Cites sobre lectura

Page 1

Cites​​ sobre​​ la​​ lectura agenda​​2013​​del​​llibre​​i​​ la​​ lectura,​​editat​​ per​​ Connexió​​ Papyrus​ .


La dimensión que abren los libros es la de la incompletud y la promesa de calmarla. La trampa que nos ponen es que sólo se puede llenar con su propia materia, el lenguaje. ¿Por qué sigo tan atado a ellos si sé que son una trampa? Tal vez porque con y por ellos he entendido algo inherente a nuestra condición: que nuestra única tierra és volàtil i esquiva, que nuestro único arraigarnos es movernos, desintegrarnos en ella, como el polvo.​​ No​​ ser​​de​​nadie,​​no​​tener​​sentido​​y​​no​​poder​​dejar​​de​​producirlo. Daniel​​ Goldin.​​​Los​​días​​y​​los​​libros:​​Divagaciones​​sobre​​la​​hospitalidad​​de​​la​​lectura

¿Por qué las inversiones públicas se centran en las bibliotecas, no en los bibliotecarios? ¿Por qué, en suma, se evita invertir en personas o en propiciar espacios para encuentros entre​​ personas?. La relación con los libros no empieza con la lectura y los libros no solo sirven para leer. Son objetos cargados de valores afectivos, son objetos que huelen, que pesan, que tienen texturas, que se asocian a voces y personas, que generan situaciones y las recuerdan. Pero​​ también​​se​​leen​​y​​adquieren​​valor​​por​​suscitar​​las​​más​​diversas​​apropiaciones. Daniel​​ Goldin.​​Los​​días​​y​​los​​libros:​​Divagaciones​​sobre​​la​​hospitalidad​​de​​la​​lectura

Pues ¿qué es un libro en sí mismo? Un libro es un objeto físico en un mundo de objetos físicos. Es un conjunto de símbolos muertos. Y entonces llega el lector adecuado, y las palabras –o, mejor, la poesía que ocultan las palabras, pues las palabras solas son meros símbolos-​​ surgen​​a​​la​​vida,​​y​​asistimos​​a​​una​​resurrección​​del​​mundo. Jorge​​Luis​​Borges.​​Arte​​poética:​​Seis​​conferencia​ s

El amor a las bibliotecas, como la mayor parte de los amores, hay que aprenderlo. El que entra por primera vez en una habitación hecha de libros no puede saber instintivamente cómo comportarse, qué se espera de él, qué se promete, qué se permite. Puede verse dominado por el horror –a la acumulación o a la magnitud, al silencio, a la admonición burlona de que es mucho lo que ignora, a la vigilancia-, y parte de esa sensación abrumadora puede seguir aferrada a él una vez aprendidos los rituales y las convenciones, una vez cartografiado el territorio, una vez comprobada la actitud amistosa de​​ los​​ nativos Alberto​​Manguel.​​La​​biblioteca​​de​​ noche


Al capdavall poc importava el que continguessin els llibres. El que importava era el que ells sentien de primer quan entraven a la biblioteca, on no veien les parets de llibres negres sinó un espai i uns horitzons múltiples que, ja des del llindar, els arrencaven de l’estretor​​ de​​la​​vida​​del​​barri. Albert​​Camus.​​El​​primer​​ home

El tiempo al que pertenezco se fraguó en las calles de mi barrio y en la biblioteca que fui reuniendo entre regalos, préstamos, compras, grandes hurtos familiares y pequeños robos de los que prefiero no acordarme. Uno vive también en los libros, ya se sabe, y las lecturas tienen mucho que ver con la vida elegida, con el pasado que uno elige para pertenecer a un tiempo. Luego, cuando ya somos conscientes de nuestro pasado y de nuestros libros, debemos defendernos de la nostalgia para no convertir en arqueología aquello​​ a​​ lo​​ que​​queremos​​ser​​leales.​​Negociamos​​el​​porvenir. Luis​​García​​Montero.​​Inquietudes​​bárbaras

Buena parte del dolor humano se esconde en la podredumbre cotidiana del lenguaje. Yo veraneo en Rota, en la Bahía de Cádiz, en una casa de terraza despejada, en la que suelo tumbarme por las noches con mi hija Elisa para ponerle nombre a las estrellas y para contarle variaciones improvisadas de ​La isla del tesoro​, o de ​Robinson Crusoe​, o del Lazarillo de Tormes​. El 25 de octubre del 2003 fue un día tormentoso en el lenguaje y en los mares de Andalucía. Treinta y siete seres humanos se ahogaron a 200 metros de las costas de Rota. ¿Qué eran? ¿Inmigrantes? ¿Ilegales? ¿Indocumentados? La lengua española cuenta con la palabra ​naufragio para referirse a la tragedia de las embarcaciones que se van a pique, y con la palabra ​náufragos para definir a los seres humanos que se ven envueltos en las catàstrofes del mar. El auxilio a los náufragos es una ley del mar y de la humanidad que asumieron desde hace siglos las legislaciones nacionales e internacionales y los argumentos de la literatura. Los seres que se ahogan en nuestras costas con la rutina acompasada del oleaje son hombres, mujeres, marroquíes, nigerianos, blancos, negros, patronos, inmigrantes, pobres, casados, solteros, padres, madres, hijos, pero en el momento de su desgracia sólo pueden ser definidos y tratados como náufragos. No hay ninguna justificación para negarles el auxilio, como no hay justificación para llamarlos de otra manera y suavizar las razones de nuestra impasibilidad y nuestros olvidos. Las palabras inexactas sirven para justificar las realidades imperfectas. A un individuo que muere en su casa por culpa de la agresión de un ejército no se le puede llamar rebelde ni insurgente. Es sólo una víctima, una pobre víctima perdida en las estadísticas, a la que se niega incluso el derecho a vivir y morir decentemente en el lenguaje. Debemos vigilar el lenguaje para que la realidad no nos saque​​ la​​ lengua​​con​​la​​sonrisa​​de​​un​​payaso​​asesino. Luis​​García​​Montero.​​Inquietudes​​bárbaras


Hi ha metàfores que són més reals que no la gent que va pel carrer. Hi ha imatges als racons dels llibres que viuen més nítidament que no són molts homes i moltes dones. Hi ha frases literàries que tenen una personalitat absolutament humana. De trossos de paràgrafs​​ meus,​​n’hi​​ha​​que​​em​​fan​​estremir​​de​​por. Fernando​​Pessoa.​​Llibre​​del​​desassossec

M’he tornat una figura de llibre, una vida llegida. Allò que sento és (sense voler-ho) sentit perquè sigui escrit allò que ha estat sentit. Allò que penso de seguida és en paraules, barrejat amb imatges que ho desfan, obert en ritmes que són una altra cosa qualsevol. De tant recompondre’m m’he destruït. De tant pensar-me, sóc ja els meus pensaments però no​​ jo. Fernando​​Pessoa.​​Llibre​​del​​desassossec

No hi vagis! El Bosc dels Miralls Trencats és un bosc de pebrers amb les fulles tacades de mal. De tant en tant el travessa un núvol de mosques blanques amb un vol clos i endormiscat. No hi vagis! La terra, sota els arbres, és coberta de miralls trencats. Així que hi entres, et quedes sord. No hi vagis! Dintre d’una soca buida viu la Flor Màgica, voltada d’ous de Formiga Bomba, de potes d’Escarabat Violí, de llàgrimes de Cara d’Home. Mestressa del seu recer podrit de bolets i molsa, té moviments de flor i de flama. Un gra de pols crema l’herba i la mort ve de tot el que ja és mort. Cada fragment de mirall és un fragment de vida de cadascun dels homes que han deixat en el bosc tot el que tenien. A cada tros de mirall palpita, lluent, ardent, vacil·lant, un bocí d’aquelles vides: tres ratlles d’aigua de pluja, un collaret desfet, una mà que es belluga, un tros de nen, un manyoc de cabells de nina...A l’ombra de la llum verda, quan vols lligar un fragment de vida amb el fragment que li correspon, alguna cosa s’agita entre fulles… Catacrac!... Ja t’ha petat, i, abans de caure a terra fet miques, ja vas amb l’esquena pintada d’argent. A servir d’esquer. Mercè​​Rodoreda.​​Viatges​​i​​flors​​(Flor​​Màgica)


La escritura dibuja un archipiélago en las vastas aguas de la oralidad humana. La escritura, sin detenerse siquiera ante los diferentes formatos de presentación del libro, constituye un caso aparte, una técnica particular dentro de una totalidad semiótica en buena medida oral. Decenas de miles de años antes de que se desarrollaran formas escritas, se narraban relatos, se transmitían oralmente enseñanzas religiosas y màgicas, se componían y transmitían fórmulas con hechizos amorosos o anatemas. Una bulliciosa multitud de comunidades étnicas, de mitologías elaboradas, de conocimientos naturales tradicionales ha llegado hasta nosotros al margen de toda forma de alfabetización. No hay un solo ser humano en este planeta que no tenga una u otra relación con la música. La música, en forma de canto o de ejecución instrumental, parece ser verdaderamente universal. Es el lenguaje fundamental para comunicar sentimientos y significados. La mayor​​ parte​​ de​​la​​humanidad​​no​​lee​​ libros.​​Pero​​canta​​y​​danza. George​​Steiner.​​El​​silencio​​de​​los​​ libros

El erudito, el verdadero lector, el hacedor de libros está saturado por la intensidad terrible de la ficción. Su formación le predispone a no identificarse de la manera más intensa sino con las realidades textuales, con la ficción. Esta formación, esta manera de centrarse en las antenas y órganos de la empatía –cuyo alcance nunca es ilimitado-, pueden suponerle una​​ desventaja​​en​​su​​relación​​con​​lo​​que​​Freud​​denominaba​​“el​​principio​​de​​realidad”. Es tal vez en este sentido, paradójico, en el culto y la dedicación a las humanidades, la frecuentación del libro a grandes dosis y el estudio son factores de deshumanización. Pueden hacer más difícil nuestra respuesta activa a una intensa realidad política y social, nuestro compromiso total con las realidades circunstanciales. Un vientecillo de inhumanidad sopla en la torre de los libros de Montaigne, en las reglas decretadas por Yeats de que el hombre debe elegir entre la perfección de la vida y la del arte, en la certidumbre de Wagner de que nada debe a quienes le han ayudado en su vida porque su sola​​ presencia​​en​​las​​notas​​de​​su​​biografía​​los​​harà​​inmortales. En tanto que profesor para quien la literatura, la filosofía, la música, las artes, son la materia misma de la vida ¿cómo puedo traducir esta necesidad? ¿Cómo puedo convertirla en lucidez moral, consciente de las necesidades humanas y de la injusticia que hasta tal punto hace posible una cultura tan elevada? Las torres que nos aíslan son más sólidas​​ que​​ el​​marfil.​​No​​conozco​​ninguna​​respuesta​​satisfactoria​​a​​esta​​pregunta. George​​Steiner.​​El​​silencio​​de​​los​​ libros


Habría que revisar en qué momento comenzamos a menospreciar nuestras lecturas del mundo frente a l​a lectura de libros. Habría que revisar cuándo nos convencieron de que ya dejáramos de jugar y prestáramos atención, de que no conversáramos con el compañero, de que miráramos al frente y no nos moviéramos, de que respetáramos a nuestros mayores aunque ellos no nos respetaran a nosotros. Habría que examinar cuándo fue que el mundo verdadero se subordinó al mundo escrito y comenzó a ser más interesante leer una aventura que vivirla. Habría que pensar por qué el lugar de las maravillas se reserva al papel, mientras que fuera la vida circula por carriles plagados de normas, impuestos, obligaciones, disciplinas, formalismos agotadores y destinos manifiestos. ¿Cuándo nos convencimos de que era más importante leer un libro que leer un gesto, una melodía, un árbol, la mirada, los sueños, el sabor de la fruta, las sombras, las​​ manchas,​​los​​planetas? Rodolfo​​Castro.​​La​​intuición​​de​​leer,​​la​​intención​​de​​narrar

Esta preocupación actual por la lectura no tiene buena cara, más bien parece una máscara. El poder promueve una lectura con minúsculas, formal, limitada a su aspecto funcional. Una lectura que, parafraseando a Petit, le permita controlar a distancia e inculcar supuestas identidades colectivas, religiosas o nacionales. Una lectura para delimitar,​​ moldear​​y​​dominar. Los grandes escritores, y sus homónimos los grandes lectores, son los que han sabido reírse de la solemnidad de la escritura, los que han desafiado ese estatus perverso y han hecho​​ con​​ ella​​lo​​que​​les​​ha​​dado​​la​​ gana.​​Y​​ella​​se​​lo​​ha​​agradecido​​enormemente. Rodolfo​​Castro​.​​La​​intuición​​de​​leer,​​la​​intención​​de​​narrar

La cultura es conversación. Pero escribir, leer, editar, imprimir, distribuir, catalogar, reseñar, pueden ser leña al fuego de esa conversación, formas de animarla. Hasta se pudiera decir que publicar un libro es ponerlo en medio de una conversación, que organizar una editorial, una librería, una biblioteca, es organizar una conversación.Una conversación que nace, como debe ser, de la tertulia local; pero que se abre, como debe ser,​​ a​​ todos​​los​​lugares​​y​​a​​todos​​los​​ tiempos. Gabriel​​Zaid​.​​Los​​demasiados​​libros


Para que el juego sea juego y la obra, obra, hay un punto en el que se cortan amarras, se abandona el muelle y se entra en el territorio siempre inquietante del propio imaginario. Se entra a buscar algo que nunca jamás se encuentra por que, por eso mismo, se debe seguir buscando. Siempre hay riesgo. Y extrañeza. Mientras se esté ahí no se serà ni menos ni más feliz, ni menos ni más serio, ni menos ni más responsable que la niña que cruzaba​​ el​​ patio​​desierto​​ondulando​​los​​brazos​​en​​el​​aire,​​jugando​​a​​ser​​gaviota. Graciela​​ Montes​.​​La​​frontera​​indómita:​​en​​torno​​a​​la​​construcción​​y​​defensa​​del​​espacio poétic​ o

El lector incipient de literatura un moment o altre fa un descobriment extraordinari: un dia s’adona que està llegint un llibre el tema del qual no li interessa; però tanmateix no pot deixar-lo estar. S’adona, de sobte, que llegeix pel gust de llegir el text, el text està ben escrit. Està descobrint el fenomen de l’estil; està descobrint el fet diferencial de la literatura, del text literari, és a dir, del text que no ha estat escrit ni llegit perquè hi ha un tema que ens interessa sinó perquè hi ha un estil, el de l’autor, que es comunica al lector mitjançant​​ temàtiques​​diverses. Jaume​​Cabré​.​​La​​matèria​​de​​l’esperi​ t

I és per l’estil que som transformats com a lectors. Llegir, aquest acte tan seriós, es pot aprendre sol, però el bon mestre sap que ha de vigilar que els nens creixin com a lectors fent lectures pausades per aprendre a identificar la seva veu interior que llegeix...En nosaltres, aquest narrador ancestral queda fixat en la veu de la mare o del pare, o de la mestra o l’àvia (​jo diria també amb la bibliotecària) que, quan érem menuts, ens explicava històries que ens empassàvem amb els ulls, les orelles i els narius esbatanats per l’interès, profundament afectats per l’estil, ja que captàvem qualsevol canvi de to o qualsevol ​ ritardanto i ens era evident, malgrat que no havíem estudiat retòrica, que aquests​​ trets​​estilístics​​tenien​​valor​​significatiu Jaume​​Cabré​.​​La​​matèria​​de​​l’esperit


¿Quiénes somos realmente, qué significa el amor, la muerte, el nacimiento de los niños? ¿por qué existen la montaña y la nieve, los caballos, la noche y el viento, la música, el aguardiente y la mujer? Esas preguntas sólo pueden responderse contando una historia. Y todas esas historias juntas, las que hablan de las peleas, las batallas legales, los inventos y las parejas en el bosque, participan de la construcción del mundo tanto como la roturación de los campos, la búsqueda de pastos en las laderas de los montes, o el trazado de las acequias. Forman parte de esa actividad común. ¿Qué nos dice esa actividad, esa memoria siempre vigilante? Que hay una continuidad entre el hombre y el mundo. Que un establo puede ser como el interior de un animal, y que el fogón brillante que​​ una​​ mujer​​acaba​​de​​limpiar​​recuerda​​a​​un​​caballo​​negro​​recién​​cepillado. Gustavo​​Martín​​Garzo​.​​El​​hilo​​ azul

No creo por eso que debemos preocuparnos más de la cuenta de que los niños lean. La única incitación a la lectura que creo posible es la que puede nacer de nuestro afán no tanto de que el niño se acostumbre a tener libros a su lado y a leerlos con devoción sino de que escuche cuentos, y cuantos más y más veces mejor. Que acertemos a contárselos con convicción, transmitindoles ese temblor que ocultan, el sentimiento de su maravilla y de su extrañeza. Porque basta que un niño oiga hablar de un elefante verde para que al instante quiera saber más, y de ese cuento podamos pasar a otros nuevos, y que así, con sólo iniciar uno de ellos, abramos las puertas de su interés a todos los cuentos que existen. És un interés natural, que no cabe forzar y que se alimenta por sí solo. Pero, ¡ojo!, debemos tener, como el judío de la novela de los hermanos Pressburger, algo que contarles. No cualquier cosa, sino algo con lo que estemos verdaderamente comprometidos, de lo que llegue a depender nuestra vida. Haber tenido un sueño y, aun no sabiendo lo que significa, no querer que se pierda. Si nuestros niños dejan de leer, o nunca han tenido ese hábito, si no llegan a interesarles los cuentos, serà en definitiva porque nosotros, la comunidad en la que han nacido ha dejado de ser visitada por los sueños, y hace tiempo que no tiene gran cosa que contar, ni de sí misma ni del mundo que le rodea. No les culpemos por ello, preguntémonos nosotros, como el gigante del cuento, dónde se oculta nuestro corazón y qué ha sido de los sueños y los anhelos que una​​ vez​​ poblaron. Gustavo​​Martin​​Garzo​.​​El​​hilo​​ azul


El millor llibre no és a la meva biblioteca. És dins la forma del llibre prohibit; es tracta de La piel​ , de Curzio Malaparte. El guardava la meva mare dins l’armari dels llençols. Ella sí, que el va llegir, i es va esgarrifar. Em va dir: “aquest llibre, no l’has de llegir, et faria mal”. I va agafar aquell volum que tenia una creu gammada a la coberta i el va amagar. Em vaig passar moltes tardes de diumenge, a l’hora que se sentien pel celobert els ecos del partit del Barça, mirant fixament l’armari de caoba que tenia una immensa lluna picada. A dins, hi havia un llibre prohibit, un conjunt de plecs de setze, que contenia totes les històries del món. Me les imaginava a través de la fusta, les paraules mai no llegides enraonaven colgades​​ entre​​llençols​​de​​tota​​la​​família. Montserrat​​Roig​.​​El​​Número​​(número​​únic​​editat​​amb​​motiu​​del​​desè​​aniversari​​de​​la​​“llibreria​​22”​​de​​Girona)

Para democratizar la lectura no hay recetas mágicas. Solo una atención personal a los niños, a los adolescentes, a las mujeres, a los hombres. Una interrogación cotidiana sobre el ejercicio de su profesión. Una determinación. Una exigencia. Imaginación. Un trabajo a largo plazo, paciente, a menudo ingrato, en la medida en que es poco medible, poco “visible” en los medios, y donde casi siempre los profesionales no tienen “retroalimentación” de lo que hacen, a menos que una investigadora pase por allí y estudie​​ precisamente​​ese​​impacto. Michèle​​Petit​.​​Nuevos​​acercamientos​​a​​los​​jóvenes​​y​​la​​lectura

No puede considerarse como un lujo o una coquetería el hecho de poder pensar la propia vida con la ayuda de palabras que enseñan mucho sobre uno mismo, sobre otras vidas, otros países y otras épocas, y eso por medio de textos capaces de satisfacer un deseo de pensar, una exigència poètica, una necesidad de relatos que no son el privilegio de ninguna​​ categoría​​social.​​Se​​trata​​de​​ un​​derecho​​elemental,​​de​​una​​cuestión​​de​​dignidad Michèle​​Petit​.​​Nuevos​​acercamientos​​a​​los​​jóvenes​​y​​la​​lectura

A l’alba, es dona per vençut: no hi ha cap títol prou perfecte per aquell conte tan perfecte que cap títol no li és prou bo, cosa que impedeix que sigui perfecte del tot. Resignat (i sabent que no pot fer altra cosa) agafa els fulls on ha escrit el conte, els estripa per la meitat​​ i​​ estripa​​aquesta​​meitat​​per​​la​​meitat;​​i​​així​​successivament​​fins​​a​​fer-ne​​miques. Quim​​Monzó​.​​El​​perquè​​de​​tot​​plegat​​(El​​conte)


S. va sortir esperitat de l’escola. No veia per enlloc el seu amic M. i tot sol va enfilar carrer amunt​​ cap​​ al​​centre​​del​​poble,​​deixant​​enrere​​les​​hortes​​i​​el​​nou​​parc. Al seu barri de color d’hivern si sentia segur, les rutes per on es movia eren sovint les mateixes. Va creuar pel semàfor i travessà la plaça de l’arbre gran, enfilant en diagonal el carrer​​ Major. Va​​ entrar​​ i​​ va​​somriure,​​era​​dels​​primers,​​si​​estava​​calent​​i​​sempre​​era​​ben​​rebut. S. tenia una forma de parlar molt personal i se l’entenia poc. Les seves frases eren subjectes i verbs caòticament barrejats amb alguns adjectius o articles, i per moments els seus silencis subtils el convertien en un incipient tartamut. Sovint es trobava enmig de mals entesos sense adonar-se’n i això li provocava moments difícils que sen sabia sortir amb habilitat. Era astut i el carrer li havia donat una intel·ligència de primers plans. Se sentia​​ còmode​​en​​la​​violència,​​n’estava​​familiaritzat​​i​​la​​manejava​​amb​​contundència. Sense presses, es va dirigir a la tauleta del fons, la que estava sobre el terra de fusta. Era el seu lloc preferit, on escoltava el què es deia, i quan hi posava cullerada els seus ulls et miraven​​ ben​​ oberts,​​en​​el​​fons​​li​​agradava​​més​​parlar​​que​​escoltar. Aquella tarda es varen trobar ells dos sols, allà a la tauleta i asseguts per terra. La G. li va preguntar : « llegim junts? » sense temps per contestar va encarar la primera pàgina on hi va veure un dibuix d’unes rates i les lletres…-Va S., comencem…ell hi va posar ganes…-Lllll…una « L » llarga va sortir dels seus llavis molsuts. -I què més? Aaaa, aquesta « a » també va ser sostinguda. Havia pronunciat la primera paraula del text. Per un instint amagat es varen abraçar. Era la primera vegada que G. el veia llegint, la satisfacció​​ els​​hi​​havia​​provocat​​aquella​​expressió​​d’emoció. Després d’aquella primera paraula van anar sortint d’altres: « Rata » i « Camp » i « ciutat », totes dites lentament i amb molt d’esforç. Al final de cadascuna s’abraçaven ben​​ fort. Aquell dia S. va marxar feliç, els seus ulls brillaven i el seu etern somriure encara era més expressiu. G. feia temps que treballava rodejada de llibres. La seva vida laboral havia donat moltes voltes i ara, ja gran, havia retornat forçada per les circumstàncies, a aquella petita biblioteca. En el fons n’estava contenta, estava recuperant la il·lusió, i tot plegat li servia pel seu llarg aprenentatge cap a les coses petites, començava a trobar-se bé rere les ombres. Hi havia pogut triar el seu raconet. Era en el cor de la ficció on es passava les tardes rodejada de dibuixos i paraules, de llibres plens d’històries explicades amb voluntat de ser enteses​​ i​​ viscudes​​pels​​petits​​lectors.


Ella volia ser la veu de tot allò, una veu per arribar a despertar la dels nens que si acostaven. Les tardes passaven ràpidament i cap era igual. Fins hi tot a vegades passava de​​ l’eufòria​​ a​​la​​crispació​​sense​​adonar-se’n. Després d’obrir la porta es posava a buscar els contes d’aquell dia, els escollits, i se’ls posava​​ a​​ llegir.​​Era​​la​​seva​​forma​​de​​ donar​​la​​benvinguda​​i​​de​​crear​​un​​cert​​ambient. Aquella tarda estava asseguda a la petita tauleta de fusta quan S. es va acostar. Es varen mirar i li va començar a llegir, com feia sovint, però aquell dia era S. qui volia llegir i amb un enorme esforç va començar a desxifrar aquelles lletres per construir les seves primeres paraules. Lentament, a cops sonors i trencats per silencis S. va anar aconseguint, amb la seva​​ ajuda,​​ acabar​​aquell​​primer​​llibre. Es va trobar abraçant-se amb el petit lector amb aquella tendresa inconscient que seguia el​​ ritme​​ d’una​​lectura​​compulsiva. Aquell vespre G. va fer el camí de retorn cap a casa agraïda amb la vida i pensant en el tresor​​ del​​ somriure​​del​​seu​​nou​​amic. Jordi​​Artigal​.​​Dues​​ veus


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.