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Acampando en el pozo El último sábado de octubre, el pozo del Country Fortín del Pozo se cubrió de carpas para recibir a más de 25 chicos y pasar una noche diferente en medio de la naturaleza. l día soleado acompañó todo el primer momento del campamento: el armado de las carpas. Chicos, padres y profes pusieron manos a la obra y comenzaron a montar todas las estructuras que iban a ser sus “casas” al momento de dormir. Cerca de las 16 horas comenzaron a llegar los chicos con sus mochilas cargadas de energía y emoción junto a sus papás, que venían con todas las herramientas para preparar el acantonamiento. Los profes de tenis José Quinteros, Federico Mattalia, Claudio Bortoli tenían organizado minuto por minuto para que todos vivieran una actividad muy entretenida. Durante la tarde los chicos practicaron todo tipo de juegos, entre los que más jugadores convocaron están los torneos de ping pong, tenis y fútbol. Cuando el sol comenzó a caer y la luna apareció para iluminar las carpas, los profes con la ayuda de algunos papás, prendieron el fogón. Aprovechando la oscuridad de la noche, todos alrededor del fuego, comenzaron a contar diferentes historias, cuentos, chistes y algunas anécdotas que hicieron divertir a todos los presentes. Y también vivieron un momento de mucho miedo cuando uno de los profes se disfrazó del “monstruo de los campamentos” y en medio de la búsqueda del tesoro nocturno, apareció para asustar a los chicos que estaban ansiosos por encontrar pistas. Entre tantas actividades se filtró el sueño de los más pequeños, y así llegó el momento de ir a dormir a esas “nuevas casas” que habían armado con mucho entusiasmo. El sol del domingo despertó a todos bien temprano, desayunaron un rico mate cocido con criollos, y comenzaron a preparar las mochilas y a levantar el campamento. Al medio día comieron unos choripanes y jugaron hasta que se hicieron las 14.30 y los papás los vinieron a buscar. La actividad se llevó a cabo de manera excelente. Los padres, chicos y profes quedaron muy contentos. “El objetivo se cumplió y pudimos pasar un tiempo fuera del ámbito de las clases de tenis y que se conocieran de una forma diferente todos los chicos”, contó el profe José Quinteros.
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