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¿Cómo la crisis del agua golpea a mujeres y niñas en el mundo?
Cumbre del Agua
Alan Rodríguez alan.rdz16@gmail.com
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Los continentes se resecan, los cultivos menguan, los ríos se enturbian. Se contaminan los mares. La crisis mundial del agua toma tintes cada vez más alarmantes y por ello desde el pasado miércoles, Día Mundial del Agua, y hasta el viernes es que tiene lugar la Conferencia del Agua de la ONU, que no se había realizado desde 1977.
El foro reúne a gobiernos, empresas y organizaciones civiles en un diálogo urgente, que permita establecer acuerdos y compromisos para atacar los incontables riesgos.
Este jueves, en la Cumbre del Agua se informó que tres de cada cuatro habitantes del mundo viven en países con algún nivel de inseguridad hídrica. Más de un 70 % de la población mundial no tiene acceso a agua gestionada de forma segura y un 10 % sigue sin tener acceso básico a agua potable. Y se advierte que la comunidad internacional está muy lejos de alcanzar las metas que se ha fijado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aprobada en 2015.
Entre los terribles rezagos a nivel mundial está el desgastante acarreo de agua de muchas mujeres y niñas. De acuerdo con la UNICEF, en el 80 % de los hogares del mundo en los que es necesaria la recolección de agua, las mujeres y las niñas son responsables de esa tarea que implica 200 millones de horas diarias.
En comunidades apartadas de África,
Asia o Latinoamérica, ellas emprenden diariamente caminatas de kilómetros. Invierten horas que restan tiempo a su educación, su vida personal, su empleo y que las exponen a múltiples peligros.
DESIGUALDAD DE AGUA, INIQUIDAD DE GÉNERO
El problema relacionado con la carencia de agua, saneamiento e higiene afecta a una multitud de regiones y de manera desproporcionada a mujeres de color, de bajos ingresos y niñas.
Según la Evaluación de la seguridad hídrica mundial 2023, las regiones con menos seguridad hídrica son África, incluido el Sahel, el Cuerno de África y partes de África occidental, además del sur de Asia, y Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS) en todo el mundo.
En el África subsahariana, entre los hogares sin agua corriente, las tareas de recolección de agua son realizadas principalmente por mujeres y niñas. En la India rural, las mujeres llegan a caminar un promedio de 16 km por día para hacerse de agua. En América Latina y el Caribe, el 31% de las personas, generalmente mujeres, obtiene su agua de fuentes que están a 30 minutos de sus hogares. En Paraguay, entre los hogares para los que el agua se recolecta fuera del hogar, las mujeres y las niñas representan el 57.9% de quienes obtienen agua.
Por otro lado, un estudio de U.S. Water Alliance indicó que existen disparidades raciales en la seguridad del agua. Afecta de manera desproporcionada a los hogares de negros, latinos, isleños del Pacífico y nativos americanos.
A la vez, las mujeres hoy día siguen escasamente representadas en posiciones de autoridad del sector a todos los nive- les. Desde los comités comunitarios hasta los ministerios y los organismos internacionales, incluyendo a la UNICEF.
ACOSO, VIOLENCIA Y MÁS PELIGROS
Las mujeres y las niñas corren el riesgo de sufrir acoso y violencia sexual y de género cuando tienen que desplazarse para beber o conseguir agua. También por el acceso inadecuado a servicios de saneamiento, como tener que usar baños compartidos o no tener otra alternativa que defecar al aire libre.
En localidades como Subhash Nagar, en India, los horarios para usar un baño a menudo no están dictados por una necesidad biológica sino por una infraestructura sanitaria inadecuada. Las mujeres prefieren retener la orina y evitan beber líquidos en un esfuerzo por reducir los viajes a las instalaciones, sobre todo en horas cuando ha caído la noche.
Aunque las medidas provocan dolores de estómago y estreñimiento, no hay mejor opción.
Un estudio que analizó la violencia de género relacionada con WASH en África Oriental encontró que las mujeres embarazadas las mujeres y las niñas son particularmente vulnerables. En contextos de emergencia, los riesgos se intensifican. A eso hay que añadir los tabúes sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres, incluyendo la menstruación y las normas sociales dominantes.
Por ejemplo, en Malawi el manejo de la higiene menstrual ha sido durante mucho tiempo un problema vedado. Sólo se ha considerado a mujeres maduras. Los problemas reales relacionados con este tema no han sido abordados abiertamente y, aun en círculos cerrados, se considera vergonzoso hablar de menstruación.
En las comunidades rurales y periurbanas, las mujeres son quienes casi siempre encaran el problema de suministro de agua en el hogar. “Más del 40 o 50% de las mujeres integrantes de familias se dedica a la búsqueda de agua”, dijo Georgina Vidriales Chan, Coordinadora de Vinculación de SENDAS, A.C. y co coordinadora de Redes de Agua México, en entrevista para Tribu Política.
Vidriales también comentó que cuando las mujeres jóvenes no tienen acceso al agua, dejan de estudiar. Sobre todo, cuando atraviesan por el periodo de menstruación “porque implica una cuestión de salud higiénica”. La situación tiende a desatar el bullying entre y contra adolescentes que no pueden llevar una vida plena como mujeres.
En un estudio sobre Kenia, 95% de niñas que menstrúan faltaron de 1 a 3 días escolares al mes, 70% informaron un impacto negativo en sus calificaciones y más de 50% informaron que se retrasaron en la escuela por la menstruación.
LA ESTRATEGIA WASH, EL CAMINO
La estrategia WASH (Water, Sanitation
En África, mujeres y niñas emprenden a diario caminatas de kilómetros e invierten horas que restan tiempo a su vida.
