Diario Cronica Salud 2014 02 16

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DOMINGo 16 de febrero de 2014

Manjares fritos y sin culpa

SALUD

CONSEJO. A no enloquecer con la figura

Todos aquellos que cuidan su figura al máximo ven comida frita y se les hace agua la boca. Sin embargo, se niegan completamente a probarla. Esto se debe a la creencia de que no existe ningún beneficio para la salud cuando se consumen este tipo de alimentos. Pero resulta que esto no es verdad. He aquí algunos puntos a favor para no sentir tanta culpa a la hora de comer lo que ha pasado por la sartén.

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Reduce el colesterol

El aceite vegetal contiene fitoresteroles, que son sustancias antioxidantes. Por eso, cada vez que un alimento se fríe en esta sustancia, se reduce el nivel de absorción de colesterol por parte de los intestinos. Los productos de origen animal son los que mayor colesterol tienen, pero al cocinarlos con sustancia vegetal los niveles disminuyen. En estos casos, se advierte no freír otros alimentos en el mismo aceite, ya que estos podrían absorber el colesterol disuelto.

El calor disuelve las grasas

Muchos piensan que los alimentos fritos contienen más grasas que los demás. Pero el aceite caliente la disuelve y lo reemplaza por la suya. De esta manera, cualquier alimento que tenga más de diez por ciento de materia grasa dejará más en el aceite que la que tomará de él. Un caso muy claro es el pescado azul: contiene 14 por ciento y se reduce a un 10, incluso menos que cuando se cocina al horno. Otro dato importante es que las grasas saturadas, que suelen estar concentradas en el tejido animal, quedan sustituidas, en parte, por las insaturadas o poliinsaturadas del aceite vegetal.

A temperatura correcta

Otra creencia popular es que los aceites refritos contienen un alto número de toxinas. Estas son proteínas dañinas, pero es mentira que la comida frita tenga demasiadas. Cada vez que se cocina a la temperatura correcta –es decir, por debajo de los 200 grados centígrados–, la toxicidad en los alimentos es casi nula.

Muchas vitaminas sobreviven

Es cierto que existen algunas vitaminas que se destruyen al freír un alimento. El caso más claro es el de la vitamina C, que es termosensible. Pero, en términos generales, el contenido vitamínico de un alimento frito es el mismo que el de uno que fue cocinado al horno o hervido. Además, hay que tener en cuenta que los aceites en los que se fríen los alimentos son en sí mismos fuentes de vitaminas.

Aumento de los valores nutritivos

También hay que decir que ciertos productos, cuando se los fríe, aumentan muchos de sus valores. Tal es el caso de un muslo de pollo, el cual aumenta sus calorías en un cuatro por ciento; o una milanesa de pescado, cuyo aporte energético incrementa considerablemente.

Riesgo calculado

Suele decirse que aquellos que comen comida frita regularmente tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, un estudio elaborado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) demostró que esto no es más que una falacia. Tras entrevistar a 40.757 adultos de distintas edades, llegaron a la conclusión de que el riesgo de padecer dichos males es el mismo para aquellos que comen frito seguido como para los que no lo hacen.

La digestión no es problema

Es cierto que el exceso de grasa dificulta la digestión, pero esto no quiere decir que lo frito indigesto. Los alimentos fritos tienen una mayor desnaturalización de las proteínas y una menor cantidad de agua. Estos dos factores ayudan a disminuir el gasto digestivo del estómago.

¡paarradar! gu

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