Cortijada Campillo de Doña Francisca

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PATRICIA GONZÁLEZ BLÁNQUEZ

ANÁLISIS Y DOCUMENTACIÓN GRÁFICA DE LA CORTIJADA CAMPILLO DE DOÑA FRANCISCA. CORTIJOS TÍA PEPA Y LAS CANICAS

Proyecto de Investigación sobre el Patrimonio Arquitectónico en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar

JOSÉ JOAQUÍN PARRA BAÑÓN Director del proyecto de investigación


ANÁLISIS Y DOCUMENTACIÓN GRÁFICA DE LA CORTIJADA CAMPILLO DE DOÑA FRANCISCA. CORTIJOS TÍA PEPA Y LAS CANICAS Proyecto de Investigación sobre el Patrimonio Arquitectónico en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar

Sevilla, septiembre 2012


ÍNDICE

Capítulo 0. El proyecto de investigación

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0.1. Ámbito y objetivo del proyecto 0.2. Metodología de trabajo 0.3. Justificación

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Capítulo 1. Cortijada Campillo de Doña Francisca

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1.1. Localización 1.2. Información preexistente 1.3. Usos actuales 1.4. Documentación gráfica 1.4.1. Planimetría del estado actual del conjunto 1.4.1. Unidades aisladas 1.5. Documentación catastral 1.5.1. Polígonos 1.5.2. Parcelas 1.5.3. Unidades catastrales 1.6. Análisis arquitectónico del conjunto 1.6.1. Acercamiento al modelo arquitectónico 1.6.2. Análisis e hipótesis funcional del conjunto 1.6.2.1. Espacios no edificados 1.6.2.2. Espacios edificados 1.6.2.2.1 Uso residencial 1.6.2.2.2 Uso agrario y ganadero 1.6.3. Comparativa con otros modelos similares. Cortijada El Higo Seco 1.7. Documentación fotográfica

Capítulo 2. Cortijo Tía Pepa 2.1. Introducción 2.2. Documentación gráfica 2.2.1. Planta general del conjunto. Estado actual 2.2.2. Planta de la vivienda. Estado actual 2.2.3. Secciones. Estado actual 2.3. Documentación catastral 2.4. Análisis arquitectónico 2.4.1. Análisis e hipótesis funcional 2.4.1.1. Uso Residencial 2.4.1.2. Uso agrario y ganadero 2.4.2. Acercamiento a la técnica constructiva tradicional 2.4.3. Análisis constructivo 2.4.3.1. Vivienda 2.4.3.2. Espacios agrarios y ganaderos 2.5. Documentación fotográfica 2.5.1. Exteriores 2.5.2. Interiores

3 5 5 6

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26

28 28 29

35 36

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Capítulo 3. Cortijo Las Canicas 3.1. Introducción 3.2. Documentación gráfica 3.2.1. Plantas. Estado actual 3.2.2. Secciones. Estado actual 3.3. Documentación catastral 3.4. Documentación fotográfica 3.4.1. Exteriores 3.4.2. Interiores

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Capítulo 3. Conclusiones

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Bibliografía

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Capítulo 0 EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN 0.1. ÁMBITO Y OBJETIVO DEL PROYECTO El presente proyecto de investigación tiene como objeto el análisis arquitectónico y la documentación gráfica de una tipología edificatoria singular del Patrimonio Arquitectónico en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería). La llamada cortijada Campillo de Doña Francisca es un ejemplo de la variedad de agrupaciones de cortijos existentes en esta zona oriental de Andalucía. El concepto de cortijada, tal y como se aplica en este ámbito del Campo de Níjar, ha sido poco analizado y no existe apenas información acerca de las características del conjunto. Por ello, el proyecto pretende describir y analizar, con la mayor fidelidad posible, el funcionamiento de estas agrupaciones de cortijos, sus características arquitectónicas y su manera de relacionarse con el entorno más próximo. La elección de la cortijada Campillo de Doña Francisca reside en la singularidad del conjunto, el distinto estado de conservación que presentan las unidades que la componen, el deterioro de algunas de ellas, la posibilidad de analizar el funcionamiento de unidades básicas residenciales y agropastoriles y la capacidad de subsistencia del conjunto con unos recursos mínimos derivados de la tierra y de las labores de sus habitantes. Con este proyecto se pretende detallar el estado actual de las arquitecturas aisladas y dispersas en el Campo de Níjar, que han funcionado o funcionan como unidades destinadas a usos agrícolas y ganaderos y que no forman parte de núcleos urbanos. Para ello se ha elaborado una documentación gráfica a partir del levantamiento de plantas generales del conjunto, así como plantas, secciones y alzados de dos de las unidades que componen la cortijada para un conocimiento mas profundo de esta arquitectura tradicional aislada. Además, se ha llevado a cabo un análisis funcional del conjunto con el objetivo de conocer los diferentes espacios que configuran este complejo arquitectónico. Este proyecto de investigación pertenece a otro proyecto más amplio, cuyos objetivos generales son, entre otros, el análisis de los procesos de destrucción natural y artificial de la arquitectura; la consideración como bien patrimonial de la arquitectura tradicional aislada; la documentación de la arquitectura detectada en estado de ruina por su abandono y deterioro en el extremo oriental andaluz; el estudio de modelos de suficiencia y autonomía para la arquitectura sostenible; y como finalidad, el proyecto, la propuesta de intervención de la arquitectura haciendo hipótesis sobre las posibilidades de actuación en estas arquitecturas diseminadas, marginales, funcionalmente obsoletas, ruinosas. La presente investigación se desarrolla por su autora en condición de alumna interna, dentro del departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, vinculada a la asignatura troncal de Expresión Gráfica y el Análisis de la Arquitectura y la asignatura Levantamiento y Análisis de Edificios, dirigida por el profesor José Joaquín Parra Bañon, Catedrático de Universidad, y director de este trabajo de investigación. Además, la cortijada se plantea como base para la propuesta de un tema a desarrollar como Proyecto Fin de Carrera en el tribunal A 10.1 de la E.T.S.A.S.

Estado del cerramiento y la cubierta del cortijo Tía Pepa en la cortijada Campillo de Doña Francisca, Agosto 2012. P.G. Blánquez

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0.2. METODOLOGÍA DE TRABAJO La decisión de realizar una investigación sobre la cortijada comenzó con una visita al cortijo Las Canicas, en diciembre de 2011. El desconocimiento absoluto de la realidad que allí acontecía me llevó a elegir este conjunto como tema para formalizar el proyecto de investigación como alumna interna del departamento de Expresión Gráfica. Tras esta primera visita, comenzó una recopilación de toda posible información disponible sobre la cortijada, resultando enormemente escasa. También se acudió al propio ayuntamiento del municipio nijareño, donde pudo obtenerse alguna documentación planimétrica procedente del Plan General de Ordenación Urbanística del término municipal. La principal fuente de información ha sido la catastral, que ha servido como base para la confección de una planimetría fiel de la distribución de todos los elementos que conforman la cortijada. La falta de información ha hecho necesario que se realizarán numerosas visitas al conjunto, entre enero y septiembre de 2012. En estas visitas se ha podido experimentar de nuevo y de manera más latente el estado de esta arquitectura, recopilando gran cantidad de documentación fotográfica y tomando cualquier dato dimensional o formal necesario para la realización de un levantamiento de la cortijada por medio de una planta general de situación de los distintos elementos y un levantamiento exhaustivo de dos de los edificios, que se analizarán en los capítulos siguientes, recogiendo su estado en enero de 2012 a través de plantas, secciones y alzados de cada uno de ellos. Además, se ha contado con una importante fuente de información como son los vecinos, tanto los que residen actualmente en la cortijada como los que residieron hacia la mitad del siglo pasado, que han colaborado de manera desinteresada en la aportación de datos fundamentales para la descripción y el análisis de todas las piezas que integran el conjunto.

0.3. JUSTIFICACIÓN La arquitectura ligada a usos agrícolas y ganaderos en Andalucía ha experimentado en las últimos tiempos un precipitado proceso de abandono y ruina debido a la poca rentabilidad que hoy día tiene la explotación agraria y ganadera, siendo éste especialmente notable en la zona oriental andaluza, principalmente en Almería y el Campo de Níjar. Debido al abandono de las labores de aprovechamiento de la tierra nos encontramos con un gran número de edificios e instalaciones en ruina inminente, cuando no ya desaparecidos, dispersos por todo el Parque Natural de Cabo de Gata. Algunos de ellos, como el afamado cortijo de El Fraile, han sido inventariados e investigados pero la carencia de un marco legal amplio y suficiente para proteger este patrimonio arquitectónico, cultural, paisajístico y etnológico hace temer por su rápida desaparición. Particularmente, en la cortijada objeto de la presente investigación, se han llevado a cabo distintas labores para el mantenimiento y preservación de algunas piezas que ahí se ubican, como la rehabilitación de uno de los cortijos para implantar una casa rural ecológica o la transformación, respetando las técnicas constructivas tradicionales, de una zona de establos y pajares de uno de los cortijos en vivienda. A pesar de los esfuerzos de algunos pocos, la realidad recae en que la gran mayoría de las edificaciones destinadas a uso agrario y ganadero han sido abandonadas y corren el riesgo de desaparecer. Es debido a esta realidad por lo que se propone la investigación y documentación gráfica de la cortijada Campillo de Doña Francisca, con el fin de poder intervenir en el lugar para reactivar esta arquitectura abandona y evitar su desaparición.

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Capítulo 1 CORTIJADA CAMPILLO DE DOÑA FRANCISCA 1.1. LOCALIZACIÓN La cortijada Campillo de Doña Francisca se ubica dentro, cerca del límite, del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, a 2,5 Km. del municipio de Los Albaricoques. Esta población, que cuenta con 221 habitantes y se sitúa a una altitud de 120 metros, es conocida porque fue escenario de numerosas películas del llamado espaguetti-western en la década de los sesenta, con afamados títulos como La Muerte Tenía un Precio o Por un Puñado de Dólares. Al conjunto se accede desde la carretera ALP-824, que pasa por Los Albaricoques. El camino de tierra que comunica la cortijada con el pueblo continúa hasta llegar al conocido cortijo de El Fraile y desde allí se enlaza con la población de Rodalquilar. La cortijada cuenta con seis edificaciones principales, varias edificaciones auxiliares, aljibes y eras. La edificación de mayor dimensión, el cortijo Las Canicas, se encuentra en estado de abandono y ruina al igual que uno de los cortijos menores, apodado el cortijo Tía Pepa. Entre estos dos cortijos se sitúa el cortijo El Campillo, actualmente rehabilitado y convertido en lugar de alojamiento temporal. El resto de las edificaciones están habitadas y han sufrido modificaciones en su configuración primitiva.

Situación de la cortijada. Término municipal de Níjar

Topografía, hidrología y delimitación del Parque Natural. P.G. Blánquez

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Rodalquilar Cortijo el Cuarenta Cortijo del Granadillo

Cortijo de la Escarichuela

Cortijada la Pedrera

Cortijo de la Felipa Corral de los Cucones

Minas del Avellán Cortijo de Montano

Cortijada San Diego

Cortijo Requena Cortijo del Fraile

Cortijada el Madroñal

Mina María Josefa

Casas las Presillas

Cortijada Campillo de Doña Francisca

Cortijo Los Martínez

Cortijada el Cerro Blanco

Los Albaricoques

Cortijada de las Riscas Casa los Almendros

N

e 1/35000

4

3500 M


1.2. INFORMACIÓN PREEXISTENTE La información gráfica sobre la cortijada al comienzo de la investigación era totalmente escasa, ya que en el inicio solo se contó con una planimetría base extraída del Plan General de Ordenación Urbanística del Término Municipal de Níjar donde aparecen las edificaciones que componen la cortijada de manera muy somera. En relación con las unidades aisladas no se han encontrado datos gráficos de casi ninguna de ellas a excepción de la mayor del conjunto, conocida como el cortijo Las Canicas, y del cortijo Los Góngora. En el Inventario de los Cortijos Tradicionales de Níjar realizado por Rafael Caro Perín aparece, en la página 66, una planta de cubiertas esquemática del cortijo Las Canicas con las cotas generales de su perímetro y dos escuetos alzados de esta edificación, a la que Caro Perín denomina El Campillo. Por otra parte, al acudir a fuentes cinematográficas, se halla cierta información relacionada con el cortijo Los Góngora. Al contar con tan escasa documentación se realizan visitas a la cortijada con el propósito de, además de obtener documentación fotográfica y llevar a cabo varias tomas de datos necesarias, contactar con los residentes actuales del lugar. Alejandro de la Fuente, propietario y residente en una de las viviendas en las que ha sido transformado el cortijo Las Martinas, ha colaborado con esta investigación proporcionando datos y históricos sobre la cortijada y su entorno, claves para comprender el funcionamiento de ésta. Por su parte, Annika Jung, propietaria de la casa rural ecológica El Campillo, también ha aportado algún apunte sobre lo que conoce de ésta. Además, con el propósito de conocer más datos sobre el conjunto, se acude a la población más cercana a la cortijada, Los Albaricoques, con el fin de encontrar algún dato fidedigno sobre los cortijos. Allí residen, a fecha 7 de Agosto de 2012, dos matrimonios que pasaron su infancia y juventud en la cortijada. El matrimonio de Consuelo Góngora y José Ruiz recuerdan el nombre de algunos de los cortijos como el cortijo Los Góngora, el cortijo Las Martinas, el cortijo Tío Manuel y el cortijo Tía Pepa entre otros. Dado que no se ha encontrado más documentación sobre la nomenclatura de los cortijos, se adoptan los nombres proporcionados por el matrimonio para denominar cada una de las piezas que componen el conjunto. Todos ellos desconocen el origen de este asentamiento y cuentan que actualmente la propiedad de los cortijos está dividida en un gran número de descendientes de los propietarios originales y por ello las edificaciones deshabitadas presentan un avanzado estado de abandono.

1.3. USOS ACTUALES A pesar de que gran parte de los cortijos dispersos por el Campo de Níjar se encuentran en un avanzado estado de abandono, en el Campillo de Doña Francisca se desarrolla cierta actividad que lo mantiene vivo. El cortijo El Campillo ha sido convertido en casa rural ecológica, incorporando comodidades al complejo pero respetando su configuración inicial. De otro lado, los cortijos de la zona Noroeste y Las Martinas también han sido rehabilitados y actualmente se encuentran habitados. Sin embargo, el cortijo Las Canicas y el cortijo Tía Pepa han sido abandonados por sus propietarios y se hallan en un avanzado estado de ruina.

Vista general de la cortijada desde levante. P.G.Blánquez

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1.4. DOCUMENTACIÓN GRÁFICA 1.4.1. Planimetría del estado actual del conjunto

N

500 M

e 1/5000

6


Cortijo Los Góngora

Cortijo Las Canicas

Cortijo Manuel González

Cortijo Tío Manuel Elías (Casa rural El campillo)

Cortijo Las Martinas

Cortijo Tía Pepa

N

200 M

e 1/2000

7


1.4.2. Unidades aisladas

2 1

1. Cortijo Las Canicas

Exterior Cortijo Las Canicas. JJ. Parra Bañón

Es el mayor de todos los cortijos y se encuentra en un avanzado estado de abandono y ruina. Este cortijo de fachada dilatada es el único de toda la cortijada que cuenta con dos niveles de altura, además de dos viviendas, la perteneciente al propietario y la del aparcero , y una serie de estancias destinadas a las tareas agrícolas y ganaderas. En tiempos anteriores, hacía las funciones de venta, conocido como Venta Las Canicas, en el camino hacia el cortijo de El Fraile. En sus proximidades se sitúa dos aljibes, cubiertos con bóveda de cañón, que abastecían a la cortijada, actualmente restaurados a través de un programa de restauración llevado a cabo por la Junta de Andalucía. 2. Cortijo Los Góngora

Exterior Cortijo Joaquín Góngora. JJ. Parra Bañón

Este cortijo ha sido modificado y restaurado en toda su configuración, dividiéndose en tres viviendas menores e independientes. Únicamente se conocen datos de su imagen exterior ya que no se ha podido acceder al interior de ninguna de las viviendas. En su parte trasera se ubica una cochinera de planta rectangular que aún conserva su estado primitivo y alrededor del cuerpo edificado se sitúan dos aljibes cubiertos con cúpula, que también pertenecen al programa de restauración de la Junta de Andalucía. N

Edificación no contemplada en catastro

150 M

e 1/1500

8


3

4

3. Cortijo Manuel González

Exterior Cortijo Manuel González. PG. Blánquez

Junto al cortijo Los Góngora existe una única vivienda, actualmente habitada, de reducidas dimensiones y de la que también se desconoce su configuración interna. Contigua a ella se ha edificado, en los últimos años, una construcción auxiliar que sirve como corral y almacén. Frente al cortijo existen restos de lo que pudo ser una alberca y en su costado se ubica un pequeño aljibe cerrado con cúpula restaurado por el programa de la Junta.

4. Cortijo Tío Manuel Elías

Exterior Cortijo Tío Manuel Elías. PG. Blánquez

Convertido en casa rural ecológica, este cortijo ha sido totalmente rehabilitado y se han reconstruido algunos de los recintos desaparecidos, conservando siempre sus trazas originales. En la zona trasera se sitúan tres construcciones auxiliares y dos eras, que se confunden entre la vegetación que existe en toda la explanada de espacio libre con la que cuenta el complejo turístico. El cortijo El Campillo, o Tío Manuel Elías como lo conocen sus antiguos habitantes, se ha convertido en el centro de vida de toda la cortijada. N

Edificación no contemplada en catastro

150 M

e 1/1500

9


5 6

5. Cortijo Las Martinas

Exterior Cortijo Las Martinas. PG. Blánquez

Cortijo rehabilitado en dos de sus terceras partes. El núcleo central, donde se localiza la cocina del primitivo edificio presenta un estado ruinoso. Por su parte, los extremos del cortijo han sido rehabilitados y convertidos en dos viviendas independientes. El cortijo se encontraba, antes de su rehabilitación, en un lamentable estado de abandono y ha sido reconstruido utilizando, al menos en el ala oeste, ladrillos de cal y barro para ser fieles a la construcción originaria. Se ha evitado, en todo momento, la utilización de cualquier tipo de cemento. En su parte delantera se ubica una cochinera, que cuenta con un buen estado de conservación.

6. Cortijo Tía Pepa

Exterior Cortijo Tía Pepa. PG. Blánquez

Al igual que el cortijo Las Canicas, este pequeño cortijo se descubre en estado de total abandono. Se conservan en pie las zonas de descanso, cocina y un pequeño almacén de cereales, encontrándose la zona de cuadra y corral en completa ruina. A pesar de ser una edificación de dimensiones básicas forma, junto a sus dependencias productivas, un amplio conjunto propio de la arquitectura popular del levante almeriense. Cuenta con una era en su parte trasera, dos unidades de cochineras y un gran almacén, compartido con el cortijo Las Martinas, donde se guardaba el ganado ovino y caprino y el pienso y un aljibe. N

Edificación no contemplada en catastro

150 M

e 1/1500

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1.5. DOCUMENTACIÓN CATASTRAL 1.5.1. Polígonos

Polígono 176

Polígono 158

Superficie 2.313 m2

Superficie 22.034 m2

Polígono 157

Superficie 63.656 m2

Polígono 228

Superficie 38.694 m2

N

500 M

e 1/5000

11


1.5.2. Parcelas

Parcela 52 Superficie 10.747 m2

Parcela 51 Superficie 11.287 m2

Parcela 23 Superficie 2.312 m2

Parcela 8 Superficie 24.420 m2

Parcela 3 Superficie 3.545 m2

Parcela 6

Parcela 2

Superficie 5.051 m2

Superficie 15.380 m2

Parcela 4 Superficie 3.276 m2

Parcela 1 Superficie 980 m2

Parcela 29 Superficie 5.520 m2

Parcela 5 Superficie 5.484 m2

Parcela 58 Superficie 38.694 m2

N

500 M

e 1/5000

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1.5.3. Unidades Catastrales

51 Referencia Catastral del Inmueble 04066A158000510000WE Datos del Inmueble Localización Polígono 158 Parcela 51 Campillo Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Agrario Año de Construcción Superficie Suelo 11.287 m2

52 Referencia Catastral del Inmueble 04066A158000520000WS Datos del Inmueble Localización Polígono 158 Parcela 52 Campillo Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Agrario [Labor o labradio de secano 00] Año de Construcción Superficie Suelo 10.747 m2

93 Referencia Catastral del Inmueble 04066A158000930001EZ Datos del Inmueble Localización Polígono 158 Parcela 93 DS Mochuelo [MU] 99[M], Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1945 Superficie Suelo 197 m2 Tipo de Finca Parcela con único inmueble

91 Referencia Catastral del Inmueble 04066A158000910000EE Datos del Inmueble Localización Polígono 158 Parcela 91 DS Hornillo [AL] 92[M], Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1950 Superficie Suelo 78 m2

51 91

92 Referencia Catastral del Inmueble 04066A158000920000ES Datos del Inmueble Localización Polígono 158 Parcela 92 DS Hornillo [AL] 99[M], Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1940 Superficie Suelo 47 m2 Tipo de Finca Parcela con único inmueble

94 Referencia Catastral del Inmueble 04066A158000940001EU Datos del Inmueble Localización Polígono 158 Parcela 94 DS Mochuelo [MU] 46[M], Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1945 Superficie Suelo 64 m2 Tipo de Finca Parcela con único inmueble

13

94 92

95 93

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95 Referencia Catastral del Inmueble 04066A158000950001EH Datos del Inmueble Localización Polígono 158 Parcela 95 DS Hornillo [AL] 85[M], Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1950 Superficie Suelo 78 m2 Tipo de Finca Parcela con único inmueble


23 Referencia Catastral del Inmueble 04066A176000230000WS Datos del Inmueble Localización Polígono 176 Parcela 23 Campillo Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Agrario [Labor o labradio de secano 00] Año de Construcción 1980 Superficie Suelo 2.312 m2 Tipo de Finca Parcela con único inmueble

23

4 Referencia Catastral del Inmueble 04066A157000040000WX Datos del Inmueble Localización Polígono 157 Parcela 4 Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Agrario Año de Construcción Superficie Suelo 3.276 m2 Tipo de finca Parcela con tres inmuebles

4

31

3332

31 Referencia Catastral del Inmueble 04066A157000310000WM

32 Referencia Catastral del Inmueble 04066A157000320001EP

33 Referencia Catastral del Inmueble 04066A157000330000WK

Datos del Inmueble Localización Polígono 157 Parcela 31 Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 2008 Superficie Construida 97 m2

Datos del Inmueble Localización Polígono 157 Parcela 32 Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1947 Superficie Construida 92 m2

Datos del Inmueble Localización Polígono 157 Parcela 33 Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1947 Superficie Construida 71 m2

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8 Referencia Catastral del Inmueble 04066A157000080000WS Datos del Inmueble Localización Polígono 157 Parcela 8 Campillo Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Agrario [Labor o labradio de secano 00] Año de Construcción 1975 Superficie Suelo 24.420 m2 Tipo de Finca Parcela con único inmueble

8

58 Referencia Catastral del Inmueble 04066A22800050000AR Datos del Inmueble Localización Polígono 228 Parcela 58 Collado Faltriquera, Níjar (Almería) Uso Local Principal Agrario Año de Construcción Superficie Suelo 38.694 m2 Tipo de finca Parcela sin inmueble construido

2 30

58

2 Referencia Catastral del Inmueble 04066A157000020000WR Datos del Inmueble Localización Polígono 157 Parcela 2 Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Agrario Año de Construcción Superficie Suelo 15.380 m2 Tipo de finca Parcela con un único inmueble

30 Referencia Catastral del Inmueble 04066A157000300001EG Datos del Inmueble Localización DS San José [SJ] 86[M] Polígono 157 Parcela 30 Doña Francisca, Níjar (Almería) Uso Local Principal Residencial Año de Construcción 1940 Superficie Construida 169 m2

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1.6. ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO DEL CONJUNTO 1.6.1. Acercamiento al modelo arquitectónico El panorama rural almeriense se caracteriza por la diversidad y contraste entre las múltiples propiedades agrícolas que pueblan la provincia. Propiedades que van desde las dimensiones mínimas a los grandes latifundios, donde se desarrollan actividades agrarias, ganaderas y recolectoras, con agriculturas comerciales o de subsistencia, en terrenos de regadío o zonas áridas. La arquitectura del levante andaluz se caracteriza por la yuxtaposición e hibridación de piezas según las necesidades residenciales y productivas, dando lugar a conjuntos agrícolas de gran complejidad. Ante este repertorio de posibilidades resulta insostenible poder establecer un patrón arquitectónico o ciertos criterios de funcionalidad de la arquitectura rural de Almería como sucede, por ejemplo, en los distintos modelos funcionales implantados en la depresión del Guadalquivir según su tipo de aprovechamiento. A pesar de no existir un modelo arquitectónico preciso, sí puede afirmarse que dentro de la provincia almeriense se detecta ciertos rasgos que permiten establecer diferencias formales o funcionales en las distintas comarcas de la provincia. De esta manera, la arquitectura de las llanuras litorales y el sudeste de la provincia tienden a la horizontalidad, su desarrollo en altura es menor que en las Alpujarras, los Filabres o el valle de la Almanzora. Además, en las primeras los conjuntos se articulan a través de piezas exentas dispersas en el territorio de diferente funcionalidad y jerarquía y son característicos los núcleos rectangulares de fachada dilatada. Las plantas de las viviendas en el sur de la provincia almeriense presentan mayor regularidad y ortogonalidad en relación con los modelos existentes en el ámbito norte. Siguiendo la clasificación de los cortijos de la provincia de Almería establecida en el libro Cortijos, haciendas y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias en Andalucía. Provincia de Almería publicado por la Junta de Andalucía, podemos categorizar las edificaciones de la cortijada Campillo de Doña Francisca como cortijos cerealistas y ganaderos. Ha de indicarse que estas unidades cerealistas y ganaderas son las que cuentan con una mayor variación en cuanto a tamaño y forma, desde cortijos de reducidas dimensiones a grandes conjuntos integrados por varios núcleos ligados a los mayores latifundios, dando lugar de esta forma a infinidad de variaciones. En términos generales, los cortijos de base cerealista y ganadera se caracterizan por tener una vivienda principal perteneciente al propietario, viviendas para el servicio y de aparceros y dependencias productivas. Por lo común, la vivienda del propietario no destaca en gran medida del resto del conjunto ya que se adoptan las fórmulas constructivas más elementales y económicas, aunque en las mayores explotaciones pueden aparecer elementos propios de la arquitectura burguesa. Ejemplo de esta arquitectura basada en el cereal y la ganadería son el cortijo de El Fraile o la hacienda El Romeral, ambos muy próximos a la cortijada, y que cuentan con un núcleo rector y varias unidades para aparceros, agricultura y ganadería. Sin embargo, en la cortijada Campillo de Doña Francisca no puede identificar-

Al a izquierda, hacienda Los Huertos, Cádiz. Extraída de www.entornoajerez.com. A la derecha, cortijo Los Genoveses en la hacienda El Romeral. JJ. Parra Bañón

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se un esquema funcional tan claro ya que cada una de las unidades edificadas tiene un funcionamiento individual e independiente del resto, sin la existencia de jerarquía de unos núcleos sobre otros. Cada uno de los cortijos cuenta con sus propias estancias de habitación, dependencias productivas y construcciones complementarias como eras, graneros, cochineras y aljibes. Otra rasgo característico puede extraerse de la clasificación de tipos de plantas propuestos por Antonio Gil Albarracín en su libro Arquitectura y Tecnología Popular en Almería. Los edificios de la cortijada se presentan exentos, distinguiendo entre edificios de una sola planta y de dos plantas. Los primeros son unidades mínimas de habitación que se componen de una sola nave, cuadrada o rectangular. En esta nave se ubican, separados por tabiques, la cocina y uno o dos dormitorios. Como construcción auxiliar se dispone, normalmente, un pajar y una cámara que sirve de despensa y almacén, siendo ejemplo de ello el cortijo de Tía Pepa; los segundos, clasificados por Gil Albarracín como viviendas de fachada dilatada, presentan un mayor volumen por el desarrollo longitudinal de las estancias destinadas a la agricultura y el pastoreo. Este modelo, que se caracteriza por contar con dos o tres naves paralelas a fachada, podemos apreciarlo en el cortijo Las Canicas.

1.6.2. Análisis e hipótesis funcional del conjunto

La cortijada Campillo de Doña Francisca es un conjunto arquitectónico con un sistema funcional de especial configuración ya que, como se ha insistido, las unidades edificadas que allí se sitúan actúan de forma independiente unas de otras. Cada una de estas piezas presenta un esquema funcional suficientemente amplio e interesante como para ser analizado de forma precisa y minuciosa, por lo que se dedican los dos capítulos siguientes al análisis de los cortijos Tía Pepa y Las Canicas, que aún mantienen su configuración primitiva y pueden mostrarnos la arquitectura agrícola propia del Campo de Níjar en su estado más puro. De esta forma, en el presente análisis se examinan las características funcionales de los cortijos como un amplio conjunto, sin profundizar en detalles de configuración de cada uno de ellos. La superficie que abarca la cortijada pertenece a cuatro polígonos distintos del término municipal nijareño y es de aproximadamente 90.000 m2; de ellos solo unos 3.000 m2 suponen la superficie construida, por lo que queda patente la importancia de los espacios libres en este modelo arquitectónico de la arquitectura popular almeriense. De manera general, puede hacerse una clasificación entre los espacios no edificados, los que recogen las relaciones vecinales, determinadas tareas y labores agrícolas o actúan como prolongación de la vivienda, y los espacios edificados, con usos propios como el residencial, el agrícola y el ganadero.

Al a izquierda, cortijo Las Mascaranas, Huércal-Overa. A la derecha, cortijo El Paraíso, Níjar. Extraídas de Cortijos, haciendas y lagares.Provincia de Almería

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1.6.2.1 Espacios no edificados Dada la casi inexistente presencia de espacios descubiertos en el interior de las viviendas y gracias al clima favorable para vivir el exterior que se da en éste ámbito geográfico, los espacios abiertos circundantes a los conjuntos edificatorios se convierten en elementos claves para entender el funcionamiento de éstos. En estas áreas tienen cabida múltiples actividades como labores relacionadas con los aperos y la cosecha, la comida y el descanso, siendo el componente más importante la relación vecinal. El ámbito previo de acceso a las viviendas, los espacios traseros de éstas, los caminos que conducen de un módulo a otro, siempre han sido elementos importantes en la configuración de la arquitectura rural, pero que en la cortijada Campillo de Doña Francisca se convierten en los mecanismos fundamentales para generar un nexo de unión entre unas unidades y otras, entre unos vecinos y otros y así dotar de sentido al concepto de cortijada. Un espacio abierto fundamental de función económica es la era, relacionada con la producción cerealista. Las eras son espacios dedicados al acopio de la cosecha y las faenas de trilla con la ayuda de bestias, separándose el grano para su posterior almacenaje en los graneros. Es un espacio de planta circular simple situado normalmente en la zona trasera de la vivienda, con un radio medio entre 8 y 10 metros, aunque en explotaciones de mayor envergadura, como es el caso del cortijo de El Fraile, podemos encontrar eras de hasta 20 metros de radio. En Níjar, son comunes las eras delimitadas por muretes de piedra de escasa altura y con pavimento generalmente de tierra apisonada. Los muretes pueden encontrarse desnudos, como es el caso de la era en el cortijo Tía Pepa, o encalados como se descubre en la era de la hacienda El Romeral. En la cortijada se detectan dos eras en la zona trasera del cortijo El Campillo y otra situada tras el cortijo Tía Pepa.

A la izquierda, era en la hacienda El Romeral. Extraída de Cortijos, haciendas y lagares. Provincia de Almería. A la derecha, era en el cortijo Tía Pepa. P.G.Blánquez

Espacio no edificado en las inmediaciones de los cortijos Las Martinas y Tía Pepa. P.G.Blánquez

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1.6.2.2 Espacios edificados

Las unidades construidas en la cortijada pueden clasificarse según su uso en lugares destinados a la residencia, agricultura y ganadería. Es preciso especificar que la vivienda, además de ser un espacio de descanso, constituye un elemento económico importante con recintos dedicados a la actividad agraria y ganadera, que a veces supera la extensión de las estancias dedicadas a la vida activa y el reposo, y estos locales serán analizados dentro del uso residencial. Por ello, se clasifican en el uso agrario y ganadero las edificaciones exclusivas para ello.

1.6.2.2.1 Uso residencial El análisis de los elementos residenciales de la cortijada se realiza a partir de las dos únicas construcciones que aún mantienen su configuración primitiva, el cortijo Tía Pepa y el cortijo Las Canicas. En este apartado se observan los rasgos más significativos y generales de las viviendas, ya que en los capítulos sucesivos se realiza un análisis detallado de las funciones y características de cada una de las estancias de estos cortijos. A partir de la planimetría general del conjunto puede observarse el hecho de que, dentro de la gran unidad que constituye la cortijada, algunas viviendas aparecen agrupadas entre sí generando relaciones que no se dan con el resto de los vecinos. Así, por ejemplo, los cortijos agrupados en la zona norte, Los Góngora, Las Canicas y Manuel González, podrían haber cooperado en el mantenimiento y uso de las estancias ganaderas que se sitúan en la parte trasera de Los Góngora y los aljibes que se ubican alrededor de este conjunto de edificaciones. Por otra parte, los cortijos Tía Pepa y Las Martinas en la zona sur, utilizaban conjuntamente las cochineras ubicadas entre los dos inmuebles y la construcción rectangular destinada a usos múltiples. Como elemento fundamental de los cortijos se establece la cocina, el lugar donde se realizan gran parte de las funciones de la vivienda y la que cuenta con la mayor dimensión de la zona habitable. Alrededor de la cocina orbitan el resto de dependencias de descanso de la vivienda, como los dormitorios y otras dependencias dedicadas a la explotación económica.

1.6.2.2.2 Uso agrario y ganadero Las distintas actividades productivas que se dan en estos cortijos de base cerealista generan un amplio abanico de estancias relacionadas con estas tareas. Ya se ha señalado que, normalmente, estas dependencias se ubican en zonas interiores de la vivienda pero en ocasiones, debido a su volumen y características, han de situarse exentas repartidas en torno al núcleo residencial. En la cortijada Campillo de Doña Francisca se detectan dos tipos de dependencias productivas; por una parte se encuentran dos zonas, una en la parte meridional y otra en la parte septentrional, en las que se sitúan las cochineras y por otro lado, junto al cortijo Tía Pepa, se ubica una edificación de grandes dimensiones que acoge varios usos, como almacenaje de cereales y pienso para ganado, un obrador o espacios cercados para guardar el ganado menor. Las cochineras son las instalaciones destinadas a la crianza del cerdo que se presentan como pequeños cuerpos aislados exentos y cercanos a la vivienda, y que en ésta zona del litoral levantino almeriense adquieren especial interés debido al uso de la falsa cúpula por acercamiento de hiladas de piedra, consiguiendo volúmenes con diámetros de hasta tres metros. Son piezas de poca altura, precedidas por pequeños corrales cercados con una puerta baja de acceso y con un espacio cubierto para la cría del animal. En la cortijada se diferencian dos modelos de cochineras; en primer lugar, la situada en el espacio trasero del cortijo Los Góngora, es una única pieza rectangular subdividida en módulos menores, con un corral previo 19


cada uno y cerrados con cubierta plana. Actualmente, conservan gran parte de su estructura original en pie y su revestimiento de cal. Las segundas son las dispuestas entre los cortijos Tía Pepa y Las Martinas, de las que hoy solo quedan en pie dos cuerpos. Estas cochineras están cubiertas por una falsa cúpula y también cuenta con el corral previo, pero apenas se conserva el trazado de su configuración primitiva. En relación con el edificio mencionado de usos múltiples cabe citar que es un modelo singular de la arquitectura popular de los Campos de Níjar debido a que pocos son los datos que se conocen, ya que se encuentra derruido casi en su totalidad y no se han encontrado modelos agrícolas-ganaderos similares a éste en ningún otro conjunto arquitectónico del campo nijareño. Se sabe, por los datos aportados por los vecinos, que este gran almacén era usado por los cortijos más próximos a él, Tía Pepa y Las Martinas. Debido a ello, el recinto tenía dos puertas independientes de acceso a varias estancias de acopio de cereal y pienso y a un obrador para la cocción del pan situados en la parte central de la edificación. Anexos a este núcleo cubierto se sitúan, a cada lado, dos espacios cercados y abiertos, también con accesos independientes, que servían para la estancia del ganado ovino y caprino. Finalmente, debido a la escasez de agua para uso doméstico, agrícola y ganadero en estas tierras áridas, también son características de esta región andaluza las construcciones hidráulicas para conducción, acumulación y distribución de agua. En la cortijada se encuentran dispersos alrededor de las edificaciones diversos aljibes, que contienen las aguas procedentes de escorrentías para proporcionar agua al ganado y a los habitantes de los cortijos. Pueden diferenciarse entre aljibes menores cubiertos con cúpulas y aljibes de mayores dimensiones que se cubren a través de bóvedas de cañón.

Cochineras de cubierta plana y cochineras con falsas cúpulas. P.G.Blánquez

Aljibe de bóveda de cañón en las inmediaciones de Las Canicas y aljibe cubierto con cúpula en la zona septentrional. P.G.Blánquez

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Además, gracias a la cinematografía se ha descubierto la existencia, en décadas anteriores, de una era y una noria en la zona trasera de los cortijos Los Góngora y Manuel González. La era no conserva su trazado y de lo que fuera la noria solo ha quedado en pie uno de los pilares que sustentaban el mecanismo. Debido a la sequía que siempre ha padecido esta región, ha sido imprescindible desarrollar construcciones hidráulicas para la subsistencia de los habitantes de estas tierras. Las norias se construían como sistema de extracción de aguas en pozos excavados en el terreno, contando con un sofisticado mecanismo para la ejecución de esta tarea. En los fotogramas extraídos de la película dirigida por Sergio Leone en 1966 El bueno, el feo y el malo se aprecia la estructura, toda de madera, que tenía la noria de la cortijada. Era una noria de sangre, movida por bestias, en la que existía una plataforma circular, denominada arbolete, algo elevada del suelo donde se inserta la rueda dentada. A ésta se ata el arcaduz, que extraerá el agua del pozo. Toda la estructura queda suspendida de un madero horizontal adherido en sus extremos a dos pilastras de mampostería revestidas con cal. Es una de éstas pilastras la que nos desvela que, en tiempos pasados, en aquel lugar existió una noria.

Fotograma extraído de El bueno, el feo y el malo. Minuto 5, segundo 50

Fotograma extraído de El bueno, el feo y el malo. Minuto 6, segundo 14

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1 4

5

4 5 5

3 6

3

3

6

6

2

1 Cochinera con cubierta plana 2 Cochinera cubierto con cúpula 3 Almacenaje y apero 4 Aljibe de bóveda de cañón 5 Aljibe cubierto con cúpula 6 Era

5

Uso residencial Uso agrícola y ganadero Edificación hidráulica. Aljibe

N

200 M

e 1/2000

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1.7.3. Comparativa con otro modelo similar. Cortijada El Higo Seco

Durante el presente capítulo se han analizado los rasgos más identificativos de la arquitectura vernácula del litoral almeriense que han hecho que ésta se convierta en un modelo singular de arquitectura rural en Andalucía, que dista en gran medida de la imagen tradicional que se ha tenido hasta hoy de la arquitectura popular andaluza, derivada de la campiña occidental. En relación con la arquitectura rural almeriense puede hacerse una distinción entre las arquitecturas de interior y las arquitecturas de litoral. Las primeras destacan por la contundencia de sus volúmenes, que suelen contar con dos o más alturas, predominando el uso de cubiertas de teja. En cambio, en el litoral de Almería aparece una arquitectura dispersa por el territorio y aislada, con un fuerte vínculo con el medio rural en el que se asientan. Los cuerpos edificados son volúmenes básicos de planta generalmente rectangular, donde predomina la horizontalidad y la utilización de cubiertas planas. Estos cuerpos aislados se adosan entre sí, dando lugar a núcleos residenciales irregulares a la vez que compactos, lo que imposibilita la definición de un modelo arquitectónico claro. Es en el Campo de Níjar donde se encuentran los más significativos ejemplos de esta rica arquitectura del levante andaluz. Se insiste, tanto a través del presente proyecto como del amplio conjunto de investigaciones en relación con el patrimonio arquitectónico disperso por el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar dirigidas por el profesor y catedrático José Joaquín Parra Bañón, en el estado de abandono y el grado de deterioro que presenta casi la totalidad de las edificaciones levantadas en este territorio. Con este apartado se pretende poner de manifiesto que el caso que nos ocupa no es una cuestión aislada dentro de la situación en la que se encuentran las arquitecturas del Campo de Níjar, sino que el abandono de las edificaciones está llevando a una inminente desaparición de los conjuntos más interesantes de la arquitectura almeriense. En esta región existe un amplio número de agrupaciones de cortijos que se asemejan a la ordenación de la cortijada Campillo de Doña Francisca y que presentan un similar estado de abandono y ruina, como la cortijada de San Diego entre otras, pero se decide dedicar este punto a describir los rasgos generales de la cortijada El Higo Seco ya que es un modelo arquitectónico de gran interés por su configuración espacial, aunque se encuentra en avanzado estado de ruina. El interés por este conjunto se debe, también, a que no se han hallado publicaciones anteriores de éste y por ello se pretende dar a conocer desde aquí este interesante complejo, con intención de impulsar la realización de futuros análisis sobre él. El Higo Seco es una cortijada que se sitúa en el paraje conocido como El Hornillo, a unos 10 Km. del Campillo de Doña Francisca, en la carretera que une Los Albaricoques con la localidad de Fernán Pérez. Actualmente,

Fernán Pérez

Los Albaricoques

Situación de la cortijada Higo Seco en relación con la cortijada Campillo de Doña Francisca. Término municipal de Níjar

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Panorámica del estado actual de la cortijada El Higo Seco. P.G. Blánquez

el conjunto se encuentra en un avanzado estado de ruina, sin embargo, una de las edificaciones de ésta cortijada ha sido rehabilitada y, al igual que ocurre en el caso de la casa rural El Campillo, convertida en alojamiento temporal, respetando su configuración primitiva e integrando los restos de la edificación con la nueva intervención. Aunque apenas existen datos acerca de este conjunto de edificaciones, se ha hallado en el cine una valiosa fuente de información para llegar a conocer la configuración general de la cortijada, previa a su ruina. A partir de la década de los 60, Almería se convirtió en un escenario muy común para la grabación de multitud de películas, sobre todo del género western. En el film dirigido por Sergio Leone en 1966 El bueno, el feo y el malo aparece como escenario la cortijada El Higo Seco durante una ejecución. Con este fotograma podemos conocer una imagen espacial de lo que fue el conjunto, descubriendo un juego de volúmenes actualmente inexistente. La distribución de los volúmenes en esta cortijada es claramente diferente que la de la cortijada Campillo de Doña Francisca. En ésta, los cuerpos se asientan dispersos y exentos en el territorio, sin seguir aparentemente un patrón para su ubicación más que la búsqueda de la orientación sur para aprovechar al máximo la luz. En cambio, en El Higo Seco las edificaciones se agrupan, llegando a adosarse en algunos casos, para general un volumen compacto y contundente.

N

500 M

e 1/5000

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Fotograma de El bueno, el feo y el malo en el minuto 46, segundo 39

Entre las ruinas, aparecen elementos tan característicos de esta arquitectura como pequeños hogares situados en lo que fueran cocinas, restos de cimbras y arcos diafragmáticos, fragmentos de muros en pie en los que se observan los vasares tallados, e incluso pequeñas escaleras de acceso al pajar. Aislada de este gran volumen se conserva aún una vivienda, en un estado que podríamos comparar con los cortijos Tía Pepa y Las Canicas, en la que se encuentran de nuevo elementos propios de esta arquitectura doméstica. En relación con instalaciones destinadas a actividades económicas y agropecuarias, destacan todavía falsas cúpulas de algunas cochineras y aljibes que, protegidos por la vegetación, presentan un buen estado de conservación en comparación con el resto del conjunto.

Elementos como hogares y escaleras de un pajar destacan sobre la ruina . P.G. Blánquez

A la izquierda, fachada de la edificación que se conserva en pie. A la derecha, el estado de una de sus salas. P.G. Blánquez

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1.7. DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA

6 5 2

4 3 1

1, 2. A la izquierda, carretera de acceso a la cortijada. A la derecha, cortijo Las Canicas. P.G. Blánquez

3, 4. Conjunto formado por los cortijos Los Góngora y Manuel González. P.G. Blánquez

5, 6. Traseras de Los Góngora y Manuel González. P.G. Blánquez

26


8

9 7

12

10 11

7, 8. Cortijos Tía Pepa y Las Martinas. P.G. Blánquez

9, 10. Cortijo Las Martinas. A la izquierda, el ala izquierda antes de su rehabilitación. A. de la Fuente. A la derecha, resto actuales de la construcción original. P.G. Blánquez

11, 12. Cortijo Tía Pepa. Cochineras, nave y aljibe. P.G. Blánquez

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Capítulo 2 CORTIJO TÍA PEPA 2.1. INTRODUCCIÓN Tía Pepa, como es conocido entre sus antiguos habitantes, es una de las edificaciones más destacables de la cortijada. A él se accede por una bifurcación hacia la derecha en el camino que transcurre desde Los Albaricoques hasta el cortijo de El Fraile, antes de llegar al cortijo El Campillo. Con el descubrimiento de la mina María Josefa en 1915, el camino en el que se localiza el cortijo comenzó a tener una mayor actividad debido al hallazgo de oro en esta mina, marcando el inicio de una acelerada carrera en busca de este metal precioso por parte de los mineros locales, nacionales, europeos e incluso el gobierno del país. Este hecho propició que el camino principal que unía las poblaciones de Los Albaricoques y Rodalquilar quedara relegado a un segundo plano y el que pasa por el cortijo Tía Pepa se convirtiera en una vía enormemente transitada. Tras la búsqueda de información no se obtuvo documentación alguna de las edificaciones relativas al cortijo, salvo escasos datos catastrales e información proporcionada por los vecinos. Una vez más, las fuentes cinematográficas aportan imágenes que nos permiten conocer el estado de las edificaciones hacia los años setenta. En esta ocasión, en la película dirigida por Sergio Leone en 1971 Agáchate Maldito puede verse el cortijo al fondo de la escena. En la imagen se detecta cómo en esos años el cortijo conservaba aún en pie la zona de cuadras y pajar y una de sus esquinas, actualmente derruidas. Se observa además que el cortijo mantiene el revestimiento exterior en los alzados que se muestran en la imagen. La importancia de Tía Pepa en esta investigación reside en que, a pesar de contar con una vivienda de dimensiones mínimas y configuración básica, constituye junto con sus instalaciones agrarias y ganaderas una entidad de gran interés dentro del conjunto de edificios. Además, tanto el cortijo como las construcciones exentas que se disponen alrededor de él conservan casi intactos todos los rasgos identificativos de las construcciones rurales del levante almeriense, lo que hace posible descubrir los elementos más característicos de esta arquitectura avocada a la desaparición. A partir de la información extraída del PGOU de Níjar, de la Dirección General del Catastro y de las distancias de referencia respecto a otras edificaciones tomadas in situ, es posible poder ubicar con precisión sobre la planimetría las edificaciones que pertenecen al cortijo. El levantamiento que a continuación se expone ha sido realizado por la autora del presente proyecto de investigación a partir de los datos dimensionales y volumétricos tomados en la segunda visita al conjunto, y corresponde al estado del cortijo en enero de 2012. En la actualidad, el conjunto se encuentra abandonado, con zonas en avanzado estado de ruina. Estas ruinas dejan ver zonas interiores de las edificaciones y permiten un fácil acceso a ellas, favoreciendo que se produzca la entrada de animales y se realicen actos de vandalismo en el interior. Todo ello acelera aún más el proceso de ruina que sufre el cortijo.

Fotograma de Agáchate maldito en la hora 1, minuto 34, segundo 20

28


2.2. DOCUMENTACIÓN GRÁFICA 2.2.1. Planta general del conjunto. Estado actual

N

40 M

e 1/400

29


2.2.2. Planta de la vivienda. Estado actual

N

10 M

e 1/100

30


2.2.2.4 Secciones. Estado actual

3

2

1

Secci贸n 1

Secci贸n 2

Secci贸n 3

N

10 M

e 1/100

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6

5

4

Secci贸n 4

Secci贸n 5

Secci贸n 6

N

10 M

e 1/100

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7

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Secci贸n 7

Secci贸n 8

Secci贸n 9

N

10 M

e 1/100

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10

Secciรณn 10

11

Secciรณn 11

12

Secciรณn 12

13

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Secciรณn 13

Secciรณn 14 e 1/200 N

10 M

e 1/100

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2.3. DOCUMENTACIÓN CATASTRAL El cortijo Tía Pepa se localiza, según datos catastrales, en el polígono 157. Éste cuenta con una superficie de 63. 656 m2 y en él se ubican, además, el cortijo El Campillo y cortijo Las Martinas. La cortijada se fragmenta, como hemos apreciado en el capítulo anterior, en polígonos y éstos a su vez se subdividen en parcelas. La edificación principal del cortijo Tía Pepa, su era y las cochineras pertenecen a las parcela 2 del polígono 157, que abarca una superficie de 15.380 m2. El catastro considera que la vivienda constituye una parcela propia, la número 30, dentro de la parcela número 2. Por su parte, la nave que sirve de almacén y establo y el aljibe se sitúan dentro de la parcela 58 del polígono 228, con una superficie de 38.694 m2.

Parcela 2 Parcela 30

Parcela 58

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2.4. ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO 2.4.1 Análisis e hipótesis funcional Se trata de un conjunto edificatorio con construcciones muy elementales de la arquitectura popular del levante almeriense. Presenta un estado general de abandono, aunque determinadas piezas se muestran en una aceptable situación de conservación en comparación con otras en las que se manifiesta de forma evidente el paso de los años. El conjunto alberga el uso residencial, con una única vivienda para el propietario de las tierras, y el uso agroganadero, con estancias en el interior de la vivienda dedicadas a las labores propias de este trabajo, instalaciones agropecuarias, una nave de almacenaje y guarda de animales y un gran espacio libre destinado a la explotación cerealista.

2.4.1.1 Uso residencial La vivienda cuenta con 155 m2 divididos en dos naves claramente diferenciadas, una de planta casi cuadrada destinada a la vida, el descanso y el almacenaje y otra, con planta en "L", reservada para ganado y el acopio de la paja. Al acceder a la vivienda se abre un primer espacio, que pudo tener diversas funciones como la recepción de visitantes, sala de estar o comedor, como extensión de la cocina. Según se ha estudiado, este espacio no ha recibido aún una nomenclatura fiel a las actividades que en él se desarrollan y se ha denominado entrada o acceso. Para ser más precisos desde el punto de vista arquitectónico, se propone denominar a este espacio antesala, ya que una antesala es la estancia que precede a la sala principal de una vivienda, en este caso la cocina.

A la izquierda, puerta surtiera vista desde la antesala. A la derecha, el arco diafragma que separa la cocina de la antesala. P.G. Blánquez

A la izquierda, hogar situado en un lateral de la cocina. A la derecha, el vasar y la puerta de acceso al granero. P.G. Blánquez

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Tras la antesala se extiende, a través de un arco diafragmático, la estancia principal de la vivienda. La cocina, lugar que destaca por acoger la mayor parte de las actividades de la residencia, actúa como comedor, sala de reunión, estar y taller. En la cocina se sitúa el hogar, empotrado el centro de uno de los cerramientos menores de forma que queda oculto de la vista desde la antesala. La arista de la campana del hogar, que se decora con molduras revestidas del cal como el resto de la vivienda, sirve para situar menaje doméstico, al igual que las dos repisas que se extienden desde la propia campana hasta hallarse con los cerramientos perpendiculares. Además, aparece un vasar en la pared contigua al hogar, donde también se alojaba el menaje. Por su parte, los dormitorios representan las estancias más privadas de la vivienda. En el cortijo Tía Pepa existen dos dormitorios, a los que se accede desde la antesala a uno, el mayor de los dos, y desde la cocina a otro, que comunica por el interior con el mayor. En estas habitaciones no se hallan elementos constructivos que destaquen más allá de sus cuatro paredes, salvo una sencilla repisa en la esquina de cada dormitorio. Desde la cocina se tiene acceso a las últimas estancias de la vivienda, como son un pequeño granero y una cámara. Primero se accede al granero, que se encuentra compartimentado en trojes para el almacenaje del grano. Esta estancia, que cuenta con una repisa donde depositar algún utensilio de labranza, se reserva de la luz para evitar que el grano se dañe y se airea a través de la apertura de un pequeño hueco en el cerramiento, opuesto a la puerta. A través del granero se accede a la cámara, una pequeña sala que cuenta únicamente con otro pequeño hueco abierto en el cerramiento y donde se guardaban los productos de consumo. Adosado a la vivienda se dispone la siguiente nave, que cuenta con dos estancias. La primera servía de cuadra para alojar a los animales de labor como mulos o burros. Se detecta que es una cuadra porque las dimensiones de las pesebreras halladas en ella desvelan que allí se alojaban animales de gran tamaño, como lo son las bestias de labor. La cuadra tenía dos accesos, uno exterior y otro interior; del exterior no se conserva rastro alguno de su existencia pero es certero asegurar que tuvo que existir un acceso directo desde el exterior para la salida y entrada de las bestias. El acceso interior se realiza a través de la antesala, denominado surtiera por Gil Albarracín, y cumplía la función de poder alimentar a los animales de madrugada antes de iniciar la

Trojes y balda en el granero. P.G. Blánquez

Pesebreras en la cuadra. P.G. Blánquez

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jornada, sin tener que salir al exterior. Desde la cuadra se accede a lo que fuera el pajar, lugar donde se almacenaba la paja para poder alimentar a las bestias. Por último, aparece una pieza de reducidas dimensiones adherida al lateral derecho de la edificación, que aún conserva una pequeña puerta de entrada y parte de su revestimiento, y que pudo haber servido de gallinero o conejera.

2.4.1.2 Uso agrario y ganadero En relación con la explotación de la tierra, el cortijo cuenta con varias dependencias propias de labor que se localizan aisladas y dispersas por la parcela, éstas son una era, dos cochineras, una nave para ganado y almacenaje y un aljibe (ver Capítulo 1. Punto 1.6.2. Análisis e hipótesis funcional del conjunto). En la era se realizaban las faenas de trilla y se separaba el grano de la paja para su posterior almacenamiento. La que pertenece al cortijo Tía Pepa, situada en su parte trasera, tiene un radio de 12 metros y se delimita por una hilada de piedras desnudas que, debido al paso de los años, han quedado disimuladas por el terreno. Las cochineras conservan su estructura original pero se encuentran en avanzado estado de deterioro, a diferencia de la cochinera situada en la parcela contigua que presenta un buen estado de conservación. La gran construcción situada en la parte frontal de la vivienda corresponde a otra parcela distinta a la que pertenecen el resto de las edificaciones que completan el cortijo y se desconoce la propiedad de la edificación, pero sí puede afirmarse que esta nave era compartida por los cortijos Tía Pepa y Las Martinas. La edificación rectangular se dividía en tres módulos; el módulo central, en la actualidad totalmente derruido, era una construcción cerrada al exterior con dos puertas de acceso, una para cada cortijo, en el que se almacenaban alimentos y aperos de labranza, situándose en su costado un obrador para cocinar cereal. Las dos naves laterales, que se conservan aún en pie, son espacios descubiertos, con una puerta de acceso a cada lado menor del recinto y donde se alojaba el ganado menor, ovino y caprino. Junto a esta nave se sitúa un aljibe estanque protegido por una plantación de chumberas y árboles. Consta de un diámetro aproximado de 5 metros y posee balsa de decantación, tanque y aliviadero. Era usado por las bestias ya que el aljibe para el consumo humano se situaba a unos cientos de metros más al este. En este caso, el aljibe no ha formado parte del programa de restauración llevado a cabo por la Junta de Andalucía y ha sido recuperado por los vecinos de los cortijos más próximos.

A la izquierda, zona de establo de la nave. A la derecha, zona de almacenaje, al fondo los restos del obrador. P.G. Blánquez

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4 5

3 2

7

3 1

8

6

9

10 1 Antesala 2 Cocina 3 Dormitorios 4 Granero 5 Cámara 6 Cuadra 7 Pajar 8 Cochineras 9 Nave de almacenaje y establo 10 Aljibe

Uso residencial Uso agrícola y ganadero Edificación hidráulica. Aljibe

N

40 M

e 1/400

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2.4.2 Acercamiento a la técnica constructiva tradicional El sentido puramente funcional que rige las construcciones del litoral almeriense convierte a la sencillez, la economía y la eficacia en factores fundamentales, determinando así el modo de construir en esta región. A pesar de ello, también pueden encontrarse recursos formales derivados de modelos urbanos, pero únicamente en las construcciones de mayor prestigio de las grandes explotaciones. Esta sencillez y economía en la construcción hace que los materiales usados provengan de las tierras más cercanas. Entre los materiales más empleados en estas construcciones rurales encontramos principalmente arena, yeso, piedra y madera. Las arenas y arcillas se destinan a la elaboración de adobes y barros y la cubrición de tejados; el yeso aparece en morteros, apisonado de pavimentos y en enlucidos y revocos, tanto interiores como exteriores. Las piedras obtenidas de los ríos o los propios campos se convierten en el material fundamental para construir las mamposterías de piedra y barro, cimientos, pavimentos e incluso cubiertas. Por último, la madera aparece como viguería de forjados y cubiertas y en la carpintería de huecos. Casi la totalidad de las edificaciones de la arquitectura popular del Campo de Níjar descansan sobre muros de carga, que generalmente se construyen con mampostería de piedra bruta, sin ningún tipo de conglomerante o utilizando barro, siendo el ladrillo un elemento que apenas adquiere protagonismo en este tipo de construcciones. Lo más frecuente es que estos muros de piedra tuvieran una anchura de 0.50 m, aunque podían llegar a alcanzar el metro de espesor. Además, en esta región es fundamental la presencia de contrafuertes para arriostrar los muros, como se observa en el cortijo Tía Pepa. A diferencia de lo que ocurre en las zonas serranas de la provincia, los muros exteriores, las particiones interiores se enfoscan con yeso o cal, con terminación de grano grueso. Además, el blanqueado con cal es una práctica enormemente frecuente para revestir tanto exterior como interiormente, siendo un rasgo identificativo de Almería la pigmentación de esta lechada con tonos ocres, rojizos o amarillentos, reservando el blanco para resaltar el contorno de los huecos y molduras. En relación con los huecos, las puertas se construían con una anchura de alrededor de un metro y con una altura habitual de 2.1 metros, siendo el modelo de puerta en fachada más frecuente la puerta partida, que permite la entrada de luz con la apertura de la hoja superior mientras que la inferior permanece cerrada. Además, tanto puertas como ventanas presentan un abocinamiento hacia el interior para superar el espesor del muro. Es habitual también encontrar arcos diafragma generalmente de medio punto, en el interior de la vivienda, como tránsito entre la antesala y la cocina y en pajares y cuadras. Estos arcos eran construidos en piedra y yeso y se realizaban sobre mochetas de 1 metro de altura aproximadamente, sobre las que se disponía el encofrado de madera. Las cubiertas planas, conocidas como terrados en Almería, son las más extendidas por todo el territorio. Estos terrados se construyen a través de superposición de capas a partir de la colocación de la viguería de madera. Sobre ésta se dispone la caña tejida con esparto, sirviendo de base, y a continuación se extiende una capa de yeso para proteger al cañizo. Finalmente, se coloca una capa de tierra launa o roya, tierra compuesta por arcillas magnesianas y material pizarroso con gran capacidad impermeable. El perímetro de la cubierta se delimita con muretes, en los que se disponen desagües que vierten sus aguas directamente sobre la pared o a través de piedras planas o gárgolas de diversos materiales. La pendiente de estas cubiertas planas oscila entre el 2% y el 5% y requieren de un constante mantenimiento. En las instalaciones agrícolas y ganaderas como aljibes, tanques, hornos, cochineras y pajares destaca el uso de bóvedas y cúpulas realizadas con piedra y barro. Así, por ejemplo, en los pajares aparecen las llamadas bóvedas pajeras que garantizan la estanqueidad necesaria en el recinto y las cochineras se cubren con falsas cúpulas construidas por aproximación de las hiladas de piedra.

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2.4.3 Análisis constructivo 2.4.3.1 Vivienda

La nave de la vivienda relativa al descanso mantiene en pie todo su cerramiento salvo en una de las esquinas que, como se observa en la imagen, se encuentra derruida. El revestimiento exterior ha sufrido grandes daños, perdiéndose en todo el alzado trasero, pero aún se conservan huellas en la fachada principal de lo que fuera un revestimiento de tono azulado que deja vislumbrar el enlucido original de la edificación. Las particiones interiores permanecen afortunadamente en pie y conservan el revestimiento de cal, desprendido en algunas zonas, tan característico de estas construcciones. Por el contrario, la zona referente a la actividad económica se encuentra en estado de ruina, conservando solo las huellas de lo que fuera la construcción original,

A la izquierda, esquina derruída del cerramiento del cortijo. A la derecha, estructura interior de los muros de piedra. P.G. Blánquez

Los huecos abocinados conservan las carpinterías. P.G. Blánquez

A la izquierda, cubierta de chapa metálica ondulada en el granero. A la derecha, estado actual de la cubierta original. P.G. Blánquez

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los contrafuertes y las pesebreras para el ganado mayor. El pavimento, en ambas naves, se encuentra totalmente desaparecido aunque en algunos rincones pueda intuirse lo que en su día fuera un solado de yeso. Los huecos se construyen abocinados para superar el espesor del muro y se cierran con carpinterías de madera. Las ventanas, se protegen además con cerrajería metálica. En la vivienda se identifican dos tipos de cubiertas. La primera, que abarca las dos crujías donde se ubican la cocina y los dormitorios, es una cubierta plana construida sobre viguetas de madera dispuestas en sentido transversal al desarrollo de la vivienda. Sobre las viguetas, aún quedan restos de la base de caña tejida con esparto y sobre ella se dispone una capa de mortero de aproximadamente 3 cm. de espesor. La segunda cubierta cubre la zona de granero y cámara y es una sustitución de la cubierta primitiva en la que se ha utilizado una chapa metálica ondulada.

2.4.3.2 Espacios agrarios y ganaderos En apartados anteriores se ha insistido en el estado de abandono y ruina en el que se halla el edificio destinado a almacén y establo. El edificio se encuentra totalmente desnudo, mostrando la mampostería de piedra bruta y barro de la que se compone su estructura. Destacan los dinteles sobre las puertas laterales de los establos confeccionados también en piedra y que han sido revestidos con mortero en épocas recientes. Las cochineras se construyen utilizando las mismas técnicas que en los casos anteriores, los muros de piedra y barro, añadiendo un elemento característico de éstas, la falsa cúpula por aproximación de hiladas. El aljibe, que cuenta con balsa de decantación, tanque y aliviadero, ha sido restaurado por los vecinos siguiendo las técnicas constructivas originales.

A la izquierda, acceso a los establos. A la derecha, el interior de la nave. P.G. Blánquez

A la izquierda, estado actual de una de las cochineras. A la derecha, aljibe restaurado. P.G. Blánquez

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2.5. DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA

2

2.5.1 Exteriores

4 3 5 1

6

1, 2. Alzado suroeste y alzado noroeste. P.G. Blánquez

3, 4. Cochineras. P.G. Blánquez

5, 6. Nave de almacenaje y establo de ganado menor. P.G. Blánquez

43


2.5.2 Interiores

10

8 11

12

7, 8. A la izquierda, antesala. A la derecha, hogar en la cocina. P.G. Blánquez

9, 10. A la izquierda, el dormitorio principal. A la derecha, acceso al pequeño granero. P.G. Blánquez

11, 12. A la izquierda, la cuadra desde el exterior. A la derecha, puerta surtiera de acceso a la cuadra. P.G. Blánquez

44

7

9


Capítulo 3 CORTIJO LAS CANICAS 3.1. INTRODUCCIÓN El cortijo Las Canicas es la edificación de mayor tamaño que existe en la cortijada Campillo de Doña Francisca. Se encuentra en el camino que lleva hasta el cortijo de El Fraile y comunica las poblaciones de Los Albaricoques y Rodalquilar. Según narran los vecinos, en los tiempos más prósperos para el cortijo de El Fraile, Las Canicas era una venta muy transitada pero que a partir del descubrimiento de la mina María Josefa, el afán por la búsqueda del oro hizo que el camino que lleva hasta la mina y pasa por el cortijo Tía Pepa adquiriera un mayor protagonismo y el antiguo camino hasta Rodalquilar ocupara un papel secundario. Como información previa al inicio de la investigación se halló en el Inventario de los Cortijos Tradicionales de Níjar realizado por Rafael Caro Perín una planta de cubiertas esquemática del cortijo con las cotas generales de su perímetro y dos alzados de esta edificación. Estos datos aportan muy poca información ya que es una representación somera y escasa de la realidad del cortijo. El cortijo Las Canicas adquiere, junto al cortijo Tía Pepa, gran protagonismo en este proyecto sobre la cortijada debido a que ambos constituyen un interesante ejemplo de la arquitectura popular del levante almeriense. Las Canicas cuenta con una sola construcción, de fachada dilatada, en la que se agrupan los usos residencial, agrario y ganadero. Junta a ésta se ubica uno de los mayores aljibes que encontramos en la cortijada, de bóveda de cañón. A diferencia del cortijo Tía Pepa, Las Canicas es un modelo arquitectónico de mayores dimensiones, cuenta con dos alturas, una vivienda para el propietario y otra menor para el aparcero. El levantamiento de este edificio ha sido realizado por Celia Jiménez, alumna de la E.T.S.A. de Sevilla, contando con la colaboración en la toma de datos de Blanca Esmeralda García Martínez, Alicia Gómez Quirantes, Patricia González Blánquez, Marta Menduiña Emeterio, todas alumnas de la Escuela, y el profesor José Joaquín Parra Bañón, director de la presente investigación. El levantamiento de plantas y alzados recoge el estado de Las Canicas en diciembre de 2011. Actualmente el cortijo se encuentra totalmente abandonado y en ruinas, apreciando en el transcurso de los meses que ha durado esta investigación cómo el cortijo ha ido destruyéndose a una velocidad fulminante.

Levantamiento de Las Canicas extraído del Inventario de los Cortijos Tradicionales de Níjar, página 66. Rafael Caro Perín

Cortijo Las Canicas en diciembre de 2011. J.J. Parra Bañón

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3.2. DOCUMENTACIÓN GRÁFICA 3.2.1. Plantas. Estado actual

Planta Alta

Planta Baja

N

25 M

e 1/250

46


3.2.2. Secciones. Estado actual

4

3

2 1

Secci贸n 1

Secci贸n 2

Secci贸n 3

Secci贸n 4

25 M

e 1/250

47


5

6

Sección 5

Sección 6

Sección 7

Sección 8

Sección 9

7

8

9

10

Sección 10

25 M

e 1/250

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3.3. DOCUMENTACIÓN CATASTRAL El cortijo Las Canicas se localiza en el polígono 158 que cuenta, según los datos catastrales obtenidos de la Dirección General del Catastro, con una superficie de 22.034 m2 y es el polígono del que forma parte también el cortijo Los Góngora. Las Canicas pertenece a la parcela 51 de éste polígono, que cuenta con una superficie de 11.287 m2 y tiene asignado un uso local principal agrario.

Parcela 51

49


3.4. DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA

4

3.4.1 Exteriores 6

5

3

1, 2. Alzado principal del cortijo. J.J. Parra y P.G. Blánquez

3, 4. A la izquierda, vista del aljibe junto al cortijo. A la derecha, alzado trasero. J.J. Parra

5, 6. A la izquierda, alzado noroeste. B.E. García. A la derecha, alzado sureste. C. Jiménez

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1 2


3.4.2 Interiores 11 12

8 9

7

7, 8. A la izquierda, antesala de la vivienda del propietario. A la izquierda, cocina de la vivienda del propietario. J.J. Parra

9, 10. A la izquierda, dormitorios en planta alta. A la derecha, zona de uso agrĂ­cola y ganadero. C. JimĂŠnez

11, 12. A la izquierda, pajar. J.J. Parra. A la derecha, cuadra con la puerta surtiera al fondo. C. JimĂŠnez

51

10


Capítulo 4 CONCLUSIONES Una viaje al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar junto al equipo de investigación hizo poner en marcha este proyecto de investigación. La primera visita a Las Canicas una fría mañana a principios de diciembre de 2011 invitaba a preguntarse qué estaba sucediendo en aquel lugar, a qué se destinaban aquellas edificaciones dispersas en el territorio y si guardaban alguna relación entre ellas, o por qué algunos volúmenes presentaban un estado tan deteriorado. La búsqueda inicial de información dejó patente la escasa documentación que existía de la cortijada, lo que motivó aún más a la investigación sobre este conjunto enormemente desconocido y abandonado. El proceso analítico de la cortijada a través de apuntes, bocetos, de sentir la arquitectura en carne propia, de tocarla e indagar en ella con el máximo detalle para buscar cualquier indicio de lo que pudo ser, ha sido imprescindible en el desarrollo de este proyecto. Durante toda la investigación, ha podido comprobarse que, tanto la cortijada entendida como conjunto como los cortijos Tía Pepa y Las Canicas como unidades independientes, constituyen un claro ejemplo del modelo de arquitectura popular en el levante almeriense, de arquitectura autosuficiente, autónoma y llena de matices, pero también un ejemplo de convivencia con el territorio, de luz, de una cultura rica y propia. Debido al futuro tan incierto que presenta este complejo arquitectónico y siendo conscientes del acelerado proceso de desaparición al que está sometido, se ha pretendido documentar de la manera más rigurosa posible, dejando constancia de la realidad en la que se encuentra la cortijada a través de dibujos, levantamientos y fotografías. Desde esta investigación, en un momento en el que el debate sobre los modos de intervención en el patrimonio adquieren cada vez mayor importancia, se plantea la reflexión sobre el papel de estas arquitecturas en la actualidad, la situación crítica en la que se encuentran y si sería acertada o no la recuperación de estos conjuntos tan interesantes y ricos desde el punto de vista espacial y funcional. Una posible intervención en estos cortijos ha de estar planteada a partir del medio natural en el que se insertan, sin interpretar las unidades como piezas aisladas e independientes. Es fundamental la característica de conjunto con piezas autónomas que viven en convivencia y forman un gran espacio en el que se desarrollan las actividades humanas en conjunto.

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BIBLIOGRAFÍA

En este apartado se detalla toda la bibliografía consultada para la realización de este trabajo, omitiendo toda documentación referente al tema que se trata pero que no haya sido utilizada.

ARQUITECTURA TRADICIONAL AA.VV.; Cortijos, haciendas y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias de Andalucía. Avance del estudio inventario. Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transporte, Sevilla, 1998. AA.VV.; Cortijos, haciendas y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias de Andalucía. Provincia de Almería. Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transporte, Sevilla, 1998. CARO PERÍN, RAFAEL; Inventario de los Cortijos Tradicionales de Níjar. Ayuntamiento de Níjar y Grupo de Desarrollo Rural del Levante Almeriense, Níjar, 2002. GIL ALBARRACÍN, ANTONIO; Arquitectura y Tecnología Popular en Almería. Griselda Bonet Girabet, Almería, 1992.

ANÁLISIS ARQUITECTÓNICOS El bueno, el feo y el malo, SERGIO LEONE. Italia, 1966 Agáchate maldito, SERGIO LEONE. Italia, 1971 www.fistfuloflocations.com www.cabodegata.net

CARTOGRAFÍA Documentación planimétrica contenida en el Avance del Plan de Ordenación Urbanística del Municipio de Níjar, 2009. 1-Ordenación Estructural del municipio; 2-Elementos protegidos de carácter estructural; 3-Infraestructuras. Documentación planimétrica extraída de la Sede Electrónica de la Dirección General del Catastro. Ortografía digital extraída de los visores de imágenes GoogleEarth y Sigpac.

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