SOBREDOSIS DE INTROSPECCIÓN

Page 22

Sobredosis de Introspección

Aprendiendo a olvidar, aprendió que había olvidado aquello que a él vida le había dado, todo aquello que ahora y siempre lo había estado lastimando, y de cierto modo formando. Su principal latencia era aquello que ahora lo había alcanzado, conocer a aquel vientre que a luz lo había dado. Aquel gran sueño, que en pesadilla se había transformado, durante su no tan largo camino que descalzo se le fue asignado, nombrado como destino, por sus más allegados, que con lágrimas copas llenaron, sólo festejando aquel tan inesperado suceso de por fin haberse rencontrado. Y era ahora cuando todo tenía sentido, cuando callarse se había transformado en su verdadero enemigo, que a toda costa quería hacer conocido, aquello que fuera de sí mismo, a su ser había oprimido, comprimido, habiéndolo dejado desahuciado y oprimido, comprimido, intoxicado y hasta perdido, aquella larga almohada que de manchas de café se había vestido. Almohada con la cuál batallas ya había tenido, llenas de discusiones y mordiscos, aquella almohada que a su rostro había fundido, hundido y hasta envejecido, inclusive fortalecido, ya que de soledad se había vestido durante aquellas horas que a la par habían tenido. “Ser” solitario, aquel que en su origen no estaba su principio, principio que final todavía no había tenido, finales que sólo eran principios, finales de simple y libre albedrió, que origen habían tenido en su tan inesperado principio, que al no tener origen, no se sabía de donde habían salido, que al no tener origen, nunca habían desaparecido, que siempre en cuenta habían sido tenidos, y no solo en cuenta, habían sido tenidos. Pero ahora sí, teñida de respuestas se encontraba ese alma, que aquel “ser” solitario llevaba. Sobrevolando horas sobrevivía, perdiendo nada es así como sentía, que las cosas simplemente pasaban, siendo la cuestión vivirlas, siendo esa cuestión reírlas, siendo esa cuestión sentirlas, mientras vivía. Ardua tarea cumplía, o al menos intentaba cumplirla, ya que ahora origen tenía, y las respuestas ante él solas aparecían y en pensamientos se consumía, cual tabaco se consumía, aquella dulce y solitaria compañía, con la que saciaba y regocijaba, aquella sed que su cabeza le exigía. Alma que reposo no tenía, pero era la felicidad la que ahora invadía repleta de una alegría jamás conocida, alegría nueva, aquella que felicidad sólo compartía, que como plenitud se sentía, acariciando así, todas aquellas heridas que su alma a causa del abandono sufría; marcas que a dentro de su corazón ardían, siempre latían: Cristian Manrique

22


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.