DESHORAS
ANDREA COTE BOTERO (COLOMBIA) Colombia, 1981.Autora de Puerto Calcinado (Ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá 2003), Cosas frágiles (en Transmutaciones Ed. Extremadura, Extremadura, 2010), Una fotógrafa al desnudo (Ed. Panamericana, Bogotá, 2005), Blanca Varela o la escritura de la soledad (Ed. Universidad de los Andes, Bogotá, 2004). Premio Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia (2003), Premio Internacional de poesía Puentes de Struga (2005), Premio Cittá de Castrovillari 2010 a la edición italiana de Porto in Cenere. Poemas suyos han sido traducidos al italiano, portugués, francés, inglés, catalán, árabe, y macedonio. Todas las cosas
GERARDO CÁRDENAS (MÉXICO) Ciudad de México, 1962. Es director editorial de la revista contratiempo. Ha publicado el libro de relatos A veces llovía en Chicago (2011, Ediciones Vocesueltas/Libros Magenta) y tiene inédito el poemario En el país del silencio. Sus relatos y poemas han sido publicados en revistas y periódicos impresos y electrónicos en México, Estados Unidos, Venezuela y España. Al límite A Diana Azcona
Cruzo a pie la frontera sin más equipaje que la caja en la que guardo mis silencios. Recorro un largo túnel blanco: las paredes retroceden a mi paso. Al final me espera un guardia solitario y dormido. Deposito mi caja en el suelo, mis silencios aprovechan y escapan. El guardia abre un ojo me mira compasivo murmura una antigua plegaria se vuelve bruma. Al otro lado de la raya un gato se relame los bigotes y se traga mi último silencio.
Tell me Marigela Pueyrredon
NÚMERO 103
Al corazón escabroso, la china, despacha: 300 millones de arroz blanco, cajones de peces tiernos, monstruosas /anguilas jugosas, largas/ botellitas verdes la mesera /china espigada/, su bandejita plástica TODO SUCIO. Es ella, claro, llevar la bandeja, estar rendida y hacerse así, recostada, la mujer más tremendamente real. Mientras, se ve, se avisa, al otro lado de ese sueño esbelto, eso de que TODO pero TODO: la vajilla doméstica, la bombilla de luz, la camisa de fiesta, la vela del santo, el santo y todo en verdad nos viene de china. Del país de en medio la marca que incide la huella que insiste /aclara/ No nos queda ya ninguna otra palabra para hablar de las cosas. No nos queda, sino sólo esta voraz letal fabulosa obsesión por la repetición y el pensamiento serial de Chinatown donde vimos serpentina
y la forma funicular definitiva, y finisecular, de la fabulosa celebración del objeto y de aprender a decir palabras con las cosas. Y en tanto, sí, atolondramos, como estamos, por la llegada de la cosa a secas sucede aquí, a toda hora y en demasía que la China Despacha.
contratiempo
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