El sueño olímpico: camino al cinturón negro Verónica Lucuy Alandia
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uede ser una de las estrellas de los Olímpicos del 2016, si se los conceden a Chicago. Por ahora compite bajo los colores de Estados Unidos, aunque nació en México y se siente mexicana. Es Anita Avendaño Martínez, quien viene de obtener el primer lugar en combate en la categoría Novatas en ‘kumité’ de 12 años y el tercer lugar en la categoría Novatas en ‘kata’ de 12 años del Campeonato Nacional de Karate 2009 de Estados Unidos, valedero como Probatoria para el Equipo de esa nación. Con su cinturón azul, todavía a más de medio camino para la cinta negra, ni siquiera piensa en la posibilidad de los Olímpicos. Pero si algún día acudiese a competir en una Olimpiada, lo haría como mexicana. Alumna de la escuela pública Hawthorn North, en el suburbio de Vernon Hills, es la mayor de tres hermanos. En conversación con contratiempo, Anita Avendaño habla de su pasión por el karate, sus sensaciones al competir, y lo que aprende de sus maestros. CT: ¿Qué deportes practicas? AA: Karate y fútbol. CT: ¿Qué haces en karate? AA: Hago ejercicios, aprendo ‘katas’ para subir de nivel. Tengo que mostrar las ‘katas’ (serie de movimientos que se aprenden para ir subiendo de nivel o cinturón) en combate. Y eso se llama ‘kumité’. CT: ¿Cuántos niveles hay? AA: Empiezas en cinta blanca y vas hasta cinta negra. Primero eres blanca, luego amarilla, anaranjada, azul, verde, hay dos moradas, café, y al final negra. Pero en cinta negra hay más niveles. CT: ¿Qué edad tenías cuando empezaste con el karate? AA: Como seis años. Empecé con algo que era como karate y se llamaba ‘Lima Lama’ en México. Estuve allí por poquito tiempo. Luego pasé a primer año y en la escuela se abrió un grupo de karate. Me inscribí y seguí hasta cuarto año. Luego me vine a Estados Unidos con mi familia. Aquí tuve que empezar de nuevo desde cinta blanca porque en México se hace karate Okinawa y aquí se hace karate Shoto-kan y hay diferencias en las técnicas. En México ya tenía varias cintas. CT: ¿Fue difícil para ti empezar de nuevo? número 68
AA: Estuve muy enojada por tener que empezar de nuevo con cinta blanca, pero de todos modos me metí. Ese semestre hubieron los exámenes de katas y yo los pude pasar todos porque ya los sabía. Me fue bien, pero igual reclamaba por haber tenido que venir, porque si yo hubiera estado en México hubiera seguido avanzando. CT: ¿Por qué te gusta el karate? AA: No sé explicarlo. Pero cuando empecé en México de repente me gustó mucho. Cuando vine aquí no me importaba que tuviera que empezar desde primero porque me gustaba mucho el karate y yo sabía que podía hacerlo. CT: ¿Cuánto te falta para llegar a ser cinturón negro? AA: Me faltan sólo dos rayas para llegar a cinta verde, que es la mitad de todo. Luego las moradas y la café. Yo voy a seguir haciendo karate para llegar a negra. CT: ¿Qué se hace en combate? Se pelea contra las personas de tu misma cinta o ‘kyu’. Usas las técnicas que te enseñaron y que sabes usar bien. Luego, si das un golpe a la panza es un punto, las patadas son dos. No puedes tocar la cara, para hacerlo debes saber muy bien. Si vas a dar un golpe hacia la cara deber ser muy exacto, debe estar muy cerca, pero no debe ni tocar la cara. Eso te da seis puntos. También tenemos que aprender a defendernos, no solo atacar. CT: ¿Qué sientes cuando estás en combate? AA: Que tengo que ganar. Me siento nerviosa también. Mi primera competencia de combate fue en el ‘Lima Lama’, pero me daba mucho miedo. Me movía solo para atrás, hasta que me salí del ring. Me dieron igual un trofeo, ¡pero no gané! Y estaba tan pesado que no lo podía ni cargar. Mi primera competencia de combate en Estados Unidos fue cuando tenía diez años. Decidí luchar. Desde entonces me empezó a gustar. CT: ¿Qué sentiste en tu primer combate en Estados Unidos? AA: Tenía miedo. No se por qué, pero tenía miedo. Todos eran niños y yo era la única niña, eso me daba más miedo. Sólo me tocó pelear una vez. Peleé con un niño que tenia cinturón azul. Cuando empezó a atacarme yo me hacía para atrás y no atacaba nada. El niño vio que yo no atacaba nada y empezó a atacar más,
entonces yo me fui para atrás y para atrás hasta que me salí. Eso significa que tienes un punto menos. Me seguí saliendo del ring y el ganó. En México no peleábamos. Usábamos cosas de esponja para pegarle y ya, no hacíamos combates de verdad. Nunca practiqué combate hasta que llegamos acá. Aquí empecé a pelear con niños de mi edad. Cada vez practicábamos cómo usar las katas en combate y me fui acostumbrando más y más hasta que ya no tenía tanto miedo. En las prácticas de katas, no me eliminaban y eso me gusta. Pero cuando me eliminan en una kata, me siento enojada y la siguiente vez que voy lo hago mejor. No me gusta que me venzan, me da coraje y luego trato de hacerlo mejor. CT: ¿Cómo ganaste tu primera medalla en Estados Unidos? AA: Cuando fui al torneo de Chicago. Creo que fui tercera en kata y en combate fui segunda, tenía 10 años.
AA: No sé. Todavía no pienso en eso. CT: ¿Te gustaría que el karate sea tu profesión? ¿Ser maestra de karate? AA: No sé, pero me gustaría llegar a ser cinta negra, me gustaría acabar todo el karate. CT: Si tuvieses que ir a un torneo internacional de karate, ¿a qué país te gustaría representar? AA: A México. CT: Podrías representar a Estados Unidos también, puesto que es el país donde vives… AA: No, sólo a México. Verónica Lucuy Alandia, escritora y poeta boliviana, reside en el área de Chicago.
CT: ¿Qué es ganar para ti, en un combate? AA: Quiero ser la mejor. Vencer al otro. Gana la persona que tiene más puntos y tienes dos minutos, si hay un empate te dan más tiempo. CT: Cuando combates, usas tu imaginación, ¿te imaginas que eres una guerrera? AA: No, solo soy yo, Anita. CT: ¿Cómo ves a tus oponentes, quiénes son tus oponentes? AA: En el nacional todas las competidoras nos hicimos amigas, no quería pelear con ellas pero tuvimos que pelear y les gané. En otros torneos no conozco a nadie y solo tengo que luchar para lograrlo yo. En el torneo estatal había una niña que no era buena pero tenía mucha suerte para ganar, porque le tocaba gente de menor rango para pelear. Ella iba a competir y no era buena, cuando me tocó pelear con ella yo no iba a dejar que se lleve una medalla, por eso le gané. En ese momento que veo a los otros niños, si me dan simpatía no lucho con tanto coraje, pero si no, lucho fuerte. CT: ¿Te gustaría un día ir a los Juegos Olímpicos a hacer karate? AA: No, todavía estoy muy pequeña para ir a los Olímpicos y me daría miedo competir con gente de todo el mundo. CT: En un futuro, ¿te gustaría ir a los Juegos Olímpicos? contratiempo