Memorias VI Encuentro de Periodismo de Investigación

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Memorias: VI Encuentro de Periodismo de Investigación

el tráfico de armas, la marihuana y la coca. Justamente, fue el reconocimiento de ese conflicto armado el que generó una reacción de la sociedad civil, encabezada por la comunidad indígena, que se cansó de ese flagelo y comenzó a solicitarle tanto a los grupos armados legales como a los grupos ilegales que salieran de sus territorios. En el cubrimiento diario del proceso de agudización del conflicto identificamos unas fechas clave que, por decirlo de algún modo, colmaron la paciencia de la comunidad indígena. El 6, 7 y 8 de julio del 2012 hubo una escalada de atentados terribles en los municipios de Toribio, Miranda, Jambaló y Corinto. Uno de los casos más dolorosos fue el de un tatuco6 de la guerrilla que cayó en una IPS indígena, hiriendo gravemente a una enfermera de la comunidad a la que le tuvieron que amputar una de sus piernas. Luego, una semana después, un niño que estaba en el patio de su casa fue víctima de una mina antipersonal. Estos sucesos más los enfrentamientos al nororiente del departamento ocasionaron que más de 3.000 personas se desplazaran, de estas el 90 % eran indígenas y el 10 % campesinos. Ellos se asentaron en unos sitios de asamblea permanente, lo que se dio en medio de nuevos ataques de las FARC. Valga la pena aclarar que no se trataba solamente de un terrorismo físico —con las armas y las bombas—, sino también de un terrorismo psicológico —con grafitis y panfletos que anunciaban otros atentados—. Como señalé anteriormente, esta situación agotó la paciencia de los indígenas, pues el ejército se atrincheraba detrás de sus casas y la guerrilla, por atacarlo, atacaba a los indígenas por medio de armas no convencionales como los tatucos y las minas, que convierten a los animales, a los niños y a la población en general en víctimas. Así pues la comunidad indígena inició un proceso de resistencia civil no violento en el que le pidió al ejército y a la guerrilla que salieran de sus territorios. El 9 de julio los indígenas realizaron un acto simbólico en el que desmontaron las trincheras de los pueblos y comenzaron a tirar los bultos a los ríos más cercanos, y a pedirle a la policía que, por favor, se fuera. Simultáneamente, otro grupo de indígenas salió hacia las montañas a buscar a las FARC para pedirles que abandonaran los territorios. Al día siguiente, el 10 de julio, los indígenas destruyeron una base móvil del ejército en el municipio de Miranda7 y hablaron con el sexto y el octavo frente de las FARC para que se fueran.

6 Tatuco: cohete artesanal. 7 “Guardia indígena de Miranda, Cauca, destruye base móvil del Ejército”.

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