Promesas - Contempla Edelvives - muestra

PROMESAS

Ana Juan

Matz Mainka

C I 110290

PROMESAS Puerto de Hamburgo, 1914.

Un encuentro fortuito, seis promesas de amor y una despedida: «Yo siempre velaré por ti», prometió él.

«Yo esperaré por ti», respondió ella.

PROMESAS Ana Juan Matz Mainka

PROMESAS Ana Juan Matz Mainka

E

sta es la historia de Ada y Hans...

Hamburgo, agosto de 1914.

Eran los albores de la Primera Guerra Mundial, y a los barcos que partían hacia el frente todavía se los despedía con alegría y triunfalismo.

El puerto de Hamburgo era una fiesta.

El sonido de la música y los fuegos de artificio hicieron que el corazón de una muchacha se escapara hacia donde lo tenía prohibido.

E

sta es la historia de Ada y Hans...

Hamburgo, agosto de 1914.

Eran los albores de la Primera Guerra Mundial, y a los barcos que partían hacia el frente todavía se los despedía con alegría y triunfalismo.

El puerto de Hamburgo era una fiesta.

El sonido de la música y los fuegos de artificio hicieron que el corazón de una muchacha se escapara hacia donde lo tenía prohibido.

Se vio engullida por el gent铆o, hasta que una mirada la rescat贸.

Se vio engullida por el gent铆o, hasta que una mirada la rescat贸.

Ada y Hans giraron y giraron hasta que el mundo desapareci贸 para ellos.

Ada y Hans giraron y giraron hasta que el mundo desapareci贸 para ellos.

En las calles ya vacías, él, enamorado, le hizo a la muchacha seis promesas.

La despertaría todos los días con el aroma de una flor.

Habría una boda al llegar la primavera.

Llenaría de bellos pájaros su jardín para que arrullasen sus mañanas.

De su noche de bodas nacería un hijo.

Construiría una casa con siete puertas donde todos los días se renovase su amor, sin dejar entrar a la monotonía.

El fruto de su amor sería un joven tan hermoso que enamoraría a una sirena.

En las calles ya vacías, él, enamorado, le hizo a la muchacha seis promesas.

La despertaría todos los días con el aroma de una flor.

Habría una boda al llegar la primavera.

Llenaría de bellos pájaros su jardín para que arrullasen sus mañanas.

De su noche de bodas nacería un hijo.

Construiría una casa con siete puertas donde todos los días se renovase su amor, sin dejar entrar a la monotonía.

El fruto de su amor sería un joven tan hermoso que enamoraría a una sirena.

Para sellar sus promesas, Hans dibujó y escribió en sus manos algo que los uniría para siempre.

Yo siempre velaré por ti.

Ada, divertida y embriagada por la emoción, hizo también una promesa.

Yo esperaré por ti.

Para sellar sus promesas, Hans dibujó y escribió en sus manos algo que los uniría para siempre.

Yo siempre velaré por ti.

Ada, divertida y embriagada por la emoción, hizo también una promesa.

Yo esperaré por ti.

PROMESAS

Ana Juan

Matz Mainka

C I 110290

PROMESAS Puerto de Hamburgo, 1914.

Un encuentro fortuito, seis promesas de amor y una despedida: «Yo siempre velaré por ti», prometió él.

«Yo esperaré por ti», respondió ella.