TIEMPO EXTRA
La América Latina que despierta: Los casos de Chile y Colombia Maria Ximena
Foto por: Niko Auer
D
os extensas e importantes protestas protagonizaron la escena política Suramericana en el 2019. El 4 de octubre del pasado año, en Chile, el gobierno de Sebastián Piñera anunció el alza en el pasaje del metro. De inmediato, los movimientos estudiantiles -a quienes no les afectaba el alza- declararon su protesta en la capital chilena y convocaron a la ciudadanía a no pagar, algunos adoptaron la consigna: “¡Evadir, no pagar, otro modo de luchar!”. A los estudiantes se unieron otros grupos radicales y la bola fue creciendo hasta que el gobierno chileno decretó Estado de emergencia, sin que esto impidiera que siguieran las protestas en la calle. Más al norte, en Colombia, el jueves 21 de noviembre, las centrales obreras y movimientos sindicales llamaron a una protesta masiva que duró más de un mes, y a la que se unieron otros grupos inconformes con las medidas adoptadas por el gobierno de Iván Duque desde su posesión en 2018 como los estudiantes.
34 | contratiempo
Ambos presidentes, Sebastián Piñera e Iván Duque tienen una cosa en común: el grado de desaprobación más alto en la historia de ambos países, según recientes encuestas publicadas por Invamer. Piñera llegó a un pico histórico; tan solo el 10% de la población aprueba su gestión y un 82% de los encuestados reprueba su gestión. Por su parte, tan solo el 24% de los colombianos encuestados aprueban la gestión de Iván Duque y un 70% la desaprueba. Se ha especulado mucho sobre los resultados de estas encuestas. En el caso de Duque, se arguye que su mala gestión se debe a su falta de experiencia. Esto puede ser parcialmente cierto. Sin embargo, Piñera, su homólogo chileno con quien comparte esta mala racha, es un hombre con una trayectoria política conocida y extensa. Y con suficiente experiencia. Entonces, ¿qué está detrás de este sinsabor, de este fracaso, de esta imparable necesidad de protestar en América Latina? La gente que está en las calles protestando, protesta por muchas causas. Cada
grupo enarbola unas banderas distintas, ninguna en oposición a la otra. Las manifestaciones son simplemente el síntoma de una sociedad inconforme, que despierta, que finalmente encuentra la razón civil y los argumentos ciudadanos para reclamar sus derechos fundamentales. En Colombia, Dilan Cruz, un joven de 18 años que se sumó a la protesta pacífica, fue asesinado por agentes del ESMAD. Dilan sentía que al protestar aportaría en algo a la voz de los estudiantes que crece cada vez más y que está tratando de defender el derecho fundamental a la educación, casi inexistente en Colombia. Los jóvenes como Dilan, solamente marchan para pedirle al Estado que les eche una mano y puedan sacar un crédito estudiantil y acceder a la educación; único camino que tienen para salir de la pobreza absoluta, de la violencia, de la vida indigna. Los estudiantes Chilenos solamente protestaban en solidaridad con sus padres, la clase media chilena que creció luego de la dictadura, motivada con la promesa
INVIERNO 2020