Club de Literatura Coreana Contemporánea

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María José Saavedra

Deborah Barrionuevo

Andrea Véliz

Gimena Montivero

Juana Brugnoli

Rocío Argañaraz

Juan Manuel Gordillo

¿Por qué leemos literatura

de Corea del Sur?

El auge de la cultura coreana y el persistente interés por la misma viene consolidándose desde diferentes disciplinas. Podemos detenernos a comentar el boom del k-pop, el consumo de producciones audiovisuales (cine o doramas) e incluso revisar cómo la cocina tradicional coreana llegó y arrasó en esta parte del mundo. Pero, desde nuestro lugar, nos interesa hablar de literatura. La cultura coreana llegó para copar todos los espacios en cuestión de pocos años, podríamos reconocer desde los 90's en adelante.

Sabíamos y estábamos (más o menos) al tanto de qué y por qué se escribe en Argentina, los temas que atraviesan a nuestros autores y los paradigmas que sostienen nuestra idiosincrasia, pero con Corea del Sur partíamos con una premisa un tanto compleja.

Nos preocupaba comenzar con preconceptos erróneos o, por lo menos, demasiado occidentalizados. O simple y llanamente iniciar una lectura con prejuicios. Como pudo comentar en alguna oportunidad Nicolás Braessas, traductor y editor de Hwarang, la primera editorial de literatura coreana en Argentina, “ una constante de sus producciones literarias y audiovisuales es la relación con el pasado, su ingreso acelerado a la modernidad y la crueldad ante los que no soportan el ritmo del pali pali (rápido-rápido)”.

Nos decidimos a explorar qué se escribe hoy en Corea del Sur y qué mejor manera de hacerlo de forma colectiva, agrupándonos a leer y compartir nuestros conocimientos y dando los primeros pasos en este nuevo mundo literario. Así dio inicio, en

el mes de abril, el Club de Lectura de Literatura

Coreana Contemporánea. El lugar del encuentro fue Rayuela Librería. Le agradecemos a su dueño, Fernando Linetsky, por habernos recibido entre la calidez de sus libros y su café. El Club contó con dos encuentros mensuales: el primer y último sábado del mes. En el primer encuentro se trataría de introducir conceptos, ideas y el libro que se leería; en el segundo, se daría una ronda de debate. El concepto de debatir una lectura tiene como propósito profundizar y encontrar los temas subyacentes a los textos leídos, la búsqueda de información paralela de los y las integrantes del Club y el acalorado debate sobre temáticas que, en Argentina, parecieran saldadas (al menos discursivamente) hace tiempo, no así en Corea del Sur.

Andrea Véliz. El segundo fue Nos sale bien pedir perdón de Lee Kiho, reseñado por Gimena Montivero. Seguimos con Conejo maldito de Bora Chung: Rocío Argañaraz será la responsable de esta reseña.

El siguiente fue El buen hijo de Jeong You-Jeong y quien nos acercará a la lectura será Juan Manuel Gordillo. El penúltimo libro del año fue Tengo derecho a autodestruirme de Kim Young-Ha, analizado por Juana Brugnoli. El último libro del año fue La vegetariana de Han Kang. Terminar el año con el premio Nobel de Literatura a una autora surcoreana, y cabe destacar que además se trata de una escritora mujer, fue el moño que necesitábamos para concluir un año de lecturas.

El primer libro leído fue Almendra de Won PyungSohn, y que será abordado por

Durante este año de literatura y trabajo en equipo, pudimos concretar con la escritura de reseñas de cada libro leído, puesto en voz por los y las participantes que nos acompañaron. Esperamos lo disfruten, tal como lo hicimos nosotras.

Reseña de Almendra de Won-Pyung Sohn

Almendra es un libro que se ha ganado un lugar especial en mi corazón, y creo que para cualquier lector argentino que se acerque por primera vez a la literatura coreana, es una obra que logra abrir una ventana a un mundo nuevo y fascinante. Con una narrativa emotiva, delicada y profundamente humana, la novela de Won Pyung-Sohn nos cuenta la historia de Yunjae, un joven que enfrenta la vida con una perspectiva muy particular debido a una condición neurológica que le impide experimentar emociones como el miedo, la alegría o la tristeza de la manera en que la mayoría lo hace.

Desde el primer momento, la historia me capturó. Aquí, en Argentina, tenemos una cultura donde las emociones suelen estar a flor de piel; nos gusta hablar, compartir y expresar lo que sentimos sin mucho filtro. Entonces, encontrarse con un personaje como Yunjae, que observa el mundo desde una especie de distancia emocional, me

resultó un choque cultural, pero al mismo tiempo, una invitación a ver las cosas desde otro ángulo.

El libro se desarrolla en Corea del Sur, pero la sensación de que las emociones humanas son universales atraviesa cada página. Yunjae, nuestro protagonista, tiene lo que se conoce como alexitimia, una condición que le impide identificar y expresar emociones. Esto le ha hecho tener una infancia diferente, marcada por la incomprensión y el aislamiento. A través de la escritura clara y sencilla de Won Pyung-Sohn, podemos sumergirnos en la mente de Yunjae y entender sus luchas para conectarse con el mundo que le rodea.

Aunque él no pueda sentir las emociones como los demás, eso no significa que no las entienda, y la manera en que se esfuerza por aprender a través de los libros, la observación y la compañía de las pocas personas que se acercan a él es conmovedora.

Para mí, la conexión con Yunjae fue inmediata, no porque comparta su condición, sino porque, como argentino, sé lo que es estar en una cultura donde se espera que uno sea abierto y expresivo, y sentirse a veces fuera de lugar cuando eso no sale de forma natural. Su viaje para encontrar su lugar en el mundo es una historia con la que muchos podrían identificarse, independientemente de dónde vivan.

Otro aspecto que me encantó fue la forma en que la autora introduce otros personajes que, poco a poco, se convierten en el círculo de apoyo de Yunjae. En especial, Gon, un chico que también ha tenido una vida complicada pero que expresa sus emociones de forma explosiva, y la señora que regenta la librería donde Yunjae pasa gran parte de su tiempo. Estas relaciones le dan color y vida a la historia, haciendo que uno sienta que, a pesar de sus diferencias, siempre hay una manera de

encontrar puntos en común. En un país como el nuestro, donde la amistad y la familia son pilares importantes, esta idea resuena mucho. La manera en que estos vínculos se construyen poco a poco y con esfuerzo, y cómo logran transformar a Yunjae, es uno de los puntos más emotivos del libro.

En conclusión: Almendra es una novela conmovedora que trata sobre la conexión humana y el esfuerzo de encontrar un lugar en el mundo, a pesar de las dificultades que la vida nos presenta. Es una historia que invita a la empatía, y que recomiendo a cualquier persona que quiera sumergirse en una lectura que deja huella. Para mí, esta primera experiencia con la literatura coreana ha sido como un viaje lleno de descubrimientos.

Creoque,paraquienes vivimosenArgentinay estamosacostumbradosaun estilodenarrativamuy diferente,Almendraesuna hermosapuertadeentradaa laliteraturacoreana.Esun libroquesedisfrutade principioafin,porquenosolo nospermiteconoceruna historiadiferente,sinoque tambiénnosinvitaa reflexionarsobrenuestras propiasemocione relacionesylama enfrentamoslav

Won-Pyung Sohn

Y a vos, ¿te sale bien pedir perdón?

por:

En Nos sale bien pedir perdón, Lee Kiho nos conduce a un mundo contemporáneo plagado de tensiones y dilemas sociomorales. La historia, que se desarrolla en un contexto urbano, nos presenta a un par de personajes que se enfrentan a situaciones en las que la culpa y el perdón son temas centrales. Los individuos, bien delineados y complejos, nos acercan a diferentes perspectivas sobre la naturaleza humana, haciendo que uno, como lector, se involucre inevitable y emocionalmente con lo que les sucede.

Sibong y Jinman, este último acompañándonos como narrador, se han quedado solos. A causa de una investigación, el hospital psiquiátrico en el que se encontraban internados hace mucho tiempo, cierra. Las autoridades se ven incriminadas por una causa de corrupción (aunque consideraríamos otras a su lista) ocasionando que cada

paciente se las arregle como pueda. Estos personajes, que pecan más de ingenuos que lo que simplemente se califica como ‘locos’, no recuerdan casi nada de sus vidas. Sin embargo, eventualmente, una que otra escena pasada les recuerda que alguien los dejó en el predio, pero ¿a donde deberían ir ahora? De repente, Sibong recuerda su casa lo suficiente como para llegar allí y reencontrarse con su hermana, Seyeon, quien, a su vez, vive con un hombre que solo sabe de apuestas y dinero fácil a costa de acciones cuestionables.

En un intento por reinsertarse en el mundo, ambos expacientes identifican que lo único que saben hacer bien es pedir perdón, idea ganada a costa de un trato, por demás inconcebible, recibido por parte de sus antiguos cuidadores del hospital. Ahora, deben ganar dinero y aportar en la casa. ¿Qué podrían hacer? Aquí entra en escena el hombre vividor al lado de la hermana,

quien a base de prueba y error de salida fácil, se aprovecha de algo que se les ocurre a nuestros protagonistas: comenzar a pedir perdón en nombre de otros. Hecho por demás desopilante y, a su vez, trágico por donde lo miremos si nos dejamos interpelar profundamente. La trama juega con el humor negro en torno a errores del pasado, giros inesperados y revelaciones un tanto sorprendentes. Nos hace cuestionar qué significa realmente pedir perdón y cómo nuestras acciones impactan en nuestro entorno. Con un ritmo dinámico, Lee Kiho nos abandona en encrucijadas emocionales que nos mantienen en vilo ante situaciones absurdas, incómodas, dolorosas, y desesperantes.

En general, Nos sale bien pedir perdón es una lectura interesante y entretenida, aunque en algunos momentos puede resultar un poco confusa debido a la complejidad de una narrativa

entrelazada. Sin embargo, la capacidad del autor para mantener el suspenso y la profundidad de los personajes hacen que valga realmente la pena. Para tal, recomiendo este libro a quienes disfrutan de historias que exploran la psicología humana y los dilemas morales, ya que ofrece una experiencia de lectura que te da vueltas en la mente incluso una semana después de girar la última página.

Después de confesar una mala acción, siempre nos asegurábamos de cometerla. Era porque después de tener todo el día esa confesión rodando por la cabeza, nos sentíamos incómodos. (...) Nos asegurábamos de cometer únicamente las infracciones que confesábamos.

Por último, si se quiere crear una atmósfera ideal para la lectura de esta obra, diría que las siguientes canciones lo hacen perfecto:

Holocenede Bon Iver. Thenightwemet de Lord Huron.

Nude de Radiohead.

¿Unapelículaquesumealaire enrarecidodeestaobra?

Pienso en el final de Charlie

Escuchá acá una playlist pensada solo para vos.

Lee Kiho

Reseña de Conejo Maldito de Bora Chung

Conejo maldito de Bora Chung es una colección de diez cuentos en los que se encuentra, para mí, la combinación perfecta entre historias sobrenaturales y un dejo de críticas sobre la humanidad. A través del surrealismo y el terror, la autora logra plasmar situaciones cotidianas en las que se expresa el lado más oscuro del ser humano: situaciones comunes en el día a día de todos nosotros que, quizás, se encuentran completamente normalizadas, pero que a través del absurdo –con un toque de ciencia ficción–, salen a luz, generando incomodidad y miedo. En estos diez cuentos encontraremos entretenidas historias en las que se entrelazan múltiples emociones como el enojo, el amor, la empatía y la culpa relacionada con los vínculos sociales de los personajes, que presentan alguna característica surrealista o terrorífica.

«Conejo maldito» es el primer cuento del libro –y el mejor en mi opinión–; trata de una familia que en el pasado fue apartada por la sociedad por ganarse el pan con una actividad poco común y fuertemente rechazada: “nuestra familia, que se dedica a la fabricación de fetiches malditos” (p. 9). Es la amistad pura y empática entre dos niños la que cambia la forma en la que esta familia es vista. El relato se cuenta desde la voz del abuelo de la protagonista, que le cuenta cómo en su infancia el vínculo entre él y otro niño de una prestigiosa familia empresaria cambia la forma en la que esta familia es vista. Es una amistad pura y empática. Sin embargo, la corrupción y la lucha de poderes termina en un evento trágico con inocentes víctimas que necesitan ser vengadas.

«Conejo maldito» nos brinda una entretenida historia en la que múltiples personajes nos producen miedo y ternura, y nos hacen dudar entre los límites de lo bueno y lo malo.

«La cabeza» es sin dudas el más espeluznante de la colección. Con una excelente y cruda descripción, se trata de la historia de un monstruo originado por los más desagradables deshechos humanos, quien se encuentra en la continua lucha por la aceptación de su madre, la protagonista. Ella no solo está aterrorizada con la aparición de este ente, sino que también debe lidiar con las exigencias de roles que le impone su familia y seres queridos. Bajo la misma temática, en relación con las imposiciones sociales y compartiendo una cruda narración repleta de descripciones espeluznantes,

«La regla» cuenta la historia de una mujer que quiere desarrollarse profesionalmente, pero termina luchando a contrarreloj para encontrar un esposo ‘adecuado’ para un hijo que no decidió tener: “Si tomas anticonceptivos durante mucho tiempo y tu cuerpo tiene alguna anomalía, puedes quedarte embarazada como efecto secundario” (p. 61).

El tiempo corre, la ansiedad en la narrativa aumenta y la protagonista sigue sin conseguir un buen esposo –aun teniendo constantes citas arregladas por su familia–, sabiendo que su destino y el de su bebé serán terribles si no logra hacerlo. El final de este cuento es lo mejor.

«Los dedos fríos» es un cuento terrorífico en el que la protagonista se despierta en un auto, en una oscuridad absoluta sin recordar qué sucedió y en compañía de una mujer cuya voz la protagonista no reconoce, pero que parece saber qué sucedió. La trama aumenta en su tensión conforme avanzan las conversaciones y la mujer de voz desconocida empieza a mostrar su verdadera personalidad, tornándose el clima cada vez más oscuro y saliendo poco a poco la verdadera razón que llevó a la protagonista a esa situación: “Piensa que es la primera vez en su vida que se siente indefensa en la oscuridad.

Si han sufrido un accidente de coche significa que han ido por una carretera, entonces ¿por qué no se ve ninguna farola? ¿Dónde demonios están? ¿Y adónde van?” (p. 55).

Tenemos también entre los cuentos historias de terror presentadas como fábulas, como «La trampa», «Las cicatrices» y «El amo del viento y la tierra», que tienen una incómoda trama sobre las terribles consecuencias que la codicia y el egoísmo tienen sobre personajes indefensos, como niños y animales, que sufren atrocidades ante la mirada ciega de una humanidad totalmente inmóvil. Estas historias nos generarán incomodidad, tristeza e impotencia, queriendo, por momentos, hacernos dejar la lectura, pero que a la vez son tan atrapantes que no pueden dejar de leerse. A diferencia de los otros cuentos, puede encontrarse claramente una enseñanza al final de cada uno de ellos.

«Adiós, amor mío» es una fascinante historia futurista, en la que un hombre que sufre de una profundad soledad en una ciudad repleta de gente, crea un vínculo especial con un robot humanoide, Derek. Con el paso de los años, Derek queda obsoleto y debe ser reemplazado por otro más nuevo, Seth, que posee un software mucho más evolucionado, que replica fielmente la complejidad de emociones y pensamientos de un ser humano, generando así un clima de desconfianza y miedo entre los tres personajes. Este es un cuento que podría fácilmente ser un capítulo de Black Mirror.

«Mi dulce hogar» narra la historia de una pareja, una joven mujer y su esposo, que se mudan a un barrio donde no parecen ser bienvenidos. Eventos extraños empiezan a suceder a su alrededor y afloran inconvenientes familiares entre los personajes. Refleja claramente la situación de una mujer que intenta

contener situaciones que, tarde o temprano, terminarán desbordándola.

«Elreencuentro», por su parte, es una hermosa historia de amor, protagonizada por personajes rotos por la guerra, directa o indirectamente, que viven no solamente una serie de eventos sobrenaturales, sino que también cargan con una historia atravesada por la violencia. En los personajes se puede sentir una profunda angustia y, a la vez, producen ternura con la historia romántica que se relata.

Todos los cuentos de esta colección tienen sus particularidades que los hacen especiales y atrapantes. La diversidad de situaciones y vidas pone de manifiesto la creatividad e imaginación de la autora. A este título del Club de Lectura, si pudiésemos ponerle puntaje, le pondría un 8/10 por sus fascinantes tramas, mezcladas con crítica social y el buen manejo de recursos literarios.

Reseña de El buen hijo

de Jeong You-Jeong

Elbuenhijo, escrita por YouJeong Jeong, es un thriller que narra el asesinato de la madre del personaje principal. Nos enfocamos en Yu Jin, el segundo hijo de una familia de cuatro que comienza a padecer episodios epilépticos en su juventud, lo que le imposibilita seguir con su vida cotidiana y su carrera de nadador.

Por un desafortunado accidente, el padre y hermano de Yu Jin fallecen, dejando al pobre chico bajo el yugo de su sobreprotectora madre, que frente a la condición de su hijo y al accidente, decide tomar el control de su vida. Esto no queda sin consecuencias, ya que su hijo, por rebeldía o por hartazgo de los efectos secundarios, deja voluntariamente de tomar su medicación contra la enfermedad, aunque esto le lleve a sufrir ciertos episodios.

Una noche Yu Jin llega a su casa, borracho. Luego de unos acontecimientos que, en principio, no logra recordar,

encuentra sangre en su habitación. Baja las escaleras buscando a su madre, a quien encuentra muerta. La historia continúa con Yu Jin tratando de explicar qué podría haber pasado, investigando y recopilando información en su mente, a la vez que busca no involucrarse en el asesinato. Es a través de los recuerdos de su niñez y adolescencia que comienza a unir los hilos que llevaron a ese momento y se percata de que, efectivamente, es el autor de la desgracia.

Aunque sepamos desde un principio lo que sucedió, la autora logra que el lector quede inmerso en los soliloquios de Yu Jin, que buscan de alguna manera explicar, por no decir justificar, las acciones que toma; además de que cada personaje es clave en el desarrollo de los hechos.

Personajes

Yu-Jin: el protagonista. En toda la obra, nos paramos desde su punto de vista y conocemos, a través de él, las consecuencias de su crianza y de lo que lo lleva a asesinar a su madre. El creciente odio hacia esta y su tía se puede resumir con las siguientes palabras de Yu Jin: “Si mi tía y mi madre eran las carceleras de mi vida, las medicinas eran las cuerdas con las que me ataban”.

LamadredeYuJin: es una mujer sobreprotectora que alimenta el odio que le tiene su hijo al controlar cada paso de su vida, especialmente a través de las pastillas de su ‘enfermedad’.

HeJin: amigo de la infancia de Yu Jin, es en quien más confía, y su nuevo hermano, al ser adoptado por la madre. Es quien entiende cómo se siente el protagonista en todo momento, velando por su bienestar.

LatíadeYu-Jin: aunque no forma parte del núcleo familiar principal, su participación es determinante en la obra, ya que es ella quien le receta la medicación a su sobrino y es gracias a ella que se develan ciertos secretos familiares.

Recomiendo Elbuenhijo si te gustan las narrativas psicológicas y un desarrollo lleno de suspenso, en donde se explora la memoria, la culpa, la libertad y la identidad.

Jeong You-Jeong 정유정

Reseña de Tengo derecho a destruirme de Kim Young-ha

por:

En Tengo derecho a destruirme, Young-Ha Kim nos sumerge en una Seúl gris, atrapada en el desarraigo y la soledad, donde el narrador es un personaje frío y casi místico que observa y facilita la autodestrucción de sus clientes. Sin juzgar ni intervenir, simplemente ofrece una salida a quienes están dispuestos a hacer un pacto con el olvido. La historia sigue al narrador en sus encuentros con varias personas atrapadas en sus propias prisiones emocionales. Entre ellas, C y K, dos hermanos que viven en tensión constante, ambos obsesionados con Judith, una mujer enigmática que parece desdibujar todo lo que toca. La trama se convierte en una exploración de almas perdidas que buscan autenticidad, incluso si solo la encuentran al borde del abismo.

El narrador, siempre distante, se acerca a las personas como si las estudiara en un museo, ofreciéndoles una última salida con una mezcla de

desapego y comprensión. Mientras tanto, Judith es una fuerza de deseo y autodestrucción, girando entre C y K, su relación como un péndulo de lo pasional a lo caótico. Ella es a la vez musa y destructor de la paz para estos hermanos que buscan algo que les dé sentido en medio del vacío. Y es aquí donde surge la posibilidad de que C y K no existan realmente, sino que sean espejos de Judith, fragmentos de su propia psique en pugna. C, con su carácter introspectivo, podría ser su lado melancólico, la parte de ella que observa la vida desde un rincón. K, más impulsivo y violento, podría representar su chispa rebelde, la que se aburre de la realidad y coquetea con el vértigo de la destrucción. La novela permite esta interpretación en la que los personajes son reflejos en el laberinto interior de Judith, tal vez facetas de una misma mujer, distintos yo atrapados en un juego de sombras. Y así, no sería raro pensar que Seyeon y Mimi también sean diferentes

versiones de Judith en distintas etapas de su vida, todas en la misma búsqueda de sentido.

Kim no explica abiertamente las emociones de sus personajes; en cambio, utiliza referencias artísticas que hablan sin palabras. «La muerte de Marat» de David, por ejemplo, refleja la serenidad sombría con la que el narrador ve la muerte, casi como si fuera una obra de arte en sí misma. Judith, con su sensualidad y peligro, evoca la «Judith» de Klimt, una figura seductora y destructiva que consume y atrae. Además, la preferencia de los personajes por los autorretratos de Van Gogh sugiere su necesidad de mirarse hacia adentro, de cuestionarse hasta el agotamiento, como el propio artista en sus cuadros. La música de Chet Baker, especialmente su interpretación de My Funny Valentine, también crea un eco melancólico, un susurro del hastío y la nostalgia que invade a cada personaje.

Incluso Sylvia Plath aparece, con su frase “The blood jet is poetry” , como un guiño a la relación inevitable entre creación y autodestrucción, como si el acto de vivir y de destruirse fueran expresiones del mismo impulso.

El estilo de Kim es afilado, casi clínico, cada palabra cortada al mínimo, como un latido cansado y calculado. La prosa es contenida, el tono distante y lleno de misterio, el ritmo pausado, como si cada frase invitara al lector a sumergirse en una espiral lenta e hipnótica. Y, sin adornos, Kim nos deja ver la belleza pesada de la desesperación y la soledad. Es una novela que desafía las nociones convencionales sobre la vida y la muerte, que habla a los que buscan historias que exploran las profundidades de la alienación en una sociedad moderna y fría, a los que se atreven a mirar su propio abismo.

Kim Young-ha es un tejedor de historias extrañas y

potentes, nacido en la provincia de Gangwon en 1968. Abrió su camino en la literatura, con su primera novela I Have the Right to Destroy Myself, con la que ganó el Premio Munhakdongne para Nuevos Escritores en 1996. Desde entonces, ha dado vida a ocho novelas, cinco colecciones de relatos cortos y varios ensayos. Sus palabras han viajado en una docena de lenguas y lo han llevado a recibir los premios Hyundae, Dong-in y Yi Sang.

Su escritura es una maquinaria radical que desvía las historias tradicionales y nos planta en el universo de personajes que desafían lo común: coordinadores de suicidios, asesinos con alzheimer, espías perdidos en un sur desconocido. Para Kim, lo antiguo no es algo que se rechaza, sino que se ignora como si no tuviera relevancia.

En I Have the Right to Destroy Myself, su narrador habla del único acto autónomo que queda en una era dominada: la

muerte voluntaria. Otros libros, como Black Flower, exploran la modernización de Corea a través de realismo mágico y las miradas de inmigrantes coreanos en México. La obra de Kim vibra entre el misterio, lo oscuro y lo inevitable; cada personaje es una ventana hacia los bordes de la existencia humana, donde lo absurdo y lo poético se encuentran.

Kim Young-Ha

Reseña de La Vegetariana de Han Kang

Atrapante de principio a fin, La vegetariana de Han Kang se ha consolidado de manera unánime como la lectura más destacada del Club este año. La coincidencia de haber sido reconocida con un merecido Nobel literario añade una capa de prestigio y refuerza el impacto que esta obra tiene en sus lectores. A través de una narrativa inquietante y delicada, Han Kang nos conduce a reflexionar sobre las complejidades del ser humano y a explorar las profundidades de los lados más oscuros de nuestra naturaleza.

La novela arranca con una premisa en apariencia sencilla: Yeong-hye decide dejar de consumir carne debido a las perturbadoras pesadillas que la acechan cada noche. Sin embargo, este acto de renuncia alimentaria se convierte en el detonante de una transformación radical que desmorona los cimientos de su entorno y expone tensiones subyacentes en sus relaciones familiares y

sociales. Nos encontramos frente a una novela de estructura tripartita, cada parte focalizada en un personaje diferente.

En la primera parte, «La vegetariana», aparece el conflicto central y las dinámicas familiares a través de la voz del esposo de Yeonghye. Las narraciones oníricas, casi delirantes, se mezclan con escenarios de tortura y violencia. Podríamos decir que la carne aparece en esta parte en todas formas: sangre, cuerpo, maltrato, ira.

Cambiamos de foco en la segunda parte, «La mancha mongólica», acá acompañamos a nuestra protagonista desde el punto de vista de su cuñado, un artista frustrado obsesionado con Yeong-hye. Ella se encuentra convaleciente, ha pasado tiempo desde los episodios anteriores y nos da indicios de estar en recuperación. No quisiéramos adentrarnos más en la trama de este capítulo porque simplemente quedaríamos

cortas de palabras. Sí podemos destacar la reluciente prosa bella y absolutamente poética, llena de imágenes y metáforas que vuelven la lectura una experiencia estética irrepetible. Toda la sensualidad y locura, la belleza y la podredumbre, el color y la oscuridad conviviendo en armonía en pocas páginas.

Para el tercer capítulo, «Los árboles en llamas», focalizamos desde In-hye, la hermana de la protagonista. Una mujer correcta y muy comprensiva de todo lo sucedido. Una mujer que batalla constantemente con ser el estereotipo de la perfección coreana contemporánea y sus propios deseos de liberación y paz interior. El deterioro mental y físico de la protagonista es abismal, pero también lo es la trama y la escritura, a estas alturas ya somos unos lectores agobiados por el sufrimiento de Yeong-hye, hemos transitado este recorrido de

violencia y enfermedad. A medida que la historia avanza, se revelan temas de opresión, resistencia, deseo y locura, llevándonos a cuestionar las normas impuestas por una sociedad que, a menudo, reprime el bienestar de los cuerpos y las mentes no convencionales.

Sobre el desenlace final, no esperen un final justo y resolutivo. Por lo contrario, terminamos este libro con una sensación de vacío y resignación, sin una redención para los personajes. La transformación de Yeong-hye es también el recorrido que realizamos como lectores durante toda esta novela. El final de nuestra protagonista es una liberación de las restricciones impuestas por la sociedad y el cuerpo, como una trágica autodestrucción. Han Kang, con una prosa tan elegante como perturbadora, utiliza estos recursos para desentrañar las consecuencias de la alienación y el rechazo a lo establecido.

Lavegetariana no solo es un viaje a través de la mente de su protagonista, sino una fuerte crítica a la violencia humana que se encuentra mediando en todos los vínculos de la sociedad. Una radiografía de cómo las expectativas culturales y la fragilidad de la identidad pueden quebrarse. Esta obra invita a ser un recorrido de introspección profunda y, a su vez, una experiencia poética hermosa e irreemplazable.

Como comentamos al principio, se volvió por lejos la mejor lectura que hemos realizado en el año. Adentrarnos en la prosa de esta autora es un antes y un después para cada lector. Vale la pena tomarse un tiempo y padecer, junto a la protagonista, la angustia y la desesperación. Solo nos queda seguir explorando a Han Kang en otros títulos.

Jong-i jeobgi 종이접기

CIERR E D E AÑO

CLUB DE LECTURA

LITERATURA COREANA CONTEMPORÁNEA

문학 Munhag

19:30h - Taller de papiroflexia para todas las edades.

A cargo de Prof. Mirtha Alaniz

20:30h - Charla de cierre: “¿Por qué leemos literatura de Corea del Sur?” y presentación de cuadernillo.

A cargo de Andrea Veliz, Gimena Montivero, Juana Brugnoli, Rocío Argañaraz y Juan Manuel Gordillo

반찬 Banchan

21:30h - Degustación de comidas y típicas de Corea del Sur*

*Carta disponible para consumición de otros platos y bebidas a cargo de Rayuela.

Algunas fotos de las actividades y encuentros durante el año 2024. Participamos de la Feria del Libro de La Rioja, hicimos manualidades y tuvimos encuentros al aire libre.

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