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EL TERROR DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
El arte es un claro reflejo de la persona que lo realiza. El artista plasma su ser, sus pensamientos o sus ideales en cada obra que realiza. La mayoría del arte no es subjetivo, de manera consciente o inconsciente siempre se va a meter un pedacito de nosotros mismos en cada cosa que realicemos. Es inevitable. Precisamente, las vanguardias eran reconocidas por eso. Desde el surrealismo, que representaba la parte de los sueños y del subconsciente hasta el cubismo, que mostraba la forma de cada artista de ver y percibir su entorno.
Pablo Picasso, artista al que todo el mundo conoce, destacó como uno de los pioneros del cubismo y es reconocido hoy en día como uno de los más grandes pintores españoles de la época pero, ¿es así? Quizá, ya que para gustos los colores, y un arte tan poco convencional como es el cubismo no es plato de gusto para todos. Dejando eso a parte lanzó la pregunta, ¿merece Picasso ser tan importante? No me refiero a su arte, que no es objeto de esta reflexión, si no a él, a su persona, a sus ideas… No es algo que vaya a decir, aunque mi postura sea más que evidente, es algo que voy a contar y que pretendo que haga reflexionar y pensar si es realmente correcto separar al artista de su arte.
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Y bien, como he dicho anteriormente, no puedes separar a un artista de su arte, y menos aún si se trata de unas representaciones tan objetivas, que de manera directa o indirecta, plasman como es el artista. Por no decir que Picasso basó su estilo y su “invención” del cubismo en el arte que ya se llevaba haciendo tiempo en África y que, al descubrirlo, decidió apropiarselo.
Marina Picasso, su nieta, afirma: “Las sometía a su sexualidad animal, las domesticaba, las hechizaba, las devoraba y las aplastaba en sus lienzos. Después de pasar muchas noches extrayendo su esencia, una vez desangradas, se deshacía de ellas”. Pablo contó con numerosas mujeres en su vida, a las que engañó y maltrató, haciendo que tanto Marie-Thérèse como Jacqueline Roque se quitasen su propia vida debido al maltrato psicológico y físico que recibieron durante todo el tiempo que estuvieron con él. A una de las mujeres con las que estuvo, Marie-Thérèse, le quemaba cigarros en su cuerpo, utilizándola como un cenicero. A Dora Maar la pegaba hasta que perdía la conciencia.
Si te aventuras a buscar información sobre Picasso, las cosas que te aparecerán serán positivas, algunos medios, como la revista Esquirre lo denominan como “Un genio carismático, íntegro en su compromiso político, generoso con sus amigos [...]”, cuando las palabras que buscaban, quizá eran fascista (bastante íntegro con su compromiso político, si) y maltratador. Ya que no hay dos palabras, por muy fuerte que suenen, que le puedan describir mejor.
Y si después de conocer la verdad, hay personas que se aventuran a seguir pensando que pueden separarse arte de artista, entonces no han entendido todo lo que esto significa o quizá, compartan su misma forma de pensar, quién sabe. A veces, las pa- lizas que recibía Dora Maar eran presenciadas por otras personas. También estuvieron presentes todas aquellas niñas las cuales asistieron al campamento de chicas (menores de edad) al que Picasso llevó a su “pareja”, Marie-Thérèse Walter, de tan solo 17 años (teniendo él 45). Por ello, por el testimonio de estas mujeres que sufrieron y por su memoria. Por aquellas mujeres que llegaron a quitarse la vida o que pasaron por depresiones que las dejaron ingresadas hasta el día de su muerte. No se debería reconocer a Picasso como un genio, sino como una persona deplorable, que es lo que fue.


