Mi ex-novia

Page 90

Mi Ex-Novia. (Cómo actuar después de romper)

Las posibilidades de que tu novia te deje después de haberle regalado un oso de peluche son directamente proporcionales al tamaño del oso. ¿Por qué? Pasemos a analizarlo. Lo que les causa ternura a las mujeres no es el oso en si. Lo que ocurre es que las mujeres asocian inmediatamente y de manera inconsciente la forma y el tamaño del oso con la forma y el tamaño de un bebé. Y es esa asociación la que, al despertar el instinto materno, las hace abrazar, besar y mostrarse tan conmovidas por lo que para nosotros no es otra cosa que un pedazo de trapo relleno con goma espuma. Que la mujer tenga esa reacción no significa que se enternezca con nosotros o nos ame más. Por el contrario, el hecho de habernos detenido a pensar en un elemento tan poco masculino y habernos tomado la molestia de ir a una juguetería a elegirlo para luego comprarlo y transportarlo hasta la casa de nuestra mujer nos envuelve en un halo de estupidez y falta de virilidad de tal magnitud que pocas mujeres, aunque demuestren lo contrario, pueden tolerar. Cuando nos dejan nos preguntamos: ¿pero cómo? Si hace tan poco tiempo la había enternecido tanto con el oso... Así como según las mujeres a los hombres nos cuesta demostrar nuestros sentimientos, a las mujeres no les cuesta nada demostrar lo que no sienten. Por eso a veces nos juran su amor eterno con lágrimas en los ojos y a la semana siguiente nos dejan. Y por el mismo principio demuestran volverse locas de amor por nosotros ante nuestro gesto peluchal, pero cuando les cae la ficha consciente o inconscientemente y nos imaginan dialogando con el osito camino a su casa... o nos recuerdan hablando con ellas acerca de qué nombre podría ponerle... se les viene nuestra imagen al piso. Cualquier mujer podrá asegurar que le encanta el gesto osopeluchista de su pareja, pero la realidad demuestra otra cosa. Una vez le compré a una novia un oso panda de un metro de alto... que de cara se parecía a Rocky. Tenía un ojo negro como si lo hubieran matado a pinas. Lo compré cerca de Congreso y no me quedó ni para el subte. Me fui caminando con el oso hasta Acoyte y Rivadavia. La bolsa de plástico me lastimaba los dedos, por lo que terminé llevando el oso a upa. Cuando a los pocos meses la mina estaba de novia con otro no podía evitar que, además de lo molesto que era el abandono en sí, me viniera a la mente mi propia y patética imagen con un panda a upa por la avenida Rivadavia. Al menos eso hubiera sido evitable. Y vaya uno a saber incluso en qué proporción influyó mi romántico gesto en su decisión de tomarse el buque.

90


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.