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Científicos y artistas hacen sentir un eclipse de sol

A PERSONAS CIEGAS Y DÉBILES VISUALES, UN EQUIPO DEL INAOE ALIADO CON PRODUCTORES LES OFRECE LA EXPERIENCIA

DEL FENÓMENO

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Mario Galeana

Fotos: INAOE

Un grupo de científicos y artistas se ha unido con el objetivo de hacer que las personas ciegas vivan la experiencia de presenciar los eclipses solares que ocurrirán entre 2023 y 2024, dos eventos astronómicos que no volverán a observarse desde México en los próximos 28 años.

El Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) e integrantes del Laboratorio de lo Invisible, un taller de creación audiovisual dirigido a personas con discapacidades sensoriales, firmaron un acuerdo para trabajar en el desarrollo de proyectos que acerquen la ciencia a personas con ceguera y baja visión y a la comunidad sorda.

De acuerdo con la encargada de la Oficina de Innovación Educativa y Formación Docente del INAOE, Miriam Verónica Cuevas Cortés, el proyecto surgió a partir de la inquietud de acercar a las personas con ceguera la experiencia de los eclipses que ocurrirán el 14 de octubre del 2023 y el 8 de abril de 2024.

Allí contactaron al Laboratorio de lo Invisible, un espacio que desde hace seis años ha trabajado en la experimentación enfocada en la creación de contenidos artísticos para personas con discapacidad.

Sus fundadores, los realizadores visuales Jorge Lanzagorta, Moisés García Rojas y Dana Albicker Mendiola, han adaptado películas y cortometrajes mexicanos para personas con discapacidad desde 2010, en un proyecto conocido como “Cine para imaginar”.

Ahora, científicos y gestores trabajan en el desarrollo de materiales para hacer accesible la experiencia de los eclipses solares. Un proyecto con antecedentes foráneos.

Hace tres años, en La Plata, Argentina, utilizaron un software desarrollado por la Nasa que mide la intensidad de la ra- diación que proviene del sol y la traducen sonido. El software, conocido como Lightsound, transforma la luz solar en un sonido agudo y, a medida que el sol se va ocultando, el tono se vuelve mucho más grave. Es probable que el INAOE y Laboratorio de lo Invisible implementen estrategias similares en este proyecto que lleva por nombre “Ciencia accesible”.

La primera etapa del proyecto comenzó el 24 de marzo con una visita guiada al INAOE por parte de chicos con discapacidades sensoriales. Allí, realizaron experimentos con campos electromagnéticos y narraron el libro 10, 9, 8… ¡Despegue!, de la científica Gabriela López Lucio.

Las actividades fueron acompañadas por intérpretes en lengua de señas mexicanas y se rea- lizaron procesos de accesibilidad para las personas con discapacidad visual.

El 31 de marzo en el INAOE también se proyectó El sembrador, de la directora Melisa Elizondo, mediada por la audiodescripción, que consiste en la presentación sonora de las escenas que transcurren a lo largo de la película.

Los chicos terminaron la jor- nada con una observación nocturna en la Cámara Schmidt de Tonantzintla, también con intérpretes de lengua de señas mexicanas y asistencia para personas con ceguera.

Chicas con debilidad visual y ceguera utilizan la cámara de Schmidt, el telescopio que durante veinte años estuvo colocado en la punta del cerro de Santa María Tonantzintla, en donde se encuentran las instalaciones del INAOE.

El INAOE también pretende publicar una revista impresa en tinta, braille, y una versión digital con audiodescripción y mediación en lengua de señas mexicanas.

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