El psicoanálisis se encuentra en constante movimiento. El estudio y la comprensión de la psique humana nos interpela para estar en una ininterrumpida revisión de nuestra teoría y nuestra práctica. El mismo Freud, desde sus inicios, nos mostró un espíritu cuestionador e innovador, puesto que reformuló de manera permanente sus propias teorías. Pero no solo ello: la sociedad, actualmente, se mueve a un ritmo vertiginoso y sin un paradero previsible. Los determinantes socioculturales y sus instituciones generan nuevas subjetividades, nuevas maneras de vivir y de enfermar. Frente a este continuum, el psicoanálisis se encuentra siempre ante el reto de mantenerse al compás de la velocidad de estos cambios y de innovar su pensamiento y técnica desde una incesante revisión de sus fundamentos. En esta línea, son tareas fundamentales la producción y divulgación científica de nuestro pensamiento a partir de nuestra clínica.