Bacatá

BOGOTÁ D.C

BACATÁ LA HISTORIA DE UN PUEBLO INDÍGENA

Proyectos Imposibles A partir de una investigación de archivo, Bacatá ofrece una reinterpretación de cinco barrios de la ciudad de Bogotá, entre esos se encuentran: el barrio Egipto, las Cruces, Paloquemao, la plaza España y el Cartucho, seleccionados específicamente por su historia. La obra recrea una serie de elementos transgresores que enaltecen a nuestro pueblo indígena y su fuerte trayectoria.

¿Dónde están nuestras raíces?

La percepción que tenemos sobre los lugares, está ligada a la experiencia que se obtiene tras una situación relevante en el mismo. Gracias a esto somos capaces de relacionar símbolos o iconos con ciertas palabras.

Para este proyecto retrataré 6 lugares icónicos de Bogotá para demostrar cómo el desplazamiento de las personas dentro de la capital ha influido en la estética de los lugares y en el deterioro social.

Nuestra ciudad en los años veinte estaba en pleno crecimiento. En diez años, de 1918 a 1928, duplicó su población y llegó a 285.000 habitantes. Además de los nacidos en la ciudad, también llegaban muchas personas con el deseo de quedarse en la ciudad. Había empleo pues se tenía un sector industrial creciente y la construcción de obras y de redes de servicios públicos. Con préstamos que obtuvo el municipio se generó un auge económico y el surgimiento de una pequeña capa empresarial y rentística, una capa media asalariada empleada en comercios, bancos y oficinas del estado y una capa numerosa de obreros.

Algunos de los mayores problemas eran las herencias del siglo XIX: malos olores en toda la ciudad a causa de un alcantarillado a cielo abierto y una población afectada por enfermedades intestinales debido al suministro de agua cargada de materia orgánica y microbios. Se decía, que estas condiciones habían originado las epidemias que azotaron la ciudad en 1889, 1891, 1892 y 1918, donde en septiembre de ese año murieron más de 1500 habitantes a causa de las afecciones de la gripa.

El aumento de población mencionado hizo que la ciudad que tenía un casco urbano “concéntrico y compacto”, herencia también de la época colonial y del siglo XIX, resultara insuficiente para albergar a todos los bogotanos, recién nacidos y llegados.

La presión por el espacio causó un inadvertido proceso de densificación de Bogotá. Es decir, que la ciudad debió alojar mayor cantidad de familias en sus construcciones y construir más habitaciones en los lotes, solares y huertas de las casas. Pero como no era suficiente, la ciudad continuó la urbanización de la zona que la separaba de Chapinero, y se extendió hacia sectores como el Siete de Agosto, Estación de la Sabana, Barrio Ricaurte, Las Cruces, San Cristóbal y Villa Javier. A ello deben sumarse los desarrollos de vivienda ilegal que por algunos años existieron en las faldas de los cerros orientales de la ciudad.

“Los obreros que trabajan a jornal habitan en las afueras: en el paseo Bolívar, abajo del cementerio, en San Cristóbal; y en el mejor de los casos, en las llamadas urbanizaciones obreras. Sus casas en su mayor parte están constituidas por un cuadrilátero de tablas provenientes de deshechos ataúdes, que consiguen en el cementerio; de tejas metálicas fuera de uso, que obtienen en las obras de construcción; de adobe, en el caso de los millonarios. Allí se apiñan familias enteras en la promiscuidad y el desaseo”

Según el plano levantado en 1797 por el ingeniero Carlos Felipe Cabrer, Bogotá tenía veinte manzanas de sur a norte, y diez de oriente a occidente. Casi al unísono, todos los días, a las 6 de la mañana, al medio día y al crepúsculo, comenzaba en los barrios principales el tañir de las campanas de los templos de la Catedral, la Enseñanza, el monasterio del Carmen, de la Candelaria, la capilla de las Cruces, Santa Bárbara, San Agustín, Santo Domingo, San Francisco, de la Tercera, de El Hospicio, de las Nieves, de San Diego, y de la Capuchina de las Aguas.

Organización de Bogotá a través del tiempo: Para el caso de Bogotá, este proceso se puede rastrear desde la segunda mitad del siglo XIX, cuando la desamortización de bienes de la iglesia y del Estado, a partir de 1861, abrió la posibilidad para un reducido grupo de invertir los excedentes de capital obtenidos en el comercio o en el sector agropecuario en bienes raíces y particularmente en tierras. En los últimos años del siglo XIX, el carácter especulativo del mercado de tierras entró en una nueva etapa con la urbanización de algunos terrenos en inmediaciones de la ciudad consolidada.

Egipto LA HISTORIA DE UNA RELIGIÓN PERDIDA.

Egipto: El barrio Egipto es reconocido por su fiesta de los Reyes Magos, celebrada el 6 de enero de cada año. En este evento se representan las tradiciones católicas, pero también se observa un proceso de sincretismo cultural en el que se incluye música típica del país y la presencia del estado en las caravanas, entre otros.

La festividad de los Reyes Magos y la Epifanía celebrada anualmente el 6 de enero es ampliamente reconocida entre los ciudadanos de Bogotá, pero aún más entre los habitantes del barrio Egipto. Desde la época colonial española se llevaban a cabo las fiestas patronales en la semana del 12 de enero, marcando las primeras celebraciones de reyes de la comunidad. Actualmente, en el Archivo de Bogotá la serie fotográfica “Egipto” de la Colección Viki Ospina refleja la tradición del barrio que ha perdurado por más de dos siglos y repasa las costumbres que se celebran ese día, incluyendo a los habitantes del barrio, las comparsas, la policía y los actores, entre otras. Estas fotos fueron tomadas por Viki aproximadamente entre 1989 y 1993, mientras trabajaba en el proyecto Crónica Urbana en el IDCT

En lo que respecta al barrio, su nombre 'Egipto' se relaciona directamente con una locación fundamental de las sagradas escrituras dentro de las tradiciones católicas. Además, su iglesia erigida en el siglo XIX bajo el nombre de 'La Señora del Destierro y Huida de Egipto' ha configurado la identidad del barrio como un espacio destinado al culto y la devoción de la novena previa a la Epifanía del Señor, compartiendo festividades de la Semana Mayor, las Fiestas de San Pedro y de San Juan.

Egipto es un barrio ubicado al oriente de Bogotá, en el pie del cerro de Guadalupe. Su nombre se debe a la iglesia de Nuestra señora de Egipto, ícono distintivo del barrio. Su localización topográfica privilegiada a moldeado su carácter físico y social, hecho que se evidencia en su traza urbanística y su patrimonio arquitectónico.

Limita con el barrio san Francisco, al norte con el barrio la concordia, al occidente con la carrera 3 (barrio centro administrativo) y al sur con el barrio Belén. Hace parte de la localidad de la Tiene una población de 665 habitantes actualmente, de los cuales

candelaria.

300 son niños y los otros 375 restantes son jóvenes, adultos y adultos mayores. El uso predominante del barrio es residencial

El barrio tuvo un crecimiento paralelo al

con el 75%, las zonas productivas del barrio están ligadas a

de la ciudad gracias a la expansión,

celebraciones religiosas como semana santa, o seis de reyes.

debido a la cercanía con el centro de la ciudad, el barrio paso de estar compuesto por 8 manzanas a casi el doble de territorio en un lapso de 30 años.

Aparecieron los inquilinatos en 1990 y después con la construcción de la avenida circunvalar enmarca de manera categórica la división entre la zona alta al oriente y la baja al occidente.

Paloquemao ENTRE HIERBAS E HISTORIAS Paloquemao: es un barrio de Bogotá situado en el sector oriental de la localidad Los Mártires. En la zona se encuentra una de las mayores plazas de mercado de la ciudad, las oficinas del Departamento Administrativo de Seguridad, y alberga importantes oficinas del sector judicial, como lo es el Complejo Judicial de Paloquemao, sede de la mayor parte de juzgados penales municipales y del circuito de Bogotá.

A Paloquemao lo separa por el occidente la avenida NQS del barrio Estación Central de la localidad de Puente Aranda. Al sur, la avenida Jiménez lo separa de los barrios Ricaurte y La Sabana. Por el oriente, la carrera Veintidós le sirve como límite con El Listón. Por último, la calle Veintidós o avenida del Ferrocarril de Occidente lo separa de los barrios Samper Mendoza, Usatama y Colseguros.

La localidad catorce fue denominadas Los Mártires, en honor a varios revolucionarios granadinos fusilados o ahorcados.

Entre estos están: Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos, Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Mercedes Ábrego y Antonio Baraya, quienes, en defensa de sus ideales por la independencia de América de la España imperial, encontraron la muerte en las manos del virrey español Sámano en el parque" La huerta. de Jaime".

A través de la ordenanza 112, la cámara de la provincia de Santa Fe de Bogotá, dispuso cambiar el nombre del parque "La huerta de Jaime", por el Parque de Los Mártires, ordenándose al mismo tiempo que se levantara una modesta columna de piedra de sillería en la cual se consignaran los nombres de los mártires sacrificados; la construcción de este obelisco duró 8 años, siendo inaugurado el 4 de marzo de 1880.

La diversidad de Los Mártires se debe a que ha sido testigo del desarrollo y la evolución de Bogotá, inicialmente como zona residencial.

Más adelante, la unificación de Santa Fe de Bogotá y municipios como Suba, Chapinero y Usaquén en una sola ciudad permitieron que gran parte de los habitantes de Los Mártires migraran hacia el norte, abandonando cientos de viviendas que ahora funcionan como bodegas, tiendas y ollas de expendio de droga.

La plaza de mercado de Paloquemao es una de las centrales mayoristas más importantes del país. El sector de Paloquemao recibe este nombre porque según cuenta la historia, había un árbol seco a los alrededores de la Av. 19, que por razones desconocidas se quemó tras una noche de torrencial lluvia. La gente comenzó a reconocer el lugar como el sitio en donde había un palo quemado, es decir, Paloquemao.

Ha sido costumbre, desde hace algún tiempo, que muchas mujeres se den cita en Paloquemao cada mañana en busca de las hierbas más preferidas para adobar alimentos, preparar medicamentos curativos, aromatizar o para alejar malas energías.

Cartucho ¿DESECHBLES O MIGRANTES? El cartucho, era el nombre dado a una calle del antiguo barrio Santa Inés, y por extensión al resto del sector. Se localizaba en la ciudad de Bogotá, en Colombia. Pertenecía a la localidad de Santa Fe. Su nombre proviene de la flor del cartucho que estaba en los jardines de las casas.

Ya en los tiempos de la Independencia el cartucho se producía y cultivaba en el extremo occidental del barrio, en un jardín que resurgía durante la época de lluvias en la confluencia de los ríos San Francisco y San Agustín.

La calle Décima ha sido conocida como la del Cartucho desde mediados del siglo XX, pues debido a la vecindad de la plaza de mercado se había especializado su comercio en la recuperación de materiales, como envases, botellas y materiales de construcción. Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado que sus habitantes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y el lugar se pobló de desplazados por la violencia y personas en busca de oportunidades para vivir.

El principal deterioro del barrio se atribuye a la demolición de la plaza central de mercado y la Iglesia Santa Inés para dar paso a la Carrera Décima.

A finales de los años 1990, durante la primera alcaldía de Enrique Peñalosa, se decidió recuperar el barrio, junto con otras zonas de Bogotá, por lo que fue demolido todo el barrio para construir en su lugar el Parque Tercer Milenio.

A pesar de los disturbios generados por la demolición y la no reubicación de sus habitantes, el Parque se inauguró en el año 2004. Sin embargo, esta aparente recuperación representó una solución solo temporal de la inseguridad, ya que esta resurgió dos cuadras más al occidente, en lo que se conocería luego como El Bronx, en donde reinaba la ilegalidad, el tráfico de drogas, la delincuencia y el pandillaje hasta el año 2016 cuando la alcaldía, encabezada nuevamente por Enrique Peñalosa, recupera el sector para realizar proyectos de renovación urbana.

Y es que los vagabundos, forasteros, y todos los que se encontraban por fuera de la ley durante tal época, eran negros e indios huidos, pero sobre todo, zambos, mulatos, mestizos y hasta blancos empobrecidos. El orden obligado de las comunidades, el trabajo forzoso y la ausencia de garantías en sus estadios naturales hacían que la mayoría fuera toda la población desfavorecida que, por tales razones, migraba en busca de una.

Los pueblos indígenas como el awá mayasquer están entre los que se vieron más afectados por el conflicto armado interno en Colombia, que causó el desplazamiento forzado de 7,6 millones de personas, tanto dentro del país como más allá de las fronteras nacionales.

ESPAÑA ROPAVEJEROS Y LEPROSOS

La plaza España se encuentra la localidad de Los Mártires del centro de Bogotá. Antiguamente se llamó de Maderas y lleva el nombre de España desde 1902. Tras el Bogotazo el lugar fue ocupado por el comercio informal. A principios de los años 2000 el lugar fue remodelado.

Se ubica en el barrio Voto Nacional, situado en la zona oriental de la localidad de Los Mártires, entre las carreras 18 y 19 y las calle 10 A y 11.

La plaza España es notable por los edificios que la enmarcan. El hospital San José se encuentra en el costado sur, el Liceo Nacional Agustín Nieto Caballero al occidente y la fábrica de pastas El Gallo al norte. Al oriente están las casonas republicanas del Voto Nacional.

La plaza España se encuentra en el mismo lugar que ocupó la plaza de Maderas, que se inauguró en 1890. En la zona funcionaban otras dos plazas mayoristas de la ciudad de principios del siglo XX: la Peraza, y la Matallana. Comenzó a llamarse plaza España por el Acuerdo 15 que emitió el Concejo Municipal el 3 de mayo de 1902.

En 1916 se instaló un busto en mármol de Miguel de Cervantes Saavedra,2 se trazaron jardines, se excavó un lago sobre el cual se construyeron puentes y se alzó una reja en su perímetro.

Tras el Bogotazo del 9 de abril de 1948, el lugar se deterioró y fue ocupado por ropavejeros y otros comerciantes informales. Una descripción de la época resalta que "las calles eran invadidas por vendedores ambulantes de alimentos verdes, los andenes eran ocupados por comerciantes detallistas, el desaseo era impresionante y los ladrones andaban como Pedro por su casa".

Los pueblos indígenas como el awá mayasquer están entre los que se vieron más afectados por el conflicto armado interno en Colombia, que causó el desplazamiento forzado de 7,6 millones de personas, tanto dentro del país como más allá de las fronteras nacionales.

El comercio de ropa usada en la zona apareció de manera extendida en este escenario. Para 1982, el periódico El Siglo dedica una nota a la venta de artículos usados sostenida por los llamados “salderos” y “ropavejeros”. Describe los primeros como personas usualmente enfermas de lepra que buscan “ganarse la vida” pidiendo de casa en casa artículos usados o nuevos que cargan en sus costales y llevan hasta el ropavejero. Estos últimos ubicados en casetas les compran los artículos realizando los arreglos necesarios para venderlos, especialmente la ropa.

La plaza España es, quizá, el lugar más democrático que tiene Bogotá. Ayudantes de bodega, ñeros del Cartucho, albañiles y habitantes de inquilinatos compran jeans y camisetas en las mismas casetas donde lo hace un habitante de estrato cinco, un profesor de bachillerato, un vendedor de electrodomésticos y un buscador de ropa de los años 60.

CRUCES NDÍGENAS Y FUNERALES

Las Cruces, es un barrio construido a finales del siglo XIX y principios del XX en la zona suroriental del centro de Bogotá. Cuenta con antiguas residenciales, con puertas y ventanas de estilo colonial. Estas están construidas con materiales artesanales de principios del siglo XX. En su zona altas, sus calles son estrechas y empinadas.

Entre sus sitios más destacados se encuentra la plaza de mercado y la plaza central, donde se encuentran las iglesias de Nuestra señora del Carmen de Las Cruces y de Nuestra Señora del Rosario.

Se fundó en la Colonia, en un principio el barrio lo habitaban los indígenas y los criollos pobres que trabajaban en los chircales.

En la Colonia surgen las plazas de mercado y los primeros mercados eran realizados en la Plaza Mayor, actual Plaza de Bolívar. Cada viernes se reunían allí las diferentes clases sociales quienes para la época se beneficiaban del comercio que era ubicado alrededor de la plaza, desde la Colonia y la década del cincuenta en el siglo XX los productos que se clasificaban como perecederos eran vendidos al aire libre.

"Podemos decir, que el barrio nació con la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de las Cruces, precisamente lo que le dio el nombre fue su templo, porque desde los comienzos del barrio la iglesia siempre ha estado presente en materia de educación, niñez, adultos mayores, entre otros”

La iglesia Nuestra Señora de las Cruces, fue creada el 10 de diciembre de 1902 por el Siervo de Dios Monseñor Ismael Perdomo en el barrio de las Cruces en el centro de la ciudad. Algunos atribuyen el origen de su nombre al hecho de ser el sitio donde se fabricaban las cruces para las tumbas. Otros afirman que era por su ubicación en los cruces de caminos entre el llano y la sabana. “A comienzos del siglo, en la periferia sur, la ciudad cerraba en el barrio de Las Cruces, habitado por artesanos y obreros. En sus cercanías se ubicaron los primeros asilos para indigentes, lo que daría posteriormente origen a la localización de la zona hospitalaria de la Hortúa, San Juan de Dios y la Misericordia (…). De otra parte, las laderas del sureste, ricas en barros, materia prima para la fabricación de tejas y ladrillos, y de chircas, arbusto utilizado en la cocción de estos materiales, va a especializar a este sector en la localización de chircales, lo que dio origen a un tipo de urbanización muy específica, asociada al trabajo del barro en estas laderas” (Zambrano, 2007, 27).

La presencia industrial influenció la aparición de inquilinatos en el sector, pero las formas de vivienda precaria ya existían en el barrio desde el siglo XIX, pues: “En Las Cruces se han venido construyendo desde 1874 “ranchos de paja (…) para obreros, artesanos y personas de bajos ingresos”, de modo que no es de extrañar que para la segunda década del siglo XX se concentren allí las primeras asociaciones y sindicatos de artesanos.

Maquetación

Maquetas minimalistas realizadas a tamaño escala, donde se entiende claramente la magnitud de cada instalación en el lugar específico.

Presupuesto Para llevar a cabo la realización de este proyecto, es indispensable tener en cuenta los costos adicionales cómo los de movilidad, espacio, materia y alquiler de locación.

En orden estratégico, el primer lugar a intervenir sería España, este barrio ubicado en la localidad de los Mártires, cuenta con un espacio amplio que funciona a la perfección para la instalación de la tela de 30 metros de largo x 6 metros de ancho. La tela será lino rugoso y estará bordada en hilo de oro, con el versículo seleccionado de la biblia.

Para lo anterior, será necesario contar con un presupuesto mínimo de $ 23’320.00. Ya que la tela tiene un costo de $ 792.000 cop ($ 22.300 cop x metro). El hilo de oro más el envío tiene un valor de $646.119 cop y la mano de obra con al menos 10 personas encargadas del montaje y 8 artesanos para bordar el versículo.

El segundo lugar a intervenir es Paloquemao, la instalación se realizará en el centro de plaza, donde actualmente se encuentra la torre de 15 metros, la pieza contara con el mismo tamaño y estará hecha con las 7 hierbas sagradas vendidas allí mismo (artemisa, ruda, eucalipto, hinojo, destrancadera, verbena, palosanto) la cantidad necesaria oscila entre 10 y 12 kilos de cada planta, por lo tanto, el costo del material sería aproximadamente $ 250.000 cop ($ 22.000 cop x kilo). Para poder realizar la instalación será necesario contar con personal especializado en trabajo vertical ($ 362.800 cop x m2) $ 5. 445.000 cop, por lo tanto, el presupuesto básico sería de $ 6’ 000.000.

El tercer lugar es Cruces, este barrio será intervenido precisamente en la iglesia principal Nuestra Señora de las Cruces, donde la fuente ubicada en la copropiedad será reemplazada por un ataúd clásico tallado en madera maciza, con un tamaño de 4m de largo x 2m de ancho y tendrá un valor de $ 15´000.000 cop contando la mano de obra, además para la instalación será necesario contar con albañiles para el oportuno montaje.

El cuarto lugar es Egipto, el espacio a intervenir es la iglesia del barrio Egipto, en donde se construirá una pirámide clásica de 10 metros de altura, con una base de 6 metros, los materiales empleados en esta escultura serán piedra arenisca ($ 122.436 cop x m2) $5´897.000 cop. Además, la mano de obra tendrá un valor de $15’000.000 cop, pues a cada albañil se le remunerará bajo el SMLV.

El quinto lugar es Cartucho, en donde la intervención se realizará sobre las casas del barrio, su fachada se modificará cambiando los techos tradicionales, por el estilo de construcción típica de los indígenas Awa Mayasquer. Para esto será necesario contar con mano de obra especializada y remunerada bajo el SMLV con un presupuesto de aproximadamente $ 10’000.000. El material que se utilizará es palo, caña entretejida y barro utilizando el método Bahareque con un costo de $ 20’000.000 cop.

Por último, el valor del trabajo del artista estaría valuado en 8’000.000 cop, por lo tanto, el total presupuestado sería de $ 87.030.119 cop.

RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA HISTÓRICA

LAS CRUCES, BOGOTÁ D.C.

PLAZA ESPAÑA, BOGOTÁ D.C.

EL CARTUCHO, BOGOTÁ D.C.

PALOQUEMAO, BOGOTÁ D.C.

EGIPTO, BOGOTÁ D.C.

Referentes Claes Oldenburg Estocolmo, Suecia; 28 de enero de 1929, es un escultor, pionero del Pop Art. Es conocido sobre todo por sus instalaciones de arte público que son réplicas a gran escala de objetos cotidianos, y esas esculturas blandas que son una de sus señas de identidad y que están en varias ciudades y museos de todo el mundo.

Oldenburg convierte cualquier objeto en un símbolo de su época, cargándose sus funciones y significados habituales, y siempre lo hace con sentido del humor, Los espacios cerrados no le interesan y prefiere espacios abiertos como explanadas, parques o jardines, con acceso para todos los públicos, donde su obra es mucho más eficaz. El autor quiere que el espectador toque su obra, casi lo obliga con esos colores, esas formas que despiertan los sentidos. Algunas de sus obras de hecho se deterioran si el espectador no participa de ellas.

Este artista fue completamente oportuno para entender la relación entre magnitud de instalación y espectador en el marco de la construcción de la obra Bacatá.

Conclusión La realización de este proyecto a contribuido activamente al desarrollo de mi práctica artística, el desarrollo e investigación han sido claves para sustentar la intencionalidad de mi trabajo y el objetivo que busco con su creación.

La posibilidad de realizar una instalación que altere el archivo histórico de la ciudad ha abierto muchos campos de creación e imaginación, además la maquetación a escala ha fomentado la destreza manual que más adelante se sintetiza en un render digital para adentrar cada objeto al mundo real.

Además, entender el verdadero origen de la historia de los barrios de Bogotá es un ejercicio a mi parecer indispensable para reconstruir la identidad sociológica de ciertos lugares y educar a las siguientes generaciones desde el conocimiento y la información horizontal.

Bacatá (2020) Cristina Camero Proyectos imposibles Universidad del Bosque Taller Tridimensional IV Facultad de Creación y Comunicación