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FeLipe FLoreS núñez g
Soliloquio
Felipe Flores Núñez
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Pandemia y economía, los inevitables distractores
Aunque no ha ocurrido nada extraordinario todavía, si acaso el anuncio en su momento de la inédita alianza entre el PAN y el PRI, lo cierto es que la pandemia de COVID-19 ha sido un gran distractor del proceso electoral 2020- 2021, cuando faltan poco más de 100 días para la jornada electoral.
Podría no haber nada extraño en ello, porque la preocupación generalizada de la población está centrada ahora en los avatares de la crisis sanitaria, que incluye la expectativa de las vacunas y los efectos adversos en la economía, pero también habría que decir que los actores políticos han hecho poco para llamar la atención y menos todavía para interesar a los electores.
Prueba de ello es que casi nadie se enteró que dentro del calendario electoral, este martes concluyó el periodo denominado de precampañas, en el que los partidos políticos debieron definir mediante procesos internos a quiénes van a postular a los distintos cargos.
Un primer reporte del monitoreo que realiza la UNAM indica que el conteo de noticias sobre los comicios en radio y televisión –que son los medios de mayor cobertura– arrojó que de 3 mil 330 horas que fueron revisadas, las distintas estaciones de radio y televisión en el país sólo destinaron 80 horas a dichas precampañas de los partidos políticos y alianzas.
Esa cifra tan precaria significa apenas un poco más de 2% del total de noticias difundidas, lo que revela el escaso interés que generaron las contiendas internas y el consecuente desprecio de los medios informativos a la elección, aunque también obedece a la poca transparencia mostrada por los partidos en sus procesos internos.
Para el consejero residente del INE, Lorenzo Córdoba, este hecho es consecuencia de una visión de los medios que cuestionan críticamente a los actores políticos un juicio asociado al desprestigio de la política a la que se ha abonado desde diversos ámbitos.
Sobra decir que del escaso tiempo que destinaron los noticieros a precampañas, el PAN tuvo mayor difusión, con 14 horas y media; seguido de Morena, con 12 horas y 40 minutos; en contraste, Redes Sociales Progresistas fue el más desfavorecido con sólo tres horas.
Ese desinterés mediático de lo que ocurre ahora en el ámbito electoral es sólo reflejo del propio desinterés social y puede explicarse significativamente por los apremios y desafíos que buena parte de la población ha tenido que afrontar durante el año reciente y eso se refleja en los más recientes estudios de opinión.
En uno de ellos publicado este martes en un medio nacional, a pregunta abierta sobre cuál es el principal problema que hay en país hoy en día, se revela que 32 por ciento respondió que la salud, asociada a los efectos del coronavirus.
En este orden, la preocupación de los mexicanos está fijada también en los temas de inseguridad (22%), el desempleo (14%), la economía (14%) y la corrupción (9%).
Dicho estudio indica que la mayoría de los mexicanos coincide en que la economía en general y su situación personal he empeorado en el último año y muestra amplias incidencias de quienes han reducido sus ingresos, perdido su empleo, fuente de trabajo o cerrado algún negocio familiar.
En el plano de las propuestas para solventar la crisis económica, con porcentajes muy altos la población cree que el gobierno debiera otorgar seguros de desempleo a quienes han perdido su trabajo durante la pandemia; dar créditos a negocios y trabajadores informales y/o condonar el pago de servicios públicos, como agua y luz mientras dure el confinamiento.
En otra vertiente, también la mayoría considera que debería postergarse los proyectos del Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, para destinar esos recursos a la pandemia y acelerar su contención.
Otro estudio de opinión, publicado también en la víspera, señala cómo ha ido en ascenso el nivel de preocupación de los mexicanos respecto a la pandemia de la COVID-19, pues en una escala de 1 a 100, justo hace un año estaba en 57 puntos y ahora se ubica en 71, el más alto de todo el registro.
Así, pandemia y crisis económica son hoy los temas que más inciden en la preocupación colectiva, pero también hay que reiterarlo, los actores políticos poco han hecho para ser merecedores de la atención pública.
Con desgano de la colectividad, lo que hemos visto hasta ahora, y Puebla no ha sido la excepción, es el numeroso interés de quienes pretenden reelegirse, además de una lucha fratricida por las posiciones de poder y las candidaturas, especialmente en los casos del PAN y de Morena.
Tal candor aminoró este martes al menos para Acción Nacional, tras confirmarse que Eduardo Rivera Pérez será su candidato a la alcaldía de Puebla, para lo cual debió superar duras confrontaciones con la dirigente estatal Genoveva Huerta.
Fue público que la postulación se atoró por la disputa entre ambos por obtener la mayoría de regidurías y tuvo que intervenir el líder nacional Marko Cortés, para destrabar las diferencias.
Si se concreta el apoyo a su favor por parte de la ya aprobada coalición Va por Puebla, conformada junto con el PRI y PRD –y eventualmente otros partidos–, Rivera Pérez será incuestionablemente un candidato a vencer en la elección del 5 de junio, a la espera de que Morena resuelva quien será su abanderado.
Precisamente la alcaldía de Puebla es el centro de las riñas de los morenistas, por lo que la decisión no será nada sencilla para la Comisión Nacional de Elecciones que deberá ponderar múltiples factores.
Tras el sospechoso deslinde del senador Alejandro Armenta, la disputa por la “joya de la corona” está protagonizada en realidad sólo por el actual diputado local Gabriel Briestro Medinilla y la alcaldesa Claudia Rivero Vivanco, quien busca la reelección a pesar de su gestión plena de claroscuros.
Y como en la guerra y el amor, también en la política todo se vale, los zarpazos de uno y otro lado han sido la constante, aunque a veces se ha llegado a lo chusco y hasta lo absurdo.
Es el caso del “fuego amigo” del que el diputado Briestro fue víctima esta semana, mediante una oscura campaña estelarizada por personajes también oscuro que nada contribuyen a que el proceso interno no cause daños.
Haría bien entonces el diputado Biestro si recurre a otras instancias, además de la electoral para esclarecer los hechos, como la Fiscalía General del Estado, porque además de un intento de denigrar a su persona, se pretendió también denigrar a la política y de eso proviene precisamente el hartazgo al que refería el titular del INE, Lorenzo Córdoba.
Justo en el plano local se han presentado otras situaciones que lejos de satisfacer a la opinión pública generan descontento, como lo determinación de esta semana de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para que diputados e integrantes de los ayuntamientos que busquen reelegirse en el estado de Puebla puedan realizar campaña sin solicitar licencia al cargo.
Tal acuerdo anula lo dispuesto por el órgano electoral local, que había fijado el plazo de 90 días para que dejaran su cargo quienes pretenden reelegirse, en lo cual coincidió incluso el presidente del TEPJF, Héctor Romero Baños, quien votó en contra.
A juicio del magistrado, el reglamento original pretendía garantizar principios constitucionales que buscan generar equidad en la competencia electoral, que se rompe cuando las autoridades que ejercen funciones aprovechan el desempeño del cargo, teniendo acceso a recursos públicos y medios de comunicación, contrario al resto de los participantes.
En suma, se trata de una decisión que contraviene groseramente al principio de igualdad al otorgarle una clara ventaja a los “repetidores” respecto a sus contendientes, aunque en algunos casos habrá a quien se le revierta su obstinación y se exponga al rechazo por no haber hecho bien su tarea.
De los actores políticos dependerá entonces atraer la atención ciudadana, y es muy posible que ello ocurra cuando estén a la vista nombres y apellidos para que hagan proselitismo con ofertas electorales viables y acordes a los tiempos de crisis.
Tras la experiencia del pasado proceso electoral, los poblanos quisieran una contienda de altura; un debate razonado e inteligente.
Y ojalá que quienes piensen reelegirse hagan primero un severo acto de contrición.
Respecto a todos los demás, que sepan identificar tiempos y circunstancias, que de eso se trata precisamente la política. Hay tiempo y espacio para ello.





