Ciudadanía y Convivencia Escolar En la bibliografía educacional, se encuentran numerosas investigaciones y registros que dan cuenta de la relevancia que presenta un buen clima escolar en la mejora y consolidación de aprendizajes significativos, destacando que en aquellos establecimientos educacionales en los que se presentan buenos resultados, habitualmente se presenta una buena convivencia escolar y un adecuado clima de aula, con una activa participación de los apoderados en los procesos educativos de sus hijos. En el convencimiento de las premisas expuestas, la Corporación Municipal de Educación de Maipú, construye una Política de Convivencia Escolar Corporativa, la cual orienta y norma en materia de convivencia escolar, el proceder en los establecimientos educacionales, para abordar y resolver conflictos propios y habituales de la cotidianeidad de la escuela y el liceo municipal, como una oportunidad de aprendizaje y como espacios de ejercicio y formación en ciudadanía.
Objetivo Responder con la inquietud y necesidad en este ámbito de nuestras escuelas y liceos, de cómo promover un clima de aula y una convivencia escolar que favorezca los aprendizajes y la formación en ciudadanía; un contexto dentro del cual, las relaciones e interacciones que establecemos cada uno y entre todos en la comunidad educativa , aportan para lograr este objetivo.
Plan Técnico Pedagógico Asociado Política de Convivencia Escolar Corporativa En su ámbito más estructural, la Política de Convivencia Escolar Corporativa releva el rol tanto del Encargado de Convivencia como los del Orientador y el Inspector General; entendiendo a cada uno desde su marco de acción, como garantes de la Convivencia Escolar en la escuela. Un cambio de paradigma en la práctica educativa, estableciendo que el acento no está puesto en la sanción, sino que principalmente en la formación y promoción de una sana convivencia escolar que favorezca más y mejor aprendizajes. La Política de Convivencia Escolar Corporativa, entrega a los establecimientos educacionales municipales un protocolo a implementar en situaciones conflictivas, de acuerdo a los requerimientos del “debido proceso”, facilitando la resolución de situaciones de manera formativa y reparatoria, generando que toda la comunidad educativa forje un nuevo aprendizaje y se vea favorecida por la solución. Esta política enfatiza sobre la conducta esperada y la expectativa que hay de cada estamento educativo, reforzando todo aquello que deseamos lograr en términos de convivencia escolar, pero también, involucrando a cada uno de los actores educativos que participan de los procesos de convivencia escolar en la escuela y liceo, ejerciendo y practicando la propia ciudadanía. Es una invitación a construir acuerdos, a resguardar los derechos y deberes de los niños, niñas y jóvenes, y de cada uno de los integrantes de las comunidades educativas, a cuestionar críticamente nuestros procedimientos y como, al igual
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