4 REPORTAJE
DOMINGO, 17 DE DICIEMBRE DE 2017
El pionero del
estela
turismo en
Cíes
✒ Salvador RODRÍGUEZ
La figura de Constante Freire Veiga (Bouzas-Vigo, 1903-Madrid, 1963) está muy poco biografiada. En realidad, casi podemos decir que es un auténtico desconocido en la pequeña gran historia de la ría pero, hogaño que las islas Cíes se han consolidado -con doble candidatura a Patrimonio de la Humanidad incluída- como uno de los destinos turísticos estelares de Galicia, pertinente resulta recordar a quien fue el primer hombre que visionó al archipiélago vigués como algo más que un lugar de paso, incluso como mucho más que un paradisíaco marco del que podían disfrutar tan solo unos cuantos enterados...o elegidos. Si viviese, Constante Freire habría cumplido mañana lunes 114 años, y seguramente se mostraría tan satisfecho como asombrado por los resultados de aquella iniciativa empresarial que emprendió a mediados de la década de los 50 del siglo pasado, cuando decidió adquirir la empresa Vapores de Pasaje, fundada hacía poco más de dos décadas. Suya fue también la iniciativa de construir el primer muelle y el primer restaurante isleño.“Mi padre sentía verdadera devoción por las Cíes -recuerda su hijo José Luis-. Era el sitio que elegía siempre para disfrutar de las vacaciones con su familia y amigos más cercanos. No sé si de ahí le vendría la idea de hacer de las islas un destino turístico de primer orden pero,bueno, el caso es que su apuesta fue muy decidida, y personalmente, según me cuentan en la familia, yo creo que también muy influida por el ánimo que le dieron algunos de sus mejores y más cercanos amigos”.
Constante Freire Veiga fue el primer empresario que creyó en las grandes posibilidades turísticas del archipiélago vigués. Adquirió Vapores de Pasaje y construyó el primer muelle de atraque en las islas
Armadores de Bouzas Hasta aquel entonces, Freire Veiga, armador e hijo de armadores, nacido en esa cuna marinera de Vigo llamada Bouzas, se había fajado como empresario de barcos tanto en la pesca de bajura como de altura. Su flota llegó a estar constituída por siete parejas (14 barcos) que faenaban en el Gran Sol y dos bous más que trabajaban mayormente en el caladero de Canarias. Ya en ese marco desta- ro de Cardama. Y lo más curioso era que tocaba como pionero pues, según explica Ma- do lo que sabía de motores y de diseño naval nuel Freire, en realidad la gran pasión de lo había aprendido prácticamente solo, tanConstante era la mecánica naval: “A él -cuen- to en los barcos de su padre como en los que ta - le gustaba más meterse dentro del barco más tarde serían los suyos; era un genial aupara trabajar entre las todidacta cuyos únicos máquinas que naestudios fueron los vegar y pescar. Lo de Enseñanza Prisuyo era estar maria de la época siempre innoy unos cursos de vando, investiiniciación a la gando, trabamecánica naval jando en el vaque le sirvieron radero”. de base a sus Y a fe que lo “e x p e r i m e n hizo. Es a Freire tos”; pertenecía Veiga a quien se a aquella generale atribuye la llegación de gallegos de da a Vigo, procelitoral con escamas en dente de Irlanda, los pulmones que tenían Constante Freire Veiga, en dos de uno de los primuy claro que, a partir de los 12 meros pesqueros etapas de su vida. | ARCHVO FAMILIAR o 13 años de edad, su futuro estade hierro que se ba, para bien o para mal, en la otearon por estas latitudes, así como, y esto mar. Eso era casi inexorable. ya en el ámbito del diseño naval, la invención Eran aquellas, las décadas de los 50 y 60 de la popa redonda. Su empresa acostum- del siglo pasado, unos años dorados de la braba a efectuar las reparaciones en el astille- pesca en Galicia a gran escala. El crecimien-
to de Vigo le debe mucho a la frenética actividad de armadores y marineros que hicieron posible el Vigo de hoy a partir de un puerto que, si ya era estratégico el ámbito de las navieras comerciales, a partir de entonces lo sería como epicentro pesquero de primer orden mundial. La armadora de Freire y sus hermanos era una de las más potentes de España y, por supuesto, desde el punto de vista económico, las cosas no podían irle mejor; ni a él, ni a su mujer, Margarita, ni a a sus ocho hijos (dos varones y cinco mujeres). Sucedieron, no obstante, y casi consecutivamente, dos incidentes que minaron seriamente la moral del armador: en uno de ellos, un golpe de mar se llevó por delante la vida de dos de los tripulantes de uno de sus barcos; y, al poco tiempo, otro de sus buques se hundió. “Aquello afectó mucho a mi padre recuerda José Luis- y, además de lo que ya he contado de su devoción por las islas y el animoso respaldo de sus amigos, para mí que fue la principal causa de que decidiese dejar el sector pesquero de la empresa en manos de sus hermanos y comprar en solitario Vapores de Pasaje”. Acontecía, no obstante, que adquirir Va-
FARO DE VIGO