Contralinea 339

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OPINIÓN

Lecciones de historia a la tecnocracia: Díaz apadrinó los monopolios Martín Esparza Flores*

A

pesar de que en los primeros 6 meses de gobierno la persistencia en la aplicación del modelo neoliberal ha estacando la economía, ha desplomado la generación de empleo y empobrecido a millones de mexicanos con el alza de la canasta básica, la energía eléctrica, el gas doméstico y las gasolinas, los nuevos tecnócratas –como el actual secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray– insisten en alentar la reforma energética que, a su parecer, contribuirá a abaratar las tarifas eléctricas bajo el sofisma de que al existir una mayor participación de empresas privadas en el sector habrá mejores precios. Argumento similar al esgrimido para abrir las puertas de la privatización en Petróleos Mexicanos (Pemex).

Pero fue a raíz de la llegada al país, en 1902, de la empresa canadiense Mexican Ligth and Power Company (Mexligth) que nació uno de los monopolios más rentables para los extranjeros, apadrinado al igual que las compañías mineras y petroleras de capital foráneo por el entonces presidente Porfirio Díaz, quien en la mayor de las irresponsabilidades históricas les entregó el manejo de nuestros recursos naturales y energéticos a precio de ganga. A sólo 3 años de su fundación, la Mexligth ya controlaba a las empresas Compañía Mexicana de Electricidad, Compañía Mexicana de Gas y Luz Eléctrica y Compañía Exploradora de las Fuerzas Eléctricas de San Ildefonso. Y por si fuera poco, en 1906, la poderosa trasnacional obtuvo nuevas concesiones del gobierno de Porfirio Díaz y de las autoridades locales de Puebla, Hi-

Con la llegada al país, en 1902, de la empresa canadiense Mexligt nació uno de los monopolios más rentables para los extranjeros, apadrinado por el entonces presidente Porfirio Díaz, quien le entregó el manejo de nuestros recursos naturales y energéticos a precio de ganga

Es por ello oportuno y conveniente recordarle a la actual tecnocracia, incrustada en la administración de Enrique Peña Nieto, algunas lecciones de la historia del pasado siglo en que el país debió remontar una dura cuesta en aras de nacionalizar los recursos naturales y energéticos que Porfirio Díaz entregó a las empresas extranjeras y que representaron un muy alto costo social y económico al desarrollo de México. Desde que en 1880 se encendieron en la calle de Plateros (hoy Madero) las primeras bombillas eléctricas, pequeñas empresas productoras de electricidad hicieron paulatinamente su aparición en el escenario de las principales ciudades como Guadalajara, Monterrey, Veracruz, Mérida y, evidentemente, la Ciudad de México. 16

17 DE JUNIO DE 2013

dalgo, Estado de México y Michoacán. Sobra decir que en esos años y con la manga ancha del dictador, la Mexlight contaba ya en la primera década del siglo XX con una poderosa filial, México-Trainways, la compañía de tranvías eléctricos de la Ciudad de México. En pocos años, el naciente monopolio se había encargado ya de liquidar a las pequeñas firmas locales, avanzando como voraz pulpo en la reproducción de sus tentáculos. Además, las firmas extranjeras no tenían de qué preocuparse, pues en su erróneo sentido por “modernizar” al país, Díaz les había otorgado concesiones de 50 y 97 años de explotación a su favor no sólo en el área de la generación de electricidad, sino en las explotaciones de los recursos mineros y petroleros. Por citar un ejemplo de cómo se dilapidaban nuestros recursos naturales, CONTRALÍNEA


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