Priego de Córdoba

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en la Subbética de Córdoba

Priego

PRIEGO

en la Subbética de córdoba

Portada: Antonio Povedano

Maquetación: Paco Díaz Cebador

Impreso y hecho en Bormujos (Sevilla), en los talleres de Gráficas Moreno, S.L. Andalucía. España. MMXXV

Edición de 350 ejemplares del n.º 111 de CUADERNOS DE ROLDÁN

Depósito legal: SE-825-2025

www.cuadernosderoldan.com

EJEMPLAR N.º

Araceli Aguilera García / Adarve

Homenaje al egregio prieguense

NICETO ALCALÁ-ZAMORA

(1877-1949)

«Aunque nuestra época sea de reflexivo estudio, especializada técnica, y modelación social de vínculos jurídicos, no puede menospreciarse el resultado útil, que la iniciativa individual ha ido dejando a través de los contratos a largo plazo. La civilización en todos los órdenes, no puede ser la poda, sino el cauce de los impulsos naturales; si los sigue ciegamente muere arrollada; si los suprime muere seca. A medida que se refina, es más necesario el retorno, al menos posible, hacia las energías primitivas...» (1926)

* * * * *

«El idioma español es insuperable, por serlo sus dos opuestas y heredadas perfecciones: la concisión clásica y la exuberancia oriental. Puede construir con la una y engalanar con la otra» (1950)

* * * * *

«La verdad es astro eclipsable por cuanto entre ella y nosotros se interponen el interés y la pasión» (1950)

* * * * *

Su bondad y su lealtad, y el activo entendimiento de la necesaria ordenación jurídica y política de la España, y del mundo, de su época, conforman una rara unidad de humanidad, acierto y belleza, que aún no hemos apreciado con justicia.

Foto publicada por Francisco Durán Alcalá, 2003

«...En definitiva, don Niceto Alcalá-Zamora fue mucho más que un político: fue un defensor del humanismo republicano y un servidor público integro. Su coherencia moral lo convirtió en víctima de todos los extremismos, pero su legado continúa vigente como testimonio de una España posible, basada en la justicia, la libertad y la reconciliación. Su vida, su obra y su compromiso con los más desfavorecidos constituyen una lección de integridad que aún hoy interpela a la conciencia colectiva.»

Jesús Cuadrados Callava Historiador; Académico Correspondiente Real Academia de Córdoba

Siempre pienso en ti.

Sin saber si existes ni quién eres.

Sin saber si has nacido o me conoces,

Pero pienso en ti, amor.

Ven, amor.

Te espera la pobreza de mi vida, La soledad de mi existencia sin sentido.

Acaso ayer hablé contigo,

Mas no te vi.

Necesito tu lluvia

En mi desierto seco.

Necesito tu sol

En mi cielo plomizo.

Necesito el calor

Para mi noche fría.

Tus pasos

Para seguir andando.

Tus labios, tus ojos,

Tu boca, tus cabellos.

Quiero saber

Lo que es mirarse amando.

Quiero decir «Te quiero»

Y no hay a quien decirlo.

Quiero decir «Te quiero»

Y no vienes a oírlo.

¿Bajo qué sauce estás, Junto a qué rio,

Detrás de qué montaña?

¿Qué brisas te acarician,

Qué pájaros te cantan?

¿Qué estrellas te besan

En las noches largas? Despierta.

¿No escuchas el eco de mi amor

En las cañadas?

Te espero, amor, Aparta el vuelo

Y muéstrame tu cara.

¿No ves que estoy muy solo?

¿No ves que no soy nada?

Julio Forcada Serrano Mayo de 1972

PLIEGO DE LA LLEGADA

DEL VISITANTE A LA POSADA

Vengo aceptando una invitación que se me hizo en Nápoles. El Virrey Caballero me dio esta dirección donde quiero encontrar al Conde de Superunda.

–Usted debe ser el invitado que estamos esperando. Pues bien, la persona que usted busca ya no es conde ni nada. Se lo han quitado todo, el título, la espada, en este mismo momento puede comprobarlo. Toda esta abrumación le cayó por entregar la llave de La Habana a los piratas ingleses.

–Mucho y grave es lo que cuenta. ¿Qué puedo hacer por él?, ¿dónde lo puedo encontrar?

–¿Ha visto la carroza que espera a la puerta?, pues bien, viene por él, para llevárselo al camposanto. Únase al séquito que lo acompaña, le conduciré donde se encuentra el duelo.

De Casanova en Priego de Córdoba. 1996

Ginés Liébana

LAS CALLES DE LA VILLA DE PRIEGO

Las esquinas murmuran viejos juegos, ecos suspendidos entre lo blanco, bajo un cielo y verano interminables, con versos de flores en las paredes.

La cal guarda aliento de lo ausente, cenefas de palabras y de sombras.

Vuelven calles impregnadas de lluvia, frío que nombra de nuevo a noviembre, y la vida sin saber qué sea norte.

La verbena es un vino amanecido, un deseo que arde en los balcones. Me visitan las sombras que se fueron, roban calladas al tiempo su aliento, y dejan las calles enmudecidas.

Se pierden luna y noche en los retornos, hacia la patria oscura del olvido, donde iré solo a reconocerme. Manuel Molina

Daniel Bilbao / Barrio de la Villa y castillo de Priego

REMINISCENCIA

A l-Ándalus regresa a Priego percibo su paisaje su silencio discreto, y una leve ternura como vuelo de alondras. Es dulce contemplarlo después de un largo exilio de vivencias pasadas.

Al-Ándalus y el tiempo me regalan con cánticos, vestigios de un legado: el barrio de la Villa, el nostálgico Adarve, el bello mar de olivos con su dulce oro líquido, y mayo engalanado con un aroma fresco a jazmín florecido.

Maricruz Garrido Linares

Son frías las mañanas de invierno que se clavan cual afilados cuchillos.

Esta mañana el frío se ha congelado y Priego se ha transformado en un paisaje lunar. Cuando levanta el día, el cielo se cubre de un azul intenso.

La Villa recobra su belleza y las macetas, de corinto y verde mar, renacen vigorosas. Las campanas de la Parroquia tocan a Ángelus.

El Castillo le responde con ayes de mora cautiva.

Una pizca de fulgor alcanza los Adarves en un abrazo somnoliento y pudoroso.

Se oye el rumor del agua que llega desde la Fuente del Rey con un lenguaje de dulces sirenas.

Priego, egregio, cuna del barroco andaluz, muestra, en el Sagrario de la Asunción, la destreza de aquellos maestros que labraron sus [yesos.

Una voz, un embeleso, recorre el alma, ennoblece los sentimientos y aviva el espíritu.

Serpentea el río subterráneo por la calles dando [sones de agonía.

En el Calvario, una poderosa mano bendice campos y haciendas. Es Viernes Santo en Priego cuando las camelias pueblan el aire. Rafael Requerey

HORCONERA

Juega con las alturas la Sierra de Horconera. Se dibuja en los arroyos la cinta de los colores, la lágrima del sauce, la desnudez del chopo, el porte de los fresnos. Lo humilde del encinar, ya lo dijo don Antonio, remonta colinas suaves y no se atreve a las alturas. En las cumbres de la nieve y el águila, manda la roca. Ignorante de sus linajes, la sociedad de clases y el nivel de los estratos alcanzan la geografía.

Vicente Torres / La Tiñosa de Priego

UNA TARDE EN PRIEGO

¡Qué silente quietud deja el verano! La tarde se hace gris tras los cristales; se presiente un otoño ya cercano y el viento se desplaza en espirales. Las nubes se pasean por el cielo, flotando como espuma jabonosa y los tristes vencejos con su vuelo, se pierden en la tarde neblinosa.

Prendida de una nube está mi alma, en pos de ese destello de grandeza, me dejo acariciar por esta calma y me siento atrapada en su belleza. Indolencia, quietud, melancolía, la tarde silenciosa me traía. Concha Ortega

AMOR EN PRIEGO

Me sorprendió el amor, sin desapego consciente amante fui y en tu presilla, por tu airoso vaivén de cinturilla, preso me vi en la ciudad de Priego.

Desde entonces no tuve más apego que a la rosa carmín de tu mejilla, abierta por el barrio de la Villa, por la calle Real en tu trasiego.

No quise libertad, aunque mi boca jamás rozó la flor, la petalada de tu cara, tus labios, tu hermosura.

Dichoso esclavo fui que por la roca del balcón del Adarve, en tu mirada, volaba libremente hacia la altura.

Juan Manuel González

Because I do not hope to turn again T.S.E.

Una hoguera en la noche fría y gira el cielo sobre el sueño de quien fuimos. Un manto azul oscuro se derrama, sus estrellas de plata, sobre el fondo de esta plaza perdida entre las calles de este pueblo del sur donde se elevan las candelas –¿las ves?–, y gira y gira aquel corro de niños, voces blancas corriendo alrededor del fuego, unidas las manos, las esteras aceitosas y todo lo posible arde, y la noche como un manto que envuelve, llega y cubre con sueño nuestra mente y hace frío en la plaza si todo se ha apagado. He tenido tus manos en mis manos. Apagada la carne, carne herida, con cenizas habrás de persignarte. Arderías de nuevo en su mirada. Una hoguera en la noche gira dentro del sueño de quien somos, ¿hasta cuando?

Paco Cosano

LA CRUZ DE LA AURORA

Llave de vida cotidiana y honda, abres con una gracia airosa y pétrea, con segura mano, la Puerta de Granada, hacia el Oriente. Calles angostas, pinas, orgullosas, se vuelcan sobre ti. Les das cobijo con eterna sonrisa equidistante.

Centinela tenaz de La Carrera, de la callada ermita de La Aurora, del vivir que incesante se derrama hacia el próximo Adarve, hacia la Vega. Me conforta en la noche tu acogida compasiva y serena, tu sosiego de tiempo sabiamente acuñado, tu sólido arraigar en suelo firme, tu decidido erguirte hacia la altura,

sin renunciar a nada: ni a la honda tierra en la que te cimentas ni a lejanas estrellas imposibles.

Enséñame tu tensa vigilancia, tu paciencia de siglos, tu acendrada costumbre de amar la tierra en la que te enraízas y aspirar a la altura irrenunciable sin rendirte al cansancio.

Enséñame tu ciencia en esta noche, honda llave recóndita hacia Oriente, hacia la luz del alba. Isabel Rodríguez Íntimo laberinto

Puedo mentirle al mundo esta noche. Decir que he recorrido tus calles empedradas, cantado tu Castillo y tu Fuente del Rey, admirado las floridas macetas, las casas engalanadas.

Puedo mentirle al mundo esta noche.

Contar que me he perdido en el barrio de La Villa, que he subido al Adarve y desde su balcón contemplé [La Tiñosa, y que bajo el arco de San Bernardo recibí mi primer beso.

Puedo mentirle al mundo esta noche.

Ay, Priego de Córdoba, antigua, romana y mora, las mentiras no te harán más hermosa.

No, no te conocía. No había aspirado el perfume de tus [vientos, de tus árboles, de tus montes. No había bebido el agua purísima de tus manantiales.

Ni había vivido el abrazo generoso de tus gentes.

Mas las noticias de tu esplendor me llegaban desde antaño. Por fin hoy, virgen de ti, me entrego a tus brazos para descubrir el ardor de tu belleza.

Queti Naranjo

Antonio Sáseta

PRIEGO

Tierras verdes de olivares, de hombres nobles y valientes recuerdan a Alcalá-Zamora, quién fuera su presidente.

Niceto Alcalá-Zamora nació en la Villa de Priego sus habitantes lo honran, desde el noble hasta el labriego.

Manantiales de aguas claras alimentan las tres fuentes, límpidas y cristalinas sacian la sed de su gente.

Oro verde de olivares, piedra blanca, cal suave tamizan la bella tarde desde el «Balcón del Adarve».

«Fuente del Sol» espejo de atardeceres Priego se viste de gala cuando pasean sus mujeres.

«Fuente Caño de los Frailes» la blanca piedra salpica cantan las gotas de agua, con melodiosa armonía.

Pepa Luna Luna

UN VERSO SUELTO

La idea de un verso que se te ha ensanchado.

La idea de un verso que te cuelga de la manga.

La idea de un verso que se sale, que no está bien apretado.

La idea de un verso que anda suelto, va sin correa ni bozal.

La idea de un verso travieso.

La idea de un verso solitario y tímido.

La idea de un verso que se ha –o lo han– separado.

La idea de un verso que nadie entiende.

La idea de un verso que es libre, que por fin se ha soltado.

La idea de un verso único, de un Universo.

La idea de un verso que no rima, pero que es gracioso.

La idea de un meta-verso, donde nada es real salvo tú.

La idea de un verso que se deshace.

La idea de un verso nuevo.

La idea de soltar.

La idea de verse.

Piensan que soy una ingenua porque me ven desnuda y no ven la audacia de quien se ha quitado la ropa.

Noche cerrada.

El cielo se disfraza: cien niños muertos.

* * * * *

Dolor de madre; los nichos y las flores. Canción de invierno.

* * * * *

Marcha lejana.

Cuando cese la lluvia, tanques y drones.

Judit Tirado

EL ETERNO RETORNO DEL VOLCÁN

En la desolación de las ciudades cansadas de girar en la zozobra, donde los buitres rumian su nirvana… crece la tentación de la amapola.

Bajo el danubio de las pesadillas y la incertidumbre de los sonámbulos, en el mismo epicentro de la noche… palpita el corazón de los geranios.

En el desierto de las ilusiones al este del edén de los reptiles y el paraíso de las cucarachas… brota la inspiración de los jazmines.

En el silencio de los almacenes donde los zombis pacen su tristeza junto a la ausencia de los olvidados… se escucha la canción de la azucena.

Quién pretende apagar con las mangueras el eterno retorno del volcán. Ramón Sarmiento

Pedro Poza

SOSEGADO PRIEGO

Priego entre aceites y nutridas emociones; adarves en las rocas, manantiales de agua en las vidas.

Laberínticas calles en las bocas de amantes y lágrimas de luces y jazmines, que vibran y que tocas.

Las tinajas de barro en los cruces. Artesano de manos arrugadas y que trenza esparto, que enluces.

En el brillo de villas encaladas, de cañizo y adobe construidas.

En las plazas sonrisas desatadas, de mujeres sentadas y perdidas, con las flores que lucen en vestidos estampados, anhelos en las vidas.

El barroco de templos revestidos, acunando la fe con humildades. Las palomas picando en sus nidos.

Los gorriones con cantos y verdades. Los paseos de hombres con pudores, que jubilan con diálogos y edades.

Con los niños ingenuos jugadores, en los parques desean sin rumores.

Ángel Custodio Gutiérrez Huete

PRIEGO

Si vienes con un pájaro en el pecho los cielos se abrirán para gozarlo.

Mariluz Escribano Pueo

Para Ana Llorca, Pepe Lebrato y Paula Garvín, en agradecimiento.

Silba el aire en las blancas esquinas, la niebla abraza campos de algodón.

Y un gorrioncillo brinca desorientado… alumbrando la felicidad. Ana Recio Mir

Benito Moreno / Petit oiseau

SUBBÉTICA ESA DESCONOCIDA

Guarda tu memoria verde y blanca vestigios de moros y cristianos y el olivar omnipresente dando de comer a generaciones de cordobeses de estas sierras donde crecen quejigos, arces, álamos y almeces.

Pueblos blancos

rodeados de verdor y de belleza

Carcabuey, Zamoranos, Luque

Zuheros, su enhiesto castillo y sus pinturas rupestres

Priego y Alcalá-Zamora

Presidente de la República Villa turística de Priego asomada al silencio de la noche

Cabra, Doña Mencía, Rute e Iznájar el lago interior de Andalucía rodeado de verdes olivares. Ezequiel Martínez

Conchi Osorio Moratalla / Pico Bermejo

RECREO DE CASTILLA

A la exalcaldesa M.ª Luisa Ceballos

Recoleto jardín que asombra a la muralla de un Priego adormecido hacia la aurora, un goce espiritual que tanto aquieta al alma que hasta el Cielo desciende a recrearse.

Eres la Luz que se detiene y bebe la pura claridad de las mañanas, eres calma de sed para el viajero que en la prisa se angustia y se extravía.

Eres la Paz y el flujo meditado en tu sosiego vertical y mudo, un rito laico de oración diaria entre las sombras de este templo de aire.

Y el Agua, ese rumor de viento líquido, frescor de fantasía en movimiento, alma licuada de lo extenso vivo que, sin saberlo, con lo vivo fluye, y fluye, sensorial, hacia lo eterno, como una mariposa musical amarilla de amor y claro cántico, que en la noche se vuelve sinfonía y con la luz, embrujo trasparente. Luis Ángel Ruiz

MONTAÑOSO PRIEGO

En los pliegues de tus tierras / hay una piedra callada, una vieja historia de ecos / que aromaba tus pasados, con mil esencias de rabias, / con maderas ensambladas, con murmullo en las plazas / y un romance que amamanta.

Cabalgo al salir el alba / mirando a tu roca calva, mientras los aires sustentan / una copla de otros tiempos, los naranjos que se alzan, / la luna se rompe en dos y una eterna adivinanza / cantando Priego del alma.

Escondido entre los vientos / por tu montaña escarpada, hay una historia de fe / que blanquea las miradas, mientras los campos se abrazan / con los sueños de esperanza para seguir los caminos / de rezos en alianzas.

Tu luz rezuma la paz / por callejuelas blanqueadas, con fríos que aterciopelan / entre olivos de esmeraldas, de resonar de campanas, / de un despertar en los sueños, amores por las esquinas / y una ventana callada. Jesús Solano

Carmen Mogollo

ESTACIONES

Este día insomne

se proyecta en la lejanía sobre los perfiles lobulados de lomas moribundas surcadas por miles arroyos ahora secos por el paso de las estaciones. El verano retador acuchilló la piel de los olivos; en ellos quedó el sintagma de la primavera, veleidosa ensoñación.

Del invierno y del otoño no sobrevivió nada, salvo el miedo a la luz, perpetuo.

ENCRUCIJADA

Como un omnipresente Jano bifronte miro repetidamente a un lado y a otro, atisbando aquí altas puertas cerradas, que te hacen cautivo de la soledad, vislumbrando allí un comienzo nuevo, que presagia un halo de esperanza.

Juan Masero Flores

HOY AQUÍ EN PRIEGO

Para Ayako y Ramón

En esta noble y rica tierra ciudad del agua de olivos inundada. Musulmana y cristiana. De hermosos recuerdos en sus calles, alguna batalla de sangre derramada.

Torre Alta, torre de Barcas, el Castillo, la Muralla.

Y un hombre bueno y honesto, Niceto Alcalá-Zamora hombre de paz, desterrado de su patria, olvidado,

Que vivió de su palabra.

Enterrado sin honores, en silencio.

No aprendemos.

Hoy solo pido palabras de paz. Lanzad al viento: amor, abrazo, baile, luz, encuentro, consuelo...

Las palabras de odio

¡borrarlas del pensamiento!

¡Armas y guerras al averno!

Mercedes Pozo Rosa / Castillo de Priego

PRIMAVERA

Como rayos de oro

tendí mis cabellos sobre tus rodillas.

Cerrando los ojos su olor aspiraste:

–¿bailas con las ninfas del lago?

–¿duermes sobre piedras cubiertas de musgo?

–¿tu almohada es de jazmín y retama?

–¿te atas el pelo con varas de junco?

–¡Qué dulce fragancia te envuelve!

–¿Qué perfume usas?

Un manto de lluvia fresca cae sobre las flores de abril.

Y tu te ensimismas, tronco viejo, contemplando mi rostro juvenil.

–Soy joven y por eso tengo la misma fragancia que la primavera.

En las laderas la suave brisa mece los campos en flor.

Sobre tus rodillas se derrama una llama áurea de narcisos al sol. Y suenan fuera enloquecidos trinos: Son pájaros en los olivos que cantan al amor.

Raquel del Pozo Cañas

Felipe Coca Santos
«VA POR VOSOTROS»

Su mente voló, reflexiono: un toro bravo, casi perfecto, su estampa negra zahína no maldices sus temores pues el duelo acontece. El torero valiente, el toro honesto, ante un final a muerte, los dos casi sin suerte. El uno por su arranque, y el otro por su mente.

¿Qué sientes, toro? Tú, tan valiente. Allí, en tu medio natural, donde no hay misterios.

Aquí, titubeando, si entrar o querer la muerte.

Él, de nuevo inquieto, estudiando la suerte.

Capaz de fallar en un palo, y tú, dispuesto a dar un mal trago.

Pero toro, ¿y tu gente?, ahora que no sabrán más de tu aliento, ni de tus sentimientos, en aquellos verdes prados de dulces cantos de atardeceres enamorados.

Los años han vaciado el alma de estas calles.

Nadie me ve. Yo voy aprovechando este cruzar del tiempo que ha cambiado mi rostro.

Por un efecto extraño casi soy invisible.

Casi nadie me ve. O creen que me ven, que me parezco a los que van buscando la patria que no existe, la cota que no encuentran, hijos de la diáspora.

Yo dejo que ejecuten la velocidad de las neuronas, que aten cabos sobre el desquite del tiempo y la navaja que esculpe la vida de los hombres.

Asomado al paisaje, mar de olivos, me contemplo. Nadie me ve, pero tú sigues teniendo, aquí y allá, el alma abarrocada, y un manantial de joya engastado en un sueño.

Es curioso como con un pensamiento abarcamos el horizonte azul del invierno que rompe contra la tierra seca en verano. Es curioso como sin buscarlo se adueñan los recuerdos de su propio espacio entre tantas constelaciones de olivos. Carolina Abadía

Clemente Delgado / Las Navas

BLUES PARA NO OLVIDARTE

Duermo abrazando tu ausencia, sobre el esqueleto de este invierno, que se agazapa en la oscuridad profunda y terrible del Adarve.

Los recuerdos dando tumbos erran por las venas de La Villa, como fichas ebrias de ajedrez.

El gambito perdió en su ventaja.

Rueda sin ningún consuelo la moneda errante de mi vida. Se escurre kamikaze, desnuda, por las rendijas de tu partida.

Busco en las teclas del piano melodías donde yo te encuentre, arrojando las hojas vencidas del calendario lejos del alma.

Recital, poema a cuatro manos: las tuyas, pequeñas, arpegiando notas sobre mis dedos.

Aplausos...

Y nuevo salto al vértigo diario.

Y así mi blues para no olvidarte.

PRIEGO EN EL LENGUAJE

Agua sobre el poema, luz líquida hacia la palabra y se construye un pueblo en verso.

Aquí, en estos límites, imaginarios, no hay sed ni sombra, la infancia se hace dulce, la adolescencia un vientre tierno.

Allí, bien lejos del lenguaje, está la realidad, la adultez y el silencio que me lleva a ti.

Pepe Pinos / Una casa en Genilla

MEMORIA 1936

De su memoria quedó un arbusto, seco y antiguo como la mala vida. Todo el mundo en el pueblo lo sabía, sin embargo, solo el árbol achaparrado quedó con ellos; mudo testigo en la noche de la Parca impuesta. Rama reseca de la memoria que, por permanecer, reverdea cada primavera, para que ese duelo no caiga en el olvido. El campo verde, amarillo, ocre, blanco, es su alfombra, su savia para que permanezca en ese lugar triste, de vela por los muertos.

HISTORIAS DE PRIEGO

Priego, ventana que me llega de otros mundos, donde la imaginación se despliega y los sentimientos se hacen profundos.

En cada rincón, hay una historia que espera ser contada, y un canto a la vida con amor.

En tus calles blancas se dibuja la belleza de tus luces, y se esconden los secretos que solo un poeta sabe cantar.

Hay montañas que me inspiran, donde los rayos se asoman haciendo brillar las cumbres, como joyas de un collar.

Así te rindo homenaje con este humilde hablar, por ser parte de nuestra historia y un refugio de hermandad.

Priego, siempre perfume de monte que emborracha esquinas de amores con suspiros por amar.

Soledad Hierro

Viven en ti sabores de otra infancia, blancos días de juegos sin zapatos entre olivares; surcos y nostalgia.

Hueles a aceite y a pan sobre los platos, a migas del hogar aceitunero, a carne de membrillo... A buenos ratos.

Tienes sangre rural de jornalero en tus venas serranas, noble tierra de sanas tradiciones al brasero.

Guardas historias bajo cada piedra

de aquellos que sembraron su mañana en tu seno, al regazo de la sierra.

Duerme el tiempo y reposa en tu ventana la esencia de la vida –tan preciada–: Geranios, agua y cal que te engalanan.

Quiero amarrarte siempre a mi alborada, soñarte y reflejarme en tu paisaje de verde ilusión, enamorada.

Mari Pepa Lucena / Plaza de Santa Ana

VISIÓN DE GANIMEDES

En la ciudad las calles conspiraban para llevarme a ti. Nada es azar mientras la brisa alada al corazón arroba.

Amanece la luz sobre el Adarve. Un rayo hiere el manto de seda de la noche y quema el negativo de la foto nocturna. El panorama se abre en amplitud olímpica en un mar encrespado de olas verdes. Visión de adolescente, memoria recobrada, al contagioso amor de la mañana, insospechado sueño que despierta al resplandor del alba, repentino vuelo desde las peñas y quebradas. Te me vienes, amada, con tus alas de bronce desplegadas, abiertas como un arco de cielo, nadando entre las venas de torrentes celestes, imperial armadura que ciega al mismo Apolo, y con tu garra mi alma mudas de bruno mármol en rojo paraíso o divino deseo: tú mi diosa perpetua, yo tu eterno copero.

SUYAS LAS CALLES

Se comprime la noche sobre el parque.

Apenas reflejos de verdes a la luz mortecina de farolas. Las calles que transito son del tiempo.

Suyas desde que se crearon con su gravilla, su cemento y sus calientes vómitos de pastoso alquitrán. De quién pasó por ellas solo lo rememora un constante sigilo. El tiempo perdura, resiste, con rúbricas de propiedad en aldabones veteados de óxido de casas solariegas, en escondidas grietas de paredes, en maderas sin brillo de puertas y ventanas… Suyas las calles. Hoy, aquí, testigo y huésped de su entorno. Manuel Aguilera Serrano

LA TIERRA PRIMERA

Cualquiera no nació en una casa de un grupo de casas, con una fuente, un huerto de manzanas, una troje, el cielo y poco más.

La tierra es el lugar común donde no hay «forasteros», donde nos diferenciamos unos de otros, el cuadrado de la construcción.

No hace falta mucho más para tejer un mundo, una atmósfera, un sentido, conocer un pequeño secreto para los días comunes y un gran secreto para los días grandes, que son amarillos del color de la espiga, pardos como los terrones bajo la lluvia.

De la tierra propia y el aire común empuja un fuego para andar siete caminos, siete como la semana tiene siete.

MEMORIA DE UNA TARDE EN PRIEGO

Calle del Río, notas calladas, piano con brío.
Calle del Río, Alonso Cano, qué desvarío ... Francisco Lira
Francisco Javier Flores Castillero

Si la luna viene a verte cuando perfuma el jazmín y tú dormida te encuentras en el fondo del jardín no digas nada entre sueños porque no te va a oír.

Que tú dormida no sabes lo que yo lloro por ti.

Solo la luna es testigo de mis amores sin fin. José Antonio Mérida

9 de febrero, 1990

FITÓFAGOS EN EL JARDÍN: ¿Dónde están las flores?

POR LA SUBBÉTICA DE PRIEGO

Hacia

allí sientes algo que allí te lleva: la armonía natural de tierra y agua, aire y árbol, en la orgánica conjunción de Elevación y Valle. Su calmada piel, su persistencia interior, acaricia tu escucha en la Subbética.

La ladera empinada es un pecho de turgente dureza. La honda vega, era una vez tierno aroma de flor... ¡aquellas manzanas blancas de la infancia en la huerta de Zagrilla! Hacia Luque: montes y sierras de piedra verde de almendro. Hacia Granada se alejan hileras de lunares negros en el olivar. A qué horizonte tu mirar se encamine y pierda, el círculo íntimo, que imaginas y abres, gira y circunda, y sin fin se ondula. Por el sendero seco caminan las palabras con los pasos. No vas (lo piensas) a lugar alguno; no tienes meta: has llegado. Respiras y caminas, despertando con los ojos la sucesiva extensión del paisaje que en ti se extiende y crece. Solícita, acude entonces, puntual la luz libre de tiempo: el olvido (de ti, de mí...), el eterno olvido: ¡ahora! Antes que un día cualquiera todo resbale en el ciego precipicio del morir, sin tiempo.

Oh, amigos, aquí reunidos: ¡Qué deleite este momento de vivir juntos la sencilla locura del vivir en las palabras sin engaño!

Dayse Feijó / Adarve
«DEL

VIZCAÍNO A PRIEGO»

Antonio me manda hacer un soneto y yo acepto el reto en el Vizcaíno, le doy cuatro vueltas, pido otro vino y en cuanto se agacha yo se la meto… …la mano en el bolsillo, no sean vulgares que este que escribe siempre procura ir con gente de letras, maestros, curas, algunos amigos e incluso juglares.

Práxedes soy, bien conozco Priego, «Bufón de la Corte» me hacen llamar, más aunque mi nombre viene del griego y allí la Comedia se pudo crear mi padre siempre quiso, y era labriego, que su vástago fuera «Hombre de fiar».

Práxedes Nieto

DOS AMIGOS

Cuando nos conocimos

Para Antonio Cano Ortiz Priego de Córdoba, 1957.

la vida era un poema con pocos versos que se han ido escribiendo entre libros, copas, memoria y amistad para ser al fin como casi somos.

Cuando nos separamos aunque fuesen años al volver

la misma música, la misma conversación, la risa, la cerveza, el dibujo o el poema.

Con Pepe, Auxi, Amparo, Lidia, Paco Lira, Juan el Camas, Pisco, Lola…vivos y no muertos hemos hecho una vida imperfecta y fugaz pero propia.

Gracias, amigo, que la brisa te acompañe.

Antonio Molina Flores

Ana Molina

POEMAS

Julio

Ginés

Maricruz

Rafael

Concha

Juan

Antonio

Isabel

Queti

Pepa

Práxedes

Araceli

ILUSTRACIONES

Este Cuaderno número 111 se terminó de imprimir el 23 de abril de 2025. Estuvo coordinado por Ramón Rodríguez Aguilera, Antonio Cano Ortiz, Manuel Molina González y Antonio Molina Flores. Maquetado por Paco Díaz Cebador. Uniendo visión imaginativa e intuición poética.

NÚMEROS PUBLICADOS:

0. De Trovos y Artes de Todas Suertes

1. Juglaría de Taberna

2. Poetas de San Lorenzo

3. De Ntra. Sra. Manzanilla

4. Aljarafe

5. De Amores

6 Del Arte de Birlibirloque

7. La Serranía

8 Lisboa

9. Cántico

10. Onuba

11. Salamanca

12. Primavera-Pasión

13. De Cantes Flamencos

14. Ronda

15. Toledo

16 Sevilla 17 Triana

18. Úbeda

19 Heterodoxos

20. Erotismo

21. Guadalupe

22. Entrefiestas

23. Malaca

24. Cuba

25. Cuenca

26. El Alamillo

27. Mar de Alberti

28 Egabro

29. De Tabernas

30. Poeta en Granada

31. Algarve

32. ...de lunas a lunares...

33. Sierra de Aracena

34. Murcia

35. Turina

36 Cádiz

37. Segovia

38. Infinita Marchena

39 Almería

40. Guadalquivir

41. Carmo

42. Galicia

43. Jardines

44. Bubulca

45. Mediterráneo

46. La Repvblica

47 Mar de Luz

48. Baza

49. Las Tres Culturas

50. Nosotros

51. Madrid

52. Doñana

53. Sunt Inter Nos

54. Cáceres

55. Guadiana

56 La Imprenta

57. Ecijamia

58. Jerez

59 La Copla

60. El Agua

61. Paz

62. 20 Años

63. Colobona

64. Jaén

65. La Palma de Oro

66. Ciencia y Poesía

67 Córdoba

68. Plaza de la Encarnación

69 Umbrete

70. Picasso

71. Poemúsica

72. Sierra Norte

73. Mérida

74. Barrio de Santa Cruz

75. Archidona

76. Al Mutamid

77. Plaza de La Alfalfa

78 De Corduba a Córdoba

79. Dehesas y Templarios

80. Océano

81. Arcos de la Frontera

82. Soria Machadiana

83. Fernán Núñez: una villa ilustrada

84. Moguer

85. Quesada

86. Lebrija

87. Olvera

88. Tavira

89. Nerva

90. Rota

91. Grazalema

92. Las Castañuelas

93. Campo de Tejada

94. Valencia

95. Montilla Moriles

96 Almadén

97. La Alpujarra –Lanjarón–

98 Confinado

99 Gustavo Adolfo Bécquer

100. Itálica

101. Andalucía

102. Magallanes ~Elcano

103. El Andévalo

104. París

105. La Cerveza

106. Cerro del Hierro

107 Mondariz Balneario

108. Morón, tierra de cal

109. Galera

110. Tánger

1 11. Priego en la Subbética de Córdoba

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