Memorias: Casa Volver Solferino - Una mirada al conflicto armado desde las vivencias de las víctimas

Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá

PRÓLOGO Para la Cruz Roja Seccional Bogotá-Cundinamarca construir memoria hace parte de un compromiso social que se ha fortalecido durante los últimos 13 años, tiempo durante el cual hemos venido acompañando a víctimas del conflicto armado en el Albergue de Paso de Urgencia Solferino, estrategia que hemos desarrollado de la mano con la administración del Distrito Capital.

Es así como desde una perspectiva de sufrimiento social que parte de reconocer los cuerpos, los lugares, la territorialidad y el territorio, ha sido indispensable pensar en las personas desde sus vivencias y su cotidianidad, con el ánimo de encontrar un significado en sus historias.

Precisamente, a través de las historias de las víctimas del conflicto armado es posible entender muchas de las relaciones y significados que se tejen por medio del lenguaje. Los escenarios de diálogo que permiten a los sobrevivientes relatar sus experiencias generan procesos de cuidado con ellos mismos.

No dudamos de los efectos de la guerra en nuestro país, sin embargo, emprendimos este viaje con optimismo y decidimos iniciar la tarea de compartir estos relatos, como acción de memoria en el marco de la conmemoración del 9 de abril Día Nacional de la Memoria y Solidarias por las Víctimas del Conflicto Armando, para que al ser leídos permitan entender la realidad del conflicto desde quienes lo han sufrido.

Contenido 1. Solferino.................................................... 2 2. Caramelos del cielo............................. 4 3. Recuerdos............................................... 6 4. Sentir......................................................... 8 5. Cali............................................................ 10 6. Obsequiando miedos..........................12 7. Corriendo y corriendo........................ 14 8. Los golpes.............................................. 16 9. Un techo..................................................18 10. Hambre .................................................20 11. Un hogar................................................. 22 12. Sueños.................................................... 24

13. Frustración y desesperanza........... 26 14. ¿Por qué a mí?................................... 28 15. Mi cuerpo habla..................................30 16. Sola o acompañada ......................... 32 17. Muerto en vida..................................... 34 18. Los ojos del alma............................... 36 19. Recuerdos imborrables................... 38 20. Los rigores del perdon...................40 21. Volverte a ver...................................... 42 22. Oasis en el desierto..........................44 23. A pesar de la oscuridad.................46 24. Mi tierra................................................. 48

Imagen de David Mark

1. Mi Tierra En Buenaventura tenía mi propia casa y un buen trabajo, pero ahora se ha desatado una mano de violencia horrible, todos los días hay dos, tres, hasta cuatro muertos y aquel día me tocó a mí. Salí de mi empleo y me dirigía a recoger unas maletas que me habían enviado mis hermanos y a casi 100 metros de la casa, unos tipos armados se fundaron contra nosotros y asesinaron a mi primo

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que tenía 15 años. En el instante que él cayó, yo no tuve más que pensar en correr y venirme para Bogotá. Ahora solo quiero capacitarme sobre lo que sé, seguir estudiando, aprender más y poder sacar a mis hijos adelante. Mis metas en este momento son radicarme aquí en Bogotá, poder tener una vivienda digna y salir adelante.

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Mi papá siempre me decía que cuando estuviera triste, pensara que llovían caramelos, ahora él está en el cielo.

Cuando yo tenía ocho años, llegaron unas personas armadas a mi casa, mi hermanito chiquito no había nacido, pero a Felipe y a mí nos tocó la peor parte: cuando entraron, nos escondimos mi mamá, mi hermano y yo en la habitación,

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Imagen de Vinson Tan

2. Caramelos Del Cielo y estuvimos allí toda la noche; mi mamá no paraba de llorar, estábamos muy angustiados por nuestro papá. Al otro día salimos a ver qué pasaba y lo vimos en el suelo, le habían pegado un tiro, los hombres armados se quedaron allí mucho tiempo, nos pegaron y nos obligaron a hacer cosas que no queríamos. Hoy llueven caramelos del cielo.

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Imagen de David Mark

3. Recuerdos Recuerdo muy bien como era todo, la gente, el color de las hojas, el olor del pasto mojado, el cielo, y hasta cuando el sol se ocultaba detrás de las montañas.

Extraño a mis amigos llegando a la escuela, el saludo de mi vecina al arribar del trabajo y el olor de la comida recién hecha de mi abuela.

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Ahora en esta ciudad todo es más gris y frío, aunque acá he hecho amigos y he aprendido buenas cosas. Anhelo con todo mi corazón volver a la calidad y al amor de mi tierrita.

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Imagen de Ulrike Mai

4. Sentir Yo he comido bien, porque todo me lo como, ¿si me entiendes? La convivencia es un poco dura, pero nada más. Los funcionarios me prestan atención, soy muy querida aquí, soy de Barranquilla, entonces, eso es como mi “telepatía”, y aunque adentro estoy triste, por fuera doy felicidad; mira por ejemplo, estoy enferma y no parece.

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No tengo quejas de nada, tanto que prefería ir a buscar estudios y seguir viviendo aquí, que irme a estar sola. ´Solferino me da el estilo de vida, la comida y la vivienda, que si no lo tuviera ¿dónde estaría yo?, quien sabe, porque no puedo regresar a mi ciudad, allá a mi casa, si lo hago me asesinan.

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Imagen de David Mark

5. Cali Su voz, su baile y su buena energía… Él siempre está feliz, no soporta el frío de Bogotá, pues le da rinitis, su mayor sueño es volver a su tierra para jugar fútbol bajo la luz del sol, para que la cancha se llene de sudor por su gran esfuerzo.

Tulia… Él transmite gran sabor en todo lo que hace, cuando canta salsa y otros ritmos típicos de Cali, y al bailar al son de una canción… Él siempre recuerda con anhelo su bella ciudad.

Piensa en el solar de la plaza, en los paseos al Río Pance, en el chontaduro de la esquina, en los aborrajados de Doña

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Ese día estábamos trabajando por medio de dibujos y en ellos se veían los miedos de algunos chicos, el dibujo que más me llamó la atención fue el de Manuel, me acerqué y le pregunté: ¿por qué dibujas eso?, ¿le tienes miedo a los fantasmas? Él me respondió: “No, a los fantasmas no, es a la muerte, es que mucha gente a la que he querido, ha fallecido y no quiero que pase de nuevo”.

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Imagen de Brigitte en Pixabay

6. Obsequiando Miedos Al escuchar esto, me quedé sin palabras, pero le dije: “La muerte es algo que te va a ayudar a ser un hombre más fuerte”.

En ese momento, me obsequió el dibujo, que aún conservo como un recuerdo que me llena y me da fortaleza.

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Uno de mis mayores miedos es morir, morir joven, por eso, le tengo miedo a las armas, a los hombres que las cargan y las disparan sin pensar… Cuando yo vivía en Medellín, enviaron a esa gente a amenazarnos, porque debíamos plata, nos empezaron a perseguir y querían que nos reuniéramos con ellos, pero luego quisieron llevarse a mi hermana

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Imagen de David Mark

7. Corriendo Y Corriendo para aprovecharse de ella, entonces fue ahí cuando salimos de casa, dejando nuestra ciudad para irnos a Barranquilla.

A mi hermana y a mí nos tocó cerrar las redes sociales, porque no seguían buscando, como no teníamos nada, decidimos venirnos a Bogotá, estuvimos por las calles por una semana y después llegamos al albergue.

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Mi sueño es ser boxeador. Cuando los grupos armados estaban en mi casa, me obligaban a participar en las peleas callejeras en Cali, de hecho, una vez me apuñalaron y me quedó la marca, por eso, aprendí a dar puños, soy bueno haciéndolo y me gusta.

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Imagen de Layers

8. Los Golpes Por esta razón, cuando sea grande, quiero hacerlo, pero hacerlo bien, profesionalmente, sin la presión de las armas o de quienes son malos.

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9. Un Techo En Solferino me siento bien y tranquila, el entorno donde estaba era muy violento, pero la situación aquí cambió, los niños están en otro ambiente, es otra vida, aunque es un cambio muy drástico, ellos han logrado estar emocionalmente con otro enfoque que les hace sacar todo lo bueno que tienen. Las cosas que no me gustan son mínimas, he sentido que la

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atención es muy buena, nos tratan con respeto y de manera cordial. La Cruz Roja Bogotá me da un techo mientras consigo algo del arriendo, la alimentación y el acceso a los servicios de aseo, para poder salir y estar en tranquilidad con mis hijos y hacer nuestras vueltas. El temor ya quedó atrás.

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Imagen de Brigitte

10. Hambre Al principio nos dio muy duro lo de la comida, porque es poquita y estamos acostumbrados a comer bastante, así como el agua fría. Uno viene de una parte donde recibió violencia y encerramiento, y aquí, aunque casi se vive lo mismo, se viene a buscar una nueva ciudad y la libertad.

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Aquí uno se encuentra con gente que proviene de muchas partes, que son diferentes a nosotros, que tienen distintos genios, pero entre todos tratamos de convivir sin problemas. Me estreso, porque no estoy acostumbrada a esto.

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11. Un Hogar La primera impresión que tuve al ingresar a Solferino fue de expectativa ante las necesidades que reconocía en cualquier persona que se pudiera albergar allí y la forma en que se les prestaba ayuda a mis semejantes que están en condición de desplazamiento en este, nuestro país.

Por un instante, me puse en los zapatos de cualquiera de ellos, sacados a la fuerza de su terruño, con su familia 22

fragmentada, con el miedo en las entrañas y con el temor de enfrentar a una sociedad hostil representada en el frío que cala los huesos, sin mi paz interior y con las miradas llenas de interrogantes ante mi presencia. La acogida que encontré en este hogar de paso me tranquilizó un poco: “Un hogar en medio de la tormenta”.

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12. Sueños No me siento muy tranquilo, yo me quiero ir de Colombia, porque ya fui desplazado antes y no pasó nada, no recibí ayuda del Gobierno, un alojamiento sí, pero duró poco tiempo.

No pasó nada aquí en Bogotá, porque mi papá no podía venir, entonces, me tocó por obligación regresarme para la tierra y allá a él lo mataron.

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Yo me fui para Cali el 10 de diciembre del año pasado y a mi papá lo asesinaron el 3 de enero, por lo que a mí me tocó irme para otros pueblos de Cali y del Valle del Cauca: estuve en Buenaventura y Palmira, tuve que correr para que no me localizaran. Estuve de allá para acá y pues cuando vi al muchacho que me seguía, me sorprendí, pensé que me estaba persiguiendo, pero resulta que él también era una víctima.

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Me acerque a un policía y le dije: Soy desplazado por la violencia, vengo huyendo y no me siento seguro en ninguna parte; la poca plata que tengo es para pagarle a un líder que dijo que me iba ayudar, pero no aparece. Él me mira y me dice: Recoja a su mujer y a su hijo, síganme. Entramos a una caseta donde habían muchas personas y nos decían: Nos dan $30.000 mil pesos por adulto y $10.000 mil pesos por niño 26

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13. Frustración Y Desesperanza y los llevamos a un albergue donde van a tener comida y dormida, pero tienen que pagar ya.

Nos quitaron lo poco que teníamos y nunca nos llevaron. Andamos y andamos hasta que una señora nos trajo al albergue de la Cruz Roja Bogotá y nos socorrieron, pero ahora estoy pensando qué vamos hacer, porque tenemos solo ocho días para arreglar nuestra situación.

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Fernando permanece callado todo el tiempo, su mirada perdida contrasta con el movimiento de sus manos que remueven la tierra con un palo, como si quisiera encontrar algo allí.

Sufre en silencio, observa a los niños jugar y tiene recuerdos de su propia historia -sus padres y su hermana ya no están con él-.

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14. ¿Por Qué A Mí?

Logró escapar de una muerte anunciada, corrió y corrió hasta que cayo exhausto de cansancio y dolor.

Lo recogió el ejército, lo enviaron al albergue de paso, no quiere vivir, quiere encontrarse con sus padres y su hermana. Tiene 14 años.

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Con un lenguaje corporal, -ella tiene 18 años-, dice no saber hablar, señala a su compañero para que él hable. Él es el líder de una familia indígena compuesta por su esposa, sus cuatro hijos, sus dos sobrinos y una abuela.

“Salimos del bajo Cauca. Los paras dicen que esas tierras son de ellos, que si no me iba esa noche, nos mataban a todos.

Empezamos a caminar montaña arriba con lo que pudimos traer, no tengo papeles. Tengo un niño muy enfermo.

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Quiero dormir con ella -pero aquí no nos dejan dormir juntos-, además, el agua es helada y nosotros no nos bañamos todos los días”.

Imagen de Vinson Tan

15. Mi Cuerpo Habla Luis, -el mayor de los hijos-, dibuja y mira fijamente el paisaje, la cabaña que tenía por casa y los animales, -sus mascotas-, no habla, -no conoce el idioma-, mira a su padre y rompe el dibujo. Su abuela cierra los ojos y llora en silencio.

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A pesar de estar con mis tres niñas, me siento sola, no duermo, siento los pasos de aquellos hombres que se llevaron a José Luis, mi esposo, lo iban a matar delante de las niñas sino se iba con ellos. Siempre los atendíamos cuando llegaban las tropas a pedir comida y a llevarse el poco ganado que teníamos.

Después de media hora sentí unos disparos y unos gritos desgarradores.

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16. Sola O Acompañada Mi hija de 9 años corrió por la trocha y me fui detrás, pero era muy tarde y no veíamos nada. Cansadas de correr nos devolvimos, porque la bebé lloraba. Al amanecer, salí al portal y vi un papel que decía: “volveremos por sus hijas, piénselo traidores”. Cogí lo que pude y aquí estoy, sin saber qué hacer, sin saber cómo voy a vivir y sin saber con quién dejaré a mis hijas cuando consiga trabajo.

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-¿Cuántos son ustedes?-, todos le preguntábamos a Mario y él recorría con su mirada uno a uno de su familiares, -32 en total-, habían llegado a la UAO a declarar su desplazamiento. Venían de Cali, donde no habían recibido apoyo.

Las amenazas de los paramilitares decían acabar con toda la familia por considerarlos auxiliares de la guerrilla y el testaferrato.

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Imagen de Layers

17. Muerto En Vida Somos muy unidos, teníamos negocios y nos apoyamos entre todos, por eso, cuando nos empezaron a llegar los panfletos, y mataron a mi hermano y a mi sobrino, mi mamá murió.

Estoy aquí para ayudarlos a todos.

Debo ir a la Fiscalía a declarar para que se haga justicia. Ya están los papeles de casi todos, algunos ya les he conseguido trabajo, pero aun así yo estoy muerto, no quiero vivir.

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Jhosep sonreía a Carmen, su madre, que lo miraba angustiada y triste. Él sentía su presencia, ya que no podía verla, pues había perdido la visión cuando fue secuestrado por un grupo al margen de la ley.

Imagen de Brigitte

18. Los Ojos Del Alma Llegaron al albergue Solferino donde fueron acogidos, pero sentían miedo e inseguridad de salir a la calle, se sentían encerrados en una casa con mucha gente, pero al mismo tiempo solos.

Jhosep es un niño muy inteligente y creativo, dice: “Sufrí los horrores del cautiverio, fue muy duro, pero siempre pensé en salir de esto y cuidar a mi mamá”.

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Siento que mi cuerpo está sucio, -sucio por los horrores de la guerra, sucio, porque no ha podido olvidar a sus agresores, a aquellos que se ensañaron con su dignidad, no ha podido borras sus rostros, tiene miedo, pero al mismo tiempo quiere gritar que está viva. Tuvo que salir huyendo de su linda casa, de su refugio llamado Solferino, donde convivía con su padre, al cual mataron por defenderla.

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Imagen de Lichtmagnet

19. Recuerdos Imborrables Con su hermano menor llegó a la ciudad que ella creía fría, pero que la acogió y le brindó un techo y una comida, aquí ha encontrado protección en el albergue de paso-. “Aunque mi autoestima ha crecido, aun no entiendo por qué no puedo borrar esos recuerdos tan violentos, que dejaron marca en mi cuerpo y en mi alma, y aunque quiera hacerlo es difícil, porque está un hijo que no tiene la culpa de nada”.

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Durante años, he tenido que soportar tres desplazamientos, dice mi madre que nunca me quiso, así que de niño viví con mi abuela, ella me crio, pero mi tío no me quería y me maltrataba, cuando yo llegaba de la escuela, por lo que cuando tenía 12 años, me fui de la casa, lo que significó mucho dolor para mi abuela.

No le tengo miedo al trabajo, uno viviendo solo se enfrenta a muchas cosas, resulta metido en negocios de 40

Imagen de natureworks

20. Los Rigores Del Perdón los cuales se arrepiente y es difícil salir, pero no imposible.

Me vienen buscando, porque decidí ser legal y cambiar por mi hija, y porque sé que Dios me está dando otra oportunidad.

Acá en Bogotá, he estado muy enfermo, hospitalizado por una hernia, pero ya la Fiscalía me está ayudando.

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Llegaron a sacarnos de nuestra tierra, nosotros dos viejos que la labramos, que solo aprendimos a escribir nuestro nombre, que perdimos el rastro de nuestro hijo hace más de 30 años, cuando llegaron por él para reclutarlo los grupos armados al margen de la ley.

Imagen de Vinson Tan

21. Volverte A Ver Huimos cuando nos quitaron la finquita, eso fue muy duro. Llegamos a este albergue muy mal, con solo dos mudas de ropa. Mi mujer enfermó, pero cuando apareció nuestro hijo y nos contactó fue como un milagro, nos llevó a vivir en su casa de Bogotá. Dios existe.

Nunca más tuvimos noticias de su vida, sufrimos en silencio, lloramos su ausencia, mi mujer decía que él estaba vivo, ella lo presentía.

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Siento que la vida nos ha cambiado, los niños están en otro entorno, porque donde estábamos era muy violento, es un cambio drástico, han logrado estar emocionalmente en otro enfoque, en otra situación que nos hace sacar todo lo positivo y cambiar lo negativo de la conducta violenta que nos dejó lo sucedido.

Imagen de Hans Benn

22. Oasis En El Desierto un poco el temor e incertidumbre, pero son cosas que hay que dejar atrás.

Me siento segura, alejada del peligro para mí y para mis hijos. Este lugar me permite hacer un diseño de lo que va a ser la vida aquí. Encontrar este albergue ha sido como un oasis en el desierto.

Siento que el temor ya quedo atrás, el miedo está en los recuerdos, cuando uno se acuerda de lo sucedido, le viene 44

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Pedro tuvo que huir y dejar a su hijo adolescente al cuidado de un amigo.

Cuando llegaron por él, atravesó el río y siguió su camino hasta llegar a la ciudad, donde está rodeado de mucha gente, y aunque haya bastante, se sigue sintiendo solo, necesita a su hijo, teme que le puedan hacer daño.

Imagen de Layers

23. A Pesar De La Oscuridad calles y carreras buscando trabajo y una habitación, porque ya casi se cumple su estadía en el alojamiento.

Además, siente que lo están siguiendo, que algunas de las personas que están conviviendo con él en el albergue, le van hacer daño. No come, no duerme y ha pedido que lo cambien de casa.

Ha sufrido los rigores de la guerra en el campo, pero no se siente seguro en Bogotá, donde tiene que atravesar 46

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24. Solferino Caja de pandora de donde surgen imágenes de pena, dolor, abandono y duras experiencias, pero también de expresiones de agradecimiento, alegría, paz, amor y esperanza, que llenan un presente a pesar de las heridas, de las carencias, de los desalojos. Caja de pandora llena de cicatrices donde lo malo se confunde con lo bueno, creando en el ambiente un romance entre el bien y el mal.

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Rostros tristes en un trasegar de penas que tienen la ilusión de una vida mejor, que encuentran en Solferino un alivio en el camino, que hacen de su presente un rumbo prometedor para superar dificultades, que está lejos de la violencia que los consume y cerca del renacer en un espacio que enseña, propone y hace crecer su espíritu, valorar su esfuerzo y fortalecer su deseo de salir adelante… SOLFERINO, una historia llena de más historias.

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