1 EL MURALISMO MEXICANO. SESIÓN 9 y ARTE CONTEMPORÁNEO Sesión 9ª Material Recopilado por: Dr. Armando Viesca Segura.
Sesión 9: “RE/VISIONES: LA PINTURA MURAL”. El movimiento muralista mexicano fue el resultado artístico del México postrevolucionario. Octavio Paz hace un reconocimiento del valor plástico de la pintura de Rivera, Siqueiros y Orozco, al tiempo que examina críticamente sus contenidos ideológicos. Asimismo, la pintura mural es situada en el contexto de la pintura universal. Sesión 9ª (10): “ARTE CONTEMPORANEO”. Octavio Paz es uno de los autores que más y mejor ha escrito acerca del arte contemporáneo de México. En este documento, habla de manera muy sintética sobre la obra de más de veinte artistas, empezando por Tamayo y terminando con Toledo. Es una breve antología personal, que muestra algunas admiraciones y afinidades estéticas del poeta. Sesión 9: “RE/VISIONES: LA PINTURA MURAL”. El movimiento muralista mexicano fue el resultado artístico del México postrevolucionario. Octavio Paz hace un reconocimiento del valor plástico de la pintura de Rivera, Siqueiros y Orozco, al tiempo que examina críticamente sus contenidos ideológicos. Asimismo, la pintura mural es situada en el contexto de la pintura universal.
“RE/VISIONES: LA PINTURA MURAL” – IV – En sus ensayos sobre el muralismo mexicano, Octavio Paz se propone entender el significado estético e histórico de este movimiento pictórico. Paz relaciona los méritos artísticos de la obra de Rivera, Siqueiros y Orozco con el contexto histórico del que surgieron y con sus contenidos ideológicos; al mismo tiempo distingue claramente cada uno de los ámbitos de su análisis. Relaciona, sin confundirlas, la esfera estética y la política. Según Paz, la pintura mural mexicana fue un movimiento estético y un fenómeno social; fue la doble consecuencia de la Revolución Mexicana y de la lección del arte moderno de Europa. El poeta señala que la revolución fue un redescubrimiento de la tradición mexicana: “México se redescubriría y, al mismo tiempo, se inventaba, se reinventaba.” Inspirado en esta idea, José Vasconcelos, Ministro de Educación Pública, llamó a los artistas para que colaboraran en la tarea de hacer o rehacer México. Vasconcelos creía en la misión y en la libertad del arte y por ello no impuso ningún dogma estético o ideológico a los artistas. Sus sucesores en el Ministerio de Educación, en cambio, vieron la utilidad de la pintura mural como medio de legitimación del joven Estado posrevolucionario. Paz refiere que “en la política gubernamental había una dosis considerable de oportunismo y lo mismo debe decirse de la actitud de los pintores. Unos y otros, los artistas y sus mecenas, encontraban ventajoso ese compromiso”. La revolución estética europea, iniciada a principios del siglo XIX con los románticos, ayudó a los muralistas mexicanos a reconocer la herencia artística precolombina y la riqueza y originalidad del arte popular de México. Sin esa influencia, quizá no hubieran incorporado esa tradición en su obra. Durante su primer periodo, los temas de los muralistas fueron las fiestas de México y la gesta revolucionaria. Pintaron escenas de la vida popular y muros con acento religioso. Hacia 1924, coincidiendo con cambios en la política del gobierno mexicano, la religiosidad cambio de signo y se convirtió en ―idolatría de la versión bolchevique del marxismo‖. La influencia del arte moderno europeo fue determinante en la formación artística de Rivera. Vivió dos años en Madrid y doce en París. Paz destaca la presencia en la pintura de