La leyenda de los Gigantes de la Montaña

En el reino de la Comarca, la vida transcurría pacífica y tranquila desde hacía varias décadas. De aquellas invasiones bárbaras y los dragones coléricos, sólo el recuerdo quedaba. En esta nueva época donde la paz parecía reinar, los campesinos trabajaban en sus campos, los niños jugaban tranquilos en las calles, ahora empedradas, y los pájaros cantaban en los árboles. Prosperidad y abundancia, que se veía reflejada en el rostro siempre sonriente de sus laboriosos habitantes, que día a día se esmeraban por mejorar la calidad de vida de todo lo que los rodeaba. Sin embargo, esa paz no duraría demasiado tiempo. La aparente calma reinante se vió interrumpida un día cuando los gigantes llegaron a los límites de la comarca, venidos desde las lejanas montañas de más al norte.

Estos seres eran enormes y temibles, con una fuerza descomunal. Criaturas de diferentes apariencias y duro semblante. Algunos mucho más altos que los más altos árboles. Con raíces que salían de sus espaldas y ramas llenas de musgos en lugar de cabellos. Grandes piernas nudosas, mitad tronco, mitad piedra. Parecían ser una raza antigua de Troll, aunque nadie supiera bien de que se tratasen.

or un momento se mantuvieron en los límites norte del reino, limitándose a husmear curiosos sin rumbo fijo y sin tener contacto con la gente. Raro en estas misteriosas criaturas, ya que de sólo mirarlas de lejos uno podría imaginar el daño que sus enormes brazos y grandes piernas podrían ocasionar. Es posible estuvieran viendo o midiendo las posibilidades de ser atacados, si es que algo o alguien pudiera hacerlo y pronto todos descubrirían el motivo de su aparente desconfianza o extrema timidez. Lo cierto es que en la Comarca llegado a estos tiempos de paz, los hombres habían abandonado sus espadas y lanzas, y ya no había guerreros y el oficio se había olvidado. Por lo cual la real situación para los habitantes era de pánico total y la sensación de estar totalmente desprotegidos.

Por las noches podía escucharse el estruendo de sus enormes pisadas, cual si fueran truenos. Y poco a poco empezó a verse como los cultivos aparecían aplastados al llegar la mañana y los animales huían despavoridos, percibiendo el peligro. Aquí y allá ocasionalmente al comienzo y con más regularidad con el correr de los días, aparecía algún árbol arrancado de raíz y arrojado al campo. Poco faltaba para que estos decidieran llegar a sus pueblos, cuando descubrieran que nadie les enfrentaba.

Pero entre los habitantes de la Comarca había una mujer muy valiente y astuta. Ardia, como se llamaba, tenía un espíritu indomable y una inteligencia prodigiosa. Desde el momento en que los gigantes llegaron, ella supo que tenía que hacer algo para proteger a su gente, si es que estos decidieran atacar.Y es que su espíritu altruista y protector le demandaba interiormente el cuidado de sus semejantes. Pero sobre todo pensaba en su anciana abuela, que llegado al ocaso de su vida lucía frágil y endeble. Gudrum se llamaba su querida abuela, que había sido hilandera toda su vida, uno de los oficios más característicos de la época.
Ardia desconocía aún que Gudrum guardaba en secreto un libro antiguo, que contenía la leyenda de los gigantes de la montaña. Lo guardaba temerosa de que alguna vez volvieran. Ella sabía de su existencia y que alguna vez las proféticas palabras de tan enigmático libro, podrían hacerse realidad. Atesoraba el secreto con gran dedicación, leyendo para sí, muy de vez en cuando, buscando mantener su memoria fresca. Sólo se lo contó a su nieta cuando los gigantes aparecieron.


El libro que atesoraba en secreto Gudrum contenía información específica, de la leyenda los gigantes de la montaña y que era algo que ya nadie recordaba.
En el libro estaban las claves de cómo podrían defenderse si es que alguna vez volvieran a las tierras de la comarca. Fue en ese momento donde se lo contó todo a su nieta.


Resulta ser que la historia de los gigantes se remontaba a los años más antiguos que los llamados antiguos. En donde otra raza de gigantes, losVastians dominaban todo el norte conocido. Poderosos y de gran número mantenían siempre una lucha constante con los denominados gigantes de las montañas. Los mismos que merodeaban ahora la comarca, y que pertenecían a una raza más primitiva que habitaba en cavernas dentro de las montañas. Los Vastians por lo contrario, eran laboriosos y dedicados. Vivían particularmente del cuidado de la tierra y de los seres que la habitaban. En especial eran cuidadores de árboles y odiaban a los gigantes, porque estos entraban a sus tierras y destrozaban sus árboles por el gusto de destruir. Cierta vez cansados de tantos atropellos, juntáronse los Vastians de a cientos, formando un enorme y gigantesco ejército. Los enfrentaron saliendo victoriosos y ahuyentándolos para siempre, les dijeron que si alguna vez regresaban, ninguno de ellos volverían a sus cavernas con vida. Pasaron cientos de años y losVastians fueron declinando en número.Y los pocos que quedaban, se dedicaron a proteger a sus queridos árboles, atentos por si volvían los otros de las cavernas. Fue tanta la dedicación y el cuidado celoso que pusieron en su custodia, que poco a poco se fueron quedando dormidos. Convirtiéndose con el tiempo en enormes montículos de piedras, dando origen a montes ,cañadas, túmulos y todo extraño paisaje que puede apreciarse con el tiempo dentro y cerca de los bosques. Si bien pasaron los años y los gigantes de las montañas no volvieron, llegaría el día que estos se darían cuenta de lo sucedido, y en cualquier momento podrían volver, anunciaba el libro cual profecía.Y que sólo el grito y sonido de los cuernos de losVastians, llamando a la batalla los haría retroceder. Pero ellos ya dormidos y convertidos en la naturaleza misma, ya no podrían intervenir. El libro cerraba con la advertencia de que llegaría el tiempo, en que los gigantes olvidarían sus amenazas y estos perderían el miedo sabiendo que los Vastians talvez ya no estén.



Anoticiada de toda esta historia contada por su abuela, Ardia pasó días enteros pensando en cómo detener a los gigantes, sabiendo que los mismos no tardarían en descubrir que ya no habíaVastians en estas tierras, única razón por la cual aún no habían sido atacados, desatando el caos sobre toda esa gente inocente e indefensa. Finalmente, tuvo una idea brillante. Si despertar a los Vastians ya era tarea harto imposible y no recomendable, por cierto, haría que otro ejército de Gigantes los enfrentara. Decidió así construir un ejército artificial que pareciera más grande y poderoso que los gigantes mismos. Para ello, confeccionó grandes marionetas con trapos y palos de madera. Estas marionetas eran tan grandes y de aspecto tan real que, a lo lejos, parecían gigantes de verdad.
Ingenió el plan para crear estas marionetas, inspirado en el trabajo de su gente cuando tejen e hilan las prendas. Muchos en el reino de la comarca, se dedicaban a hilar prendas. Pero también había, orfebres, carpinteros, herreros y campesinos. Todos contribuyeron a crear más tarde dicho ejército de fantasía, aunque al principio pocos le creyeron y no fue hasta que juntas: Ardia y Gudrum reunieron a la gente y leyendo el libro anunciaron su contenido.


Firmes fueron las palabras de Ardia, alertando del peligro inminente y sabios los consejos de Gudrum, hasta que todo el pueblo unido estalló en júbilo apoyándose unos con otros. Sabiendo que de esto sólo saldrían unidos y trabajando.
Teniendo en cuenta que el tiempo apremiaba, y una vez que las grandes marionetas fueran construídas después de muchos esfuerzos, Ardia las hizo colocar en lugares estratégicos alrededor de la comarca, cual si fueranVastians en actitud de vigilia. También hizo construir grandes cuernos de guerra, que imitaran el sonido de batalla de losVastians como tal lo indicaba el libro que



Fue al fin y entonces que los gigantes decidieron una mañana ser algo más osados y perdiendo su propio temor no viendo por ningún lado a sus antiguos enemigos, avanzaron sobre toda la comarca para acabar con ella. Para ser sorprendidos luego, al ver la gran cantidad de guerreros que habían aparecido de la nada, y sentir los gritos amplificados que salían de los cuernos de guerra y otros sonidos guturales, junto estruendosos tambores, que huyeron despavoridos, llevándose tremendo susto. Y es que era tal el temor de la memoria de los Temibles Vastians, que bastó con semejante espectáculo, para engañar a los gigantes de la montaña recordando rápidamente por que habían huido antiguamente.Y huyeron con gran estruendo atropellándose entre ellos, para nunca más volver.


Así la Comarca fue salvada gracias a la astucia y el coraje de Ardia, y la sabiduría de Gudrum convirtiéndose ambas en unas heroínas para todo el pueblo comarqueño y sus nombres fueron recordados por generaciones.
Desde aquel día, nunca más se supo de la presencia de los gigantes en la tierra de la Comarca. Fin