Crustanews Nº8 Otoño 2015

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Siguiendo con la estela de artículos sobre alimento vivo iniciada ya hace meses, en este número de Crustanews veremos otro representante de los anélidos de mayor tamaño: las lombrices. Pertenecen a la Clase Oligochaeta, dentro del Filo Anélidos, más en concreto dentro de la Familia Lumbricidae. Como ejemplo concreto, podríamos citar a los “black worms”, conocidos por algunos acuaristas. Son lombrices de la especie Lombriculus variegatus. Se trata de anélidos de pequeño tamaño, relativamente, de color oscuro (de lejos tienen aspecto negro, lo que le confiere el nombre vulgar a la especie). Poseen aproximadamente el mismo tamaño que los enquitreidos, es decir, unos 3-4 cm en su fase adulta. Sin embargo presentan una serie de ventajas e inconvenientes distintivos que a continuación trataremos. Para empezar, se trata de una especie que debe mantenerse en un recipiente de agua dulce, habitualmente se emplea una caja de plástico de tamaño medio-grande (de unos 10-20 L de capacidad) en cuyo fondo se deposita un lecho de foam o esponja, papel vegetal o varias capas de algún material apilable y sumergible, entre el cual los gusanos hallarán refugio. Lo más habitual es leer en muchos lugares de internet que se emplee papel vegetal, ya que al descomponerse en el agua aporta los nutrientes necesarios para la alimentación de los black worms. Sin embargo el aporte alimenticio puede provenir de hojas en descomposición, copos de alimento para peces o material orgánico diverso. En el recipiente también debe colocarse una bomba aireadora para la oxigenación del agua y deben realizarse cambios periódicos para evitar la corrupción de la misma. Los black worms se reproducen sexual o asexualmente en intervalos de temperatura que van aproximadamente de los 18 a los 30ºC. Dicho todo esto y haciendo una valoración rápida, otros tipos de cultivos como los enquitreidos presentan menos trabajo a la hora de mantener el cultivo en plena producción, su tamaño y aporte nutricional es similar, por lo que la mayoría nos podríamos decantar por los gusanos blancos en lugar de por sus parientes negros. Como contrapunto, cabe señalar que los black worms se pueden asentar en los acuarios, entre el sustrato, de manera permanente, con lo cual contaríamos con una población natural que, si bien habría que ir reponiendo, constituiría una ventaja notable frente a grindal y enquitreidos, que como mucho duran unas 24 horas con vida en nuestros acuarios. Ha llegado el momento de abordar algunos aspectos de la lombricultura, que es el cultivo o cría en cautividad de lombrices de tierra. Las lombrices se suelen usar en acuariofilia para alimentar a grandes peces carnívoros, pero para algunas especies de invertebrados acuáticos, como los cangrejos de río y los camarones gigantes, es más que aconsejable para aproximarnos un poco más a su modo de alimentación natural. Empezamos pues con el cultivo de estos animales. Este artículo se publicó con anterioridad en el foro Acuavida.com en colaboración con joethepolice, anterior coordinador de la sección de Acuarios del foro y un buen amigo argentino. El esquema del lombricario es de su propia autoría. Dentro de las lombrices encontramos varios géneros y especies muy interesantes para su cultivo, desde las especies más comunes en jardines y huertos del género Lumbricus sp. [=Aporrectodea sp.], hasta lombrices gigantes propias de terrenos tropicales como es el caso de Phinodrilus fafneri, que puede llegar a medir varios metros de longitud. La lombriz acuática americana (Eisenia foe-

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Lumbricus sp. Fotografía de Isaac García tida) se reproduce de manera excepcional, siendo la predilecta de lombricultores en muchas regiones del mundo y un animal fácil de conseguir como cebo vivo en tiendas de pesca; además esta especie tiene la peculiaridad de poderse mantener en acuarios como un invertebrado más, siempre que nuestro sustrato sea de granulometría fina y le permita enterrarse. En general la mejor especie que podremos cultivar es aquella que se da en nuestro medio más cercano, ya que no muestran grandes retos en cuanto a alimentación, reproducción o requisitos de mantenimiento. Todas las lombrices se reproducen sexualmente, y para ello sólo son necesarios dos individuos cualesquiera, ya que poseen ambos sexos. Tras la cópula una de ellas (o ambas) depositan en la tierra húmeda un anillo carnoso con uno o varios huevos, que eclosionan a los pocos días para empezar a alimentarse por sí solas las nuevas lombrices. Para empezar un cultivo de lombrices necesitaremos previamente un contenedor apropiado, de marco de 50 cm x 50 cm y una profundidad de entre 20 y 30 cm aproximadamente. Este recipiente recibe el nombre de lombricario o lumbricario. Puede improvisarse este receptáculo con cajones de plástico o incluso de madera o metal, forrándolos por dentro con un plástico duro (plástico de palé, por ejemplo). Las cajas de plástico duro que venden en tiendas multiartículos o las bandejas de laboratorio de PVC rígido servirán también a tal efecto. Una vez tenemos nuestro recipiente debemos disponer una pequeña capa de tierra de unos 5 cm en el fondo y sobre ésta una serie de alimentos para el inóculo inicial de lombrices. Podemos disponer rodajas de patata, calabacín, pepino, alficoz, calabaza, berenjenas o restos de frutas, legumbres y hortalizas varias troceadas, peladas o picadas (incluso previamente cocinadas, no importa). Sobre esta capa de alimento orgánico colocaremos el resto de la tierra hasta alcanzar prácticamente el borde del lombricario (dejaremos dos dedos de margen superior). La tierra debe ser de granulometría fina o media, libre de piedras o grava de cantos afilados. Por supuesto no utilizaremos abonos ni tierras con productos químicos. Algunos lombricultores mezclan turba con arena fina y vermiculita para aumentar la aireación del cultivo y así facilitar el movimiento de las lombrices. Una vez lleno el recipiente, le colocaremos una tapa para evitar fugas (puede hacerse con metacrilato, plástico, madera tratada o forrada o incluso con film transparente). Si el contenedor dispone de tapa propia, como es el caso de las cajas de plástico de ordenación, nos facilitará mucho nuestra tarea. Dispondremos unos orificios de ventilación en la tapa para evitar condensaciones excesivas de agua. Debemos cubrir estos

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