

Había una vez, en un colorido pueblo llamado Saludinia, dos pequeños héroes llamados Cruz Rojita y Cruz Rojito. Ellos vivían en una casita roja en el centro del pueblo y tenían una misión muy especial: cuidar de todos los habitantes de Saludinia y enseñarles cómo mantenerse sanos y seguros.
Había una vez, en un colorido pueblo llamado Saludinia, dos pequeños héroes llamados Cruz Rojita y Cruz Rojito. Ellos vivían en una casita roja en el centro del pueblo y tenían una misión muy especial: cuidar de todos los habitantes de Saludinia y enseñarles cómo mantenerse sanos y seguros.
Un día, mientras Cruz Rojita y Cruz Rojito jugaban en el parque, escucharon a la señora Conejina que necesitaba ayuda.
Un día, mientras Cruz Rojita y Cruz Rojito jugaban en el parque, escucharon a la señora Conejina que necesitaba ayuda.
La señora Conejina había tropezado y se había lastimado una patita.
La señora Conejina había tropezado y se había lastimado una patita.
Conejina sonriendo.
Conejina sonriendo.
—Recuerde siempre caminar con cuidado, señora
Conejina —dijó Cruz Rojito, ayudando a la señora a levantarse.
—Recuerde siempre caminar con cuidado, señora
Conejina —dijó Cruz Rojito, ayudando a la señora a levantarse.
Mientras continuaban su camino, se encontraron con el señor Zorrillo que estaba muy triste porque su amiga, la Ardillita, no se sentía bien.
Mientras continuaban su camino, se encontraron con el señor Zorrillo que estaba muy triste porque su amiga, la Ardillita, no se sentía bien.
Cruz Rojito tomó su botiquín y, junto a Cruz Rojita, fueron a visitar a la Ardillita.
—No te preocupes, señor Zorrillo. Vamos a cuidar de la Ardillita —dijo Cruz Rojita con una voz suave y calmante.
Al llegar a la casa de la Ardillita, descubrieron que ella tenía fiebre. Cruz Rojito le puso un paño húmedo en la frente y le dio agua para que se mantuviera hidratada.
Cruz Rojita, mitras tanto, le explicó a la Ardillita y al señor Zorrillo la importancia de descansar y beber muchos líquidos para recuperarse.
Después de un rato, la fiebre de la Ardillita comenzó a bajar y ella se sintió mucho mejor. El señor Zorrillo estaba tan agradecido que abrazó a Cruz Rojito y Cruz Rojita.
Después de un rato, la fiebre de la Ardillita comenzó a bajar y ella se sintió mucho mejor. El señor Zorrillo estaba tan agradecido que abrazó a Cruz Rojito y Cruz Rojita.
—Gracias a ustedes dos, mi amiga la Ardillita está mejor. Son unos verdaderos héroes —dijo el señor Zorrillo.
—Gracias a ustedes dos, mi amiga la Ardillita está mejor. Son unos verdaderos héroes —dijo el señor Zorrillo.
Cruz Rojita y Cruz Rojito sonrieron y respondieron:
Cruz Rojita y Cruz Rojito sonrieron y respondieron:
—Nos alegra poder ayudar. Recuerden siempre cuidar su salud y la de sus amigos.
—Nos alegra poder ayudar. Recuerden siempre cuidar su salud y la de sus amigos.
Esa noche, en la plaza del pueblo, los habitantes de Saludinia organizaron una fiesta para agradecer a Cruz Rojita y Cruz Rojito por su valentía y dedicación. Había música, juegos y muchas risas.
Esa noche, en la plaza del pueblo, los habitantes de Saludinia organizaron una fiesta para agradecer a Cruz Rojita y Cruz Rojito por su valentía y dedicación. Había música, juegos y muchas risas.
Al final de la fiesta, Cruz Rojita y Cruz Rojito se subieron al escenario y dijeron:
Al final de la fiesta, Cruz Rojita y Cruz Rojito se subieron al escenario y dijeron:
—Queridos amigos, recuerden que todos podemos ser héroes de la salud. Ayudando a los demás y cuidándonos unos a otros, podemos vivir en un pueblo feliz y saludable.
—Queridos amigos, recuerden que todos podemos ser héroes de la salud. Ayudando a los demás y cuidándonos unos a otros, podemos vivir en un pueblo feliz y saludable.
Y así, Cruz Rojita y Cruz Rojito continuaron su misión, enseñando a los habitantes de Saludinia cómo cuidar de su salud y ser siempre solidarios con los demás. Porque, al final, todos somos héroes cuando ayudamos a quienes nos rodean.
Y así, Cruz Rojita y Cruz Rojito continuaron su misión, enseñando a los habitantes de Saludinia cómo cuidar de su salud y ser siempre solidarios con los demás. Porque, al final, todos somos héroes cuando ayudamos a quienes nos rodean.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.