Astroturfing

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ASTROTURFING: ERES LO QUE GOOGLE DICE QUE ERES

ASTROTURFING: ERES LO QUE GOOGLE DICE QUE ERES. Lo cierto es que el término es un tanto extraño, astroturfing, pero la práctica que designa es una vieja conocida de nuestra especie, así que, salvando la extrañeza del nombre, el astroturfing no tiene nada de novedoso para el ser humano. El astroturfing no es más que una técnica de marketing que consiste en ocultar al emisor real de un mensaje de tipo publicitario o incluso propagandístico para convencer al receptor del mensaje de que es simplemente fruto de la espontaneidad popular. Usando esta polémica técnica, se consiguen dos objetivos esenciales: la popularidad del mensaje y la masividad, lo cual lo hace mucho más fácil de aceptar para el público en general. Dicho de otro modo, si la lavadora X consigue crear una gran masa de opiniones favorables en Internet, es muy probable que finalmente sea una de las lavadoras más vendidas de la marca, más demandadas y por tanto más rentable… aun si las numerosas opiniones favorables no eran ciertas y correspondían solamente a una estrategia de la compañía fabricante. En un mundo dominado por las especiales características de la comunicación digital, cada vez es más fácil asegurarse una cierta viralidad y un apoyo masivo para determinadas prácticas, las nuevas tecnologías lo facilitan enormemente. ¿Y cómo se hace astroturfing en la práctica? 1. El astroturfing social Una de las formas más comunes de realizar astroturfing es usar las redes sociales con este fin. La compra de seguidores es algo posible en Twitter, Facebook, Youtube, Google Plus y otras. Y tampoco es necesario recurrir a la compra de sguidores, pueden abrirse ilimitados perfiles públicos falsos con este mismo objetivo. Otra vertiente, muy usada y bastante dañina, es la que recurre a la simulación de opiniones, recomendaciones y/o experiencias. Hoteles, restaurantes, etc., son, en ocasiones, muy

Redactado por Cristina Ferrís


ASTROTURFING: ERES LO QUE GOOGLE DICE QUE ERES proclives a la publicación de comentarios pagados en webs, foros, blogs, fingiendo ser clientes muy satisfechos con el producto o servicio. 2. El astroturfing periodístico Es un tipo particular de astroturfing que se sirve de la fama o buena imagen de determinados periodistas (pagados) que contribuyen a incrementar la fama de cierto producto o a masificar el mensaje decidido previamente por la compañía. Esta difusión puede ser más transparente o más sutil. Otra modalidad del astroturfing periodístico es el que usa la popularidad de los blogs con el mismo fin. Marcas y blogueros de éxito se alían de modo artificial para aumentar la popularidad de ciertos productos a través del uso de posts patrocinados (una vez más, con mayor o menor transparencia). Esta práctica sí ha generado un intenso debate puesto que se ha visto como limitadora de la tradicional independencia de los blogueros. 3. El astroturfing político Las campañas políticas son el mejor terreno para el astroturfing y es en ellas donde observamos los casos más claros y más recurrentes. Com decíamos, el astroturfing no es ajeno a la naturaleza humana, y, si funciona, es precisamente porque está muy enraizado en algunas de nuestras tendencias de pensamiento más comunes. La ley de la prueba social, por ejemplo, demuestra que tendemos a considerar válido a cualquier argumento que ya haya sido considerado válido previamente por otro grupo social, y eso es precisamente lo que busca el astroturfing, crear un grupo social falso que considere válidos ciertos argumentos para que las sensaciones positivas aumenten y generen una corriente de opinión favorable que en origen estaba manipulada. Como hemos visto, las técnicas del astroturfing son ilimitadas. En opinión de Cristina Ferrís, consultora de marketing online, “son tan ilimitadas como la imaginación humana, pero no son recomendables para las empresas, por muy golosas o apetecibles que puedan resultar a corto plazo. A la larga, es posible que el daño que generen sea mayor que el que se pretendía evitar y más duradero en el tiempo, con lo que el perjuicio a la marca es de grandes proporciones. ¿Quién no recuerda algún fiasco en redes sociales de las grandes marcas del que no han salido precisamente limpios de polvo y paja?” Lo alarmante del astroturfing es que empieza a considerarse una práctica completamente generalizada y común y, por el contrario, aún no ha generado el nivel de debate que se esperaría para una manipulación de opinión como la que representa. Y por cierto, el término astroturfing deriva de la marca estadounidense de césped artificial Astroturf, y la verdad es que lo representa bien puesto que viene a poner el foco de atención sobre lo superfluo que puede ser crear algo artificial de lo que debería ser perfectamente natural.

Redactado por Cristina Ferrís


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