REFLEXIÓN Reportaje al historiador José Ignacio García Hamilton. -
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"Sarmiento introduce las ideas laicistas" En esta entrevista, explicó como se revalorizó la figura de Domingo Sarmiento a partir de su aporte a la consolidación de las ideas republicanas, el desarrollo de la educación laica, libre y gratuita que, aún hoy, sigue dando brillo a nuestra enseñanza escolar.
eptiembre es el mes de Domingo Faustino Sarmiento. Entonces siempre se lo redescubre. Ya no desde la óptica escolar, brillante y antipático, ni tampoco desde la del revisionismo histórico, que lo pintaba como un político extranjerizante, sino como esa persona plena de defectos y cirtudes, que supo pensar la Argentina moderna del siglo pasado. Tanta fue su visión, que hoy todavía se sigue enseñando con el modelo educativo que él propuso, hace más de un siglo. Para profundizar la personalidad de Sarmiento, La Gaceta de Cooperar entrevistó a José Ignacio García Hamilton, periodista y abogado, que trazó con fina pluma una biografía novelada del sanjuanino: "Cuyano alborotador". ¿ La biografías es el inicio del reencuentro de los argentino con sus proceres, desde una óptica diferente a como se los estudió en la escuela?
I "La Ley 1420 es el resultado de las ideas sarmientinas en materia de educación". | de cooperar | 2 8
Es la decisión madura de un pueblo maduro de mirar a sus proceres, aunque la palabra procer no me gusta porque las personas que hicieron la historia fueron de carne y hueso. En el caso de Sarmiento y Alberdi, que venían de familias tradicionales del interior, tuvieron la valentía de cambiar los orígenes. Cambiaron una cultura de absolutismo político, que venía desde la época de la Colonia y se prolongó hasta Rosas, por una cultura de división de poderes como lo marca la Constitución; cambiaron una cultura de odio a los extranjeros por la del fomento de la inmigración; cambiaron una cultura de exclusivismo y fanatismo religioso, única y oficial, por la libertad de culto y cambiaron una cultura de estatismo económico, porque todas las riquezas (tierras, minerales, comercio o mano de obra) pertenecían o dependían del Estado, por una de libre comercio. ¿Ese autoritarismo estatal, en lo económico y en lo político, sobrevivió a pesar de la generación del '80, que fue muy liberal? Si; son atavismos que después volvieron. Lo mismo sucedió en Francia. Primero viene la revolución y luego el imperio con Napoleón, la restauración de los Bornones y en el siglo pasado el gobierno de Vichy, con todas las leyes racistas que llevó a los campos de concentración a más de 200 mil franceses de origen judío, que ni siquiera la monarquía puso en práctica. En la Argentina sucedió lo mismo. La generación del '10, '37 y la del '80, introducen una cultura de libertad, laicista y republicana, para cambiar una sociedad jerárquica y autoritaria. Los que más luchan por estos cambios son Sarmiento y Alberdi. Quizás porque provenían de esa cultura autoritaria tuvieron la fuerza para cambiarla. Y el último eslabón de ese camino republicano es la ley Saenz Peña, que introduce el sufragio libre, universal y obligatorio. Después, paradójicamente, en el siglo pasado se producen golpes de estado, terrorismo de Estado, la guerrilla -con su violencia y barbarie-y el estatismo económico. No hubo un crecimiento lineal. ¿La apertura del pensamiento de Sarmiento y Alberdi se debió, en parte, a su estancia en los Estados Unidos? Tiene que ver mucho, aunque hay muchos otros factores. Este cambio se palpa mejor cuando no se adaptaron a vivir bajo el gobierno de Rosas, a pesar de que ellos provenían de fami-
lias federales. Entonces, cuando el rosismo muestra al máximo su manejo dictatorial marchan al exilio. En el exterior se encuentran con un mundo civilizado, desarrollado, que está pariendo a la democracia, al capitalismo, que existe la tolerancia y hay un desarrollo científico. También están en auge las ideas positivistas, que anteponen la idea de una sociedad más científica a otra que se rige sólo por cuestiones mágicas y religiosas. Todas estas ideas las incorporan al país una vez que cae Rosas. Sarmiento introduce la idea de que la educación es cuestión del Estado. ¿En el último tiempo se redescubrió a Sarmiento? Antes había dos tipos de Sarmiento: uno era el escolar, modelo perfecto que la juventud lo rechazaba porque parecía antipático e inalcanzable; el otro, es el que difunde el revisionismo histórico y el nacionalismo durante las décadas del '40 y '50, mostrándolo como alguien que no ama a lo nacional ni al gaucho y que tenía cierta sumisión frente a lo extranjero. Por esto presentaron a las figuras liberales como extranjerizantes. Creo que el resurgimiento de su figura nace después de la dictadura, cuando la juventud comprende que una cosa es elogiar en abstracto la figura de un dictador y otra cosa es sufrirlo. Posiblemente por esto se revaloriza las figuras de Sarmiento y Alberdi, que fueron los que introdujeron las ideas de tolerancia, pluralismo, libertad de culto y libertad económica. ¿Si Alberdi introdujo las formas de la República, Sarmiento pensó el desarrollo del país desde la industrialización hasta la educación, pasando por las comunicaciones? Si, además de poner el acento en la libertad de culto y de comercio. Sarmiento hace mucho hincapié en la educación. Tal vez porque él estuvo negado de tener una educación más completa, que incluyera la universitaria. Hasta que llega Sarmiento la educación estaba en manos católicas. Él estableció que la educación debía pasar de la Iglesia al Estado, que fue lo que aprendió en los estados Unidos. La Ley 1420 es el resultado de las ideas sarmientinas. ¿Por qué nunca dejó de pelearse con sus ocasionales adversarios? Creo que obedece a dos razones: él fue un gran innovador y un polemista o alborotador. Esta última palabra proviene de albor o alba, que significa romper las tinieblas de la noche y anunciar el nuevo día. Sarmiento fue un visionario que estaba con las ¡deas nuevas y todo lo que representaba progreso para ese entonces. Llevaba adelante sus ¡deas con tanto énfasis y vehemencia que se volvía intolerante y agresivo. Por esto le decían "el loco". En síntesis este carácter, que conjugó su lado polémico y progresista, le provocó resistencias tanto en su época como después de muerto.