17 minute read

en la Subida eStá una eSCuela de ángeleS SoñadoreS

Editorial

El arte de resistencia construido desde la memoria

Advertisement

Durante 20 años la Revista Porro y Folclor difunde la memoria y el patrimonio material e inmaterial del país mediante la investigación sobre prácticas ancestrales que realizan en los territorios. No importan las múltiples dificultades económicas, sociales y políticas. Importan los creadores, artistas, gestores, grupos, compañías y organizaciones.

Esa construcción colectiva o individual es el resultado de una historia cultural que nos hace diferente, diversos, ricos pluriculturalmente; pero, sobre todo, es el producto de un trabajo permanente y diario de músicos, danzarines y bailadores que, a través del ritmo, los sonidos, el cuerpo, el movimiento y la expresión proyectan la vida de los territorios en creaciones identitarias. Esa riqueza cultural de Colombia, que sobrevive en muchos pueblos ancestrales, en los barrios y territorios triétnicos, hace parte de su memoria y su historia; que, además, muestra las vivencias sociales de comunidades que por años han levantado sus voces y cantos para darle vida, cuerpo y alma a sus prácticas cotidianas.

De allí, la importancia de seguir en la labor de difundir y rescatar esas prácticas ancestrales pluriculturales que sobreviven y resisten con la música, la danza y el baile de la violencia, de culturas homogeneizante, con la globalización y el olvido; la labor de la Revista está en proyectar la memoria y la historia de los territorios hace parte la riqueza cultural de Colombia El accionar de la Revista Porro y Folclor es contribuir a mantener viva la cultura diversa y triétnica, que se extiende a lo largo y ancho del país, que aun está presente en los festivales, fiestas, encuentros, verbenas y carnavales de los pueblos. Es reconocer la riqueza y diversidad cultural que se expresa en los pueblos y comunidades afro, indígenas y mulata en territorios como San Basilio de Palenque, Cartagena, Córdoba, en los Montes de María, en el Chocó, Buenaventura, en La Guajira … que se acrecienta con las capacidades y los valores de sus comunidades y son el motor del desarrollo de la nación.

La misión de la Revista está en resaltar esas construcciones colectivas e individuales que resisten en los pueblos y territorios de Colombia; que se valore y se respete las diversas expresiones de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, como parte fundamental de la memoria, de una cultura hecha y pintada de las expresiones, construida desde la diferencia de quienes hacen arte desde el sentir, el sueño, la imagen y la visión de vida.

La acción investigativa seguirá siendo parte del trabajo de la revista y difundiendo los saberes y conocimientos de las comunidades o pueblos que son patrimonio material e inmaterial de Colombia.

EN LA SUBIDA ESTÁ UNA ESCUELA DE ÁNGELES SOÑADORES

Por Marcos Fidel Vega Seña

La ebullición que cobra el municipio de San Pelayo, al norte del Río Sinú, en el departamento de Córdoba, es asombrosa. Al ritmo de las bandas, que se dieron cita este 2022, luego del receso de la pandemia, posibilitó el reencuentro de artistas, directores musicales, gestores culturales, músicos, periodistas y una comunidad ávida de sentirse en sociedad. Uno de los colectivos artísticos que estuvo en la gran fiesta, que es el Festival del Porro, fue Alfredo Berrocal Berrocal, director y creador de la Escuela de Formación Musical Ángeles Soñadores, del corregimiento de La Subida, en el municipio de Santa Cruz de Lorica. Lleva 20 años en la enseñanza musical, actividad que inició muy joven, a trabajar con procesos de formación. Es licenciado en Música de la Universidad del Atlántico y ha participado en varios diplomados, uno de ellos en el Conservatorio de Bolonia, Francia.

Cuando a Berrocal Berrocal se le invita a hablar de cómo es el proceso de formación musical de jóvenes y niños en las áreas rurales de un departamento como Córdoba, (séptimo mayor nivel de pobreza extrema dentro de los 24 departamentos principales con 172.670 cordobeses en condición de indigencia), se le ilumina el rostro y las palabras salen a borbotones por la emoción que le produce participar en una obra tan noble como es la Escuela de Formación Musical Ángeles Soñadores.

Cuenta la historia de cómo se gestó la idea de la Escuela: “Luego de yo estar más de 20 años en Barrancabermeja trabajé allá con la gran Banda 26 de Abril, en unas vacaciones vine hasta el corregimiento Tierralta, donde nací, y

me encuentro con una gran cantidad de jóvenes con mucho talento. Y decidí, luego de otros incidentes acompañados que no fueron tan positivos, (el fallecimiento de mi mamá y de mi hermano), me hicieron regresar nuevamente a mi tierra y con ayuda de amigos, con ayuda del Félix Antonio Berrocal y sus hermanos Feli, Toni y Mario, que me colaboraron muchísimo, creamos la Escuela. Luego hicimos la convocatoria. La Fundación Job nos donó el 80 % de la instrumentación y una Fundación de Estados Unidos, que está radicada en Neira, Caldas. Y ahí ya empezamos con el proceso”.

La satisfacción personal como salario

Como suele suceder en estos casos, que las empresas privadas que tienen asiento en Córdoba o el Estado mediante sus ministerios o secretarías, no abogan por la dignidad de los maestros que enseñan arte, especialmente en este caso concreto, música. Dice Berrocal Berrocal que no devenga sueldo por el proceso de formación musical y agrega, con gran entusiasmo, que eso no lo detendrá para seguir con lo hace en la Escuela.

“…El sueldo más, creo que ni siquiera en oro, ni esterlina, ni en euros y en dólares, pero sí recibo un gran agradecimiento de parte de estos jóvenes y verlos cómo han avanzado en tan poco tiempo, créanme que me lleno de mucha satisfacción”.

A renglón seguido narra la bella y tierna historia de dónde nace el nombre de Ángeles Soñadores:

“…nace de un día que llego a dar mi clase y uno de mis chicos mira hacia el cielo y ve un avión a lo alto y me dice Profe, ¿será que con la banda podemos montar en avión? Y se me vino a la mente, ¿este angelito cómo está soñando? Entonces se viene

Banda juvenil Ángeles Soñadores Foto. Marcos Vega Seña el nombre de Ángeles Soñadores, un sueño del cual ya lo cumplieron el año pasado cuando participamos en Viani, Cundinamarca, nos fuimos en avión. Y cuando nos montamos al avión le dije: bueno mijo, ya tu sueño se va a hacer realidad”.

La Escuela de Formación Musical Ángeles Soñadores lleva cuatro años, cuatro años enseñando la tradición musical de Córdoba y del país. Es un proceso, que el director expresa que lo lleva a pulso.

“Ya luego de ganar varios eventos es donde la primera dama Dary Luz Montiel, del municipio de Santa Cruz de Lorica, nos colabora, yo pienso que tenemos un ángel maravilloso como es nuestra primera dama departamental, como lo es Martha de Benítez, la aprecio mucho por su gesto y pienso que nos siguen apoyando”.

La pedagogía musical de Berrocal Berrocal

Enseñar música tradicional a niños y jóvenes en esta época es todo un reto. Al respecto, el director menciona que inicia con la parte rítmica y pone a los estudiantes a marchar. A medida que marchan, les enseña trucos musicales, que él, jocosamente, llama “cositas”.

“Con la marcialidad, yo cojo el bombo y le digo: con el pie derecho, todo el mundo va caminando al son del bombo o zapateando al compás del bombo y ahí va uno detectando los niños. Pero en realidad esto lo hago como un protocolo, porque no le niego ninguna posibilidad. Nunca le digo al estudiante no sirve o no puede o no eres capaz, porque siento que todos sí somos capaces y tal vez es más fuerza de voluntad que cualquier otra cosa. Y también soy un convencido de que la disciplina siempre superará el talento”.

Para Berrocal Berrocal, los padres de familia son decisivos en la formación musical de los niños y jóvenes que están en la Escuela de Formación.

“Sobre todo los padres, que son los principales dolientes del proceso como tal. Hacemos eventos, hacemos actividades, rifas, tamales, bingos y vamos recaudando estos recursos para comprar uniformes; para comprar más instrumentos y accesorios de música, que se requieren y para la parte logística, mantener la banda siempre tal cual como la tenemos”.

Los jóvenes se enamoran de su tradición

De acuerdo con los datos suministrados por el músico, actualmente tienen tres categorías: iniciación, que son los niños que empezaron este año; infantil, para edades entre 7 a 12 años, y la juvenil, que va de 14 a 19 años. A esa edad, la influencia de las redes sociales es determinante para los gustos musicales. Y las redes sociales, si no se direccionan, no serán un aliado para la tradición.

Para eso, Berrocal Berrocal creó una estrategia que le ha funcionado.

“Por ejemplo, yo le llego al niño con la canción de los dibujos animados, los que están de moda y que los niños más ven. En Cartoon Network, los canales nacionales y en otros canales internacionales. Entonces, de ahí copio fragmentos musicales que son más agradables al oído y les armo una canción. Y tan pronto el niño ve que otros niños interpretan la música de Ben 10, de Barney, del Chavo, empiezan a identificarse. Y dicen: yo quiero también aprender y tocar esta canción de mi programa favorito. Y esa es una estrategia que me ha funcionado. Luego de enamorarlo de esa música, empezamos el proceso de meterlo en el mundo cultural como es nuestra música, los porros y los fandangos”.

Berrocal Berrocal y el Festival

Para el director de la Escuela de Formación Ángeles Soñadores la logística del Festival ha alcanzado alguna madurez. Por ejemplo, el caso de los alojamientos y traslados, puntos críticos a resolver y con los cuales se presentaban inconformidades por parte de los colectivos artísticos. Para él hubo cambios radicales en ese sentido.

“Este año ha cambiado muchísimo. Este año veo que las cosas han funcionado de mil maravillas. La logística es impresionante. Nos han ubicado en

Banda Pelayera Ángeles Soñadores de Lórica. www.eluniversal.com.co

lugares mucho más cómodos que anteriormente y pienso que la pandemia ha hecho reflexionar a los organizadores y de verdad, les doy un fuerte aplauso y lo felicito”, expresó Berrocal Berrocal.

Una de las dificultades que se presentaron en 2022 en el Festival del Porro está relacionada con los altos decibeles que salen de los equipos de sonido que instalan los negocios, especialmente donde expenden licor. El parque de San Pelayo es pequeño y no soporta un cruce de sonido tan bárbaro como se da en las horas de la tarde y en las noches. Al respecto, dice Berrocal Berrocal que:

“este año se hizo una prohibición porque queremos que en todos los lugares se escuche porro, que se ventile el porro por nuestros poros, por nuestros oídos, por nuestra mirada, por olfatear porro donde quiera que vamos. No sé exactamente qué puede ser ese olor, pero sí me gustaría”. Sin embargo, el maestro director reconoce que la Junta Directiva del Festival ha hecho un esfuerzo para que en el evento se privilegie el porro y sus expresiones.

“De hecho, este año ha mermado y hay que felicitar a la Junta otra vez. Por lo que creo, al porro este año se le está dando la importancia, el porte y el estatus que verdaderamente se merece. Y más aquí en San Pelayo, que este festival es catalogado como el Festival Mundial de Porro”,

MARCOS FIDEL VEGA SEÑA.

Comunicador social, periodista y magister en

educación de la Universidad de Antioquia

LA CULTURA QUE SE DEVELA EN EL FESTIVAL DEL PORRO EN SAN PELAYO

Por Marcos Fidel Vega Seña

En el parque principal de San Pelayo, a las 11 de la mañana el sol quema, y a la vez es motor del entusiasmo y la alegría de artistas y turistas que, desde diversos puntos del país y del mundo, llegan al pueblo convocados por la música y el carnaval. Realmente es un espacio pequeño para albergar al flujo de visitantes los días del Festival Nacional del Porro.

En medio de las figuras que simulaban parejas de bailes y símbolos propios de la región, una nube de periodistas estaba al frente de la tarima en espera del inicio de la programación oficial. El programa para ese día llevaba casi dos horas de retraso, tiempo que se aprovechó para realizar las entrevistas respectivas. Ataviada para la ocasión, estaba la periodista y funcionaria del Senado de la República, Bertha Teresa Bolaños. Ella es integrante de la Comisión de Cultura y su trabajo consiste realizar un puente entre el Ministerio y lo que sucede en los territorios en materia cultural.

Bertha Bolaños. www.eluniversal.com.co

“San Pelayo es uno de los temas que siempre me ha llamado la atención, a pesar de que no conozco a fondo la esencia de este festival, pero ya estoy lista”. Sin embargo, notó en el ambiente fiestero a la gente de la región muy animada y se refirió a la buena organización del Festival.

Aquí está Colombia

Ante la pregunta por la percepción del Festival, aseguró:

“Yo lo he visto por medios. Me he enterado, además, a través del internet que es lo más fabuloso que nos ha podido pasar, aunque a veces a nosotros los reporteros nos dan un golpe bajo, y se siente Colombia. Es lo que he podido percibir en primera instancia. Aquí está Colombia, acabo de preguntar y aquí hay una banda del Atlántico, y cuando venía en camino vi que también el departamento de Bolívar tiene su representación; entonces Colombia está aquí. Supe ahora que tú llevas el festival a Medellín y eso es fantástico, porque no solamente es que San Pelayo los reciba, es que de aquí también salen hacia otros lugares a mostrarse y eso es fabuloso”, aseguró la funcionaria.

Sobre el trabajo cultural en los territorios, a propósito del circuito de eventos que se realiza en diferentes regiones, Bolaños aseguró que es importante la interacción que tiene la gente ahora mismo en el país.

“Sobre todo después de un momento tan difícil que nos tocó; estamos mirando que no solamente las redes y la internet nos están uniendo, sino también las expresiones culturales. La cultura, sin duda alguna, ha hecho parte siempre del tema social. Es uno de los componentes más importantes, porque, fíjate que las costumbres se han vuelto un tema cultural, lo que antes era simple y obvio en las comunidades, ahora se llama cultura y eso es bien importante”.

El Ministerio y su labor

Mientras al parque llegaba más público, los picó tronaban en las esquinas y los vendedores de refrescos y de comidas, organizaban sus puestos, seguimos el diálogo con Bertha Teresa. Sobre la pregunta relacionada con el reto del Ministerio en estos momentos, afirma que una ministra estuvo.

“bien interesada en esos temas: Por ejemplo, en Bolívar hubo mucho movimiento porque nuestro departamento es muy complejo y tiene muchas expresiones culturales de diversas índoles, pero sí se sintió la presencia del tema cultural...” Podríamos decirlo de manera muy arbitraria, la cultura está de moda, la gente se pone las cosas, los atuendos de los indígenas y eso es bonito. La gente lleva una mochila como la llevo yo ahora; están los wayús, los zenúes, y a la gente ya no le da pena. Y eso desde el Ministerio y desde el mismo Congreso es lo que se ha venido trabajando y lo que parece que empieza a lograrse”, afirma Bolaños.

“La unión que hubo en el gobierno es una fórmula que había debajo de un tapete, dicen muchas personas. Yo lo miro más bien como una movida inteligente y una movida social, un tema que ha movido a todo el mundo, desde las pasiones como en una campaña hasta aterrizarlo a que debemos trabajar todos juntos y que definitivamente el trabajo en equipo es el que va a dar resultados, desde el alto gobierno hasta el negocio más pequeño”, explicó la funcionaria.

Los medios de comunicación como plataforma cultural

Un festival como el del porro en San Pelayo y los que se llevan a cabo en otros territorios del país, tienen que trabajar muy duro para mantenerse vigentes. Lo mismo ocurre con las expresiones autóctonas y tradicionales, amenazadas por apabullante ruido de expresiones foráneas. Por ello, Berta Teresa considera que una de las partes fundamentales de apoyo para estas fiestas, son los medios de comunicación.

“Yo tengo un portal al que he llamado Mi Portal de Buenas Noticias, porque únicamente me he dedicado a eso… creo que después de la crisis lo que necesitamos es recibir información positiva. Desde ese punto de vista, estoy mirando que hay niños y muchachos de doce y de veinte años que vienen a hacer música y a mostrarse en San Pelayo y eso es bien interesante...”. Por ejemplo, ahorita hay una banda del Atlántico que seguramente se va a mostrar, y los muchachos de Unibac, de nuestra Universidad de Bellas Artes, de Cartagena, también lo van a hacer con un tema que tiene la unión de Cartagena y San Pelayo; y de hecho la canción se llama así, Cartagena y Pelayo. Esas cosas son interesantes porque de todas maneras la gente necesita recibir ese tipo de informaciones para animarse y para que cada quien, desde sus instancias, así sean económicas, artísticas o de sus expresiones culinarias, inclusive la gastronomía, se unan y hagan este tipo de actividades. Yo a este Festival le auguro como siempre un éxito rotundo a pesar que no es la romería de gente, pero seguramente en una nueva versión esto se llena de gente y van a cambiar las cosas”, expresó la comunicadora.

Sobre el papel de interacción cultural que juegan los medios y las redes sociales, Berta Teresa considera que las expresiones culturales, como el Festival del Porro en San Pelayo sirven para paliar las dificultades sociales surgidas después de la pandemia.

La cultura en el futuro

Para Berta Teresa, las probabilidades de que la cultura juegue un papel decisivo en la recuperación de la confianza y la restitución de la esperanza, después de que la humidad vivió momentos tan difíciles, es alta.

A pesar de los vaivenes de los que habla Bauman, Bolaños coincide con él, pues el filósofo considera que la cultura es un agente del desorden, pues en ocasiones soslaya los controles de la sociedad represiva a las expresiones autónomas, pero también puede ser un instrumento del orden, que se somete a los rigores del pasado y del presente a la vez.

“La obra de la cultura no consiste tanto en la propia perpetuación como en asegurar las condiciones de nuevas experimentaciones y cambios. O, más bien, la cultura «se perpetúa» en la medida en que se mantiene viable y poderosa, no el modelo, sino la necesidad de modificarlo, de alterarlo y reemplazarlo por otro. Así pues, la paradoja de la cultura se puede reformular como sigue: todo aquello que sirve para la preservación de un modelo socava al mismo tiempo su afianzamiento”, dice Bauman.

Lo expresado por el autor se pone de manifiesto en las palabras de Berta Teresa cuando afirma que

“después de haber tenido un momento en el mundo tan difícil, lo que quedó fue un sentimiento en todos los países; quedó un sentimiento de pertenencia; quedó un miedo a haber perdido lo que nos quedó, y eso ha unido a las personas a trabajar. Fíjate que ha habido demasiados emprendimientos, y la palabra también se empezó a conocer en todos los ámbitos, y desde el gobierno lo que se espera es que la cultura siga teniendo el lugar de importancia que merece, no solamente en el centro del país, sino también en el Caribe y en el Pacífico”.

Lo anterior indica que la pandemia desnudó esa contradicción a la que el consumismo somete a la cultura, que lo explica Bauman: el pasado es necesario para afianzar la perpetuación de las tradiciones, que a su vez absorben las nuevas propuestas para mantenerse. Eso es el Festival de San Pelayo.

Por último, Bolaños es optimista con lo que pueda suceder en la actual administración nacional con la cultura e invita a a que todos trabajemos unidos para la reconstrucción de un país que, durante la pasada campaña electoral, mostró su agresividad por ciertas posiciones políticas y comunidades que ascienden por primera vez al poder.

De modo a trabajar juntos, en equipo para obtener resultados positivos hacia una cultura que este al servicio de las comunidades y los sectores.

MARCOS FIDEL VEGA SEÑA.

Comunicador social, periodista y magister en

educación de la Universidad de Antioquia