria (...) Cerca del mediodía llegué a unas pobres chozas, habitadas por pastores, que se levantaban en medio de grandes praderas, donde pastaban caballares, vacunos y ovejunos. Volviendo a cabalgar a través de bosques y praderas, Ilegué al atardecer a la orilla occidental del lago Ranco.” (Treutler, 1958: 433). Entre 1859 – 1860, el ingeniero en minas alemán Paul Treutler visitó la zona del lago Ranco, pesquisando informaciones que poseía acerca de unas vetas de oro y cobre en una “quebrada secundaria” de la cordillera de los Andes, en los alrededores de Maihue, llegando finalmente donde “el indio Cajuante [quien] nos acogió amablemente a mi y a mi mozo” (Treutler, 1958: 434). El viaje de Treutler era una continuación del derrotero realizado por el explorador alemán Friedrich Gerstäcker 30 , cuyo propósito era llegar a las pampas argentinas a través del boquete del tan mentado del Ranco, propósito que no pudo concretarse, ya que, de acuerdo con Treutler, los indígenas se opusieron a las intenciones de Gerstäcker. Ahora bien, en base a otros registros, y en complemento a lo mencionado por Treutler; Gerstäcker no cruzó la Cordillera, dentro de otras razones debido al mal tiempo de otoño: “el incasable viajero quería ir en abril de ese año desde Valdivia, por la Cordillera y a través de la Patagonia hasta Buenos Aires, un plan que tenía en su corazón desde hace tiempo. Con un mestizo como guía, el cabalgó al Lago Ranco y sus alrededores, hasta la Laguna de Maihue, para alcanzar las 49

pampas a través del paso Lifen, pero las lluvias de invierno que llegó lo mantuvieron varias semanas en una choza india no lejos del Maihue y finalmente lo forzó a retornar a Valdivia”31 (Petermann, 1861: 405). Llegado hasta aquí, es necesario comenzar a definir a Quinchilca posicionándola históricamente como la puerta de entrada hacia el lago Ranco, ya que, desde Valdivia yendo hacia las misiones de Arique y Quinchilca, se abre un camino de constante uso según los relatos. Por tanto, la misión y hacienda de Quinchilca, además de ser una parada en el camino, se constituye como la vía de acceso a la cuenca del Lago Ranco. Y si Quinchilca es la entrada, el paso cordillerano de Llifén o Ranco es la salida hacia las pampas argentinas, lugar de intercambios comerciales, escenarios de una nueva vida, etc. adquiriendo por tales efectos, una notoriedad como ruta fronteriza de importancia para la provincia de Valdivia. Al respecto, Treutler nos manifiesta: “Desde allí se puede llegar, en la temporada favorable, por el boquete de Llifén a las pampas de la República de Argentina. El paso queda solo a 594 pies de altitud, y los hermanos Muhm, comerciantes alemanes de Valdivia, atravesaron por él la cordillera.” (Treutler, 1958: 434)

30 Friedrich Gerstäcker, 1816 – 1872. Cuentista, novelista y aventurero alemán. 31 Traducción del original alemán. Cortesía Isidora Villegas 01-09-2020.

3.6 Viaje a Laguna de Ranco por Rudolph Amando Phillippi. 1860 El viaje Rudolph Phillippi ³² es una constante descripción geográfica, del relieve, los suelos, la fauna, vegetación y la vida comunitaria que allí se establecía. Para este libro, nos detendremos en sus referencias que aluden a la presencia humana de este sector de la cuenca y otras descripciones dignas de destacar: “En todo el camino hasta la laguna se encuentra a la distancia de una legua o de media legua poco mas o menos una habitación, sea de indios sea de españoles, rodeada de huertas i sembrados cuya lozanía es una prueba de la fertilidad del suelo y de la bondad del clima. Se ven no solamente trigales i papales, sino también maizales mui altos, arvejas, habas, frejoles, betarragas, lechugas, claveles, amapolas, rosas, etc. principalmente alrededor de las casas de indios que cultivan sus pequeños campos i señaladamente sus hortalizas con mucho mas cuidado que los españoles que residen en ese monte” (Phillippi, 1860: 15-16). El recorrido realizado por Phillippi en enero de 1860, comienza en el fundo San Juan, cercano a la Unión, con dirección a Daglipulli, pasando por la villa la Unión, para luego internarse hacia la laguna de Ranco, continuando la línea en paralelo con el Río Bueno, hasta llegar a Panqueco y alcanzar finalmente la playa del actual Puerto Nuevo en el Lago Ranco. Su intención era llegar a la zona norte del lago (Futrono), pero debido a no encontrar un vaqueano (conocedor de la ruta, idioma mapuche y agente de confianza), solo llegó hasta la orilla suroeste del lago. En este recorrido Phillippi menciona “A poca distancia de Ralitrán pasamos el primer estero después de Molhue, i media legua más allá llegamos a Caryinco, a donde vive el último español, un tal Vera 33, que se ocupa

casi exclusivamente en la crianza de ganado” (Phillippi, 1860: 3). Posterior de este punto, el territorio estaría ocupado por población mapuche, con las cuales Phillippi tiene contacto con algunas de ellas. En ningún momento de su relato, menciona algún problema o altercado, con los originarios a causa de su viaje e internación hasta la orilla del Lago, es más, realiza consultas a algunos indígenas acerca de un salto o caída de agua “de la altura de un pellín” que Phillippi buscaba con ahínco, el que finalmente no encontró. “ Volviendo sobre nuestros pasos preguntamos por el salto al indio Colillanca, i este nos dirijió mas arriba, donde vive un indio viejo Juan Manuel Millalef, que sabia el camino del Salto” (Phillippi, 1860: 23). A través de las descripciones de Phillipi, podemos descubrir las intervenciones realizadas en el territorio, fundamentalmente, a través de las quemas y roces mediante el uso indiscriminado del fuego, el cual fue el principal elemento de colonización del paisaje, arrasando con miles de hectáreas de bosque nativo, para adaptarlo a campos de cultivo en un primer momento, y luego de pastoreo para ganado (Otero, 2006). “Es singular que en todo este trecho no se ve ningún coligüe. Pasamos una roza grande que un indio, Juan Colillanca, estaba haciendo, i después otra habitación de un indio, de donde descubrimos por la primera vez una parte de la laguna i la cordillera nevada detrás de ella” (Phillippi, 1860: 18).

³² Rodulfo Amando Philippi Krumwiede 1808 – 1904. Naturalista alemán radicado en Chile, titulado Doctor en Medicina y Cirugía en su país natal. Fuente: Wikipedia. ³³ “Fundo Panqueco de Emilio Vera, de 1.600 hectáreas. Tasado en $ 163.500. Dedicado a Trigo y crianza de animales vacunos” (Valenzuela, 1920: 96).

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Continuando con el viaje: “Sin embargo, después de haber errado varias veces el camino llegamos al bajar una pequeña cuesta con la caída del sol a una pampita donde había una casa de indios, huertas i siembra, todo bien cuidado, pero sin alma viviente. Supimos después, que este lugar se llama Colcuma, i que los habitantes de la casa habían ido por algunas semanas a una isla suya en la laguna (...) abrimos la tranca de un cerco que encerraba un potrerillo con mui buen pasto i con manzanos, duraznos, ciruelos; desensillamos i preparamos las camas debajo de un frondoso manzano.” (Phillippi, 1860: 18). Una vez asentados, la comitiva de Phillippi (sus dos hijos y un tal Augusto Eisendecher), dan con la orilla de lago, a unos cinco minutos desde su campamento. En la descripción del Rio Bueno, Phillippi alude a la importancia de este río como medio de comunicación y transporte para llegar al pueblo y misión de Trumao, ya que debido a la altura del Lago Ranco “debe tener una corriente demasiado rápida para ser navegable; solo se podrá bajar, i seria mui fácil en siglos venideros bajar de este modo las maderas que cortaren en sus orillas” (Phillippi, 1860:19). Para finalizar con el relato de Phillippi, nos detendremos en unas de sus reflexiones postreras. “No puede caber la menor duda que esta parte de la República era sumamente poblada cuando los españoles la descubrieron” (Phillippi, 1860: 21). Estos ya habían establecido una importante ocupación del espacio y adaptándolo de acuerdo con sus necesidades, habilitando terreno para la agricultura y vida social, como ya mencionamos a través de quemas y roces. Desde la llegada de los españoles, que la población originaria mermó drásticamente, debido en parte a las encomiendas, las guerras, pero principalmente el factor determinante fue al golpe de las enfermedades españolas, como la viruela y los sucesivos pujos. Esta reducción de la población mapuche originó dos situaciones: 51

Por un lado, el avance del bosque secundario que para el siglo XIX, y por otro lado, el cambio forzado de la residencia de los originarios, trasladando y refugiándose hacia el este, a la cordillera “cambiando sus prácticas productivas hacia la ganadería vinculándose a la otra vertiente de la cordillera andina” (Solari, et al., 2011: 59). Lo que tiene mucho sentido para la comuna de Futrono, ante la ya mencionada importancia del paso del boquete de Ranco, como ruta comercial.

conexiones y articulación del territorio, además de una clara habitabilidad en la actual comuna de Futrono, Lago Ranco, Arquilhue, Maihue, Isla Huapi, entre muchos otros sectores en rededor de lago Ranco y hacia la precordillera. Lo que refleja la visión miope de la sociedad chilena de la época, para con los pueblos originarios. “creo que es preciso desengañarse i confesar, por doloroso que nos sea, que si queremos apresurar la sumisión real i efectiva a nuestras leyes del hermoso territorio hoy poseído por los Araucanos, es indispensable que abandonemos los embotados instrumentos de la persuasiva, i nos valgamos simultáneamente de la fuerza, de las Misiones, i de la colonización” (Sanfuentes, 1862: 276).

3.7 Algunas Descripciones de las Memorias del Ex Intendente de Valdivia Salvador Sanfuentes. 1860 Hacia 1860, el ex Intendente de la Provincia de Valdivia en 1845 Salvador Sanfuentes Torres, escribe y publica sus memorias informando el estado socioeconómico y geográfico de la provincia de Valdivia. Su propuesta es informar y recomendar camino o vías para el progreso de esta región, cimentando las bases de la necesaria colonización de la actual Región de Los Ríos. Dentro de las descripciones informadas por Sanfuentes (1860), se mencionan todos los pueblos presentes en la provincia para la época mediados del silgo XIX. Sorpresa para nuestro territorio es consignar que, en ningún momento, se alude a un pueblo o asentamiento para la cuenca del Lago Ranco. Creemos que su categoría pueblo, como característica basal y distintivo, tendría que ser un espacio físico habitado por chilenos o hispano – criollos, vinculados a misiones. Ya que, no considera bajo ningún punto de vista a la población originaria como un pueblo o un habitar occidental. Lo que no deja de ser extraño antes las referencias antes descritas, de la importante y amplia existencia de la sociedad mapuche presente en esta zona lacustre precordillerana, la que desde tiempo pretéritos ha desarrollado una compleja red de

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2 Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt: 1 Código: VA15_S22_004 2 Código: VA15_S65_017

De sus memorias, rescatamos la alusión de la navegabilidad del Río Bueno “es navegable sin inconveniente alguno hasta por grandes embarcaciones desde el mar hasta el punto denominado Trumag, que se encuentra a doce leguas de su desembocadura” (Sanfuentes, 1860: 223). Paulatinamente, se va incorporando y proyectando el río Bueno, como una vía natural de conexión para el territorio, situación que seria determinante en las explotaciones madereras acaecidas en las reservas forestales del Ranco y Futrono a fines del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX. Finalmente, el paso cordillerano sigue siendo la constante, en todas las descripciones de estos viajeros, exploradores, investigadores, etc. como veremos a continuación, se presentarán registros del territorio cuyo denominador es el boquete de Llifén “Hai un solo camino para el otro lado de la Cordillera de los Andes, que puede pasarse en los meses de diciembre, enero, febrero i marzo, i va a salir a los indios patagones del otro lado. El boquete de la cordillera es camino escabroso, lo demás del camino bueno” (Sanfuentes, 1860: 228). 52


3.8 El Paso Cordillerano Ranco – Lacar. Guillermo Cox (1862-1863), Domingo Quintrupai (1871), Oscar Fischer (1894).

Desde la década de 1860 hasta finales del siglo XIX, se registran tres expediciones 34 cuyo denominador común, es su paso desde Chile a Argentina o viceversa, a través del boquete Ranco – Lacar. Reafirmando lo que hemos mencionado hasta aquí, acerca de la constante movilidad entre las poblaciones de indígenas y mestizos, entre ambos países. Para el caso de Guillermo Cox su paso fue entre los años 1862 y 1863, y es el más connotado de todos, debido a la divulgación de este viaje. Su excursión principió por el paso o boquete de Pérez Rosales en Llanquihue, pero tuvo que volver improvisadamente desde Argentina, debido a transgresión del territorio de un cacique local. A propósito de esto, se entabla una negociación, resolviéndose finalmente la entrega de unos regalos al cacique. Para el cumplimiento del propósito el cacique decide dejar rehenes a dos miembros de la comitivita de Cox. Esto obliga al expedicionario a volver a Chile, para pertrecharse y traer los obsequios acordados (aguardiente). Su regreso lo efectuó por el paso de Ranco, orillando el Río Follil (Folil), para llegar después de un trabajoso trayecto a Chihuihue (Chihuio), “cerca de la casa de un indio cristiano; una vieja nos regaló un plato de arvejas hervidas en agua que comí... con tanto gusto como si hubiera sido un guiso muy delicado, y digo regalado porque ya no teníamos qué dar en cambio de alimento.” (Cox, 2012: 103). En este primer paso, Cox no se detiene en descripciones, ya que, lo apremiaba llegar pronto a Valdivia, para conseguir lo necesario para su vuelta a las pampas argentinas, y es precisamente en esta vuelta donde el expedicionario nos entrega descripciones de su itinerario. 53

En su vuelta desde Valdivia, tiene una parada en Arique en casa de un alemán Francisco Laggise propietario de una reconocida fábrica de aguardiente. Luego, continua hacia Huitre (Huite), hacienda de Atanasio Guarda, para seguir hacia el campo de Fernando Acharán, en la hacienda de Dollinco: “Salimos de Dollingo por una pampa larga rodeada de bosques; entramos luego en ellos; seguimos subiendo y bajando por las pequeñas ramificaciones que se desprenden de los dos grandes cordones laterales que forman ese largo valle que concluye en el boquete (...) Todo el camino que es como de doce kilómetros hasta Futronhue, así se llama una pampita a orillas del lago de Ranco, en donde viven algunos indios, es de pampas alternadas con bosques.” (Cox, 2012: 112). Llegado a Futrono, obtiene una perspectiva completa del Lago Ranco, maravillándose del paisaje lacustre. En medio del lago descubre las islas “en el centro de sus aguas se ven pequeñas islas, donde manchas amarillas indican campos de trigo” (Cox, 2012: 112). En clara alusión a la existencia de comunidades en la isla y la producción agrícola que allí se realiza. Sigue su viaje hacia Huequecura, orillando el Lago Ranco entre medio de colinas y bosques frondosos, para llegar a Mariquina, lugar también con un asentamiento importante, y mencionado por los otros exploradores “llegamos a un lugar llamado la Mariquina, al rancho de un indio Antonio Panguilef pariente de los caciques pehuenches y que en ese momento se hallaba en el otro lado de la cordillera” (Cox, 2012: 112-113). Interesante mención, puesto que, reafirma la conexión con familias allende los andes, imprimiendo una estructura a esta ruta, más que un simple paso, es una institución comercial, a través del establecimiento de enclaves, códigos y circuito comercial, cuya particularidad es el dominio de este paso o boquete por los mapuches

– Huilliches, a este y al otro lado de la cordillera En Huequecura, llega hasta una casa y “No lejos de ese lugar hay una pampa que se llama Lifen, y que probablemente ha dado su nombre al boquete (...) Alojamos en esta casa de Huequecura. El dueño estaba también en la otra banda y como nos lo contó la mujer, debía ir a Patagónica con los pehuenches” (Cox, 2012: 113). En la veranada, esta ruta comercial tuvo que haber tenido un importante impacto en las economías de las familias mapuches de este siglo. No es al azar que, en ambas casas, el hombre 35 no esté en ellas. Desde Huequecura se dirige a Arsquilhue (Arquilhue), “Como a las doce del día llegamos a las pampas de Arsquilhué, potrero de don Manuel Florín” (Cox, 2012: 114). Del viaje de Guillermo Cox, en su relato nos entrega bastante información sobre distintos personajes de la cordillera de Chile y de las pampas argentinas. Así también, se manifiesta el constante paso para el comercio de ganado, caballos y aguardiente. Tanto así, que este boquete era conocido como el paso o ruta del aguardiente, producto que era muy demandado por los mapuches y pehuenches de esta época. Además, de ser el principal elemento de trueque en Argentina para obtener ganado y otras mercancías. En su estancia en Arsquilhue, realiza visitas a Maihue, a la casa del cacique Cayuanti, misma autoridad nombrada por Paul Treutler. Finiquitado sus asuntos y espera (compras de caballo de caballos), se dirige a Argentina, pasando por Chihuio y luego el paso transcordillerano “El boquete de Llifén o de Ranco como lo llaman algunos, es una depresión de la línea principal de la cordillera. La cuesta de Lipela es el verdadero paso” (Cox, 2012:121). 34 Identificadas por el autor. Lo que no quiere decir que existan otras expediciones documentadas entre los años 1860 - 1900. 35 Utilizo el género hombre en su sentido literal, producto de que no se hace referencias de mujeres en el manejo comercial de esta ruta cordillerana. De todas formas, no es una afirmación tajante y requiere de mayor investigación.

Otro relato es el de Lenz (1895), quien transcribe el viaje de un indígena llamado Quintrupai en 1871 “para vender aguardiente a los pehuenches establecidos en la falda oriental de la cordillera, entre los lagos Lacar y Nahuelhuapi” (Lenz, 1895: 360). Quintrupai reafirma la agreste geografía de la precordillera, el vado de los ríos Pillanleufu 36 y Curriñe y las bondades de los baños de Chihuio “allí llegamos al baño; caliente está esa agua” (Lenz, 1895: 366). La ruta es la misma realizada anteriormente por Guillermo Cox. Oscar Fischer en 1894, realiza el mismo circuito desde Argentina a Chile, guiado en todo momento por el derrotero y memoria del viaje de Guillermo Cox. Desde Argentina por el paso Ipela, atraviesa la cordillera llegando a los ya famosos Baños de Chihuio, realizando un párate en el camino “Aprovechamos el descanso para bañarnos en el arroyo, pero la temperatura del agua era tan elevada que apenas aguantamos estar dentro un minuto” (Fischer, 2010 en Steffen, 2010: 220). En este mismo sector de los baños vive un colono cuya “casita bien construida de tablas provistas de chimenea, ventana de vidrio y otras comodidades” (Fischer, 2010 en Steffen, 2010: 221). Continua su viaje hacia el Lago Maihue relatando “Muy a menudo se encuentran ahí ranchos de agricultores indígenas, y de vez en cuando la casita de un colono chileno” (Fischer, 2010 en Steffen, 2010: 222). Posteriormente, llega a orillas de Lago Ranco impresionándose del Lago y de las islas de en medio “Tanto sus orillas como las islas están cubiertas de un espeso monte; solamente en la isla Huapi se notan unos roces y terrenos cultivados” (Fischer, 2010 en Steffen, 2010: 222). Finalmente, continua su camino orillando el Lago hasta llegar a Filopulli, tomando el camino que lo conducirá a la Unión. 36 “Pillanlcufu.- Río en la cordillera de Ranco; nace en el volcán Mocho y desemboca en el lago Maihue, ribera norte (...) De Pillán: Espíritu de un antepasado, volcán (donde moran los antepasados según creencia de los indígenas) diablo y leufü: río; río del pillán.” (Meyer, 1982: 195)

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“Al anochecer llegamos a Panqueco, pequeña reducción de indios (...) componen la reducción seis u ocho familias indígenas que habitan otras tantas chozas diseminadas en una estension de dos a tres kilometros cuadrados de buenos terrenos de cultivo”. (Señoret, 1877: 34). Quince años después, del registro de Phillippi (1860), el sector de Panqueco (actual comuna de la Unión) la población mapuche se mantiene, pero cambia en ellos su actitud.

3.9 La Exploración del teniente Manuel Señoret, 1875 – 1876

Entre los años 1875 y 1876, el teniente 2º Manuel Señoret, explorará el río Bueno y el Lago Ranco, para determinar la navegabilidad de este río y levantar información de la cuenca del Lago Ranco. Su viaje comenzaría en Corral embarcado en el vapor Huanay, para ingresar a la región a través de la Barra o desembocadura al mar del Rio Bueno, con paradas en el río en el puerto de Trumao y el pueblo de Río Bueno. Su destino final era el Lago Ranco. De su recorrido por el río Bueno, solo pudo concluir un avance de 11 kilómetros desde Trumao al interior, hasta un sector llamado Nalcahue “Desde ahí el lago, ninguna clase de embarcación podría remontar el río” (Señoret, 1877: 61). Los rápidos y estrecheces del río presentarían obstáculos que imposibilitarían la navegación hacia el Lago Ranco, al menos de vapores pequeños.

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“Recibimos la visita de varias partidas de indios. Se muestran extremadamente desconfiados sobre el objeto de nuestro viaje. Tiene la idea de que se les va a quitar sus tierras o cuando menos que se va a establecer una misión a orillas de lago, lo que para ellos equivale a lo primero. No pocos nos tomaban por alemanes, raza que ellos aborrecen instintivamente; pero se desengañaban al ver el color de nuestra cutis i de nuestro pelo” (Señoret, 1877: 35). Por un lado, los alemanes según Señoret (presumimos que puede ser cualquier foráneo, no directamente alemanes como individuo tipo de resistencia - violencia), y por otro, las misiones. Elementos que para los mapuches entrañaban el avance del Estado chileno cuyo objeto era ocupar todo el territorio, y despojar de las mejores tierras a los mapuches, bajo el cristianismo y la fuerza – empleada por los colonos.

El diario de viaje de Señoret (1877), contiene descripciones no solo del sondaje realizado del río Bueno y del Lago Ranco, si no que, además, de las poblaciones de fines del silgo XIX, que nos ayudan a completar el panorama interpretativo sociocultural del siglo XIX. Las primeras gestiones realizadas para ingresar al territorio, fue conseguir un guía, el cual fue un tal Ramón Sotomayor, reconocido comerciante de Río Bueno, el cual “por sus frecuentes relaciones con indios, cuyo idioma posee, era el mas conocedor de las rejiones que debíamos recorrer” (Señoret, 1877: 32). Como el viaje hacia el lago Ranco, no lo podía realizar a través del río, tuvieron que contratar carretas de bueyes para que puedan llevar sus cargas, instrumentos de medición y la chalupa a vela, la que utilizarían luego para navegar el Lago Ranco y sus islas. 55

Al respecto, Señoret relata:

Actividades realizadas por exploradores en la Cuenca del Lago Ranco

Archivo: Fondo Misión Capuchina Biblioteca Universitaria Eichstätt-Ingolstadt

1) Código: VA15_S08_006 2) Código: VA15_S32_068 3) Código: VA15_S570_14

“Futrolhue, es el punto mas cercano a la isla Huapi, la mayor i la única poblada de las que hai en el lago. Su posición i su buen puerto lo hacen el centro del pequeño movimiento comercial entre la isla i el continente. Este se reduce al cambio de huevos, gallinas, algún ganado i las sobras de las cosechas que los indios van a cambiar a la Villa de Río Bueno por ropa, útiles i mas comúnmente por aguardiente al que tan aficionados son los indijenas” (Señoret, 1877: 36).

Es en Futrono donde Señoret establece su campamento base, para navegar el Lago Ranco y sus islas. De acuerdo, al teniente en Futrono existen: “solo tres casas de maderas, habilitadas por otras tantas familias españolas. La mejor de ellas pertenece al señor López subdelegado del distrito, i se halla situada a pocos metros de la ribera i hacia el centro del fundo que mide unas 10 o 12 hectáreas de magníficos terrenos, es toda construida de ciprés, madera mui abundante en el lago. Pertenece otra al juez de policía i se halla mas al interior, rodeada también de excelentes terrenos. Un chilote que vino a estos parajes en busca de maderas, seducido por la bondad de las tierras, edificó la tercera en una lijera hondonada cerca de la ribera en punta Trimtrim” (Señoret, 1877: 37). Es el primer relato en el cual se menciona población chilena o hispanocriolla para la actual comuna de Futrono. Siendo un lugarejo de tres casas (chilenas), poseía además un puerto y autoridades, lo que suponemos la llegada de los colonos. Por tanto, podemos afirmar que, desde la segunda de 1850 se concentraría la ocupación por parte de los colonos chilenos, ya con construcciones y actividades productivas como la explotación maderera, en la comuna de Futrono: “Sobre las lomas que coronan la península de Futrolhue i como tres kilometros al interior, está la reducción de indios del mismo nombre, una de las mas pobladas de las que hai en los alrededores del lago, pues cuenta como quince chozas que encierran otras tantas familias, distinguiéndose la del cacique que ocupa la parte mas elevada” (Señoret, 1877: 37). Desconocemos, si Neguimann o la descendencia de este, fue el cacique con quien Señoret entabla conversación.

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Posteriormente, Señoret y su comitiva navegan con su chalupa a vela, ante un lago impetuoso y de abundante oleaje, originado por un viento que los originarios denominan Puihua, que a la vez, los deja perplejos, por la peligrosidad de navegar el lago cuando este viento arrecia sobre el territorio “la ola corta y rizada (...) es sumamente peligrosa para embarcaciones menores i no entrañabamos el miedo que tienen los indios al puihua i la admiración que les causaba ver a los huincas mui tranquilos en medio de lago i nadar contra el viento, cosa que no sabían como explicarse” (Señoret, 1877: 37). La palabra puihua, ya tiene una mención desde 1875, palabra que aun hoy es utilizada por los y las futroninos y futroninas, para referirse al mismo evento descrito por Señoret, al que solo podríamos agregar que este viento es signo de buen tiempo. En su navegación dieron con la ensenada de Quimán, aludiendo también a la isla Llilleifa (Lleifa), volviendo posteriormente a Futrono. Días más tarde, recorren Mariquina, Cagnahue (Caunahue) Huequecura y Carurrupe (Calcurrupe). “dos o tres casas cabañas que forman el pintoresco lugarejo de Huequecura, apeo obligado de indios i traficantes que comercian en las pampas arjentinas, i teatro de temibles borracheras i no pocas veces de sangrientas diferencias entre Huilliches y pehuenches” (Señoret, 1877: 38). Su recorrido sigue en Llahuapi (Illahuapi), Riñinahue, Chanco, Ilihue i Tringlo “La reducción indígena de Chanco se encuentra en la falda septentrional del cerro del mismo nombre. Contiene unos treinta habitantes. Los otros lugarejos de Ilihue i Tringlo se reducen a dos cabañas. Un sendero bastante malo los comunica entre si i con Riñinahue y Río Bueno” (Señoret, 1877: 39). Posteriormente, visitaron las islas Huapi, Colcuma y las restantes para regresar a Futrolhue, y dirigirse a lomo de caballo a los baños 57

de Chihuio. Toda esta exploración la realizaron entre los días 03 de febrero al 11 de febrero de 1876. En su viaje a los baños de Chihuio, Señoret al igual Gay en 1830, recorre el mismo trayecto, relatando el paupérrimo estado del camino hacia la cordillera, inclusive para los caballos, este sendero recorre el valle de Mariquina y borde del cerro Pellipulli para luego llegar sin trabajoso tránsito a Huequecura. Al poco andar son alcanzados por un grupo de pehuenches que regresan a sus tierras en Argentina, provistos de aguardiente, obtenido por el intercambio de ganado, suponemos en la plaza de Valdivia o en algún otro sector de intercambio. Continuando su viaje hacia la cordillera llegan hasta el extenso Arquilhue de propiedad de Ramón Florín, para posteriormente vadear el río Pillanleufu. Continuamente, en su viaje se topan con otro río, esta vez, es el Currigne (Curriñe?), para finalmente llegar a Maihue. “Este es una antigua reducción de indios. Contiene hoi ciento a ciento cincuenta habitantes, repartidos en el valle i a orillas del lago. Estos indios, mas independientes que los que hemos encontrado antes, están divididos en varias tribus, que reconocen cada una su cacique. Mantienen frecuentes i amistosas relaciones comerciales con las tribus de las pampas i debe a ello el lugarejo la vida i movimiento que en el se nota i su prosperidad relativa” (Señoret, 1877: 45). Alcanzando su objetivo de los baños de Chihuio y realizar unas someras investigaciones, volvieron tras sus pasos a Maihue y luego Huequecura. Su siguiente objetivo eran los baños de Rupumeica, pero por el límite de tiempo y el pésimo clima desistieron del viaje. Regresaron a Futrolhue, para reemprender el camino que los llevará de vuelta a Río Bueno y La Unión.

3.10 Hacia el siglo XX las misiones como fundamento civilizatorio

Tanto, en las memorias de Sanfuentes (1846), como el relato de viaje de Señoret (1877), ambos concuerdan lo beneficioso para el desarrollo de Ranco la fundación de misiones, como una forma de civilizar a los originarios, y a partir de ahí conformar pueblos bajo el orden del cristianismo. “el establecimiento de una misión ya sea en Colcuma o en Funtronhué daría vida e impulso al comercio i la industria, pues pronto se formaría un pequeño i activo centro de población alrededor de la iglesia, i los misioneros, con sus sabios concejos i su ejemplo, enseñarían a trabajar i harian cambiar de costumbres a los indios que hoy flojos i corrompidos, pasan su vida en continua borrachera” (Señoret, 1877: 63). Evidentemente, el proyecto civilizatorio fracasó, en buena parte, por la imposición etnocentrista de la cultura de occidente y cristiana, la cual quería eliminar de raíz, la cultura milenaria de los pueblos mapuche – Huilliches del Ranco, y, además, los métodos de conversión los que no atendían las particularidades de los pueblos que aquí habitaban, obligando a los mapuches a asistir a las misiones reteniéndolos por más de ocho días. Despreocupando a los indígenas de sus quehaceres, trabajos y familias (Sanfuentes, 1846). Ante estos embates cristianos los originarios se resistieron. De acuerdo con López (2017: 96), en 1848 el Padre Capuccino Ciuffa, recuerda 34 infieles inmediatos en laguna de Ranco y alrededor de 12 familias paganas en el centro del Lago Ranco.

Finalmente, el Futrono de inicios 1800 hasta la medianía de siglo, a través de los relatos presentados, se puede concluir una predominancia de la cultura de origen, y a medida que se acerca al siglo XX, se registran cambios en los asentamientos, donde los colonos irrumpen y comienza la ocupación y explotación agraria, ganadera y una incipiente actividad forestal, conformando grandes propiedades conocidos como latifundios, en los actuales territorios de Futrono y Lago Ranco, reconfigurando la dinámica territorial. Señoret (1877: 62) en su estadía 1875 - 1876 menciona que alrededor del Lago Ranco existen cerca de 4 a 5 casas de españoles, y calcula alrededor de 400 indígenas habitando el territorio. Quizás el ejemplo clarificador de estos cambios culturales es la españolización del nombre de la comuna: Desde el Futonué de Claudio Gay (1835); Vutronway de Allen Gardiner (1839); Futrolhué de Guillermo Cox (1862-1863) y el Futronhué de Señoret (1877), donde finalmente de acuerdo con la nota de venta del fundo publicado en el diario en 1898, se reconoce el nombre de Futrono, que para inicios del siglo XX y hasta nuestros días sería el definitivo.

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4. CAPITULO SIGLO XX Puerto Llifén - Futrono Fotografía: Felipe Guarda

4.1 INTRODUCCIÓN

Este es el siglo de la conformación urbana de la comuna de Futrono, de la conexión lacustre y luego caminera con los principales centros urbanos de la región. Se presenta la localidad de Llifén que, a inicios del siglo XX, tendría un pujante crecimiento ligado a su puerto y navegación lacustre, pero fundamentalmente con el desarrollo de la actividad turística, dentro de un incipiente turismo en la Cuenca del Lago Ranco. Así también, la navegación lacustre se impondrá como el principal medio de transporte y conectividad en el Lago Ranco, impulsado desde 1930 con la llegada del ferrocarril en la vecina localidad de Ranco. No es hasta la construcción y mejoramientos de caminos que los vapores y las embarcaciones pierden su antiguo status. Futrono, desde 1941 se crea como comuna, pero antes de aquella fecha hay 40 años de constantes luchas, y esfuerzos para conformar la unidad administrativa. Se presentan los principales hitos del siglo XX y asimismo el crecimiento de sus principales localidades.

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4.2 Breve Historia de Llifén.

“Huequecura (...) fundo en la precordillera del Lago Ranco, radicación de indígenas al sur del río Caunahue y estero en el mismo lugar. De hueque: guanaco y cura: piedra, las piedras del guanaco, llamadas bezoares” (Meyer, 1982: 108). “Llifén.- Lugar en la ribera oriental del Lago Ranco, en el valle del río Calcurrupe y nombre de un cerro en el mismo lugar de forma cónica: al pie de este cerro brota una caudalosa vertiente. De llüfen: arrebolar; arrebolada de la aurora. Probl. También de lliwin: espumante, chorro que baja de un cerro.” (Meyer, 1982: 142). Nuestra entrevistada Ángela Huenuqueo, nos introduce el capítulo con un relato que es un reflejo del devenir histórico de Llifén, a saber: “Fíjese que estas tierras tienen una historia muy grande. No tiene bien el acuerdo, porque el dueño de estas tierras, eran Don José Joaquín Pitripán, y le vendió la tierra a Don Juan De Dios Panguilef, le vendió todo esto, desde el rio Caunahue, hasta el rio Calcurrupe (rio licán), le vendió ese caballero que era el cacique a Juan de Dios Panquilef. Y Don Juan De dios Panquilef, el quedó de dueño. Y ahí vino la quitadura, la toma de tierra. El que llegó primero fue Figueroa, el primero que llegó a quitar las tierras, y así el indígena quedó con poca tierra, porque las quitaron” (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020). Como reflexión introductoria, las localidades de la Cuenca del Ranco, en particular la jurisdicción actual de la comuna de Futrono, tienen su origen histórico en su forma de habitar, en dos aspectos que generalmente confluyen. 61

En primer lugar, las particularidades y características biogeográficas del sector, y las bondades de la naturaleza que lo circunda, las que otorgan condiciones que propician el asentamiento de las comunidades: Abrigo, cercanía al lago y a los ríos, planicies para la producción hortícola y ganadera, los recursos recolectados de los bosques circundantes y las praderas habilitadas por el fuego, entre otras. El segundo elemento, es el acceso, es decir, las vías de comunicación que conforman la puerta de entrada y salida hacia y del territorio. Para el caso de la localidad de Llifén, el renombrado Puerto Viejo, y más tarde el puerto de Huequecura, se constituyeron como el portal de entrada hacia la vasta zona precordillerana, el valle de Llifén y el llano bajo el imponente cerro Huequecura. A su vez, estos muelles fueron la salida de productos agrícolas y ganaderos generados por los latifundios de la época como son los casos de Arquilhue, lo Vásquez (Cudico), Maihue, Llifén, Calcurrupe, etc. Y por supuesto, la exportación de los productos forestales que tuvieron un mayor impacto socioeconómico en la zona. Las maderas y durmientes eran destinados a distintos centros de producción y elaboración (barracas) en el país: Río Bueno, La Unión, Valdivia, Santiago, Valparaíso, etc., siendo participes como materias primas en el crecimiento explosivo de las ciudades (maderas para viviendas, comercio, etc.) y las industrias (cajones, durmientes, postes, etc.) chilenas del siglo XX (Camus, 2006; Otero, 2006). Por tanto, no es de extrañar que, en las primeras décadas del siglo XX, la vida colona llifenina, discurriera en los alrededores del Puerto Viejo, imponiendo a Llifén como la localidad de mayor augedentro de la cuenca, a consecuencia de su posición estratégica de entrada hacia las extensas haciendas de la precordillera, los bosques forestales, los ríos, las aguas termales y el paso cordillerano de Lipela.

Como veremos en párrafos posteriores, Llifén será el principal punto de embarque de los habitantes de esta zona, articulando la navegación lacustre en la que Llifén, ocuparía un paso obligado en el trayecto de los vapores y otras embarcaciones.

“El plano inicial de Llifén de 1900 surge en forma espontánea y lógica asentándose en torno al muelle. Toda la actividad giraba en función del transporte de mercaderías, maderas y personas por el lago Ranco, vía vapores y lanchones que lo surcaban hacia Puerto Nuevo” (Fernández, 1994).

“Como antes se hizo mucho durmiente, acá para poder vivir, se le vendía a la empresa Ferrocarriles del Estado a orillas del lago [Huequecura], y ahí se hizo una huella para, como se dice, para carretear a bueyes (...) la gente de los Cerrillos y de más allá, venían algunas veces a laborar en medias para acá, porque para allá no había camino, pura huella de caballo. Y tampoco para allá no había pasada por la orilla de la montaña, allá una parte que se le llamaba la piedra junta, ahí los caballos que estaban guatones, gordos, tenían que sacarle la montura, las piedras era así [ilustra la figura con sus manos], justo pasaba un caballo no más, y a la salida para allá se formaba un hualvesito, pero corto, salía ahí donde ese hombre Bertín, y se iban por la orilla de la playa, salía allá al camino que toma a San Vicente, la huella.” (Extracto entrevista Tanislao Pitripán. Realizada el día 12 de agosto 2020).

En los años de la década de 1920, llega a Llifén el inmigrante alemán Miguel Ziegler, quien administraría el hotel de propiedad de Felizardo Figueroa. Este último, de acuerdo con Fernández (1994), compra el fundo Llifén a Delfín Molina 37 . Para complementar este traspaso entre Delfín Molina a Felizardo Figueroa, con fecha 20 de diciembre de 1906 se publica en el periódico “El Orden” de La Unión un remate a realizarse el día 31 de diciembre a las 10 de la mañana. “remate de los bienes embargados en la ejecución seguida por don José Felizardo Figueroa con la sucesión de don José Delfín Molina por cobro de pesos.” En la nota se detallan todos los bienes a rematar, dentro de los cuales se encuentra el fundo Güequecura (Huequecura).

“Ese camino bajaba donde esta el puerto viejo ahora, y ahí donde está la posta y el retén de carabineros, ahora ya no existen. Igual esto acá se quemó todo (...) ahí vivía Miguel Ziegler en un hotel (...) se quemó todo eso, ahí había un molino (...) también una tienda, había pulpería, pero digamos como un mall ahora, había de todo, ollas, géneros, zapatos, ropas, pulpería, vino” (Extracto entrevista René González. Realizada el día 08 de agosto de 2020). En aquel lugar, Puerto Viejo, estaba ubicado el molino, un hotel, retén de carabineros, el correo, una tienda - almacén y las viviendas sucesivas de los colonos más recordados por parte de nuestros informantes como Delfín Molina, Felizardo Figueroa, Joaquín Larraín Pellegrini y Miguel Ziegler. Existe otra referencia esta vez “Fundo Calcurrupe” de propiedad de Rosario Jaramillo de González y Valentino Monsalve, quienes en 1901 vendieron a Carlos Sheihing Kurz. En 1903, Sheihing vende esta propiedad a Delfín Molina. (Rescatado de la web en: http://nick997997.blogspot.com/2005/12/ capitulo-dcimo-primero-karl-scheihing.html)

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Entre 1907 (diciembre) y 1908 (enero), Guillermo Segundo Münnich Frick 38 , realizó un viaje de exploración y estudio a la región volcánica en la precordillera de la cuenca del Lago Ranco. Su importancia histórica tiene relación con la elocuencia de su escrito, el cual nos permite ofrecer a los lectores un panorama del Llifén de inicios del siglo XX, relativos a sus vías de comunicación y extractos de la vida sociocultural de la época. Münnich, se embarca desde Valparaíso, para llegar a Valdivia, y luego comenzar su viaje en la ciudad de la Unión con destino al lago Ranco. Su internación hacia la cuenca fue a través del camino público desde La Unión, pasando por el pueblo de Río Bueno, y Traiguén el último lugarejo al interior. Su primera parada fue el molino de Los Chilcos 39 “a las 07:30 llegamos al Molino de Los Chilcos situado a inmediaciones del Estero Ralitrán, de propiedad de don Jermán Hutt, donde encontramos cómodo alojamiento en casa del señor Federico Saumann, administrador y socio industrial de dicho establecimiento” (Münnich, 1908: 18). Desde aquí Münnich, va con destino a orillas del lago Ranco, para llegar al Puerto Yáñez 40 , puerto embarcadero de pasajeros de propiedad de Carlos Hoffman, “Llegamos a las trancas que dan acceso al pequeño potrero del señor Hoffman a las 9 ½ A.M. y por primera vez, se estendia a nuestra vista el inmenso Lago de Ranco” (Münnich, 1908: 21).

Desde Puerto Yáñez en una embarcación a vela se dirige a Futrono, para luego a lomo de caballo continuar a Llifén. El trayecto lo realizó siempre orillando el lago “ya subiendo cuestas, ora internándose en la montaña, ora bajando a la ribera, pero siempre fragoso y estrecho (...) a las 2 y media cruzamos en río Quimán, a las 3 faldeamos la cuesta de Mariquina y las 4 y media la de Filopulli” (Münnich, 1908: 27-28). El trayecto recorrido es el mismo realizado en 1876 por Señoret, por lo que podemos entrever que era el camino establecido desde al menos el siglo 1800, que conectaba por tierra Futrono con Llifén.

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1) Llifén: Paronámica valle con muchos troncos delgados sin hojas, en primer plano algunos troncos quemados. Colección Fondo Enríque Mora Ferraz. Cenfoto-UDP. Código: PLB-001852

38 Guillermo 2º Münnich Frick, nació en Valdivia el 09 de mayo de 1850. Se tituló de farmacéutico en 1872 en Santiago de Chile. También es reconocido por ser un fotógrafo aficionado. En el año 1875 se traslada a Valparaíso la que sería su residencia definitiva. Dentro de sus bastas obras podemos destacar que fue regidor y alcalde de Valparaíso. Fallece el 12 de mayo de 1912.

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2) Llifén: Vista en altura desde costado de ladera, un camino en la mitad horiontal de la imágen, algunas casas a un costado y terrenos con cosechas por el otro. Colección Fondo Enríque Mora Ferraz. Cenfoto-UDP. Código: PBL-001853

Extracto Períodico "El Orden" de La Unión Publicación día 19 de Diciembre de 1896. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión.

Münnich, manifiesta en su relato lo complejo y en partes peligroso del camino Futrono - Llifén, y que es de suma urgencia, realizar mejoras en la conexión “las autoridades respectivas, hagan el pequeño sacrificio de componer, aun cuando más o menos sea, esa parte del camino único que conduce por tierra a Llifén y Riñinahue” (Münnich, 1908: 28). El trayecto que realizó Münnich, fue en enero en plena temporada de estío, cuando las condiciones climáticas son relativamente ideales. Suponemos que en invierno esta situación cambia drásticamente, haciendo mucho más complejo el tránsito con la venida de las lluvias y el mal tiempo. De lo anterior, y de acuerdo con las palabras de nuestros entrevistados y entrevistadas, no es hasta la construcción del actual camino Futrono – Llifén, (1945 – 1950), que la conexión a través del camino toma preponderancia, y es la navegación lacustre la que predominaba, como medio de movilización de personas vía vapores, hacia los distintos puertos en torno al Lago Ranco.

“Tanislao: Aquí nosotros en esos años, venimos a conocer este camino [se refiere al camino Futrono – Llifén], yo tenía como... como, 20 años más o menos. Bueno este camino, este principal, se hizo de allá mismo de Futrono para acá, porque el camino el camino que llegaba de Paillaco, llegaba hasta Futrono, cuatro esquinas que le llamaban, está ahí no más. Y así de a poco después el camino ya tomo de jefe Alberto Lacoste [Hacendado de Arquilhue], como tenía plata, tenía una gringa rica, lo terminó hasta Arquilhue Lautaro: Antes el camino pasaba abajo, era una huella no más, pasaba de a caballo la gente” (Extracto entrevista Tanislao Pitripán y Lautaro Salinas. Realizada el día 12 de agosto 2020). “Sí, ante a caballo pasaba por el lado golfo azul pasaban para pasar a Llifén no había camino porque decían siempre que tenían que estar en el lago bajo para poder pasar y si no la gente se ahogaba se ahogaron mucha gente ahí pasando en el invierno y después llegó el camino, pero ahí no me acuerdo cuando en que año sería es que uno tendría que ir anotando como van pasando las cosas para recordarlo.” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). “antes el centro estaba ahí, todos los vapores llegaban a Puerto Llifén y ahí estaba todo lo que es la ciudad de Llifén. De ahí, para acá, comenzaba” (Extracto entrevista Sra. Sandra Soto. Realizada el día 12 de agosto 2020). 39 De acuerdo con la investigación de Cofré y Flores (2017: 123 - 124), el primer propietario de ese molino fue un señor apellidado Hutt de la Unión. En 1912, este molino fue comprado por Enrique Sandrock. En 1950 Sandrock fallece, y es la viuda Marta Yunge, quien se hace cargo del molino, vendiéndolo posteriormente a su hijo Enrique Sandrock. Finalmente, en 1974 es adquirido por el sobrino de Sandrock, Enrich Hettich. 40 Dato anecdótico entregado por Iris (1910: 85) acerca del origen del nombre del puerto “El dueño de ese lugar es muy admirador de don Eliodoro Yáñez [Reconocido Diputado y Senador por La Unión y Valdivia en sucesivos cargos desde 1894 a 1924], el enemigo jurado del sur. — ¿El enemigo? le interrumpo atónita. Sí, señora, prosigue el señor [Felizardo] Figueroa convencido, porque ese caballero mató la industria de los alcoholes que florecía en la región. Un chusco conocedor de la admiración de que era objeto el señor Yáñez en aquella casa se presentó allí... con un compañero, le hizo creer que era don Eliodoro Yáñez en persona y el favorecido dueño de casa en agradecimiento por aquella visita puso á su embarcadero el nombre que nadie le ha quitado más tarde.”

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Continuando con el relato de Münnich, llegan al río Caunahue vadeándolo en su desembocadura para internarse en la montaña y alcanzar la caleta de Huequecura. Llifén distaba a unos 20 minutos al sur desde este punto “a orillas del estero Dollinco, y que, de antemano, había designado para nuestro campamento por estar más inmediato a las vertientes de aguas termales que aquí se encuentran, y que tanta fama se han conquistado en todo el Departamento por sus virtudes medicinales” (Münnich, 1908: 29). En esta parte del relato de Münnich (1908: 29) menciona “Un mapuche que me esperaba con una sarta de Truchas y Pejerreyes, recién pescados en la vecindad, recibió una buena gratificación y, además, el encargo de comprar algunos otros artículos que nos faltaban”. El relato anterior es entregado para introducir en esta parte la presencia histórica de la comunidad Mapuche en el sector de Huequecura y Llifén, quienes habitaban desde antes de la llegada de los españoles, lo que ya ha sido mencionado en los primeros capítulos de esta investigación. Don Tanislao Pitripán, descendiente del recordado longko de Huequecura Victoriano Pitripán, recuerda con tintes de emoción los primeros pasos de su familia en esta tierra: “[Mi Familia venía] del lado de Temuco, se asentaron por acá porque no les gustó ir a la guerra. Dijo: que vamos a ganar, nada más que la muerte. Mi abuelo, pasó por aquí por el Cerrillo para acá, ahí en Neltume estuvo un mes. Ahí entraron para acá y por aquí ya se fueron apartando los hombres no es cierto. Aquí quedaron dos, el finado Abelino y mi abuelo y los otros pasaron para el lado de Illahuapi. Ahí estuvo, me parece que también venía Ricardo Lehuei y allá este Juan Huenupán, que ese está a la entrada del arenal para

arribita, de ahí comienza Illahuapi. Los otros no me acuerdo parece que entraron por el lado de Maihue o Rupumeica por ahí. Había mucha gente acá, había mucho monte, esta cordillera eran muy rica de monte. Entonces, el viejito llegó aquí, el abuelo, esa casa última que está allá, esa la hizo el en esos años, esa tiene como doscientos años, porque el murió de cien años y tanto, el abuelo Victoriano. Aquí estuvo mucha gente de afuera, y después ya fueron uniendo, porque le hizo la solicitud hasta San Juan Seco, allí donde viven los Curinao arriba. Hasta ahí se marcaron en ese tiempo, 880 hectáreas con ocho áreas 41 . Y de ahí para arriba se llevó Luis Vásquez ese va a colindar arriba con el fundo Arquilhue. De ahí, es la comunidad de San Juan Seco que le llaman, que pega al río Calcurrupe, y al Este con la cordillera Huequecura”. (Extracto entrevista Tanislao Pitripán 12 de agosto 2020). Lo mismo ocurre con la señora Ángela Huenuqueo, reconocida residente de Llifén, dirigente y defensora de los derechos de los habitantes del sector: “Es una historia larga... Mi papá era nacido de Guiño-Guiño, y le tocó el servicio en 1921 salió del regimiento de Puerto Montt y cuando llegó a su casa a Guiño-Guiño sus mayores no estaban, le habían quitado la tierra los españoles, le habían llegado y le habían quitado la tierra a los que estaban ahí viviendo. Entonces, su mamá dejó dicho, que se venga a Futrono, porque ellos se vinieron de Hueñu-Hueñu a Futrono, y le dejó una bestia, con montura por supuesto. Y de ahí se vino mi papá, para acá para Futrono, y ahí llegó a Futrono mi papá. Se hicieron amistades por acá vinieron a Calcurrupe y otros lados, por ahí encontró a mi mamá y se casó con ella y así quedó mi papá acá.” (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020). 41 Se refiere al Título de Merced N2438 otorgado el año 1913 a Victoriano Pitripán.

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Desde la segunda mitad del 1850, y las primeras décadas del siglo XX, fueron constantes los atropellos, usurpaciones y despojos de la cultura y la tierra de las comunidades de la cuenca del Lago Ranco. El relato de Münnich, no solo contiene un valor histórico en cuanto a la investigación que realizó de esta “región volcánica”, y el diario de viaje que nos entrega, sino que, además, y a consecuencia del contacto con las comunidades de la zona, es también un relato – denuncia. Los caciques de la época depositaron en Münnich su voto de confianza, viendo en él un mensajero, el cual pudiera transmitir (asumimos como uno de los últimos recursos) al presidente 42 , sus reclamos ante los vejámenes sufridos. Un relato extenso pero clarificador, es el entregado por el cacique de Riñinahue Manuel Trafián, quien manifiesta: “que los reclamos que se habían entablado ante las autoridades de Valdivia en contra de los invasores y usurpadores de sus tierras (entre los cuales citaba como el más cruel e intransigente a un tal Molina) habían sido inútiles; que nadie les protegía, sino que, por el contrario, se les trataba como a bestias. Que se le despojaba de sus dominios so pretesto de que carecían de títulos de propiedad y que algunos de los que hoy aparecían como dueños de estensos potreros, se habían apoderado de esas tierras mediante títulos fraudulentos y falsos, puesto que ningún indígena había ni vendido ni cedido a ellos sus propiedades. Que esos usurpadores de sus tierras se habían presentado en varias ocasiones a sus rucas con individuos armados a cometer toda clase de arbitrariedades y atropellos, arrojándoles a viva fuerza de sus pobres viviendas y obligándoles a buscar refujio en el interior de las montañas y aun al otro lado de la cordillera de los Andes, en donde muchos vivientes de su jurisdicción habían encontrado hospitalaria acogida" (Münnich, 1908: 43-44). 42 Pedro Montt 1906 – 1910.

Situación que para Llifén, Huequecura y Calcurrupe no era distinto, los documentos de la época y los relatos de nuestros informantes retratan los hechos acaecidos durante buena parte del siglo XX, por parte de la población chileno-mestiza, que se vino a asentar a este territorio. De acuerdo con nuestra investigación el primer colono que al menos figura con “posesión de tierras” fue Delfín Molina; cuyo apellido da nombre al sector de Molina en las inmediaciones el puerto viejo de Llifén a orillas del lago Ranco “incluso en algunos mapas aparece Llifén como Molina. Y si uno coloca la referencia de Llifén por internet, aparece Molina como Llifén, porque así se le conocía antiguamente ese sector” (Extracto entrevista Sra. Sandra Soto. Realizada el día 12 de agosto 2020). Es este personaje que desde 1898, es denunciado por su violencia e injusticia para con los mapuches de Llifén, así lo revela el cacique Juan Manuel Pitripán Millapán quien “les impide trabajar en los fundos Llifén y Huequecura, llegado al punto de amenazarlo con arma de fuego” 43 Otro hecho más cruento es publicado en el Diario el Correo de Valdivia el día 31 de enero de 1905: “para que nuestros lectores se formen una idea de la maldad que encierra la hazaña del señor de Llifén, vamos a consignar brevemente algunos datos... catorce días atrás murió en ese lugar víctima de la fiebre una niñita como de un año de edad...como era natural, sus padres la llevaron al cementerio de la localidad 44 con el fin de sepultarla, pero se opuso a ello con tenacidad brutal Delfín Molina, quien para burlarse mejor de la caridad y de la civilización 43 Archivo Nacional de Historia AIV, V. 122, fj. 46 en Araya, (2006: 91). 44 De acuerdo con nuestros informantes. En las “tierras” de Delfín Molina existía un antiguo cementerio mapuche, en las cercanías del puerto viejo de Llifén. Años más tarde, se construiría sobre este sitio fúnebre un hotel.

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hizo cerrar el cementerio, conminando con castigos a los que se atrevieran a forzar las puertas.” (Araya, 2006: 92). Estos hechos se suman a los tristes relatos de nuestros entrevistados al recordar su historia y la historia transmitida de sus padres y abuelos, principalmente en los inicios de la colonización de Llifén desde la segunda mitad del siglo XIX. La usurpación y el despojo fue una constante usada por los colonos para hacerse de tierras: “Una señora de edad de esos años me contó (...) que cuando quitaron esta tierra, como estábamos conversando. Entonces dijo, el hombre que nombramos... Figueroa [Felizardo Figueroa], es que dijo: voy a buscar gente a Puerto Nuevo; y sabe que los indígenas de Calcurrupe, que dijeron vamos a hacer una rogativa vamos a reclamar al taita Dios, para que este hombre se desaparezca y se deje de estar quitando las tierras. Hicieron su rogativa, y en eso estaban cuando se fue este a [Puerto Nuevo], Figueroa a buscar gente y vino un temporal y le dió vuelta el bote y ahí quedó, eso me contó la señora.” (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020). Tanislao: ahí estaban unos tales Cárdenas [se refiere a Figueroa], parece que eran, y ahí llegó Miguel Ziegler, lo trajeron de administrador y les compró el fundo. Y ese fundo no era de él [Felizardo Figueroa], se fueron las personas, recibieron la plata y se fueron. Esa gente que había ahí, esos hombres andaban como bandidos, eran unos bandidos, porque ahí habían (...) unos rucos así, unos burritos, casas y llegaron esa gente y le quemaron los burritos... Lautaro: y ahí había un cementerio también, frente al molino... Tanislao: Si, ahí al lado del estero Chumpeco... Lautaro: Si, allá abajo frente al molino estaba el cementerio. Yo alcancé a ver las tumbas ahí (...) si donde se quemó el hotel viejo (...) si porque hicieron casas arriba de un cementerio. Bueno y ese sería el cementerio indígena primero que había... Tanislao: Ahí cuando la gente le quemó los burritos de apellido, eran apellidos Nufque o Nubque, y esos tenían caballos, así que ensillaron sus caballos y se 67

fueron para la Argentina, cruzaron aquí la Lipela para allá, y se fueron para la Argentina y no volvieron nunca más. Bueno, los que los conocimos fueron la gente más vieja no más.” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan y Lautaro Salinas. Realizada el día 12 de agosto 2020). Interesante es la visión contrapuesta sobre una misma persona. Inés Echeverría Bello, aristócrata quien visita el Lago Ranco en 1910, es alojada y atendida en el Hotel de Felizardo Figueroa en Llifén, describiéndolo de la siguiente manera:

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“- Don Tanislao Usted ¿Recuerdo las rogativas, los Nguillatún, We Tripantu? Si me acuerdo, poco. Aquí se hizo también en esta comunidad, pero por allá al lado del cementerio, allí en al lado de retén de Carabineros. De ahí para acá (...) yo una vez no más, estuve ahí, de esa vez ya no se hizo más rogativas. Se apartó la gente, no le gustaría estar más con esos bailes. Donde se hizo hartos de esos bailes fue por Calcurrupe. Ahí parece que todavía hay algunos que le gusta tocar los tambores (...) donde hacen todavía rogativas es en Rupumeica. (Extracto entrevista Tanislao Pitripan. Realizada el día 12 de agosto 2020).

“Solo ahora vengo á darme cuenta de que el Sr. Figueroa, tan modesto, tan amable es dueño del vapor que nos conduce y de buena parte de las márgenes del lago. Verdadero tipo del hombre emprendedor, de aspecto sereno y de ademán reservado, no impone su presencia, sino que la evade.” (Iris, 1910: 14) Para la zona de Huequecura, Llifén y Calcurrupe, de acuerdo con los expedientes de los títulos de merced, los longkos en cartas enviadas a las autoridades describen los hechos de violencia y el modo de usurpación de tierras por los colonos, los nombres que más se reiteran, no siendo los únicos 45 , son: Delfín Molina y Felizardo Figueroa. Bajo esta situación crítica, a las comunidades como salvaguarda no les quedó más, que solicitar radicación al Estado, como la última alternativa de proteger los retazos de su antigua propiedad. De esta forma encontramos tres Títulos de Merced, entregados a la comunidad de Victoriano Pitripán en Huequecura, la comunidad de Juan Manuel Pitripán en Chollinco y la comunidad de Ricardo Lehuei para Calcurrupe, todos otorgados en el año 1913. Como colofón a este apartado, plasmar que entre ellos se sustentaron y apoyaron en aquellos difíciles años, solo basta con observar que los testigos de cada uno de los longkos en la escritura de los títulos de merced eran los mismos caciques de estas comunidades.

la fragilidad de la memoria de los actuales descendientes, de otrora grandes comunidades en Huequecura y Llifén. Tanto los We tripantu como los Nguillatún, hace décadas que no son realizados en el sector, y la lengua originaria no se practica. Pero actualmente, las comunidades luchan por mantener su cultura, recuperar su memoria, prácticas culturales y espacios propios. Dentro de este último se destaca el espacio ceremonial en Llifén, donde se celebraban las rogativas y we tripantú:

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1) Título de merced : Nº 2445. Ricardo Lehuei. Fuente: Conadi.cl 2) Título de merced : Nº 2439. Juan Manuel Pitripan. Fuente: Conadi.cl 3) Título de merced : Nº 2438. Victoriano Pitripan. Fuente: Conadi.cl

Existen factores como la colonización, la llegada de nuevos habitantes, y las políticas de Estado, que propiciaron la pérdida de expresiones culturales mapuches. Esto se puede observar, en

“De que yo me acuerdo dos veces hicieron Nguillatún y después no hicieron más. – Y ¿Dónde se hacía el Nguillatún? ¿En que parte? – Ahí en la pampa de don Augusto Vidal se llamaba, que aquí ahora está todo ocupado, ahí donde están los carabineros, en esas partes. Eran pampas esas antes (...) ahí no había camino todavía como está, era pampa, totalmente limpia – y ¿Cúando fue la última? – Eso hacen años, debe ser como sesenta años, si hace rato que dejaron de hacer eso, y no dejaron el recuerdo los antiguos, no lo dejaron a los hijos para que lo sigan haciendo. No siguieron haciendo esas rogativas ¿Ustedes han visto las rogativas en algunas partes? (...) oiga es muy lindo eso cuando están haciendo esas.... es lo único, que no se porqué no dejan de entrar a otra persona de afuera. No la dejan entrar, pero a lo mejor ahora como han cambiado tanto las ideas de las personas, a lo mejor si hacen pueden dejar entrar... para que no se hubiera perdido la costumbre antigua.

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Aquí por lo menos está perdida, en Calcurrupe lo hacía hasta la última hora, pero ahora tampoco la hacen” (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 12 de agosto 2020). Retomando el relato de Münnich, luego de realizar su excursión hacia el río Nilahue a observar los efectos generados por la erupción del volcán de Riñinahue en 1907. Regresa a Huequecura y se aloja en la propiedad de Pilar Pitripán “dueña de un potrero estenso, y en mucha parte cerrado con tranqueros, a orillas del Lago Ranco, y determiné armar mi carpa al pie del peñón de Huequecura que se eleva casi perpendicularmente desde el lago a inmediaciones de la casa o ruca de la dueña de la propiedad” (Münnich, 1908: 73 – 74). Así continúa su viaje de investigación a los baños de Chihuio. Finalmente, el 11 de enero de 1908 Münnich comienza su vuelta hacia Futrono, para luego retornar por el mismo camino de ida “nos despedimos de nuestros huéspedes [ familia de Pilar Pitripán] que con tanto cariño y buena voluntad nos sirvieron” (Münnich, 1908: 94).

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De acuerdo con Fernández (1994), además de las familias originarias, los apellidos de familias chilenas hacia 1920 – 1930, son: “Arriagada, Soto, Barrientos, Sepúlveda, Villanueva, González y Miranda”. La familia Ziegler ocuparía un lugar en estas primeras décadas. Según Fernández (1994), Ziegler realizaría importantes construcciones una de las cuales fue un hotel, que en 1936 se quemó completamente, posteriormente se levantó y se volvió a quemar, lo mismo ocurrió con el molino. De la vida cotidiana de Llifén – más allá de la historia escrita – nuestros y nuestras entrevistados y entrevistadas, nos comentan lo siguiente: 2

1) Desenbocadura del río Caunahue, sector Huequecura Llifén. Fotografía: Christopher Carrasco. 69

2) Vista paronámica del Lago Ranco, sector Playa Calcurrupe. Fotografía: Felipe Guarda

“Aquí, por ejemplo, en la misión de Quinchilca había un colegio. Y ahí se educaron los primeros (...) eran unos capuchinos que había ahí. Porque aquí, tiene que haber sido el año 30 0 31 por ahí, que hubo la primera escuela, pero no era escuela, pero como una cosa así algo de verano, que el que enseñó a leer era don Bernardino Huenupan, él estudió ahí en Quinchilca, y él sabía leer y aquí nadie más sabía leer.

Entonces en el verano formó un grupito más o menos, como desde los 10 años, para arriba. Yo me imagino, que tiene que haber sido en enero y marzo una cosa así, porque mi tía dice: Que las clases que hicieron era en una casa vieja, que tenía mi abuelita arriba que no existe ahora. Y entonces, ella dice que no la dejaron entrar porque era muy chica. Pero ella dice que se empinaba y miraba por la ventana para adentro a los otros que estaban ahí en clases. Tienen que haberles enseñado a leer y a escribir nada más, algo básico” (Extracto entrevista René González. Realizada el día 08 de agosto de 2020). “El a veces venía los sábados [se refiere a su esposo Hernán Vásquez], a cada quince días a la casa, vivía trabajando cuando era joven con bueyes. Yo me quedaba en la casa trabajando, trabajaba igual y cuando uno era joven, es de trabajar hacer huerta. Fíjese que yo hilaba hacia tejido vendía media, vendía chomba, hacia costura para la otra gente, tengo dos máquinas donde trabajaba, hilaba hacia cualquier cosa así uno, cuando está criando sus hijos no falta que hacer” (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020). “Miré yo cuando era niña, venían de Calcurrupe a buscarme para que le vaya a ayudar a hacer la cosas a mi madrina. Mi madrina era de Calcurrupe. Entonces, ahí se hacia la comida y se dejaba... hacían una corrida así de colihue, cada indígena tenía su colihue, entonces ahí se dejaba la comida (...) y antes de comer hacían su rogativa, clamaban al taita Dios, hablaban todo eso, como ellos hablaban en lengua. Así que después de eso comían (...) mire mi papá hablaba y mamá también, pero ninguno se confortaban los dos, porque uno tenía una costumbre de hablar y el otro no. Claro me acuerdo de que, una vez ellos, mi mamá le conversó algo a mi papá, así en lengua. Entonces, mi papá le contestó de otra manera que ella no entendió. Entonces le dijo ella: Tienes costumbre de hablar como tus costumbres, y no sabes hablar como yo hablo... – Hija de la Sra. Ángela: Eran de distinta lengua, por 70


que mi abuelo era de la costa, y mi abuela era de acá, entonces variaba mucho la lengua” (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020). En 1934 se crea el retén de carabineros al costado del Puerto Llifén, el cual en 1953 es ubicado en su actual recinto. En 1945 se inicia lentamente el camino que uniría luego con Futrono “en aquel entonces se crea la Oficina de Correos y Telégrafos, Ofician del Registro Civil y la Posta. Surgen Hoteles y Hosterías. Llegan capitales industriales y madereros” (Fernández, 1994). Progresivamente, Huequecura y Llifén va configurando su actual centro urbano. En 1941, Lago Ranco se constituye como comuna y Llifén sería parte de la jurisdicción territorial. Solo en 1976 producto de la reforma administrativa del nuevo proceso de regionalización en el país, Llifén integrará territorial y administrativamente la comuna de Futrono. Situación poco favorable para Lago Ranco, pero el desmembramiento territorial generada por el río Calcurrupe, imposibilitaba al municipio de Ranco hacerse cargo de Llifén 46 . Futrono en cambio desde la década del 1950, que comienzan a acelerar los trabajos para la habilitación del camino Futrono – Llifén, bajo el claro objetivo de acceder a esta inmensa y potencial zona agroganadera y forestal que es Llifén, como portal de acceso a la precordillera de Maihue. El correo de Valdivia publica el 12 de enero de 1950 lo siguiente “La Habilitación del Camino 1a Llifén Contribuirá al Progreso de la Comuna”, nota que continúa exponiendo “extensas zonas madereras y agrícolas están aisladas actualmente (...) Por otra parte los vecinos de Llifén en su afán de contribuir al progreso de la región, han construido por su cuenta, una parte de este camino en el tramo comprendido entre Llifén y Futrono”.

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Efectos de la habilitación del camino, implicaría un cambio en la configuración territorial, adoptando Futrono mayor relevancia para Llifén, debido a la llegada de transporte de carga y de pasajeros, lo que también afecta la navegación de vapores, perdiendo paulatinamente su importancia y periodicidad de recorridos.

Asimismo, con el camino comienzan a llegar nuevos habitantes al sector, se traslada el centro desde el puerto viejo hasta el actual punto neurálgico desde Huequecura, en recta hasta el cruce de caminos de las carreteras T-55, T-559 y T-85. Finalmente, el puerto viejo de Llifén “dejó de funcionar a fines de los años 60” (Navarro, 2005: 128). En la década del 1960 gracias a la acción de un residente de Llifén Agustín Vegas y el alcalde de Lago Ranco, Gastón Soto Arriagada, se gesta la primera compañía de bomberos “John Kennedy”. Al respecto en una nota de un diario titula “Los Bomberos de Llifén Experimentan Progreso” y más abajo “la primera compañía de bomberos Jhonn Kennedy de Llifén la institución más joven en su género en la provincia cuya fundación se remonta al 11 de enero de 1964”.

Ilustración 4: Extracto Periódico "La Razón" de La Unión Publicado el día 18 de julio de 1934. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

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El período de alcaldía de Gastón Soto 1964 - 1967, trajo para Llifén algunos avances significativos y para la comuna de Lago Ranco su “concepción estuvo marcada por una relevancia social, deportiva y cultural” (Hunter, 1993:87). Empresarios locales como el capitalista maderero Fried y el hacendado Lacoste de Arquilhue, aportan en la construcción de obras civiles como puentes y alcantarillas para el camino Llifén – Riñinahue. La actividad turística se consolida. El mayor problema suscitado eran las presiones de los residentes de Llifén ante su situación de aislamiento y falta de recursos públicos, para la electrificación del sector “Llifén, día a día, proseguía su campaña de unión y compromiso con Futrono” (Hunter, 1993: 88).

1) Fotografía de Gastón Soto Archivo: Familia Soto

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2) Fotografía grupal de la compañía de bomberos "John Kennedy" + Archivo: María Elena Gonzalez. 46 Hunter (1993: 72), menciona el abandono oficial de Llifén por parte de las autoridades. Se privilegió los distritos de Ranco y Riñinahue en desmedro de las demandas de los habitantes de Llifén. Tornándose un problema irreversible, con la anexión de Llifén a la comuna de Futrono.

3) Recorte de un diario regional. 3

Archivo: María Elena Gonzalez

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“como ya después se abrió el camino, el transporte ya empezó terrestre. Ya ese lado de allá desapareció. Entonces se vino el retén, la posta se vino para acá, el correo – telégrafo también se vino para acá y el civil. Pero ahora no tenemos ni correo, ni Registro Civil, nos queda la pura posta y el reten. Porque esta parte pertenecía, desde el río Caunahue para allá pertenecía a Ranco, a la comuna de Ranco. Entonces cuando pertenecimos a Futrono ahí desapareció el telégrafo y el civil. Si, Llifén era más importante que Futrono, si Futrono era calle larga de paso nada más” (Extracto entrevista René González. Realizada el día 08 de agosto de 2020). Varios fueron los sucesos que conmocionaron a los habitantes del Llifén contemporáneo, como es el caso de la tragedia ocurrida el día 21 de julio de 1963, en el que murió ahogado Arnoldo Pugín profesor de la escuelita Nº 20 de Llifén, y unas alumnas de apellido Obando, producto del naufragio de una embarcación a motor proveniente de Riñinahue a Llifén. En aquel día el lago era asolado por mal tiempo. Solo madre de las niñas sobrevivió, debido el acto heroico del profesor. Si este hecho es trágico, nada supera el homicidio perpetrado al profesor y regidor Esteban Cárdenas Bustamante, por el cobarde acto de los carabineros de apellido Unión y Burgos. Esteban Cárdenas fue un activo promotor del desarrollo de los distritos de Llifén y Riñinahue y por su labor periodística, un denunciante de los malos manejos y prácticas (en los diarios de la época, constantemente se denuncia una mafia) en el Llifén de aquel entonces. El día 11 de febrero de 1968, Cárdenas fue brutalmente de los malos manejos y prácticas (en los diarios de la época, constantemente se denuncia una mafia) en el Llifén de aquel entonces. El día 11 de febrero de 1968, Cárdenas fue brutalmente golpeado y asesinado “su cuerpo fue arrojado a una quebrada del río Caunahue, en las proximidades de Llifén, siendo encontrado seis días después, a las cinco de la tarde del 17 de ese mismo mes” (Hunter, 1993: 90). 73

El caso del profesor Cárdenas, tuvo una resonancia a nivel nacional, tanto así que, en marzo de 1968, en la cámara de diputados rinde un homenaje la diputada Inés Enríquez, quien argumenta:

Para cerrar el apartado de Llifén, es necesario, aunque tardío, reconocer el aporte de los miembros de las comunidades mapuche que contribuyeron con el desarrollo urbano de la localidad de Llifén. Reconociendo en estos hombres y mujeres, su esfuerzo para mejorar las condiciones del pueblo y construir un porvenir próspero, para las generaciones venideras:

“A Cárdenas lo ha asesinado el medio, una conspiración sórdida de intereses en que se han mezclado todas las fuerzas que se oponen al progreso del mundo rural (...) Según los antecedentes de que se dispone, no se trataría de un hecho de los que ordinariamente registra la crónica policial, sino de un crimen destinado a silenciar la voz incorruptible de un maestro, la acción de un servidor de la comunidad, de un representante elegido por el pueblo, y de un periodista que tiene el deber de informar” 47 Dos de nuestras entrevistadas se refieren a este crimen:

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“A él lo mataron porque era periodista y era profesor, y el escribía para el [Revista] VEA, y daba a conocer todas las sinverguensuras que se hacían acá (...) entonces por eso lo mataron. Esa fue famosa la historia de Ernesto Cárdenas” (Extracto entrevista Sandra Soto, realizada el día 12 de agosto 2020). “Era muy amigo de nosotros (...) esa noche que lo mataron, estuvo en la casa de nosotros (...) era profesor de la Escuela de Llifén. Entonces todas las veces iba a conversar con mi marido [Agustín Vegas], todas las noches porque vivía un poco más allá de nosotros (...) Entonces esa noche fue, y ahí le conversaba a mi marido, yo estaba ahí, le dijo: Oye, sabes me da hasta miedo irme, no sé porque me andan buscando” (Extracto Entrevista María Elena González, realizada el día 27 de agosto de 2020).

“es que lo que pasa, es que antiguamente, se trabajaba por territorio, pero a la vez, había un consejo de longkos, hoy casi no existe. Entonces, así cuando había que tomar decisiones, se juntaban ellos para ver que es lo que iban a hacer, como iban a trabajar. Por ejemplo, analizaban en el caso del liceo, obviamente, a nosotros nos hacía mucha falta un liceo o un colegio, no es cierto, entonces ellos pensaban a futuro decían: Bueno, aquí tenemos un terreno, nosotros lo podemos donar, en este caso la familia Pitripan – ¿La familia donó mucho terreno? – Si, imagínense, el retén Llifén, todo lo que es el terreno, después el liceo junto con el colegio ahí, la posta, Correos de Chile, el cementerio. Todo lo donó el abuelo” (Extracto entrevista Marila Castillo, realizada el día 12 de agosto 2020). 2

1) Extracto periódico "La Tribuna" de la Unión Publicado el día 6 de Febrero de 1968. Gentileza Centro Cultural La Unión.

47 Diputada Inés Enríquez en sesión Nº 45 en martes 26 de marzo de 1968.

“La primera vez que fue la presidenta Bachelet, entró de presidenta ella, quiso conocer nuestra raza indígena, a ver si había indígena en Chile, quiso ella estar con los dirigentes con la comunidad indígena. Entonces llamó a los dirigentes, no sé como, total que a mi me llamaron de Valdivia para que vaya a conversar con la presidenta de la República.” (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020).

2) Extracto Perídico "La Tribuna" de la Unión Publicado el día 14 de Febrero de 1968. Gentileza Centro Cultural La Unión.

“Esas cosas nunca han sido reconocidas. Por ejemplo, nosotros, nos duele que cuando entregaron el liceo, no es cierto, se llenaron la boca otras personas diciendo yo lo hice. Pero donde estaban los herederos que donaron. Donde estaba don Tanislao, en ese tiempo doña Silvia, la señora María Francisca o sea todos los descendientes. Jamás han sido nombrados, de que ellos tienen par ahí, lo mismo la posta (...) eso han sido cosas que uno en el fondo igual le duelen porque, han sido cosas de que ellos trabajaron , pensaron en el futuro. 74


Imagínese ellos sin ir al colegio, sin ir a una universidad, han hecho cosas más importantes que la persona que estudia (...) a mí me duele eso que nunca han sido reconocidos.” (Extracto entrevista Marila Castillo, realizada el día 12 de agosto 2020).

4.3 Navegación Lacustre en el Lago Ranco: Wampos y Vapores 4.3.1 Wampos o Canogas “Ranco.- Lago subandino, entre el lago Puyehue por el sur y el lago Riñihue por el norte; se alimenta de varios ríos caudalosos y desagua por el río Bueno. Se ve adornado por un buen número de islas en las cuales maduran los limones y hasta las paltas. De ran: inseguro, arriesgado y co: agua; aguas traicioneras. Este lago, completamente abierto hacia el norte y por lo tanto expuesto a este viento, se ve en poco tiempo muy agitado y ofrece serio peligro a la navegación; al autor le tocó luchar dos horas contra la muerte, debido a un repentino huracán que le sorprendió en medio del lago” (Meyer, 1982: 254). A lo largo de esta investigación se ha mencionado la cuantía de los cursos y cuerpos de agua (ríos, esteros, lagos y lagunas), los que en sus cercanías posibilitaron los asentamientos de los grupos culturales de origen. Se mencionó también, que las prácticas de navegación originarían una cultura ribereña de los grupos mapuche – Huilliches de la cuenca del Lago Ranco, organizando a los sinuosos ríos y los imponentes lagos piedmontanos, en un complejo sistema de integración y vertebración territorial.

Puerto Nuevo - Lago Ranco Colección Fondo Enríque Mora Ferraz. Cenfoto-UDP Código: PLB-001845

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El vadeo de ríos y cruce de lagos a través de canoas para comunicación y transporte de cargas y personas, se registra desde antes de la llegada de los españoles 48 . Así también, los españoles en sus crónicas manifiestan el uso y manejo de canoas por los originarios en los lagos Villarrica, Panguipulli, Ranco, etc. De su construcción, el Reverendo Diego de Rosales nos relata “derriban un arbol gruesso y alto, desvastan el tronco o plan que ha de servir de quilla, caban el corazon hasta dexar el plan de cuatro dedos de grueso y los costados

poco más de dos, y acomodan el güeco parabuque, la extremidad más delgada para proa, y la más gruesa para popa” (Rosales, 1877: 174). El ya mencionado teniente Manuel Señoret, nos entrega una descripción de las canoas que pudo observar en su incursión al Lago Ranco. Ahora bien, atendiendo a sus conocimientos de navegación y embarcaciones marinas, su relato no debió de ser exagerado: “Las canoas de que se sirven los indios, son de una sola pieza i toscamente trabajadas al hacha... las hai de inmensas proporciones. Tuvimos ocasión de ver donde cabian cómodamente tres o cuatro animales vacunos i seis a ocho personas” (Señoret, 1877: 36). Wampos o canogas es el nombre de las canoas, que nuestros entrevistados y entrevistadas recuerdan. Canoas que asombraron a los cronistas españoles, las que perduraron en el período de colonización, para desaparecer finalmente a mediados del siglo XX. Pero estas canoas no eran de uso exclusivo de los mapuches, ya que, también fueron usadas y construidas (o mandadas a construir) por colonos, y ser usadas igualmente para su comunicación y conexión en el lago Ranco. En 1891, Pedro Díaz ciudadano de la Unión, quinen de paso, visitaba la propiedad de un colono a orillas del Lago Ranco, relata: “por lo pronto concebimos un proyecto: botar al agua una canoa que estaba allí recién construida, e ir a ver el desagüe o el punto donde sale el Rio Bueno (...) la canoa entró al agua arrastrada por una yunta. Era una embarcación rústica hecha del tronco de un árbol: su construcción obedecía mui poco a las reglas de la arquitectura naval” 49 49 Extracto Periódico “El Orden” de La Unión Publicado el día 09 de febrero de 1895. Fondo Documental Centro Cultural La Unión. (3º Entrega).

De acuerdo con la investigación de Chapanoff et al., (2010), las canogas o wampos en Lago Maihue, eran de propiedad familiar o comunitaria, utilizándolas preferentemente para el acercamiento en tramos cortos, vadeos de ríos y fundamentalmente, en el transporte de ganado y mercancías, para venta o traslado a campos de pastoreo. La desaparición de estas canoas se ubica entre las décadas de 1940 - 1950, inclusive se menciona avistamiento de wampos en el Lago Ranco en la década 1960, sin registro. Prueba de la existencia en estos tramos de años, es la visita realizada en 1942 de la localidad de Rupumeica por el misionero Kenneth W. Howell, motivado por conocer el estado de las misiones en el Lago Ranco. Howell es recibido y alojado en la casa del Longko (chief) Jacinto, quien una vez terminada su visita, es ayudado por el mismo longko guiando y llevándolo a la Península de Illahuapi “don Jacinto y su hijo nos cruzaron remando en una vieja canoa excavada en el tronco de un árbol.(...) después de un duro viaje, y una aventura de intentar vadear un rápido arroyo de montaña, llegamos a la península al atardecer y celebramos otra reunión” (Howell, 1942: 56-57). El abandono de las canoas para el Lago Maihue tiene relación con la llegada de la actividad maderera, la que trajo consigo vapores y botes de construcción europea que prestaban más utilidad que los wampos. Con los aserraderos, se pudieron elaborar tablas, para ser usadas en la construcción de estas embarcaciones. Asimismo, los caminos comienzan a mejorar y ampliarse. A esto se suma, la pérdida por el paso de los años de quienes tenían los conocimientos en la construcción de los wampos, sin dejar herencia de este entramado. Las últimas familias que poseían canoas en la precordillera de Maihue están ubicadas en el sector de Rupumeica, familias Carrillo y Chocano. Y en el sector de Hueinahue, pertenecientes a Dionisio Jaramillo y Bernardo Jaramillo, también se alude Ricardo Monsalve (Chapanoff et al., 2010: 86). 76


La construcción de los wampos y los conocimientos de navegación requirieron de la pericia de los mapuches, tanto en su proceso constructivo como en la navegación por los ríos y lagos. Lo que no deja de ser menor, ya que, involucraba a expertos o ingenios en las comunidades en estos dos aspectos de los wampos. Desde el conocimiento de la mejor madera para su construcción, los tiempos de elaboración, la forma, el largo etc. y los cuidados que representa observar los signos de la naturaleza cuando se levanta la puigüa, sin conmiseración y aviso. “de laurel hacían la mayoría. Las labraban bien primero y después le botaban la madera lo que le iban botar, las dejan más o menos como de 4 de pulgadas así de grueso. Le dejaban el asiento atrás, la culata de la canoga y adelante le hacían para la boquilla, que va cortando el agua” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan, realizada el día 12 de agosto 2020). “la gente antes sabia harto trabajar en bote, en esas canogas 50. Por todas partes esos años conocí de estas canogas, para Illahupai también hacían muchas canogas . Claro que era harto peligroso cuando, se ladeaban, se daban vuelta, no ves que es un palo redondo” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan, realizada el día 12 de agosto 2020).

Vapor Osorno. Comuna de Lago Ranco. Año 1973. Autor: Luis Ríos. Donante : Tirso Concha. Colaborador: Biblioteca Pública Nº 208. Porgrama Memorias del Siglo XX Dibam, 77

“Los wampos eran de un solo palo largo, que lo huequeaban [horadaban] así hacha o con azuela, y después le hacían las toleteras (...) si a nosotros nos tocó balsear unos animalitos, allá en la piedra. Ahí había un balseo, un balseo corto. Ahí pasamos con un wampo, le decían, canoga. En esas canogas ponían esos terneritos... huitralitos que les llamaban a los recién nacidos, entraban tres. Grande si los laureles eran gigantes, así de gruesos [nos indica una altura con sus manos], como 4 metros eran (...) don Ricardo Monsalve tenía una, donde pasaba a sus animales para el otro lado, de Hueinahue a las Chungas, ahí usaba su wampo el. (...) entonces cuando se desocupaba lo dejábamos bien tirado si [dentro en la orilla y muchas veces amarrados], porque de repente el viento, usted sabe que le puede hacer daño a los wampos”

(Extracto entrevista Guillermo Santibáñez, realizada el día 30 de Julio 2020). La desaparición de los wampos tiene relación con la llegada de las nuevas embarcaciones, conocidas como vapores. Para el caso del Lago Panguipulli al norte del Lago Ranco. La Compañía Ganadera San Martin dirigida por Fernando Camino de la firma Camino y Lacoste Ltda., dispuso el vapor Ò Higgins cuyo capitán era Ricardo Lange, y a los pocos días de su funcionamiento “se hizo saber a los indios que era absolutamente prohibida la navegación del lago en canoas, sin permiso de la Compañía. Al efecto, el capitán del vapor tenía orden de apresar y de destruir toda embarcación que sorprendiera a flote” (Díaz, 2010: 247). Para el Lago Ranco, Bengoa (2003: 75), nos dice que, en la década de 1930, de acuerdo con testimonios orales que él pudo cotejar, se habrían registrado la destrucción masiva de canoas o wampos, al ponerse el servicio el nuevo sistema de navegación de vapores. Muy parecido a lo sucedido en el Lago Panguipulli. “las canogas ya hace como que 50 años desaparecieron y los vapores también. Los vapores habrán también como 30 años, y aquí habían como ocho vapores que iban a Lago Ranco, tiraban madera para Ranco allá (...) aquí había un vapor que hacia la carrera, que se llamaba el Saturno, de ahí del... del muelle viejo ese y de ahí hacia la carrera el Saturno a Ranco, casi todos los días, con pasajeros, si había harta gente a Ranco, porque antes todos pertenecíamos a Ranco y después para el golpe de estado, pinocho dijo usted va a venir a Futrono, les queda más cerca. No ve que los barcos se comenzaron a ir, venia muchos pescadores a buscar esos barquitos porque los pillaban baratos, se los llevaban para el mar, y ahora no se ve ningún vapor. Ante se trabajaba con lanchones o la madera la hacían balsas y la llevaban a remolque” 50 Según Mera y Munita (2008: 15), se registra un importante embarcadero de canoas en el sector de Illahuapi “En este antiguo embarcadero se cruzaba en canoa (troncos ahuecados) una vez a la semana. La gente (que según el relato cruzaba una vez al año o con muy poca frecuencia) en algunas ocasiones llevaba caballos”

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(Extracto entrevista Tanislao Pitripan, realizada el día 12 de agosto 2020).

y permitiendo la llegada de familias a este territorio en busca de oportunidades.

provisionalmente hacer una plataforma “piso”, para el transporte de animales, esta vez, de la Isla Huapi a Huequecura:

caballos), conviene aprovecharlo. Lo mismo se llega a los baños con el vaporcito saliendo de Futronhue” (Krumm, 1923: 194).

“después ya no los quisieron usar más, era más peligroso que andar en botes. Usted se cargaba para un lado y se daban vuelta altiro, porque ese no tiene piso abajo como el bote. El bote puede ir unos cuantos cargados y no se dan vuelta. La lancha de palo redondo, el bote ese, era peligroso” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan, realizada el día 12 de agosto 2020).

Dos elementos confluyen en el auge de la navegación lacustre mediante vapores 51. Por un lado, un hito fundamental que es la llegada del ferrocarril en la década de 1930 que, a su vez, motiva al segundo elemento, que es el impulso de la actividad maderera 52 . Para 1930, en Lago Ranco, específicamente el Puerto Rettig, este punto – encuentro, se convertiría en un verdadero campamento maderero. A Puerto Rettig, llegaban y confluían los vapores que remolcaban las lanchas cargadas de maderas brutas y durmientes, provenientes de las montañas cordilleranas de Futrono y Lago Ranco, para ser luego trasladas a Ignao “estación de gran relevancia maderera en los inicios del ferrocarril” (Hunter, 1993: 7). Pero no solo confluían los vapores, sino que también los wampos de las comunidades indígenas y de los isleños, ya que, el Puerto Rettig en Lago Ranco al ser el epicentro de acopio maderero en la época que, debido a su dinámica, ofrecía puestos de trabajos, y/o puntos de ventas de animales “resultaba el espectáculo de animales transportados para la venta y que cruzaban el Ranco estacados sobre dos canoas unidas por gruesos y sólidas ataduras” (Hunter, 1993: 7).

(...) Bueno yo me acuerdo de que las más larga, las hacían como de 4 a 5 metros. Hacían harta gente, animales, cuando cruzaban la isla a los fletes para acá, ahí venían dos canogas, de arriba le ponían piso y arriba venía la yunta de bueyes. Así pasaba los bueyes para acá, las juntaban las dos, la amarraban firme adelante no más y ahí les ponían piso arriba y de ahí echaban los bueyes arriba, así que pasaban re-bien los bueyes (...) serían dos metros de ancho, entraba una yunta de bueyes enyugada” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan, realizada el día 12 de agosto 2020).

Sin ánimo de exagerar, a comienzos del siglo XX se puede ubicar la navegación de vapores por el Lago Ranco, ya que, Iris (1910) – Inés Echeverría, menciona la periodicidad de los recorridos de los vapores, bajo un programa establecido, concluyendo el uso en el tiempo “El vapor que viene una vez á la semana deja seis días de incomunicación con el mundo: seis días en que la vida puede seguir el rumbo de nuestra fantasía: seis días para vivir á nuestro antojo!” (Iris, 1910: 21).

“ Ya había bote ya, las canogas existían en esos años allá de la isla [Huapi] a Futrono. Ahí había canoga, aquí no había canoga ya [Llifén]” (Extracto entrevista Hernán Vásquez, realizada el día 08 de agosto 2020).

4.3.2 ¡¡Ahí viene el Vapor¡¡ Antes de la construcción de caminos como principal vía de comunicación y transporte para las actuales comunas de Futrono y Lago Ranco, la navegación de lagos y ríos se constituyó como el principal medio transporte, que conectaba o lograba acercar esta zona con los principales centros administrativos de la región. La navegación lacustre fue una solución al grave problema de conectividad desde la segunda mitad del siglo 1800, y buena parte del siglo XX. Lo accidentado de la geografía, los bosques, lo dificultoso de los caminos que se tornaban intransitables en época de lluvias, propiciaron este empuje y dependencia de la navegación de barcos a vapor, principalmente. Importante es recalcar la relevancia histórica de la navegación lacustre, permitiendo movilizar a las personas en los lagos de la región, y transportar los principales productos agroganaderos y forestales. Esta navegación contribuyó, sin lugar a duda, el desarrollo de la comuna de Futrono, y de las localidades en rededor del Lago Ranco, incentivando las relaciones comerciales 79

Este sistema de atar dos canoas, para transporte de animales, también es narrado por Tanislao Pitripán, pero la diferencia estriba, en que se colocaban tablas encima de estas dos canoas, para 51 Es necesario consignar, que estos dos elementos dieron un real impulso a la navegación lacustre, pero no fueron los únicos factores. Los vapores desde inicios del siglo XX surcaban el lago para conectar los diversos puertos en el Lago Ranco, teniendo un rol social asociado al transporte y conectividad. Pero lo que origina un recorrido lacustre constante fue el turismo llifenino como punta de lanza, materia que se abordará más adelante. 52 Hacia 1930, con la llegada del ferrocarril se impulsa la actividad maderera, esta vez los lanchones con madera remolcados por vapores, son cada vez más constantes en el Lago Ranco y Maihue. Desde Llifén, Huequecura, Coique, Futrono, etc. salen los vapores con dirección a Lago Ranco, centro de acopio y transporte de madera y durmientes para ser llevados desde ahí a los distintos centros de producción maderera en el país.

No existe claridad, la fecha exacta del comienzo en el uso de vapores en el Lago Ranco, la referencia más remota se encuentra en el viaje realizado por la aristócrata Inés Echeverría, en su libro de 1910 “Tierra Virgen”, señalando el vapor “Elfrida”, de propiedad de Felizardo Figueroa, de Llifén: “Un pequeño vapor pintado de blanco, con su cámara transparente de cristales nos aguarda para surcarlo (...) El vaporcito «Elfrida», aunque de poco calado, no puede tomarnos en la playa y de su costado se desprende un bote también blanco, «Teresita», que se vara sobre las piedras y nos sirve de puente para entrar á bordo” (Iris, 1910: 11). Otro registro es el de Krumm, (1923), agrimensor argentino quien visitó esta zona en 1914, particularmente la zona de las “azufreras”. Krumm nos adelanta los tiempos de viaje a lomo de caballo desde Los Lagos, hasta Puerto Nuevo, para luego embarcase en vapor, cuyo nombre no es mencionado: “en 6 u 8 horas de viaje a caballo se llega desde Los Lagos, Reumén, Paillaco o La Unión al Lago Ranco. Si se encuentra el vaporcito que hace la travesía entre Puerto Nuevo y los Baños de Llifén (se puede pedirlo, lleva también

Con la navegación mediante vapores se comenzaron a construir una serie de puertos en distintos puntos de los lagos Ranco y Maihue, como fue el Muelle Aserradero Squella ubicado en el sector Coique, del cual solo quedan relictos de su antigua cúspide; el Puerto Los Llolles en Lago Maihue, puerto embarcadero utilizado para el transporte de madera y otros productos, su ubicación es cercana a la desembocadura del rio Calcurrupe; el Puerto Viejo de Llifén, ya mencionado en esta investigación debido a su importancia en el lago Ranco, el que dejó de funcionar en la década de los 60 (Navarro, 2005). Otros puertos reconocidos y mencionados en los relatos, y en los testimonios de nuestros y nuestras informantes son: el Puerto Yáñez, en la cercanía de Puerto Nuevo; Futrono igualmente tenía su puerto, etc. el puerto Huequecura reconocido acopio de maderas y durmientes así muchos otros puertos hacia la zona de Lago Ranco, los cuales algunos cumplían la función de remolcar la madera o transportar otros productos, y otros cumplían la doble función de transporte de mercancías, y/o pasajeros. 53 Para Álvarez et al., (2012), el nombre Llolle, está asociado históricamente a un sistema de pesca ancestral muy utilizado, en Llifén y puerto los Llolles. Este sistema es una combinación de dos técnicas: uso de nasas (red de pesca pasiva, cuya forma cilindrada se estrecha hacia un extremo), o llolles, nombre local, y corrales de pesca, construidos en forma de corredores de piedras, para guiar a los peces hacia estas redes o llolles.

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Y si se construyeron una cantidad importante de puertos, también existieron numerosos vapores surcando el Lago. Algunos de los nombres que pudimos rescatar mediante la revisión bibliográfica y de los testimonios de nuestros entrevistados son: Aquilino, Bernardo, Elfrida, Laja, Lalito, Lili, Osorno, Santa Lucia, San Rosa, Saturno, Squella, Valdivia, y muchos otros que los registros y la memoria no logran recordar. Uno de los que se vieron beneficiados por este auge en la navegación lacustre fue Toribio Yáñez, quien era un comerciante de Reumén, dueño de terrenos en Quimán 54 y la isla Lleifa. Yáñez era dueño de uno de los vapores más recordados el Santa Lucía el cual “efectuaba un activo comercio ambulatorio, abasteciendo de artículos de primera necesidad y suntuarios a las poblaciones ribereñas y a la masa laboral de Ranco” (Hunter, 1993: 9). A propósito, de esta mención, el día 02 de junio de 1930 en el periódico “La Razón”, se incluye la nota titulada “De Futrono. La Construcción del ferrocarril de Cocule a Lago Ranco” y en su texto, dice: “el conocido y activo don Toribio Yáñez construye un vapor en la misma orilla de lago a objeto de contribuir a facilitar la movilización de pasajeros y productos” Extracto Periódico "La Razón" de La Unión Publicado el día 02 de junio de 1930. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión.

Muelle Huequecura, LLifén. Archivo: Familia Quichiyao 81

54 Toribio Yáñez, propietario de terrenos en el sector Quimán cuya extensión incluía el conocido Pico de Don Toribio (o cercano a este), se le debe precisamente el nombre truhanesco de esa particular formación rocosa en la cúspide de la montaña “El refranero y la picardía criolla proverbial denominó a las altas cumbres de esta zona, como el pico de Don Toribio. Parafraseaban de esta manera, socarronamente, la alta investidura blanca del puntiagudo” (Hunter, s/f: 38).

Entre los años 1930 a 1950, se considera el período de mayor auge de las embarcaciones a vapor. Se registran vapores destruidos o malogrados producto del oleaje impetuoso ocasionado por la puihua “estrellando sus estructuras de madera contra muelles y roquerios, astillando sus resentidas maderas frente a la furia de la naturaleza” (Hunter, 1993: 38). Reflejo de este auge, es el impacto en la cotidianidad de la vida de Lago Ranco. Ejemplo de esto, fue el malestar que ocasionaban los pitazos tempraneros que anunciaban la salida y llegada de estos vapores, motivando un reclamo formal en el municipio de Lago Ranco, puesto que estos bocinazos, entorpecían el tranquilo sueño de las familias ranquinas. (Hunter, 1993: 38). Ahora bien, la navegación lacustre no era lo más fluido y rápido, era necesario invertir fuertes sumas de dinero para la construcción de caminos y conectar por tierra Futrono con el resto del país. Es así como, desde la década del 1950, que a la vez que se construyen y mejoran los caminos, Futrono – Paillaco, Llifén – Futrono, estos caminos toman protagonismo en detrimento de los vapores, los cuales cada vez serán menos utilizados. Hacia 1970, recorrerán los últimos navíos a vapor decayendo finalmente en 1980. Solo quedará el recuerdo de las personas que lo vivieron, la travesía que implicaba surcar en vapor el imponente Lago Ranco. A principios de 1980 un grupo de aventureros se dispone a redescubrir la ruta fluvial del Rio Bueno con objetivos turísticos y científicos. Su intención era realizar la antigua ruta maderera que conectaba los lagos precordilleranos del Maihue – Ranco, con la desembocadura del Rio Bueno en el mar, en el sector de la Barra. El Objetivo fue cumplido, mediante una pequeña embarcación se recorrió ininterrumpidamente desde el Maihue hasta la Barra. En este recorrido, se alude a que, en el Lago Ranco y Maihue, ya no existen las embarcaciones como los vapores de mitad de siglo XX, pero siguen manteniéndose puertos como el de Futrono, Las

Rosas, Yáñez, Los Llolles, etc. los que con un poco de inversión podría generar un potencial valor turístico. Para 1980, la navegación de antaño ya no existía, pero se mantenía periódicamente en el Río Bueno, desde el Puerto de Trumao a la Barra signos de la futura desaparición de esta vital navegación y contribución para el desarrollo socioeconómico en el siglo XX. “sería de gran atractivo turístico el que en el Lago Ranco se pudiera ofrecer una navegación en antiguos remolcadores, dotándolos de ciertas mínimas comodidades. Este tipo de embarcación está vigente en el último sector del río Bueno, entre Trumao y la Barra, faltando solamente una adecuada promoción” (Steffen et al., 1981: 49). El 27 de noviembre 2005, se registra una de las peores tragedias del último tiempo. Sucedió en el Lago Maihue y cobró la vida de 17 personas entre escolares y adultos, producto del hundimiento del lanchón (de cuestionables condiciones) “La Santita” – paradójico nombre. Se conjugan en esta tragedia la irresponsabilidad del botero, el abandono de estas comunidades, el mal tiempo, que finalmente desencadenaron en tan triste episodio. “Fue terrible, porque uno conoció a esos chicos. Esos niños llegaban aquí, dejaban sus botas para irse a la escuela (...) y de repente no los viste más (...) 17 personas murieron. Igual yo hubiera preferido tener camino de tierra, si estuvieran esas 17 persona ahí. Porque un señor perdió a su mujer y sus hijos. Entonces, mucha indemnización puede haber, o mucho camino, o mucho teléfono ahora, pero la vida entera se le fue a ese señor” (Extracto entrevista Claudia Manquepillán realizada el día 30 de julio 2020). Para finalizar este apartado, bajo una mirada reflexiva en relación con esta relación humano – cuerpos y cursos de agua, es importante 55 Cada 14 días en invierno y cada sábado en verano el vapor “Ayacara” realiza el recorrido desde Trumao a la Barra (Steffen et al., 1981: 8).

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precisar que los lagos y ríos, son partes simbólicas de la identidad de los pueblos originarios y de los actuales habitantes de Futrono y Lago Ranco. Históricamente, esta relación ha repercutido en la conformación identitaria, generando y evocando un espacio que confluye lo sagrado, productivo, objeto de contemplación turística, motivo de defensa territorial, desconexión, aislamiento, tragedia… La identidad futronina no es materia de esta investigación, pero es necesario que futuros estudiantes y/o investigadores, puedan profundizar en este campo, y contribuir en el estudio de la identidad de los habitantes del lago.

4.4 Inicios históricos de la actividad turística en la comuna de Futrono

¿En qué momento la comuna de Futrono o la Cuenca de Lago Ranco se tornó objeto del turismo? La respuesta está, indudablemente, en la historia. Relatemos los hechos. En las narraciones de los viajeros y exploradores expuestos , en (casi)todos se referencia las aguas termales o baños de Llifén y Chihuio, de reconocidas e insuperables bondades medicinales. Recordemos que el objetivo del francés Claudio Gay, era llegar en 1835 hasta Chihuio “nos dirigimos hacia las cordilleras para poder medir a esta latitud la altura de las nieves perpetuas y analizar un agua muy cálida que se me había dicho hallarse en medio de ellas.” (Gay, 1835 en Peralta, 2016: 90). Luego Cox (1862-1863), Quintrupai (1871), Señoret (18751876) y Fischer (1891), visitan y bañan sus cuerpos en las cálidas aguas termales de Llifén y/o Chihuio. Antecediendo el futuro fin turístico de estas aguas, y de Llifén en particular.

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Entre febrero y marzo de 1895, el conservador y notario Pedro J. Díaz Álvarez, publicó semanalmente en el periódico “El Orden” de la Unión, sus “Impresiones De Viaje De La Unión a Llifén”. En estas memorias y diario viaje realizado en 1891, Díaz relata que debido a las angustias producto del padecimiento físico, y de la incertidumbre del contexto político de época (Guerra Civil de 1891), decide cambiar de aires y emprender un viaje junto a sus hijos, un empleado y un vaqueano hacia Llifén, lugar del que solo conoce de nombre, y por sus milagrosas fuentes termales, para “ir a buscar la salud del cuerpo y la tranquilidad del alma en algún lugar solitario” 57 Así, nuestro notario el 14 de febrero de 1891, sale rumbo a Llifén por tierra (carreta), para llegar a orillas del Lago Ranco a la casa de Cayetano Barrientos“repentinamente se comenzó a enrarecer aquel bosque y luego como un golpe májico de teatro se nos presentó a la vista la hermosa laguna de Ranco, haciéndonos un efecto prodijioso de admiración” 58

Desde ahí por agua (canoa) envía su equipaje a Llifén, y el notario continuo por tierra junto a su comitiva. Llegan a Llifén, después de un malogrado trayecto (las ya conocidas dificultades del camino) pasando por Punotro (Futrono) y Mariquina. “Llifén es un lugarejo de la subdelegación de Quinchilca, a pocas cuadras de la laguna de Ranco, paraje agreste como rústico, habitado solamente por indígenas y por las fieras que albergan en sus cerranías” Su primera rémora fue encontrar alojamiento, pernoctando aquella noche, no sin apuros, en la ruka del mapuche Juan Manuel Quechupán, el cual no estaba presente, pero fueron bien recibidos por su mujer María Nieves Coronado.

56 Ver capítulo Nº3 57 Extracto Periódico “El Orden” de La Unión Publicado el día 26 de enero de 1895. Fondo Documental Centro Cultural La Unión. (1º Parte). 58 Extracto Periódico “El Orden” de La Unión Publicado el día 02 de febrero de 1895. Fondo Documental Centro Cultural La Unión. (2º Parte).

Cuatro días permanecieron en Llifén, su estadía no fue del todo placentera y las aguas no eran tan medicinales. Si, describe la gran voluntad y bondad de los mapuches de Llifén “Los indijenas nos colmaron de atensiones (...) para que nada nos faltara nos fueron a cazar pescado al rio Calfurrupa [Calcurrupe] y nos trajeron una cantidad considerable de bonitas y hermosas truchas. Nos proveeron de gallinas, corderos, papas, maíz y de todo lo que tenían” 59 Su vuelta fue por agua en canoa (wampo?). Tres horas después llegaron al río Coique sin novedad. Para finalizar con las memorias de Pedro Díaz (antiguo propietario del fundo Santa Rosa, La Unión), nos quedaremos con unas líneas premonitorias respecto de Coique “Ese lugar nos encantó recorrimos algo su boscoso suelo y no dudamos que un día ese lugar solitario y mudo sea un lugar, santificado por el trabajo y por la industria”60 . Actualmente, Bahía Coique, alberga la playa de mayor renombre dentro de las que existen en el Lago Ranco. La inclusión de este viaje nos sirve para ilustrar que Llifén hacia fines del 1800, tenía su cabida dentro de la industria turística, lo que atraía a verdaderos aventureros a conocer sus fuentes termales, pero Llifén no estaba preparado para la recepción de visitantes: No existían medios de transporte adecuado, alojamientos, y la promoción solo era de boca en boca. Escenario que cambiaría en las primeras décadas del siglo XX, posicionando a Llifén, como el principal destino turístico hasta mediados del siglo XX, en la cuenca del Lago Ranco.

59 Extracto Periódico “El Orden” de La Unión Publicado el día 09 de marzo de 1895. Fondo Documental Centro Cultural La Unión. (7º Parte). 60 Ídem.

En la estancia de Guillermo Münnich en el lugarejo de Llifén 61 (1908: 29), menciona que las aguas termales son conocidas en todo el departamento (Quinchilca). Lo que suponemos un destino: Los Baños de Llifén 61 . Incipientemente en la primera década del siglo XX, fue explotado turísticamente, o al menos ocupaba una posición en el ideario de la sociedad de la región o una parte de esta, para el disfrute de sus vacaciones. Así nos describe Münnich los baños de Llifén en 1907: “se reduce a un pequeño y rústico galpón de tablas, de 3 metros de largo por 2, ½ de ancho, que encierra una pocita de agua formada en el lecho de la roca al lado de la vertiente, en cuyo fondo se ha puesto un entablado de un metro de ancho por 2 de largo, sobre el cual se tiende el bañista a fin de que sea cubierto por el agua de la poza (...) la poca abundancia de las aguas y lo estrecho del sitio en que encuentra la vertiente de Llifén lo hacen inadecuado para un establecimiento de mayor escala; por otra parte su temperatura, relativamente baja, casi no dá mérito para enrolarla en a rúbrica de las aguas termales de Chile” (Münnich, 1908: 31-32). Aunque no son alentadoras sus palabras, ya se puede vislumbrar alguna construcción en torno a estas aguas termales, y una preocupación para sacar provecho turístico de este recurso.

61 Bernardo Gotschlich (1913), nos informa que las termas de Ranco o Llifén fueron descubiertas en 1865 por no mapuches (no se menciona el nombre del o los/las descubridores). Igualmente, informa que desde Llifén hasta la Sierra de Lilpela existen otras fuentes termales. Información extra: El paisaje colonizado hacia 1800 estaba dominado por manzanos, así también, se mencionan en los relatos de los exploradores. Los terrenos del Ranco fueron y son fértiles para el crecimiento de este frutal, encontrando semillero en esta recóndita área. A esto se suma, la crianza de ganado pastoreando en los espacios habilitados para tal fin. Tanto fue la producción de manzanas, que en los meses de abril y mayo, se veían flotar las manzanas en el Rio Bueno, llevadas hasta el caudal por las lluvias, hasta llegar a la costa “Esos manzanales datan desde más de trescientos años i se propagan más i más mediante los escrementos de los vacunos que contienen las pepas de las manzanas en estado de poder jerminar” Gotschlich (1913: 158).

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“ Vamos á los baños por un senderito que serpentea los prados de pasto tierno hasta el lugar de la vertiente (...) Es una construcción pequeña, compuesta de varios cuartos, con sus tinas de cemento cavadas en la misma montaña (...) El baño es muy agradable y repone, con sus aguas livianas, de las fatigas del viaje” (Iris, 1910: 36).

En el extracto de periodico, se puede apreciar una publicación de 1905 referente los baños de Llifén, atendida por la viuda de Molina (Delfín Molina). En la nota superior, también publicada por la viuda, se menciona el ajuste de cuentas (literal) por la muerte de Delfín Molina, para arreglar estos asuntos, con ella o Felizardo Figueroa. Esta publicación despeja los traspasos de propiedades de estos colonos que fueron anunciados en apartados anteriores. Lo medular, es que se registra uno de los primeros antecedentes que vinculan a Llifén y la Cuenca del Ranco en general, con el turismo, promocionando “el establecimiento del balneario de Llifén, bajo la inmediata administración de la que suscribe”.

En las décadas venideras los Baños de Llifén, ya es un destino turístico, se establecen recorridos permanentes en vapor, como el Saturno de propiedad de la firma Figueroa y Montecinos quienes, al fragor de la movilización de turistas y pasajeros, se adjudican los recorridos postales enviados desde la Unión con destino a Llifén u otros sectores del lago.

Quien asume la posta, años más tarde, y enardecerá los baños de Llifén desde 1910 es Felizardo Figueroa. Hacia 1910 Inés Echeverría, quien ya ha sido mencionada en este trabajo, se hospeda en el nuevo hotel de propiedad de Figueroa, quien también posee un vapor “Elfrida”, el cual realiza recorridos entre Puerto Nuevo y Llifén. “ Vamos á desembarcar en Llifens, lugar de baños sulfurosos con aguas que toman sus vertientes en las cordilleras próximas. El señor Figueroa es también propietario del establecimiento termal. ¡Cómo crece su figura pequeña á medida que vemos extenderse su nombre por las riberas encantadas!” (Iris, 1910: 19). Figueroa y Montecinos, socios en esta empresa turística, realizan mejoras y nuevas construcciones como el hotel que “es un chalet de madera de tres pisos, recién construido” (Iris, 1910: 30), cuyas habitaciones “en el segundo piso son deliciosos por su limpieza, por su hermosa vista á los picachos” (Iris, 1910: 31). Respecto de los baños: Extracto periódico "El Ferrocarril Austral" de La Unión publicado el día 30 de noviembre de 1905. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión

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Con el crecimiento del destino turístico, se van ampliando los medios de transporte, anunciándose recorridos en automóvil y a caballo. Con las temporadas iniciadas, comienzan a llegar una buena cantidad de visitantes, atraídos por estos baños, por la naturaleza que rodea a Llifén y por la pesca deportiva, la que desde 1950, toma la posta y reposiciona a Llifén en el sitial del primer destino turístico de la cuenca del Lago Ranco. Así también, este paraje fue lugar de veraneo de personajes importantes y de reconocimiento mundial. 62 Vista paronámica de Llifén, desde cumbre cerro Pico Toribio. Fotografía : Patricio Higueras

De hecho, siento que este relato no le hace justicia a Llifén y que no he hecho suficiente uso del superlativo para describir sus destacadas cualidades como balneario. Seré honesto y admitiré que mi conocimiento al respecto es bastante limitado.” (Macdonald, 2017: 284). A continuación, se insertan una serie de publicaciones de periódicos que reconstruyen estos años de cúspide turística llifenina.

Extraco Periódico "El Ferrocarril Austral" de La Unión Publicado el día 26 de Agosto de 2011. Gentileza del Centro Cultural La Unión

Un pescador aficionado, cuya visita data en la década de 1940, resume claramente el momento histórico de esta actividad: “Si estás buscando unas tranquilas vacaciones de pesca lejos del loco ruido con el mínimo de comodidad, Llifén es tu refugio y lo disfrutarás. 62 Hunter (s/f), menciona visitas del Hermano de Ernest Hemingway, príncipe Felipe de Edimburgo y el actor James Stewart. En la Revista En Viaje de 1963, destaca la profusa belleza de la zona precordillerana de Futrono la que “pusieron de manifiesto huéspedes tan distinguidos como el príncipe Felipe de Inglaterra y el ex Rey Leopoldo de Bélgica durante sus visitas a Chile” (E.G.K. 1963: 15)

Extracto Periódico "El Ferrocarril Austral" de La Unión publicado el día 23 de octubre de 1909. Genctileza Centro Cultural de La Unión

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Extracto Periódico "El Ferrocarril Austral" de La Unión publicado el día 04 de febrero de 1911. Gentileza del Centro Cultural La Unión.

Extracto Periódico "La Razón" de La Unión publicado el día 08 de noviembre de 1918. Gentileza Centro Cultural La Unión.

Para mediados de siglo XX Llifén, es la localidad que se genera así misma, a pesar del abandono administrativo de Lago Ranco, la mala conexión terrestre con Futrono, la falta de recursos e infraestructura para urbanidad y los conflictos locales, obtiene del turismo insumos para su desenvolvimiento. Es evidente, que no todos se vieron beneficiados de esta actividad, pero si se reconoce que el turismo de termas, naturaleza y pesca posiciona a Llifén como uno, sino el, atractivo más relevante, dentro un incipiente turismo en la Cuenca del Lago Ranco. La Guía del Veraneante (1939: 181), recomendando destinos para la Zona del Lago Ranco, anuncia lo siguiente “Hacia la cordillera, y después de cruzar el lago Ranco, se llega a una zona poco visitada aún y, por lo mismo, muy rica en pesca: Llifén y, en sus vecindades, los ríos Calcurrupe, Nilahue y Riñinahue.”. En 1941 la misma guía, esta vez con más información (producto de mayores servicios turísticos), informan la salida de vaporcitos desde la estación Lago Ranco, realizando paradas en Golfo Azul, Coique, Futrono, Riñinahue y Llifén. También recomienda visitas al Lago Maihue destacando los puertos de Vásquez y Marín. El acceso hasta Maihue es solo de a caballo. “Llifén es el paraje preferido de los turistas, pues es un sitio hermosísimo y hay en él abundancia de pesca. (...) Hay en Llifén un pequeño hotel de propiedad del señor Miguel Ziegler, que es muy bien atendido y que, por las razones señaladas, se halla siempre lleno en la temporada de verano.” (Guía del Veraneante, 1941: 168).

Extracto Periódico "El Ferrocarril Austral" de La Unión publicado el día 04 de febrero de 1911. Gentileza 7del Centro Cultural La Unión.

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Extraco Periodico "La Razón" de La Unión Publicado el día 02 de Octubre de 1933. Gentileza del Centro Cultural La Unión.

Para Hunter (1993; s/f), en 1960 reconoce a los empresarios turísticos: Esteban Bertín, en Huequecura, Edmundo Proboste en la Hostería Chollinco, Eustaquio Proboste en

Llifén, Adrián Duflocq en Cumilahue, la familia Hadida en Calcurrupe, entre otros. A estos empresarios se suma al internacionalmente reconocido paraje de pesca deportiva o Fly Fishing, con que eran conocidos los ríos Calcurrupe, Caunahue, Nilahue y Riñinahue, hicieron que “Paradójicamente, Llifén era más conocido en el exterior de sus fronteras que dentro de sus propios límites comunales” (Hunter, 1993: 88). La revista En Viaje de 1963 destaca que para para el verano de 1964 Llifén “Dispone de tres hosterías en esta temporada: Chollinco, Licán y Huequecura. Abunda la pesca en los Lagos Ranco y Maihue y en el río Calcurrupe de nombradía internacional” (E.G.K, 1963: 15).

un destino turístico reconocido nacional e internacionalmente, proyectando una naturaleza desbordada y sustentable. En esa línea se incorpora este apartado, ofrecer a la comunidad de futroninos y futroninas, la memoria y reconocer los esfuerzos de quienes han y siguen contribuyendo para que este territorio tenga el sitial de privilegio que se merece. 4.5 La Ceniza y la ¡¡Tierra se Partió¡¡: Erupción del Volcán Carrán 1955 y Terremoto de Valdivia 1960.

“el rio Calcurrupe es conocido, famoso, como le digo a la Hostería llegaban de Chollinco, siempre estaba llena, bueno ese se fundó después, primero fue el Hotel de Llifén, que se quemó tres veces, y después vino el tema de la Hostería Chollinco, Hostería Huequecura que también tenía mucho renombre de Esteban Bertín. (...) también eran famosos los baños de Llifén, que todavía existen, pero es una posita, una poza, de puro azufre” (Extracto entrevista Sandra Soto, realizada el día 12 de agosto 2020).

Los efectos de los eventos sísmicos y vulcanológicos en la región a marcado desde la década del 1950, en los recuerdos de los y las habitantes de Futrono. En el siglo XX, existen tres eventos de mayor resonancia, de los cuales, dos aún perduran en las palabras recogidas de los testimonios de nuestras y nuestros entrevistados: La erupción del Volcán Carrán el 27 de julio de 1955 y el terremoto de Valdivia el 22 de mayo de 1960. El otro evento ocurrió el 7 de abril de 1907, que fue la erupción del Volcán Riñinahue “durante la cual hubo gran desprendimiento de gases y cenizas, las que embancaron el rio Nilahue; en septiembre del mismo año las aguas rompieron este dique natural y devastaron el valle en casi toda su extensión.” (Cofré, 1956: 74).

Posteriormente, con el discurrir de las décadas el Lago Ranco va tomando protagonismo, se potencian las localidades en derredor con diversidad de empresas y emprendimientos turísticos. Desde la década de 1970, se consolida el turismo familiar, se limpian y habilitan playas, espacios para campamento, zonas de picnic, servicios de alojamiento y comida, etc. Se generan iniciativas para potenciar el turismo local públicos y privados, en fin. El turismo es hoy un bastión con el cual se busca posicionar no solo a la comuna de Futrono, si no el territorio de la Cuenca del Lago Ranco, como

La erupción del volcán Carrán, comenzó con actividad sísmica y pequeñas nubes se observaban días antes de la erupción. El día 27 de julio finalmente expulsa toda su furia, teniendo seguidos episodios en los días 28 y 29 y primeros días de agosto. En un inicio las nubes fueron pequeñas y blancas, lo que al cabo del segundo día de iniciada la actividad, del cráter se elevaba una densa nube esta vez gris, de forma cilíndrica, alcanzando alturas de 2.000 a 3.000 metros, con un peak de altura de 5.000 metros. Los vientos jugaron un papel trascendente en la erupción, puesto que soplaba

Una habitante de Llifén, rememora el áureo pasado llifenino:

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“puelche”, direccionando la columna de ceniza al lado chileno, llegando a alcanzar las proximidades de Concepción (Cofré, 1956). Y es precisamente, esta ceniza la que generó mayor preocupación y recuerdo en los testimonios. Se evacuaron las familias de las localidades más cercanas al foco, siendo llevadas a las comunas de Futrono, Lago Ranco, Paillaco, La Unión, entre otras. En esta parte de la investigación, es necesario que sean los testimonios los que cuenten la historia: “Cuando se reventó la ceniza de ese volcán [Carrán], yo trabajaba acá arriba donde los Delgado aquí al frente detrás de la cordillera. Se lo oscureció de repente, y era día, y salimos y estaba así la nieve. Bajamos nosotros, y acá abajo estaba de día, anduvimos un trayecto como de aquí al puente Caunahue, y los alumbraba la pura nieve. A lo que ya salimos de la nieve se los oscureció, estaba oscuro arriba, pero estaba de noche, después se oscurecía en el día a cualquier hora se oscurecía.” (Extracto entrevista Hernán Vásquez, realizada el día 08 de agosto 2020). “Cuando mi hermano estaba en el regimiento, mi hermano era contratado por el regimiento Caupolicán de Valdivia, entonces cuando pasó ese caso, él vino, y en ese tiempo había recorrido en barco solamente, en barco nada más, que en barco de Ranco a Llifén en barco. Entonces, mi hermano llegó en la tarde, y lo vino a ver porque se oscurecía con la ceniza, entonces tenía que irse al otro día, porque él era obligado por su trabajo que estaba haciendo, como él era militar estaba contratado en ese tiempo, y no se pudo ir porque amaneció oscuro, oscuro. Entonces, no vino el barco, así que ya se quedó no más. Y fíjese que esa vez venia gente de Rupumeica aquí a Llifén, porque se oscurecía Rupumeica, ellos no sabían porque, estaba totalmente oscuro, no sabían que hacer, y la gente salía para acá, entonces había una gente donde mi papá. Ahí estaban acobijado y otros, en otra parte. (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020). 89

“ Y fíjese que se conversó en una pasada, dijo uno que vino de Rupumeica dijo: Ahora se va hacer una rogativa, dijo, para que esta ceniza no esté aquí, que se vaya para la Argentina dijo el hombre, mañana se va hacer la rogativa posiblemente, ahí ya vamos a quedar libre. Y dicen, fíjese que hicieron ese acuerdo los indígenas de Rupumeica. Ya hicieron ese acuerdo, para salir en la mañana todos con sus cosas, y a una pampa ellos tenían costumbre de hacer su rogativa dicen que cuando iban llegando a la parte donde iba hacer su rogativa empezó a pasar la ceniza, empezó a aclarar, hicieron su rogativa y aclaró, y aclaró hasta aquí, después vinieron a buscar a su familia y de entonces no hubo más ceniza... Y eso fue una gran cosa como una misericordia del taita Dios que por su rogativa de los indígenas se fue la ceniza para allá Argentina... (Extracto entrevista Ángela Huenuqueo. Realizada el día 08 de agosto 2020). “Aquí se oscureció, había que día prender velas, por aquí en esos años no había luz tampoco. La ceniza... lo que tuvo la ceniza sirvió para abono, buen abono , arregló harto las tierras.” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan, realizada el día 12 de agosto 2020). “No si ahí se oscureció, para acá esa parte, por allá en Ranco todo eso, no se veía ninguna cosa. Usted las manos en la noche las ve, pero uno en ese tiempo no veía ninguna cosa, mis manos no las veía. Se oscureció total, total. Los viejitos lloraban unos que otros, porque decía que se había acabado el mundo, claro. El volcán arrastro todo eso para allá, la ceniza, pero un espesor, que no se veía nada... estuvimos, así como un mes. Ahí, para respirar teníamos que andar con esta [señalando las mascarillas], ahí se usó estas mascarillas” (Extracto entrevista Oscar Delgado, realizada el día 24 de julio 2020). Solo cinco años más tarde, en mayo se registraría el terremoto y posterior tsunami de mayor escala, y de efectos catastróficos en la historia de Chile. El recordado terremoto de Valdivia de 1960.

Bastantes trabajos existen sobre este evento, en este estudio nos remitiremos a aportar con algunos relatos de nuestros entrevistados y entrevistas. “Gracias a Dios aquí la población no perdió tanto, lo que se perdieron fueron cosa de animales, pero no tanto las casas, salvo la que estén más en peligro la de Llifén estuvo groso para allá para arriba, donde se cayeron los cerros (...) Claro, la gente toda asustada, y otra cosa que necesitaban también porque hay quedaron cortados los caminos sobre todo para Llifén cayó una tremenda piedra que no sé para donde la tirarían ahora y la gente quedó aislada cayó ahí de la cordillera alta esa en todo el camino, cortó todo, hicieron pedazo para allá los puente, no sí fue fuerte. Gracias a Dios esta casa no se movió mucho.” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). “cuando pasó el terremoto, [Alberto Lacoste] tenía aserradero, como tres aserraderos en Río Chico. Que esa gente después tuvo que sacarla en helicóptero para poderla salvar, no ve que se unieron las cordilleras y el rio se secó. Después a la semana, rompió el rio y se vino todo eso... y la sacó antes que rompan el rio (...) la gente no sacó nada, sacó su puro cuerpo para poderse salvar (...) [Para el terremoto del 60 ¿Usted estaba en Arquilhue?] si estaba en Arquilhue... La casa de nosotros cayó, nosotros teníamos, mi papá tenía trigo, como 6 quintales de trigo en el piso de arriba, y tenía unos sacos de poroto, y la casa se abrió el piso y cayó todo ese trigo, todo eso, y teníamos como dos zarandas de queso, de eso no quedó nada, se hicieron pedazos todo, donde cayó la casa encima. Y nosotros salimos arrancando, nos venimos acá a la administración y nos alcanzamos a salvar, el puente no cayó así que salimos, pasamos el puente de Río Blanco, y llegamos acá a... allá la tierra se hizo pedazos.

Mire, la tierra abrió de allá de Carrán, abrió derechito así, como le dijera, como que esta tierra en alto y esta bajó, una veta que llegó al... al Choshuenco una veta de debajo de la tierra, se abrió y llegó, pasó por el lago Maihue, se abrió el lago y pasó al Choshuenco, así que tienen contacto el Carrán, el volcán de Carrán con el Choshuenco, bajó esa tierra allá, porque la casa de nosotros quedó así en alto y la otra parte baja, y la cuneta no tenía fin, no tenía fin porque nosotros después le echábamos piedras y no daba fin. La tierra se abrió allá se hizo pedazos, nosotros no podíamos pisar, porque la tierra estaba... se abría. Después que pasó el temblor fuerte, la tierra empezó a sonar así... se estaba partiendo, empezó a sonar la tierra. Ese fue otro miedo, porque la tierra para poder pisar tuvimos que poner tablas, porque la tierra se abría. Y ahí, la tierra con el tiempo se acomodó (...) Si, desaparecieron, ahí murieron tres niños, nunca supimos donde quedaron esos chicos, era de una familia que vivía por allá, cerca del Curriñe, salieron a pescar los cabritos, y nunca supieron... Que bajó el monte y se los echó todos al río.” (Extracto entrevista María Elena González, realizada el día 18 de julio 2020). “Estábamos en unas carreras nosotros, de Llifén un poco más para acá, que está al ladito del ahí se llamaba... había, hay todavía un baño ahí, agua tibia. En esa parte desemboca el estero de Chumpeco, pasa por ahí y va a desembocar al Lago Ranco. Ahí estábamos en unas carreras nosotros. Ese fue bravo ese terremoto oiga, había una pampa así, parejita, así como la mesa, ahí estaba la cancha de carrera y oleaba así la tierra como el lago. La gente que lo pillaba a caballo lo hacía volar de la montura, no ve que los caballos comenzaron a corcovear... cuanta gente no quedó de a pie. Unos fueron para allá para Calcurrupe a buscar sus caballos, estaban escondidos, ensilladitos” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan, realizada el día 12 de agosto 2020).

63 Referencia no del todo errada, de acuerdo con la investigación de la fertilidad de la ceniza volcánica proveniente de la erupción del volcán, León et al., (1956), nos informa que los suelos de la zona (muestras de Riñinahue, Llifén, Ranco, Ignao, entre otros) obtuvieron nutrientes de la ceniza depositada, siendo el potasio el más preponderante.

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Para finalizar, expondremos un texto el cual es una transcripción fiel del original , un documento inédito y escrito de puño y letra. Se desconoce la fecha de creación, pero si se reconoce a su creador: El polifacético Agustín Vegas, personaje entrañable de los que solo existen una vez, zapatero, fotógrafo, artista, dirigente, esposo, alma caritativa y luchador. Este hallazgo se lo debemos a quien fuera su esposa, la señora María Elena González, quien al igual que don Agustín, es una fiel representante de alma aguerrida y a la vez bondadosa de las mujeres futroninas. El manuscrito corresponde a las memorias, escritas en forma de poema épico, versando sobre lo sucedido en los días del terremoto de mayo de 1960. En el texto se mezcla las vivencias, con – quizás – unas líneas de ficción. Solo se podrá corroborar por quienes fueron protagonistas de tan catastrófico evento. Este escrito, es un fresco, que involucra una nueva propuesta para presentar los resultados, que tiene por objeto transmitir en los/las lectores, las vivencias y sentimientos de un protagonista de la historia, y aportar seguidamente en el engrose del patrimonio futronino. El contexto es lo sucedido en el sector de los Guindos 65, lugar donde se registran las peores consecuencias del movimiento telúrico, para los habitantes del sector

64 Existen mínimas correcciones gramaticales.

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Chile Dolorido El terremoto del 60 El 22 de mayo de a las 3 ¼ de la Tarde Autor: Agustín Segundo Vega Vega Triste es poder recordar Aquel terrible momento Llantos de dolor Todo era puro lamento. Domingo 22 de mayo A las tres quince de la tarde Empezó la cruel tragedia Y de esto yo no hago alarde. Por sus primeros minutos Miré correrse los cerros Y los animales bramaban Como seguidos de perros Más asustado que un quique Estaba yo muy afligido Pidiendo perdón a Dios Si en algo lo haya ofendido Llego ese día la noche Ya todo había pasado Pensando en las consecuencias Que el sismo había dejado. Al otro día temprano Llegó la primera noticia Que la cordillera de los Guindos Hacia el lago se desliza Yo con otros muchachos En ese mismo momento Me fui al retén del lugar

Y me presenté al sargento Señor venimos aquí A prestar cooperación Y a toda esa pobre gente Ayudarla en su dolor Ud. Va a ser de Mayor Me dijo el jefe de la plaza Hagan todo lo que puedan Vamos pronto y sin tardanza Como tirado con honda Subimos a un camión Nos fuimos para los llo-lles A esperar un lanchón El lago estaba tranquilo Yo con otros muchachos En ese mismo momento Me fui al retén del lugar Y me presenté al sargento Señor venimos aquí 65 Para mayor detalle de lo acontecido en el sector los Guindos, remitirse a la nota del investigador local Mario Guarda, publicada en el diario electrónico Diariolagoranco.cl el día 22 de mayo del 2020. Consultar en: https://www.diariolagoranco.cl/noticia/ cultura-y-educacion/2020/05/la-pococonocida-historia-del-terremoto-y-ellago-maihue

A prestar cooperación Y a toda esa pobre gente Ayudarla en su dolor Ud. Va a ser de Mayor Me dijo el jefe de la plaza Hagan todo lo que puedan Vamos pronto y sin tardanza Como tirado con honda Subimos a un camión Nos fuimos para los llo-lles A esperar un lanchón El lago estaba tranquilo Como si nada hubiera pasado Pero en el fondo ya había cientos de muertos ahogados Como a las diez de la noche Llegó la primera partida Era las más horrorosa Ver tanta gente afligida Y allí empezó el traslado De muertos, sanos y heridos Llamaban a sus parientes Que habían dejado perdidos Todos eran gente modesta Amigos y conocidos Nada tenían en sus manos De lo que habían conseguido Llantos de niños inocentes Se oían allí en [el] puerto Que llamaban a sus padres Que ya se encontraban muertos Amigo Vega me dijo Llorando el obrero Mora

Yo perdí toda mi casa A un hijo y a mí señora Ud. Que conoció Los Guindos Y todito su poblado Allí no quedó ni huella El campo quedó pelado La cordillera bramando Desde arriba se largaba Y el lago desde abajo A toditos se los tragaba Hasta la Virgen que estaba En una de sus riveras También se la llevó el lago Sin mirar para atrás siquiera Virgencita de Lourdes Que mirabas hacia el lago Tu también te fuiste con ellos Con esos pobres náufragos La gente muy asustada Miraba a la cordillera Y no se daban cuenta que el lago Rumia como una fiera Allí empezó la batalla Del hombre contra la muerte Así se salvaron muchos Que tuvieron buena suerte Las casas se las llevaba Con todo lo que tenían A veinte metros de altura Ni el techo se les veía Cuando venía la baja La gente apurada corría Luego venía la llena

y de allá se los traía más arriba en lo más alto la gente se debatía entre la vida y la muerte y el furor de las corridas. Siguiendo por entre las ruinas nos trasladamos hacia Carrán allí todo estaba tranquilo de cuando reventó el volcán 66 amigos si uds. vieran como estaba ese lugar parecía un puro barbecho terminado de sembrar tronaban las cordilleras y no dejaba de temblar se taparon los caminos y no había por donde pasar terrible cuadro presentaba alrededor y al lago allí no había quebradas todo estaba parejo los cerros se derrumbaron con un poderoso estruendo parece que se habían soltado las piedras desde el infierno todos los que allí encontraban la muerte bajo los cerros mujeres, hombres y niños sus animales y sus perros. Mientras tanto aquí en Llifén Se proseguía con cuidado A la cura de los heridos 66 Se refiere a la explosión del volcán Carrán en 1955.

Y a todos los afectados. El veinticuatro muy temprano Me encontraba de ayudante Curando las heridas Con la señora practicante. Desde ese día quedó Al cuidado de la gente Habían muertos y heridos Y tuve que ser valiente De doliente y de enfermero Y como yo nunca aflojo Más esa noche soltaron Las lágrimas de mis ojos No se lo que me pasaba Me encontraba tan afligido Pero yo seguía cumpliendo De lo que había prometido. Al cabo de quince días Se terminó la partida Cada cual seguía el camino Que mejor le parecía. Adiós dije a mis hermanos Con mi corazón muy puesto Si no me agradecen los vivos Me lo agradecerán los muertos. Alma buena y generosa Ayúdame en este dolor Es la plegaria que escribe Este pobre trabajador. Al terminar estas líneas No quisiera recordar Todo me parece un sueño Sin poderme despertar. 92


4.6 Antecedentes Históricos Futrono Siglo XX 1900 - 1975. “Futrono.- De fitrum: antiguamente escrito püthon: humo y o = hue: lugar; lugar de humaredas; el mismo étimo tienen los toponímicos Futrano, Futronohue y Petrohue. Los indígenas, habitantes de las numerosas islas del lago, solían avisar con humo de fuegos en este lugar a los suyos para que volvieran a buscarlos en canoa.” (Meyer, 1985: 94). “A fines de enero de 1911, aprovechando el estío, salió dicho Padre, como de costumbre, a sus correrías apostólicas por el territorio de la misión de Río Bueno, de la cual es coadjuntor. Internándose por el sur hacia el lago Ranco, se estableció en la capilla misional que allí tienen los Padres, para atender a ocho o quince días todas las necesidades de los indígenas: pero ¿Cuál no sería su sorpresa, al saber que toda la tribu que ocupaba aquellos contornos había emigrado, pasando la cordillera de los Andes, en busca de un pedazo de tierra donde poder vivir siquiera precariamente trabajándola? Así se lo comunicaron de parte del cacique emigrado los pocos indios que allí quedaron.” (De Pamplona, 1911: 376).

Erupción del Carrán 1955. Extraido de Cofré, (1956). Lámina III. 93

“Nuestra caminata, con día fresco y sin sol, siguió sin ningún inconveniente, hasta el lugar denominado Punotro (Futrono?) donde, como vomitado del infierno y en dirección opuesta, se nos apareció un cholo 67 montando en brioso corcel, en actitud amenazante, el rostro tiznado, las mechas en desorden, arrojando espuma por la boca; parecía un vándalo y se lanzó para atropellarnos; pero nuestro compañero Félix Anjel, se fue sobre él, lo tomó del pelo con presteza y lo arrojó fuera de su tosca montura, dejándolo de apie con tanta facilidad como si se hubiera tratado de una pluma, no habiendo nadie recibido ninguna lesión; pero al cholo liso se le puso en camino del orden, enseñándosele así a respetar a los transeúntes, y recibiendo una lección” 68

En el capítulo Nº3, habíamos mencionado que, hacia fines del siglo 1800, ya existía habitabilidad por parte de colonos, no siendo predominante en comparación con las comunidades mapuche – huichilles. Así se demuestra en el último inserto, que es parte del relato del viaje de nuestro notario y conservador unionino Pedro Díaz realizado en 1891. De la cita podemos desentrañar dos realidades, que son constructivas en la configuración inicial del territorio de la actual comuna de Futrono. En primer lugar, tenemos la aparición (un tanto dramatizada), de un originario con una actitud amenazante, que es una clara actitud de respuesta – resistencia de los pueblos originarios ante los atropellos a los que fueron sometidos por colonos. El segundo elemento, es el camino del orden, que es reflejo de la relación entre chilenos e indígenas. Se impone una visión de seres incivilizados (cholos), sin respeto y desviados de los valores de la sociedad progresista de la época. Haciendo necesario moralmente conducirlos al camino civilizatorio. En este inicio del siglo XX se registran hechos violentos, signos de una época convulsa y en conformación. En 1899, el cacique de Futrone Fernando Neguiman se presenta en la Intendencia de Valdivia “pidiendo amparo para él y los indígenas de su reducción por atropellos y vejaciones que sufren de parte de varios vecinos de esa subdelegación”. (Araya, 2006: 105). De acuerdo con Bengoa

67 La palabra cholo al igual que indio, no es una inclusión deliberada. Corresponde a una transcripción fiel de los escritos de las épocas en las cuales fueron emitidas o escritas. No existe ánimo de ofensa ni categorizaciones para cualquier grupo humano, y mucho menos un denuesto a su cultura o expresión identitaria. 68 Impresiones De Viaje. De La Unión A Llifén. Extracto Periódico “El Orden” de La Unión Publicado el día 16 de febrero de 1895. Fondo Documental Centro Cultural La Unión. (4º Entrega).

(1996: 360), hacia 1904 llega a la localidad de Futrono Simón González el que había rematado amplios terrenos a la orilla del Lago Ranco, los cuales eran ocupados por la comunidad del Cacique Neguiman. Y es de este personaje González, a quien constantemente denuncian, clamando finalmente por radicación: En 1912, el cacique general de Funtronhue Fernando Neiman, escribe al ministro de colonización de la época la solicitud de radicación: “Fernando Neiman de Cuncun, subdelegación de Quinchilca, Provincia de Valdivia, Cacique General del Distrito de Futronhue a US. respetuosamente expongo: Que el año pasado presenté una solicitud al Ministerio, pidiendo para mí y las diferentes reducciones de mi territorio una pronta y definitiva radicación (...) Que tenga a bien ordenar que al principio de la temporada entrante un ingeniero sea mandado para reconocer los límites de mis posesiones y que la Comisión Radicadora me extienda el título correspondiente conforme a la Ley, a la brevedad posible, para evitar que se cumplan las amenazas y vejámenes que experimentamos de parte de los que pretenden despojarnos contra las leyes que nos favorecen.” (Alcamán, 2010: 135). A pesar de todas las cartas y denuncias realizadas, Simón González (reconocido terrateniente riobuenino), siguió cometiendo actos de violencia inusitada. En 1918, como último recurso Fernando Neguimán, envía el 12 de enero una carta al director del Diario Austral solicitando nuevamente radicación “por varios años vengo reclamando en nombre reducción Futrono, en departamento Valdivia efectuarse nuestra radicación, diariamente somos inhumanamente despojados por particulares, sin tener amparo...” (Bengoa, 1996: 360).

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El 02 de enero de 1918, se conoce de otra carta enviada al mismo diario, esta vez por el hijo del Cacique de Futrono: “viendo mi padre el cacique que con una resistencia expondria la vida de criaturas indefensas y temiendo ser acusado de criminal por defenderse y en la confianza que las autoridades le harían justicia, dejó al señor Gonzalez hiciera lo que quisiera y de esa manera fue arrastrada la familia a la playa del lago (Ranco), y momentos después cinco casas eran devoradas por las Ilamas... La familia no mereció siquiera se le dejase al abrigo de un pequeño monte... Ahí pasó la noche azotada por el viento y la lluvia torrencial, pereciendo de frío uno de los niños en los brazos de mi anciano padre que inútilmente procuraba calentarlo estrechándolo en su entumecido pecho” (Foerster et al. 1988: 100-101). Aunque parezca un abuso de la historia del cacique Neguimán de Futrono, no todo termina aquí, González siguió cometiendo sus tropelías, las rukas se volvían a levantar y nuevamente eran quemadas, acusó falsamente de fechorías al hijo del cacique, quien estuvo preso por 2 meses (Foerster et al. 1988: 101). La historia es triste, pero los hechos son tal como se describen, finalmente Simón González logra su cometido y: “La gente se refugió en la montaña, donde construyeron una nueva casa, la que fue quemada años después por su hijo Manuel González y doce hombres armados. Finalmente, esta familia fue desplazada a un lugar distante, donde se le entregó una hijuela de quince hectáreas. Una parte de la familia de refugió en la isla Huapi” (Bengoa, 1966: 360). La historia es contradictoria, y no reconoce de merecimientos. En noviembre de 1912, el misionero anglicano Charles Sadlier, en su afán de recorrer la huella trazada por Allen Gardiner en 1839 69 ; decide visitar Futrono en compañía de un nieto del cacique Neggiman, Jerardo Salas su compañero de viajes y un tal Salinas. 95

“Momentos antes, habíamos estado parados a orillas del lago con muchos escolares araucanos, unos pocos amigos chilenos, algunos indios y la Sra. Avelina Soto de Salinas, fundadora y maestra de la escuela del Asentamiento indio de Vutronway” (Sadlier, 1913: 41). Gracias al esfuerzo de Avelina Soto de Salinas y su esposo, se logró fundar la primera escuela 70 , con la ayuda de los indígenas de la comunidad, y en los terrenos del Cacique Neguimán. Sadlier (1913: 42) relata la historia de este matrimonio: el esposo de Avelina, el sr. Salinas (no menciona su nombre), ya lo conocía anteriormente, puesto que, en conjunto habían lidiado palmo a palmo en Quepe, para defender a mapuches de quienes querían privarles de sus tierras. Luego, Salinas trabajando en el distrito de Futrono, como asistente de ingeniero civil mensurando las tierras de los indígenas, se interesó por ellos, por sus cuitas y decidió junto a su esposa, apoyar a la comunidad de los usurpadores y evitar más atrocidades de las ya perpetradas. Así, comenzó el proyecto de fundación de la escuela de Futrono, como un acto reivindicativo, enseñándoles a leer y escribir a los mapuches de Futrono y alrededores. Indudablemente el plan educacional trajo aparejado la negativa de algunos chilenos del sector, llegando incluso a amenazarla con prisión (recordemos lo del hijo del cacique Neguimán) “and she, living in the little school-house built by the devotion of one of the Indians, alone threatened with imprisionment by some of the Chilians in the neighbourhood” 71 (Sadlier, 1913: 42).

69 Ver capitulo Nº3 70 De acuerdo con Smith (s/f), en el apartado de su manuscrito intitulado “El Gran Hallazgo” nos informa que en su investigación descubre el “Decreto Supremo N° 2728, dictado el día 28 de junio de 1911, mediante el que se creaba una escuela mixta rural para el lugar denominado “Futrono” del departamento de Valdivia”. 71 “y ella viviendo en la pequeña casa-escuela construida por la devoción de un indio, sola y amenazada con apresarla por algunos de los chilenos del vecindario/barrio”.

Neighbourhood en inglés es barrio o vecindario, al usar esta palabra no logramos interpretar si Sadlier se refiere al distrito, lugarejo o villa de Futrono, o a un vecindario o barrio en particular. Es decir, un conjunto de casas en un entorno en común y no tan lejanos unas de otras. Si es esta última (barrio) lo que Sadlier quiere precisar, nos indicaría la incipiente conformación de la comuna de Futrono en torno a un núcleo: Expresión de comunidad, vecinos y una escuelita.

Sí, sí hablaban, pero más conversaban en su idioma de ellos porque yo me acuerdo de que mi abuelo, porque le daba alojo aquí, entonces conversaban en la tarde uno no entendía nada. (...) ellos negociaban las semillas “cambalachaban” ... llegaban aquí y donde el finado Juan Guarda también solía llegar alojar. (...) Claro, traían unos tremendos canastos, saco traían ... no si eran bien arrejonada para salir. Ellos salían con tiempo bueno, malo no salían”. (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020).

En el relato histórico de la comunidad y del linaje del Cacique Neguimán, encontramos el origen de la comuna de Futrono, referencias existen desde 1835 con el viaje de Claudio Gay, para llegar a los inicios de la década de 1910, con la fundación de la primera escuela de Futrono en la que asisten en 1912 “fifty-two indian boys and thirty four girls, result of those two years of material mental and moral strain and stress” 72 (Sadlier, 1913: 42). Antípoda es la historia, de quien fue tan ultrajado, y que a pesar de todo contribuyó con la base de la educación en la comuna, legándola para los futuros futroninos y futroninas, sembrando la semilla de la urbanidad.

Pero los conflictos no solo eran entre chilenos y originarios, también se daba entre colonos, en el diario “El Orden” de la Unión publicado el día 19 de diciembre de 1896, se publica una carta al director de diario – tal como lo haría años más tarde el cacique Fernando Neguimán – un colono que ya conocemos, y que también tuvo conflicto con las comunidades de Huequecura y Llifén, nos estamos refiriendo al Delfín Molina. Cuyo mensaje es una denuncia en contra de Simón González. Se repiten los protagonistas. A continuación, la carta:

El nacimiento de la escuela representa el esfuerzo, la constancia, la visión y la resistencia de unos valientes. La historia no se puede esconder, como el polvo bajo la alfombra. Continuemos... Edith Fuentealba descendientes de la familia pionera nos relata, la relación, aunque más avanzada en el siglo XX, de su abuelo con los isleños de Huapi: Los isleños ¿Llegaban en bote a Futrono? “Sí, los viejitos hablaban indígena...yo recuerdo que mis abuelos como yo me crie con ellos era más o menos chicoca todavía, pero hablaban, hablaban re bien el mapuche. (...)

Extracto periódico "El Orden" de la Unión publicado el día 19 de diciembre de 1896. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

72 “cincuenta y dos niños y treinta y cuatro niñas indígenas, resultado de dos años de tensión.

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La esquela es una afronta deliberada al ex Juez del distrito Simón González, por parte de Delfín Molina, la posesión de las tierras fue una situación que generó hechos de confrontación y ultrajes, entre originarios y colonos y entre colonos. De la carta, rescatamos, además, la mención de nuestro conservador y notario Pedro Díaz Álvarez propietario del fundo Santa Rosa 73 (hoy parte de comuna de la Unión), y se menciona a José Anjel Rosales , uno de los reconocidos primerizos colonos de la comuna de Futrono. De quién nos referiremos a continuación.

En Futrono, Münnich informa que el trigo, la cebada, la avena, las arvejas y fundamentalmente las papas, se producen abundantemente. Asimismo, las praderas de pastoreo son ideales para la crianza de todo tipo de ganado. El agua es clara y limpia, existiendo variedad de vertientes. El único problema de este Futrono en ciernes es la conectividad, la falta de caminos y/o rutas fluviales constantes, para que este territorio pueda “llegar a ser uno de los más importantes centros agrícolas y fabriles de la Republica” (Münnich: 1908: 26).

Recordemos la excursión de Guillermo Münnich de 1907. Este explorador se embarca desde Puerto Yáñez, gracias a la ayuda prestada por Calos Hoffmann, facilitando una de sus embarcaciones. En su trayecto relata “en las mucho más extensas riberas del precioso Lago Ranco solo encontramos una que otra pobre ruca o choza indíjena, que apenas sirve de abrigo contra las inclemencias del mal tiempo” (Münnich, 1908: 22). Dato no menor, describiendo la situación y la merma de los pueblos originarios de aquel tiempo:

Como ya fue mencionado, Münnich el 02 de enero de 1908 va rumbo a Huequecura, pero en esta parte de la historia, agregaremos que luego de una despedida del señor Rosales y su familia, se dirige a la región volcánica del Riñinahue acompañado por Tranquilino Rosales, hijo del dueño de casa. Como se ilustra en los relatos, en las primeras décadas del siglo XX, se van reconociendo las primeras familias que están conformando al Futrono urbano. Se informa de la existencia de un espacio habitado, con condiciones ideales para la producción agroganadera y el asentamiento humano.

“Nos pusimos en dos horas y media de navegación en las playas de Futronhue, donde saltamos a tierra frente a las casas de don José Angel Rosales, prestigioso vecino de este lugar y amigo antiguo del señor Saumann (...) nos pusimos a la marcha a la casa de Rosales ubicada en una planicie a unos 35 metros sobre el nivel del Lago. El señor Rosales y su familia nos recibieron con esa franca hospitalidad que distingue al chileno, y no tardamos en hacernos buenos amigos. Se ordenó matar un cordero y una hora después nos encontramos sentados alrededor de una sencilla pero bien provista mesa, celebrando con unas copas de chica de manzanas, amenizadas con chistes y relatos de episodios de viaje, la despedida del año 1907” (Münnich, 1908: 23-24). 73 De acuerdo con Hunter (s/f: 44), la llegada de los primeros Rosales es alrededor de 1850, llegando al valle de Futrono y Ranco. Dos son los recordados, el mencionado José Ángel Rosales y Rudencio Rosales. Este último, luego de una corta estancia en la zona, cruza la cordillera por el paso Lipela a Argentina, donde se radicaría definitivamente.

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En estas primeras décadas, en el lugarejo de Futrono se identificaban a tres familias con una presencia influyente, las mentadas: Monsalve 74 , Rosales y Guarda 75 quienes a su vez eran propietarios y ligados a las principales actividades económicas de la región. Es en este grupo de familias y otras del sector, que paulatinamente comienza a incubarse la idea de formación de Futrono como una unidad administrativa: una comuna. En este sentido la visita en 1925 del Regidor de Valdivia y candidato a senador Carlos Acharán Arce, contribuiría en este anhelo. Su nexo en la comuna fue Elías Agrám, recordado inmigrante árabe 74 Su llegada estaría vinculada con la asignación de tierras por parte del Gobierno en 1830 (Verde Vivo, s/f). 75 El apellido Guarda estaría relacionado con los antiguos propietarios de la hacienda Huite desde el siglo XVIII (Guarda, 1973).

de la comuna de Futrono. (Hunter, s/f). “Según contaba mí mamá llegaron aquí a esa pampa de que era de los Lobos que se llamaba, Lito Lobos por esa parte ahí llegaba. Ahí tenía casa la viejita, el viejito Valentín. Esto antes era pura montaña.... Era montaña por eso la gente andaba a caballo o en carreta, en nada más podían andar, los caminos pésimos era pura montaña. Esto que me alcanzo a recordar que cuando nosotros llegamos aquí a bajo la pampa era puro boldo después se limpio ... y eso viejito se empezaron a radicar después se casó llegó con la señora de ahí, empezaron a formar Futrono. Después tuvo la familia, la familia creció entonces empezó hacer casa, uno aquí otro allá, otro acá y así empezó Futrono” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). Hunter (s/f: 40 – 41), relata una historia en su libro intitulada “La Maestra Rural”, la que refiere, a la epopeya que significó la llegada en 1928 de la profesora normalista Herminia Quintana Mansilla, la que más tarde contraría nupcias con Armando Rosales, hijo de Tranquilino Rosales. Para Hunter (s/f), la profesora Herminia fue la primera profesora, que, de igual forma, se hizo cargo de la primera escuela. Lo que no es efectivo de acuerdo con los antecedentes entregados en párrafos anteriores. Pero esta información, más que generar contradicción, es un valioso complemento para reconstruir esta historia. Herminia llega procedente de Osorno, la que luego de una travesía por el lago arriba a la comuna, asentándose en la casa del aquel entonces acaudalado Valentín Monsalve. Su cometido fue ocupar el cargo profesora y directora de la escuela mixta Nº 45, sostenida por Santiago Guarda, su hermano Ignacio y Valentín Monsalve. La escuela estaba situada en la principal Arteria de la comuna la Av. José Manuel Balmaceda, en los terrenos de la compañía de teléfonos.

“No esa funcionó en el retén viejo que había allá en... frente la plaza la casa vieja ahí estaba la escuela esa, después estuvo allá arriba en la casa de Don Armando Rosales, y la tiene la Leone ahora...Leone Monsalve, ahí estuvo la escuela y después estuvo en la casa de Cecilio Miranda, ahí terminó mi travesía en el colegio acá.” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). En esta parte, debemos detenernos y destacar el rol de la mujer en los inicios de la comuna de Futrono, y en su constancia durante el siglo XX. Tanto Avelina Soto y Herminia Quintana, representan los valores educacionales y de formación de una sociedad de antaño, donde preponderante era el papel del hombre. Pero no es solo su función como profesoras, si no es su voluntad y esfuerzo de forjar generaciones de futroninos y futroninas, en condiciones distintas a las actuales. Hoy es necesario reconocer el papel de las mujeres de la comuna, situándolas en su posición de avanzada y sus contribuciones históricas. Los casos de estas profesoras no son los únicos, existen otras mujeres en diversos roles en sectores urbanos y rurales, que han entregado esfuerzos encomiables a lo largo de la historia de Futrono. Es tarea de la comunidad recabar y enaltecer a estas agentes de la historia comunal. Retomando, la visita de Acharán a este distrito fue para solicitar apoyo (votos) en su candidatura al parlamento, a cambio de escuchar y concretar los anhelos de conectividad, urbanismo y legitimidad municipal. Retomando, la visita de Acharán a este distrito fue para solicitar apoyo (votos) en su candidatura al parlamento, a cambio de escuchar y concretar los anhelos de conectividad, urbanismo y legitimidad municipal. A Carlos Acharán se le atribuyen la gestión para la consecución de importantes obras civiles como “el camino de Futrono a Reumen; la construcción de los muelles de Futrono y Llifén” (Hunter, s/f: 39). Así también, la obra de conectividad de Futrono a Paillaco que a la altura de Dollinco se desvía hacia Santa Filomena 98


y los Venados conectando con Paillaco, siendo inaugurada en 1938. Y en 1941 se concreta la unión de Futrono con la comuna de Los Lagos en la bifurcación de camino a Reumén a la altura de Santa Laura y Nontuelá (Hunter s/f). “Claro, agricultores tenían animales criaban, criaban de todo, sembraban y con eso subsistían. Y después, ya cuando fueron habiendo más camino para abajo, los productos los llevaban a Reumén para venderlo allá abajo...” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). La mayor problemática del Futrono de prácticamente tres cuartos del siglo XX fue la conectividad. En esta investigación se escribe un capítulo referido a la navegación lacustre y su relevancia como principal medio de transporte, conectando y articulando territorialmente a la cuenca del Lago Ranco. Desde 1910, se registran las primeras embarcaciones a vapor y sus recorridos, conectando sobre puertos ya establecidos. En 1862, se inicia la construcción del ferrocarril al sur, proyecto unificador de las provincias del sur con el resto del país, incorporando a la producción nacional los campos de cultivos, praderas para ganado y maderas. Después de variados contratiempos entre 1896 a 1898, se inaugura la estación de Reumén, Paillaco, Trumao y La Unión. En 1910 el tren llega a Valdivia. Finalmente, se completa el tramo longitudinal al sur en 1913, conectando con Puerto Montt. Con la llegada del ferrocarril a Reumén, Paillaco y La Unión, estas estaciones serían los principales centros administrativos y de abastecimiento para las familias de la primera mitad del siglo XX. Conectadas por caminos, o trazos de huella, solo transitables a lomo de caballo, ya que, en invierno, estas sendas serían intransitables. También, había una relativa conectividad con las provincias de las pampas argentinas a través del paso Lipela. 99

Colonos y mapuche - huichilles de esta región tenían recorridos semipermanentes a los pueblos del lado argentino. (Münnich, 1908; Hunter, 1993; Hunter, s/f). “De Reumen. El Ferrocarril a Lago Ranco” se titula una columna publicada en el periódico “La Razón” de La Unión el día 18 de agosto de 1924, recalcando la gran contribución que produciría el arribo del ramal de ferrocarril a este territorio, mediante el cual podrán trasladar la gran cantidad de productos agroganaderos, y movilizaría a un importante flujo de pasajeros. De Futrono se menciona lo siguiente: “En esta época, por las lluvias al camino que conduce a Futrono queda casi intransitable, no pudiéndose transportar ningún producto agrícola tales como papas, trigo, avenas, etc. En el verano la mayoría de los agricultores acarrean sus productos en cabalgaduras, lo que es una molestia y un perjuicio notorio para ellos. Todos estos males, molestias y perjuicios, con la construcción del aludido ferrocarril se evitarían, los productos bajarían de precio, y en una palabra se vendría a llenar una necesidad local que con tanto anhelo esperamos” 76 Estas voces se oirán. En 1928, tras la gestión de reconocidos latifundistas de Lago Ranco ligados a la producción agrícola y forestal, Francisco Konust, Oscar Daniel y Mauricio Rettig, se comienza a construir el ramal ferroviario Cocule – Lago Ranco, el cual llegaría finalmente en 1931 a Ignao, inaugurando la estación, 93). la que se constituiría en el “centro neurálgico de la actividad tanto de carga como de pasajeros” (Hunter, 1993: 8). En 1937, se entrega finalmente el ramal en Lago Ranco. La estación ferroviaria de la vecina comuna de Ranco “Desde 1982 duerme en el olvido, allí al final de la avenida Viña del Mar de Lago Ranco” (Navarro, 2005:93) 76 Extracto periódico “La Razón”, de La Unión publicado el día 18 de agosto de 1924. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión.

“ Yo les voy a dar una tarea a ustedes...” nos dice Nelson Yelor, uno de nuestros entrevistados “desde que yo llegué aquí, siempre he querido saber ¿Cómo llegaron los vapores a Futrono?”. En aquella búsqueda logramos dar con algunos atisbos a esta respuesta. La cual es también parte de la historia. En la década de 1930, con el arribo del ferrocarril la navegación lacustre se impulsa. A este respecto, se mencionó que el comerciante Toribio Yáñez, construyó su vapor “Santa Lucia” a orillas del Lago Ranco, asimismo se menciona del vapor “Elfrida” de Felizardo Figueroa. Por tanto, los vapores fueron construidos en los mismos poblados del Lago Ranco, suponemos que habrán contratado a personas con conocimientos en la construcción de estas embarcaciones, y con la llegada del ferrocarril de Lago Ranco, el traslado de piezas, motores, partes mecánicas, contribuirán a potenciar la construcción o armado de estos vapores in situ. Pero las respuestas merecen argumentos, y estos en historia son registros. En el diario “La Razón” de La Unión publicado el día 04 de noviembre de 1941 se inserta la nota “El Inspector Escolar hace una visita a las Escuelas de Futrono y la isla de Huape”. El nombre del Inspector es Juan B. Arroyo Gutiérrez, y en primera persona, el autor relata lo siguiente: “Coique tiene, además, si se pudiera decir, un astillero encierro producto también de la iniciativa fecunda del caballero mencionado [Eduardo Squella]. En este astillero se ha construido el Capitan Squella vapor que tiene 25 metros de largo y que puede cargar hasta 150 toneladas de peso y que será uno de los de mayor calado que cruzará el lago. Visitamos este vapor que permanece en la actualidad anclado más o menos a una cuadra de la playa, esperando se terminen los últimos detalles de la construcción para lanzarse al lago y hundir con seguridad sus aguas. Observamos sus máquinas y sus calderas que son de primera calidad.

Nos impusimos también de sus diversos compartimientos, destinados a proporcionar comodidad y confort a sus pasajeros. Es, en suma, una construcción naviera respetable que merece los mejores elogios para el señor Squella y para el técnico que dirigió estos trabajos, don Omar Oettinger. El capitán Squella servirá para el comercio cabotaje en el Lago y para servicio de pasajeros lo que proporciona una comodidad a los veraneantes y turistas que se instalarán en el Hotel de Coique” 77 Entregado los argumentos, continuamos con el hilo de esta historia. El inspector de escuelas alude a que el objetivo de su visita era llegar a la Isla Huapi para sopesar el establecimiento de una escuela (referencia que se relatará más adelante). Pero, además, su misión era evaluar las otras escuelas de Futrono. De su evaluación, todas están funcionando normalmente, caracterizadas por su seguridad y por el entusiasmo de sus profesores y alumnos. De las escuelas rurales, se detiene en la de Coique, la que gracias a la contribución de Eduardo Squella, propietario del vapor “Capitan Squella” y del fundo Coique “construyó de su propio peculio un cómodo local escolar y lo cedió gratuitamente para el funcionamiento de una Escuela. Hoy funciona en él la Escuela N 82 con numerosos asistentes”. 78 Anterior a esta visita, en 1939 el mismo inspector supervisa las escuelas de Futrono. De estas no obtiene una buena impresión, particularmente de la Escuela Nº 71 (no indica el lugar donde se establece la escuela), la que funciona en un pésimo y estrecho lugar, exigiendo a la brevedad el traslado a otro establecimiento más amplio y confortable. Asimismo, visitó también la Escuelas Fiscales, Nº 45 y 52, la misional 42 y la Nº 82 de Coique. En esta oportunidad conoce al señor Squella, y es éste quien le manifiesta 77 Extracto periódico “La Razón”, de La Unión publicado el día 04 de noviembre de 1941. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión. 78 Ídem.

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al inspector, la opción urgente de evaluar el establecimiento de una escuela en la Isla Huapi “Al inspector ofreció la construcción de un local escolar en aquella isla y el vapor para trasladarse a ella con el fin de estudiar la creación de dicha escuela”

años se adquiere los terrenos donde se ubicará desde 1980 el Liceo San Conrado, cuya iniciativa sería de la recordada Sor María Deogracia, cuyo nombre era Emma Schlachter Uckert. (Verde Vivo, s/f).

“Claro, cuando yo ya no pude más, ya no tenía que hacer, fui un día donde las monjitas. Dije voy a ir donde las monjas...y como me quedaba tan cerca fui donde las monjitas, llegué allá y justo me atendió Sor Deogracia, a ya yai¡¡¡ me dijo ¿Qué necesita? - Quiero conversar con usted hermanita.

Para 1944, el inspector escolar en conjunto con el gobernador visita la comuna de Futrono, en cuya inspección revisan la petición de la escuela Nº 30 de Futrono, para el funcionamiento del 5 y 6 año. La matrícula de esta escuela es de 228 alumnos, realizando clases en un buen local recientemente construido, el que incluye internado con 60 alumnos y alumnas, y otorga colación a 70 alumnos y alumnas fuera de los internos. Se revisa también la petición de la construcción de escuelas en la Isla Huapi y Pumol, ante el interés apremiante de los padres. Otro punto sumamente importante de destacar, y que es un elemento que refleja el establecimiento de vocaciones unidas para el crecimiento de la comunidad, es la formación del Cuerpo Cívico de Alfabetización Popular en Futrono, compuesto por civiles voluntarios adolescentes y adultos, cuyo único fin es reducir la alta tasa de analfabetismo en la comuna. El jefe técnico de este organismo era el director de la Escuela Nº 66 de Mariquina Genaro Barrientos Cárdenas. 80

A propósito de la misión y de los recuerdos de Sor María Deogracia, proponemos el siguiente relato de María González, en un momento angustiante de su vida, que involucra, y a su vez, enaltece la labor de esta religiosa:

Y me llevó para la oficina, y me dijo la monja: Dime todo lo que me quieras decir hija, porque yo sé lo que están pasando ustedes. Así que ahí le conté, así que la monja me dio de todo, me dio harina, me dio leche, me dio aceite, de todo. Hasta leña me dio, me mandó a dejar una camionada de leña (...) la monjita me dijo, y no ¿Quieres trabajar? y le conté que mi niñita tenía dos años, la menor. Tráela no más me dijo y aquí lo arreglamos, y ahí las monjas que cuidaban las niñas, me dijo tráela no más. Y buscó un canasto de lavar, y ahí la echábamos todos los días. Y yo llegaba, y la echaba y después a la hora de comer le iba a dar que comer, y la echaba. Y en la tarde, me iba con mis dos chicas, y la otra estaba en el Kinder, y la otra estaba en el colegio” (Extracto Entrevista María Elena González, realizada el día 27 de agosto de 2020).

Las misiones católicas tuvieron un papel preponderante en los inicios de la educación en la comuna. En 1935, el vicario de la Araucanía, Monseñor Guido Beck de Ramberga funda la Misión Futrono. Estableciéndose la primera iglesia parroquial y su correspondiente escuela. Se nombró párroco al capuchino Leonardo Van Kronnwilnkl que en 1937 funda el convento de las hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús. En esos

79 Extracto periódico “La Razón”, de La Unión publicado el día 02 de mayo de 1939. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión.

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Fotografía de la primera escuela de Pumol. Archivo: Familia Yañez Jaramillo.

80 Extracto periódico “La Razón”, de La Unión publicado el día 24 de mayo de 1944. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión.

La comuna se reviste de una comunidad, para la década de 1930 se registran escuelas a lo largo y ancho de la comuna, la misión de los religiosos y religiosas comienzan a instaurarse y expandirse, estableciendo iglesias. Se funda el Club Deportivo y Social Royal el 12 de octubre de 1934, lo que es un signo de vida comunitaria. Las familias comienzan a aumentar, por tanto, hay más población, lo que implica mayores necesidades que atender. Los latifundios hasta la época de la reforma agraria en 1960 - 1980 concentrarán a la mayoría de la población, aparejado bajo la institución del inquilinaje, por tanto, es en los campos donde se crean importantes núcleos de población rural. Algunos de estos grandes fundos, como Arquilhue, Loncopán, Coique, San Vicente, Mariquina, Dollinco, etc. son hoy nombre de localidades lo que es un reflejo de su otrora notoriedad, además, los propietarios de estas haciendas tendrán decisiones y ocupaciones políticas, una vez conformada la

administración comunal. María Elena González, quien vivió su infancia y adolescencia en Arquilhue, en uno de los fundos de mayor renombre en la región, nos relata un episodio de su vida en la hacienda: “ Victoria Castro, la primera que hizo clase fue mi mamá, y después de eso que hizo clase mi mamá, se juntaron todos los vecinos porque había harta gente ahí. Y se juntaron todos los vecinos de un lado, vecino de otro lado, e hicieron una reunión. Ya, y contrataron a una profesora de Valdivia, que era hija de un paco, de un paco suboficial. Era mala la cabra, a esa la contrataron, y la llevaron los papás, le hacían el sueldo todos los papás (...) Ya, en ese tiempo, ya se veía la plata, y los papas le hacían el sueldo a esa profesora, y los papás hicieron el colegio, como había harta madera, como había aserradero había harta madera así que los papás hicieron el colegio hicieron los bancos hicieron todo.” (Extracto Entrevista María Elena González, realizada el día 27 de agosto de 2020). Desde la década de 1930 irrumpe en la escena social de la entonces incipiente comuna de Futrono, la comunidad cristiana – evangélica. Se reconoce la figura de un pastor caminante quien, a lomo de caballo, recorría las localidades de Río Bueno, La Unión, Lago Ranco, entre otros sectores. El nombre de este aventurero pastor es José Miguel Gutiérrez. De los datos informados, el primer registro de la comunidad estaría en aprox. 1935, con la construcción de una Iglesia en el sector de Cun – Cun, con una capacidad para 70 personas aprox. En 1936, comenzarían los bautismos, que de acuerdo con el registro serían bautizados 26 personas aquel año “el 38 fui bautizado yo, con un mes y dos días”, nos dice el pastor Sergio Sandoval. Nos aventuramos a proponer que iniciada la década de 1930 se reconocería la llegada de este pastor; el cual, con anterioridad a la construcción de la iglesia (1935 aprox.) iniciaría la difusión de la religión (prédicas a viva voz, en los 102


sectores urbanos y rurales, visitando casas y campesinos), dando origen a la comunidad evangélica en la comuna de Futrono. “le pusieron Misión Iglesia del Señor será llamada, pero fue en la calle, andaban predicando, por Temuco, y ahí unos niñitos empezaron a hablar eso y le pusieron. Y después de eso llegó acá a Futrono. Él evangelizó todos estos alrededores por aquí, ese Pastor José Miguel Gutiérrez (...) Mire, lo que sabemos nosotros, es que él pasó por Río Bueno, y por acá por Puerto Lápiz, en ese tiempo no había vehículos, el a caballo hizo esa pega” (Extracto entrevista Pastor Sergio Sandoval entrevista realizada el día 01 de octubre 2020). “No sé si usted algún día habrá escuchado ¿Ministerio? – Ya – Esto ya puede ser un misterio, no ministerio, misterio. Misterio es lo que Dios hace y nada más. Claro, entonces, yo tenía tres años, ahí del 38 al 41 yo tenía tres añitos. Entonces, yo me enfermé según lo que me contó mi mamá, y yo tenía que morirme y no había otra solución, no había otra solución, tenía que yo morirme no más, ya. Entonces, incluso me quedaron secuelas de eso. Entonces, yo tenía que morir, y enseguida vino un hermano a la casa. Entonces, no me vino a ver a mí ni hablar de mí nada, si no que, vino y le habló a mi papá. Le dice: Dice él señor que, si tu te entregas al señor, él te sana a tu hijo, y si no te entregas al señor él se lleva a tu hijo. Entonces, mi papá se entregó cuando yo tenía tres añitos el 41, de ahí se bautizó, y el señor me sanó. Hasta los días de hoy tengo 82 años” (Extracto entrevista Pastor Sergio Sandoval entrevista realizada el día 03 de octubre 2020). En la década de 1960 se consolida definitivamente la comunidad evangélica, de acuerdo con investigaciones recientes, se reconoce al Pastor Oscar Guzmán 81 como él iniciático de esta religión en la comuna. (Rofëln, 2013). Lo que no estaría en lo correcto, de acuerdo con los antecedentes del párrafo anterior “ese pastor [José Miguel Gutiérrez] del 37 al 63 realizó 1623 bautismos” manifiesta nuestro entrevistado Sergio Sandoval. 103

En el año 1962 en conferencia en la ciudad de Lota, es confirmado oficialmente el pastor Agustín Zúñiga Muñoz, como presidente de la misión Iglesia del Señor la cual Ganó por su Sangre. En esta misma oportunidad ordena y unge al pastor a José Oscar Guzmán para la iglesia de Futrono, legitimándolo como autoridad religiosa evangélica para la comuna 82 . Con los años venideros se originaría gracias al esfuerzo de la comunidad y sus pastores, un frondoso crecimiento del campo evangélico, ocupando actualmente en la comuna de Futrono, un porcentaje importante de la población principalmente rural, que es reflejo del trabajo realizado por distintas misiones, en los sectores más alejados y postergados de los centros urbanos.

Es así, que para inicios de 1940 se identifica una pujante comuna. Concretándose el 12 de Julio de 1941 bajo el proyecto de ley Nº 6.973 la promulgación de la comuna de Futrono, existiendo oficialmente en los registros municipales del país. Saldría electo Laureano Rosales, seguido de Eduardo Squella Guerra (Propietario del fundo Coique) como primer regidor, en segundo orden quedó Ricardo Guarda Paredes. De los hitos de este primer municipio fue la aprobación del plan general de la población y la ordenanza de edificación. Se nombran las primeras calles destacando la José Manuel Balmaceda y Bernardo Ò Higgins. Las principales preocupaciones para este primer mandato fueron las vías camineras, de Futrono – Llifén y Futrono – Los Lagos, las cuales muchas veces eran atendidas por particulares, principalmente el camino hacia Llifén y luego a la precordillera (Hunter, s/f: 53-54). En marzo de 1953 ocurre un gran incendio el que siniestra el inmueble donde se albergaba el municipio, salvándose solo unos pocos archivos. Comenzará el traslado al sitio frente a la plaza que desde 1952 existía la resolución por adquirir esos terrenos, y conformar el centro de cívico de la comuna (Hunters s/f).

En el centro de la fotografía aparece el Pastor José Miguel Gutiérrez. Tomada en Osorno en 1937. Foto de propiedad del Pastor Sergio Sandoval.

“No, eso negocio eran cuanto que es, no lo llamaban supermercado, lo llamaban cuanto que era que lo llamaban. Porque uno de los primeros que tuvo fue Don Amador Lobos, que se casó con una de las Monsalve, ese tuvo ahí donde vivía Don Lito, Ahí tuvo una casa más grande, porque ahora ya después, ya está más reformada. Ahí fue el primer negocio que hubo.” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020).

81 Don Sergio Sandoval, nos comenta que el pastor Oscar Guzmán llegó a estos lares a trabajar en las faenas madereras en el sector de Cerrillos, en la firma de Juan Keller Keller. 82 Consulado en la web en: https://www.lacualganoporsusangre.cl/nuestra-historia

“Poquititas casa si ahí donde está Soto la Elisa ahí era la casa de la tía Prudencia eso estaba todo hasta allá sin casa. Después hicieron otra que hizo la tía Prudencia y después llegó el molino de los González, hicieron el molino allá le compraron a la misma viejita un pedazo y así empezaron a formar fortuna. Y ahí se fue formando la calle Balmaceda porque fueron haciendo

casa aquí y allá.” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). El 21 de mayo 1942, sería el día en que nacería el cuerpo de bomberos de la comuna de Futrono, bajo el nombre de “Arturo Prat”. 27 fueron los miembros que constituyeron esta institución reuniéndose en la vivienda de uno de ellos, Carlos González el afortunado. En el acta de fundación se establecen los nombres de los socios honorables: el alcalde Laureano Rosales y el subdelegado Valetín Monsalve. El directorio se conformó por Carlos Hube como director, Julio Campaña en el cargo de secretario y tesorero Robinson Silva (Hunter, s/f: 105). Luego se conformó la segunda compañía de bomberos “Bernardo Ò Higgins en el año 1966. Actualmente la comuna cuenta con 5 estaciones, las dos mencionadas y las compañías de Llifén (1992) 83 , Nontuelá (1996), y Curriñe (2014). Como hemos mencionado, el obstáculo de la conectividad fue una verdadera batalla para la consecución de los recursos, destinados a la construcción de las distintas vías, y luego para el mantenimiento de estas. Este efecto barrera, de la comuna de Futrono, mellaría en la situación de aislamiento de este territorio, inclusive hasta la actualidad. Tras un análisis de los periódicos del siglo XX, las demandas ciudadanas y desde los órganos y organismos públicos, en torno a las vías camineras, se concentran desde alrededor de1930 hasta 1980, ocupando mayores páginas de diarios entre 1940 a 1960. Presentaremos a los lectores algunos recortes para su conocimiento:

83 El 11 de enero de 1964 en Llifén se fundó la compañía de Bomberos “Jhon Kennedy”, durante el período alcaldicio de Gastón Soto. Años más tarde en 1967, esta organización deja de existir. Se retoma la iniciativa en el año 1992 guiados por Juan Carlos Corvalán y Carlos Aguayo (Fernández, 1994).

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“Después ya empezaron yo creo que en los años 50 por ahí más o menos, empezaron los primeros vehículos, el primero que tuvo parece que fue Don Ricardo Guarda después ya empezaron a comprar otro y así...después ya el camino fue mejor la gente ya se entusiasmó y empezó a comprar vehículos” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020).

Extracto Periódico "La Unión" de La Unión Publicado el día 11 de Junio de 1969. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

Extracto Periódico "La Razón" de La Unión Publicado el día 13 de Agosto de 1934. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

Si existe una actividad económica que trasciende a la comuna de Futrono desde la segunda mitad del siglo XX, es sin lugar a duda la explotación maderera de los bosques nativos. Nuestras y nuestros entrevistadas y entrevistados, de alguna u otra forma, relacionaban su historia de vida, con la explotación forestal. Algunos como obreros madereros, ocupando alguno de los oficios que esta actividad requería; madereros, palanqueros, mayordomo de montaña, aserrineros, fogoneros, taladores, etc. o en su defecto esta actividad ocupó un lugar en la economía familiar.

Extracto Periódico "La Tribuna" de La Unión Publicado el día 30 de Septiembre de 1965. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

Extracto Periódico "La Tribuna" de La Unión Publicado el día 16 de Marzo de 1974. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

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Los caminos es la expresión de la modernidad, conectan los sectores distantes y generan la llegada de capitales a las zonas de producción. Pero la habilitación de caminos contiene sus consecuencias: dividen artificialmente los ecosistemas; interrumpen el flujo natural de las aguas y de la vida silvestre, se abren nuevas áreas para la explotación de los recursos naturales y se estimula el uso de los medios de transporte de carga y pasajeros (Hoffman et al. 1998: 234). Y es precisamente que, en conjunto con la construcción y mantención de caminos, comienzan a llegar a estas zonas firmas madereras, para dar comienzo a la explotación indiscriminada de los bosques nativos.

Extracto Periódico "La Tribuna" de La Unión Publicado el día 02 de Noviembre de 1966. Gentileza Fondo Documental Centro Cultural La Unión

La llegada del ferrocarril, pero principalmente en esta parte del Lago Ranco, lo que impulsó la actividad forestal fue la habilitación de caminos. Con los caminos llegaron los camiones, se introdujeron los llamativos y peligrosas locomóviles, llegan los aserraderos y

junto a sus familias. Muchos de ellos vivían dentro de fundos y otros pequeños propietarios, complementaban su economía familiar ocupando un puesto en estas faenas. Recordadas son algunas de las siguientes firmas madereras: Andrés Fried Kopp, de nacionalidad checolosvaca llega a Chile el año 1939, para ejercer el mismo oficio que realizada en su país de origen. El modo de explotación de este empresario maderero y otros para la época era el arriendo de montañas, que es literal, es decir, “consistía en arriendos de terrenos que poseyeran un volumen importante de bosques maderables, los cuales explotaba, procesaba y comercializaba en su casa matriz en Valdivia” (Angulo, 2016: 58-59). Fried, explotó en la zona precordillerana de Los Guindos, Maihue y Chabranco, a quien arrendó aquellas montañas fue a Erich Rudloph. Otro empresario el cual está nimbado de misterio sobre su origen es Juan Keller Keller 84 , quien explotó los bosques de raulí en el sector de Cerrillos, en el mismo sector el empresario local Santiago Guarda y sus descendientes se desempeñarían en la misma actividad. La firma de españoles La Cámara y Cía Ltda, explota los bosques nativos en el sector de San Vicente. Otros nombres son Flaño en Carrán, Alberto Lacoste en Arquilhue, anterior a la formación del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (COFOMAP) en 1970, y muchos otros propietarios y/o empresas que se abocaron a la caza de este oro verde. 84 El misterio se cierne sobre su identidad. Todo comienza con la publicación en la revista Vea en el año 1960, donde se publican fotografías comparativas de los rostros, de Martin Bormann (criminal Nazi) y el Juan Keller. A esto se suma la leyenda alimentada por quienes lo conocieron o trabajaron con él, afirmando este mito (Angulo, 2016). El canal History Channel, en su programa “Hunting Hitler” (a la caza de Hitler), dedica uno de sus episodios en la búsqueda de la huella de Juan Keller/ Martin Bormann. En youtube se encuentra una cápsula del episodio, donde logran entrevistar a la hija adoptada de nombre Eliana. Consultar en: https://www.youtube.com/watch?v=bXmo9sCMjIM. Más Información al respecto en: http://www.diarioelranco.cl/2015/08/26/profugo-nazi-y-manoderecha-del-fuhrer-que-vivio-en-la-union/

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Años de sufrimiento y sacrificios, de muchos futroninos y futroninas que fueron parte del madereo, desde la elaboración de maderas brutas, hasta durmientes con los cuales complementaban muchas veces su esmirriada economía familiar. De los durmientes, mencionaremos un dato para dimensionar la gran solicitud por parte de la Empresa de Ferrocarriles del Estado y de compradores intermediarios. Los durmientes, se obtenían de maderas como el roble pellín, coihue, tineo, ulmo, entre otros. La dimensión requerida es de 2.75 metros de largo y 6 x 10 pulgadas de grueso. En cada kilómetro de vía férrea se utilizan alrededor de 1600 a 1700 durmientes. Solo la empresa de Ferrocarriles del Estado contaba con 3.300 kilómetros de vías, esto sin contar los kilómetros de vías de empresas particulares en el norte y centro del país (Hoffman et al, 1998: 274). Entre construcción de vías nuevas, reparación, episodios como el terremoto del 60 que dejó inutilizables aprox. 1.700 kilómetros de vías, se encuentran las razones de este boom, proveniente del centro del país en la adquisición de durmientes. Lentamente esta actividad comenzó a periclitar, producto de la irracionalidad de su explotación, con sistemas de tala selectiva o floreo, un rudimentario sistema de explotación, pero principalmente sin una visión a futuro de esta actividad, la que taló y dejó para el recuerdo bosques centenarios de especies nativas. La década de 1990 se puede marcar el fin de una era, aunque a inicios de 1980, repuntaba esta actividad con el establecimiento de una empresa elaboradora de terciados en Futrono. Su fundación fue encabezada por Santiago Guarda, el nombre de la empresa era Maderas Compresoras del Ranco MACORA. Su función se inicia en 1983, pero el proyecto comienza en 1981. Esta empresa llegó a albergar a más de dos centenares de trabajadores, funcionando las 24 horas del día. El año 1992 se consiga el quiebre y disolución de la potencial empresa local MACORA (Hunter, sf; Rofëln, 2013). 107

De las faenas forestales, dejaremos algunos testimonios de sus protagonistas: “yo trabajé con Beto Guarda, con Santiago Guarda, ahí después llegó la firma... Keller, Keller el hombre, nunca me gustó ir a trabajarle a esa firma y acá igual a Arquilhue nunca me gustó porque era muy agrandá la gente (...) nosotros nos criamos con el hacha acá no más” (Extracto entrevista Tanislao Pitripán. Realizada el día 12 de agosto 2020). “Ahí trabajó una viejita, parece que fue la única mujer que hacia durmientes, la mamá de... Esa viejita creo que hizo durmientes (...) Enviudó, murió su marido quedó con varios cabros chicos, así que tuvo que salir a hacer durmientes, igual que un hombre. Así que por ahí le quedaban mal hechos algunos, y el resto le arreglaba los durmientes para que se los reciban (...) Si hubieron mujeres que trabajaron en los durmientes, si aparte de ella, hubieron otras mujeres más, la señora... era buena para el hacha. Mujeres haciendo durmientes, si. Y ahora [con un tono jocoso] una mujer con casualidad pica una astilla...” (Extracto entrevista Tanislao Pitripan y Lautaro Salinas. Realizada el día 12 de agosto 2020). “El fuerte que tenía en esos años era los durmientes, me acuerdo yo siempre, los durmientes que le entregaban a los ferrocarriles. Porque había mucha madera de pellín aquí en Futrono, entonces, la gente hacía los durmientes los entregaban, como no se podía llevar por acá iban por el lago a La Unión. Entonces, hacían unas balsas yo no sé como lo harían que la misma madera la ponía ahí y después la llevaban para allá (...) No, no y esa la llevaban con una cuanto que se llamaban con unos palos como que le llaman ahora con unos remos...peligroso eso yo no sé cómo no se ahogaba la gente bueno algunos se ahogaron se les daba vuelta la balsa, y después, llegaron los vapores venían de allá de Puerto Nuevo y de ahí se iban a la Unión, de la Unión tomaba a Puerto Nuevo, aquí un barco que llegaba aquí al puerto.” ”. (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020).

Molino de Futrono Fotografía: Felipe Guarda 108


“Claro, después ya llegaron cuando se hubo más el camino ya empezaron a transitar vehículos ya cambió la cosa. Los camiones fleteros los famoso Fried que eso sacaron harta madera aquí en Futrono” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). “ese fundo [Los Guindos] era de los González, de Godoy, los papás y los abuelos eran los dueños. Esos fueron los que le arrendaron a Fried por 9 años. Nosotros llegamos e Paillahuinte, del lado de Panguipulli con los Fried. Nosotros veníamos con la firma Fried. Yo entré en Paillahuinte cuando tenía como 16 años a la firma maderera. Yo en ese tiempo no sabía que es lo que hacía un aserradero, porque yo no los conocía, por que yo era de al parte Rio Bueno, ahí me crie, mi papá era caminero. Entonces yo sabía de chiquitito, pescar una pala, cargar un carrito de tumba y enyugar una yunta de bueyes y nada más. Pero en madera era nulo, pero al final me acostumbré a trabajar en la madera. Claro después fui totero, trabajé trece años en la tota, si cargando aquí en el Lago Maihue, trabajé cuatro años, de lanchero teníamos que estar inscrito en la marina mercante en Ranco, en la Capitanía.” (Extracto entrevista Oscar Delgado, realizada el día 30 de Julio 2020). “En Ranco, estuve trabajando en madera. Yo estuve como capataz, iba como le dijera, era de todo un poco, hacia el hombre... yo era capataz de aserradero, a cargo de la faena. Trabajé para Sergio Duhalde, yo estaba a cargo del aserradero, yo hacía todo el movimiento, por lo menos, buscaba la gente para trabajar. Yo empecé siempre con don Sergio Duhalde, él me dijo ya vamos a ir trabajo a tal parte. Porque él tiene fundo, así que ahí estuvimos trabajando en la faena, se buscaba la gente y se hacia todos los movimientos, de todo lo que es montaña, todo eso se explotaba (...) el aserradero estaba en Huiemén (...) ahí estuve como dos años, ya después me trasladé me vine para esta parte aquí, y ahí empecé a trabajar en madera también, me buscaron, porque ya sabían ya pues, así que fuimos a Cerrillos, ahí estuvimos trabajando en madera, con don Otto Beck (...) ahí estuve como 18 o 20 años, no de ahí nos trasladamos allá en Riñihanue, a la madera igual con el mismo patrón. Tenía barraca en Valdivia (...) este hombre arrendaba las montañas (...) se explotaba, se aserraba para 109

explotar como le dijera, así todo lo que se podía, para, de todas las dimensiones, hasta listón, se aserraba grueso y delgado (...) la mandaban para fuera y para Valdivia también. En invierno se comenzaba, se volteaba todo lo que es madera, se botaba, se destrozaba todo, y en el verano, ya se empezaba a explotar y aserrar (...) en verano no se volteaba, porque tiene su tiempo la madera, para botarla, no es cualquier tiempo porque si no después, se echa a perder. Por lo menos en la época que no se puede explotar la madera se parte, por la sabia del árbol, para explotarla tiene su tiempo (...) todo lo que es el movimiento de la madrea, usted en primer lugar tiene hacer todo lo que es camino, abrir faja para que puedan entrar los bueyes, así no van a entrar, en plena montaña, se hacían faja. Se contrataban los bueyes de afuera y de ahí se explotaba” (Extracto entrevista Juan Delgado, realizada el día 24 de Julio 2020). Don Germán Bascur, nos relata un episodio de su vida laboral en la empresa MACORA: “Por lo menos había un turno que entraba a las seis de la mañana, hasta las dos de la tarde, el otro entraba de las dos a las diez, y el otro entraba de las diez hasta las seis de la mañana, funcionaba todo el día y toda la semana... y el turno del día entraba a las siete y media hasta las cinco y media de la tarde. Así que este cabro me pidió, me pidió y en la noche no llegó el calderero, y el chico Silva le decían, el jefe que estaba en ese turno, así que me dijo: Quédese – y lo dije: No, yo no conozco. Usted mantenga el fuego y yo me voy a fijar en la cuestión del agua, me dio todas las explicaciones, esto se hace aquí se hace acá, y ya está. Que al jefe lo vi a la empezada no más, después no lo vi más. De repente apareció y vino a ver, ya, está normal, está bien. Como yo ya había trabajado todo el turno con el otro cabro, no está bien, siga no más, siga no más. Después ya estuve un poco tiempo no más después, trabajando en la cuestión de la carreta, y ya después, me sacaron de mi parte y pusieron de calderero ya pues. Y de ahí ya, estaba de ayudante en ese tiempo cuando vinieron los de Valdivia, los de la Asociación Chilena, a hacer un curso...

nos hicieron un curso y después, cuando vinieron las pruebas, puta yo sabia más que los maestros que estaban así que, a mi se me metía todo en la cabeza. Así que... ya después, claro, no alcancé a hacer mi curso, pero ya quedé de confianza del maestro caldera. Así que ahí. Le seguí dando hasta el final, después le quitaron. Los Guarda ahí y yo seguí de calderero” (Extracto entrevista Germán Bascur, realizada el día 24 de Julio 2020). Desde la mitad de siglo XX (1950 – 1970) no solo la actividad maderera marcaba la pauta productiva y comercial en la comuna de Futrono. La ganadería y la agricultura son otras actividades desarrolladas por los latifundios de aquellos tiempos, y deben a estas actividades su origen y fuente de crecimiento. El siglo XX estuvo marcado por la habilitación de campos de cultivo y luego de pastoreo. Las siembras de papa, trigo, maíz, cebada, lino y remolacha; son signos de momentos de la agricultura de esta región, marcado por los patrones de consumo de la población y las industrias del centro sur de Chile. Con la refulgencia de las actividades agroganaderas, comienza a llegar capital de trabajo: maquinarias, transporte, herramientas motorizadas, etc. A este respecto, se incorpora un relato del bisnieto de un recordado agricultor Rodemiro Guzmán, cuyo campo se ubica (aún hoy) en las cercanías del Futrono urbano hacia los altos de Las Quemas: “Mi abuelo hizo su plata trabajando en Harinas Shott, y después se vino al Maitén de ahí se hizo más lucas y compró maquinaria en Osorno (...) Y de ahí mi abuelo compró campo en Las Quemas (...) Mi abuelo le compró a una de las hermanas, una mujer, y de ahí mi abuelo compró esa lonja, y comenzó a comprar todas Las Quemas hacia allá, lo que después a mi abuelo se le expropió (...) y cuando mi abuelo llegó limpió mucho campo, de hecho, cuenta mi papá que mi abuelo fue el gran impulsor de trabajo en Futrono, mi bisabuelo perdón, porque, él dio mucho trabajo a la gente de acá de Futrono, mucha pega, limpiando y después con las cosechas, fundamentalmente trigo, eran triguero en esa época. En esa época era el trigo, y ya después,

vino la remolacha etc. pero el trigo era lo primordial en la época. Y eran máquinas especiales donde sembraban trigo, se tiraban imagínate, las máquinas con bueyes, mi abuelo llegaba a tener, contaba mi papá, en la temporada 30 yuntas de bueyes para limpiar y trigo. Imagínate cuanto animal es eso, y da trabajo (...) el gran impulsor del trabajo fue mi bisabuelo. Y de ahí, que comenzó mi abuelo él mismo a traer más maquinaria, y comenzó a vender maquinaria, y después, los viejos comenzaron a la limpieza y el tema del trigo” (Extracto entrevista Hugo Guzmán realizada el día 01 de octubre de 2020). En esta misma senda dorada de la actividad agropecuaria, se comienzan a construir grandes estructuras, cuyo propósito era el salvamento y abrigo de la producción, maquinarias y todo lo que pudiera albergar en estos enormes depósitos. Dentro de estas obras de ingeniería encontramos los silos, como los del sector de Coique. Verdaderas obras de construcción para la época, elevando a gran altura macizos de hormigón, para almacenaje del alimento para el ganado en invierno.

Sr. Alberto Guzmán y sus trabajadores en faena triguera. Archivo familia Guzmán.

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Es la era de los galpones (de color negro en su mayoría), construidos en cada una de estas grandes haciendas. Posibilitados por la industria maderera, la que deja en la zona madera elaborada y de grandes dimensiones vitales para la construcción de estas estructuras. En este sentido, icónico en la comuna es el “Galpón Gleisner”, aquel depósito de manto negro ubicado a la entrada del Futrono urbano, que saluda y despide a los visitantes, pero que también, es una muestra de la herencia histórica de la agricultura futronina. El edificio se construyó en la década de 1960, fue diseñado por el arquitecto Javier Anwandter y su propósito inicial era almacenar la cebada, que luego se entregada a la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) de Valdivia. El pellín, ulmo y laurel son las maderas sobre las cuales descansa, los tres niveles construidos (Cofré et al., 2017: 38). Esta actividad agrícola del siglo XX incoa la industrialización en la comuna y sus alrededores, de tres rubros fábrica de Chuño, Industria del Lino y Molinos de harina. Entre los años 1950 a 1965 se construye una fábrica elaboradora de Chuño, en el sector de Imahue. Industria que tuvo un impacto positivo en la economía de los grupos familiares de la época, ya que, era un centro de compra de papa, principal insumo para la obtención del almidón de chuño. El molino de la comuna de Futrono es asociado al comerciante Carlos Gonzáles, quien llega a Futrono en 1922, para en 1930 construir el molino en la Av. José Manuel Balmaceda. Este molino, posteriormente es desarmado y reubicado en la Calle Juan Luis Sanfuentes (actual ubicación), en el año 1961. En su armado se reutilizan las maquinarias del antiguo molino, en complemento de nuevos motores eléctricos. Se reconoce los años de mayor auge entre los 1960 y 1970, produciendo harina, harinilla, afrecho y afrechillo, en dos y en ocasiones tres turnos al día. 111

Su construcción es de cuatro pisos, planificada para que cada piso cumpla con una función particular del proceso productivo, además, del almacenaje. En 1980 la industria comienza a decaer y es en 1990 donde finalmente, viene de cierre total. (Cofré et al., 2017: 111-113). “cuando llegué a Futrono ya se comenzaba a agrandar, ya comenzaron a hacer poblaciones, todo eso. Esto aquí [Plaza 21 de mayo], se empezó hacer poblaciones aquí. De ahí ya se fue agrandando más. Aquí se hicieron como 100 y tantas casas altiro (...) – y ¿Por qué se vino a Futrono y no a otra comuna? – No, buscando las pegas, buscando el trabajo, siempre se sabia en esos años, hubo harto movimiento en madera, mucho... mucha madera hubo aquí. Claro por que esto salió, por aquí no salió, salió todo por lo que es por el lago, para Ranco, salió todo para allá. Por aquí, no sacaron, después, ya empezaron sacar cuando ya empezaron a ver camiones ahí, empezaron a salir para acá las maderas” (Extracto entrevista Juan Delgado, realizada el día 24 de Julio 2020). “El buey trabajó mucho en madera. Después, ya cuando ya se metieron tractores así, ya se fue el buey, ya se fue de baja, pero en los primeros años trabajó mucho el buey (...) - ¿Con la madera llegó harta gente aquí a la comuna? Claro, aquí en esos años claro. Aquí ya se comenzó, eran todos, madereros casi la mayoría de la gente, tenía su bueysito y de aquí salían a trabajar e iban a maderear, en la temporada no más, porque ya trabajan hasta cuando, ya cosechaban, cuando había muchos que tenían su siembra y cosechaban, y de ahí ya se iban, dejaban la pega y se iban a cosechar” (Extracto entrevista Juan Delgado, realizada el día 24 de Julio 2020). “yo soy fanático del futbol yo jugaba futbol en Los Lagos, en un equipo que se llamaba Cóndor de Los Lagos, y bueno estaba recién casado, dos años casado. Hubo un problema en la empresa y quedé cesante, así que me ofrecieron venir a jugar acá, tenía un amigo Hugo Zárate, que fue presidente del Royal muchos

años. Gracias a Hugo Zárate se hizo la sede del Royal compró el terreno con su propia plata y después se la pagaron, era muy fanático. Entonces, yo entré a trabajar porque él tenía un negocio que se llamaba El Pobre Diablo, entonces, vine a trabajar ahí, porque yo trabajaba en una empresa Harcha, los mismos Harcha que tienen la ferretería acá, entonces eran Osvaldo Harcha y Antonio Harcha. Blanco y Negro se llama ese negocio. Entonces, vine a jugar futbol y a trabajar, y realmente la gente aquí es muy cariñosa, muy buena había una gran rivalidad prácticamente los clubes que existían eran Royal y Audax, siempre han sido los clásicos (...) el Royal se funda el 12 de octubre del año 34, el Audax fue fundado el 48, y el independiente el 51” (Extracto entrevista realizada Nelson Yelor realizada el día 11 de julio 2020). “Si había harta pobreza, por ejemplo, a mí me causó impresión el primer desfile que vi, para el 21 de mayo una cosa así, que muchos niños desfilaban a pata pelada. Después, yo de trabajar con Zarate, estuve como dos o tres años con él, empecé a trabajar a donde la señora Miriam Kanter, tenía un negocio que vendía de todo, ahí estuve 9 años trabajando y ahí en ese tiempo empezaron a llegar los zapatos plásticos, pero cualquier cantidad, después ya todos desfilaban la mayoría con zapatos plásticos, no había harta pobreza. O sea, toda la gente de aquí del pueblo no, pero la gente de afuera era muy pobre (...) y había mucho abuso, por ejemplo, había un fundo ahí, aquí en San Vicente, había un tal Otto Beck, ese gallo le pagaba con vale a la gente, vale pongámosle por quinientos pesos, tenía que ir donde la señora Miriam Kanter, y yo los atendía, yo trabaja ahí con José Villarroel, pastor, Carlos Vega. Y puros vales no les daban plata, entonces tenía que comprar y obligado a comprar, la señora Miriam Kanter muy buena gente, a veces les pasaba efectivo para que puedan comprar otras cositas” (Extracto entrevista realizada Nelson Yelor realizada el día 11 de julio 2020). “Las carreras la solían hacer ahí, donde tenía una cancha el finado Laureano. Del cementerio, ahí para allá, donde está ahora la Villa Deogracia. Era muy bonita esa cancha sí no ve que en alto y el lago, había harta gente.” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020).

“Claro, Fernando Pérez... Don Fernando hizo harto también, ese fue, ya quien hizo más moderno Futrono, y ese fue quien ayudó mucho a la isla, Fernando Pérez. Él empezó a llevar la semilla para que siembren, y todo. Entonces, empezaron hacer sus productos y venderlos acá en Futrono. Se fueron mejorando ellos esa fue una gran obra” (Extracto entrevista Edith Fuentealba. Realizada el día 06 de julio 2020). Golpe de Estado. Futrono. Relato de María Elena González, posterior a los días que detuvieron a su esposo Agustín Vegas: “Me trataron mal, me tomaba del brazo el milico y me decían - Oye dime ¿Dónde está tu marido? - Yo le dije se fue a Valdivia fue a comprar la pulpería para nuestra casa y no llegó, ¿Qué sé yo donde estará? - No, si tu tienes que saber tienes que estarte comunicando, ¿No se sabes que te vamos a matar? - Si me van a matar mátenme con mis tres hijas, no dejen ninguno, para que queden sufriendo mis tres hijas. - Pero tu sabes. Y todos los días con eso los milicos, se amanecían ahí en la casa, le daban una patada a la puerta, que la puerta no era ni firme y estaban adentro. Revolvieron la casa, es que alguien le dijo eso a los milicos que, en esa casa en la sede, las armas estaban debajo del piso, porque el piso era el alto de la mesa así hueco abajo, y que las armas estaban ahí debajo. Yo no vi nunca armas, para que voy a mentir, porque si yo hubiera visto un arma, hubiera dicho: Si arma había, o no había. Nada ni siquiera tenía un cuchillo grande cocinero. Así que no había nada, así que, lo milicos revolvieron todo no pillaron nada, no había ninguna arma, lo único que había eran papeles en esa sede, eso había, eso se llevaron papeles que había, pero a mí no me dejaban vivir, no si era terrible, terrible. (...) Después con el tiempo llegó mi marido, pero llegó como una guagua más, tenía que lavarlo, vestirlo. Doble trabajo, pero salí adelante con eso. 112


Después, ahí no estaba contratada en la 45, perdí todos esos años de seguro. Después, me contrataron y me llevaron al liceo ahí estuve 19 años, ahí me contrataron, y ahí peleé con el cura... Yo trabajaba y salimos de vacaciones en enero y volvíamos los primero días de marzo, no los últimos días de febrero, así era, y cuando llegué a trabajar un sobre cerrado en la oficina me estaba esperando (...). Si volvió a caer preso verdad [Agustín Vegas], al poco tiempo que estuvo en la casa se lo volvieron a llevar, porque le inventaron los vecinos que vivían en reunión, para que vea usted. Que reuniones iba ser, ¿Con quien? Si nadie lo visitaba, estaba empezándose a mejorar” (Extracto Entrevista María Elena González, realizada el día 27 de agosto de 2020). Futrono, hoy es el fruto de un camino largo. Desde 1970 bajo mandato del alcalde designado Fernando Pérez, y los sucesivos alcaldes de la vuelta a la democracia: Octavio Cazaux, Jorge Tatter, Sarita Jaramillo y el actual Claudio Lavado, se han registrado los mayores avances en todos los sectores de la comuna: Salud, educación, vial, infraestructuras, obras públicas, espacios comunitarios, programas sociales, cultura, participación ciudadana y un larguísimo etcétera. Esto evidentemente, sin desconocer todo el brío, perseverancia y coraje de los municipios anteriores, los asentamientos colonos y familias pioneras, y los pueblos originarios mapuches – Huilliches. En una entrevista abierta y sincera, el actual alcalde de la comuna nos comenta que desde muy joven ha trabajado para la comunidad, como técnico agrícola en un primer momento, y luego como ingeniero agropecuario. Su experiencia nace en la década de 1980, lo que también lo hace un protagonista de la historia. Observando las transformaciones de la comuna y su gente, sobre todo, del mundo rural como, por ejemplo: Mejoras en la conexión caminera y lacustres, avances en servicios de electrificación y agua potable, progresos en los procesos productivos ligados a la economía agrícola familiar, entre otros. Toda esta amalgama y convivencia cercana con los campesinos y sus familias, ha significado y a la vez, 113

volcado su sentido de vida.

Para finalizar entregamos a la comunidad un detalle histórico de todos los alcaldes desde 1942, segmentado por período municipal:

“Nacido y criado en esta bella comuna, empecé a trabajar desde los 20 años prácticamente, me titulé como técnico agrícola, salí del colegio y empecé a trabajar acá un tiempo, un año en el municipio en el año 85. Obviamente, me tocó recorrer ahí, conocer todos los sectores de nuestra comuna empezando por Isla Huapi, por Maihue, por los sectores aledaños, las comunidades y eso me marcó mucho. Traía todos los conocimientos, pero me faltaba poner todo en práctica, y obviamente, más que traer conocimiento aprendí muchas cosas de la misma gente, de los agricultores, del mundo campesino, fue lo que me marcó porque yo soy del área agropecuaria, después saqué la ingeniería en ejecución agropecuaria, pero obviamente, mi inicio fue lo que me marcó más como persona, y esta relación que empezamos a tener, con el mundo campesino. Posteriormente, trabajé en asesorías y muchos años, más de 23 años en INDAP. Entonces, casi 30 años dedicado a atender al mundo campesino, y ese es el afecto y el cariño que le tengo a nuestra gente. Porque al principio fue difícil, porque no había conectividad, no había puentes, no había caminos, me tocó muchas veces pasar remando solo a la Isla Huapi, porque no había embarcaciones expeditas como hay ahora, con la tecnología que hay ahora, o llegar a Maihue, Hueinahue hoy día en menos de una hora llegas a Hueinahue, antes eran cuatro horas, medio día para llegar a Hueinahue. Y obviamente, en Curriñe, Río blanco, el invierno se llevaba los puentes, había que caminar pasando de alguna manera, y en lo personal llegaste a Rio Blanco – similar experiencia de los exploradores Cox (1863), Señoret (1876), Münnich (1908), entre otros quienes sortearon los ríos Pillanleufu y Curriñe- y caminar horas y horas y llegar hasta Hueinahue solo con mi mochila y obviamente para poder atender ahí a los agricultores” (Extracto entrevista Claudio Lavado realizada el día 02-10-2020). 85 El 12 de febrero de 1945 ante una acusación formalizada y presentada por Esteban Bertín, Carlos Lacrampe, Fernando Ríos y Santiago Guarda; el alcalde electo fue censurado y destituido, fundando aquel acto con argumentos de desatención de los problemas comunales. Subrogó el ejercicio de alcalde Esteban Bertín, para ceder, el 01 de octubre de 1946 la alcaldía a Santiago Guarda Paredes. (Hunter, s/f: 55). 86 Ante la convulsión política del país y comunal (Ibañismo 1952 – 1958), se elige de alcalde a Bienvenido Guarda el 17 de mayo de 1953, faltando el pronunciamiento del tribunal electoral ante la estrechez y legitimidad del resultado electoral. Finalmente, el 19 de agosto de 1953, cesa en sus funciones Bienvenido Guarda, para que asuma en un ambiente de menor tensión Guillermo Godoy Venegas. (Hunter, s/f: 58).

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4.7 Algunas notas históricas: Isla Huapi y Precordillera 4.7.1 La comunidad de Isla Huapi La habitalidad por parte de las comunidades mapuche – huilliches de la Isla Huapi tiene su origen histórico – como tópico común en la historia mapuche – ante el contacto con los españoles. En este estudio se menciona que la penetración española a este territorio inicialmente fue bajo la fuerza militar, suscitando en los grupos de origen el desarrollo e implementación forzada de una estrategia defensivo militar de carácter interregional 87. En esta defensa, la isla se constituye como salvamento de los embates españoles: “ Y porque las islas de la laguna de Ranco eran el refujio de los indios y tomaban de ellas provision para sustentar la guerra, envió el gobernador a su sarjento mayor Alonso Rodríguez Nieto con doce hombres, los seis de ellos arcabuceros, para que entrasen en dos canoas a ver lo que había en la isla y destruir todo lo que pudiese ser de provecho para alimentar los rebelados” (Lobera, 1865: 403). También propusimos en este estudio el amplio conocimiento y pericia, por parte de la sociedad mapuche en el uso de las embarcaciones y navegabilidad lacustre. Fueron los wampos o canoas como son mencionados en las crónicas españolas, el principal medio de comunicación y transporte entre la isla y la región. No es atrevido interpretar que los originarios conocían y mantenían una ruta constante hacia la Isla Huapi, y a las otras islas del lago Ranco, anterior a la llegada de los españoles, siendo estas islas un espacio de descanso, sagrado, de producción económica: agrícola, etc. pero, su habitación permanente se debe a la acometida 87 Ver capítulo Nº 2.

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española, a esto hay que sumar la colonia española desde el siglo XVI, y la llegada de los colonos chilenos – mestizos desde 1800. En sus inicios de acuerdo con Comulai (2011), los Reni, tuvieron un papel fundamental como lugar de cobijo. Los Reni son las cuevas y en estas desarrollaron la vida comunitaria, de socialización para luego comenzar a levantar las rukas. Además, están imbuidas de simbolismo y sacralidad. Hoy también ocupan un espacio en la vida socioeconómica de los isleños, siendo un atractivo turístico para los visitantes, convirtiéndose en una parada obligatoria visitar la “Piedra Bruja”, y atravesar el umbral premonitorio de la vida y la muerte. Los simbolismos aun perduran. Recordemos en esta parte a nuestro teniente Manuel Señoret, quien para 1876 describe la isla de la siguiente manera: “La isla Huapi, la mayor de todas, mide 4 kilometros de largo i 3 ¾ en su mayor ancho. Su formación, como la de todas las que hai en el lago, es granítica (dioritas) formación que también se nota en toda la costa oriental. Una gruesa capa de terreno vejetal da vida a tupidos bosques de corpulentos árboles. Es la única poblada. Residen en ella mas de treinta indios de ambos sexos. Regularmente mintuosas i sumamente fértil, se adapta a toda clase de cultivo. El trigo especialmente se da admirablemente i rinde por término medio 22 por uno. Los indios solo aprovechan el terreno necesario para consumo. Hoi empiezan a comprender la ventaja del cambio, i van ensanchando sus sementeras de maíz, trigo i papas, cuyas sobras cambian fácilmente por otros artículos, como sal, utensilios, vestidos i aguardiente” (Señoret, 1877: 40). En los relatos de los viajeros presentados en esta investigación, se alude a la Isla Huapi como la única isla habitada, y no solo eso, destacan, además, los amplios espacios de cultivo y la relación comercial con los de la región a orillas del Lago Ranco. Guillermo Münnich otro de nuestros exploradores, relata lo siguiente:

“armado de un excelente anteojo, nos pusimos a recorrer con la vista el gran escenario que se nos presentaba, deteniéndonos a menudo en los puntos más prominentes de los cerros cubiertos de vegetación que rodean la gran cuenca del Lago, o dirigiendo los objetivos en dirección a las islas que en número de 16, se destacan de las aguas azuladas, entre las cuales hay una m/m 4 kilometros cuadrados, el Huapi, habitada y cultivada por indígenas que han podido resistir, hasta ahora las intrigas de los usurpadores de tierras que desde hace años, han establecido su industria en este departamento” (Münnich, 1908: 21). Reafirmada la antigua ocupación mapuche – Huilliche de Isla Huapi. Las primeras familias reconocidas que llegaron a esta isla son de los linajes Antillanca y Ñancumil. Luego de algunos años proveniente desde Argentina, llegarían los linajes Manqui, Treuquil, González y desde Panguipulli los Comulai (Comulai, 2011:27). El antiguo cacique Juan Ñancumil relata que “los primeros habitantes eran alrededor de 12 personas. Las primeras familias fueron los Ñancumil. Más tarde llegaron, según él desde Argentina, los Loncochino y los Treuquil que venían arrancando de la guerra, junto con Manuel González que venía de Río Bueno” (Catrileo, 1998: 14 en Rodríguez, 2017: 75). En 1909 el caciquillo, de la Isla de Ranco (Isla Huapi) Juan Antonio Ñancumilla, envía una carta cuyo fin es solicitar radicación para su comunidad: “Que desde que nací vivo con mis familias compuesta de 10 personas y con mis mocetones su número y que uniéndolos asciende totalmente a la suma de doscientos doce 200 12. Los cuales todos se hallan matriculados por el comisionado Rvd. P.F. Alvino de Senden Misionero de Quinchilca, en un terreno denominado isla de Ranco (...) Como todos los días estamos amenazados por ser arrojados por usurpadores cansados ya y como he cumplido con todos los requisitos legales y a fin de vivir tranquilos vengo a solicitar nuestra radicación

definitiva en el terreno cuya delegación [Quinchilca] he nombrado más arriba” (Alcamán, 2010: 131). En 1916 se entregan dos títulos de merced a la comunidad Juan Antillanca comprendiendo un lote de 227 hectáreas, y la comunidad Manuel Manque alcanzando un terreno de 586 hectáreas. Entre 1979 a 1990, bajo del decreto ley 2.568 del año 1979, el régimen de Pinochet dividió las tierras mapuches, entregando hijuelas de los terrenos correspondientes a los títulos de merced, a los nuevos ocupantes, subdividiéndolos en alrededor de 130 hijuelas (Comulai, 2011: 35; Rodríguez, 2017: 75). Nuestra aristócrata Inés Echeverría en 1910, visitará la isla “que cuando supe que en la isla del Huape todavía existían indios de verdad me encaminé gozosa” (Iris, 1910: 45). Más allá de la mirada etnocéntrica 88 , Echeverría deja ciertas descripciones interesantes de plasmar: “en las menudas piedrecillas de la playa hay muchas canoas varadas y una nos sirve de puente para alcanzar las primeras piedras en seco. Al atravesar la canoa observo la tosquedad con que ha sido construida, horadando apenas un tronco de árbol. Y más arriba escondidas entre los árboles de la playa hay todo un astillero de canoas en construcción” (Iris, 1910: 47).

88 Percepción comparativa, en la cual, la propia cultura es vista como superior al resto de las culturas. Vieja relación entre salvajismo y civilización.

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La cita anterior nos entrega importante información, en la cual los isleños fabricaban sus propios wampos y en cantidades importantes, bajo el mismo método tradicional el cual es ahuecar un tronco de árbol. Continuemos ahora con relato del encuentro entre Echeverría y la esposa del cacique Llancumil (Ñancumil?): “Subimos por el camino que conduce a la ruca del cacique Llancumil, situada en la falda de la colina, pero a bastante altura sobre el nivel del lago (...) La puerta de la ruca está cerrada y nadie nos recibe (...) Empujó por fin la puerta de la ruca y en su interior negro, sucio, ahumado, vimos a dos mujeres acurrucadas, inmóviles a la orilla de una fogata. Son la mujer y la hija del cacique Llancumil. Ambas nos miran impasibles y ni hacen ningún movimiento. Están cubiertas por unas mantas o túnicas que las envuelven de alto á abajo. Tienen caras achatadas, frentes estrechas, color crobrizo y cabello muy negro, liso y compacto, peinado en raya con dos apretadas trenzas que caen en la espalda (...) La India no quiso aceptar el vaso que le ofrecen; piensa quizás que la van á envenenar. Montecinos lo comprende, bebe primero y después le alarga el vaso. Ella antes de empinarlo, con un gesto de inercia mete los dedos dentro, esparce unas gotas por el suelo y después bebe un largo sorbo. Ese signo es una conjuración que hace al «Calcu» (brujo). (Iris, 1910: 48 - 51).

“La Razón” publicada el día 6 de enero de 1937, el principal motivo de crear este parque, se debe a que los: “insulares están dando muerte a los venados, ciervos, renos y otras especies de animales finos traídos desde Alemania por el senador don Carlos Haverbeck (...) Nada más digno de aplauso que esta iniciativa del S. Gobierno, en el sentido de expropiar esta isla para dedicarla a parque nacional Los ocupantes de esas tierras al estar dando muerte a los animales cuya traída al país significó un crecido desembolso, están dando con ello muestras de su absoluta carencia de sentido común y su traslado a otros terrenos se justifica ampliamente ante su acción destructora” 89

En la década 1940 en la isla comienza a incubarse la idea y proyecto de establecer una escuela, que con el pasar de los años se hace una necesidad imperante. Traigamos de vuelta a nuestro Inspector de escuelas. El 28 de octubre de 1941 emprende viaje desde el Puerto de Coique, propiedad de Eduardo Squella, a bordo del vaporcito “Lolito”. Luego de dos horas de navegación en un día de copiosa lluvia, arriba a la ensenada de Anchimil ubicada al Este de la isla 91. Más tarde, en tierra llegan hasta el hogar de Juan Anchimil Cachicura, con quien entablan conversación. En un momento del parlamento Anchimil se levanta, a buscar un papel, que lo muestra al inspector, y le menciona lo siguiente:

Relato que es una fotografía de la época, evidenciando la desconfianza de los mapuches y la intromisión imperial de los chilenos. Exponemos además este trozo del registro, para dejar una imagen (occidentalizada) de los habitantes de la isla, en la primera década del siglo XX. Avanzando en la historia de la Isla Huapi, nos encontramos con un hecho entre curioso y déspota. Hacia fines de la década de 1930, nace con fuerza la idea de expropiar la Isla Huapi para establecer en ella un parque nacional. Alejandro Errázuriz, secretario del Concejo de Ministros tuvo por encargo del Gobierno, velar por la reubicación de los habitantes de Isla Huapi. De acuerdo con una nota del diario 117

Es más, en 1940 el presidente de aquel tiempo Pedro Aguirre Cerda promulga la ley Nº 6.694, que autoriza la expropiación de la isla Huapi, para convertirse en tan anhelado Parque Nacional. Las familias serían reubicadas en Rupumeica Alto, cuyo aislamiento era igual o peor al de la vida en la Isla Huapi. Finalmente, las familias no se fueron, pero vivieron días complejos, debido a que colonos los acosaban para que cumplan con el mandato de ley y dejen la isla. El 31 de agosto de 1961, durante el Gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez se promulga la ley Nº 14.612 que deroga la ley Nº 6.694, y la isla 90 es devuelta a las familias originarias.

“Es una copia de la escritura comisaria, otorgada en Valdivia el 20 de diciembre de 1834 de las pertenencias de mis abuelos. Yo he inscrito esta escritura comisaria en Valdivia el 07 de julio de 1918 de manera que lo mío es mío y nadie puede quitar mis tierras sin mayor derecho” 92 Extracto periódico "La Razón" publicado el día 06 de enero de 1937. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión. 89 Diario “La Razón” publicado el día 06 de enero de 1937. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión.

90 Consultado en: https://www.eldesconcierto.cl/2016/09/13/comunidad-mapuche-isla-huapiluz-agua-por-primera-vez/ 91 Periódico “La Razón” de la Unión, publicada el día 05 de noviembre de 1941. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión. 92 Periódico “La Razón” de la Unión, publicada el día 08 de noviembre de 1941. Gentileza fondo documental Centro Cultural La Unión.

La misión del Inspector Arroyo era estudiar en la comunidad el establecimiento de una escuela, que fue solicitada al Supremo Gobierno por los isleños. Para ello se requería de un local cedido gratuitamente por 5 años “el cual debe tener una pieza grande para sala de clases y casa habitación para la directora” 93 . Con Anchimil, no tuvo una propuesta, pero lo enviaron al hogar de Pedro Antillanca Ñancumil, quien al parecer podría ceder un espacio. Pedro Antillanca no se encontraba en su casa, en aquella visita. De todas formas, revisaron un local el cual cumplía con las condiciones, de las que solo había que realizar unas mejoras. El inspector dejó una declaración para concretar el compromiso y traspaso, que luego de ser llenada y firmada debía ser enviada hasta la oficia del Inspector. La declaración efectivamente llegó, en conjunto con una carta “esta declaración se recibió algunos días después en la oficina sin la firma y con una carta de Antillanca en la que se negaba a ceder gratuitamente al Fisco, su casa para la Escuela, por el plazo mencionado” . 94 Luego de visitar la casa de Pedro Antillanca se dirigieron hacia lugar donde querían construir la escuela, con la cooperación de todos “este es un terreno plano, muy apropiado para el caso a que se le quiere destinar; a 40 metros mas menos de el hay una vertiente de agua fresca cristalina y pura” 95 El viaje del misionero Howell (1942: 57), al Lago Ranco incluyó en su singladura la Isla Huapi. En este paso nos informa que en la isla habita una población cercana a las 400 personas, y que han existido iniciativas para establecer una escuela sin éxito, motivo por el cual los visita para ofrecer su ayuda y establecer una escuela en el sector. 93 Ídem. 94 Ídem. 95 Ídem.

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En su llegada solo pudo conversar con unos pocos, ya que la isla estaba sumida en una asamblea, el motivo: un campeonato de fútbol. El principal problema de acuerdo con Howell, para iniciar una escuela – y que no solo era una traba en la isla – era encontrar un profesor idóneo, a lo que el misionero comprometió ayuda. Como continuación de la historia, Howell menciona que encontraron un profesor para la Isla Huapi, y la escuela se encontraría funcionando. De acuerdo con esta mención, se podría establecer que al menos la enseñanza formal en la Isla Huapi, se ubicaría entre los años de 1940.

El extracto anterior que es parte del discurso del Cacique Juan Ñancumil realizado en 1985, es muy interesante en varios aspectos, dentro de los cuales destacamos su discurso, que es una hibridación o sincretismo entre cristianismo, mapuche y la fertilidad agrícola, entrelaza palabras y conocimientos para ofrecer sus concejos. El otro elemento que es el importante, es la preocupación por la pérdida de la lengua mapuche, que también fue mencionada por Howell en 1942 “The Araucanias o these parts around the lake speak better Spanish than many aroun Temuco. Their native tongue has nearly died out, together with their native dress” 98 (Howell, 1942: 56).

Ahora bien, el documento del proyecto educativo Escuela Rural Isla Huapi, menciona que la fundación de esta escuela se ubica en la década de 1950, en la casa de Robustiano Neguimán. Y no es hasta 1965 que se edifica y comienza sus funciones en el actual lugar donde se ubica la escuela de la isla 96. Temporalmente, no es muy distante las fechas de origen de la educación formal.

El cacique Juan Ñancumil, concentraba toda la sabiduría mapuche y no desaprovechaba oportunidad para mencionar todos los males que estaban aquejando a los mapuches, principalmente relacionado a la pérdida de la lengua. En un testimonio ofrecido en la Revista Nütran en 1986, nos relata lo siguiente:

La habilitación de la escuela es un paso importante para la isla Huapi, pero también trae aparejado consecuencias, relacionadas a la pérdida de la cultura mapuche: “hoy día hay escuela, por el favor de Dios, pa... los renuevos pa... los que vienen más atrás, muy lindo, muy lindo (...) así también la ley Mapuche se está borrando hermano ¿Saben por qué? Ha llegado mucho profesor a la isla, hay ocho profesores, hay algo más de 200, como 260 alumnos, los que asisten a la escuela, pero hay algo como 300. Estos hombres en la escuela, los profesores, pero ninguno son mapuche, les están enseñando puras cosas particulares. No hay un profesor mapuche y ese es el interés que nosotros tenemos, ojalá pilláramos un profesor mapuche, para que nos se pierde este idioma mapuche, pa... que no se pierda la ley de nosotros” 97 96 Proyecto Educativo Institucional. Escuela Rural Isla Huapi. 2019. Consultado en: http://wwwfs.mineduc.cl/Archivos/infoescuelas/documentos/6991/ProyectoEducativo6991.pdf

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“Es de muchos años, algo más de 500 años han vivido la gente en la Isla Huapi, como inmemorial la ley mapuche y todavía la seguimos. Hoy está pasando porque hay profesores huincas que no saben el idioma mapuche, estamos aprendiendo el idioma ingles, francés, alemán, en fin, de otras naciones, pero aquí los mapuches estamos quedando de lado, alemán, en fin, de otras naciones, pero aquí los mapuches estamos quedando de lado, estamos nosotros perdiendo. Los primeros padres de nosotros, los abuelos fueron muy parlamentarios, nadie hablaba como yo lo hago ahora, puro mapuche no más. Yo lamento que comunidades de afuera ya no queden como mapuches, están quedando como huinca no más. Yo he estado en varios nguilatunes afuera y ya no es en idioma

97 Extracto discurso Cacique Juan Ñancumil realizado el día 24 de octubre de 1985. Consultado en Youtube:https://www.youtube.com/watch?v=UTIpa530LF8 98 “los araucanos de estas partes y alrededor del lago, hablan mejor el español que muchos alrededor de Temuco. Su lengua nativa está agonizando, así también sus vestimentas nativas”

mapuche, puro español no más, hacen parlamento en español igual que un particular no más. Nosotros en cambio hacemos parlamento en mapuche, recordando como fue la vida de antes. Antes la tierra fue productora, pero desde que llegó la ley española cambio la vida y también se fue la bendición, se está iendo, ya no hay. Una bota un grano de trigo, de cementera, sin abono no produce, uno ahora tiene que sembrar con abono artificial, ya no es como antes, como en el tiempo de los abuelos” (Ñancumil, 1986: 10). Respecto de la conectividad de la isla Rodríguez (2017: 75 - 76) nos informa, que para 1950 predominaban las embarcaciones particulares botes y wampos, y con las consecuencias que esto trae aparejado, debido a lo dificultoso del trayecto y la peligrosidad del tal mencionado viento puihua. Entre los años 1982 y 1984, gracias a la organización comunitaria se logra conseguir la implementación de una barcaza de nombre “Huala”. En 1991 se accedió a otra barcaza la que realizaba tres recorridos semanales, y en buen tiempo. Actualmente, recorre la barcaza “Epu Huapi”, bajo subsidio del Ministerio de Obras Públicas. Esta barcaza tiene mayor capacidad, transportando un número limitado de vehículos, así también, está a disposición de emergencias y situaciones críticas para los habitantes. Para finalizar expondremos un extracto de entrevista del actual longko Hector Ñancumil, hijo del cacique Juan Ñamcumil, el cual es un mensaje fraterno para la comunidad: “que no dejen Huapi, que sigamos trabajando nuestra tierra, que sigamos defendiendo nuestra tierra, porque es nuestra isla y es muy diferente a otros lugares donde la tranquilidad que nosotros tenemos es tan grande, es tan importante, la realidad de nosotros como huapitanos (...) los más importante es no dejar nuestra isla. Somos felices, la felicidad de nosotros no la cambiamos tal vez por nada...” 99

Isla Huapi Fotografía aérea: Jorge Barrientos

99 Extracto entrevista longko Hector Ñancumil publicado el día 23 de agosto de 2019. Consultado en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=2z5EZbmKsMk

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4.7.2 Precordillera: Maihue y Arquilhue “Arquilhue (...) Existen termas, restos de fortines españoles y un gran cementerio indígena (...) De arcün: bajar, disminuir (las aguas) y hue: lugar; predio del que se han retirado las aguas. Existe en este fundo, entre los cordones cordilleranos, una llanura, en la cual debe haber habido un lago postglacial” (Meyer, 1982: 20). “Maihue (...) El antiguo nombre de este lago es Rupumeico o Rupumeica. Se conserva este nombre en un lugar en la ribera del lago y en el río que nace en la frontera con Argentina y se junta con el río Hueinahue que desemboca en el lago en su extremo sur. De mai-hue: vaso, fuentecita, taza. La voz deriva de mai-(mayü): labrado y hue: utensilio; artefacto labrado de madera. Otro nombre antiguo del lago Maihue es Magei o Maguei; de mangi-hue: contracción de mangin: salir de madre, avenida y hue: lugar. Lago sujeto a inundaciones. Efectivamente este lago se caracteriza por sus repentinas creces, debida a su enorme cuenca hidrográfica.” (Meyer, 1982: 147). “Fundo Arquilhue, Carlos Hoffmann, de 40.000 hectáreas. Tasado en $500.000. cáscara de ulmo y tineo 100 . Dedicado a: Crianza de animales” ( Valenzuela, 1920: 86). “Fundo Maihue de Martínez Hnos. de 5.000 hectáreas. Tasado en $180.000. Dedicado a: Crianza de vacunos. Lechería y quesos. Montes naturales” ( Valenzuela, 1920: 86). Fue en estos agretes parajes y paisaje precordillerano, donde el poeta Pablo Neruda concretaría finalmente el plan de escape. Esta huida del vate se debe a la ley “Defensa Permanente de la 100 Con la llegada de los alemanes a la provincia de Valdivia desde 1850, hasta la medianía del siglo XX, las curtiembres fueron una de las industrias ligadas a las explotaciones forestales, más pujantes de los capitales alemanes. En su proceso productivo, para curtir el cuero era utilizado el tanino, sustancia química obtenida del ulmo, tineo y el lingue. Es por esta razón que estas especies arbóreas fueron indiscriminadamente explotadas, para la extracción de su corteza. (Maldonado, 1925).

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Democracia” promulgada por Gabriel González Videla en 1948, la que perseguía a los miembros del partido comunista, de entre ellos Neftalí Reyes. Fue el 05 de marzo de 1949 que Neruda cruza la cordillera a través del paso Lipela; umbral hacia las pampas argentinas y que las comunidades originarias utilizaron desde muy antiguo, para el traslado de productos y mercancías, de entre ellos ganado y aguardiente. A lomo de caballo y con la ayuda de unos avezados hombres de la precordillera, se dio a la travesía y alcanzar finalmente la libertad. “las cosechas se cambian en su parte, al otro lado de los Andes, por animales vacunos i caballares que se venden con facilidad en la Unión, Valdivia i Rio Bueno. Muchos comerciantes de estos puntos, frecuentan también a Maihue, donde esperan a los indios pehuenches para comprarles sus animales por aguardiente, que es uno de los mejores negocios, pues cambian una carga de ese licor, que en Río Bueno les cuesta cinco o seis pesos, por un animal cuyo valor se calcula en 20 o 25” (Señoret, 1877: 46). La precordillera de acuerdo con los relatos de los viajeros era habitada por una gran cantidad de indígenas, en el sector de Hueinahue, Rupumeica y Maihue. Posteriormente, y como correlato histórico comienzan a llegar los colonos como la familia Rudloff, Martínez, etc. quienes perseguían la tierra y los recursos, principalmente los forestales. Recordadas son las firmas Rodríguez y Fried, por nuestros entrevistados, quienes fueron impulsoras de las explotaciones forestales, trayendo consigo gran cantidad de maquinarias, vapores, pulpería 101 y trabajadores para dominar la selva de Chabranco, Hueinahue, Maihue, etc. En Maihue, existían dos sectores, el primero es la radicación. En 1914 se concede título de Merced a José Calcumil Carillanca abarcando una propiedad de 668 hectáreas albergando a 47 personas. El segundo sector, se reconoce como la ampliación que

hasta 1972 era de propiedad de Alfredo Rudloff, comprendiendo una extensión de 1.100 hectáreas, estas tierras las adquirió de Jerónimo Martínez el 25 de abril de 1925 (Guerra et. al., 2014: 28). De estos colonos, los recuerdos y los hechos registrados reflejan la difícil relación entre ellos y las comunidades mapuche - huilliche de Maihue. Así se refleja en un relato extraído del libro Las Ñañas, en el cual una de las entrevistadas recuerda lo siguiente: “Martínez fue el que le compró la tierra a los mapuches con engaño ya luego se la vendió a Rudloff. Les decía: “Arriéndame el potrero para sacar leche en verano”, y después lo cercaba y no se los entregaba, les quemaban las casas y luego los mataban, y los que estaban de acuerdo con él los compraba con un quintal de harina y una botella de pisco o una botella de aguardiente y claro los que no conocían ese licor lo recibían por un potrero. Lo cambiaban por cualquier cosa.” (Guerra et. al., 2014: 15). De Alfredo Rudloff, también abundan relatos del mismo tipo, pero es en un artículo intitulado “JEFE DE LA OFICINA DE TIERRAS FUE RECIBIDO A BALAS EN RANCO” publicado en el diario “La Prensa”, de Osorno el día 14 de febrero de 1945, que no solo se detalla el nivel de violencia, si no que, además, su actuar irresoluto de amenazas y actos autoritarios, eran ejecutados inclusive a las autoridades gubernamentales: “En relación con las instrucciones de esa Dirección General, referentes al reclamo de don Jorge Vera, en el fundo Hueinahue o Rupamaneica, en la 101 De acuerdo con Angulo (2016: 79), las pulperías fue un sistema de abastecimiento establecido en los fundos, latifundios y haciendas forestales y agroganaderas desde el siglo XIX, en el cual los trabajadores-inquilinos y sus familias se proveían de mercadería, vestimenta, y otros, para la manutención de la vida familiar. Este sistema fue una relación económica desigual y jerarquizada, la que “generaba a los forestales un abaratamiento de los costos al suprimir los dineros correspondientes a salarios, a cambio de artículos básicos a precios establecidos por ellos mismos. A la vez que veían disminuir los costos, ejercían dominio al disponer de todo el tiempo del trabajador o inquilino, además de asegurarle por un tiempo (que podía ser años) fuerza de trabajo prácticamente gratis por la deuda contraída”.

zona de Ranco, en contra del señor Alfredo Rudloff, el suscrito se trasladó a los terrenos el jueves 8 del actual acompañado de los agrimensores señores Andrés Charalamby y Jorge Ramos a fin de reconstruir un deslinde litigio, lo que, según la denuncia comprende ocho mil hectáreas fiscales, aproximadamente. El suscrito y los agrimensores citados, al constituirse en el deslinde correspondiente al hecho del río Hueinahue, en un macizo de la Cordillera de los Andes y al solicitar abrirse paso en ese deslinde, fuimos atacados a balazos de carabinas por ocho matones, peligrando nuestras vidas, ya que las balas llegaban a 30 centímetros y a un metro de nosotros. Va informe explicativo. Sírvase solicitar del señor Ministro alguna medida drástica contra la persona que mantiene matones. Pretende el señor Rudlof ser propietario, de acuerdo con un decreto que tiene errores en los deslindes naturales” (Carillanca, 2010: 124). Durante el Gobierno de Salvador Allende, se agudiza la reforma agraria: efectuándose tomas y recuperaciones de tierras 102 , es así como, acto reivindicativo la comunidad ocupa la casa patronal de la familia Rudloff, ubicada a las orillas del Lago Maihue. Posteriormente, esta casa seria utilizada por la comunidad de Maihue como escuela (Guerra et. al., 2014: 28). Resignificando los espacios, y apropiándose culturalmente de ellos. En 1946, un explorador argentino de nombre Bruno y apellidado Ferrari, replica el derrotero de Guillermo Cox realizado en 1863. En su paso, visita el Lago Maihue, y nos deja este idílico extracto en su bitácora de viaje: 102 Le Bonniec (2013), nos señala que en el proceso de reforma agraria en la provincia de Valdivia actuaron dos lógicas (no excluyentes) que motivaron las ocupaciones o tomas. La primera, relacionada a la reivindicación de los derechos de propiedad, uso y usufructo de la tierra por parte de obreros y campesinos, y la segunda, fue la recuperación de los territorios ancestrales indígenas, usurpados por latifundistas desde el siglo XIX. En cuanto a la referencia que este autor hace de la comuna de Futrono, nos indica, que en los meses de noviembre y diciembre de 1970, las áreas de Panguipulli y Futrono son las que concentran mayor cantidad de tomas (7 y 4, respectivamente), además, son significativas en términos de masividad, violencia e impacto político. Los fundos tomados mencionados por Le Bonniec que corresponden a la comuna de Futrono son: La Pellinada, Sichahue, Cerrillos y Maihue.

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“la excursión que efectuamos en el día siguiente al lago Maihué, se vivieron momentos de sincera confraternidad argentino-chilena. Allí, bajo un sol magnífico, introducimos nuestro cuerpo en sus frías aguas, que bajan de las nieves por el Pillanleufú y el Rupumeica, y donde, además, tratamos de pescar algún salmón o trucha y de cazar patos silvestres; luego, un suculento asado y la chicha infaltable en el país del manzano” (Ferrari, 1947: 235).

importante cantidad de familias e invitados para la celebración de las rogativas. En este punto, nuestro entrevistado Guillermo Santibáñez oriundo de Rupumeica, pero radicado hace muchos años en Maihue, quien es un hablante de la lengua y un fabricante y ejecutor de instrumentos musicales, nos comenta al respecto:

La inclusión de esta cita es para aludir el enorme valor sociocultural de los pasos cordilleranos. Estos pasos, como el de Lipela y Rupumeica, tienen su arraigo histórico cultural en las zonas precordilleranas, mereciendo hoy ser repropiados y resignificados. A lo largo de este estudio, una de las fuentes de información base han sido los registros de exploradores, quienes mencionan estos pasos y su constante uso a lo largo de los siglos. Por tanto, este componente de reapropiación de los ex circuitos mercantiles, debiesen reconvertirse en circuitos turísticos, generando nuevas instancias económicas, que contribuyan al patrimonio de las familias de los sectores de precordilleranos: Maihue, Curriñe, Chabranco y Chihuio.

“ Yo soy nacido y criado en Rupumeica, entonces de todos lo años que llevo aquí serán unos 50 años ya, aquí en Maihue. Y de lo que yo sé de mí infancia, cuando empecé a tener conocimiento que estaba en Rupumeica, como por allá se celebra el Nguillatün, yo de eso cuando más o menos tenía como 12 años empecé a hacer mis instrumentos propios, pero me enseñó un tío. Entonces, mi tío me dijo para que no andes molestando que alguien te preste instrumentos para que tu lo toques, me dijo, yo te voy a enseñar. Mi tío se llamaba José Arnoldo Ñancumil (...) y cuando estaban sin enfermedad mis pulmones, yo tocaba muy bien mi instrumento. Ya ahora mis hijos están siguiendo lo mismo también, porque pertenezco todavía voy al nguillatün todos los años, con toda mi familia voy con rancho propio, y ahora mi hijo mayor también apartó rancho, y eso para mi es una alegría” (Extracto entrevista Guillermo Santibáñez, realizada el día 30 de Julio 2020).

El 2005 el director, profesores, dirigentes, comunidad y alumnado de la Escuela Rural de Curriñe, ejecutó un trabajo titulado “Registro Etnográfico de la Comunidad Indígena de Maihue”, inscrito en el programa “Orígenes”, el cual es una enorme investigación de 35 familias, que incluye árbol genealógico, significado y procedencia de los apellidos mapuches y una descripción del momento socioeconómico de estas familias. Un trabajo valorable en todo sentido que contribuye al rescate histórico de la comunidad de Maihue. En el estudio se hace mención la lamentable pérdida cultural que ha repercutido en la comunidad de Maihue, desapareciendo los machis y longkos. Asimismo, las ceremonias tradicionales no se realizan hace bastante tiempo, pero si se mantiene en la localidad de Rupumeica, en el cual se reúne una 123

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1) Don Guillermo Santibañez toca trutruka. Archivo: Escuela Rural Curriñe. 2) Un grupo de jinetes cabalgan al rededor del fuego durante un nguillatun en Rupumeica. Archivo: Escuela Rural Curriñe.

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3) Autoriadades anscestrales realizan ceremonia en Rupumeica. Archivo: Escuela Rural Curriñe.

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El silencio de Arquilhue Una de las haciendas más reconocidas de la precordillera futronina es Arquilhue, como ha sido un tópico en este trabajo, los relatos de los exploradores hacen referencia de la magnitud de esta hacienda, la que era explotada desde 1800 (al menos). Uno de los propietarios que se mencionan en aquellos relatos de viajeros, es Manuel Florín. En el siglo XX esta propiedad pasa a manos de Carlos Hoffman, quien fallece y es heredada a Catalina, viuda de Hoffmann. Catalina es recordada por nuestros entrevistados, pero, sobre todo, el siguiente hacendado quien fue Alberto Lacoste. Lacoste era administrador de esta hacienda mientras era propietaria Catalina, y por algún motivo, este enorme fundo pasa a manos de Alberto Lacoste, cuando Catalina Hoffman fallece. Nuestra entrevistada María Elena González, quien su infancia y adolescencia discurrió en aquella Hacienda, nos cuenta los siguiente: “Claro tenían una bodega donde le daban con ese vale que le daba el patrón, iban a la bodega a buscar la sal, azúcar todas las cosas. Después, fue agrandando ese fundo, sembramos harto trigo, había molino de moler harina, sembramos trigo íbamos a moler, mi papá me acuerdo que cosechaba, iba a moler sus 5 sacos de trigo siquiera para unos cuantos meses de harina. Tenía un cajón así tan alto tremendo cajón de harina, que era especial cepillaba la madera, y ahí echaba la harina, ahí teníamos harina para varios meses. Pero eso eran años después, porque mucho antes, cuando nosotros éramos chico, pasamos necesidad porque mi papá sembraba poco y mi mamá que vivía con guagua, no tenia mucho tiempo de hacer cosas, huerta nada, así que pasamos necesidad. Lo único que teníamos de todo, criamos chancho, ganado, chivos, de todo. Criábamos gallina, ganso, pato, de toda esa cosa. Todas esas cosas criábamos, así que no los faltaba (...) Después, cuando mi papá recién llego ahí hizo... plantó un manzano cuando llegó ahí, y de ese manzano después, hizo una quinta entera, hizo una quinta grande porque después busco más 125

manzanas con los indígenas, porque ahí estaba cerquita de Maihue, y de eso sacaba. Trajo planta de ahí, manzano sembró ciruela, cereza, membrillo todas esas cosas, si había una quinta muy grande. Y después hacíamos chicha, hacíamos toneladas de chicha, mi papá hacia pipa de palo hueco pillaba eso palo hueco de lingue, así lo vaciaba y le ponía tapa no se que curiosidad, pero era curioso para eso, y ya era un tonel de 300 a 400 un tonel trozo entero.” (Extracto entrevista María Elena González, realizada el día 18 de julio 2020). En este enorme fundo vivían una gran cantidad de inquilinos y pequeños propietarios, laborando en las siembras y cosechas del fundo, en la crianza de ganado y en las explotaciones forestales. Esto lo complementaban con el cultivo a pequeña escala de huertas, y siembras comunitarias como la papa. Asimismo, dentro de su terreno cedido por el propietario para el desarrollo de estas actividades, les era permitido criar animales pequeños, el ganado vacuno no les era permitido. De todas formas, podían complementar sus salarios o pulperías, con el trabajo hortícola y crianza de animales pequeños: Aves de corral, chivos, corderos y cerdos. Avanzando en su historia, es necesario hacer mención del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (COFOMAP), del cual Arquilhue pasó a conformar este “cordón de fundos”. En 1970 durante el Gobierno de Allende la reforma agraria se intensifica. Es en este escenario sociopolítico que se dio el hecho conocido como el grito de Carranco, debido a que un grupo de trabajadores del fundo Carranco, se toma el predio incoando una sucesiva y aumento en la escala de tomas de los fundos de las precordilleras de Panguipulli, Los Lagos, Futrono y Lago Ranco. Estas tomas fueron acciones coordinadas entre dirigentes del MIR y trabajadores y lideres obreros “La acción del movimiento obrero incluyó tanto el control de la tierra como de las instalaciones (galpones, lecherías, bodegas) y capital

de trabajo existente (maquinaria, vehículos, animales), lo cual marcó un aspecto diferenciador respecto de otras tomas ocurridas en el marco de la reforma agraria” (Barrena, et. al. 2016: 477). Producto de estas tomas el 17 de octubre se crea el COFOMAP, conformada por CORFO (al cual CORA transfiere los fundos expropiados el 15 de abril de 1971), y forestal Pilpilco subsidiaria de CORFO. En un primer momento, este cordón de fundos alcanzó una extensión de 300.000 hectáreas, pero con el pasar de los meses, ante nuevas incorporaciones el COFOMAP ocupaba una extensión de 420.000 hectáreas, distribuidas en 24 predios. Que para 1972 cubría plazas para aprox. 3.200 obreros en su faenas agrícolas y forestales. Anterior a la conformación de la COFOMAP, durante el gobierno de Frei Montalva, Arquilhue es expropiado por sus trabajadores en 1969, y se crea asentamiento el 02 de octubre de 1970. Aquí radica el problema cuando se crea el COFOMAP en 1971, el gobierno y un grupo de trabajadores y dirigentes incorporan este asentamiento al COFOMAP, situación que originó resistencia entre los campesinos de la reforma o asentamiento, tirando por la borda años de lucha sindical e independencia campesina. Escenario complejo, que incluso llegó a enfrentamientos armado (Morales, 2015: 82), y ser denunciado por la diputada Pabla Toledo en la cámara de Diputados la sesión del 06 de octubre de 1971 bajo la indicación “Clima de violencia en el asentamiento Arquilhue de Lago Ranco”. Esta situación motiva a que los trabajadores que no estuvieron de acuerdo con la integración de Arquilhue, fueran trasladados a otro sector de Valdivia. Así, bajo un clima complejo Arquilhue es anexado al COFOMAP Este inmenso coloso agroindustrial y forestal que fue el COFOMAP, vio truncado su crecimiento posterior al golpe militar de septiembre de 1973. “siendo la precordillera de la provincia de Valdivia una zona sitiada por el régimen por medio de una política sistemática de violaciones a los

derechos humanos. El proceso represivo tiñe la historia con las matanzas de Liquiñe, Chihuío y Neltume, desarrolladas en el marco de la Caravana de la Muerte.” (Alfaro, 2016: 240). De acuerdo con nuestra entrevistada Antonia López, en Arquilhue existía un gran número de trabajadores y consiguientes familias. Las que fueron sacadas de sus hogares bajo hostigamiento militar y enviadas a otros sectores de la comuna y de Chile, para iniciar una nueva vida. Serian Curriñe, Maihue, Chabranco, Llifen, Futrono, Nontuela, entre otros lugares, donde esta masa de trabajadores y sus familias, en la mayoría de las veces forzosamente fueron obligadas a vivir. El domingo 07 de octubre de 1973 sale del Regimiento Cazadores de Valdivia, una caravana de aprox. 90 soldados y oficiales y fuerzas de artillería Motorizada Nº2 Maturana de Valdivia, su destino fue Futrono, Llifén, Arquilhue, Curriñe, Chabranco y Chihuio. Instalados en Futrono en dependencias de la Escuela Misional Nº30, recogen prisioneros entregados por carabineros, hacen lo mismo en Llifén, Curriñe y Chabranco. 103 17 son los detenidos. 15 de ellos evangélicos, 2 adventistas. La mayoría miembros del sindicato “Esperanza del Obrero”. Un padre (Sebastián Mora) y un hijo (Fernando Mora). Narciso García Cancino predicador de la Iglesia del Señor de Arquilhue, Rosendo Rebolledo Méndez, predicador de la Iglesia Cristiana de Jesucristo de Chabranco. Todos marchan con destino a Chihuio, a las termas. “un oficial les gritó – A ver, ¿Quién sabe cantar? ¡uno que cante¡ - ordenó. La respuesta a la orden la inició uno de los prisioneros que comenzó a cantar una alabanza a Dios, el resto los siguió” . 104 103. Consultado en página web: https://elotrocanuto.wordpress.com/2018/09/11/tiempo-de-hacer-memoria-masacre-de-chihuio-evangelicosmuertos-en-dictadura-semana-de-la-memoria-eoc/ 104 idem.

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17 son los brutalmente torturados y asesinados. 17 obreros, padres, esposos, hijos, tíos, humanos. 17 luces que se apagan. 17 recuerdos que perduran. 17 familias truncadas y de las cuales nunca jamás será lo mismo “Sólo Américo González volvió a hacer su vida de siempre en ese lugar. En esa zona que jamás volvería a ser lo que había sido” (Weitzel, 1991: 153).

5. Palabras Finales Si la historia ayuda a no olvidar los recuerdos y la memoria de un pueblo, esto no sirve para nada si una comuna no tiene proyección y un legado que dejar. Futrono hoy se impone como un destino turístico sustentable, cuya conservación natural es primordial en este sentido. El resguardo del patrimonio natural y cultural es un baluarte que la comunidad de futroninos y futroninas debe valorar y preservar. A lo largo de los capítulos históricos de la comuna hemos visto, el gran sentido de pertenencia de los distintos grupos humanos en su adaptación al medio ambiente. Y como este medio natural a condicionado el modo de habitar de los grupos humanos. Todo parte con el conocimiento y especialización del medio, el uso de los cuerpos y cursos de agua como medio de navegación, y articulación territorial. Los usos del bosque y su habitat, la recolección de los recursos, vitales para la subsistencia y reproducción social – familiar. Más tarde, el escenario natural se impone como un medio al cual es necesario dominar y abrir paso a la civilización, se comienzan a habilitar los campos de cultivos mediante uso del fuego. En este período que va desde 1850 se queman grandes cantidades de bosques catedrales 105, representativos de épocas pretéritas. 127

Con el paso de los años, llega la actividad maderera los bosques nativos se transforman en recursos forestales, cortezas, maderas, durmientes se imponen, y los bosques comienzan a fragmentarse, el pellín, laurel, raulí, coihue en otras especies son perseguidas por su alto valor en el mercado. Toda una historia donde el medio es perseguido alcanzando niveles de depredación nunca visto. Hoy el escenario es otro, la comunidad trabaja en conformidad con el medio ambiente. Se han levantado y organizado movimientos en defensa del territorio ante la llegada de capitales que buscan intervenir los ciclos naturales del agua y los bosques. A esto se suma que muchos de los emprendimientos en la comuna tienen un fuerte arraigo con esta historia natural, y sus objetivos buscan la conservación y sustentabilidad. En este sentido encontramos la experiencia Maqueo, iniciativa de dos mujeres con una fuerte identidad mapuche y rural, mujeres representantes del sacrificio y perseverancia, tan mencionadas a lo largo de este libro. de INDAP nos dijeron un día que nos iban a llevar a una charla, para que uno pudiera emprender en lo que uno tuviera en su lugar, que se yo. Y nos llevaron allá a la universidad a Temuco, y allá habló un profesor dio una charla sobre el maqui, como era el maqui en Estados Unidos, el valor que tenía esas cosas, que habló como que era oro el maqui una cosa así. Y cuando estaba dando la charla, entonces yo recordé... allá hay mucho maqui mi abuela hacia café, y eso está botado mi abuela hacia café, hacia tantas cosas y uno empieza a recordar lo que uno sabe. O sea, yo creo que esa es la idea de la gente que también hace estas cosas de llevar a la gente para que se capacite.” (Extracto entrevista Gladis Lefin realizada el día 30 de julio 2020) 105 Los bosques catedrales, designa a aquellos ecosistemas compuestos de espacios boscosos prístinos de especies añosas. “árboles majestuosos, centenarios o milenarios, cuyos troncos se elevan como las columnas de un templo natural” (Hoffman, 1998: 89). Estos bosques dan vida a innumerables especies de lianas, musgos, líquenes, fauna, etc. conformando un complejo flora y faunístico, dentro un ciclo donde la energía se incorpora y renueva. La muerte de un gigante de estos bosques es el comienzo para el crecimiento de otros organismos, como los hongos “la energía que entre al bosque se recicla y nada se pierde” (Hoffman, 1998: 89).

El emprendimiento de Gladis Lefin y Claudia Manquepillan, está relacionado al rescate de saberes tradicionales, transmitidos de generación en generación y con un arraigo en el territorio, que no solo aporta a la economía familiar si no que, además, repercute en la comunidad, favoreciendo a mujeres en la temporada de cosecha. Este y otros emprendimientos y empresas están abocadas a desarrollar estrategias de crecimiento sustentable y conservacionista, para desarrollar económicamente en el tiempo a la comuna de Futrono, y legar para las futuras generaciones el patrimonio natural y cultural que hoy todos podemos apreciar. Es este precisamente el foco y objetivo de la administración municipal liderada por el alcalde Claudio Lavado, quien nos relata su visión y proyección comunal: “yo conozco Futrono de los años 80’, antiguamente en el 70’ estaba en la básica acá en los años 70’. Pero es en los años 80’ que Futrono empezó a tener esta transformación a fortalecerse las localidades aledañas como Llifén, Nontuelá, convirtiéndose en polos de desarrollo bastante potente. Futrono está, en esta apuesta en este crecimiento gradual con una proyección, tremenda con un potencial que tiene esta comuna tremendamente potente, considerando los recursos naturales, considerando el patrimonio natural que tiene: El Lago Ranco, la cordillera, el río, todos los recursos naturales que tiene, para convertirse en una ciudad con mejores condiciones para sus habitantes. Ya el desarrollo ha llegado a todos los sectores, ya no hay sectores sin conectividad, todos con buenos caminos, puentes, energía eléctrica casi el 100%, todos los sectores tienen agua, por lo tanto, ha mejorado notablemente la calidad de vida que es lo que hay fortalecer. Ahora es la identidad local, la apuesta que hay que fortalecer, el turismo que va de la manito con el medio ambiente, mejorar también algunos servicios básicos (...) todavía faltan en nuestra comuna: Notaria, conservador, son cosas que más adelante se podrían proyectar. Pero Futrono ya tomó fuerza, va despegando fuerte para convertirse

en un destino turístico potente en los próximos 10 a 15 años. Futrono, ya está pensando en proyectarse a nivel internacional, con un paso internacional llegar Hua hum y eso va a traducirse en una localidad muy turística, muy potente. Una potencia en lo turístico, así lo veo yo. Pero tiene que también pensar, en su hábitat natural conservar su medio ambiente, el respeto por los pueblos originarios también para llevar una buena convivencia, entre el mundo mapuche y el mundo no mapuche. Por lo tanto, ahí tenemos que también en lo social, el respeto por la demás cultura el respeto por el medio ambiente. Pero si, Futrono se está proyectando fuerte, está avanzando en forma positiva en materia de infraestructura. Pero podemos tener todos estos adelantos, mejores calles, mejores infraestructuras, pero también falta la esencia de nosotros, crecer como personas, y respetar nuestro medio ambiente, crear conciencia medioambiental. Porque no sacamos nada, si no vamos a cuidar lo que tenemos, si no vamos a valorar el patrimonio natural, cultural que tenemos, que eso es nuestro gran valor agregado”. (Extracto entrevista Claudio Lavado realizada el día 02-10-2020). Nuestros bosques catedrales, los sinuosos ríos e imponentes lagos, nuestro campo y fundamentalmente, nuestras mujeres y hombres. Es lo que debemos proteger…

Isla Illeifa

Fotografía: Felipe Guarda

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6. CONCLUSIÓN A lo largo de este recorrido histórico, se demuestra una presencia humana desde muy temprano. El sitio Monteverde que es uno de los yacimientos arqueológicos más remotos del continente americano se ubica temporalmente hace 12.500 años antes del presente. Este significativo descubrimiento solo dista alrededor de 230 kilómetros al sur de Futrono. Esto nos viene a indicar que la historia de esta comuna, deviene de un registro larguísimo, sufriendo momentos transformacionales que han suscitado cambios socioculturales y económicos en los grupos humanos de origen: Desde los cazadores recolectores, pasando por los grupos sedentarios que bajo el influjo producto de la interrelación cultural con las complejos de más al norte y la costa, van incorporando y amalgando una nueva sociedad con una agricultura incipiente de claro de bosques, que les permite desarrollar expresiones culturales como la cerámica. Que son precisamente los hallazgos más comunes para este territorio, y que la mayoría de los futroninos y futroninas han visto y/o tocando, o tienen conocimiento de su existencia. La llegada de los españoles es un factor determinante en los grupos que en esta región se asentaban, sufriendo las calamidades de la guerra, la esclavitud y las enfermedades, las que merman drásticamente la población originaria. Pero no desaparecen, se agrupan y defienden el territorio, logrando una frontera del Ranco, la que genera intercambios comerciales y sociales. Progresivamente, esta barrera se va permeando, lo que implica el asentamiento de hispano-criollos, estableciendo grandes haciendas y configurando un territorio más colonizado. Esto va afectando el campo de acción de las comunidades mapuche – huilliches, las que van siendo desplazadas de las mejores tierras 129

y enviados a los faldeos cordilleranos y/o allende los andes. Reduciéndolas a una expresión menor, no solo territorial, sino que también cultural. Hacia fines del 1800 y principio de 1900, se configuran los actuales asentamientos de los centros urbanos actuales, Lago Ranco, Futrono y Llifén liderarían este proceso. Las antiguas rutas de conexión y articulación del territorio por parte de los mapuches navegantes, es aprovechada por los colonos para a partir de ahí, desarrollar una navegación lacustre mediante embarcaciones mayores y la mayoría de ellas a vapor. Consigo trae el movimiento de pasajeros, de carga, pudiendo acercar en tiempo el traslado de los productos agroganaderos y forestales. El ferrocarril de Lago Ranco impulsa esta navegación y las actividades extractivas como la forestal. Con el paso del tiempo se conforman los centros urbanos, se crean bajo decreto de ley, comienzan a llegar familias, se incorporan servicios públicos, las conexiones van mejorando y conectando con el resto del país. Lo anterior y mucho más construyen las actuales comunas que hoy conocemos. Futrono, es producto de una historia larga y sacrificada, sufriendo cambios drásticos en su ecosistema y en su población. Muchos de esos retazos aún perduran, descendientes de colonos, pueblos originarios, una isla como la de Huapi, que debido a su aislamiento no sin complicaciones, mantiene una población importante de mapuche – huichilles, en la que perduran simbolismos y rituales sacros, como el Nguillatûn o el We tripantu. En el mundo rural se refleja la mezcla de antiguas costumbres campesinas – indígenas, con la impronta del mundo moderno. En definitiva, la historia está escrita, el presente y el futuro es un libro abierto.

7. AGRADECIMIENTOS En este trayecto de tres meses nos hemos encontrado con documentos, diarios, información y otros sorprendentes. Pero el sustento y la motivación de este trabajo es cada una de las mujeres y hombres que, de alguna y otra forma participaron en la producción de este libro. Ayudas desinteresadas de nuestras y nuestros entrevistados, apoyos de colaboradores en cuanto a documentos, fotografías, información, guías, indicaciones, concejos y un larguísimo etc. Este libro es de y para ustedes. En este espacio queremos agradecer a todas y todos que nos abrieron su casa, su vida y su corazón, compartiendo con todas y todos quienes abran este libro, para empaparse de los testimonios de vida, y conocer a los testigos de esta historia. Sus vivencias perdurarán en este trabajo y serán las futuras generaciones quienes los recordarán, atesorarán y hablarán de sus testimonios de vida. Sin ustedes esto no hubiese sido posible. Agradecimientos entrevistados & entrevistadas:

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10 1.- Ángela Huenuqueo, Llifén 2.- René Gonzalez, Llifén 3.- María Elena Gonzalez, Futrono 4.- Germán Bascur, Futrono 5.- Tanislao Pitripán, Llifén 6.- Sandra Soto, Llifén 7.- Hernán Vásquez, Llifén Fotografías 8.- Edith Fuentealba, Futrono documentos 9.- José Delgado, Futrono & colaboradores 10.- Guillermo Santibañez, Maihue 11.- Nelson Yelor, Futrono 12.- Oscar Delgado, Curriñe 13.-Claudia Manquepillan y Gladis Lefín, Maqueo

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Retratos de entrevistas Fotografías: Felipe Guarda

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12 Familia Guzmán Solís – Guzmán Guzmán, Futrono Pastor Sergio Sandoval, Futrono Paula Yáñez, Futrono Consuelo Díaz, Futrono Iván Vera, Llifén Escuela Rural Curriñe Catalina Rodríguez, Futrono. Mario Guarda, Futrono Caja Compensación Los Andes Futrono Centro Cultural La Unión Familia Godoy, Futrono Lorena Carrillo, Futrono Marila Castillo, Llifén Judith Hernández, Futrono Familia Sandoval Silva, Futrono. 132


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Recopilación fotográfica Futrono 133

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Índice de fotografía 1) Embarcación en el Lago Ranco. Lancha Utilizada para transportar pasajeros entre las localidades ubicadas en la orilla del lago. 15 de enero de 1963. Región de los Ríos, Lago Ranco. Año:1963. Donante: Marta Manzano Quezada, Autor: Gonzalo Carrasco Sandoval. Colaborador: Biblioteca Pública Nº208, Lago Ranco 2) Procesión de la virgen de Lourdes el 9 de Diciembre de 1945, en el lago maihue, presidida por el recordado Padre Ricardo. la imagen era conservada en una gruta en el Fundo "Los Guindos". Desaparecio en el terremoto del año 1960. Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono 3) Entre los pasajeros del vapor "Laja", la señora Cristina de Soulabre y Don Jorge Vera uno de los primeros alcaldes de Futrono (1941). Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono. 4) Lago Maihue. Cinco hombres y una mujer a caballo en el lago con el agua hasta el cuerpo de los caballos, rodeados de altos árboles. Colección Fondo Enrique Mora Ferraz. Cenfoto - UDP. Código: PLB-001855 6) Lago Ranco - Puerto Nuevo. Tres automóviles estilo Ford 1929 estacionados en la orilla. Dos embarcaciones a vapor sobre el lago. Colección Fondo Enrique Mora Ferraz. Cenfoto - UDP. Código: PLB-001846 7) El primer automovil de Futrono, propiedad de Mr. Robert Key Jeffery. ciudano inglés radicado en la zona (1920). Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono.

8) La primera profesora de Futrono, señorita Herminia Quintana junto a la apoderada señora Oliberta de Monsalve y los primeros alumnos de la Escuela Nº 45 de Futrono (1929). Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono. 141

9) Niños del año 1940, en casa de don Valentín Monsalve. Entre ellos los hermanos Hernán, Genaro y Eduardo González Monsalve; Sergio y Hugo Soulabre y Alberto Oyarzún. Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono. 10) Actividad portuaria en Futrono. Al fondo el vapor "Capitan Squella" del armador don eduardo Squella (1933). Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono. 11) El primer profesor de mariquina don Genaro Barrientos junto a los primeros carabineros en su casa-escuela de fundo (1933). Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono. 12) Vista zenital del centro de Futrono, Año 1986. Archivo Mario Guarda. 13) Vista aérea de la calle Balmaceda a principios de la decada de los 80. Archivo familia Godoy. 14) Terrenos del centro campestre. (Foto tomada antes del terremoto de 1960). Nótese que los terrenos tenian una suave pendiente hacia el Lago, sin el hundimiento topográfico que provocó el sismo. Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono. 15) Familia Huequelef Zuñiga, del libro "Registro Etnográfico de la Comunidad Indigena de Maihue" (2005). Archivo Escuela Rural de Curriñe. 16) Juan Castillo y Domingo Fuentes. Fotografìa tomada mientras conversan y beben un refresco en la cancha de fútbol de Loncopán. Año 1968. Lugar: Región de Los Ríos / Futrono / Loncopán. Donante: Raquel Valenzuela Flores. Colaborador: Biblioteca Pública Nº 332, Futrono. 17) Faena de un cerdo. Benigno Mora, Juana Fuentes y Rolando Fuentes Valenzuela, entre otros sostienen al animal. Lugar: Loncopán. Año: 1980. Donante: Juana Fuentes López. Colavorador: Biblioteca Pública Nº332, Futrono. 18) Doña María Jaramillo Aburto (derecha) cabalga junto a amigos en la ribera del Lago Ranco, sector Quimán. Archivo: Familia Yañez Jaramillo.

19) Don Tanislao Pitripan posa para una fotografía en una carreta durantes las labores de cosecha. Archivo: Iván Vera. 20) Cosecha de trigo con máquina de planta movida por locomovil a vapor (1944). Colección Caja de Compensación Los Andes Futrono. 21) Eleodoro Tapia González, cavalgando por el campo, durante la época que trabaja comprando y vendiendo animales. Lugar: Futrono - Las Quinientas. Año: 1981. Donante: Eleodoro Tapia González. Coloborador: Biblioteca pública Nº 322 Futrono. 22) Un hombre cruza el Lago Ranco llevando sus proviciones con destino a Isla Illeifa. Archivo: Familia Yañez Jaramillo. 23) Don Hernán Yañez Palacios (derecha) junto a un amigo posan para una fotografía a orillas del Lago Ranco. Sector Quimán. Archivo: Familia Yañez Jaramillo. 24) Don Agustín Vega, el primer fotógrafo de Futrono, posa junto a su telón de fondo para retratos. Archivo: María Elena Gonzalez. 25) Asistentes al desfile del 18 de Septiembre de 1974. Archivo Judith Hernández.

31) De izquierda a derecha: Pablo Sandoval, Oscar Casal, Roberto Varela, Nelson Yelor y Carlos Godoy disfrutran de una velada en la sede del Club Deportivo Royal. Archivo: Nelson Yelor. 32) Ceremonia mapuche. Rogativa realizada en el sector de Lepun, Lago Ranco. 28 de enero de 1975. Lugar: Lago Ranco, Región de los Ríos. Año: 1975. Donante: Marta Manzano Quezada. Autor: Luis Ríos Mödinger. Colaborador: Biblioteca Pública Nº 208, Lago Ranco. 33) Un grupo de alumnos de la Escuela Rural de Curriñe posan para una fotografía con sus vestimentas típicas, de fondo el Lago Maihue. Archivo: Escuela Rural de Curriñe. 34) Fotografía grupal despues de un encuentro de Palín. Archivo: Escuela Rural de Curriñe. 35) Ceremonia realizada en la Escuela Rural de Curriñe. Archivo: Escuela Rural de Curriñe. 36) Fotografía de portada : La Sra, María ELena Gonzalez sostiene una fotografía tomada por don Agustín Vega, el primer fotógrafo de Futrono. Fotografía: Felipe Guarda.

26) ExtracciÛn de madera en el sector RÌo Chico, traslado de trosos de raulÌ al aserradero Quim·n. Archivo: familia Sandoval Silva. 27) FotografÌa del antiguo Puerto de los Llolles junto a un vapor. Archivo: Iv·n Vera. 28) Don Alfonso MartÌnez, don Sergio Sandoval y don Mario Hartmann posan para una fotograÌa familiar. Archivo: familia Sandoval Silva. 29) Dia de verano junto a la familia. Archivo: familia Bascur 30) Doña Ester Palacios Rebolledo junto a su esposo don Toribio Yañez Díaz posan para una fotografía (1957). Archivo: Familia Sandoval Silva.

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Galería fotográfica de Futrono

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Autor: Felipe Guarda 1) Amanecer en Puerto Las Rosas.

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2) Vista hacia Futrono desde el sector Tritraye. 3) Montaña nevada de Sichahue. 4) Invierno en Chabranco . 5) Gallo cantor.

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6) Vista al Lago Ranco desde el sector Quimán Alto. 7)Un perro nada en el Lago Ranco, sector Puerto de Futrono. 6

8) Atardecer en el sector La Pellinada.

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9) Futrono urbano nocturno.

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10) Neblina matutina en el camino de Futrono a Paillaco. 11) Vista del Río Nilahue desde el sector Riñinahue. Lago Ranco. 12) Atardecer en el Puerto Los Llolles

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13) Fotografía de una antigua casona de campo en Futrono.

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Autor: Christopher Carrasco 1) Fotografía aérea río Florín, sector Cerrillos.

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2) Fotografía aérea río Caunahue sector Cerrillos. . 3) Montañas nevadas sector Cerrillos. 4) Fotografía aérea Puerto Las Rosas.

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5) Cerro Huequecura, sector Llifén.

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6) Fotografía aérea desembocadura río Florín, sector Cerrillos, Futrono.

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7) Bosques de lengas, Cordón del Caulle. Cuenca del Lago Ranco. 8) Campeonato Nacional de Natación. Puerto Futrono. 9) Paronámica Bahía Coique. 10) Match Polo Rufino Iturrate, copa Property Partners. Fundo Horizonte.

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Autor: Patricio Higueras 1) Barcaza Epu - Huapi, Puerto Futrono.

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2) Vote a orillas del Lago Ranco, Puerto Futrono. 3) Caiquénes (Chloephaga picta) despegando a orillas del Puerto Llifén. 4) Vista hacia Arquilhue desde pampa Quihueño. Chabranco.

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5) Vista hacia bosques templados lluviosos desde mirador cerro Pico Toribio.

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6) Vista hacia playa de Rupumeica desde camino Hueinahue,

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7) Antiguo puente colgante entre Caicayen y Rupumeica. 8) Carpintero Negro (Campephilus magellanicus) Cerro Pico Toribio.

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F u t ro n h u É Este libro es el resultado de una exploración en la historia de la comuna de Futrono. Es un trabajo que combina la revisión de documentos, relatos de protagonistas de los procesos fundacionales y una recopilación fotográfica. Su estructura es de acuerdo con los períodos históricos y los hitos asociados a estas etapas a nivel local, los que nos explican la configuración territorial y conformación de la actual comuna. Finalmente, se presenta un trabajo fotográfico que entrega una mirada fresca y actual del paisaje social, cultural y ambiental de Futrono.

FUTRONO

ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE

FUTRONO Proyecto financiado con subvención otorgada por el Gobierno Regional de Los Ríos, año 2020.

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