Revista Especializada Concertando, edición #13

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R E V I S T A

E S P E C I A L I Z A D A

CONCERTANDO EDICIÓN NO. 13 • MAYO 2020

ACCIÓN HUMANITARIA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

LOS IMPACTOS DE LA EMERGENCIA DEL COVID-19 EN LAS MUJERES. UNA APROXIMACIÓN.

LOS RETOS DE LA SOCIEDAD ANTE LA CRISIS PROVOCADA POR COVID-19.


CRÉDITOS EDICIÓN 13 • MAYO 2020

STAFF DE ESCRITORAS/ES COCIGER - GUATEMALA MPGR- EL SALVADOR

Wendy Ávila Santiago Rodríguez

MNIGR- HONDURAS

Fredys Martínez

MNGR- NICARAGUA

Denis H. Meléndez Aguirre

CRGR- CENTROAMÉRICA

Magdalena Cortez Rodrigo Hernández Cleotilde Guevara Boris Axcilt Castillo

COLUMNISTAS INVITADOS/AS Centro de Comunicaciones de

John C. Scott

Servicios Públicos (CPSC) CNTL / Ditsö

Jeffery López, Mariana Gutiérrez

ARPAS / ALER

Leonel Herrera Lemus

ECOHUERTOS

Samya Coen

STAFF DE EDICIÓN DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Zaira Catota

CORRECCIÓN , REDACCIÓN Y ESTILO

Zaira Catota

FOTOGRAFÍAS REVISIÓN

CRGR, MN´s, Invitado/as Equipo CRGR

Concertación Regional para la Gestión de Riesgos en Centroamérica Copy 2020 www.crgrcentroamerica.org


Contenido 04 06 08 15 19

Editorial El Derecho Humano al agua en tiempos del COVID-19. Los retos de la sociedad ante la crisis provocada por Covid-19. Acción Humanitaria en tiempos de Coronavirus. Los impactos de la emergencia del COVID-19 en las mujeres. Una aproximación.

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Los impactos por COVID-19 en los pueblos originarios en América Latina. Desafíos de la lucha ambiental en el marco de la pandemia por el COVID-19 y alternativas comunitarias en la zona nortenorte de Costa Rica. Alimentación saludable en tiempos de COVID-19


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EDITORIAL

COVID -19 LA PANDEMIA QUE CAMBIÓ EL RUMBO DEL MUNDO

Para la Concertación Regional para la Gestión del Riesgo en Centroamérica (CRGR), el Covid-19 constituye un fenómeno antrópico, desconocido, pero con el cual debemos aprender a convivir, es decir las políticas públicas sobre salud y gestión de riesgos, deben incorporar ese tipo de fenómenos.

a n e l a agd M tez r o C

Secretaria Ejecutiva CRGR

En la actualidad las políticas públicas de los países de la región cuentan con lineamientos y programas que consideran los fenómenos socio natural y antrópicos, sin embargo ninguna contempla una crisis como la provocada por la pandemia del Covid-19. En una crisis nunca antes vista la CRGR ha mostrado su capacidad de posicionarse y ser un referente en diferentes ramas de actuación ante actores gubernamentales y no gubernamentales locales, nacionales e internacionales a través de protocolos de actuación y estrategias de comunicación e información, con participación activa de las comunidades de los 4 países de la región que se encuentran en la primera línea y con los cuales la CRGR trabaja desde hace mucho años.


EDITORIAL

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Hoy en día, debido al trabajo territorial que la CRGR y sus organizaciones han desarrollado se han vuelto un referente y un aliado fidedigno para informarse. Es por ello, que es de suma importancia reconocer que este nuevo evento de emergencia sanitaria, también ha generado un fuerte impacto en la vida de las comunidades en mayor condición de vulnerabilidad, por el aislamiento, la desinformación por parte de las entidades competentes, la falta de recursos económicos para sobrellevarlos y lograr mantenerse a salvo. Lo antes mencionado representa un reto para los gobiernos locales para desarrollar iniciativas que contribuyan a la reactivación de los medios de vida de las personas y por ende la reactivación económica de sus municipios, desde una perspectiva diferente que privilegie a las y los productores locales y desplace a empresas extractivista que solo buscan aprovecharse de los pocos recursos de los territorios. Para la CRGR, también la pandemia significa un momento de reflexión, para analizar y planear nuevos escenarios de actuación de tal manera que sus organizaciones socias puedan realizar las intervenciones de forma acertada y viabilizar propuestas de políticas públicas ante las instancias nacionales y regionales para apoyar la seguridad alimentaria, el derecho humano al agua y la prevención de violencia hacia las mujeres, ya que estos eventos han dejado al descubierto que derechos fundamentales como estos, evidencian la vulnerabilidad y atentan contra la vida de las personas. Es importante señalar que el Covid-19 reveló la fragilidad no sólo de los sistemas públicos de salud, sino también de los sistemas democráticos y la gobernanza de los países de Latinoamérica y particularmente los de CA4, países que han vivido golpes de estado, crisis social compleja, erupciones volcánicas, incremento del extractivismo y profundización del corredor seco centroamericano. Como CRGR seguiremos trabajando desde lo local hasta lo global por construir y desarrollar comunidades resilientes, con la capacidad de conocer y prepararse para responder ante cualquier emergencia.


COCIGER GUATEMALA

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INFORMACIÓN,PROCESO FUNDAMENTAL EN LA ACCIÓN HUMANITARIA PANDEMIA COVID-19 EN GUATEMALA ESCRITO POR:ESCRITO POR WENDY AVILA, FACILITADORA DE COCIGER. FOTO: LIZA SAGASTUME COMUNICACIONES COCIGER. ORGANIZACIONES COCIGER- MIEMBROS DE COLRED

Desde que se hizo pública la situación del Coronavirus en China, la Convergencia Ciudadana para la Gestión del Riesgo – COCIGER-, siguió la noticia del avance que la enfermedad presentaba, sin embargo, al ver que era una enfermedad que se propagaba día a día y que traspasó fronteras, nos preocupamos por revisar los protocolos y empezar a tomar medidas que aportarán a la protección de todos nuestros colaboradores, se activó la alerta amarilla interna. El 13 de marzo, se notificó el primer caso de Coronavirus en Guatemala, de inmediato se activaron los protocolos de actuación y se determina una alerta roja interna.

Como parte del protocolo, se inició con una fuerte campaña de información, sensibilización y prevención. La campaña se ha enfocado en informar sobre el COVID-19, sus síntomas y las medidas de protección, se iniciaron desde ese día a elaborar los reportes de situación y boletines informativos. Las medidas gubernamentales no se hicieron esperar, y de inmediato el confinamiento y el distanciamiento social se hicieron presentes, por lo que se apoyó en la divulgación de la información de dichas medidas.


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COCIGER GUATEMALA

La COCIGER motivó la participación ciudadana para hacer llegar a miles de guatemaltecos el lema de “Quédate en Casa”, esta campaña informativa fue promovida para que las y los miembros de la mesa, hicieran una pequeña grabación con el mensaje de invitación a quedarnos en casa. La respuesta no se hizo esperar y tuvimos una afluencia participativa de representantes de las comunidades en las cuales las organizaciones socias realizan su trabajo y esta campaña fue todo un éxito. Además, se ha considerado dentro de esta campaña, la aplicación de las normas del Manual ESFERA y el enfoque de derechos en la respuesta, por lo que se realizaron infografías enfocadas a respetar los derechos de; migrantes (en español y Q´eqchi) violencia intrafamiliar, personas con discapacidad, niños y niñas, pueblos indígenas y personal de salud que atiende la emergencia. Los miembros de las organizaciones socias e integrantes del Equipo de Respuesta, han jugado un papel fundamental en este proceso de información. Quincenalmente se está publicando un reporte denominado “Monitoreo Local”; este pequeño documento, se elabora a través de una pequeña guía que es enviada a cada organización socia, quienes, con el apoyo del Equipo de Respuesta en cada localidad, nos trasladan información de los acontecimientos de sus comunidades en relación a la Pandemia COVID-19. Este monitoreo permite acceder a información desde los territorios en cuanto a la evolución de casos, las medidas locales adoptadas, las principales afectaciones y las principales necesidades.

El proceso de información, ha contribuido para que las y los seguidores de COCIGER tomen en cuenta todas las medidas de protección, de tal forma que, en la ejecución de acciones de apoyo a la seguridad alimentaria, todas estas medidas divulgadas, fueron tomadas en cuenta, haciendo procesos ordenados, limpios y protegidos. Sin la información, no podríamos hacer acción humanitaria, por lo que, con este pequeño artículo, queremos reconocer y aplaudir, la labor de TODAS Y TODOS los que han hecho posible que hasta el día de hoy tengamos información actualizada, confiable, de fácil entender y atractiva a la vista. Gracias a las Organizaciones Socias y sus Equipos técnicos, Equipo de Respuesta desde los diferentes territorios, Lideres y Lideresas comunitarias y Personal Técnico de COCIGER. El tiempo, la creatividad, la dedicación para consolidar, construir, editar, diagramar, ilustrar y publicar, ha valido la pena, ya que hemos logrado llegar a miles de personas quienes ahora conocen y pueden aplicar y utilizar toda la información brindada. Informar, también es Acción Humanitaria para protección de la Vida. Puedes consultar la información publicada en nuestras redes sociales: Facebook: COCIGER Guatemala Twitter: @COCIGERGT Sitio Web: WWW.COCIGER.ORG


MPGR EL SALVADOR

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EL DERECHO HUMANO AL AGUA EN TIEMPOS DEL COVID-19. Escrito por: Santiago Rodríguez Miembro del Equipo de Coordinación de la MPGR e integrante del Sinodo Luterano Salvadoreño.

En El Salvador, el Derecho Humano al Agua viene siendo demandado social y políticamente desde hace más de 14 años, cuando la sociedad civil organizada en el año 2006 presentó su primer anteproyecto de Ley General de Agua, en el año 2007 el Anteproyecto de Ley del Subsector de Agua Potable y Saneamiento, y en el año 2008 la Reforma Constitucional por el Derecho Humano al Agua, con enfoques que garanticen su sustentabilidad, el cumplimiento de derechos, una gestión cien por ciento pública y con la participación ciudadana y comunitaria. Lamentablemente estas propuestas de marcos jurídicos hídricos hasta el día de hoy duermen en los archivos de la Asamblea Legislativa el "sueño de los justos". Han sido 14 años en los que no ha existido voluntad política de parte de los/as diputados/as de 5 Comisiones Legislativas consecutivas de Medio Ambiente y Cambio

Climático. Han sido 14 años perdidos, al no haber contado con una institucionalidad pública, fuerte, estatal y capaz de poner fin a la sobreexplotación y contaminación de nuestros bienes naturales hídricos y resolver una crisis hídrica que amenaza el bienestar de nuestra población. Las estadísticas lo siguen evidenciando. El 10.2% de la población urbana y el 29.4% de la población rural no tiene acceso a agua potable. (PLANAPS. 2018). 2,325 Juntas de Agua prestan el servicio de abastecimiento al 23% de la población, que corresponde a 1.4 millones de habitantes de nuestro país. La industria cañera consume 205 millones de M3 para regar un promedio de 36,400 hectáreas en los meses de enero a mayo. En tiempos normales las empresas embotellan un promedio de 120 millones de galones de agua por año y cerca de un 20% de la población salvadoreña se ve en la necesidad de abastecerse comprando agua embotellada. Con mucha probabilidad, hoy con esta pandemia esa estadística será más exorbitante. La industria de la construcción no se detiene con sus megaproyectos urbanísticos, contaminando las fuentes y apropiándose del agua de los territorios a través de convenios amañados con las presidencias de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), tal es el caso de La Familia Dueñas en Valle El Ángel. Las empresas extractivista de materiales pétreos de manera indiscriminada saquean y despojan a los ríos


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La realidad y los conflictos territoriales antes descritos han sido los escenarios de la larga, dolorosa y combativa lucha por el derecho humano al agua, de la sociedad civil, la cual ha sido sostenida y fortalecida por procesos de formación, concientización, organización e incidencia política en la defensa y el cuido del medio ambiente de nuestro país. Se ha forjado una conciencia ciudadana cada vez más firme, que ha logrado generar una correlación de fuerzas sociales que no se puede seguir ignorando. Así lo demuestra una encuesta de la IUDOP. UCA, del 3 de marzo 2020: "el 90.6% de la población salvadoreña que considera que existe una crisis de agua en el país. Un 93.8% expresa su preocupación de que dentro de poco tiempo no habrá suficiente agua para sostener la vida. Un 99.5% considera que el agua es un derecho humano. Un 96.5% opina que es urgente la aprobación de una Ley General de Aguas y 88.9% plantea que el agua debe ser regulada por el Estado". En los últimos años la crisis hídrica del país se ha profundizado. Hemos tenido que padecer recientemente serias crisis de desabastecimiento de agua potable: la contaminación del agua por algas en el río Lempa, la cual entra a la planta potabilizadora Las Pavas, abastece al 1.2 millones de habitantes de la población del área metropolitana de San Salvador. Esta crisis fue la razón por la cual se interpelaron a Ana Orellana Bendek, Ministra de Salud de ese entonces y a Frederick Benítez, Presidente de ANDA. En este contexto, un amplio movimiento social presentó el 6 de febrero del 2020 a la Asamblea Legislativa, la propuesta ciudadana de Ley General del Agua. Un esfuerzo amplio de unidad, consenso y articulación de las diferentes propuestas de Ley del recurso hídrico que desde el año 2006, se habían venido presentando al órgano Legislativo. En ese marco favorable se estaba, cuando el gobierno

de El Salvador declaró a mediados del mes de marzo de 2020, la cuarentena domiciliar obligatoria en todo el territorio nacional por la amenaza de contagio del COVID-19. Como Mesa Permanente de Gestión de Riesgos en El Salvador, desde el enfoque de la prevención, calificamos esa declaratoria como una medida sanitaria positiva. Lamentablemente, se dio en un escenario de fuertes contradicciones jurídicas entre los Órganos del Ejecutivo y el Legislativo por los temas de préstamos para el Plan de control territorial y por el innecesario decreto de Estado de Excepción. Así mismo, esta Declaratoria de Emergencia Nacional encontró grandes deficiencias organizativas y de logística gubernamental por la ausencia de los Gobernadores Políticos Departamentales, por el cierre de programas de salud comunitaria, como los ECOS familiares y el bajo perfil del Sistema Nacional de Protección Civil. El COVID-19 ha venido a ser cómplice del encubrimiento de muchos otros problemas y el Presidente de la República, ha utilizado el Coronavirus como estrategia de presión política para obtener la aprobación de millonarios préstamos, utilizando para ello un discurso de confrontación, odio y autoritarismo, promoviendo una percepción mediática de buenos y malos, donde el bueno es él y los malos son aquellos que no se someten a sus designios. Las mismas crisis del suministro deficiente de agua por parte de ANDA, representan una amenaza seria a la salud de la población capitalina; muchos sectores siguen reportando cortes prolongados de agua potable, aguas contaminadas que salen de sus chorros con colores oscuros, Juntas de Agua rurales y urbanas que no están recibiendo los pagos suficientes para el normal funcionamiento de sus sistemas de agua y que además, están siendo violentados en sus derechos de funcionamiento y movilización para garantizar un servicio de agua a sus usuarios, estas situaciones dificultan y no permiten el estricto cumplimiento de las medidas sanitarias que la cuarentena domiciliar obligatoria exige y que ponen en alto riesgo el contagio de la gente por coronavirus. Ante esta amenaza del COVID 19.

MPGR EL SALVADOR

lagos y canteras, obstaculizando con todo esto el desarrollo sostenible y sustentable poniendo en peligro la vida misma de las grandes mayorías de nuestro país y convirtiendo el agua en una mercancía.


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MNIGR HONDURAS

Los retos de la sociedad ante la crisis provocada por Covid-19 Escrito por: Fredys Leonel Martínez Pastrana / Facilitador MNIGR Honduras Fotos: Melissa Tercero / MNIGR

"La desigualdad económica es perjudicial para la sociedad, las obligaciones del gobierno y satisfacción de los derechos, pero es funcional para quienes detentan el poder dentro del sistema económico actual" Según informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el escenario medio, la pobreza aumentaría 4,4 puntos porcentuales; en el escenario bajo, 3,4 puntos porcentuales, y en el alto, 5,5 puntos porcentuales.

mortalidad por causa de esta enfermedad es baja, pero los datos que se muestran son de países del primer mundo, con una población educada y sistemas de salud que están muy por encima de los nuestros tanto en términos de cobertura como de calidad.

En Honduras con la llegada del COVID-19 al tercer país más desigual del mundo, con casi el 70% de la población viviendo en la pobreza, Honduras enfrenta una crisis sin precedentes, pues se trata de un virus para el cual no hay tratamiento definido.

No se requiere de un análisis muy riguroso para darse cuenta que nuestro precario sistema de salud (Honduras) no podrá soportar una crisis aguda de pacientes graves, pues carece de las instalaciones, equipo y los medicamentos requeridos, además de persona suficiente para tratar una avalancha de pacientes sintomáticos.

Las estadísticas internacionales indican que la


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-¡No quiero ver comida en esos platos! También olvidamos su creatividad para hacer la cena, con los sobrantes del almuerzo y hacer "verdaderos milagros" a la hora de repartir la comida. Todo eso lo hemos perdido y tenemos que recuperarlo».

En estas circunstancias, la principal medida adoptada por el Gobierno de Honduras es ordenarle a la población «quedarse en casa», para evitar la propagación del virus. Ante esta medida las respuestas de la población han sido diversas, dependiendo de la idiosincrasia, de los interés de los segmentos poblacionales, pero sobre todo de las condiciones materiales de vida de la población. Quedarse en casa es fácil de cumplir para quienes gozan de solvencia económica, pero la mayoría de la población se enfrenta al dilema diario: entre comer o arriesgarse. Es por ello que las reacciones ante esta medida son diversas. Las precarias condiciones en que vive la población también ponen en riesgo, incluso la medida más elemental, que implica «lavarse las manos frecuentemente» pues la mayor parte de los asentamientos humanos donde residen carecen de sistema de agua eficientes, servicio que se ha visto escaseado con los efectos del cambio climático. A lo anterior debe agregarse que, aunque haya personas que refutan esta afirmación, hay personas que carecen de recursos para comprar el jabón necesario para el cumplimiento de esta recomendación, pues deben elegir entre comprar jabón o comprar comida con los escasos recursos que poseen.

Quedarse en casa está bien, pero no es suficiente. Aprovechemos al máximo nuestra estadía en casa. Cada metro de tierra en nuestras casas, puede ser un lienzo para aprender como familia y para producir rábanos, cebollas, pepinos o chiles. Este tiempo es una oportunidad para que los niños y niñas aprendan a producir algo de lo que comemos. La pandemia pone al descubierto lo vulnerables que somos, y nos revela que solos no vamos a ninguna parte. Es importante «que la población sea informada, formada y organizada» para que pueda mantener higienizado el espacio comunitario y doméstico, para que las personas sepan qué hacer para elevar sus defensas, para establecer cadenas de abastecimiento en las que no se generen aglomeraciones de gente, para que pueda actuar eficientemente desde sus potencialidades y para que reflexione sobre lo que es necesario hacer, en el mediano plazo para ir a las causas subyacentes de la vulnerabilidad, todo ello desde la convicción de que «hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad» (Einstein). Pero la crisis provocada por esta pandemia difícilmente se resolverá con medidas y acciones a nivel micro. Es necesario también tomar medidas a nivel macro, desde una visión integral y con equidad de género que evite los impactos negativos hacia las mujeres.

MNIGR HONDURAS

La crisis provocada por esta pandemia es una oportunidad para volver a un proyecto de vida. La retórica consumista a que estamos sometidos nos hizo olvidar «la sabiduría de nuestros padres y abuelos expresados en aquellas advertencias: -¡hijo coma lo que hay, hay niños que no tienen que llevarse a la boca!-.


MNGR NICARAGUA

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AISLAMIENTO SOCIAL MÁXIMO Escrito por: Dennis Humberto Aguirre /Secretario Ejecutivo MNGR Nicaragua

Foto: Jorge Torres/EPA Los fanáticos mantienen la distancia social como medida preventiva contra el coronavirus durante el evento de boxeo en el Complejo Deportivo Alexis Argüello en Managua, Nicaragua.

En cada uno de los países se adoptan medidas para la vigilancia, control y la barrera de contención del virus. Una vez que la Organización Mundial de Salud (OMS) decretó la pandemia del COVID 19, los Sistemas sanitarios, o de salud, procedieron a la fase de preparación. Se ha reconocido que el contagio avanza exponencialmente, es rapidísimo. Una mirada diaria a las estadísticas obliga a una mejora en el aislamiento social, si podemos hacerlo, y con la responsabilidad ciudadana que caracteriza a un pueblo. Además, ya se tiene la información que indica con precisión que la transmisión es de persona a persona. En consecuencia, es una necesidad esencial la realización de acciones y adopción de medidas con quien contagia. Es decir, la barrera de contención también se construye con la responsabilidad ciudadana. Es un acto de solidaridad ante un escenario grave. Durante estos días de reflexión, incertidumbre, dolor, y búsqueda de las medidas apropiadas, pero, también es de reafirmación de los principios y valores

institucionales, familiares y personales ante el paso dramático del COVID 19 en nuestras vidas. Así surge la necesidad de encontrar la respuesta de la pregunta actual. ¿Cuál es la percepción que se tiene de la ciudadanía con relación al impacto inmediato de la campaña de educación e información adecuada relacionada al desarrollo de la pandemia? No cabe duda alguna que la población nicaragüense avanzó con serenidad, responsabilidad ciudadana, y solidaridad para hacer frente a la enfermedad, pero se reconoce que el contagio avanza rápido. Resulta alentador –teniendo presente el escenario dramático- que hay comprensión de la gravedad. Se ha tenido en cuenta que está enfrente una crisis mundial de salud. Hay preocupación acompañada de calma, serenidad, y una cuota elevada de solidaridad ante el dolor de un número grande de familias. Ningún país estaba preparado para hacer frente a estos efectos adversos y devastadores. No obstante, Nicaragua ofrece una cantidad muy importante de ejemplos que constituyen evidencias de resiliencia.


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Con celeridad se adoptó que el aislamiento social es una medida de autorregulación que contribuye a la contención del contagio. Se hizo propia la norma, aceptando: la adopción es una decisión de cada persona. La base esencial para hacer propia la medida está determinada por el avance de la pandemia del COVID 19, es un acto consciente. Cada día se recibe noticia acerca de los efectos adversos derivados de la crisis mundial de salud, el sistema sanitario brinda señales de una labor extraordinaria. Consecuentemente, resulta sencilla la toma de decisión, también es cuestión de responsabilidad ciudadana. Detener el contagio es tarea de todos/as. Es necesario llevar al aislamiento social a un nivel superior, máximo, riguroso. Es evidente, las personas tienen una cuota de responsabilidad ciudadana bastante alta. Está en sus manos la oportunidad de adoptar medidas de autorregulación. Una de ellas es el aislamiento social. Esto significa que se debe evitar el desplazamiento o movilidad social, y estar en nuestro hogar la mayor cantidad de horas. Pero, el no desarrollo de la rutina social que probablemente sea parte de la vida cotidiana de una persona y su familia.

La tradición de nuestro país es de participación en múltiples servicios religiosos, por ejemplo. Hay grupos de personas que van a las playas, o ríos, fincas, etc. Hay grupos de personas que asisten regularmente a los torneos deportivos. Se incrementa la demanda de servicios asociados al turismo nacional y regional. También durante los fines de semana se incrementa la demanda del servicio de transporte inter – municipal. Una parte de la población viaja hacia sus lugares de origen, y posteriormente regresan a la ciudad capital por razones laborales. Aunque esas actividades son parte de la vida de una persona, se debe desistir y adoptar otras formas y estilos de vida. Para estos días con una cuota de incertidumbre asociada al número de casos de personas fallecidas, se recomienda que cada persona adopte medidas de autorregulación. Una muy importante por el impacto positivo es el aislamiento social. Si se puede contribuir con la construcción de la barrera de contención de la pandemia del COVID 19. Sólo se requiere de una dosis mínima de voluntad, ¿verdad? Entonces, se debe llevar al aislamiento social a un nivel máximo, superior, que sea parte de la barrera de contención para la epidemia del COVID 19. Ésta es una máxima.

Foto: Freddy Valle /Movimiento Comunal Nicaraguagüense MCN-Matagalpa.

MNGR NICARAGUA

Una fortaleza enorme. Los esfuerzos de educación, organización comunitaria, e información brindan sus frutos, pero el contagio avanza exponencialmente.



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CRGR CENTROAMÉRICA Foto: MNIGR Honduras

“Acción Humanitaria en tiempos de Coronavirus” ESCRITO POR: RODRIGO ESCOBAR OFICIAL REGIONAL DE ACCIÓN HUMANITARIA CRGR CENTROAMÉRICA

La Pandemia del COVID-19 que afecta al mundo entero, en algunas regiones y países con mayor intensidad que en otros. Este evento mundial nos ha hecho a reflexionar nuevamente sobre el trabajo humanitario que realizamos en la Concertación Regional para la Gestión de Riesgos por medio de los equipos capacitados en las organizaciones miembros de las Mesas Nacionales. En este periodo, hemos visto cómo algunos países han respondido mejor; es decir, hemos vistos como la respuesta ha estado más coordinada, más centralizada en las instituciones de gobierno, más desconcentrada en el sentido de contar con mayor participación de las organizaciones o estructuras sociales. De momento, podemos identificar algunas lecciones que nos ha dejado toda esta situación y de las cuales podemos sacar algunas reflexiones. Una lección básica que hemos aprendido en este contexto es el respeto a los sectores especializados. Si bien sabemos que el trabajo Humanitario es multidisciplinario, debemos seguir las recomendaciones o el liderazgo de los especialistas del sector. Esto, que puede sonar tan simple, nos ha dejado ver que los

países que mejor respuesta han dado ante esta emergencia ha sido porque la respuesta ha estado en manos de personas expertas. Otra lección importante hasta ahora ha sido la de no depender de los suministros externos. El enfrentarnos a eventos de tracto lento, nos da la posibilidad de tener preparación y poder ser efectivos durante un tiempo. El COVID-19 no enseñó lo duro que es la competencia por los suministros médicos y la dificultad de muchos países para equiparse. Esto nos empuja a que nuestros países deben tratar de ser autosuficientes y minimizar lo más posible la dependencia de los insumos básicos para dar una respuesta inicial. Una tercera lección es la de no recostarnos en la solidaridad internacional. En el contexto actual, estamos viendo países que históricamente han estado fuera de grandes crisis humanitarias; sin embargo, ahora la están teniendo. Hemos vistos sistemas de salud colapsados, haciendo medicina de campamento tanto en Europa como en América. Muchos países cuentan las muertes en decenas de miles y las pérdidas económicas en miles de millones En este aspecto, algunos países que solían solidarizar


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Tanto los gobiernos como los actores humanitarios deberán adaptarse a trabajar en el contexto de limitaciones de movilidad que se han implementado en muchos países, y adaptar su trabajo con el uso de tecnologías o herramientas de informática, aplicando flexibilidades laborales, e incluso intentando ser innovadores en cuanto sus prácticas y procesos. Por lo tanto, una lección importante es replantearse el desarrollo organizacional que se requiere y se requerirá, ya que el mundo no volverá a ser como lo era hace tan solo unos meses atrás. A parte del tema, en este caso, estrictamente ligado al sector salud, los actores humanitarios deben analizar

apoyar a las comunidades en otros efectos que va generado la Pandemia. Lo más palpable es la crisis económica que de acuerdo a datos del PNUD va a revertir dos décadas de progreso en algunos países; sumado a esto, el hambre y la desnutrición estarán presente en todos los escenarios por lo que los actores humanitarios deberán anticiparse a estos escenarios de crisis en donde a pesar de los esfuerzos de los gobiernos el impacto socioeconómico será devastador afectando a los que menos tienen. Anticiparse a esto es más que fundamental. En el caso de muchos países latinoamericanos, las repercusiones de la crisis también serán políticas, lo que puede poner más dificultades al trabajo humanitario, por lo que habrá que estar listos para esos escenarios donde hacer el trabajo humanitario.

CRGR CENTROAMÉRICA

con aquellos países más propensos a sufrir una crisis humanitaria están lidiando ellos mimos con esta crisis, dejándolos escasos de recursos y tiempo para pensar en solidarizar con otros. Es decir, es obvio que no estarán en la capacidad de apoyar a los países de África, Asia y Latinoamérica como en otros momentos. La situación actual hace necesario que se reorganice todo el sistema de ayuda humanitaria, y por lo tanto, es primordial que reflexionemos bastante sobre la auto sostenibilidad, como sociedades, del nivel de preparación que tenemos y el que debemos tener para una situación de este tipo.

Queda claro que el éxito de aplanar la curva no será un esfuerzo aislado, será el trabajo articulado de los países. Desde algunos organismos internacionales ya hay llamados a realizar esfuerzos coordinados y globales para enfrentar la crisis. En este contexto la sociedad civil es un actor de suma importancia para tener éxito, y sobre todo aquellas organizaciones de la sociedad civil que cumplen un rol como actor humanitario en sus comunidades.

Foto: MPGR El Salvador


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CRGR CENTROAMÉRICA

Seguridad alimentaria en los países de la región centroamericana ante crisis por pandemia COVID-19 ESCRITO POR: Boris Axcilt Castillo Coordinador de proyecto regional de emergencia CRGR Foto: CRGR Centroamérica. La Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN); que su parte medular es el sector agropecuario, es tradicionalmente uno de los sectores más vulnerables a los desastres y en particular a los eventos climáticos./[1] Según datos de FAO, entre 2003 y 2013 en América Latina y El Caribe (ALC), la mayor parte de las pérdidas de producción agrícola por desastres de escala media a grande se producen por inundaciones (55%), sequía (27%) y tormentas(10%). Después de este tipo de eventos se observa en promedio un incremento en las importaciones de alimentos de la región de un 25% y una pérdida del 2.7% de crecimiento esperado en el sector. Otro elemento fundamental es el predominio de la agricultura familiar de pequeña escala. Esta concentra 81% de las fincas de la región sobre un promedio de 23% de la superficie agrícola regional y es especialmente vulnerable a los desastres. [1] Lineamientos y recomendaciones para la implementación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres en el Sector Agrícola y Seguridad Alimentaria y Nutricional América Latina y el Caribe

Esta situación es particularmente crítica cuando se considera el rol fundamental que juega la agricultura familiar en términos de seguridad alimentaria y nutricional. Su producción está esencialmente destinada al mercado doméstico representando aproximadamente 50% del total. Asimismo, es el principal rubro empleador en las zonas rurales y concentra la mayoría de las explotaciones de agricultura de subsistencia, así como las explotaciones encabezadas por mujeres y/o indígenas. Cabe destacar que la agricultura familiar ocupa en la región a millones de productores/as en las zonas rurales más pobres y se encuentra en condiciones de riesgo muy elevado, puesto que el impacto de los desastres en la producción va más allá que la simple pérdida momentánea de ingresos u oportunidades y está directamente relacionada con su seguridad alimentaria y supervivencia.


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Desde esa fecha la mayoría de países, han tomado acciones para detener el incremento del número de pacientes contagiados. Las medidas que se han ejecutado son principalmente las relacionadas con el distanciamiento social, cierre de fronteras, aeropuertos y aislamiento de las personas enfermas. Por todo lo dicho anteriormente, los MV y la SAN; están sujetos a múltiples vulnerabilidades y amenazas; conllevando al riesgo de pérdidas económicas regionales, locales y familiares, afectando a la población más vulnerable. En donde la CRGR propone ciertos lineamientos estratégicos de abordaje, ante la afectación de la pandemia COVID-19 a la seguridad alimentaria; ya que se corre el riesgo a la afectación de su producción y al no acceso de alimentos sanos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y fundamental de toda persona a no padecer hambre. Para esto como CRGR se trabajará bajo cinco enfoques prácticos para la seguridad alimentaria: 1. Disponibilidad 2. Acceso 3. Estabilidad 4. Utilización 5. Institucionalidad 1. Disponibilidad: Consiste en garantizar una suficiente y oportuna cantidad de alimentos inocuos y nutritivos para la población. 2. Acceso: Se refiere fundamentalmente a la posibilidad de generar ingresos económicos, destinados a la adquisición de alimentos en la cantidad y calidad necesaria, lo que implica la generación de condiciones de inclusión social y económica para garantizar el derecho a la alimentación para todos los ciudadanos/as, en especial a los que se encuentran en situación de vulnerabilidad, como niños, ancianos y madres gestantes y lactantes.

3. Estabilidad: se refiere a asegurar el seguimiento de los procesos, parcelas establecidas, seguimiento a los canales de comercialización, garantizar suministros alimenticios e insumos de producción, acceso de alimentos continuo en el tiempo. En este sentido, es necesario identificar aquellos grupos vulnerables a emergencias naturales, sociales o de incidencia a los cambios climáticos, conflictos sociales, variaciones de los precios de los productos u otros factores influyentes. 4. Utilización: se refiere a asegurar el consumo adecuado de alimentos que permitan aprovechar su potencial nutricional, re valorando los hábitos y la cultura alimenticia de cada región y promoviendo el consumo de alimentos de producción local o ancestral siempre que estos sean inocuos y nutritivos. 5. Institucionalidad: se refiere a la identificación de recursos necesarios para la atención: Presupuesto total aproximado que es necesario para la implementación y ejecución de la intervención.Identificación de Fuentes de Financiamiento: Realizar una búsqueda de posibles fuentes de financiamientos de distintas sectores: público, privado y cooperación internacional. Preparación de notas conceptuales: Es importante tener notas conceptuales de no más de 2 páginas que puedan ser distribuidas a las posibles fuentes de financiamiento.

CRGR CENTROAMÉRICA

Tal es el caso la Pandemia de COVID-19, en la región centroamericana; que está afectando directa y proporcional a la producción agropecuaria y a la seguridad alimentaria; por contagio de la enfermedad a los y las titulares de derecho en este sector. Según estadísticas del SICA se ha incrementado mucho en los últimos días, llegando al día 28 de marzo a las 16:48 horas a un total de 1952 personas de casos confirmados, 48 personas han muerto y se han recuperado 18 de estas.


CRGR CENTROAMÉRICA

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Los impactos de la emergencia del COVID-19 en las mujeres. Una aproximación. Escrito por: Cleotilde Guevara Coordinadora de proyecto regional CRGR Foto: CRGR Centroamérica

Sin lugar a dudas la emergencia del COVID-19, ha dejado al descubierto impactos diferenciados que sufren las mujeres a nivel mundial, debido a que existen factores estructurales que promueven brechas de desigualdad hacia las poblaciones de mayor vulnerabilidad: niñas y mujeres. Quienes antes de la pandemia se encontraban en esta condición, y que con las medidas de distanciamiento y confinamiento domiciliar se agrava. Se debe evidenciar que existe una sobre exigencia para las mujeres durante las crisis de salud, hay un trabajo realizado que se desvalora e invisibiliza.

Cumplir medidas de cuarentena para las mujeres significa: garantizar el cuidado de la vida. Cumplir con las tareas domésticas, buscar y preparar el alimento para su familia, apoyar a las tareas educativas, informarse y cumplir los protocolos sanitarios en el hogar; además para quienes están en condición de trabajo remunerado, cumplir con las actividades de teletrabajo. En las familias de escasos recursos que viven del ingreso de su trabajo diario informal, se vuelve más compleja la situación, colocando a las mujeres en condiciones de mayor riesgo, en la mayoría de casos la dependencia económica de las mujeres es un motivo


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Las cargas desiguales históricamente asociadas a los roles tradicionales designados a hombres y mujeres dentro de nuestras sociedades siguen presentes, las mujeres en el mundo son quienes asumen el cuidado de la humanidad en los hogares y en el sector salud que es la primera línea de atención de la pandemia. Existe una triple jornada realizada por las mujeres, que se agrava con el confinamiento y las medidas de aislamiento que son las principales formas de contención adoptadas por los países para frenar el contagio de COVID-19. Según datos de la OIT, las mujeres a nivel mundial tienen a su cargo el 76,2 %[1] de todas las horas del trabajo NO remunerado, tres veces más que los hombres, y adicionalmente son quienes tienen a su cargo el cuidado de los hijos/as, de las y los adultos mayores dependientes, de las personas con discapacidad o con enfermedades crónicas; grupos de alto riesgo en esta pandemia. Estudios señalan que las economías están en receso y en desequilibrio y se agrava la situación a medida que los países adoptan políticas públicas restrictivas que llevan al cierre de la actividad económica. Sin embargo, en los estudios continúa invisible el trabajo no remunerado que las mujeres aportan. Las mujeres aportan más de lo que aportan las cuatro empresas más poderosas del mundo juntas, cada año el trabajo no remunerado de la población femenina asciende a los 10.9 billones de dólares [2]. Actualmente quienes están haciendo frente a la pandemia más agresiva de los últimos tiempos, pocas personas saben que las mujeres representan el 67%[3] del personal de salud y que nuevamente son 156.8 millones de mujeres las que están cuidando la vida y la salud de la humanidad. Uno de los factores de riesgo del confinamiento domiciliar, es la violencia de género, en sus múltiples expresiones [1] OIT (2018) El trabajo de cuidados y los trabajadores de cuidados para un futuro de trabajo decente https://www.ilo.org/wc-msp5/groups/public/---dgreports/--dcomm/---publ/documents/publication/wcms_633168.pdf [2] NYT. https://www.nytimes.com/es/interactive/2020/03/08/espanol/opinion/ trabajo-no-remunerado-mujeres.html

Según el observatorio de género de la CEPAL[4], de los países que conforman Latinoamerica la tasa más alta de feminicidios por cada 100,000 mujeres, lo encabeza El Salvador (6.8); Honduras (5.1); Bolivia (2.3); Guatemala (2.0) y Republica Dominicana (1.9), más de 3000 mujeres fueron asesinadas durante el período 2019. La exposición de las mujeres a riesgos extremos donde se encuentra comprometida la vida es alta, lo que nos identifica que hay efectos negativos al no considerar este riesgo cuando se toman las medidas de cuarentena domiciliar, lo que provoca que la violencia hacia las mujeres se agudice debido a que las mujeres y las niñas conviven con una persona agresora y violenta, sumado al estrés que se produce por estar mucho tiempo en el mismo lugar ocasionando ambientes hostiles para toda la familia. En países de la región Centroamericana, por ejemplo, la muerte de mujeres durante el período del COVID-19, ha sido mayor que las muertes reportadas por el virus. Así lo indican los observatorios de violencia de organizaciones de mujeres en la región[1]. A partir de las valoraciones anteriores nos lleva a cuenta la necesidad de priorizar porque la respuesta humanitaria en la crisis que desarrollen los países del COVID-19, tenga un contenido programático integral que atienda las necesidades diferenciadas de la población, especialmente las más vulnerables, de tal forma que se encaminen a la reducción de riesgos en todos los ámbitos de respuesta humanitaria, promueva el fortalecimiento de capacidades en las poblaciones de tal forma de generar condiciones de resiliencia fortaleciendo la institucionalidad para la atención de la violencia de género y el compromiso de toda la sociedad por contribuir a su erradicación y cero tolerancia, que permita generar condiciones sostenibles y que la experiencia que nos deja esta crisis sirva para avanzar en la garantía del derecho a la salud, la alimentación y al pleno desarrollo de la población, en este caso para las mujeres y las niñas. [3] https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/311314/WHO-HIS-HWF-GenderWP1-2019.1-eng.pdf?sequence=1&isAllowed=y [4] CEPAL, Observatorio de Igualdad de Genero de America Latina y el Caribe. https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio. [1] CRGR Sistematización “Foro virtual: Violencia de Genero en Centroamérica”. 11 de Mayo de 2020. www.crgr.org

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que les limita ejercer su derecho a denunciar a sus agresores.



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Los impactos por COVID-19 en los pueblos originarios en América Latina ESCRITO POR: JOHN C. SCOTT PRESIDENTE DEL CENTRO DE COMUNICACIONES DE SERVICIOS PÚBLICOS (CPSC) JCSCOTT@CPSC.COM, HTTP:/WWW.CPSC.COM

Ciertamente existe la tentación de aprovechar esta oportunidad para llamar la atención sobre las necesidades de los pueblos indígenas en respuesta a la actual pandemia del COVID-19, al cierre de este artículo la Organización Panamericana de la Salud informa que en América Latina hay casi 232,000 infectados y casi 13,000 muertes, con Brasil liderando en infecciones y muertes, y un número creciente de ellos dentro de comunidades indígenas vulnerables. También es necesario aprovechar esta oportunidad, y la experiencia COVID-19, como un llamado a prestar mayor atención a la reducción de riesgos. En el marco de la reducción de riesgos, quiero enfocarme en estrategias que prevengan o mitiguen los efectos de futuras pandemias y otros peligros naturales e inducidos por los humanos.

El COVID-19 es un ejemplo de una Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional (PHEIC por sus siglas en inglés) y, aunque el virus puede ocurrir naturalmente, la devastación que trae a las comunidades indígenas puede atribuirse en gran parte al colonialismo, histórico y contemporáneo, y a la marginación de poblaciones vulnerables a través de decisiones políticas y económicas tomadas fuera de esas comunidades. Creo que la educación a largo plazo y el desarrollo de la capacidad humana son las dos necesidades más importantes para reducir el riesgo de peligros naturales, incluidos las PHEIC. El uso de los conocimientos tradicionales ha reducido y seguirá reduciendo el riesgo para los peligros naturales y también ha


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ESCRITO POR: JOHN C. SCOTT PRESIDENTE DEL CENTRO DE COMUNICACIONES DE SERVICIOS PÚBLICOS (CPSC)

demostrado ser útil en la respuesta y recuperación. Pero el conocimiento tradicional es a la vez acumulativo y dinámico, se basa en la experiencia de generaciones anteriores y se adapta a los nuevos cambios tecnológicos y socioeconómicos del presente (ref: Instituto Cultural Dene, Canadá, 1995). Sin embargo, las decisiones sustanciales a nivel comunitario y nacional, las decisiones políticas y leyes que reconocerían y responderían a las necesidades de las comunidades indígenas sólo representarán las necesidades de las comunidades indígenas en la medida en que los líderes y expertos indígenas, en derecho, ingeniería, salud pública, medicina, ciencias ambientales, educación, transporte, etc. están presentes en la mesa para negociar leyes, políticas públicas, códigos y normas de construcción que representen las necesidades de sus comunidades. Durante milenios, los pueblos indígenas de América Central y en todo el mundo han utilizado sus conocimientos tradicionales para prepararse, hacer frente y sobrevivir a los desastres. Sus métodos y prácticas se han originado dentro de sus comunidades y se han mantenido y transmitido de generación en generación. Los políticos y los formuladores de políticas no indígenas han ignorado en gran medida este vasto cuerpo de conocimiento. Sin embargo, muchas de estas prácticas tradicionales son contribuciones importantes y necesarias para la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad ambiental. A un ritmo cada vez mayor, este conocimiento está bajo amenaza de erosión, pérdida o apropiación indebida por factores que contribuyen a una mayor vulnerabilidad de la comunidad, como lo demuestran los niveles crecientes

La educación y la creación de capacidad humana se mencionaron anteriormente. El tercer elemento crucial en la creación de estrategias de reducción de riesgos a largo plazo es el compromiso. De estos tres elementos, el compromiso es uno que a menudo se pasa por alto a pesar de su importancia. Lamentablemente, y con mayor frecuencia, las decisiones que afectan a los pueblos indígenas son tomadas por órganos deliberativos mayoritarios no indígenas. El respeto al conocimiento y la integración de los pueblos indígenas en la toma de decisiones deben considerarse una prioridad. Con demasiada frecuencia, cuando se escriben informes de reuniones o hallazgos de evaluaciones, las palabras utilizadas no son las de los delegados indígenas; porque, en la mayoría de los casos, no hay un número suficiente de delegados indígenas en las reuniones, ni hay suficiente tiempo para discutir varias perspectivas indígenas, ni hay suficientes recursos de interpretación y traducción disponibles para representar con precisión las múltiples y variadas necesidades de las comunidades sobre las cuales se convocaron las reuniones y se encargaron las evaluaciones. Los efectos de COVID-19 se sienten debido a la falta de preparación para lo que se sabía que era una amenaza (tan remota como la probabilidad podría haber sido). Las estrategias de mitigación tardan en desarrollarse, especialmente en comunidades vulnerables. Esto producirá futuras Emergencias de Salud Pública de Preocupación Internacional – PHEIC-. Debemos aprender de esta y una de las lecciones para los pueblos indígenas es que es importante tener un asiento en la mesa cuando se toman decisiones sobre estrategias de reducción de riesgos. Para los líderes y políticos de mayoría no indígena, la lección es que ese asiento en la mesa es un derecho humano y no una acomodación. (ref: https://undocs.org/A/HRC/27/66).

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de pérdida derivados de los desastres naturales en las últimas décadas.


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Desafíos de la lucha ambiental en el marco de la pandemia por el COVID-19 y alternativas comunitarias en la zona norte-norte de Costa Rica. Escrito por: Jeffery López, Mariana Gutiérrez Representantes de la Asociación de Derechos Comunitarios Coordinadora Norte Tierra y Libertad (CNTL) y la Asociación de Iniciativas Populares Ditsö.

No cabe duda de que los efectos inmediatos, así como los impactos a mediano y largo plazo, de la pandemia por el COVID-19 son de carácter estructural, tanto en lo económico, lo social, lo ambiental y lo cultural. Nos encontramos ante la consolidación de nuevos escenarios: la reingeniería del orden económico mundial, la reestructuración de los Estados y su capacidad de responder a la pandemia, la reinvención de las comunidades en sus territorios para sobrevivir dignamente; esto sumado al ya de por si complejo escenario que implica la crisis climática en nuestra región centroamericana. A pesar de las esperanzadoras imágenes que muestran cómo la naturaleza recobra fuerza, así como la importante reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, producto de la desaceleración parcial de la producción industrial y de la movilidad en grandes ciudades; el argumento de la recuperación económica post-COVID-19 sin una perspectiva crítica nos puede llevar a una profundización de los procesos de destrucción y despojo de los bienes comunes naturales, agudizando los conflictos socio-ambientales en los territorios.

La zona norte-norte[2] de Costa Rica, es un territorio de profundas disputas ambientales, con una historia marcada por la imposición e institucionalización del despojo. Ya en la segunda mitad del siglo XIX se dio una devastación ambiental profunda con la explotación del árbol de hule, que destruyó importantes ecosistemas e implicó la esclavización del pueblo Indígena Maleku. Ambientalmente, es una zona de gran riqueza hídrica, con grandes extensiones de humedales, una alta biodiversidad, diversos tipos de bosques y fauna silvestre, así como una cantidad importante de áreas protegidas, que forman parte de la Cuenca Binacional del Río San Juan. Es una región multicultural, con una binacionalidad histórica costarricensenicaragüense de gran peso en la identidad. Desde el punto de vista socioeconómico esta zona es una de las más empobrecidas del país. La conflictividad socio-ambiental se manifiesta en la resistencia de modelos agroecológicos y pecuarios de pequeña escala, en confrontación [2] En la Zona Norte-Norte se ubican los cantones de Guatuso, Upala y Los Chiles.


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Tomando en consideración este contexto, los impactos económicos generados por la pandemia, sumados a las decisiones que ha tomado el gobierno para sostener las medidas sanitarias y favorecer la recuperación económica, nos advierten de algunos desafíos en términos de las luchas por la justicia ambiental y climática a nivel comunitario. Desde que inició la pandemia hasta la actualidad, la CNTL y Ditsö han interpuesto dos denuncias que abarcan al menos la presunta comisión de los siguientes delitos ambientales: destrucción del área de protección de nacientes, ríos y quebradas, desecamiento de humedales, tala ilegal de árboles, ligados a obras de preparación de terreno para la siembra extensiva en el Cantón de Upala y al proyecto de dragado, limpieza y canalización de 5 ríos del Cantón de Guatuso, desarrollado por la Municipalidad de Guatuso y la Comisión Nacional de Emergencias. Además, la CNTL documentó la intoxicación aguda por agroquímicos de varios vecinos(as) de una finca piñera en Upala; entre las personas afectadas se encontraban niños(as) y personas adultas mayores. Aunado a esto, el pasado 11 de mayo el actual Ministro de Ambiente y Energía (MINAE) Carlos Manuel Rodríguez, manifestó que el cierre de los parques nacionales y otras áreas de protección, producto de las medidas sanitarias tomadas ante la pandemia, generarán pérdidas de aproximadamente el 50% del presupuesto del MINAE para el año 2021. Asimismo, expresó que el traslado de 1.200 millones de colones al fondo del Bono Proteger[3] ha dejado a la institución en su operación mínima. [3] El Bono Proteger es un subsidio económico de emergencia para las personas cuyos ingresos se han visto afectados por las medidas para la contención de la pandemia.

Por otro lado, una de las medidas anunciadas por el gobierno para favorecer la recuperación económica es la Directriz N.085 de MIDEPLAN-MEIC, a través de la cual se establece la simplificación de trámites, requisitos o procedimientos en algunas instituciones de gobierno central, instituciones descentralizadas y municipalidades, siendo el mecanismo prioritario la declaración jurada. Esto significa un grave peligro en términos ambientales, ya que se favorece el desarrollo de proyectos con escasos niveles de regulación, monitoreo y fiscalización por parte del Estado, lo que podría convertirse en un mecanismo que aumente los impactos ambientales. Ambas situaciones presentan un posible escenario en el cual el Estado, bajo el argumento de no tener recursos y favorecer la recuperación económica, podría desatender aún más el cuestionado sistema de denuncias ambientales del MINAE, generándose impunidad. Frente a estos desafíos las comunidades encontramos algunas alternativas para el corto plazo, tales como: fortalecer la capacidad de documentación y denuncia por casos de delitos ambientales, favorecer la conciencia sobre las consecuencias de profundizar la destrucción de la naturaleza, generar un contrapeso organizativo que fortalezca las alternativas agroecológicas y los procesos de resistencia frente a las actividades y políticas económicas que destruyen los bienes comunes naturales, construir nuevas estrategias de organización y movilización mientras nos mantenemos en confinamiento y analizar críticamente los caminos para continuar el trabajo territorial en una nueva e incierta normalidad postpandemia.

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directa y cotidiana con el modelo agroindustrial y proyectos extractivistas, que socavan los bienes comunes naturales y afectan el modo de vida de las comunidades campesinas e indígenas. Asimismo, la impunidad y la corrupción asociadas a los delitos ambientales obstaculizan el acceso a la justicia por parte de las comunidades.


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“INFODEMIA” Y “DEMOCRADEMIA”: DOS VIRUS QUE SE PROPAGAN CON EL COVID-19 Escrito por: Leonel Herrera Lemus Director Ejecutivo de la Asociación de Radiodifusión Participativa de El Salvador [ARPAS] y de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER)

Dos tipos de pandemias se han propagado juntamente con el coronavirus COVID-19. Una tiene que ver con problemáticas relacionadas con la información y comunicación, que los críticos y expertos en esta temática han llamado “infodemia”; y la otra se relaciona con aspectos que menoscaban la institucionalidad, el estado de derecho y otros elementos la democracia, que podríamos denominar “democrademia”. Estas pandemias se han expandido en la mayoría de países de América Latina, pero -particularmente- en El Salvador.

La “infodemia” Entre los “síntomas” más graves de esta pandemia están: la falta de acceso a información pública, la difusión de noticias falsas y el control digital a través de plataformas, redes y aplicaciones. El inacceso a la información señala directamente a gobiernos que han bloqueado los mecanismos de obtención de información y su estrategia de comunicación consiste -precisamente- en negar la información, impidiendo así que la ciudadanía se informe e imposibilitando la transparencia, la rendición de cuentas pública y la anticorrupción. El presidente salvadoreño Nayib Bukele ha propagado este virus, aprovechando la emergencia del COVID-19 para hacer más intransparente su gestión gubernamental. Bukele, prácticamente, ha cerrado las unidades de acceso a la información y se niega a rendir cuentas al Parlamento sobre el uso de los fondos aprobados para la emergencia[1]; al mandatario salvadoreño [1] https://elfaro.net/es/202004/el_salvador/24237/El-Gobiernotambi%C3%A9n-puso-en-cuarentena-el-acceso-a-lainformaci%C3%B3n-p%C3%BAblica.htm


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En relación a la difusión de noticias falsas, Nayib Bukele también es, tristemente, un ejemplo ilustrativo. Además de difundir datos e información dudosa sobre la pandemia, Bukele publica frecuentemente “fake news”, es decir, informa sobre hechos falsos o inexactos, con el propósito de generar miedo y pánico colectivo: un vuelo de AVIANCA procedente de México con 12 personas con coronavirus, los carros militares con que Estados Unidos combatiría el COVID-19 y la decisión de las autoridades de salud italianas de dejar morir a los enfermos mayores de 80 años, resultaron ser acontecimientos ficticios que Bukele presentó como verdaderos en Twitter[2] y que nunca desmintió a pesar de que las embajadas de esos tres países lo corrigieron. La difusión de noticias falsas es un problema generalizado: las “fake news” provienen de diferentes fuentes, se difunden principalmente en medios digitales y se propagan rápidamente a través de redes sociales por quienes las reciben y comparten sin antes verificarlas. Para terminar esta parte, el control digital. El teletrabajo y un mayor uso de internet durante la cuarentena han permitido a las corporaciones que controlan las plataformas y redes digitales (Facebook/WhatsApp, Twitter, Google, etc.) una mayor apropiación de los datos de la población y aumentar la vigilancia masiva, incluso en algunos países con fines lícitos coordinados con los gobiernos para prevenir la pandemia. Si la falta de acceso a la información y la difusión de noticias falsas violentan el derecho a la información veraz, el control digital menoscaba los derechos de protección de datos, privacidad y seguridad digital[3].

gobierno: personalismo, megalomanía, centralidad del poder, intolerancia a las críticas, no-coordinación con los demás poderes del Estado y actitud impositiva[4]. Esto le ha generado críticas de las más diversas instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, incluidas las Naciones Unidas, la Unión Europea y hasta la embajada de Estados Unidos. En el país, lo han criticado desde instancias progresistas como FESPAD y la UCA, hasta entidades conservadoras como FUSADES y la ANEP. Bukele también ha sido señalado de violentar derechos humanos por organizaciones sociales, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y la Sala de lo Constitucional. La mayoría de abusos tiene que ver con la detención arbitraria de personas que incumplen la cuarentena domiciliar que inició el 22 de marzo y ha sido prorrogada hasta el 6 de junio. En un primer informe la PDDH documentó 778 denuncias, de las cuales determinó que 172 fueron detenciones ilegales[5]. Finalmente, el mandatario salvadoreño ha sido señalado de incumplir sentencias de la Sala de lo Constitucional, usurpar funciones de la Asamblea Legislativa, irrespetar la independencia de poderes y atentar contra el orden constitucional del país. Concretamente, Bukele no acató resoluciones de la Sala sobre derechos de las personas internadas en “centros de contención” y ha aprobado decretos de emergencia nacional “saltándose a la Asamblea”[6]. El mayor ataque presidencial a la independencia de poderes y al orden constitucional fue el intento de golpe contra el Parlamento, el 9 de febrero, cuando Bukele, acompañado de militares y policías, tomó las instalaciones legislativas reclamando por la no aprobación de un préstamo para seguridad pública.

La “democrademia” A los problemas de la “infodemia” se suman los de la “democrademia”, es decir, aquéllos que afectan la democracia. Los más graves, en opinión de quien escribe, son: el autoritarismo, las violaciones a los derechos humanos y los atropellos a la institucionalidad, estado de derecho e independencia de poderes. Durante la emergencia por el coronavirus, el presidente Bukele ha reforzado el estilo autoritario que mostró desde el inicio de su [2] https://arpas.org.sv/2020/04/las-fake-news-del-presidente-bukele/ [3] https://www.alainet.org/es/articulo/206647

Frente a la “infodemia” y la “democrademia” también es necesario tomar medidas. Mientras se protege del COVID-19, la población también debe evitar la propagación de estos virus letales para la libertad de expresión y los derechos de la gente, la convivencia pacífica y la armonía social, la institucionalidad y el estado de derecho. Información adecuada, actitud crítica, organización e incidencia ciudadana son ahora más necesarias. [4] https://diario.elmundo.sv/derechos-humanos-presentaprimer-informe-a-sala-sobre-personas-retenidas/ [5] https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Magistrados-y-juecesexigen--a-Bukele-acatar-orden-de-la-sala-20200417-0078.html [6] https://www.revistafactum.com/vivanco-bukele/

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tampoco le gusta responder preguntas de la prensa y bloquea en sus redes sociales a quienes critican su gestión.


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Alimentación saludable en tiempos de COVID-19 Escrito por: Samya Coen / ECOHUERTOS

Hipócrates, el padre de la medicina, expresó “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento”, y siento que hasta hace poco estamos empezando a entender más frases como éstas que relacionan nuestro estado de salud con nuestra alimentación, especialmente ahora que estamos viviendo una emergencia sanitaria internacional.

He ahí donde nace el término de alimentación consciente y donde se puede interpretar con mayor facilidad lo que expresaba Hipócrates. La alimentación consciente implica: Ir al mercado y elegir las mejores opciones, los productos más frescos, más naturales, orgánicos, variados y nutritivos; Tener la opción de cultivarlos en casa;

Cuando empecé a estudiar el Método de Cultivos Biointensivos recuerdo haber aprendido bien que uno de los objetivos y ejes principales en la agroecología es cultivar el suelo, por la simple lógica que “si tenemos suelos sanos, tendremos plantas sanas”. Si éstas adquieren todos los nutrientes que necesitan, se desarrollarán y crecerán más fuertes y se defenderán mejor de las enfermedades, plagas y otros agentes externos. Exactamente igual pasa con nosotros los seres humanos, al nutrir adecuadamente nuestro cuerpo.

Prepararlos y cocinarlos de tal manera que podamos conservar y aprovechar lo más que podamos sus nutrientes y sin añadir condimentos procesados; Tomarse el tiempo para comer, masticar y saborear cada bocado. Cada alimento que ingerimos crea reacciones en nuestro cuerpo que nos pueden ocasionar distintas enfermedades, ya sea de manera inmediata como una indigestión, o enfermedades crónicas que


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Este punto es sumamente relevante, porque según el estado de nuestro cuerpo dependerá de cómo reaccione ante alguna infección por bacterias, hongos o virus. No obstante, si bien es cierto que tener una enfermedad crónica puede debilitar nuestro sistema de defensa, no padecer de alguna, tampoco es garantía que podremos defendernos bien. El fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico es sumamente importante y la manera de lograrlo es a través de una alimentación consciente y balanceada, rica en alimentos variados y nutritivos. Para llevar una alimentación saludable y consciente es necesario, por un lado, aumentar la ingesta variada de frutas y verduras (especialmente crudas), nueces y semillas, granos enteros, fermentados (kombucha, kéfir, encurtidos, etc.). Así mismo es preciso tomar en cuenta las proporciones de los macronutrientes en el plato: la mitad del plato frutas y vegetales, un cuarto proteínas y un cuarto carbohidratos. Por otro lado, también es necesario reducir (mejor si se evitan completamente) los alimentos procesados (gaseosas, productos enlatados, comida rápida, azúcar refinada, etc.).

De esta manera, le estamos dando a nuestro cuerpo los nutrientes necesarios para crear las condiciones de funcionar y defenderse mejor. Si a esto le sumamos una vida más activa, ejercicios de meditación y/o respiración o cualquier otra actividad que nos permita reducir el estrés y la ansiedad, aumentaremos aún más nuestra capacidad de no desarrollar enfermedades crónicas, aliviar o controlar las ya existentes y defendernos mejor de infecciones por bacterias, hongos y virus. En todo este proceso de alimentarse de manera más consciente, los huertos orgánicos toman un rol muy importante al permitirnos ingerir alimentos variados, sanos, frescos y libres de residuos tóxicos. A través de los huertos también nos conectamos con cómo se producen nuestros alimentos, los vemos desarrollarse, los cuidamos, nutrimos el suelo y nos genera satisfacción al momento de ingerir los frutos recién cosechados del huerto. Si integramos en nuestras vidas una alimentación más consciente estaremos mejor preparados física, mental y emocionalmente ante cualquier emergencia sanitaria, como la que estamos viviendo en estos momentos con el Covid 19. Esta emergencia sanitaria nos está dando además, una oportunidad para detenernos a reflexionar sobre nuestra relación con nuestro cuerpo y nuestro entorno social y ambiental, y cómo deberíamos mejorarla.

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son de larga duración y de progresión lenta, como diabetes, gastritis, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, cáncer, entre otras. Si bien estas enfermedades pueden ser hereditarias, muchos estudios han demostrado que también nuestros hábitos alimenticios están estrechamente relacionados con su aparición, su desarrollo o control.


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XXXI Asamblea Regional Ordinaria de Representantes La Concertación Regional para la Gestión de Riesgos realizará su XXXI Asamblea Regional de Representantes en el mes de junio 2020. Este evento se llevará a cabo en modalidad virtual debido a la emergencia por COVID-19.

Foros virtuales La Concertación Regional para la Gestión de Riesgos estará realizando una serie de foros virtuales a través de su sala virtual en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19 en el mes de junio y julio 2020, los cuales se darán a conocer en sus plataformas y vía invitación.

Formación en linea La CRGR estará realizando un procesos de formación en línea a cerca de investigación-acción y de monitoreo y evaluación durante el mes de junio 2020.

Formulación CRGR realizará la formulación del Plan de Acción de la Política de Género de CRGR a finales de mayo principios de junio 2020.

Evaluación CRGR realizará una Evaluación intermedia del proyecto Fase III en el mes de junio 2020

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