Memorias VI Encuentro de Periodismo de Investigación

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Memorias:


Primera edición: Noviembre de 2013

Consejo Directivo: Fabio Posada - Presidente Fernando Alonso Ramírez - Fiscal Alexánder Marín Dora Montero Edilma Prada Ginna Morelo Johanna Paola Bejarano Juan Esteban Mejía José Luís Novoa - Director Ejecutivo

Transcripción de textos: Angélica María Sanchez Edición y gestión editorial: María Isabel Sánchez Sánchez Diseño y diagramación: Rubén Muñoz Anacona Germán Salamanca Viveros Impresión: Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas (JAVEGRAF)

Impreso en Bogotá Printed in Bogotá 2013


Sumario

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Prólogo

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Conferencia: Los caminos del periodismo asistido por computador Brant Houston

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Panel: Nuevas tendencias, el periodismo y la visualización de datos Mariana Santos | Juan Diego López | Miriam Forero Moderación: Daniel Suárez

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Panel: Las investigaciones que se convierten en libros Raphael Gomide | Jacinto Rodríguez Moderación: Ginna Morelo

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Panel: Mesa Regional - Trabajos destacados de asociados de CdR Hugo Mario Cárdenas | Edilma Prada y Ferney Meneses Tatiana Velásquez Archibold | Ángela Hurtado Moderación: Fabio Posada

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Conferencia: Cómo investigar desastres naturales Sheri Fink

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Conferencia: Poderopedia: las relacionesdel poder en Chile Miguel Paz


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Panel: Escarbando en la memoria histórica Ginna Morelo | César Molinares | Carlos Dada Moderación: Miriam Forero Ariza

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Panel: Investigaciones de lo local a lo transnacional Christopher Acosta | Karlos Kohlbach | Carlos Eduardo Huertas Moderación: Johanna Bejarano

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Conferencia: Radiografía al negocio de la educación Juan Pablo Figueroa Lasch

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Conversatorio: Para dónde va el periodismo de investigación Mariana Santos | Brant Houston

| Carlos Dada

Moderación: José Vicente Arizmendi

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Perfiles


Consejo de Redacción

Prólogo

Los documentos son más que papel y letras. Tuve la oportunidad y la fortuna de aprender a dialogar con ellos. Jacinto Rodríguez Munguía, cofundador de la revista emeequis.

La frase de este periodista mexicano experto en investigación a partir de archivos, quien produjo una pieza maestra en el libro La otra guerra secreta: Los archivos prohibidos de la prensa y el poder, resume el metodológico proceso que conduce a las grandes revelaciones, pero más que ello, obliga a entender lo sistemático de este trabajo, si en verdad lo que se quiere es conectar a la ciudadanía con la comprensión de lo oculto y de lo que la afecta o la ha perjudicado en un tiempo histórico. Los archivos, insumos infaltables en el duro trabajo del periodista investigador, son sometidos a un análisis profundo en el que se habla con el dato hasta darle a través de la narración una voz propia, la que muchas veces se construye desde la visualización, de acuerdo a la era digital en la que se mueve el periodismo de hoy. Todo ello, en esencia, fue lo que compartió el VI Encuentro de con profesionales de Colombia y del Periodimso de Investigación mundo, y Jacinto Rodríguez Munguía fue uno de los periodistas y visualizadores que reveló experiencias y técnicas metodológicas para llevar los procesos de investigación a puertos seguros. El lugar que ocupan hoy los periodistas de investigación depende, sin duda, de las líneas que estén dispuestos a cruzar, no tanto en el escenario de arriesgar sus vidas por los hechos, sino en el de construir piezas con rigor y creatividad: el brasileño Raphael Gomide con su ingenio al infiltrarse en la Policía de Río de Janeiro y la experticia del director del elfaro.net, Carlos Dada, para llevar a cabo una aguerrida y profunda entrevista de investigación a quien fuera la pieza clave de un asesinato que estremeció a El Salvador, el de Monseñor Romero, fueron algunos de esos ejemplos clave de planeación estratégica, pericia en la consecución y contrastación de los datos, y destreza en la construcción narrativa de la historia y en la edición final.

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Esa meta que se alcanza a partir de un objetivo claro y de la tozudez con que se empeñan los periodistas de investigación en armar mapas conceptuales y develar lo que nadie quiere, lo que no se entiende, lo que permanece bajo el velo de los intereses dañinos, son elementos clave en el allá y en el aquí. Christopher Acosa, director del Programa de Periodismo de Investigación del Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys), destapó las ilegalidades en el manejo de los fondos públicos de un alcalde de Perú, confirmando que lo local salta a lo transnacional sin ambages, con el lenguaje de la prueba desprovista de circunloquios. Justamente, el aquí del Encuentro mostró cómo un ejercicio colectivo llamado Tras la Pista de los Dineros Públicos, realizado en Colombia con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y bajo la alianza con lasillavacia.com, derivó en su etapa decisiva la producción de investigaciones regionales que, compartidas en el auditorio, son la muestra del buen periodismo posible en condiciones imposibles. Lo novedoso, que también ocupa al mundo del periodismo de investigación en el hoy, es esa mezcla fulgurante que se comienza a vivir al interior de los equipos de investigación, que bajo su cuenta y riesgo introducen nuevos personajes que llegan para nutrir la estrategia y para generar nuevas construcciones narrativas desde la visualización de los datos. Miguel Paz, con su proyecto Poderopedia que aporta desde el Periodismo de Datos, y Mariana Santos y Juan Diego López, diseñadores de The Guardian (Londres) y La Nación (Argentina), quienes explicaron una exploración llamada visualización de datos, aportaron al entendimiento de lo que más que una moda es una excelente manera de conectar a la audiencia con el dosier del investigador. El Encuentro Nacional e Internacional de Periodismo de Investigación, organizado por Consejo de Redacción (CdR), se consolida como un escenario que promueve la buena práctica de un oficio que exige rigor, metodología, práctica incansable y casamiento con las novedades digitales. Es un espacio fortalecido en su misión, que provee herramientas, que acerca a las técnicas y que en su VI momento fue, sin lugar a dudas, una amalgama de saberes desde el hacer.

Ginna Morelo Periodista de investigación, editora y magíster en comunicación Coordinadora general de CdR

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Los caminos del periodismo asistido por computador Brant Houston

The Future’s So Bright, I Gotta Wear Shades. Timbuk3

Quiero comenzar por hablarles un poco de la historia del uso de los datos en el periodismo. Este tiene diferentes nombres: computer assisted reporting, precision journalism o data driven journalism. Y aunque muchas personas han argumentado sobre el nombre que es más conveniente, al final todo tiene que ver con el paso de los documentos en papel a la forma digital, que ha sido, sin dudas, un proceso largo y continuo en el periodismo. La verdad es que no soy el verdadero padre del periodismo de datos, hay muchos padres y madres de esto, y a continuación voy a hablarles de lo que ha estado ocurriendo durante este tiempo. Mucha gente no conoce el primer uso importante, el verdadero uso significativo de los datos en el periodismo. Este fue a finales de los años sesenta, en la ciudad de Detroit. El nombre del pionero es Philip Meyer, quien analizó las características demográficas de las personas que estaban en los disturbios ocurridos en Detroit en 19671. La idea generalizada era que los disturbios habían sido ocasionados por personas de fuera de Detroit; sin embargo, a través del uso del periodismo de datos y de

1 Disturbios de 1967 en Detroit (12th Street riot): es uno de los episodios más violentos de la historia de los Estados Unidos. Ocurridos el 23 de julio de 1967, iniciaron por una redada policial que daría lugar a la violencia generalizada y dejaría una huella imborrable en lo que era una ciudad racialmente dividida.

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técnicas de las ciencias sociales Meyer demostró lo que realmente había pasado, esto es, que aquellas personas que no estaban satisfechas y que participaron de los tumultos eran de la ciudad. Siguiendo con la línea histórica voy a hablar de lo que ocurre ahora y de lo que ocurrirá en el futuro, pero noten que hay una relación directa de lo que sucedió en ese momento con lo que sucede ahora en cubrimientos y sucesos de ese estilo. Por lo que es preciso decir que hay metodologías y estándares que debemos utilizar para mantener la credibilidad y mantener, también, la integridad de la redacción. Luego de lo sucedido en 1969, Meyer escribió el libro Precision Journalism (1973), que en su momento no fue bien recibido, pero que ahora, cuarenta años después, es una obra que todo el mundo afirma deberíamos leer. Más adelante, en 1985, encontramos a otro de los pioneros, hablo de Elliot Jaspin, quien hizo un gran adelanto en el periodismo asistido por computador a través de un disco duro portátil en el que pudo recoger información del Gobierno de los Estados Unidos y pasarla a un computador portátil. Eso cambiaría literalmente todo, pues como periodistas podríamos convertir, aunque no rápidamente, los datos en algo que podíamos utilizar, hablo específicamente de convertirlos en hoja de cálculo. Posteriormente, en 1989, Jaspin fundó el Missouri Institute for Computer-Assisted Reporting y el instituto James Brown en la Universidad de Indiana. Ya en los años noventa se hicieron muchos adelantos e historias en Estados Unidos a las que el periodismo tradicional no le prestaba atención y que, sin embargo, ganaron premios como el Pulitzer. En 1994 el Institute for Computer-Assisted Reporting se hizo parte del Investigative Reporters and Editors (IRE) y fue renombrado como el National Institute for Computer-Assisted Reporting (NICAR). A este respecto, es importante tener en cuenta que el periodismo investigativo forma parte del periodismo y si se quieren encontrar nuevas técnicas para ejercer el periodismo siempre hay que mirar lo que están haciendo los periodistas investigativos. Ese mismo año llegaron la Web y la Internet, algo que muchos conocían, pero que no podían ver. Prontamente, eso fue visible para todos, pues en los Estados Unidos hubo capacitación profesional (Computer-Assisted Training) que luego pasó a Europa, especialmente a Dinamarca y al Reino Unido. Viajamos durante ocho años en los que los periodistas decían, por ejemplo, “no tenemos datos”, y entonces nosotros les llevábamos datos. Más adelante, ellos descubrieron que sí tenían y ahora diarios como The Guardian son líderes en ese campo.

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Posteriormente, llegó Google Inc. que se convirtió desde ese momento en otro gran líder. Ya en el 2001 era común en los Estados Unidos tener datos de censos que se podían descargar fácilmente de la red, lo que hizo que se volviera cada vez más fácil conseguir datos. Ese mismo año se llevó a cabo la primera Conferencia Global de Periodismo Investigativo2 en Copenhague, donde se realizó una gran capacitación que ocupó la mayor parte del evento. De ahí en adelante el siglo XXI nos trajo de improviso la difusión de software de fuente abierta y cosas como el movimiento de gobierno abierto 3, aunque en ocasiones no sea tan abierto como dice. En seguida, se empezaron a postear datos crudos, como en EveryBlock, y de un momento a otro los datos se visualizaban y se publicaban en todas las comunidades de los Estados Unidos. También, llegó Google Tools, que una vez más simplificó nuestra capacidad de hacer periodismo más rápidamente y más fácilmente, y además comenzamos a contar con la ayuda de Google Fusion Tables, otra herramienta muy fácil de utilizar para visualizar datos en cualquier país y que, realmente, puede cambiar el periodismo. De igual forma, empezamos a rastrear las redes sociales. Actualmente, hay mucho interés en seguir Facebook y Twitter, recordemos, por ejemplo, lo sucedido durante los tumultos de Londres en el 2011. A su vez, utilizamos técnicas de crowdsourcing y a través de ellas contribuimos a la información, lo que representa retos en términos de la integridad de los datos, pero que seguramente nos permite tener una visión más amplia. Del mismo modo, hemos visto la llegada fuerte de las aplicaciones, muchas son valiosas, otras son inútiles; sin embargo, una vez más estamos encontrando formas fáciles de analizar los datos y de incorporarlos en nuestros informes y artículos. Y, bueno, después de treinta años de trabajo y de proyectos impulsados por datos y de bases de datos útiles paras los periodistas este fenómeno tuvo éxito y ahora todo el mundo quiere utilizar datos en sus historias y, además, visualizarlos. Esto nos lleva a pensar en el manejo de la información de manera responsable, para que así la gente pueda creer lo que estamos escribiendo y pueda creer en el hecho de que verificamos los datos y realizamos una clasificación de

2 Global Investigative Journalism Network (GIJN). La 8ª versión se llevó a cabo del 12 al 15 de octubre del 2013, en Río de Janeiro (Brasil). Visite: http://gijn.org/. 3 Open Government Movement.

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qué tan buenos y precisos son. Justamente, nos encontramos en un punto en el que tenemos tantos datos que ha sido necesario restablecer los estándares con los cuales vamos a utilizarlos en el periodismo. Teniendo en cuenta todo lo anterior, hemos llegado al punto de preguntarnos ¿hacia dónde vamos en este momento? Sé que estamos acumulando nuevas capacidades, estamos desarrollando lo que llamamos el “kit de herramientas del periodista”, y sé también que tenemos que ir al terreno para ver cosas que son importantes y que tenemos que tener nuestras habilidades de entrevista, sobre todo, de entrevista en línea; sin embargo, lo que realmente necesitamos es tener métodos que hayan sido probados a través de las ciencias sociales. A este respecto, conviene tener claro que no tenemos que reinventar la rueda, esto es, que no tenemos que redescubrir los estándares que han estado presentes en los datos durante años y años en otras profesiones. Lo que sabemos es lo que tenemos que hacer mejor. Si hablamos del análisis de texto veremos que las herramientas que tenemos están mejorando día tras día para que sea más fácil utilizarlas ya que, sin lugar a dudas, son el futuro y como periodistas de investigación nuestra tarea es observar y aprender. Cabe señalar que es necesario seguir utilizando las hojas de cálculo, pues son las herramientas básicas de un buen periodista en cualquier parte del mundo. Son elementos fáciles de aprender y que todos tenemos al alcance, pues Microsoft Excel está en todas partes y Google Docs también tiene un programa que puede sernos útil. Recuerden que si bien leemos textos normales, también leemos datos y el lector de datos es la hoja de cálculo. Otras herramientas básicas que hay que tener en cuenta son los gerentes o managers de bases de datos como Access o SQL, pues si los datos son demasiado grandes vamos a tener que utilizar un gestor como estos. También, debemos conocer y, sobre todo, entender las estadísticas; en la red hay varios software disponibles de manera gratuita y muy sencillos de aprender. Ahora, si no hacemos nuestro propio análisis estadístico por lo menos tenemos que saber cuál es el lenguaje y cuál es el programa, porque muchas personas nos mienten con las estadísticas y tenemos que saber cómo les gusta mentir para que podamos ponerle la verdad a los datos. Uno de los libros más importantes sobre estadísticas se escribió en 1954 bajo el título How to Lie with Statistics, y si bien es cierto que muchas cosas han cambiado recomiendo que lo lean, porque es verdaderamente impresionante ver cuántos errores cometemos aún los periodistas.

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Hablando del futuro, puedo decir que nos dirigimos hacia la visualización de todo cuando hablamos de datos; estamos utilizando mapas en cada historia, cada historia que tenemos tiene alguna base geográfica, así que tenemos que tener mapas para poder explicar los números con gráficas animadas, ese es el futuro. También, podemos hablar del análisis de red social, hay un proyecto bien interesante en América Latina que analiza cómo los poderes están conectados y cómo las personas corruptas están conectadas. Esta clase de análisis existe desde los años cuarenta y sé que se utilizó en el periodismo en 1976, pero desde el 2000 se utiliza cada vez con más frecuencia. Se trata de conectar los puntos, de conectar instituciones y personas; el software está ahí para hacerlo de manera fácil e incluso hay un software en Microsoft Excel para hacerlo. Si observamos con detenimiento esto es algo que hemos hecho habitualmente como periodistas, es una de nuestras tareas conectar los diferentes puntos: quién conoce a quién, quién es el poderoso, quién es la persona detrás de la persona poderosa, cuáles son las juntas directivas que están gobernando un país, etcétera. Existen otro tipo de análisis de visualización. Uno es Sentiment Analysis, que aún está en desarrollo, donde uno puede tomar un discurso o una serie de discursos y determinar, fácilmente, si la persona está enojada o triste y visualizar ese sentimiento. Otro conjunto de herramientas que se utilizan cada vez más son aquellas que recogen datos de la Web; uno va a un sitio web y allí te ofrecen un registro, y si quieres ver otro registro tienes que hacer clic en el botón “ver otro registro” y así consecutivamente, lo que te permite moverte un montón. El web scraping usa un programa en el que mientras tú duermes entra al sitio web y rápidamente descarga todos los registros, así que puedes despertarte una o dos horas después y tienes todos los registros en el computador, lo que te ahorra horas de trabajo. Claro, hay otras herramientas que incluso son más fáciles para publicar todo lo que hacemos y para atraer al público. Hay cosas que, sin duda, podemos publicar visualmente en la Web y hay archivos en todas partes, bien sean tweets o conversaciones que podemos archivar automáticamente en datos para luego analizarlos, así que, realmente, tenemos tanto por hacer que será necesario sentarnos a pensar cómo vamos a acercarnos a las cosas. Cuando yo empecé con todo esto, a veces, uno tenía que esperar meses para obtener los datos de una historia, por supuesto, esto aún puede suceder, aún hay datos que no podemos recoger, pero hay muchos otros que están ahí para ser descubiertos en la Web. Es común que escuchemos de conjuntos de datos que la gente ha encontrado y

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que pueden utilizarse en cada país y en cualquier momento, entonces, el problema es organizarnos y ver cómo recoger todo esto, cómo rastrearlo y cómo analizarlo de la forma adecuada y, sobre todo, determinar qué tan precisos son los datos. Como periodistas sabemos que cada base de datos es como una persona, es decir, tiene fallas y tiene cosas que no puede hacer; cada base de datos tiene fallas, cada base de datos tiene omisiones, pero eso está bien. Nosotros, por ejemplo, entrevistamos personas que tienen fallas y lo que tenemos que saber hacer es identificar cuáles son estas fallas. Entonces, si entramos en una base de datos sabemos que va a tener problemas, pero eso no nos debe detener, al contrario, nos debe hacer pensar que tenemos que utilizar la información de manera responsable. Por ejemplo, tenemos que saber cómo hacer la verificación de integridad de datos, hay prácticas establecidas para averiguar qué tan buena o mala es una base de datos y es, claramente, una de las cosas más importantes que tenemos que hacer. Hubo instancias en los Estados Unidos del sector de proveedores de información en las que se analizaban todos los delitos que estaban reportados en la ciudad de Los Ángeles y, sin pensarlo mucho, organizaron un mapa en el que se mostraba que muchos de los delitos ocurrían en la Corte de Justicia de la ciudad. Ellos hicieron lo que llamamos un default; no sé a dónde ocurrió el crimen, simplemente ingreso datos y termino diciendo que la Corte de Justicia es el sitio más peligroso de la ciudad. Afortunadamente, Los Ángeles Times tiene un excelente grupo de análisis de datos que se dio cuenta de que había un error y comenzó a indagar la manera en la que habían sido obtenidos esos datos. Entrevistaron a Adrian Holovaty, que es la persona que está detrás de EveryBlock, para ver qué había ocurrido y este reconoció que había que hacer alguna verificación de integridad de datos, porque lo que ese tipo de errores quiere decir es que nadie va a confiar en la información que se publique. Asimismo, tenemos que saber que el periodismo asistido por computador tiene sus límites, es tan solo una parte, no es la respuesta. De esto tenemos algunos ejemplos en los Estados Unidos, uno de ellos es que contamos con las bases de datos de todos los puentes que hay en el país, en estas hay calificaciones de qué tan buenos o malos son los puentes e información sobre si deben repararse o si tienen que cerrarse. Bueno, esos reportes salen una vez al año y si uno no va a ver los puentes no puede saber si durante el año fueron reparados, trasladados o demolidos. Entonces, primero tenemos los datos y luego salimos al terreno y entrevistamos a las personas.

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También, existen las múltiples fuentes de conjuntos de datos, que es algo fundamental dentro de nuestro trabajo, pues hay más de un conjunto de datos, a veces docenas, por cada tema que estamos analizando. Así las cosas es necesario que tengamos múltiples fuentes para tener una visión objetiva: el trabajo de campo, las entrevistas y la adopción de nuevas herramientas. A este respecto, reitero que no hay que eliminar las viejas herramientas, hay que conocer la historia para no repetirla, para no reinventar las cosas o, por lo menos, para no cometer los mismos errores. Ese es uno de los motivos por los cuales inicié mi intervención con la parte histórica, porque hay un legado de cómo hacer este trabajo e integrarlo en el periodismo que ustedes están haciendo, para que no tengan que inventar nada y puedan construir sobre lo que ya existe y mejorarlo. Debemos recordar que hay elementos fundamentales que permanecen en nuestro trabajo como periodistas. Para nosotros ahora la credibilidad lo es todo, es lo que nos diferencia de todo lo demás, de las personas que postean información rápidamente y sin pensarlo. Recordemos lo sucedido en Boston con el atentado terrorista4. La CNN destruyó su credibilidad una vez más, o por lo menos durante un buen tiempo, debido a la mala información. Ahora tratan de tener cuidado, pero hace tan solo un par de días dijeron que alguien había sido arrestado y estaban totalmente equivocados. Así pues, creo firmemente que uno no debe preocuparse por ser el primero en la Web, sino por ser el mejor y por tener la razón, eso es lo que verdaderamente nos distingue en este momento. En resumen, yo creo que estamos en un momento increíble en el periodismo, no puedo ni siquiera imaginar lo que podemos hacer, ni siquiera la ciencia ficción ha podido predecir lo que va a pasar. Esto me hace recordar que en los años ochenta vi una serie llamada Max Headroom y, básicamente, hablaba del periodismo móvil, del periodismo con la cámara que hacía audio, del periodismo que utilizaba datos. Yo sé que hay mucho por delante y va a ser muy emocionante, vamos a poder hacer periodismo como nunca antes lo hemos hecho si seguimos aprendiendo estas herramientas. Sin lugar a dudas van a ser tiempos emocionantes y va a ser un periodismo muy global, pues en la actualidad no hay una historia que no tenga elementos globales.

4 Atentado terrorista de la maratón de Boston: ocurrido el 15 de abril de 2013 en Boylston Street, Estados Unidos, causó la muerte de tres personas y dejó a otras 282 heridas.

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Yo vivo en el centro de los Estados Unidos donde hay mucha soya y mucho maíz, y por la mañana escucho las predicciones del tiempo en Argentina, en Brasil y en donde vivo, porque cuando se habla de agricultura lo que ocurre en Argentina y en Brasil afecta lo que ocurre en Illinois. Con estas herramientas también vamos a poder trabajar en equipo alrededor del mundo. Esto es algo importante con lo cual los datos y la Web nos han ayudado. No sé si han visto las historias de las empresas offshore, son alrededor de ochenta periodistas que han trabajado alrededor del mundo sobre ese mismo proyecto de investigación, que quizás pueda comprarse con WikiLeaks y que es, indudablemente, el futuro del periodismo, pues se basa en conjuntos de datos y en el trabajo colaborativo.

PREGUNTAS DEL PÚBLICO Participante: Brant señaló a WikiLeaks como uno de los posibles fines del periodismo digital de los siguientes años. Siendo así, ¿cuál sería la barrera entre el documento legal que se puede mostrar y el que no? ¿Cómo se manejaría ese tipo de información si tenemos en cuenta que, a diferencia de WikiLeaks, nosotros tenemos un compromiso más ético y tenemos otro tipo de barreras en cada país? Brant Houston: Lo que descubrimos cuando hacemos trabajo global, periodismo global, es cómo la información se recoge y cómo se presenta, y esto cambia de país a país. Yo puedo decirles que, en general, recibir datos no es distinto a encontrar, por ejemplo, un documento escrito, entonces lo que tenemos que analizar son los temas legales y los temas culturales en el país en el que estamos publicando. El gran problema de WikiLeaks fue que mostró la diferencia de enfoques en la información entre los no periodistas y los periodistas. Como periodistas nosotros queremos verificar las cosas y también queremos ser responsables en cuanto al manejo de la información, porque sabemos con claridad el daño que puede ocasionar publicar algo sin pensarlo dos veces. De manera que si hay algo que hemos aprendido es que nuestras responsabilidades han crecido, no solamente en términos de credibilidad, sino también en términos éticos, pues debemos tratar de no poner a la gente en peligro y ocasionar que sean asesinadas. Ese ha sido

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el elemento más difícil con WikiLeaks, incluso Julian Assange advirtió que si uno lanza la información, porque la información debe ser libre, uno puede ocasionar el asesinato de una persona o puede dañar la reputación de esta de manera permanente. Esa es una de las razones por las cuales un grupo como el nuestro ha hecho esta clase de trabajo durante casi cuarenta años y es una de las razones por las cuales estamos impulsado estándares, enfoques y metodologías en cuanto a la información de datos. Joel Cortés (México): ¿Cuál debe ser el tratamiento cuando la información es filtrada como en el caso de WikiLeaks? Claro, sabemos que ellos han hecho alianzas con diarios globales y que estos diarios les han dado la información, pero al final ha sido una información filtrada por exagentes de la Central Intelligence Agency (CIA). Brant Houston: Creo que en este momento nuestro papel como periodistas es más claro que nunca. Analicemos algunos de los estándares. Yo odio las historias que vienen de una sola fuente o de una sola base de datos, porque no hay ninguna base de datos completa y ninguna historia individual es completa, entonces es nuestra responsabilidad tener múltiples fuentes, triangular la información, es decir, considerar si tiene sentido desde diferentes puntos de vista, verificar qué otros datos existen para compararlos y tener en cuenta lo que hemos observado en el trabajo de campo. En Estados Unidos se ha manejado un discurso sobre la corrupción que existe en muchos de nuestros estados y, por ello, hemos decidido clasificarlos y calificarlos. Este es un proyecto que va a generar debate porque el criterio que se utilizó para determinar la corrupción fue cuántas leyes anticorrupción existían en cada estado, lo que podría indicar una alta tasa de corrupción, pero no de no corrupción y los antiguos griegos decían que entre más leyes tengas más corrupta es la sociedad. Entonces, tenemos que entender cuál es el criterio para este tipo de cosas, pero es aún más importante tener múltiples fuentes, entrevistar personas y salir al terreno; los datos solos no existen, son —y hablo desde mis cuarenta años de trabajo— una ayuda, son solo una parte del paisaje. Luis Martín Mesa: En prensa de provincia muchas veces tenemos la dificultad de no contar con un nivel de datos disponibles tan amplio como el que se puede obtener en un gran medio. ¿De qué manera se puede determinar, además del olfato y de la malicia que se le puede

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poner a ese manejo de datos, la confiabilidad y el porcentaje de credibilidad que puede tener una base de datos reducida? Brant Houston: Hay varias cosas. He trabajado mucho en salas de prensa pequeñas donde hay datos limitados, seguramente cuando yo empecé esas eran las circunstancias para todos, todos teníamos pocos datos. Ahora están ocurriendo varias cosas, una de ellas es que cuando pensamos en datos, en datos locales, tenemos que recordar que hay bases de datos grandes que se pueden dividir en bases de datos pequeñas, que son nacionales o internacionales, para darnos perspectivas sobre los datos que podemos tener. También, podemos comparar los datos limitados que tenemos con datos en comunidades parecidas, para tener una idea de qué tan buena puede ser la base de datos. A veces, lo que también podemos hacer es decir que los datos son limitados y que hemos podido verificar solo hasta cierto punto. Una palabra que se utiliza mucho ahora es transparencia, nuestra credibilidad aumenta con la cantidad de transparencia que nosotros tenemos cuando reconocemos las fallas de nuestra información. Otra cosa que puedo decir es que uno de los conjuntos de datos más fuertes es el que usted mismo ha construido y no es tan difícil construirlo, me refiero a que usted recoge la información, la pone en una estructura y la va completando con el tiempo; esas son bases de datos poderosísimas y también muy exclusivas porque usted es la persona que las construyó y nadie más la tiene hasta que usted decide publicarla. Entonces, construyan los datos, miren datos más amplios y empiecen a construir una biblioteca de información y de datos, este es un enfoque. Ahora, si tienes un conjunto de datos con el que trabajas vas a tener que hacer mucho trabajo de campo y entrevistas para poner este conjunto de datos en un contexto. Participante: Me llamó poderosamente la atención la frase “preocuparse más por ser el mejor que por ser el primero”. ¿Cómo cumplir con esto cuando hay abundancia de medios de comunicación y las mismas tecnologías nos exigen informar casi que en tiempo real? Brant Houston: Justamente, hay un ejemplo con la CNN. Hace un par de días, con toda la presión que tenían, publicaron que alguien había sido arrestado y la información era casi cierta, pero no tuvieron la razón. Si uno los mira hoy verá que son muy cuidadosos con la información; dicen cosas como “entendemos lo que está

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ocurriendo, pero la información es muy limitada”, “esto es todo lo que sabemos”, “no estamos diciendo que esto está ocurriendo realmente”. Esa es la transparencia que hay en revelar las cosas y la gente lo va a entender porque tienen claro que no se sabe. La otra parte, sin embargo, son las múltiples fuentes. No debemos confiar en una sola fuente, a no ser que tengamos un documento auténtico detrás de esta fuente. No hay reglas estrictas, hay lineamientos, hay pautas, pero la pauta es que si alguien te lo dice debes preguntarte por qué debes creer en esa persona: ¿porque has hablado con alguien más?, ¿porque has leído un documento? La buena noticia es que la gente puede pensar que todo el mundo es periodista y la mala noticia es que todos piensan que son periodistas, así que salen y publican basura. Entonces, ¿por qué podemos decir que somos periodistas? Porque nosotros hemos verificado la información y podemos decir que eso que está publicado puede ser falso, no importa si es un video, una fotografía o una noticia; al final somos nosotros los que vamos a levantar la inquietud. Participante: ¿Cómo hacer periodismo asistido por computador en un país como Colombia donde los sitios web no actualizan a tiempo ni tienen documentos útiles? Brant Houston: Los datos van a llegar, van a haber datos útiles, eso es parte del futuro. Los buenos periodistas tienden a sospechar, a no creer en las corporaciones, pero el negocio requiere de fuentes abiertas y la buena noticia es que van a haber cada vez más datos, no porque los necesiten los periodistas, sino porque los negocios los necesitan. Ahora, hay tanta información sobre cada país, cuyos datos se pueden encontrar en otros países, que lo que debemos hacer es convertirnos en mejores buscadores. En cada uno de los países que visito hago capacitación, llevo datos que pueden ser pertinentes y que he encontrado en el mismo país, o a veces, y con mayor frecuencia, en una base de datos de Estados Unidos o continental. Es impresionante descubrir lo que hay allá afuera; en la Republica de Georgia supieron cosas de su propio país a través de otras fuentes con documentos corporativos que se publican en el Reino Unido para recoger inversionistas y ayudar a exploraciones en otros países. Participante: ¿Cuál es la debilidad en este ecosistema de periodismo asistido por computador y cómo hacer para volver esas debilidades una fortaleza?

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Brant Houston: Las debilidades son la falta de capacitación suficiente que nuestra propia industria nos está dando, si no tienes capacitación básica en ciencias sociales y en métodos de investigación y desconoces el modo en el que se pueden malinterpretar las estadísticas vas a perjudicar tu periodismo. Ese es el reto, tenemos una industria, una profesión que hasta ahora está aprendiendo a creer en la capacitación y esa es la debilidad, pues una cosa es tener los datos y otra es poderlos interpretar. Adriana Barreto: Las redes sociales han traído un fenómeno que a mis ojos es más de especulación que de periodismo investigativo o de noticias veraces. ¿En un mundo en el que, como usted lo ha dicho, el periodismo asistido por computador tiene límites, debe preocuparnos estar más como punto de información en Twitter aclarando hasta tres horas después una noticia? Brant Houston: Deberíamos preocuparnos por las redes sociales, siento que necesitamos más de eso porque todos pueden ver las conversaciones, no entienden cuál es la fuente de información o cuál es la experiencia o el conocimiento de la persona que tuitea. Nuestra tarea es decir cuál es la historia real y siempre ha sido nuestro trabajo, las cosas no han cambiado mucho, simplemente es más retador ahora porque hay herramientas que pueden ayudarnos a manejar esa ola de información que nos llega. Sí debemos preocuparnos por no ser parte de la multitud de información, sino de la multitud de inteligencia en el sentido de que tenemos que verificar la información. Ángela María: En un encuentro en el que estuve en Medellín una ponente contaba que estaba haciendo una investigación sobre una incursión paramilitar en La Guajira alta, pero solo hay datos de este hecho en La Guajira media y en La Guajira baja. Entonces, ella no podía presentar su ponencia porque no tenía datos ni cualquier otra fuente aparte de ir a la zona y hablar con las personas. ¿Qué hacer para que lo que escribamos tenga credibilidad cuando no existen bases de datos que puedan soportarlo? Brant Houston: Yo empecé mi trabajo cuando no habían bases de datos así que eso para mí es muy familiar, hay momentos en los que uno no puede recoger los datos relevantes y pertinentes a la historia, y a veces lo mejor es hacer entrevistas, ir al terreno;

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sin embargo, también haría el esfuerzo adicional para verificar si alguien más está recogiendo datos sobre el mismo tema. Una de las cosas a las que no le prestamos atención es al trabajo enorme que se hace en los centros de pensamiento de las universidades, cuando ellos tienen acceso a lo que nosotros no. Ahora, y como dije al principio, tener una base de datos a veces, simplemente, es un buen inicio y es contexto. En otras ocasiones solo tendremos una de las cosas que les mencionaba anteriormente y no es malo, uno tiene que utilizar lo que está a su alcance, tiene que verificar la credibilidad, hacer más entrevistas de lo que uno hace normalmente, leer mucho más y tratar de entender si uno está reportando algo que está totalmente equivocado o que está muy cercano a la verdad, es lo único que se puede hacer.

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Nuevas tendencias, el periodismo y la visualización de datos

Las posibilidades de la visualización de datos Mariana Santos Les voy a hablar de mi experiencia en The Guardian. Para resumir, lo primero que debo decirles es que no hay una sola persona que pueda hacer de todo, no es algo así como llegar a un periódico y decir: “Consígueme a un chico que haga visualización de datos”. No, no es así, por lo menos en mi unidad es un trabajo de equipo en el que se necesita, al menos, un periodista, un diseñador y un desarrollador. Una parte del equipo está conformada por la gente de datos que cuenta con los periodistas y los desarrolladores que buscan datos, buscan la historia, buscan el contenido. Ellos en conjunto con los diseñadores van a pensar cómo contar la historia, porque, por un lado, se puede contar una historia con el tema que surge de inmediato, pero, por el otro, hay más historias que se pueden contar a partir de allí. Entonces, el trabajo con el diseñador es muy importante en cuanto a la elección de la narrativa y la forma visual de contar. En mi caso particular todos mis trabajos son para online, no hago print, pero trabajo mucho con los de print porque hay un montón de proyectos que vienen de allí y renacen para ir a online, lo que te da otras oportunidades. La sala de prensa de The Guardian es un espacio muy iluminado, lleno de vidrios, y muy grande en el que todas las personas trabajan

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en open space1. Como sabrán, no somos un diario privado, sobrevivimos gracias al Fondo Scott Trust 2, de ahí que se esté pensando en nuevos proyectos o nuevas formas de sustentabilidad como las Guardian Masterclasses, que son cursos y talleres de capacitación para periodistas, diseñadores y personas que quieren hacer periodismo de investigación, long form writing, entre otras cosas, pues el dinero en algún momento se va a acabar. Ahora bien, The Guardian se mantiene gratis, todos los accesos son gratuitos, no tenemos paywall, y nuestro editor quiere seguir así, pero es necesario reinventarse y nosotros como periodistas también debemos reinventar nuestras historias, porque no podemos continuar en el esquema de texto seguido de una foto; con el medio digital hay que empezar a hacer cosas distintas. Para que se hagan una idea de cómo se manejan los dineros en The Guardian tenemos 170 desarrolladores; hace un año y medio éramos 40 y ahora somos 170. De manera que hay mucha inversión en desarrollo y todos los productos se hacen en casa. Claro, sé que no se puede contar con esta clase de inversiones en cualquier periódico y que es algo que nosotros tenemos las suerte de tener.

Cómo contar una historia Quiero hablarles de uno de los trabajos que realizamos en el diario y que pasó de print a online. La historia de los gastos del Gobierno es en general muy aburrida, es algo de lo que las personas hablan todo el año y es, en cierta medida, un tema fuerte porque es muy duro que corten los dineros para las pensiones, para las escuelas, etc. Son cosas que hacen que nos duela directamente nuestra patria. Todo empieza con el acceso a la información. El Gobierno publica distintos PDF en los que podemos encontrar todos los gastos públicos por secciones, solo es necesario ir al sitio oficial y descargar lo que se requiera. Ahora bien, si tú eres una persona especializada en

1 Open Space Technology (Tecnología del Espacio Abierto): es una técnica o metodología de diálogo o de trabajo abierto para grupos grandes o pequeños, en la que todas las personas colaboran, se autoorganizan, se apropian de los resultados, conviven, hablan y trabajan. 2 El Fideicomiso Fondo Caritativo Scott es un presupuesto anual creado para apoyar proyectos relacionados con el periodismo independiente, la ética periodística, la alfabetización mediática y la capacitación de periodistas en el Reino Unido y en el extranjero.

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análisis de datos y en análisis de manejo de dineros pues vas a entenderlo todo, pero si eres una persona común, que no entiende mucho de matemáticas y gastos, esta historia del PDF no te dirá mucho. Es en este punto en el que aparecemos nosotros, pues nuestro trabajo es traducir esto para que pueda tocar a las personas y estas puedan entender lo que sucede. El trabajo se llama “Atlas de gastos del Gobierno3 ” y es una opción para visualizar y elegir con pelotas las diferentes secciones y gastos del Gobierno. Claro, se ha hablado mucho de que las pelotas no son la forma más intuitiva para identificar distintos tamaños de información, pero a nosotros nos funcionó muy bien, pues se jerarquizaron y diferenciaron los contenidos a través de la intensidad de colores y de los tamaños de las pelotas. Cabe señalar que este trabajo tuvo tanto éxito que el Gobierno lo imprimió en tamaño gigante y lo expuso en sus oficinas para que todos pudieran verlo, pues allí se presentaban todas las informaciones y toda la distribución de los gastos públicos por departamentos. Para esclarecer un poco el proceso les voy a explicar lo siguiente. The Guardian tiene tres equipos principales de diseño. Está el equipo de diseño de print, que es el que se encarga de cosas de última hora, por ejemplo, si hoy renuncia el papa es necesario hacer algo para publicar en un par de horas. Luego, encontramos el design team, que hace todo el diseño para online, como botones o layouts, cosas muy básicas y rápidas, de alrededor de tres días de producción interactiva. Finalmente, está el interactive team que es el equipo en el que yo estoy, allí hacemos cosas más largas, de tres semanas o más, lo que hace que no podamos asistir al breaking news, aunque en ocasiones hay cosas que son del breaking news y que merecen algo más desarrollado que tomará varias semanas. Por ejemplo, con el papa hicimos algo muy rápido para el mismo día de la renuncia, pero después el interactive team tuvo dos o tres semanas de desarrollo, antes de la elección del nuevo papa, para hacer un trabajo más completo con los perfiles de cada uno de los papables. Retomando el trabajo de los gastos del Gobierno, lo que hicimos después de la publicación en print fue hacer la parte interactiva del Atlas del impreso, en el que el usuario podía explorar cada pelota de la que se desplegaban subcategorías y contendidos para mirar cuánto dinero se iba a cortar y cuánto dinero se quedaba en cada uno de los departamentos. Claro, siempre hay pros y contras en cada una de las opciones.

3 “Public spending by UK’s central government departments, 2010-2011”.

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En el print el lector puede ver toda la pantalla y comparar todos los sectores, mientras que en el digital el usuario puede entrar en un departamento y explorar dentro este, pero pierde un poco the hole picture. Más adelante mi equipo hizo un juguete4, es decir, se contó la historia a través de un juego para que el usuario se entretuviera y no solamente leyera para informarse, sino que a su vez se sintiera entretenido y relajado. Entonces, realizamos otra vez el mismo proceso, lo separamos por departamentos e invitamos al usuario a ponerse en los zapatos de los encargados de la distribución de los dineros públicos, esto es, a plantear cómo realizaría él los cortes de presupuesto. Luego de realizado el corte, a través de una curaduría editorial, el usuario podía copiar el link y enviárselo a sus amigos por Twitter o Facebook y así empezar una conversación con una base más sólida de entendimiento.

Los disturbios de Inglaterra Los disturbios de Inglaterra 5 fueron un suceso muy fuerte en el que las personas salieron a la calle y a través de teléfonos BlackBerry empezaron a incentivar crímenes de toda índole; desde poner fuego en las calles, en las casas y en los coches, hasta incendiar las sedes de grandes compañías como Sony. Paul Lewis, uno de nuestros periodistas fuertes de investigación, estaba mirando la reacción de las redes sociales con los tweets que se lanzaban y continuó con el seguimiento de esta red para ver cómo se seguían desarrollando los hechos. Él fue la persona que observó si la información era correcta o no. Más adelante, The Guardian pensó que solo con Twitter no se podía hacer el seguimiento, así que se le pidió a los lectores que se conectaran a través de Facebook, Twitter o The Guardian Log in y nos contaran lo que estaba sucediendo en sus calles por medio de fotografías y demás elementos útiles. Ahí creamos una barrera porque ya no se trataba solamente de decir tonterías, sino que había un esfuerzo, le iba a tomar a las personas un tiempo. Después, el mapa adquirió popularidad y los usuarios podían mirar casi en tiempo real lo que estaba ocurriendo; cliqueaban y abrían una ventana con las informaciones. Al tercer día del suceso hicimos una reflexión en print y mapeamos

4 Gamification: contar una historia a través de un juego en línea. 5 “How riot rumours spread on Twitter”. Este ha sido, tal vez, el evento más tuiteado de historia con alrededor de 2.6 millones de tweets.

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con las cosas más fuertes e importantes del hecho, pues teníamos un espacio limitado. Al final, con todo este mundo de tweets y con la participación social, Paul Lewis llegó a mi equipo y nos dijo: “Mira, tengo 2.6 millones de tweets, ¿qué podemos hacer? Eso sí, tenemos que ver cómo estudiar los datos, porque no todo es verdad”. Los riots ya habían pasado, pero teníamos que ver cómo íbamos a investigar todo aquello que se había generado desde la población. En ese momento una universidad estaba interesada en desarrollar un algoritmo matemático que estudiara el tweet, es decir, que revelara si un tweet era positivo o negativo. Entonces, si alguien tuiteaba “los riots fueron al zoológico, abrieron las jaulas de los leones y hay un león que se está comiendo a las personas” y yo respondía diciendo “‘sí, sí, claro’” el algoritmo miraba y afirmaba que yo estaba de acuerdo, pues “sí, sí, claro” son palabras positivas. Sin embargo, esto no era así, porque la lengua humana tiene ironía, metáforas e intersecciones al hablar que los tweets y el algoritmo matemático no entienden por el simple hecho de no hablar, de no tener emociones y sentimientos, de no ser humanos. Pues bien, una semana y media antes de lanzar el proyecto con el algoritmo descubrimos que había muchos tweets de este estilo, es decir, que no eran positivos, sino negativos y que todo estaba mal. Lo que hicimos fue poner a los estudiantes y académicos que estaban desarrollando el algoritmo a revisar uno por uno para que pudiésemos publicar el estudio6.

Grandes oportunidades para desafiar nuestra creatividad Lo que les voy a comentar ahora es en aras de que se den cuenta de que solo porque es The Guardian no quiere decir que todo va súper bien. The Guardian quiere llamar la atención del mundo para que lo vean, así que invierte mucho dinero en la planta física y en la expansión en los países de habla inglesa, por ejemplo, ahora hay oficinas en Australia. Entonces, cuando se dio lo de los Juegos Olímpicos de 2012 en el diario pensaron que todo el mundo iba a mirar hacia nosotros porque estábamos en Londres. En ese momento yo era la última de la línea y les propuse que trabajáramos en conjunto los de comercial,

6 Vea una explicación detallada del proceso y el resultado del estudio en el video “It was a war, and we had the police scared”.

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editorial y desarrollo para así tener ideas fuertes, porque iba a ser una oportunidad magnífica y si lo hacíamos un año antes tendríamos aún más tiempo y se trabajaría sin presiones. Alrededor de 100 personas se apuntaron para la realización del proyecto, pero dos días antes de empezar la jefa del proceso me dijo: “Mariana, quita eso, no podemos hacerlo; no tenemos Project Manager”. Claro, yo en todo caso pensaba que podíamos tener ideas, que podíamos llevar a cabo un preproceso, pero no, la orden fue acabar con todo y yo no podía hacer nada porque corría el riesgo de que me despidieran. Todo esto se los cuento para decirles que no dejen que el proceso interrumpa sus ideas y si tienen ganas de trabajar háganlo, no interesa que no sea perfecto al inicio, las ideas son, justamente, un inicio para tener algo fuerte. Lo que finalmente hicimos fue una interfase exploratoria, varios miembros del equipo aprendieron a hacer 4D y en conjunto con un fotógrafo que había realizado fotografías 3sixty hicieron un mapa 3D interactivo para que las personas pudieran ver lo que sucedía dentro de las instalaciones en las que se realizarían los Olímpicos7. Ahora bien, a tres o cuatro meses de los Olímpicos aún no había Project Manager y la persona responsable del tema llegó a nuestro equipo y nos dijo: “Hagan lo que quieran, pero hagan algo”. Claro, lo primero que pensé es que si no nos hubieran detenido tiempo atrás en ese momento habríamos contado con muchas ideas para llevar a cabo. Otro de los proyectos que nos gustó mucho fue el interactivo que realizamos para que las personas pudieran ver en tiempo real lo que sucedía con los juegos y con las tablas de medallas. Ahí tuvimos un reto, pues la BBC tenía todos los derechos de las imágenes de video y nosotros no podíamos utilizar nada de ese estilo, entonces tuvimos que pensar en cómo contar las historias de los Olímpicos en real time y sin video. Pues bien, creamos el Second Screen8, un portal en el que el usuario podía elegir fotos, tweets, guardian comentarios, tablas de medallas, entre otras cosas en real time. También, podían ver cosas que pasaron antes navegando en la línea de tiempo e incluso hicimos un juego9, algo a modo de broma ya que teníamos toda la libertad de proponer, así que hicimos un ATS Game con los datos de todos los records de corredores o nadadores olímpicos. Entonces, el usuario jugaba con personas que habían sido campeonas

7 London 2012: A virtual reality tour of the Olympic & Paralympic Games. 8 Olympics Second Screen: archive edition. 9 Could you be a medallist? Find out with our brilliant retro interactive.

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de otros países y en otros años, y después, para entrar en más locura, el usuario podía desbloquear la opción de “animal” y elegir a un león o una pantera. Así que comparábamos las habilidades de los humanos con las de los animales, por ejemplo, la velocidad del hombre con la de un caballo. Cabe señalar que para ello llamamos al Instituto de Biología para saber con exactitud las habilidades de los animales que pusimos en el juego. Quiero finalizar hablándoles de una experiencia personal en mis primeros años en el diario, del primer trabajo que realicé cuando era interna. Antes de llegar a The Guardian yo trabajaba en Universal Music haciendo animación para TV y para musicales, así que cuando me entregaron una base de datos de cosas que se iban a utilizar en dos años, una base de datos sobre los Juegos Olímpicos, intenté aplicar mis conocimientos previos utilizando tipografías y elementos más cercanos a The Guardian, y contar la historia de los datos con estilo gráfico. En ese momento yo trabajaba por las mañanas en WikiLeaks y por las noches me dedicaba al proyecto de los datos, pues era lo que realmente sabía hacer y quería mostrar en el diario que yo sabía hacer más cosas, estaba muy entusiasmada y trabajé con la ilusión de que les gustara mucho10. Pues bien, cuando terminé estaba súper encantada, debo decir que el director artístico me ayudó muchísimo, y les entregué el trabajo para que pudieran publicarlo, aún faltaban dos años para los Olímpicos, y me dijeron: “Mira, nosotros nunca habíamos hecho eso. No sabemos si vamos a poder publicarlo, a las personas no les van a gustar”. ¡No podía creerlo! No había dormido en semanas ¿y no lo iban a publicar? Bueno, me resigné y entre tanto me hice parte del staff y empecé a hacer más cosas con visualización de datos. En ese punto ya no le preguntaba al editor si podía o no publicar algo, simplemente lo hacía y como el video es algo tan fácil de compartir y de mirar, siempre y cuando sea de menos de dos minutos, se empezaron a generar un montón de cosas. Al paso de dos años, en el año de los Juegos Olímpicos de Londres, publicaron mi trabajo, pero se quedó dos años guardadito. Por supuesto, solamente después de que The New York Times empezó a hacer videos The Guardian pensó: “Si ellos hacen, nosotros también podemos hacerlo”. Así que, además publicar mi trabajo, hablaron conmigo para que realizara visualizaciones por mes. Entonces, es un poco difícil luchar con los pre-supuestos y la mentalidad de un periódico muy grande que tiene que ser bueno y no puede fallar.

10 Olympics 2012 in numbers – animation.

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Quiero cerrar mi intervención con la siguiente consigna: trabajen en equipo. Aquí en Latinoamérica me parece que las personas son muy amables y humildes, pero en Londres es común que los editores piensen que lo saben todo, así que si ponen el ego tranquilito las cosas se procesarán mucho mejor. Piensen siempre que toda la gente que trabaja con ustedes tiene muchas ganas y mucha pasión, y que cuando todos se involucran los proyectos son mayores y mucho más fuertes.

La experiencia de una unidad de visualización de datos - El caso de La Nación de Argentina Juan Diego López Recuerdo que a finales del 2009 me llamaron a una reunión en la que me dijeron: “Ché, empecemos a hacer cosas con datos”. Esto me pareció buenísimo pero el problema era qué íbamos a hacer. Así que, como imaginarán, fue un año de muchas reuniones entre periodistas, diseñadores y editores para empezar a pensar en algunos proyectos de datos. Finalmente, en el 2010 empezamos el proyecto de subsidios a colectivos11 en el que trabajó un periodista del papel de la edición económica, tres personas de sistemas y una agencia externa que generó el micrositio. Luego, el equipo de datos de La Nación empezó con mucho miedo y despacito a involucrar más gente, y entre tanto con el equipo de realización multimedia y diseño interactivo nos planteábamos: “Nosotros podemos generar visualizaciones bonitas y atractivas para el lector, pero nos tienen que dar algo más”. De manera que para trabajar partimos del modo en el que esas visualizaciones le ayudarían a los periodistas a entender y a encontrar historias. Para mí la visualización de datos es una manera sencilla de mostrar datos complejos, que le sirve tanto al lector, pues le ayuda a asimilar y a entender los datos, como a los periodistas, pues les ayuda a encontrar datos, a transmitir mayor información en menor tiempo, facilita además el trabajo de análisis y les permite descubrir nuevas historias. A este respecto, les quiero hablar del proyecto de Declaraciones

11 Los Subsidios a Colectivos en Argentina.

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Juradas12, en el que decidimos mostrar las declaraciones juradas del Gabinete Nacional Argentino. Allí, el reto era transformar esos documentos aburridos, complejos e insípidos en un producto didáctico y amigable para el lector, porque de nada nos servía mostrar los papeles de archivo. Lo primero que tuvimos que hacer fue conseguir los datos, es decir, solicitarle a la Oficina de Anticorrupción Argentina las declaraciones juradas de cada uno de los miembros del Gabinete. Una vez las obtuvimos, que por cierto nos costó mucho trabajo, las agrupamos en tres categorías para poder hacer el análisis de información personal, de los cargos y de los bienes de cada integrante. Luego de esto la pregunta fue, ¿cómo visualizamos la información? Entonces, el equipo de diseño interactivo y de visualizaciones planteó que la manera más fácil de hacerlo era agrupar los datos por color, unos colores que se apegaran al diseño del diario y al diseño de la página. Además, se tenía claro que debíamos trabajar fuertemente desde lo iconográfico. Más adelante, el interrogante fue, ¿y cómo navegamos en esta marea de información? Pues bien, el primer desafío que se nos presentó fue qué funcionario elegir, es decir, darle la posibilidad a la gente de que hiciera la elección a través de fotografías, para ello generamos un cabezal fotográfico. La otra opción que concebimos fue creada para aquellas personas que no conocían la cara del funcionario, entonces elaboramos un listado que aparecía a modo de drop down. Después de esto generamos dos niveles de lectura. El primero desde lo iconográfico, que a través de un primer vistazo la gente pudiera saber cuántas propiedades, cuántos bienes (autos, motos, casas) tenía el funcionario y, el segundo nivel, mostraba esa información con mayor complejidad. El trabajo también fue dividido y en él mostrábamos dos declaraciones juradas de cada funcionario; la que hizo cuando ingresó a trabajar en el Gabinete Nacional y la del año actual. Por ejemplo, con la declaración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvimos un desafío muy grande, pues presentaba mucho crecimiento patrimonial a causa del fallecimiento de su marido, Néstor Kirchner. Por ende, muchas propiedades eran herencia y eso también debíamos mostrarlo gráficamente. Lo que además hicimos en el caso de ella fue generar una nota aparte contando cómo fue el crecimiento del patrimonio, pues estaba en parte vinculado a la herencia de los bienes de su marido.

12 Lea el artículo “Los bienes de los funcionarios, en una news application de La Nación”.

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Ahora bien, nosotros también programamos y, a diferencia de The Guardian, solo tenemos un programador. Así que todo el proceso fue, en este sentido, un desafío muy grande. Trabajamos con gente de minería de datos, una profesión desconocida para mí hasta hace un año y medio o dos, programamos con Ruby on Rails para integrar la base de datos y en la parte de diseño trabajamos con HTML5, CSS3 y JavaScript. Estas son la clase de cosas que considero un periodista debería conocer. Claro, no demasiado, pero sí tener una base. Ahora, como les contaba más atrás, en este proyecto trabajamos de la mano un periodista, que se incorporó sobre el final del proyecto, interpretó algunos datos mientras se construía la visualización y generó algunas notas; tres personas de diseño, que diseñaron la interfase; una persona de data mining y una persona de programación. Más adelante se integraron algunos periodistas y colaboradores que ayudaron a hacer el data entry de las declaraciones juradas y los pedidos de información. Tardamos cuatro meses en llevar a cabo el proyecto, porque nuestro equipo trabajaba para datos y para la actualización de noticias. Un ejemplo, cuando tuvimos la suerte de tener al primer papa argentino tuvimos que dejar de lado todo lo que estábamos haciendo y pasar a todo el equipo de diseño y programación a generar piezas relacionadas con Francisco. Claro está que ese suceso no fue paralelo al de las Declaraciones Juradas, pero quiero ejemplificar de algún modo la dinámica que tuvimos al realizar el proyecto.

Juegos Olímpicos de Londres 2012 Ahora quisiera hablarles de otros ejemplos de visualización de datos. A nosotros nos pasó algo parecido a lo que le pasó a The Guardian y es que se nos vinieron encima los Juegos Olímpicos y debíamos hacer algo. Entonces, generamos un micrositio13 con distintos elementos y conectado a redes sociales como Twitter y Facebook. Paralelamente, conseguimos, por las buenas relaciones que tenemos con la gente de The Guardian, una base de datos con los atletas y la cantidad de medallas que habían ganado. En ese momento nuestro desafío en la visualización era que teníamos una base de datos de 29.217 registros que fueron traducidos y que en el momento de chequear nos generaron errores; aparecía que Argentina tenía alrededor de cien medallas de oro, lo que es mentira.

13 Juegos Olímpicos. Londres 2012.

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Pues bien, los datos estaban diciendo que los deportes colectivos generaban medallas individuales, es decir, Argentina tenía 22 medallas de oro por los 22 futbolistas que ganaron años atrás y lo mismo sucedía con el equipo de basketball y el de hockey. Por lo tanto, generábamos muchas medallas por deportes colectivos, cuando en realidad teníamos una medalla. Una vez subsanado eso pudimos arreglar la base de datos, les avisamos a los amigos de The Guardian y quedamos todos contentos. Es pertinente aclarar que esa falla la descubrimos cuando el equipo de deportes vio la visualización, ellos nos alertaron de que algo andaba mal, pues para ellos era imposible que el deporte argentino tuviera esa esta cantidad de medallas. Ahí pudimos entender el problema y pudimos solucionarlo. Más adelante, generamos las visualizaciones pertinentes14. Otro inconveniente que tuvimos fue en la visualización de la cantidad de medallas en hombres y mujeres15. Cuando el equipo deportivo vio el pico que había en hombres en los Juegos Olímpicos de Amberes descubrió que había un error. Empezamos a investigar y lo que pasó en esos Juegos Olímpicos fue que se incorporaron también muchos deportes colectivos; entonces, hubo un pico muy grande en la cantidad de medallas.

Los viajes de Boudou y el Proyecto Censo 2001-2010 Quiero hablarles de algo que está sucediendo en Argentina, en donde tenemos un vicepresidente que, por lo general, es noticia. Lo que nos pasó en este caso fue que encontramos, mediante órdenes de pago de viáticos en el Senado de la Nación, que había solapamiento de viajes del vicepresidente. Allí el desafío era cómo mostrar esos viajes. Nosotros hicimos un relevamiento de más de 30.000 documentos entre decretos y resoluciones, y cuando visualizamos la información encontramos que era claro el solapamiento, pero que esa visualización no era del todo adecuada para la edición impresa, pues teníamos los documentos que habían hecho los del Departamento de Sistemas en tamaño gigante y no sabíamos cómo mostrarlos. Al final se nos ocurrió agrupar los datos por mes.16

14 Estadísticas olímpicas a lo largo de la historia. 15 Cantidad total de medallas en hombres y en mujeres. 16 “Los viajes de Boudou: expedientes incompletos y ‘sin rastro’ en el Senado”

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Finalmente, lo que les quiero mostrar es el Proyecto Censo 20012010. El objetivo era visualizar los datos en crudo y las variaciones porcentuales entre el año 2001 y el año 2010 por departamento en el país. Lo bueno era que teníamos mucho research hecho por varias versiones del censo que hubo en Estados Unidos y muchas críticas, sobre todo de Alberto Cairo, a cómo estaban generadas las visualizaciones. Entonces, tuvimos tiempo para analizar todos esos datos y pensar en la visualización. En el sitio uno puede elegir por tres grandes grupos que son: población, hogares y vivienda. Y dentro de cada ítem el usuario puede ir filtrando mayor cantidad de información. Además, si se pasa el mouse sobre el mapa del departamento se puede ver la variación porcentual entre 2001 y 2010 de cada departamento. Les cuento esto porque es el primer mapeo de censo en Latinoamérica y porque en este proyecto no participó ningún periodista y a mí eso me parece muy curioso. En el equipo trabajaron dos programadores, un líder de proyecto y un diseñador, pero no hubo ningún periodista. Y el desafío que yo creo tienen los periodistas al trabajar con las visualizaciones es encontrar historias. El equipo de datos, el equipo de diseño y el equipo de programación pueden hacer un trabajo excelente y pueden mostrar visualizaciones súper complejas o súper claras, pero para mí el desafío del periodista con las visualizaciones de datos es encontrar la historia colateral que los datos dan, creo que ahí está el gran desafío que por lo menos yo encuentro en el diario cada día.

ZoomOnline, construir y manejar una base de datos Miriam Forero ZoomOnline es una base de datos que está pensada para ser desarrollada por periodistas, que es el equipo que trabaja en ella en Consejo de Redacción, y para los periodistas, que son los asociados de esta misma organización. La primera pregunta a este respecto sería por qué hacer una base de datos y, de hecho, fue lo que nos pregunta-

y “Boudou, sobre sus viajes: ‘Si se compara con la gestión de Cobos, surgen cosas interesantes’”.

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mos al momento de desarrollarla. En ese entonces empezamos a ver por qué realizarla y por qué sería necesaria. Primero, porque gran parte de la información pública en Colombia y en otros países está dispersa, por ejemplo, para el proyecto que realizamos sobre regalías y ola invernal fue necesario acudir a muchas entidades y solicitar, a través de derechos de petición, información pública para poder concatenar las cifras que tenía una entidad con las que tenía otra. Segundo, porque la información pública es lejana, es decir, hay mucha información que está centrada en Bogotá, en las oficinas de las entidades a nivel nacional que se encuentran en la capital. Entonces, si un periodista de otra ciudad quiere saber cuál es la lista de financiadores de la campaña de su alcalde, tiene que recurrir al Consejo Nacional Electoral que está en Bogotá y que tiene la información, principalmente, en formularios diligenciados a mano y en fotocopias en sus archivos. Esto no es verdadero acceso a la información para un periodista que vive en una ciudad lejana a Bogotá. De otro lado, gran parte de la información es ilegible. A este respecto, recuerdo el primer tipo de información con el que arrancamos la base de datos, hablo de las declaraciones de intereses particulares de los congresistas. Este Registro de Intereses Particulares es un documento que deben llenar los senadores o representantes a la Cámara al momento de su posesión, en él declaran cualquier tipo de interés que puedan tener por sus negocios, por su familia, etc. Ahora bien, la ley es muy general en esto, pues no especifica que quienes lo diligencien deberían decir qué intereses puedan tener sus conyugues o aquellos con quienes hayan trabajado, si se han vinculado anteriormente con el sector privado, entre otras cosas, lo que hace que los registros sean de menos de dos renglones y digan, en su mayoría: “no tengo ningún interés”, con letra y números de cédula ilegibles. Así pues el primer trabajo que hicimos para lanzar la base de datos fue tratar de interpretar eso, identificar al menos los nombres y las cédulas para saber quién era el que había llenado el documento y asignárselo al congresista correspondiente. La otra razón para hacer una base de datos, y que responde al otro servicio que prestamos con ZoomOnline, es que muchos periodistas desconocen la gran cantidad de información que pueden obtener en línea. Hay mucha información, incluso en páginas web colombianas, sobre antecedentes de todo tipo. Por ejemplo, información sobre profesiones (abogados, arquitectos, médicos, ingenieros), sobre las afiliaciones al Sistema de Seguridad Social de una persona, sobre las multas que pueda tener, sobre su licencia de tránsito, si tiene propiedades en el extranjero,

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etc. Entonces, hay mucha información que se puede encontrar en línea y que, a veces, por desconocimiento no es aprovechada. En este punto me parece pertinente comentar que, además de tener esta información recolectada en la base de datos, en Consejo de Redacción hacemos capacitaciones para que los periodistas puedan conocer estas herramientas. Con las reflexiones anteriores comenzó ZoomOnline en el 2009, fue lanzada oficialmente en el Encuentro de Periodismo de Investigación de 2010, pero todo el trabajo empezó el año anterior. Actualmente, tenemos más de 2.000.000 de datos que están clasificados por áreas y de esa mezcla de diferentes temas obtenemos cosas muy útiles. Por ejemplo, tenemos la información de financiadores electorales y candidatos, pero, como mencioné anteriormente, este es un tema difícil de manejar y es por eso que debemos ir por partes. En este momento, tenemos dos de campañas presidenciales, más o menos seis de alcaldías y varias más de campañas del Congreso y candidatos, de modo que tenemos largos listados de candidatos a las elecciones territoriales y presidenciales. En cuanto al Congreso tenemos información de las UTL, del equipo de trabajo legislativo de cada congresista y de sus intereses particulares. Tenemos, además, información sobre funcionarios de la rama judicial, los de las altas cortes, es decir, allí están registrados todos aquellos que se han visto involucrados con el que llamamos el Carrusel de las Pensiones en la rama judicial. A su vez, contamos con información de funcionarios, diplomáticos, contralores municipales y departamentales, etc. Del mismo modo, hay información de antecedentes, actualmente, tenemos a todas las personas que han sido extraditadas en el país hasta diciembre del 2012 y también personas que tienen antecedentes fiscales, es decir, que son o han sido sancionadas por la Contraloría. En una sección que es reciente agregamos datos sobre municipios y departamentos, por ejemplo, tenemos giros y proyectos sobre regalías, es decir, todo el dinero que ha recibido cada municipio y cada departamento, además contamos con las cifras de la ola invernal, esto es, sus damnificados, la ayuda que recibieron los proyectos de cada departamento, etc. Finalmente, contamos con algunos listados de profesiones porque son los que más fácilmente tienen procesos de contratación pública. Ahora bien, y luego de conocer todo lo que tenemos, la pregunta es, ¿qué podemos hacer con todo eso? Pues bien, tenemos varias opciones. La primera de ellas es hacer los cruces de información. Esto funciona de la siguiente manera: un periodista asociado a Consejo de Redacción solicita en su investigación un volumen de datos

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relacionados con los temas que está manejando y nos da esa información, lo que hacemos es cruzar la base de datos del asociado con los más de dos millones de registros que tiene ZoomOnline y ahí es donde empiezan a aparecer las coincidencias. Un ejemplo es el de la revista Semana17, en esa investigación trabajaron los asociados Carlos Eduardo Huertas y Catalina Lobo Guerrero, y la información que nos enviaron fue un listado de personas en el país a los que el Estado les había asignado terrenos baldíos. Se supone que estos terrenos deben ser entregados a campesinos de bajos recursos cuyo único medio de subsistencia es la tierra en la que viven hace años y de la que trabajan; sin embargo, al hacer el cruce con ZoomOnline apareció que muchas personas de la lista eran profesionales, tales como: abogados, arquitectos e ingenieros. Ahí se generó la primera duda, pues se suponía que debían ser campesinos que vivían de explotar la tierra. También, se encontraron muchas personas que tenían actividad política, esto es, que habían sido candidatos a varias elecciones presidenciales. Otra utilidad de la base de datos es que parte de la información que contiene tiene un dato geográfico; me dice, por ejemplo, dónde se graduó una persona, dónde fue jurado de votación en las elecciones, dónde fue candidato, etc. Siguiendo con el caso anterior, al cruzar las informaciones no coincidían con el lugar en el que les habían entregado los terrenos baldíos a estas personas, de hecho, estaban lejanos. Ese cruce demostró en gran parte las inconsistencias y las irregularidades que estaba investigando y denunciando Semana en ese momento. Y el proceso en general es un ejemplo de aquello que hablaba Brant Houston al afirmar que una base de datos ayuda a poner contextos y a corroborar una investigación que, además, se fortalece con reportería y con muchísimos más métodos. A ese caso de cruce de gran cantidad de información se le suma una publicación del diario El País de Cali en la que también trabajaron asociados de Consejo de Redacción. En ese caso lo que investigaron fue lo que estaba pasando con el dinero que el Ministerio de Educación le entregaba a Buenaventura, el principal puerto del país, para que los estudiantes que no tenían o no alcanzaban a tener un cupo en el sector público pudieran ser inscritos en un colegio privado18. Lo que

17 “Fraude agrario histórico: ¡Qué tierrero!” 18 “Así fue el robo que amigos del exsenador Martínez hicieron a alumnos en Buenaventura”.

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encontró el periódico fue una gran cantidad de inconsistencias, pues se estaban desviando enormes cantidades de ese dinero que enviaba el Ministerio de Educación. Allí nuestra labor fue realizar el cruce de la información de los representantes legales de esos colegios particulares que estaban obteniendo el dinero con la base de datos y apareció que muchos, siendo representantes legales de colegios privados, estaban inscritos en el Sisben, que es el sistema de salud subsidiada en Colombia. Además de ello, también se encontró que uno de estos sujetos era representante legal y dueño de una fundación, que tenía una actividad política importante y que en Antioquia tenía un historial de irregularidades en contratación pública. Entre otras de las utilidades de la base de datos está la de descubrir coincidencias y relaciones entre una persona y otra, pero de manera individual y no con grandes cantidades de información. A esto se le suma que a través de la base de datos se puede obtener información para construir un perfil de una persona o de una empresa. Del mismo modo, la base de datos les permite a los usuarios seguir el dinero de municipios y departamentos, por ejemplo, en cuanto al tema de regalías y ola invernal la base de datos en el Valle del Cauca arroja datos de suspensión de los giros por regalías en 2008, porque el departamento no reportó información. Además da los proyectos y los giros de regalías que ha recibido dicho departamento. Asimismo, en cuanto a la ola invernal da información sobre los damnificados, las cédulas que salieron no válidas de fallecidos en el registro de damnificados, las cifras de la ayuda humanitaria de los proyectos que se empezaron a desarrollar allá, el dinero que recibió el departamento, etc. Es, sin duda, bastante información de contexto para poder investigar, tanto la ola invernal como las regalías. Finalmente, una herramienta que tiene la base de datos es una especie de repositorio de bases de datos externas, es decir, enlazamos también a otras bases de datos que consideramos son útiles para los periodistas. Actualmente, tenemos un total de 140 bases de datos registradas en esta sección, son enlaces a páginas en Colombia o en otros países del mundo en las que uno puede averiguar si una persona tiene propiedades o empresas en el exterior o antecedentes fiscales disciplinarios aquí en Colombia. Después de todo esto se preguntarán, cómo superar los obstáculos. Pues bien, si parte de la información está escrita a mano y en fotocopias, como las de financiación electoral, lo que se debe hacer es una digitación muy cuidadosa; en nuestro caso contratamos digitación que se revisa, es decir, una persona digita y otra revisa lo digitado para

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evitar errores. Además, tomamos la decisión de no digitar el valor de la donación de cada aportante porque era una información tan delicada que con un cero de más o un cero de menos le cambiábamos totalmente las dimensiones a la información. Lo que hicimos para suplir esto fue ingresar listados de aportantes que, a través de una profundización de los reportes de financiación, le permitían al periodista saber cuánto podía aportar cada persona. Otro inconveniente muy común es que las entidades públicas entregan miles de datos impresos o en PDF, cuando lo que el periodista necesita es un Excel. ¿Qué solución hay ahí? Existen unos programas y hay bastantes software que convierten PDF a Word y PDF a Excel. Hay también un sistema que se ha vuelto muy común, y que incluso muchos escáner tienen, hablo del reconocimiento de caracteres, es decir, reconoce el texto que hay en un impreso y al escanearlo lo convierte en texto. A este respecto, les recomiendo un programa que tuvimos en Consejo de Redacción y que nos ayudó a convertir los PDF a Word o a Excel, se llama Wondershare PDF Converter. Otra de las dificultades que pueden encontrar en el camino son los posibles errores en la información. Ya lo decía Brant Houston al afirmar que todas las bases de datos tienen errores o información basura. Nuestra solución ha sido realizarle una revisión exhaustiva a cada tabla de datos que nos entregan, para evitar publicar errores. Otra solución ha sido citar directamente de la fuente, esto es, que en la base de datos se puede saber de dónde vino cada información, para poder ir a esa entidad o a esa fuente y corroborar cualquier dato que el periodista necesite. Finalmente, es posible que se encuentren con los obstáculos de acceso a la información, que como periodistas debemos conocer a profundidad. Lo que hemos hecho a este respecto es conocer la normatividad del país, es importante que desde nuestra profesión sepamos cuál es la legislación sobre acceso a la información; qué se puede mantener en secreto y qué no, y dar la pelea. Por ejemplo, cuando les solicitamos información a las entidades que manejan los listados de ingenieros, abogados, médicos o contadores su respuesta inmediata fue que la información era privada y que no nos iban a dar las listas de los profesionales registrados; sin embargo, ellos mismos no tenían conciencia de que son una entidad de carácter publico y que, por ende, debían entregar la información. Dimos la pelea y el Tribunal Administrativo de Cundinamarca falló a nuestro favor.

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PREGUNTAS DEL PÚBLICO Daniel Suárez Pérez: ¿Cómo puede un medio monetizar este tema de las visualizaciones? ¿Se puede generar impacto a través de ellas? ¿En qué se ve reflejado? Juan Diego López: Yo creo que es al revés, la monetización en la experiencia de La Nación va por el impacto que produce la visualización y no al revés. De todos modos, para darles el ejemplo y el antiejemplo de lo que acabo de decir retomo el trabajo de Declaraciones Juradas que, lógicamente, no se podía monetizar, pero tuvo más de medio millón de visitas desde que se publicó hasta la fecha, y esto es algo bastante interesante para los anunciantes. Ahora, algunas de las visualizaciones que armamos para los Juegos Olímpicos fueron pedidas por los anunciantes, por lo cual nosotros tuvimos que trabajar en la generación de una pieza en la que quería aparecer el anunciante. Así que creo que por el contenido o por el anunciante se puede monetizar el trabajo. Mariana Santos: En mi caso hay muchos ejemplos que pueden considerarse extraños. Uno de los proyectos con más visitas ha sido un interactivo de regalos de navidad, en este el usuario podía elegir para quién era el regalo, seleccionar el presupuesto que tenía y el tipo de regalo que deseaba obsequiar. Otro caso es el de un artículo sobre la comparación de armas en Siria, este artículo había tenido muchas lecturas, pero cuando publicamos el gráfico de la comparación visual aumentó el número de vistas en menos de una hora. Nosotros creemos que poner la información de manera visual es muy atractivo y cuando se tienen medios y se pueden hacer cosas en redes sociales es mucho más fácil que tenga éxito un video corto que un interactivo que dure un montón de tiempo. Daniel Suárez Pérez: Qué nos pueden decir sobre el conflicto que existe en ocasiones con el editor o con los jefes para poder publicar. ¿La salida es independizarse o seguir adelante con esa lucha? Mariana Santos: Mi jefe siempre ha dicho que los diseñadores y los desarrolladores tenemos que hacer nuestra propia agencia. Pero yo pienso que no, que necesitamos a los periodistas, porque ellos son los expertos en investigación, en recoger su material y en

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tener una historia preparada, mientras que los desarrolladores y diseñadores son expertos en hacer que esa historia se vea bonita y que les guste a las personas. Juan Diego López: Mi opinión es similar a la de Mariana, hay que perseverar y hay que mostrar los trabajos. Quizás al principio sea una publicación chiquita, pero a lo largo del tiempo, me parece, la gente se va convenciendo de que este tipo de narraciones terminan sirviendo. Yo empecé trabajando entre el 2001 y el 2002 con videos de 320 x 2,40, algo muy pequeño, y hoy tenemos videos en HD, no solo en La Nación, sino en muchos otros medios. Me parece que lo que hay que pensar, más allá del crédito propio, es que nosotros trabajamos para los lectores y los que se llevan la ganancia son ellos. Miriam Forero Ariza: En Consejo de Redacción tenemos un área de trabajo llamada Emprendimiento, que es precisamente para los periodistas que tienen estas inquietudes. Retomando un poco lo que decía Mariana, si se van a ir del medio tradicional, háganlo con el ingeniero y el desarrollador. Así, se van a lograr proyectos mucho más interesantes Daniel Suárez Pérez: Hay un proceso interesante en los medios de ustedes y en esa verificación de datos que hacen con sus visualizaciones, no solo se trata de que el diseño quede bonito, eso pasa por varios ojos. ¿Cómo es ese proceso de verificación de los trabajos? Juan Diego López: En La Nación nosotros lo dividimos en varias etapas, como si fuera un doble comando: verificamos quienes hacemos la visualización, verifican los periodistas y verifican quienes hacen la minería de datos. Esto también depende de qué tan largo o no sea el trabajo, pero aún así a veces encontramos errores. En todo caso, me parece que es la parte más importante, porque de lo contrario estarías informando mal y no importa qué tan linda sea tu visualización, si tienes un dato incorrecto lo echas a perder todo. Mariana Santos: En The Guardian tenemos un equipo de migración de datos que está compuesto por un periodista principal y dos asistentes que tienen conocimientos súper fuertes de matemáticas, y cuando un trabajo está listo para ser visualizado es revisado por otros periodistas.

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Miriam Forero Ariza: En mi trabajo para ZoomOnline antes de subir cualquier información a la base de datos hacemos muchos procesos de verificación. Un método que funciona, además de mostrarles los resultados a otras personas con una visión más limpia, es hacerse preguntas y aprender a identificar los errores típicos que tienen las bases de datos. Por ejemplo, una base de datos no debería tener cédulas repetidas, ahí ya puede haber un error y es cuando entramos a verificar. Creo que es necesario ser un poquito creativos, pensar qué tipo de error puede haber y verificar si lo hay o no.

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Las investigaciones que se convierten en libros

En el corazón de la violencia Raphael Gomide

Voy a hablarles un poco sobre mi experiencia en la Policía Militar del estado de Rio de Janeiro, a través de un trabajo que realicé para el diario Folha de S.Paulo1 con técnicas y metodologías de periodismo tradicional. La idea del reportaje partió de datos estadísticos y, especialmente, de que la policía de Río de Janeiro era la que más mataba y moría en Brasil, y quizás en el mundo, debido a que se encontraba en un lugar muy violento, en el que había muchos enfrentamientos con los criminales, entre otras cosas. A esto se sumaba el hecho de que esta fuerza tenía reputación de ser violenta, corrupta y de irrespetar los Derechos Humanos. El trabajo fue hecho en el 20082 y si bien es cierto que el escenario ha cambiado un poco, en el 2007 era completamente diferente; la policía había matado a 1.330 personas, lo que daba como resultado la muerte de tres personas y media por día solo en el estado de Río, que tiene una población aproximada de 15.000 personas. Todas estas muertes se daban en supuestos tiroteos, que dejaban un policía muerto por cada 41 personas asesinadas por la misma policía. Evidentemente, había una gran disparidad y una gran incoherencia en las cifras.

1 “PM por dentro”. 2 En ese mismo año fue estrenada la película Tropa de élite.

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Para que se hagan una idea, la policía de Sao Pablo había matado a 401 personas, que es mucho, pero es tan solo un tercio de lo que había matado la policía de Río. Y, por ejemplo, en Estados Unidos, en el año 2006, fueron asesinadas 375 personas por la policía en todos los Estados Unidos. Ahora bien, lo que sucedía en Río era que los policías ya no detenían a nadie en las favelas, sino que mataban, lo que generaba un ciclo de violencia estimulado por dicha institución, porque cuando los criminales encontraban a un policía en la calle lo mataban, lo que ocasionó en su momento la muerte de 151 uniformados en un año. Entonces, los policías eran, al mismo tiempo, verdugos y víctimas de esta violencia. A manera de contexto puedo contarles que Río tiene alrededor de mil favelas, muchas de ellas en cerros que son lugares muy difíciles de penetrar. Para la época casi todas se encontraban dominadas por los narcos, que son pequeños ejércitos de jóvenes que reaccionan muy violentamente a la presencia policial y que se encuentran fuertemente armados con fusiles de guerra y granadas de asalto. Por su parte, la policía estaba presente con la represión violenta que atentaba también contra la población de la favela, lo que generaba que esta percibiera a la institución como un ente enemigo. Para ese momento las favelas eran lugares de exclusión constitucional en los que no entraba el Estado de manera completa y en donde los narcos tenían el dominio territorial, lo que les permitía explotar servicios y utilizar la barbarie como método, a través de toda clase de torturas y ejecuciones3. Ellos tenían el poder de vida o muerte sobre todo y eran, al mismo tiempo, jueces y asistentes sociales, pues pagaban pequeñas cosas y daban ayudas mínimas para después salir a hacer robos en las calles. Como pueden ver era un contexto bastante complejo, cuyos resultados eran la estigmatización de la población de las favelas, el impacto psicológico en toda la población, especialmente en los niños, por los tiroteos cuando la policía hacía operativos, y un sentimiento de pánico generalizado que acogía a las favelas —que están mezcladas con la ciudad de Río por la geografía— y a toda la sociedad. Eso tuvo impactos enormes a nivel económico y social para Río de Janeiro, que perdió una cantidad considerable de empresas y que fue un desastre financiero en los últimos 25 o 30 años. Para los periodistas también fue un gran problema, pues teníamos restricciones de movilidad —no entrábamos en las favelas porque era muy peligroso—, quedando dependientes de la

3 En el llamado “horno microondas” los narcos quemaban a sus enemigos.

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información oficial, con pocas fuentes locales de las favelas y con historias que se reducían a la violencia, lo que generaba una naturalización de esta en los reporteros. Es decir, sucedía algo similar a lo ocurrido en Bagdad con el terrorismo, pues si estallaba una bomba y mataba a treinta personas ya no era noticia, entonces si en Río mataban a dos o a tres personas no era noticia. Al mismo tiempo había una incorporación del discurso de la ideología policial que afectaba también a muchos diarios. Hubo, además, casos muy graves de violencia contra los periodistas en las favelas, uno de ellos fue el de Tim Lopes4, quien fue ejecutado cuando estaba realizando un reportaje investigativo en una favela. A partir de ahí los reporteros nos dimos cuenta de que ya no estábamos en el mismo escenario del pasado, cuando podíamos entrar y salir de esos lugares, así que empezamos a poner en marcha algunas reglas de seguridad, como el uso de chalecos a prueba de balas, carros blindados, entrenamientos de seguridad, etc. Sin embargo, en el 2008 ocurrieron otros hechos graves, aquella vez fue contra unos periodistas del diario O Dia de Rio de Janeiro, quienes fueron torturados en una favela que era dominada por grupos parapoliciales.5 En ese contexto las políticas de Estado eran poco claras y la violencia era casi estimulada por el Gobierno que admitía una política de enfrentamiento, lo que sonaba muchas veces para un policial mal preparado como una autorización para matar. Entonces, la policía era violenta, ineficiente y mal preparada, y sus acciones violentas tenían, muchas veces, el aplauso de la sociedad por todo ese contexto que también la estaba afectando. Al querer conocer esto más a fondo —qué era lo que motivaba la violencia— se me ocurrió que si entraba a la Academia de Policía y conocía la preparación de estos oficiales, tal vez, podría comprender lo que sucedía en Río de Janeiro y el papel de la formación policial en el resultado de la violencia. Entonces, inicié un concurso público para entrar a la institución. El proceso me tomó siete meses, aproximadamente, en los que realicé exámenes médicos, psicológicos y exámenes de pesquisas sociales, en los que revisaron todo mi pasado y fueron a mi casa, entre otras cosas. Solo así podría estar entre los policías sin que supieran que yo era periodista y comprender de primera mano cuál era la realidad de ellos y de su entrenamiento, por qué era la policía que más

4 Periodista y productor de TV Globo, la cadena de televisión más grande de Brasil. 5 “Secuestrados y torturados dos periodistas de un diario brasileño”.

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mataba y moría, por qué era corrupta, quiénes eran, qué pensaban los postulantes, por qué querían ser parte de una entidad en la que iban a ganar alrededor de 450 dólares, que para la época era muy poco, por poner en riesgo sus vidas y cuál era el papel del curso de formación. Mis objetivos eran mostrar la policía por dentro y hacer una observación directa y sin filtros. Claro, hubiera podido hacer un reportaje convencional, pero yo creo que nunca hubiera tenido acceso a la información directa de otro modo, porque si iba a entrevistar a un policía me iba a decir lo que quisiera, lo que fuese conveniente para él y nunca hubiese sido una información real. Por el contrario, entre ellos yo podría conocer mejor la ideología, la formación, escuchar sus historias, sus vivencias y, además, tendría acceso a la experiencia del recluta. Por eso en este caso la infiltración era el único medio y el único método que yo pensé era viable. Ahora bien, en general yo pienso que esa debe ser la última opción, no soy un defensor de la infiltración en cualquier proceso de investigación, pero en algunos casos es necesaria. Por supuesto, soy consciente de que tiene muchos riesgos, es una inversión personal muy grande y conlleva un desgaste psicológico enorme; yo estuve interno por un mes y antes de eso pasé por un proceso de siete meses sin poder revelar quién era. Tenía una preocupación constante, pues era, al mismo tiempo, policía y reportero, y tenía que hacer todo lo que los reclutas hacían y, a su vez, enfrentarme a los aspectos éticos de la profesión, pues escuchaba todas las conversaciones, hablaba con las personas y les hacía preguntas sin que estas supieran que yo era periodista, entonces iba a denunciar a gente que desconocía mi verdadera identidad y eso es un dilema. Ante esto me propuse algunas soluciones que no sé si fueron ideales, pero fueron satisfactorias. No utilicé grabadoras tanto para preservarme como para no causarles problemas a quienes estaban en las conversaciones. Ahora, yo no sabía cómo actuar encubierto, no soy un agente de la policía, sino un periodista. Entonces, tenía que saber cómo comportarme, no hacer demasiadas preguntas y no hablar demasiado para no atraer la atención, aunque tomaba nota de todo y si alguien decía algo yo tomaba nota de inmediato. Siempre me preguntaban: “¿qué estás haciendo, quieres ser el primero de la clase?”, “no entiendo por qué tomas nota de todo”. La gente no entendía, pero lo hacía porque quería tener todo lo que escuchaba muy fresco. Cuando había actividades fuera de la sala de clase volvía y escribía todo, lo que se convertía en una doble jornada y en un desgaste enorme, porque yo era periodista y policía, porque no podía dejar de hacer las cosas del entrenamiento y no podía

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abandonar la investigación. Tuve muchas pesadillas con las canciones policiales que tenía que memorizar y con las marchas, y a veces pensaba si valía la pena o no exponerme y exponer mi familia. En los discursos vi un grado de tolerancia muy alto y hasta de estímulo a la violencia. Dentro de la academia decían, por ejemplo: “si te tiroteas con alguien de las favelas y el tipo se rinde, ¿lo vas a detener?” y respondían “no, yo lo mato” y el otro, a su vez, le decía “yo también lo mato”. Esto no dicho solo por los alumnos, sino también por los instructores. Un instructor decía: “se aprende en la calle, eso se aprende en la calle. Si disparaste por la espalda, tomas el arma, la colocas en la mano del tipo, presionas el gatillo e invocas legítima defensa, pero eso en la calle, aquí no aprendes eso”. Entonces, los discursos eran muy contradictorios y era probable que el recluta que estaba allí entendiera que podía hacer eso, que estaba liberado, porque se manejaba un discurso semioficial o paraoficial. Recuerdo también a un recluta que había sido baleado por criminales y en cuyo enfrentamiento habían ejecutado a un amigo suyo por la espalda, él decía: “yo guardo el odio y los voy a matar si tengo la oportunidad”. Todo esto estaba siempre muy presente, todo este discurso de tolerancia y fomento de la violencia policial era muy frecuente y esa diferencia entre el discurso oficial y el discurso informal —la academia y la calle— dejaba a los policías confusos entre lo que podían y lo que no podían hacer. Al mismo tiempo, lo que fue muy importante para mí como periodista fue ver el otro lado, me di cuenta de que los policías vivían con constante miedo y, evidentemente, ese miedo iba a estimular la agresividad cuando estuvieran en la calle en operativos de verdad. Los instructores decían cosas como: “no salgan, no tomen colectivo y si lo toman tienen que rezar para que no pase nada”, “pongan el uniforme al revés dentro de la mochila y recen para que no les pase nada”. Otro superior, al encontrarnos del otro lado de la academia, nos dijo: “no salgan así —con jeans, camisetas blancas y la cabeza rapada— porque se van a dar cuenta de que son policías. Hagan otra cosa, por favor, pueden ponerse en riesgo.” De manera que había un miedo y un estrés constante, casi que paranoia de los policías y de ahí se puede comprender mejor el estado de ánimo de ellos. Conjuntamente, había una relación muy tensa y de resentimiento con la sociedad, pues los policías no se consideraban reconocidos por sus esfuerzos y los riesgos que tomaban. Por ejemplo, un día estaban varios compañeros afuera de la academia, pasó un auto y una chica gritó: “son unas lacras, ¡hijos de puta!”. De manera que había rabia

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de lado a lado, un resentimiento que se puede ver reflejado en hechos del día a día y que te hacen pensar que la sociedad tiene la policía que se merece. Digamos que un policía detiene a un sujeto y la primera cosa que este hace es ofrecerle una coima, pero después se va pensando que el oficial es un corrupto. Esto deja al descubierto un resentimiento mutuo y explica, de alguna manera, el resentimiento de los policías hacia la sociedad. Recuerdo una frase muy interesante que le dijo un sargento a un soldado: “nadie te quiere, salvo tu perro”. Nadie te quiere, entonces, la sociedad es casi como una enemiga. También, identifiqué claras deficiencias estructurales en la institución; no había computadoras y si había no tenían Internet, tampoco había papel higiénico, cada recluta debía tener su papel higiénico y comprar el material de limpieza. Era una estructura completamente equivocada en la que encontrabas baños con mal olor y proyectos que nunca se llevaban a cabo. Cabe señalar que, en medio de todo, difundían un discurso fuerte en contra la corrupción, lo que me sorprendió positivamente. Quiero dejar claro que lo que intenté fue hacer un retrato de la institución, más que de los reclutas o de los instructores. Lo que hice fue enfocarme en el elemento humano a través de las frases que decían y, justamente, la construcción del texto fue hecha por las palabras de ellos mismos. Eso sí sin juzgamientos, ellos hablaban por ellos y cada lector lo interpretaba a su manera. Para eso tomé algunos cuidados, tanto por mi seguridad como por la seguridad de mis compañeros en la policía. Lo que hice fue ocultar nombres y rostros, no revelar quién era quién, porque para mí lo más importante era hacer un retrato de la corporación y no denunciar a una persona en específico. Además, tampoco sabía cómo iba a reaccionar la policía y cómo iban a reaccionar mis colegas. Un día antes de la publicación del reportaje los llamé por teléfono y les dije la verdad; que yo en realidad era periodista y que estaba allí para relatar los problemas que vivían, las dificultades y todo el proceso de la academia. Les dije, a su vez, que era un reportaje hecho no con la visión de un policía, sino con la de un periodista, que en él encontrarían críticas, pero que también iban a estar representados e iban a reconocer frases y hechos que habían vivido. Pues bien, la persona con la que hablé estaba con un grupo de compañeros y, como imaginarán, la reacción fue: “¡Qué loco! ¡Gomide es periodista y va a publicar un reportaje mañana!”. “¿Hablaste de los sueldos, hablaste de esto, de aquello?”. Intenté tener mucho equilibrio y precisión para que no pudieran decir que algo de lo que había escrito era mentira. Yo no tenía nada grabado, todo estaba en notas, entonces tenía una preocupación

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extra con la precisión. Fue un trabajo periodístico normal en el que el lector podía sacar sus conclusiones y lo que pasó después fue muy interesante para mí, pues algunos policías me dijeron que por primera vez se habían visto representados. Claro, no había solamente crítica, había una humanización del poder policial, esto es, que los policías son humanos y que tienen miedo. Otra cosa que me sorprendió fue que ellos no se vieran criticados por la violencia, porque para ellos ese discurso ha sido naturalizado, quizás la corporación sí se incomodó por un tiempo, pero los reclutas no, porque es algo natural para ellos. Ahora bien, decidí escribir un libro porque para mí fue una experiencia vital muy importante desde el punto de vista personal y también profesional. Por supuesto, después fui a la Franja de Gaza y a Egipto, pero si algo me ha marcado como periodista hasta el día de hoy ha sido este reportaje, en el que hubo una comprensión desde el punto de vista del policía para relativizar todo sin omitir nada, pues es un trabajo muy crítico a la violencia policial, que también mostró el otro lado de la historia. Fue publicado en Folha de S.Paulo, en un especial de siete páginas, pero salió solo un día, mientras que con el libro tenía la posibilidad de eternizar de alguna manera un documento histórico y periodístico de un momento crítico de Río de Janeiro y de la policía. Asimismo, provocaba un debate sobre la policía, sus métodos y sus entrenamientos, y también estimulaba a los periodistas y estudiantes a hacer reportajes investigativos. Fue un trabajo inédito, que nunca se había hecho en Brasil y por ello, quizás, recibí alrededor de tres invitaciones para hacer el libro. Desde entonces ha habido un cambio significativo en Río de Janeiro con las unidades de policías de pacificación. La policía, por primera vez en 25 o 30 años, ha entrado a las favelas, ha asumido el control real de los territorios y los narcos han salido, han sido detenidos y se han incautado centenares de armas. Ahora hay un departamento de policía especializado en este tipo de aseguramiento que estuvo inspirado en el caso de la policía comunitaria de Medellín. Ha habido un cambio real en la política de seguridad y ha tenido resultados realmente sorprendentes y efectivos, pues se pasó de 1.330 civiles muertos por la policía en 2007 a 415 en la actualidad, esto es, casi un tercio de lo que era cinco años atrás. El número de policías muertos también ha disminuido porque hay menos enfrentamientos y los índices de criminalidad en general se han reducido notoriamente. Sin embargo, no ha habido cambios significativos en la formación policial, los mismos

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problemas continúan, dicho esto por uno de mis excompañeros que ahora está en la escuela de oficiales.

La otra guerra secreta Jacinto Rodríguez Munguía Del mismo modo en que Mariana Santos decía que no podríamos saber si en algún momento la tecnología iba a poder captar las ironías, los actos humanos, yo tampoco sé si algún día llegue la tecnología a transmitirnos estas sensaciones que nos da el papel, este olor que nos dan los libros, la tinta, y que creo todavía tenemos la oportunidad de percibir. Les voy a hablar de una investigación que tiene como origen factores que, aún cuando dentro de la rigurosidad de la metodología científica no se valoren, para mí tienen un sentido que va desde las casualidades y las necesidades hasta la conexión con un presidente medio loquito que tuvimos en México6 y mi pasión por la historia. Las casualidades de querer abrir los archivos del pasado, de querer abrir los archivos de la policía política y de la inteligencia de los años 60 y 70 en México. La necesidad de trabajar —yo estaba desempleado cuando inicié la investigación—, lo que me llevó a buscar recursos para mi familia, y mi pasión por la historia, que me llevó a acercarme a esos archivos de los que se hablaba, esos que se iban a abrir, que se iban a exponer y ¡oh sorpresa! la que me llevé. Mi acercamiento con esos archivos me llevaría a encontrarme con miles de cajas de papeles y con el descubrimiento de cómo se conectan el pasado, el presente y el futuro. Para fines periodísticos no hay manera de hacerse a un lado. Claro, yo admiro y reconozco que soy un seguidor de la tecnología y sé que ese es el futuro y que ahí está el trabajo periodístico que vamos a seguir haciendo muchos, pero quizás se nos olvida el pasado, se nos olvidan los papales, se nos olvidan los archivos. Para mí fue una cosa maravillosa encontrarme con miles de cajas que contaban, por lo menos, dos décadas de historia de México, dos décadas de lo más conflictivas. Los años 60 y 70 con movimientos

6 Rodríguez Munguía hace referencia al expresidente mexicano Vicente Fox.

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sociales en toda América Latina, pero en el caso de México con la llamada guerra Sucia, que pocos en América del Sur dan como tal. Me refiero al hecho de que México era el país al que llegaban todos los exiliados, era el paraíso para los chilenos, para los uruguayos, para los argentinos, para los brasileños, etc., cuando allí mismo y por esos mismos años estaban, de igual modo, desapareciendo a subversivos, a guerrilleros, a personas. Para el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez los de afuera eran héroes y los locales eran sus enemigos. Con lo que me voy a encontrar son cientos de documentos no clasificados en donde estaba todo; estaban las relaciones de la Iglesia con el poder, las relaciones de empresarios, de artistas, de intelectuales y de periodistas. Sin saberlo, sin imaginarlo fueron apareciendo y se fue documentando una parte de la historia de México en cuanto a la relación de la prensa y del poder más allá de las historias, más allá de las anécdotas que muchísimos periodistas en México han contado. Lo que encuentro son documentos, pruebas de cómo se acordaban coberturas, cómo se acordaban concesiones, qué tipo de comunicación se daba entre el Ministerio del Interior, los directivos de los medios de comunicación y los periodistas, y cómo se llegaban a acuerdos sobre el tipo de información que debía publicarse o no. Son dos décadas y son los dos presidentes de la época, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, quienes van a cumular esa información. ¿Cómo sobrevivieron? Es el mismo caso de la mayoría de los archivos en América Latina, y creo que es la lógica de todos los archivos en el mundo; algo ocurre que no se desaparecen del todo. La mayoría de esos documentos tenían un sello de “destrúyase” o “desaparezca este documento”. La anécdota que tengo es que un personaje, en aquél entonces secretario de gobernación, molesto porque no fue el sucesor de Luis Echeverría Álvarez decidió que sobrevivieran los documentos, ordenó que no se destruyeran. Lo que narro en este libro es cómo se fue tejiendo, por lo menos durante dos décadas, una relación que va más allá de la sola relación entre dos poderes —el poder político y el de los medios de comunicación—, sino cómo, también, este tipo de relación terminaría bloqueando toda una forma de ver la historia de México. Si en México se conoce poco, para afuera de México se conoce nada lo que fue la guerra Sucia Mexicana y en eso los medios tuvieron una gran responsabilidad. Hay una actitud, por lo menos en México, no sé qué tanto en América Latina, de resguardarnos con la desmemoria. En el caso mexicano, a partir de que comienza una transición en el año 2000, todos los poderes pasan por filtros de cuestionamiento: el ejér-

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cito, los empresarios, la Iglesia, hasta la Virgen de Guadalupe. Todo el mundo deja de ser intocable; la Virgen de Guadalupe no se tocaba, no se hablaba de ella, no se cuestionaba lo que pasaba en la Iglesia, pero todos dejan de ser intocables, salvo los medios de comunicación. Los medios de comunicación en México van a pasar de lado. Muchas de las historias que me encuentro son los subsidios, los recursos que les daban a los periodistas y a las revistas de manera directa, cartas personales a periodistas famosos de aquella época, como Jacobo Zabludovsky, quien todavía es un gran personaje, toda una clase de colaboracionismo, de agradecimiento y de relación directa con el poder. La mayoría de estos documentos son originales, no pasaron por los filtros de los aparatos de inteligencia, no hay un trabajo previo de ordenación o de organización de su información, lo cual fue una gran suerte, que, además, implicó dedicarle un poco más de tiempo de lo común a la investigación. Dada la tarea, tuve que dedicarme solo a ella. El libro me llevó entre cuatro y cinco años, y estar de manera permanente en el Archivo General de la Nación, es decir, llegar a las 8:00 a. m. y salir al final del día, como si fuera un trabajador formal. Debía revisar 3.052 cajas llenas de documentos en desorden, pero cuando te aparece una cosa como esta, cuando te aparecen cartas, cuando comienzas a mirar a los personajes de la prensa —que por mucho tiempo fueron mis referencias para hacer periodismo, que eran como mis dioses, que eran como mis mitos— sabes que tienes un gran tesoro. Yo sabía que en ese archivo estaban las otras historias, las otras partes de la historia de un México que no nos atrevemos a mirar, particularmente, los medios. Podemos hablar de todos, pero hablar de los medios es algo que nos cuesta mucho trabajo, no aceptamos mirarnos al espejo de lo que hicimos o no hicimos. Encontrarme con ello fue para mí una verdadera locura y una gran pasión. Estuve trabajando durante cinco años en los que fui acumulando mucha información, porque en esas cajas, como les decía, no solo estaba la relación de los medios y el poder, sino que estaba también, por ejemplo, las relaciones de los intelectuales. En algún momento tuve que valorar eso, hablé con mucha gente que me acompañó en todo este proceso, entre ellas Kate Doyle de la National Security Archive con quien he trabajado mucho y quien, con una visión amplia, me dijo: “primero publica los medios. Intelectuales es un mundo mucho más difícil y mucho más complicado. Si no, no te lo van a perdonar, tienes que abrir primero con medios”. Actualmente, me encuentro en la preparación de publicar lo que fue la relación de los intelectuales con el

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poder, de esos intelectuales, escritores y pintores que me derrumbaron, tal como me pasó con los medios y, quizás, peor. Esa investigación terminó en un libro que tuvo una ruta muy difícil. Lo publicó Random House Mondadori, pero se tocaron las puertas de todas las editoriales sin tener éxito. Por casualidad mandé un adelanto7 del libro a una editorial en España y resultó que era un sello del cual formaba parte también Random House Mondadori. Regresan el adelanto a México y me llaman y me dicen: “oye, nos interesa tu libro, está buenísimo” y les digo “pero ustedes tienen la copia, ya tiene un borrador y ¡lo tienen hace dos meses!”. Sin lugar a dudas, han sido una suerte de casualidades las que han llevado a la publicación de este libro. Lleva entre tres y cuatro años en el mercado, ya está en su edición de bolsillo y le ha ido bastante bien, se han vendido alrededor de 20.000 ejemplares. Cabe señalar que no se vive de los libros, se los puedo asegurar. Este tipo de investigaciones tiene un público, un espacio; por ejemplo, en la academia le ha ido muy bien e, igualmente, fuera de México. Yo creo que entre las aportaciones particulares del documento está la que tiene que ver con una estrategia de cómo controlar a los medios, cómo construir una tiranía invisible a partir de la relación del poder con los medios. En el documento se detalla cuál es la función de cada uno de los medios —la radio, la televisión, los impresos, los semanarios—, cómo impactan y cómo controlan. En una de las definiciones dice: “tomemos lo mejor de las dictaduras, pero apliquémoslo a una democracia como la mexicana, hagamos pues una tiranía invisible”. Hoy, más o menos, tengo entendido quién es el personaje que construyó esto, que es uno de los intelectuales más importantes que tuvimos en esa época. De las cosas que también se aprenden durante el proceso es que los documentos son algo más que papel y letras. Esos materiales, esos documentos que se encuentran en los archivos o que se registran en las entidades públicas son historia. Yo tuve la oportunidad de aprender a dialogar con los documentos y a ver que todo en ellos era historia: el tipo de letra, el tipo de papel, las marcas, quienes lo firman y cómo lo firman. Fue un reto cómo contar esto, no hay mucho trabajo hecho a partir de archivos y eso implica, de pronto, crear un poco tu metodología y tus estructuras. Cuando empezó la parte de escritura busqué quién

7 El adelanto abordaba cómo Grijalbo, de aquellos años, se prestó para censurar el libro de Philip Agee, el exagente de la CIA que reveló muchos secretos de ese entonces.

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había escrito en América Latina investigaciones a partir de archivos históricos: casi nadie. En ese caso, es necesario, a partir de lo que tienes, crear modelos de explicación de la información. Para mí ha sido una locura maravillosa todo este trabajo, pues conecta con el presente; hay muchas cosas que no se pueden explicar en México hoy, con relación a la violencia contra los medios, contra los periodistas, si no se explican desde nuestro pasado. No es casual que en la actualidad los medios y los periodistas en México sean odiados por todo el mundo, pues la versión que tiene la sociedad de la prensa es que es una vendida y, por lo tanto, ¿por qué vamos a defender una prensa que no está con nosotros? Justamente, es eso lo que documenta el libro, es que eso sí ocurrió, es que la prensa se vendió. Muchos de los periodistas que ahí aparecen son gente que en su momento se incomodó por el libro, pero la versión que tengo de la mayoría de ellos es: “pero así fue”. Aquí la tecnología fue clave, muchas de las historias se reconstruyeron a partir de todo lo que ya está en las redes. Claro, tuvimos que hacer otra clase de cosas, como entrar a Cuba de turistas para realizar una entrevista que, a última hora, se le ocurrió a Philip Agee darnos. Luego de tres años de búsqueda, un día me envía un correo y me dice: “sí, acepto la entrevista, pero te espero el domingo”. Ese mensaje lo recibí un jueves, yo no tenía visa para entrar a Cuba y si me presentaba como periodista no me iban a dejar pasar, así que fue toda una aventura que narro en el libro. Para cerrar, hace unos días WikiLeaks desató su segunda temporada de cables, en una de sus partes habla de cables de 1973 a 1976 que traen algunos datos sobre la relación de los periodistas con la embajada de Estados Unidos en México. Para mi suerte y para la del libro me dio mucho gusto ver lo que venía, para la desgracia del periodismo, particularmente en México, confirma que seguimos mirando hacia fuera o buscando hacia afuera respuestas. Fue un gran atractivo lo que publicó WikiLeaks para los medios en México, cuando lo que tenemos en nuestros archivos supera por mucho lo que lleva publicado WikiLeaks. Creo que ese es un reto no solo de México, creo que en todos los países tenemos archivos, todos tenemos un pasado como personas, pero también como país y la memoria es muy incómoda, y a veces preferimos seguirla escondiendo, y a los medios nos encanta esconderla. Podemos ver a todos y cuestionar a todos, pero a nosotros mismos simplemente no. Hay una cantidad de investigaciones pequeñas que se han ido publicando a partir de los archivos, yo ya vivo para siempre en ellos. En los archivos mexicanos hay de todo y estoy seguro de que en los

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archivos de Colombia también hay de todo. Los invito a que sigan usando las redes, a que sigan consultando WikiLeaks y a que se metan a vivir el periodismo que están haciendo The Guardian y La Nación, pero también los invito a que no pierdan la oportunidad de ir a los archivos, esa es otra manera maravillosa de hacer periodismo.8

PREGUNTAS DEL PÚBLICO Mario de Jesús Ibarra: Jacinto, ¿qué complicaciones le trajo esta investigación, qué problemas le causó con los periodistas? Nosotros nos molestamos mucho cuando nos cuestionan, así que me gustaría saber si los periodistas se molestaron con usted, si lo recriminaron. Jacinto Rodríguez Munguía: Sí, fue un poco difícil, sobre todo, cuando se publicó el libro. La mayoría de los medios lo evadió, particularmente, la revista Proceso. A ellos les dieron un adelanto para que lo publicaran y como uno de los personajes que se ven ahí es Julio Scherer García decidieron no publicar el material. La investigación se ha abierto paso sola. Hubo gran respuesta desde el exterior, lo que hizo que se abriera buen paso hacia el interior. El libro se ha ganado su lugar, la investigación se ha ganado su lugar y no ha habido un solo cuestionamiento, una sola cosa en la que se diga que se miente. Crucé mucha información, me llevó tres o cuatro años la investigación y, por lo menos, un año y medio de escritura, y creo que hoy es reconocida como una investigación que no trató de molestar a nadie ni de molestar por molestar, ahí estaban los materiales y yo no los guardé, esas son las pruebas de algo que yo no hice, de algo que hicieron ellos. Por supuesto, perdí a algunos colegas, amigos con los cuales no volví a tener relación. Participante: Jacinto, ¿cómo hizo para que los comentarios en contra, las críticas que tuvo la investigación, no fueran encaminadas a decir que el trabajo se hizo por enemigos de esa prensa o de esa parte política? De otro lado, quisiera saber de qué vivió usted durante los años que trabajó en la investigación.

8 Visite: La tiranía invisible.

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Jacinto Rodríguez Munguía: Yo creo que al final los editores y directivos de medios, lo he sabido por amigos comunes o de manera directa, han reconocido muy bien el trabajo. Claro, los directivos de medios no lo van a decir públicamente, pero se ha vuelto un libro de consulta y hasta les sirve para estarse golpeando entre ellos. Yo creo que hay que dedicarle tiempo a las investigaciones, a veces, la vida entera y eso fue lo que ocurrió. Hoy puedo decirles que cuando vi aquellas cajas vi un tesoro, no solo de información, sino un tesoro para vivir y, de hecho, eso se volvió mi vida. Los últimos ocho años de mi vida han sido los archivos, claro, he hecho otras cosas —estoy en la universidad, dicto clases, estoy en radio y estoy preocupadísimo por el asunto de la violencia contra los medios—, pero los archivos me siguen llamando. Cuando comenzaron a aparecer la piezas la mayoría de los medios comenzó a comprarme información y pude haberme quedado en eso, en publicar piezas, pero me aguanté y esperé el momento adecuado para publicar, y creo que valió la pena. Ginna Morelo: Raphael, ¿cómo solucionaste los dilemas que implicó el hecho de hacer un trabajo periodístico de infiltrado? Raphael Gomide: Creo que uno de los deberes del periodista es revelar la verdad de los hechos que son importantes para la sociedad, y ese tema de la formación policial era importante para la sociedad y valía la pena hacerlo, creo que el beneficio era más grande que el dilema. Yo no tengo problema con haber estado infiltrado, creo fue legítimo y creo que protegí a las personas, así que estoy tranquilo con eso, pues no revelé las caras de las personas ni sus nombres. Ginna Morelo: Raphael, ¿cómo lograste que los posibles sentimientos o afectos que se generaron con los policías no afectaran el proceso de redacción del libro o que en determinado momento no te afectaran a ti? Raphael Gomide: Yo tenía un objetivo muy claro, yo sabía que ellos no eran mis amigos, eran fuentes. Claro, eran también mis colegas y teníamos una relación muy buena, pero eso no me impidió escribir. Como mencioné anteriormente, a los colegas les gustó el reportaje y seguimos en contacto hasta hoy, de hecho, muchas informaciones nuevas han venido de colegas que estaban conmigo y que han comprendido completamente mi función. Pienso que ellos comprendieron el reportaje como algo que fue hecho de

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manera ética, sin mentiras, que retrató la realidad y por eso fue importante tener visión con precisión, pues nadie me refutó, nadie dijo que había algún dato equivocado. Ginna Morelo: ¿Qué tipo de repercusiones tuvieron luego de la publicación de los reportajes en materia de seguridad? Raphael Gomide: Al día siguiente de la publicación tres grupos de policías fueron a la casa de mi madre para intimidarme, yo no estaba, me encontraba trabajando, pero ellos se quedaron allí por un buen tiempo. Después, un grupo de la inteligencia del centro de entrenamiento empezó a hablar con todos los vecinos y a preguntarles cosas sobre mí, decían que yo estaba en un proceso de selección. Preguntaban si yo usaba drogas, si tenía problemas con otras personas, supongo que para poder intimidarme. Al final, tuve que hablar con el vicegobernador y la persecución cesó. Jacinto Rodríguez Munguía: Uno de los resultados de este trabajo es que algunos medios no me van a volver a publicar. Ahora bien, la historia de Cuba para mí es de lo más fuerte que viví en términos de riesgo, pues entré como turista y no como periodista, y si hay en el mundo un aparto de inteligencia fuerte es el G2 cubano, con él no se juega y lo viví de manera directa. De otro lado, en algún momento la fiscalía especial que se nombró para manejar el tema de la guerra Sucia Mexicana pretendía hacer un informe maquillado de lo que había sido esta. Un contacto interno supo de eso y me pasó el informe no oficial y el informe oficial dos semanas antes de que este se publicara. Eso generó un poquito de ruido, porque muchos de los entonces directores de los aparatos de inteligencia aún estaban vivos, así que hubo algunas cosillas que no pasaron de llamadas y seguimientos. Cuando ocurrió eso yo decidí dejar un rato los archivos, para mí no hay nada más importante que la vida, así que cuando empezaron este tipo de cosas dejé el tema por un rato y se calmaron las cosas. Ginna Morelo: Jacinto, esos miles de documentos son como un universo en el que fácilmente pudo haberse perdido. ¿Cómo fue el proceso de organización de todos esos archivos y qué hilo conductor encontró para ponerle un orden a tanta información? Jacinto Rodríguez Munguía: La verdad es que me perdí. Fue difícil, eran miles de documentos, pero la clave del libro, lo que le dio estructura, fue el documento del que les hablé anteriormente y que 54


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se escribió en 1964. Es un trabajo de un hombre muy avanzado que era filosofo, por lo que tengo identificado, creo que el único mexicano que fue alumno de Heidegger. Ahora bien, los archivos te demandan toda la paciencia del mundo y ahí vas aprendiendo de ellos, se te van dando las pautas y bueno por eso se necesitó mucho tiempo para rehacer y reescribir. No sé si esa fue al final la mejor estructura, pero ya no podía más, eso fue lo que quedó y creo que no quedó tan mal. Ginna Morelo: Raphael, ¿cómo fue el manejo de la libreta de apuntes? ¿Cómo pudiste tomar tantas notas y no llamar la atención de los compañeros de la escuela? Finalmente, ¿cómo lograste, posteriormente, armar esa información? Raphael Gomide: Al principio, en el proceso de selección, tomaba notas en papelitos chicos, así escribía pocas cosas. Después, cuando ya estaba en la academia tomaba notas en mi cuaderno de estudiante y cuando las clases eran fuera de las aulas escribía todo lo que recordaba tan pronto regresaba. Al principio llamé un poco la atención, pero después todo se normalizó. En cuanto a la información, me tomó bastante tiempo organizarla, pero lo logré y en el diario la investigación se publicó por tópicos, lo que facilitó la lectura del trabajo.

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Mesa Regional - Trabajos destacados de asociados de CdR

“Se hicieron ‘agua’ los dineros de la ola invernal” Hugo Mario Cárdenas Este es un trabajo que hice con Consejo de Redacción y el Pnud, que a su vez contó con el respaldo de otros organismos en el marco del proyecto Tras la Pista de los Dineros Públicos “Se hicieron ‘agua’ los dineros de la ola invernal” es el resultado de las semanas de capacitación y del respaldo que le hicimos a cada uno de los temas. Infortunadamente, el Valle del Cauca es una de las regiones en las que el problema de la corrupción sigue afectando. A esto se suma que los organismos de control no han logrado poner una especie de límite para que algunos dirigentes del departamento dejen de hacer lo que están haciendo; muchos de los responsables de los hechos de corrupción y del despilfarro de recursos públicos en el Valle del Cauca siguen haciendo política o siguen sin problemas en la calle. En el trabajo final, publicado en el diario El País de Cali, hay un planteamiento general de qué es lo que está ocurriendo en los departamentos con los dineros de la ola invernal. Por supuesto, unos casos nos parecieron más dramáticos que otros, no solo por la ocurrencia, sino por lo que nos entregó Colombia Humanitaria, entidad que estaba manejando la subcuenta, cuando solicitamos su colaboración. Pues bien, encontramos obras que ya estaban terminadas y cuyas condiciones no eran las mejores, sin contar con que en algunas circunstancias ni siquiera había obras. A este respecto, es bueno

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aclarar que la gran mayoría de proyectos que se hicieron por la ola invernal 2010-2011 debían terminarse en cuatro meses; sin embargo, en este momento hay más de cuarenta obras en ejecución en el Valle del Cauca. Es decir, que van a pasar casi tres años de obras que eran urgentes y que se contrataron a dedo. El trabajo que nosotros hicimos se basó en las doce semanas que estuvimos aprendiendo a manejar, con asesoría de las personas de Consejo de Redacción y de La Silla Vacía, las bases de datos, el funcionamiento del Sistema General de Regalías, el manejo de las participaciones, entre otras cosas. En este proceso, fue fundamental aprender el funcionamiento de la página de Colombia Humanitaria y de la base de datos ZoomOnline, esta última para empezar a mirar quiénes eran los contratistas y qué había detrás de ellos. Ahora bien, hay una cosa que no sé si es general en el periodismo, pero normalmente en las regiones, y me imagino que también en los medios nacionales, uno habla de muchas cosas de las que no tiene conocimiento. Lo vi personalmente en esta investigación, y lo digo sin vergüenza, porque en el periódico hablábamos de regalías y de elementos relacionados con estas y después, cuando tuvimos las asesorías, encontramos una cantidad de cosas que ignorábamos del tema. Entonces, si uno ignora aquello en lo que trabaja es muy difícil comunicarle a la gente qué es lo que está pasando y qué es lo que hay detrás de los procesos. Por eso me parece que fue fundamental la etapa de los talleres, sobre todo, lo concerniente a regalías y ola invernal. Adicionalmente, fue clave todo lo que encontramos de las interventorías y aquello que Consejo de Redacción obtuvo sobre los contratistas — quiénes eran los contratistas en todo el país, cuántas obras estaban realizando y en qué tiempo tenían que hacer las obras—. Después de haber terminado los talleres empezamos a ver, en cada una de nuestras regiones, qué era lo que había de extraño, para establecer en dónde pudo haber corrupción o en dónde pudo haber algún acto ilegal. Hablamos de esto porque, desafortunadamente, cuando se presentaron las emergencias de la ola invernal Colombia estaba en un proceso de elecciones de alcaldes y gobernadores, y cuando apenas estaba empezando encontraron en Cartago, en la casa de un alcalde, muchos de los recursos que eran para obras y ayudas humanitarias. Estos iban a ser destinados al partido político de dicho alcalde, lo que generó muchas dudas respecto al tema.

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En esta etapa del planteamiento de la investigación tuve varias hipótesis: 1. Los municipios que se fueron en ceros: en este punto empezamos a hacer visitas previas —no oficiales—. En Buenaventura, por ejemplo, ni siquiera había documentación de las obras. En Bugalagrande, a mediados del 2012, todas las obras estaban por arrancar, cuando debían estar terminadas a mediados del 2011. En municipios como Ginebra, según los contratistas, la guerrilla molestaba mucho camino arriba y, por ello, no se pudo subir la maquinaria. El análisis de estos y otros casos similares nos permitieron saber si la hipótesis era válida o no. 2. El papel de las interventorías: lógicamente estas obras fueron contratadas por los alcaldes a dedo. Ellos consiguieron a los ingenieros que iban a hacer las obras y, a su vez, a los interventores, lo que representaba un paquete muy favorable. Imagino que jamás pensaron que iba a haber una revisión general de lo que estaba sucediendo con los dineros de las obras. De otro lado, fuimos comprobando que los interventores de una región mandaban a sus ingenieros para otra, y que de otros municipios mandaban a sus ingenieros. Entonces, entre ellos fueron formando un carrusel en el que “si usted no me vigila, yo no lo vigilo y todos quedamos contentos”, menos las víctimas de la ola invernal. 3. Doblemente financiadas: en algunas obras del departamento, sobre todo las relacionadas con el tema de los acueductos y alcantarillados, se perdieron muchísimos recursos de las regalías. Por ejemplo, encontramos un caso en el que una obra que había sido financiada con regalías, nuevamente, iba a ser financiada con dineros de la ola invernal. Además de estas hipótesis tuve otras que, de pronto, eran un poquitico más descabelladas y la idea con los talleres, y con el seguimiento que íbamos haciendo de la investigación era establecer cuáles íbamos descartando y cuáles íbamos a dejar. Pues bien, en uno de los tres talleres de los que hice parte se me cayeron todas las hipótesis o, más bien, me encontré con una cosa muy curiosa. Mientras aprendíamos sobre el funcionamiento de la base de datos de ZoomOnline me di cuenta de que muchos casos aparecían “con observaciones”. Revisando por municipios encontramos un caso que dio la iniciativa para mi trabajo. Era sobre una construcción que estaban haciendo en el municipio de Caicedonia. La obra estaba muy bonita, se cumplió a cabalidad, pero

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cuando miramos la observación resultó que la hicieron en el lugar equivocado. A partir de ahí me interesé por revisar las observaciones de las demás obras. Cabe señalar que algunas se encontraban en estado crítico, es decir, un grado mayor al de una observación. Cuando empezamos la investigación del avance del Valle del Cauca nos encontramos con que había un 93 % de ejecución, es decir, que todo estaba prácticamente terminado en este departamento para Colombia Humanitaria. En ese momento, pensamos que era muy difícil que nos entregaran la información de cuáles eran las observaciones que tenía cada una de las obras, lo que nos llevó a enviarle derechos de petición a la Contraloría, pues nos parecía extraño que esta no le hubiese hecho ningún pronunciamiento sobre el tema de las obras ni a la Gobernación del Valle, que estaba encargada de las obras mayores, ni a las alcaldías de los municipios, que estaban encargadas de las obras menores. Eran alrededor de tres obras por cada municipio, a excepción de Jamundí que tuvo diaz obras, de las cuales siete no sirvieron. Recibimos los contratos de las obras tanto de la Contraloría como de Colombia Humanitaria, a quienes también les pedimos información. Colombia Humanitaria nos mandó, muy amablemente, un documento de respuesta en el que nos decían que un 93 % ya estaba ejecutado y que si teníamos inquietudes con alguna obra en específico les dijéramos cuál era para que nos dieran respuestas puntuales. Ante esto, tomé las obras que tenían un avance inferior al 50 %, según la base de datos ZoomOnline, y le respondí a Colombia Humanitaria que quería obtener información sobre ellas. Fue en ese momento en el que se empezó a definir el tema de la investigación. De la respuesta de Colombia Humanitaria nos llamaron la atención, inicialmente, 37 obras del Valle del Cauca, porque eran las más atrasadas. De otro lado, y contrastando con lo que nos entregó la Contraloría, no solo había problemas de avance de ejecución, sino que había materiales que se estaban utilizando y no cumplían con los requerimientos mínimos de calidad. También, encontramos obras en las cuales existía el riesgo de que sin haberse terminado se fueran a perder definitivamente, porque estaba lloviendo nuevamente en muchos sitios y la banca había empezado a irse. Finalizados los talleres, tuve que pedir en el periódico mis días compensatorios y descansos, para así iniciar el recorrido por las regiones y por cada uno de los municipios. Lo anterior debido a que la investigación no era financiada por El País, sino por Consejo de Redacción y el Pnud. Empezamos el recorrido revisando las obras más críticas, que para nosotros eran 37 y para Colombia Humanitaria solo diez. Cabe señalar que el 93 %, según nuestros cálculos, no llegaba ni al 60 %.

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Quiero hablarles, por ejemplo, de una obra en el municipio de Jamundí que aparecía ejecutada en un 100 %1, esto es, que fue entregada, recibida y pagada en su totalidad. Lo curioso fue que nos encontramos con que el departamento del Valle del Cauca estaba demandado por dicha obra, pues el ingeniero, al abrir vía, le quitó doscientos metros lineales a una finca. Entonces, el dueño del terreno no solo encontró vía, sino que, además, se encontró con que le habían quitado la parte de adelante de su finca sin su consentimiento. Como mencionaba anteriormente, la obra fue entregada a satisfacción de acuerdo con las estadísticas de Colombia Humanitaria. Otro caso, que salió publicado en El País el 8 de febrero, es el de una obra en la parte alta de Ginebra 2. En este momento las condiciones de la obra son lamentables; sin embargo, el avance de esta es del 82 %, cosa que no nos pudieron explicar porque, evidentemente, el estado de la obra no corresponde con ese porcentaje, de hecho, muchas de las herramientas y del material están abandonados en ese mismo lugar. Aquí el primer problema fue con el interventor, pues era el interventor de 16 obras más que estaban en las mismas condiciones. Este señor forma parte de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Tuluá y cuando lo llamamos nos dijo que las obras estaban prácticamente terminadas y me entregó el balance de Colombia Humanitaria. Luego, al preguntarle por las obras con problemas en San Pedro y en otros municipios, me contestó que lo que había eran problemas menores, que se podían solucionar y resolver. Del caso de Ginebra me dijo que la guerrilla no había dejado subir la maquinaria, que al ingeniero lo iba a extorsionar las FARC y que este prefirió bajar y dejar la obra detenida a cometer un peculado por entregarle el dinero de la obra al grupo ilegal. Un día antes de publicar el informe volvimos a llamar al interventor y me dijo que fuera a su oficina para que me entregara las fotos de la obra, pues había quedado muy bonita, era de las mejores obras que tenían, era “la de mostrar”. Acto seguido, llamamos a una persona de la comunidad para que nos comentara qué había pasado con la obra. El señor nos dijo que todo estaba igual y me sugirió que subiera y me diera cuenta de ello por mis propios ojos, ya que yo le había contado la versión del interventor.

1 “En Jamundí, Valle, las obras invernales van como los cangrejos”. 2 “La vía El Jardín-Flautas, en zona rural de Ginebra, permanece abandonada por el contratista, pese a que el interventor indicó que se superaron los problemas y la obra fue reiniciada”.

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Antes de publicar el informe subimos para ver el estado de la obra. Casualmente, a los alcaldes de los municipios donde se encontraban los problemas se les ocurrió hacer las obras en los sitios más altos de la montaña, a donde ellos se imaginaron nadie iba a ir, ni siquiera a hacer una veeduría, porque supimos de muy buena fuente que el interventor no fue, que se limitaba a llenar los informes y a firmarlos. Pues bien, cuando llegamos nos encontramos con el avance físico real de la obra y, además, con la queja de los campesinos de la zona, quienes fueron contratados para trabajar y nunca se les pagó por sus servicios. Otro de los casos es el de uno de los puentes que hicieron en el municipio de Vijes. Esta es una situación bien curiosa porque la banca iba plana y el río que pasa por allí, al parecer, se inundaba, aunque la gente de la zona dice no recordar que eso sucediera, porque la mayor parte del año el caño está seco. El punto es que los encargados dijeron que tenían que elevar el puente porque si no lo hacían las inundaciones iban a ser impresionantes. Resulta que elevaron el puente, pero de forma lineal y no soportaron bien las bases de los lados. En consecuencia, la banca se vino completamente y tuvieron que soportarla con unas tablas de madera. En este momento la construcción de este y de otro puente en el mismo municipio está siendo investigada por la Fiscalía. Otro caso es el del municipio de Roldanillo en el que tumbaron tres puentes para rehacerlos de la misma manera, con la única diferencia de que les agregaron unas barandas amarillas a los lados. Por supuesto, la comunidad se enojó y declaró que prefería que Colombia Humanitaria no hiciera nada y dejara el hueco como estaba. Valga la pena aclarar que esta obra está entregada en un 70 % según Colombia Humanitaria; sin embargo, el puente no ha empezado y en este momento lo poco que hay está cubierto por la maleza. Hay muchos casos como estos de obras abandonadas y con diferentes clases de problemas, uno de ellos es el famoso “ya colapsaron”. Al consultarle a Colombia Humanitaria por las obras colapsadas nos contestaron que la obra pudo haber colapsado, pero que el recurso se ejecutó. De manera que hoy el Valle del Cauca es 96 % ejecución, aun cuando obras que estaban recibidas en un 60 % ya no existan, porque ellos no tienen responsabilidad alguna en ello. A casos como estos se suman aquellos en los que hicieron las bermas más arriba que la carretera y otros en los que la herramienta que se compró para las obras está desaparecida. Un elemento muy importante en este proceso fue que los alcaldes se taparon con la misma cobija. Si eran del mismo grupo político había un silencio administrativo, que es otra investigación que estamos realizando, porque no han obedecido ni han respondido los derechos que

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les han enviado los organismos de control para saber qué pasó con determinadas obras. Ahora bien, cuando el alcalde anterior era de un grupo político diferente al del alcalde vigente este comenzaba a contarnos a dónde debíamos ir y qué debíamos ver. El primer informe que hice lo publicó La Silla Vacía3. Tiene un mapa interactivo en el que aparece quién es el contratista, qué pasó con la obra y el estado de los procesos. Cuando estábamos terminando el informe la Fiscalía nos comunicó que ya tenía tres procesos penales por los casos de Buenaventura, porque eran obras de emergencia que tenían que haberse entregado en cuatro meses, y era claro que los ingenieros que tenían hasta cinco y seis obras no iban a cumplir. Después, este informe se publicó, un poco más completo, en el diario El País4. Añadimos fotografías, se realizó una ampliación de los casos y se abrió el informe especial5, en el que hay videos y muchas fotografías de los casos que visitamos, y en el que, además, le pedimos a la gente que nos dijera sin tenía problemas con las obras en sus comunidades. Más adelante, volvimos a hacer una visita y nos encontramos con que las obras que estaban en estado normal hace dos meses, ahora aparecían en estado crítico. En muchos casos el ingeniero sencillamente se retiró y dejó las obras abandonadas. Este informe tuvo muy buena acogida. Fue condecorado, junto con el diario El País, por la Cámara Colombiana de Infraestructura, pues ellos querían desde hace un tiempo hacer algo parecido, pero no tenían ni el personal ni los recursos. Tomaron como muestra el trabajo del diario El País para que las cámaras regionales a nivel nacional empezaran a hacerle un seguimiento similar a las obras en estado crítico.

“Cauca, pulsos críticos del conflicto” Edilma Prada y Ferney Meneses Edilma Prada Este proyecto nació en agendapropia.com, un medio digital del departamento del Cauca que surgió en un proceso de formación en

3 “Volvieron agua los dineros de la ola invernal en el Valle”. 4 “Se hicieron ‘agua’ los dineros de ola invernal en el Valle del Cauca”. 5 “Obras damnificadas en el Valle”.

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emprendimientos digitales para periodistas, que orientó la organización Consejo de Redacción hace algunos años. Fuimos un grupo de treinta periodistas que venían de varias regiones del país, algunos llevaban sus portales en la web y otros llevábamos las ideas en papel. En ese proceso de formación logramos darle la identidad al portal, pero también le dimos el enfoque de carácter investigativo, pues en aquella época descubrimos que los medios de comunicación digitales existentes se dedicaban al cubrimiento de las noticias del día y en Agenda Propia queríamos, además de hacer este registro de la noticia permanente, hacer un trabajo de seguimiento y de investigación. Teniendo en cuenta la región, a lo largo de estos años nos hemos enfocado en tres áreas. Una tiene que ver con la recuperación de la memoria del conflicto armado, otra con la identificación o visibilización de la problemática indígena y afrocolombiana en el departamento, y, la última, está relacionada con el fortalecimiento de las herramientas digitales, especialmente, el rastreo de información. Allí buscamos hacer un proceso formativo relacionado con el periodismo asistido por computador, proceso en el que hemos recibido capacitación desde Consejo de Redacción.

Ferney Meneses “Cauca: pulsos críticos del conflicto” es un proyecto que nació luego de cuatro meses de trabajo, entre junio y septiembre del año 2012. El departamento del Cauca está ubicado al suroccidente del país, su capital es Popayán y tiene una superficie que llega, aproximadamente, a los 30.000 kilómetros cuadrados. Cuenta con 1.400.000 habitantes y tiene como particularidad que el 19 % de la población sea indígena. El departamento es en su mayoría agrícola, hay poco desarrollo industrial, aunque en la zona norte hay bastante cultivo de caña de azúcar. En el sur se encuentra la zona cafetera y, desafortunadamente, también hay grandes cultivos de marihuana y coca, lo que ha generado distintos sucesos relacionados con el conflicto armado y las rutas del narcotráfico. Lo que nos motivó a realizar el cubrimiento y lo que nos permitió concretar el trabajo multimedia fue la agudización del conflicto armado en el departamento. Allí hay fuerzas de izquierda y fuerzas de derecha; están las FARC, el ELN y las Bacrim, que de alguna forma se pelean el territorio, las rutas del narcotráfico, fenómenos como la minería ilegal,

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el tráfico de armas, la marihuana y la coca. Justamente, fue el reconocimiento de ese conflicto armado el que generó una reacción de la sociedad civil, encabezada por la comunidad indígena, que se cansó de ese flagelo y comenzó a solicitarle tanto a los grupos armados legales como a los grupos ilegales que salieran de sus territorios. En el cubrimiento diario del proceso de agudización del conflicto identificamos unas fechas clave que, por decirlo de algún modo, colmaron la paciencia de la comunidad indígena. El 6, 7 y 8 de julio del 2012 hubo una escalada de atentados terribles en los municipios de Toribio, Miranda, Jambaló y Corinto. Uno de los casos más dolorosos fue el de un tatuco6 de la guerrilla que cayó en una IPS indígena, hiriendo gravemente a una enfermera de la comunidad a la que le tuvieron que amputar una de sus piernas. Luego, una semana después, un niño que estaba en el patio de su casa fue víctima de una mina antipersonal. Estos sucesos más los enfrentamientos al nororiente del departamento ocasionaron que más de 3.000 personas se desplazaran, de estas el 90 % eran indígenas y el 10 % campesinos. Ellos se asentaron en unos sitios de asamblea permanente, lo que se dio en medio de nuevos ataques de las FARC. Valga la pena aclarar que no se trataba solamente de un terrorismo físico —con las armas y las bombas—, sino también de un terrorismo psicológico —con grafitis y panfletos que anunciaban otros atentados—. Como señalé anteriormente, esta situación agotó la paciencia de los indígenas, pues el ejército se atrincheraba detrás de sus casas y la guerrilla, por atacarlo, atacaba a los indígenas por medio de armas no convencionales como los tatucos y las minas, que convierten a los animales, a los niños y a la población en general en víctimas. Así pues la comunidad indígena inició un proceso de resistencia civil no violento en el que le pidió al ejército y a la guerrilla que salieran de sus territorios. El 9 de julio los indígenas realizaron un acto simbólico en el que desmontaron las trincheras de los pueblos y comenzaron a tirar los bultos a los ríos más cercanos, y a pedirle a la policía que, por favor, se fuera. Simultáneamente, otro grupo de indígenas salió hacia las montañas a buscar a las FARC para pedirles que abandonaran los territorios. Al día siguiente, el 10 de julio, los indígenas destruyeron una base móvil del ejército en el municipio de Miranda7 y hablaron con el sexto y el octavo frente de las FARC para que se fueran.

6 Tatuco: cohete artesanal. 7 “Guardia indígena de Miranda, Cauca, destruye base móvil del Ejército”.

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En medio de esa tensión y de los hostigamientos el presidente Juan Manuel Santos llegó a Toribío. La particularidad de la visita fue que a un kilómetro de donde se encontraba el presidente en su consejo de ministros había un retén de la guerrilla. Adicional a esto, la visita generó malestar porque el presidente se encerró en la casa cural y no le dio la cara a la comunidad, negándole a esta la posibilidad de contarle directamente lo que estaba sucediendo y lo que estaba sintiendo. Ese día, mientras se hacía la avanzada del presidente en helicóptero, veinte kilómetros al sur de Toribío, derribaron un avión Súper Tucano de la Fuerza Aérea Colombiana. Según versiones de las FARC y de la Fuerza Aérea, hubo un accidente y el avión se precipitó a tierra. Eso generó una investigación que luego sirvió de insumo para el especial8. El 13 de julio los indígenas dieron el ultimátum para el desalojo del ejército. Sin embargo, para el 16 de julio, fecha en la que se vencía el plazo, las tropas seguían allí, continuaban los operativos militares y la guerrilla en su retirada dejaba carros bomba. En ese momento los indígenas decidieron subir al cerro Berlín y expulsar a los militares a empujones9. Ese fue el día de la famosa foto mundial en la que lloró el sargento García y que generó una reacción viral en los medios en contra de los indígenas, pues estaban deslegitimando la defensa a la soberanía del Estado. Como pueden ver se voltearon los papeles: los indígenas de ser víctimas pasaron a ser victimarios. De hecho, en Popayán se generó un movimiento que muchos consideraron de ultraderecha porque comenzaron a polarizar la situación y a generar odio hacia los indígenas. Obviamente, el Estado se defendía bajo el argumento de que el ejército estaba defendiendo el territorio colombiano y no podía ser vedado. Jurídicamente tenía la razón, pero los indígenas, de acuerdo a su plan de vida, exigían que salieran de sus territorios porque estaban cansados de que sus hijos murieran en medio de la guerra o de que se vieran obligados a salir de sus casas a las 6:00 p. m. y pasar la noche en donde vecinos o en salones comunales. Ante el odio generalizado que se dio en contra de la comunidad indígena el Estado procedió a la represión. Enviaron al escuadrón móvil antidisturbios de la Policía y en el primer día de desalojo del cerro de Berlín hubo 24 indígenas heridos. En ese momento, el pre-

8 “Súper Tucano: ¿derribo o accidente?”. 9 “La guardia indígena desalojó a los militares del cerro de Berlín”.

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sidente Santos tuvo que viajar a Popayán a organizar un consejo extraordinario de seguridad y, en medio de la coyuntura, decidió crear el Comando Conjunto del Suroccidente, que fue como cambiarle el nombre a toda la estructura que cubre el ejército y las fuerzas de aire, mar y tierra. Reunió todo con el fin de darle un golpe a la opinión pública y decirle que el ejército sí estaba en la zona y sí se iba a mantener allí. En medio de ese clima iniciaron las reuniones, porque la dirigencia indígena de Santander de Quilichao pidió que interviniera el Estado e incluso se cruzaron muchos temas sobre el dominio de tierras, las zonas de reservas campesinas y las zonas de reserva indígena. Este diálogo se detuvo con el proceso de paz en La Habana. Entre tanto, otros sectores del Cauca continúan sufriendo por las confrontaciones, los ataques armados y los hostigamientos. Un caso específico es el de la población de El Mango (Argelia) en donde continúan los hostigamientos y en donde, en ese periodo de tiempo, murieron cuatro policías y alrededor de ocho resultaron heridos. Cabe señalar que esta era una población en donde no había resistencia civil de los campesinos y no había intervención del Estado.

Edilma Prada Nosotros teníamos bastante información como resultado de los registros que se hacían en el portal con los hechos que se generaban cada día. Ante la pregunta de qué íbamos a hacer con todo eso, decidimos armar una recopilación y clasificación de toda la información disponible en audios, fotos y videos de campo. Después, llegó el proceso de planeación del multimedia. Realizamos una reunión con el diseñador José David Bustos con quien decidimos cómo presentar la información y cómo lograr que todos los hechos que se presentaron quedaran en un solo documento que sirviera como un producto de memoria del conflicto armado en el Cauca, pero también como un punto de referencia para quienes quisieran averiguar posteriormente la realidad del departamento. De este proceso llegamos a las siete secciones del especial: • Desmonte de trincheras: en donde se analizó desde la perspectiva indígena por qué esta comunidad quería sacar las trincheras. • Ataques recientes: una cronología en la que está detallado el contexto del conflicto en el Cauca.

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• Súper Tucano. ¿Derribo o accidente?: en esta sección se abordó el suceso de la caída del avión y las versiones que se manejaron al respecto. • Relatos de guerra: allí se encuentran las historias de vida de personas que vivieron el conflicto armado. • Territorios de guerra: a través de entrevistas a profundidad con expertos, realizamos un análisis de la ubicación estratégica de los territorios y de los grupos armados ubicados en el Cauca. • Argelia pueblo sin ley: aquí hicimos un esfuerzo económico por ir a la zona y mostrar la problemática y dinámica de un municipio que no es visitado por los medios de comunicación y que se ve afectado por la presencia de grupos como el ELN y las FARC, que agreden tanto a la población como a la fuerza pública. • Desplazamiento de ayudas humanitarias: esta sección se hizo dos meses después de lo sucedido, cuando nos dimos cuenta de que gran parte de la comunidad seguía siendo desplazada y no había recibido ayuda. En cuanto a los aprendizajes que nos dejó la realización del multimedia, lo primero es no limitarse al simple registro de la noticia del día. Eso nos permitió hacer un multimedia muy estructurado, con recursos de video y de galerías fotográficas. De otro lado, creemos que es indispensable cuestionarlo todo, por simple que parezca. Por ejemplo, en el caso del Súper Tucano bien pudimos quedarnos con la versión oficial del accidente, pero nos cuestionamos y tratamos de indagar al respecto. Adicional a esto, fue muy importante el trabajo colaborativo, pues cuando se trabaja en una región como el Cauca es difícil llegar a todas las zonas por transporte y por seguridad, así que la red de colegas que trabajan en otros medios fue clave para el envío de fotos, datos, fuentes, etc. Además, es también importante la red de apoyo con la comunidad, pues, en nuestro caso, nos enviaron varias fotos de las que aparecen en el multimedia. También, fue importante explorar nuevos formatos para presentar la información, en este caso el producto multimedial que nos permitió reconstruir la memoria colectiva de una región visiblemente afectada por el conflicto como el Cauca, en donde muchas veces no hay medios contando de manera permanentemente la realidad del departamento.

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“Sur del Atlántico: La espera por un mejor mañana sigue” Tatiana Velázquez Archibold Este especial se hizo como parte del curso Tras la Pista de los Dineros Públicos, que realizamos con un grupo de compañeros del periódico para hacerle seguimiento a los manejos de los dineros de la ola invernal y las regalías. Se hizo con una herramienta gratuita llamada WIX y buscaba hacer una recopilación de toda la información que habíamos venido cubriendo desde el 2010, año en el que se dio la inundación del sur del Atlántico. Estos son los módulos en los que fue dividido: • Lo que el agua se llevó: allí se contó cómo llegó el agua, cómo se rompió el Canal del Dique y cuáles habían sido las alertas que la gente le había enviado al entonces gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, quien se hizo célebre por decir que el Atlántico estaba blindado ante cualquier emergencia invernal; dos semanas después el departamento se inundó y permaneció así durante cinco o seis meses. • El cierre del boquete: una vez se abrió el boquete llegó a tener 240 metros, estamos hablando de una vía dique que protege el sur del Atlántico del río. Se llegaron a romper 240 metros de longitud, pues todo el río Magdalena se volcó al sur del Atlántico. Para detener la inundación tenía que cerrarse el boquete y ese fue un segundo proceso tortuoso porque fueron dos meses continuos en los que el agua seguía entrando y la gente continuaba a la espera del cierre en los albergues. • La evacuación de las aguas: ya cerrado el boquete le dan a la gente la tranquilidad de que no iba a entrar más agua; sin embargo, el problema que seguía era cómo sacarla. Ese fue otro proceso bien complejo, tanto que aún hoy hay unas zonas inundadas y que definitivamente no se van a poder recuperar como zonas de cosecha. • Los albergues: básicamente, en esta sección se contó cómo había vivido la gente durante todo ese tiempo. A este respecto, me permito señalar que a la fecha hay 1.100 familias viviendo en albergues. • La reconstrucción: aquí nos dedicamos a indagar por qué había sido tan lento el proceso de reconstrucción, en qué tanto se había fallado y qué tanto se demoró y se ha demorado la Nación y la gobernación en ayudar a esas 1.100 familias.

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El 30 de noviembre de 2010 el sur del Atlántico se inundó porque el Canal del Dique se rompió, lo que ocasionó una de las emergencias más visibles de lo que fue la ola invernal de ese periodo en Colombia. Fue una de las noticias que más llamó la atención en todo el país y en los medios locales, especialmente en Barranquilla, desde donde se empezó a hacer cubrimiento. En ADN realizamos la cobertura del 30 de noviembre al 7 de diciembre del 2010, dos semanas bastante críticas debido a que el río inundó todo y ocasionó un éxodo masivo en el sur del Atlántico, uno en el que tuvimos que ver cómo la gente, en medio de lo que pudo, sacó sus cosas y animales, y se vio obligada a buscar albergues. Estos fueron improvisados justo en frente de la zona que divide al Atlántico de Bolívar, un terreno que no estaba en condiciones de ser habitado, pero en el que lograron sobrevivir los habitantes las primeras semanas. En los días siguientes el agua siguió subiendo y al llegar la Navidad estaba a una altura de 10 metros (aprox.) en pueblos como Ponedera, Campo de la Cruz y Santa Lucía. Cabe señalar que hoy, tres años después de lo sucedido, los albergues continúan en la zona y la gente sigue viviendo en esas condiciones, esperando una reacción del Gobierno y a que se cumplan las promesas que se les han hecho. Recuerdo mucho que en el curso nos decían que teníamos que partir de un dato disparador o que teníamos que tener un argumento para empezar a realizar la investigación. Pues bien, en mi caso la indignación fue lo que me motivó a hacer el trabajo. Me parecía, y me sigue pareciendo absurdo, que años después de la tragedia aún haya gente viviendo en malas condiciones. En la costa, en el Atlántico, hay noches en las que se llega a los 34 o 35 grados centígrados y en el día el nivel es mucho más alto, ¿pueden imaginar lo que es vivir en casas de plástico en medio de esas condiciones climáticas? A esto se sumó el hecho de que, al parecer, la situación de estas personas se convirtió en una cotidianidad, es como si hubiéramos olvidado que en el pasado tenían casas normales, como las que ustedes y yo seguramente tenemos. Comenzar no fue fácil. Primero porque debía armar la información de contexto a través de todas las notas cortas que había hecho durante el cubrimiento y, segundo, porque me parecía que no tenía sentido que en Barranquilla, la capital del Atlántico, los medios no tuvieran un especial que explicara qué era lo que había pasado al sur del departamento, teniendo en cuenta que había sido una de las grandes tragedias de la emergencia invernal del 2010. Pues bien, la sorpresa fue que los medios locales no lo tenían y como no quería limitarme a hacer un pedazo de la historia, a contar simplemente por qué no nos había ido

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bien con la reconstrucción, terminé elaborando un dosier documental, de tal forma que quien ingresara pudiese ver qué pasó, cómo vivieron durante ese proceso los damnificados y en qué va el proceso. Por supuesto, la recopilación y actualización de la información no fue el único de los obstáculos. La imprecisión fue otro gran inconveniente, justamente, por la manera en la que se manejan las cosas, pues hay muchos datos sueltos o no están organizados de manera ideal. Lo mismo sucedió con las declaraciones, ya que un día el gobernador me decía una cosa, al otro día al preguntarle del mismo tema me lo decía con otros datos y si luego contrastaba con el alcalde me decía lo mismo pero con otras cifras. De manera que al final tenía muchos datos y no sabía a quién creerle. La parte de diseño fue otro gran reto, dado que yo soy periodista, no diseñadora; sin embargo, quería publicar el trabajo como un especial multimedia y si bien no soy experta logré hacer lo que pude a través de WIX. Cabe señalar que esto fue un piloto con la gente de diario ADN de Barranquilla, y todo fue hecho por medio de herramientas gratuitas, que una vez diseñas y personalizas con tu propio sello, con o sin la ayuda de un diseñador, te permiten sacar buenos productos. En cuanto a los hallazgos, una de las cosas que responde el especial es que ha habido una descoordinación total entre la dupla Nacióndepartamento; esencialmente por intereses políticos, pero más allá de eso por falta de gestión. Algo que vi muy claramente fue que el exgobernador Eduardo Verano, quien ahora intenta llegar a ser candidato a la presidencia, no hizo nada durante su mandato. Luego de la llegada de la inundación, el 2011 era un año para pasar proyectos y para reaccionar ante la emergencia; sin embargo, los documentos y la evidencia fotográfica muestran que fue un año perdido. Más adelante, con la llegada del gobernador José Antonio Segebre en el 2012 se empezaron a mejorar las condiciones de estas personas, aunque hay quienes lo critican porque a pesar de intentar solucionar el problema nada ha pasado. El trabajo también evidencia el centralismo y la burocracia colombiana que por manejarse en su mayoría desde Bogotá termina generando trancones al momento de ayudar a las regiones. En este caso ha habido toda una pelea pública entre la representante del Fondo Nacional de Adaptación, Carmen Arévalo, y el representante del departamento, que es el gobernador, lo que deja en evidencia que si públicamente están discutiendo quién tiene o no la culpa para reconstruir el sur del Atlántico, de esa misma manera trastocada se ha manejado la problemática que durante estos años ha enfrentado el

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departamento. Por su puesto, se han dado mejoras en cuanto el alcantarillado, las escuelas y los hospitales, pero en lo que más lento va el proceso es en la reconstrucción de viviendas, pues deben construirse 7.000 que estaban proyectadas para el año pasado y aún hoy se están dando los primeros pasos en cuanto a la parte de contratación y asignación de viviendas y obras para iniciar las edificaciones. Valga la pena aclarar que quienes volvieron a sus casas tuvieron que arreglarlas por cuenta propia, porque si seguían esperando a que el Gobierno Nacional o el departamental hicieran algo por ellos habrían más de 1.100 personas en los albergues. Asimismo, este especial evidencia que falta mucho por hacer en el tema de las viviendas y que falta mucho por hacer en cuanto a la asistencia humanitaria, ya que la zona está muy deprimida económicamente. Si antes los habitantes se quejaban de que eran la zona agrícola y ganadera del Atlántico y no tenían nada, pues ahora se quejan mucho más después de que el agua arrasó con todo, pues con dificultad la mayor parte de esas zonas seguirá siendo cultivable. En cuanto a las enseñanzas, debo decir que una de ellas fue el uso de la jornada extra, es decir, trabajar de las 9:00 p. m. a las 2:00 a. m., porque en el día hay que hacer las notas que te dan para comer. Además, hay algo que para mí fue muy importante y es que no es necesario, como te enseñan en la facultad, tumbar al alcalde o al gobernador para hacer periodismo de investigación, lo importante es evidenciar las problemáticas de un proceso como este, en el que desde el mismo momento de la atención humanitaria hasta hoy también hay investigación. Finalmente, considero que fue imposible hacer este trabajo sola. Un compañero clave fue el que me ayudó con los mapas, con los croquis y con toda la parte de diseño, lo que denota que los periodistas tenemos muy poco entrenamiento en el tema. Quisiera terminar mi intervención con una anécdota. Esta investigación la movimos mucho en redes sociales y nos tomó dos meses que generara quinientos clics. En cambio, una nota que tuve que hacer sobre un Harlem Shake que se hizo en las instalaciones de un colegio cristiano sin el permiso de las directivas generó 1.700 clics en menos de dos horas. Entonces, algo que me tomó entre tres y cuatro meses de realización generó solo quinientos clics, mientras que aquello que no me tomó más de diez minutos generó 1.700 en un tiempo record.

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15 alcaldes de Caldas enfrentan casos penales y disciplinarios Ángela Hurtado El diario La Patria se ha propuesto desde las pasadas elecciones seguir a los políticos, a los candidatos, para contar quiénes son como ciudadanos y no limitarse a hablar de ellos desde el discurso político antes o después de elecciones. Ese es el centro de nuestro periodismo de bases de datos y de lo que aprendimos con Consejo de Redacción, con la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) y con el Centro Knight. Basados en esto empezamos el proceso con el trabajo “Tras las huellas de los candidatos de Caldas”10, que buscaba averiguar quiénes eran, qué le debían al Estado y qué multas, antecedentes o sanciones tenían. Encontramos que muchos candidatos habían sido empleados del Estado y que en dichos empleos habían tenido señalamientos por negocios o contratos. Ya elegidos en el 2011 nos fuimos a la base de datos de Cuentas Claras y realizamos el primer trabajo. En este aparecía el alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas, y el gobernador de Caldas, Guido Echeverri, a quienes indagamos sobre sus financiadores de campaña. Además, hicimos una labor de doble vía con la ciudadanía, en la que le contábamo a esta que la ley para los políticos había cambiado y que ahora quienes financiaban una campaña y tenían cierto monto de dinero no podían contratar con el Estado. Lo anterior, con el fin de que la gente participara y se pusiera en la veeduría con los contratos11. Un primer hallazgo fue que un concejal que había participado en la comisión para liquidar el transporte integrado de Manizales había sido financiado en su campaña por la empresa de buses más influyente de la ciudad. Él se retiró después de que sacamos la nota en el periódico, porque no era un gran informe periodístico, y entre sus declaraciones dijo que si bien había registrado los 4.000.000 millones de pesos, nunca recibió el dinero. Después de ese trabajo empezamos a hablar de los funcionarios

10 Ganador del Premio Nacional de Periodismo Semana Petrobras en la categoría Mejor cubrimiento de proceso electoral. Presentado por: Ángela María Hurtado Grueso y Fernando Alonso Ramírez. 1. “41 candidatos al concejo, enredados con el Estado”. 2. “Mancera, el abogado insistente, y Jorge Eduardo Rojas, el ingeniero ansioso”. 11 “Candidatos en ‘plata blanca’”.

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que se habían ido y nos encontramos con que muchos de los alcaldes salientes tenían investigaciones en la Fiscalía. En ese momento quisimos hacer uso del derecho de petición, una herramienta democrática y constitucional, muy flexible y muy amplia a la que como ciudadanos tenemos derecho y que es muy útil para el periodismo de investigación. A través de este documento podríamos saber qué investigaciones tenían pendientes. Pues bien, interpusimos el derecho de petición ante la Fiscalía y después de muchas vueltas y de tres meses de espera salió una información que debían entregarnos en diez días hábiles. De ahí resultó que de los 27 exalcaldes 17 ya tenían investigaciones. Mario Aristizábal, el exgobernador de Caldas que terminó destituido por un enredo de intereses de conflicto con los que ganaron el contrato del chance, también tenía su investigación. En este caso notamos, por ejemplo, que la Procuraduría fue más rápida que la Fiscalía; sin embargo, en muchos otros casos notamos lo contrario, pues la Fiscalía por lo menos enjuicia a los acusados, mientras que la Procuraduría los deja libres o la Contraloría nunca reclama el dinero que supuestamente se perdió o que la Fiscalía afirma se perdió. De manera que en Caldas tenemos un indicador muy triste de ese periodo, en donde cuatro municipios tuvieron más de un alcalde y el departamento, entre septiembre y diciembre, tuvo cuatro gobernadores encargados, debido a la destitución de Mario Aristizábal. De ahí obtuvimos unos indicadores que nos envió la Secretaría de Transparencia y Anticorrupción de la Presidencia de la República donde Caldas ocupa el 4to lugar de sanciones penales para funcionarios públicos, entre los cuales la mayoría son alcaldes. Eso nos dio un reto a nosotros como periodistas, pues podíamos seguir contando el discurso mientras los funcionarios iban gobernado, tal como dice nuestra inspiradora Giannina Segnini “llegar cuando el cadáver está ahí”, o contar cómo es el proceso del cadáver. Y para enfrentar ese reto teníamos que estar con los ojos bien abiertos, recibir las denuncias y ver qué traían los candidatos o mandatarios de atrás. La herramienta ideal para eso era el derecho de petición, porque la Fiscalía solamente entrega esa información por medio de ese documento. En este proceso el aliado estratégico ha sido la Flip, que con sus abogados nos han ayudado a pelear los derechos de petición, porque uno los hace y no los responden. En el primer informe publicamos un indicador muy triste. Caldas, un departamento pequeño del centro del país y que tiene 27 alcaldes, tenía para ese momento quince alcaldes investigados y uno en la cárcel. Cabe señalar, que este último había sido alcalde cinco veces y

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de esas cinco veces traía una investigación y una inhabilidad de casi diez años para ejercer cargos públicos; sin embargo, la Procuraduría provincial empezó a tener errores, le devolvieron tres veces el caso y lo ganó. De todos modos, a la semana de haber ganado, la Fiscalía lo enjuició y lo tiene en la cárcel por parapolítica. Para este informe nos asesoramos de un experto en vigilancia administrativa de la Universidad Nacional de Bogotá, quien nos explicaba la importancia de hacer veeduría y no exclusivamente desde el periodismo como profesión, sino desde nuestro derecho como ciudadanos. De esta manera, no tenemos por qué decir que la información la pide La Patria, sino cualquier colombiano que tiene cédula y al que le tienen que dar la información. Con el acompañamiento del experto nos dimos a la tarea de buscar a los quince alcaldes, quienes después de elegidos no pasan al teléfono y de todo culpan a la oposición: “eso es la oposición”, “la oposición nos denunció”, “la oposición nos demandó”, etc. Ante esto, el experto nos dijo que, justamente, para eso está la oposición y que si esta no hace veeduría la pueden hacer los ciudadanos, así que no pueden justificarse desde ningún punto de vista. A partir de ahí hemos tenido un proceso muy bonito con el asesor, las fuentes y los ciudadanos, quienes se han metido en ese proceso de seguimiento de los políticos. Por ejemplo, el asesor nos recomendó que solicitáramos la contratación, los presupuestos del 2012 y del 2013, y la nómina. Pues bien, pusimos los derechos de petición y no les gustó. Los alcaldes se reunieron en una oficina de la gobernación asustadísimos, declarando que nosotros éramos La Patria y no la Contraloría. Fueron hasta el periódico, me arrinconaron y me reclamaron por la investigación. Claro, ellos no estaban acostumbrados a que les pidieran información, no personas del común, no para que fuera publicada en un medio; era muy distinto si un ente de control la solicitaba por rutina. Ahora bien, los entes descentralizados son los más cerrados con la información, así que se hicieron muchas preguntas cuando les solicitábamos las nóminas y demás. De manera que nos han respondido que hacer un informe periodístico no es razón suficiente para enfocar un derecho de petición, que la nómina es privada, que si deseamos ver la contratación lo hagamos a través de la página de Internet en donde está disponible, entre otras cosas. Aquí nos ha estado ayudando la Flip con los recursos de insistencia, pues después de presentar este documento, digamos, se rinden en la pelea, aunque siempre he pensando que no es sino un obstáculo para la

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información, porque ellos saben que al final tienen que entregarla. En lo que vamos del proceso hemos recibido un montón de bases de datos que ya se me salen del escritorio. En esta etapa de recolección sacamos un chismecito chiquitito en el que decíamos que a los alcaldes no les había gustado que les pidiéramos la información sobre la contratación y al otro día llegaron un montón de contrataciones y de reclamos; que ellos no estaban violando el derecho a la información, que les rectificáramos eso, etc. Este pedacito que se publicó en una sección de chismes generó no solo la reacción de los alcaldes, sino de la ciudadanía, pues la gente comenzó a poner denuncias por la red y a decirnos a dónde debíamos dirigir la investigación. Así que sin haber arrancando la segunda parte del informe ya tenemos denuncias. A modo de conclusión reitero que el derecho de petición, que no ha sido muy utilizado en el periodismo de investigación, es una herramienta muy útil e importante, que además va acostumbrando a las instituciones. En nuestro caso, la alcaldía y la gobernación ya están acostumbradas a que se los enviemos, así que nos responden sin problema. Y en la medida en que se vuelva una política de los periodistas, no mía o de Fernando Alonso Ramírez (editor de noticias de La Patria), los demás organismos se irán acostumbrando. De otro lado, me parece importante señalar que sigue siendo muy difícil para las regiones acceder a la información que está concentrada en Bogotá. Por ejemplo, para que el procurador regional de Caldas nos dé información tenemos que llamar a la oficina de Bogotá, para que la jefatura de prensa se comunique con alguien del departamento y que esta persona le dé permiso al procurador de mostrarnos el papel. Esto nos sucede con la Policía, con la Fiscalía y con la Contraloría. Asimismo, creemos que poner esto en la agenda del departamento logra que la ciudad y la gente se involucre, que participe, que se sienta ciudadana y que sienta que el periódico está haciendo labor de veeduría y que está haciendo algo distinto. De hecho, es muy chistoso porque para la gente aún no es suficiente; nosotros nos demoramos alrededor de tres meses investigando a los candidatos a las alcaldías, asambleas y concejos, y la gente nos decía: “¡investiguen más!”. Finalmente, toda esta información se ha vuelto un insumo importante para el periódico, pues se vuelve una fuente de primera mano. Entonces, cuando la Procuraduría abre un caso que se nos escapó o la Fiscalía abre otro caso podemos volver a esa base de datos y tener de primera mano el contrato, las cédulas y otros datos que nos ahorran muchísimo tiempo.

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Cómo investigar desastres naturales Sheri Fink

Me parece muy interesante hablarles del periodismo en situaciones de desastre porque, probablemente, la mayoría de ustedes tienen más experiencia en escenarios de crisis de la que yo he tenido; así que me siento muy humilde al hablarles de este tema. La historia que voy a compartirles nació de una idea ambiciosa, de algo que quería ampliar y llevar más allá de la noticia del día a día, y que, por supuesto, tuvo problemas de tiempo y de dinero para su realización. En julio del 2006 empecé a trabajar en una historia que giraba en torno al Huracán Katrina, hablo de la situación de uno de los hospitales que estaba rodeado por el agua y que no tenía electricidad. Sin duda, una circunstancia extraña para los estadounidenses, quienes no están acostumbrados a ver el funcionamiento de un hospital en esas condiciones. Claramente, estas personas se encontraban bajo una situación de pánico y se pensaba que muchos pacientes iban a morir, no solo debido a las condiciones climáticas y al caos que atravesaba el hospital, sino a la idea de que por la desesperación los médicos habían ocasionado la muerte de algunos pacientes. Yo tenía mucha curiosidad sobre este caso, pues soy doctora y periodista. A esto se sumó que para ese momento ya había escrito el libro War Hospital: A True Story of Surgery and Survival, y jamás había oído historias como las que se estaban discutiendo sobre el Memorial Medical Center. Por supuesto, yo quería saber si todo esto era cierto o si eran simples fantasías y para ello partí, justamente, de la pregunta que nos motiva a todos en el periodismo de investigación: ¿qué ocurrió realmente? Adicional a esto, quería saber si había o no una historia más amplia e implicaciones mayores en cada uno de los sucesos.

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El famoso “entre la vida y la muerte” es un dilema que siempre existe en los hospitales, pero se vuelve más grave cuando hablamos de una situación de desastre. Mi filosofía al respecto es que el desastre a veces nos puede decir cosas de nosotros mismos que, quizás, conocemos pero que requieren de un verdadero desastre para salir a la luz. Cuando empecé a trabajar tenía cierto nivel de entusiasmo, pero había una pregunta logística sobre cómo hacer la investigación y, a su vez, ciertos retos. Uno de ellos era que algunos de los doctores y enfermeras que estaban en el centro de estas acusaciones habían sido arrestados y, obviamente, tenían abogados que no estaban interesados en hablar con los medios. También, había un archivo de investigación que estaba construyendo el estado de Louisiana, y hubo una fuerte lucha sobre si este se iba a revelar a los medios. Cabe señalar que en la actualidad, casi ocho años después del desastre, este archivo de 50.000 páginas continua oculto al público. Asimismo, fue un gran reto la realización de todas las entrevistas con los profesionales de la medicina y la recolección de documentos, porque era información que no estaba disponible. En ese momento yo era periodista independiente y, como algunos de ustedes saben, en esa posición no se cuenta con mucho apoyo, y cuando uno quiere hacer una historia grande e importante y está solo y sin recursos es realmente muy difícil. De hecho, cuando se es parte de una organización puede serlo incluso más, porque debes producir algo todos los días y es muy complicado convencer al editor de que te deje trabajar en algo que puede tomarte mucho tiempo. Lo cierto es que le lancé la historia a varios editores en diferentes revistas. Tuve personas que me alentaron, como otras que no lo hicieron. Algunos estaban interesados en la historia, pero no estaban dispuestos a invertir en ella hasta que no estuviese terminada. Creo que fue, en parte, porque yo no era una escritora muy reconocida y porque era un trabajo que requería de muchísimos recursos, entonces no se veía como una inversión por parte de cualquier periódico o revista. En ese momento, por lo menos en Estados Unidos, había una crisis de financiamiento para el periodismo y gracias al modelo que llegó con la Internet ya no era posible conseguir recursos a través de la venta de publicidad, que era un método muy utilizado por los periódicos de mi país. De hecho, muchos diarios norteamericanos cerraron y miles de periodistas perdieron sus trabajos. Afortunadamente, y en medio de todo, pude publicar la investigación1. Contó con 13.000 palabras y fue copublicada por The New York Times

1 “Deadly Choices at Memorial”.

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Magazine y, más adelante, por ProPublica2, que para ese momento era aún desconocida. Eso fue realmente lo que me salvó y, por este motivo, siempre les digo a los periodistas que si uno tiene pasión para escribir una historia hay que buscar los recursos, así en ocasiones sean difíciles de encontrar. Lo que hallé durante el proceso de investigación fue que el personal médico le había inyectado intencionalmente a los pacientes sustancias para inducir la muerte. Algunas de las personas involucradas me hablaron, otras no, pero pude establecer que, como mínimo, 18 pacientes murieron después de hacer sido inyectados con morfina y otras sustancias. Esa discusión abrió el debate sobre el cuidado médico en casos de desastre, esto es, cómo se asignan los recursos cuando son escasos, el funcionamiento del triaje y, obviamente, lo relacionado con la eutanasia y el asesinato deliberado de un paciente cuando esta clase de procedimientos no son legales en mi país o en países como Colombia. Ahora bien, creo que uno de los aspectos importantes de hacer un trabajo durante una situación de desastre es forjarlo de manera independiente y tener algún tipo de control sobre lo que uno está publicando. Adicional a esto, es fundamental tener en cuenta el poder que tenemos como periodistas, tanto para hacer las cosas bien, como para dañar a las personas sin quererlo. Hablo, por ejemplo, del poder de hacer el bien aun cuando no veamos un impacto directo de nuestro trabajo sobre el mundo. A este respecto, recuerdo que hace un par de años estaba haciendo un reportaje sobre el desastre nuclear y el tsunami en Japón, y mientras hablaba por teléfono con alguien de este país descubrí que no solo había leído mi libro sobre los hospitales en Bosnia, sino que además se sentía inspirado por él. Por supuesto, también podemos tener un impacto negativo. Por ejemplo, cuando decidimos que hay personas responsables de determinados hechos y al señalarlas provocamos incomodidades. De igual manera, cuando escribimos a cerca de personas cuyas vidas han sido afectadas por el desastre sin detenernos a pensar que leer o hablar sobre sus propias experiencias puede resultarles muy traumático. Claro, hace algún tiempo la literatura psicológica decía que si uno había pasado por un trauma tenía que hablar de él y desde nuestra posición periodística pensábamos que quizás estábamos ayudando a

2 ProPublica: organización estadounidense sin ánimo de lucro que produce investigaciones sobre temas de interés público, gracias a las donaciones que recibe.

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las personas en su proceso; sin embargo, ahora parece que no siempre es beneficioso para la gente hablar de su propia experiencia. Eso es algo que tenemos que tener en cuenta y no necesariamente debemos cambiar lo que hacemos, pero sí debemos tener mucho respeto por el hecho de que las personas que hablan con nosotros, en algunos casos, realmente están haciendo un esfuerzo. Obviamente, es su decisión y derecho el compartirnos su historia, pero siempre debemos tener mucho respeto, sobre todo, en periodismo de situaciones de crisis o desastres. A lo que voy con todo esto es que nunca sabemos de qué manera nuestro trabajo puede tener un impacto sobre otras personas, pues si bien en la era del Internet recibimos mucha más retroalimentación sobre lo que hacemos, no es fácil juzgar el efecto que nuestros escritos tienen sobre los demás. Esto algo que se me hace cada vez más evidente, porque es impredecible saber quién va a sentirse muy gratificado por lo que tú escribes y quién no.

PREGUNTAS DEL PÚBLICO Participante: Sheri, ¿podrías darnos más detalles sobre la historia del hospital en Louisiana? Sheri Fink: Se trató de un proceso periodístico que duró varios años. De hecho, hasta este año estoy terminando el libro de la investigación que empecé en el 2007, es decir, que han pasado casi seis años desde entonces. Creo que, como en cualquier línea del periodismo de investigación, se trata de construir sobre lo que uno ya tiene; inicialmente hablas con una enfermera, la enfermera te sugiere a otras dos personas más, luego hablas con los pacientes y, además, tratas de recoger cualquier tipo de documentación. Una cosa que trabajó a mi favor fue que muchos de los pacientes y sus familiares entablaron demandas en contra del hospital. Así que aunque la demanda penal cayó, porque el jurado finalmente prescribió el asunto, las demandas civiles prosiguieron. Estas demandas, las reposiciones y entrevistas con los abogados, que eran de carácter público, sumado a lo que pude conseguir a través de los familiares fueron muy importantes para mi trabajo. En cuanto a los doctores debo decir que tuve mucha suerte, pues la gente me decía quién estaba más involucrado en ese asunto y simplemente insistí hasta que finalmente di con dos doctores que

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fueron clave para mi investigación. Fui a la casa de uno de ellos, muy a pesar de que no tenía una invitación para hacerlo y de que él no había querido hablar conmigo. Pues bien, cuando me abrió la puerta me dijo: “Tienes pelotas, puedes entrar”. Hice la entrevista y me contó que había inducido la muerte de varios pacientes. Es realmente muy extraño tener una suerte de este estilo, hablo de que alguien te deje entrar a su casa y te cuente su historia, pues bien podría apuntarte con un arma y hacerte daño. Sin duda, lo que hice fue muy peligroso. A este respecto, es muy importante ver cuáles son las motivaciones de las personas, es decir, si estas tienen alguna razón por la cual quieran hablar contigo. En este caso el doctor que visité sentía que lo que hicieron era lo correcto, porque esas personas estaban muy enfermas y jamás habrían logrado salir del hospital. No habrían podido llegar a donde debían, pues tenían que transportarlos hasta el techo del edificio para que un helicóptero los recogiera, los llevara a otro sitio y de ahí continuaran el recorrido en autobús. De manera que los médicos pensaron que algunas personas en estados terminales habrían muerto de todas formas y quisieron ahorrarles sufrimiento. Participante: ¿Tu conocimiento como médica fue fundamental para tu investigación? Sheri Fink: Esto se puede argumentar desde dos lados. Yo sí creo haber utilizado mi conocimiento médico en el periodismo o, quizás, esto es algo que me tengo que decir para no sentirme culpable por no estar atendiendo a los pacientes. En todo caso, es un conocimiento útil para poder entender rápidamente algo del campo médico y, de hecho, en ocasiones me da ese punto de entrada, porque un doctor se siente más cómodo si piensa que está hablando con otro doctor. Viéndolo del otro lado, podemos decir que hay también mucho valor en un periodista no experto, es decir, en un periodista que no necesariamente tiene una capacitación en un tema específico, y que por ello puede ver la situación desde afuera y con mucho escepticismo. Sin duda, un caso contrario al mío que se me ha inculcado la capacitación médica y todos sus valores, y quizás por ese sesgo no puedo ver muchas cosas. De todos modos, yo diría que la clave para trabajar en algo de larga duración y que requiere de muchos recursos es tener pasión, porque es lo único que te va a ayudar a vencer todos los obstáculos.

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Participante: ¿Cómo podemos empezar a hacer investigaciones científicas en un país como Colombia, donde hay muy poco al respecto? Sheri Fink: La clave es ser persistentes. Si tú crees que eso es importante, entonces tienes que pensar en todos los modos que te van a ayudar a obtener lo que quieres. Algo muy útil es volverte experto en el tema que deseas investigar, pues de seguro te ayudará a convencer al editor o al financiador de que puedes hacer el trabajo. Para mí es difícil brindar una asesoría específica porque no sé cuáles sean los retos que ustedes enfrentan en Colombia, pero en general yo diría que hay que seguir luchando por aquello en lo que se cree. Yo sé que no es fácil construir un nuevo camino, así que de antemano los felicito por ser valientes en abrirse caminos, pues es algo que el público quiere ver y, sobre todo, es algo que estamos interesados en hacer. Participante: ¿Cómo pudiste financiar tu trabajo siendo independiente? Sheri Fink: En los Estados Unidos tenemos una buena tradición de organizaciones sin ánimo de lucro que quieren apoyar muchas causas. La gran mayoría tiende a apoyar causas de vida o muerte, por ejemplo, darle de comer a los hambrientos o temas importantes en ese concepto existencial de la vida. Sin embargo, hay organizaciones que quieren apoyar las artes y el conocimiento, y de hecho creo que ahora hay un esfuerzo por convencer a la sociedad de que el periodismo es un bien público y que es digno de apoyo. Gracias a estas creencias conté con el financiamiento de la Kaiser Family Foundation, que apoya el periodismo médico, y de la Asociación Americana para el Avance Científico, que apoya el periodismo científico. También, hice algunos esfuerzos a nivel internacional y, finalmente, recibí apoyo a través de ProPublica. Otra cosa que puedo sugerirles es que utilicen una parte de su trabajo para financiar la otra parte o, por lo menos, para aprovechar y hacer entrevistas y diferentes clases de búsquedas relacionadas con su proyecto. No se qué tan fácil pueda ser, yo siempre me he sentido muy afortunada de haber contado con el apoyo de diferentes organismos, pero estoy convencida de que los recursos están disponibles y de que debemos buscarlos y encontraros. Participante: ¿Sabes si se hicieron autopsias, es decir, si hay pruebas biológicas sobre lo que investigaste?

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Sheri Fink: Sí. De hecho, con un colega de ProPublica, que también estaba haciendo investigación sobre New Orleans, pudimos conseguir muchas copias de las autopsias y de las pruebas de toxicología. Eso fue muy importante porque, aunque había testigos oculares, se necesitaba la prueba de que los pacientes tenían la droga en su cuerpo. También, hubo expertos forenses que realizaron estudios en los cuerpos y pude obtener algunos de esos informes. Asimismo, tuve la suerte de encontrarme con alguien que había tomado nota de dónde estaban las personas; primero de los pacientes y luego de los cuerpos. Lo siguiente fue triangular la información y tratar de recrear la historia. Por supuesto, a veces es frustrante, porque es difícil encajar las piezas del rompecabezas y darle orden a las entrevistas que les haces a cinco personas sobre el mismo hecho y que tienen cinco versiones diferentes. Participante: ¿Has hecho algo sobre Haití? ¿Sabes algo sobre cómo se ha reconstruido? Sheri Fink: Bueno, al igual que muchos periodistas me da vergüenza decir que yo estuve allá únicamente después del terremoto y no he vuelto. Lo que sé es que no se ha reconstruido, es decir, comparado con la cantidad de dinero que recibieron por donaciones o con la buena voluntad que todo el mundo tuvo hacia Haití yo creo que los resultados de la construcción no han sido cumplidos. Indudablemente, si yo no estuviera trabajando es este libro, estaría investigando todo lo relacionado con la ineficiencia de la ayuda. El deseo de hacer el bien y de ser humanitario, como todos sabemos, a veces no produce los resultados que uno quiere y es una vergüenza. Cuando estuve allí ya estaba trabajando en mi libro y fui específicamente para ver cómo se tomaban las decisiones y cómo era el funcionamiento del triaje. Por supuesto, el número de pacientes era mucho más alto que la capacidad de tratarlos; hablo de hacer amputaciones, hacer cirugías, ayudar a la gente a recuperarse de un momento tan crítico, etc. Obviamente, oí historias muy tristes, pero también pienso que fue una lección real, porque es mucho más fácil elaborar un marco para tomar las decisiones de si vas a vivir o a morir, que llevar la teoría a la práctica como lo hicieron algunos profesionales de la medicina durante el Katrina. Claro, tomas medidas con base en la edad de alguien, en la gravedad de su estado, en si es un niño o un anciano, una mamá o un papá.

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Hay muchos factores y, finalmente, son decisiones que uno debe tomar todos los d铆as en el campo de la medicina, pero, sin duda, en las situaciones de desastre es completamente diferente.

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Poderopedia: Las relaciones del poder en Chile Miguel Paz

Dirijo una fundación que se llama Poderomedia, cuyo objetivo es promover la transparencia, la web abierta y la innovación digital en el periodismo de los medios. También, hacemos algunas cosas raras, de esas que implican usar la información y la tecnología para redefinir el futuro de las noticias y, aunque suene cursi, cambiar el mundo. Dentro de nuestra filosofía hay una cosa que es muy importante y es que creemos que el periodismo necesita nerds, me refiero a que necesitamos tecnólogos en las salas de noticias, porque en Internet nuestros desarrolladores y tecnólogos son tan importantes como el diagramador, el diseñador, el encuadernador y demás personas que se ven involucradas en el proceso del diario impreso. El problema de esto es que el periodismo y los medios han sido siempre los primeros en hablar de innovación y los últimos en aplicarla. Voy a poner un ejemplo bastante claro al respecto, si comparamos la industria automotriz con la industria periodística veremos cuánto ha innovado la primera respecto a la segunda. Eso ha sido no solo por la falta de nuevos formatos, sino porque estuvimos cómodos en esa clase de narrativa y en ese tipo de estructura durante, por lo menos, mil años. De pronto todo cambió; llegó la Internet y, como decía Marx, las herramientas de producción dejaron de pertenecerle a unos pocos. Ahora existe un botón que se llama “publicar”, que todos tenemos en nuestro computador y que ocupamos cada vez que enviamos un e-mail. Puede que nos parezca increíble, pero no lo es porque, como decía el viejo John Wayne, la historia del periodismo siempre ha estado ligada a la tecnología. ¿Recuerdan esa famosa y terrible pirámide invertida que nos enseñaban en la universidad y que, de hecho, aún enseñan?

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¿Se han preguntado alguna vez de dónde sale ese modelo de estructura narrativa? ¿Qué genio maléfico nos hizo dejar de pensar en escribir bien y nos enseñó a escribir en pirámide invertida? Bueno, se debe a que había un cable que se llamaba telex y a través del cual se debía decir rápidamente “mataron a John Wayne” antes de que los indios lo cortaran. Eso dejó de existir con la Internet, pues yo puedo enviar mil veces “mataron a John Wayne” o “mataron a John Wayne con un cuchillo, no con una pistola” y no hay ninguna clase de problema. Otro punto que es importante es que dejamos de ir a la calle. En medio de nuestra intención de ser la voz de la ciudadanía y de ser las personas que iban a mediar entre el poder y los ciudadanos, ese lugar privilegiado en el que le íbamos a decir a la gente qué era lo interesante, lo útil, lo usable y lo relevante, dejamos de salir y de preguntarle a la misma gente. Toda una ironía porque para poder conseguir nuestras historias y para poder develar las cosas lo primero que tenemos que hacer es salir a pelar los pies a la calle. Sin embargo, cuando se trata de armar un producto confiamos en nuestro instinto periodístico y no digo que esté mal, creo que es un elemento fundamental, pero hemos olvidado que las cosas que tenemos que hacer deben ser útiles y en el mundo de la tecnología o en el mundo de los soportes, donde el medio también es el mensaje, tenemos que preguntarnos qué tan útiles son las cosas que hacemos. No olvidemos el paradigma de los medios de comunicación hasta los años 50, 60, 70 e incluso 80 que dependiendo del país estaba íntimamente ligado al mayor o menor grado de analfabetismo. En una de las intervenciones anteriores Tatiana Velázquez Archibold comentaba algo terrible que nos invita a la reflexión: “algo que me tomó entre tres y cuatro meses de realización generó solo quinientos clics, mientras que aquello que no me tomó más de diez minutos generó 1.700”. La pregunta es ¿por qué la historia del sur del Atlántico no está contada de manera tan entretenida como la del Harlem Shake? o ¿cómo podemos hacer para que la historia tenga ese grado de viralidad? Eso significa pensar en red, del modo en que es una organización como Consejo de Redacción. De otro lado, pensar en red también implica pensar la tecnología de una manera disruptiva, en donde las herramientas tienen que ser de código abierto porque la subsistencia de nuestros medios pasa, justamente, porque tengamos código abierto. Los que han trabajado o han dirigido salas de redacción saben la diferencia, en términos de costos, entre tener OpenOffice y tener Windows. Y lo que permite el código abierto, sobre todo para los que trabajamos en red y desarrollamos

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proyectos, es que esos proyectos que se desarrollaron puedan ser reutilizados, remixados y redefinidos por otras organizaciones, lo que significa, también, pensar en una nueva forma de entender la propiedad intelectual. En este entorno la propuesta es tener un ecosistema colaborativo y participativo1. Por ejemplo, GitHub, al modo de los centros de documentación que tienen o que solían tener los medios de comunicación, es una plataforma de control para la publicación de código web y para el control de versiones que es súper free. También sirve para hacer libros colaborativos a partir de distintos autores y tener el control de las versiones —eso que a los editores les gusta tanto, que mucha gente meta las manos—. A su vez, sirve para armar aplicaciones web sin un peso, alojando todo en GitHub y utilizando algunas herramientas. Para darles un ejemplo, todas las aplicaciones de las elecciones de Obama que hizo la Radio Pública Nacional norteamericana las hizo con eso, no ocuparon ningún servidor y no gastaron nada en esa clase de cosas. En su blog está detallado cómo lo hicieron2. Ahora bien, esto no es ciencia cuántica ni matemática pura; existen montones de tutoriales disponibles en Internet. De otro lado, tenemos Creative Commons que básicamente es una propuesta de redefinición de los conceptos de la propiedad intelectual y de cómo podemos compartir contenido. Por ejemplo, en Poderopedia tenemos Creative Commons 3.0: atribuir igual y compartir igual. Se trata de que puedes usar todo el contenido que tiene Poderopedia, pero lo tienes que citar y tienes que dejar que ese contenido se reutilice en otros medios de comunicación y en otras organizaciones de la misma forma.

Metodologías ágiles Podría preguntarles si han trabajado con los Post-it o si conocen el modelo fordista de producción, aquel que premió toda la historia del trabajo de la humanidad desde que se inventó la línea de ensamblaje

1 Lectura recomendada: Wikinomics parte con la historia de la empresa Goldcorp y de cómo esta, bajo los modelos tradicionales, estaba muy preocupada porque ya no encontraba vetas de oro. Ante esto, su dueño, en medio de la desesperación, fue a una conferencia de Linus Torvalds y descubrió cómo Torvalds y todos sus computines hacían un software llamado Linux que estaba debajo de todo lo que nosotros ocupamos de manera distribuida y antijerárquica y aplicó esos mismos conceptos a la búsqueda del oro. 2 Election 2012: Electoral combinations.

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y nos dijo que las cosas iban de uno a dos, de dos a tres, de tres a cuatro, de cuatro a cinco, etc. Pues bien, ahora nos encontramos en ecosistemas complejos, donde hay periodistas, programadores, arquitectos de información, publicistas, entre otros y nos enfrentamos con que las metodologías que ocupábamos ahí no nos funcionan. Esto proviene del mundo del software y del sufrimiento que tenían los desarrolladores web para hacer productos que les gustaran. Fue entonces cuando se juntaron en un bar doce gurús o apóstoles de la tecnología, se contaron lo que les funcionaba y armaron una suerte de minidecálogo de agilidad, que además democratiza bastante los procesos y los sistemas de funcionamiento y, a su vez, nos permite probar productos a nivel de prototipo a muy baja escala. Ahora podría preguntarles cuántos de ustedes han participado en proyectos de medios de comunicación que están durante dos años o más en desarrollo y por los que no se les preguntó a nadie. Luego, el proyecto se publica y a los pocos meses es un fracaso, lo que genera un rebote completo en la empresa, pues lo primero que se dice es: “¿viste? ese tipo de productos no funcionan”. Ahí se le cierra la cortina a ese producto y no se hace nada más. Precisamente, las metodologías ágiles y livianas son herramientas que nos permiten llevar las cosas a prototipos tan básicos como una hoja de papel y salir a validarlos sin haber hecho ningún sitio web, solamente diciéndole a alguien: “oye, ¿en este dibujito en dónde apretarías tú?”. A este respecto, les recomiendo A Book Apart, un sitio en el que se habla de testear con los usuarios y de salir a la calle. A lo que voy con todo esto es a que este es el ecosistema en el que estamos actualmente. Hablo de datos abiertos, periodismo de datos, herramienta de datos, negocios de datos, comunidades de datos, pensar diferente, resetear el periodismo, hackear el periodismo, no hackearlo, no pensar como periodistas, pensar a veces como periodistas y tener la gracia de que nada es imposible, de que en nuestro computador existe toda la tecnología que existió en el New York Times hace quince años y lo tenemos al alcance de la mano. Es necesario que aquello que solía ser un matrimonio mal avenido se convierta en el mejor amante que tenemos. Me refiero al trabajo entre periodistas y desarrolladores, y a su versión extendida: periodistas más desarrolladores, diseñadores, arquitectos de la información, expertos en usabilidad, científicos de datos y, si pueden, incluso un halcón milenario que puedan incluir como un juguete en la oficina.

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La Fundación Poderomedia El equipo de la Fundación Poderomedia se ve grande pero en realidad no somos tantos. De los seis que conforman el equipo, solo tres estamos trabajando de manera estable y los demás participan con un par de horas al día o los tiempos que puedan destinar. Adicionalmente, tenemos un grupo de directorio y asesores que, como en toda fundación que inicia, en la práctica son puros amigos. Los proyectos que tenemos como fundación son: poderopedia.org, una plataforma colaborativa de periodismo de datos que mapea quién es quién en los negocios y la política en Chile; hackatons.org, que es una plataforma que ocupamos para hacer hackatons; el Manual del Periodismo de Datos Iberoamericano, un proyecto que estamos tratando de realizar con voluntarios de todo Latinoamérica, España y parte de América del Norte; Hacks/Hackers, que es una comunidad mundial en la que se reúnen muchas personas que usualmente compiten entre sí, pero que a veces se juntan para hacer proyectos por el simple gusto de pensar y de innovar; Ninjas de Noticias, que es básicamente un grupo que acompaña a proyectos periodísticos que necesitan ayuda para algunas cosas, y opendatalatinoamérica.org, que es un sitio web en el que publicamos datos abiertos de los Gobiernos y organizaciones de América Latina, y en el que cada capitulo de Hacks/ Hackers tiene una cuenta. Cabe señalar que los medios y organizaciones de todo Latinoamérica pueden solicitar una cuenta para tener su propio portal de datos abierto.

¿Qué es Poderomedia? Como ustedes saben la información es poder y el poder es tener la capacidad de elegir o de influir sobre ciertos resultados. Todos los periodistas, de una u otra forma, funcionamos con el triángulo personaje-conflicto-poder. Cuando estamos viendo cualquier tipo de investigación o de trabajo periodístico nos vamos a eso que nos permite darle sentido a las cosas, vamos al personaje, al conflicto, al poder y a lo que significa. Eso lo podemos llevar a la más mínima expresión: una novia y un novio peleando y la novia gana. Ahí está nuestro personaje, el conflicto y el poder, y lo que eso significa es que la novia lleva los pantalones en la relación. Poderopedia es un sitio web de periodismo de datos colaborativo que mapea las relaciones entre las personas, empresas y organizaciones más

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influyentes de un país. Ahora bien, nos interesa mapear esas conexiones porque en países como Chile, y me imagino que también en el de ustedes, la cuna, el apellido, el colegio en el que estudiaste, la universidad a la que asististe y el club deportivo o privado al que tienes el placer o no de ir determinan bastantes puntos de tus posibilidades en la cadena de poder o en la cadena social. En Chile, por ejemplo, el 50 % de los directivos, ejecutivos, congresistas y principales actores políticos de nuestro país provienen de cinco colegios, lo que equivale al 0,03 % del sistema educativo nacional. Valga la pena aclarar que los colegios privados equivalen al 6 % de dicho sistema y a pesar de ello tienen un alto grado de influencia. Entonces, saber quién es quién y cómo están interconectados por familias, por escuelas, por vínculos religiosos, políticos, etc. nos permite entender por qué algunas cosas pasan de una forma y no de otra. Esto surge porque yo era subdirector de un diario digital que se llama elmostrador.cl y teníamos el mismo problema que tenían todos los diarios y que, seguramente, aún tienen: a nadie le importa un comino su archivo. Eso es terrible porque el archivo es la sangre de cualquier organización noticiosa, recordemos que una noticia se constituye de un suceso, un contexto y un archivo. Como decía Jacinto Rodríguez Munguía, sin esa memoria no podemos entender las historias que estamos viendo ahora. Y, bueno, yo me aburrí de pelear con la gente que trabajaba conmigo, me aburrí de pedir que me dieran plata para tener un sheriff de etiquetado, alguien que fuese un corrector de pruebas de etiqueta. Así que pensé que tenía que haber alguna forma en la que pudiéramos mantener ese archivo y en la que, además, pudiésemos darle una capa de contexto que nos permitiera, al hacer una nueva historia, buscar en el archivo y tener todas las conexiones y todo el proceso histórico hacia atrás. De ahí conocí la web semántica que básicamente habla de que tengamos formas en las que las máquinas entiendan cómo se estructura la información en Internet, que el Álvaro Uribe Vélez mencionado en Chile es el mismo Álvaro Uribe Vélez mencionado en Colombia, y que la información al respecto pueda estar en un mismo lugar. Con eso descubrí que había una posibilidad súper importante de mapear esas conexiones y de poder hacerlo de la misma forma en que lo establecemos en el discurso. Cuando decimos “Miguel Paz está en Bogotá en el VI Encuentro de Periodismo de Investigación” estamos haciendo una frase que tiene una serie de componentes en el ámbito semántico. Entonces, la Entidad 1 es objeto de conexión con la Entidad 2, esto es, “Juan es amigo de Pedro”, Juan tipo de contacto o tipo de conexión de Pedro.

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Eso podemos hacer que las máquinas lo entiendan a través de ontologías o vocabularios controlados, que son cosas que utilizamos todos los días y en cada situación sin saberlo. Por ejemplo, en un sitio web como amazon.com, en donde nos entregan una serie de posibilidades entorno a nuestros gustos e intereses, están todo el día filtrando y afinando los tipos de posibles tópicos relacionados y generando algoritmos al respecto. Nosotros armamos una ontología que se llama Poder Vocabulary que se puede utilizar para expresar conexiones entre personas, empresas y organizaciones. Pueden ser funcionarios públicos con organizaciones públicas o con empresas, clubes deportivos, etc. Y pueden ser utilizadas de manera distinta, es decir, un diario podría tomarla y aplicarla como diccionario controlado a sus propios contenidos. El objetivo es que sea una herramienta que permita entender por qué las cosas pasan de una forma u otra a través de un mashup de inteligencia humana y artificial. Como decía Mariana Santos, “por suerte los algoritmos no entienden la ironía” y ojalá no la entiendan durante mucho tiempo. Personalmente, pienso que nunca van a llegar a tener la fineza que tiene el cerebro humano, de ahí que sea necesaria esa llave para que la inteligencia humana haga lo que tenga que hacer y el resto se lo deje a los robots. En Poderopedia hacemos perfiles de entidades —hablamos de entidades para referirnos a personas, empresas e instituciones—. Una entidad tiene un perfil o un corpus perfil que está compuesto, desde la perspectiva de contenido, por periodistas, que seleccionamos y filtramos la información pública; usuarios o miembros de la comunidad, que publican, nos envían información, nos sugieren conexiones o nos envían datos de manera pública o anónima; link data, que es todo el sistema de ontología del que les hablaba más atrás; triples, que son las conexiones semánticas, y scraping, que son minerías de datos. Todo eso nos genera un perfil periodístico, unas fichas de conexiones, que sería lo mismo que ustedes podrían hacer en un Excel o en un documento de Word, un mapa de relaciones, que se puede obtener a través de la ficha de conexiones sin saber programar, las fuentes de información que nosotros utilizamos para todo, documentos relacionados y río de noticias, es decir, noticias en las que aparece el personaje mencionado. Todo esto es llamado por nosotros Poderopedia Plataforma Plug & Play porque para poder hacer el sitio tuvimos que armar el software, que es de código abierto y cuya plataforma vamos a estar liberando próximamente. Esta plataforma permite crear perfiles, crear visualizaciones automáticamente, configurar tipos de conexiones —quizás

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alguien no quiere mapear el poder, sino hacer una fútbolpedia—, definir si el contenido es público o privado, añadir documentos, ver historiales de cambio, definir roles, crear nuevos productos y generar inventarios reciclando información. Se los cuento pensando en sus archivos, que de repente están mal, y nuestro software podría ayudarles y lograr que sus medios tengan una nueva capa de conexiones, un nuevo inventario de publicidad y un mayor porcentaje de estadía y de clics. Si entran a Poderopedia se encontrarán, por ejemplo, con la ficha o perfil de Sebastián Piñera, nuestro presidente que es multimillonario y que tiene muchísimas conexiones a todo nivel. Ahí pueden ver una pestaña de conexiones, una de perfil, una de mapa de relaciones, una de documentos, una de fuentes y una de organizaciones y personas relacionadas. Se puede ver que es hijo de Magdalena, sobrino de Bernardino Piñera, nieto de José Manuel Piñera, etc. Toda esa información la extraemos de fuentes públicas, no publicamos cosas que sean del ámbito privado o que no tengan atingencia con la necesidad de información pública, a no ser que la misma persona lo libere, ya sea en su declaración de patrimonio e intereses o, generalmente, en alguna revista del corazón con fotos. En ese perfil podemos empezar a ver los contactos con empresarios, por ejemplo, el contacto con Carlos Alberto Délano, por la universidad en la que estudiaron; con Ignacio Cueto, por trabajo, ya que Piñera era uno de los dueños de LAN, y así consecutivamente. También, es posible ver sus estudios y participación en cargos públicos o privados, a qué partido político pertenece, si es donante o donador, entre otras cosas. Toda esta información se consigna en el mapa de relaciones de Piñera que está disponible en Poderopedia. Asimismo, contamos con un sistema para publicar documentos e incluir anotaciones donde, además, podemos pedirle a la gente o a nuestros usuarios que nos ayuden a hacer esas anotaciones. Un caso es el de Andrés Chadwick, ministro del interior, que es primo hermano del presidente Sebastián Piñera y hermano de Herman Chadwick, presidente del Consejo Nacional de Televisión, ambos miembros de la familia Chadwick que ha ocupado cargos en el Gobierno los últimos 35 años y son dueños de revistas como The Clinic. Actualmente, nuestro nuevo sistema de administración busca ser más amigable y permitirle a los usuarios registrarse, crear o editar contenidos que después se van a verificación y aprobación o rechazo por parte del equipo. Luego, a los usuarios les llegan notificaciones de si fue aprobado o rechazado el contenido y estos usuarios ganan puntos de reputación, con lo cual empezamos a entender quiénes, por

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ejemplo, tiene más o menos experiencia y quiénes están más o menos dispuestos para poder involucrarlos en una comunidad de editores, un formato similar al de Wikipedia. Estuvimos trabajando un año en Poderopedia, en la tecnología y el contenido, y lo lanzamos el día 12, del mes 12, del año 2012, a las 12:12,12. Eso sí, cometimos todos los errores habidos y por haber que uno puede cometer en un proyecto como este. De partida yo les recomiendo como regla santa que nunca hagan un proyecto, sobre todo si tienen poco dinero o poca experiencia, que implique desarrollar tecnología y generar contenidos al mismo tiempo, hagan uno primero y después el otro o hagan uno y consigan a alguien a quien le encante el tema y haga el otro. Ahora bien, Poderopedia no se define como un medio, sino como un metamedio o un paramedio que no busca competir con los medios, sino ser una herramienta que le permita a los periodistas ahorrar un 30 % de su tiempo en hacer fact checking3, es decir, en búsquedas de detalles que pueden ser muy pequeños, pero muy importantes para un artículo. Por otro lado, Poderopedia pretende ser una herramienta que le permite a los ciudadanos tener grandes volúmenes de información y contenidos para que puedan validar sus argumentos a la hora de estar irritados. No sé si pasa acá en Colombia, pero la brecha de la riqueza en Chile es altísima, la ciudadanía en general siente que tiene una asimetría de poder terrible, siente que está cumpliendo su parte en el contrato social, pero que el Gobierno se la está afilando siempre y que siempre está de lado del empresariado. Entonces, hay un interés, a partir de las redes sociales y del uso de Internet, por informase y ejercer presión y activismo ciudadano. Así pues, herramientas como Poderopedia son para los ciudadanos, ya sea a nivel de activismo, de ONG, de grupos que buscan transparencia o que andan buscando eventuales conflictos de interés, que es algo que se ha vuelto relevante y tópico en Chile. Curiosamente, a las empresas que están en el portal también les gusta Poderopedia. Recientemente, estuve en la Embajada de Estados Unidos viendo la posibilidad de que nos financiaran los pasajes para traer a un norteamericano muy importante para que dictara un taller a Chile y me dijeron: “sí, los muchachos del Departamento de Información están muy contentos porque usan Poderopedia para hacer fact checking”. Yo no lo podía

3 Fact checkin: verificación de hechos o verificación de datos.

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creer, somos una organización de cinco personas y los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos nos ocupan para hacer fact checking. En ese momento también nos dimos cuenta de que la gente, al ver esto como una comunidad, no solo querían participar en Chile, sino en otros lugares de Latinoamérica e incluso de Europa. Hemos recibido muy buenos comentarios e ideas de países como Perú, Argentina, Panamá, El Salvador y España, lo que nos demuestra que este proyecto era mucho más grande de lo que nosotros pensábamos. También, hemos recibido reacciones de la prensa mundial en distintos momentos, hablo de países como Estados Unidos, Singapur, Portugal, Canadá, Paraguay, España y Francia, lo que nos confirmaba la de idea de que esto podía ir más allá de Chile, que podía interesar y que nuestra hipótesis de trabajo tenía sentido, quizás porque en todas partes la gente quiere tener otro tipo de fuentes de información u otros modelos de visualizar la información que puedan ser complementarios a la información que ya consumen.

Casos de Impacto En febrero de 2013 se cortó el agua en Santiago de Chile durante todo un día porque hubo un alud en una cordillera. La empresa de agua, que se privatizó hace diez años, se llama Aguas Andinas y resulta que el ministro de interior tenía pagarés por renta fija y acciones equivalentes a 1.8 millones de dólares en dicha empresa. Esa información estaba en su declaración de patrimonio, pero nadie se había dado cuenta, nosotros sí. Obviamente, no es culpa del ministro que haya un alud, pero uno sí puede preguntarse cuál va a ser el tipo de reacción por parte del ministro del interior, que está encargado de la seguridad interior del país, entre ellos de un elemento vital y estratégico para la ciudadanía como el agua, cuando tiene 1.8 millones en acciones. Por supuesto, hubo todo tipo de reacciones de la comunidad de Poderopedia al respecto, pero también y, por primera vez, nos empezaron a cubrir no solamente como un proyectito que estaba ahí, sino como algo en donde ocupar la información y citarla. Otro caso fascinante y aún más complicado, que será abordado más adelante por Juan Pablo Figueroa Lasch de Ciper, es el de Julio Pereira, el director de Servicios de Impuestos Internos, la entidad que se encarga de que nosotros paguemos los impuestos. Resulta

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que condonó una deuda de 129 millones de dólares de tributos a una empresa de Retail llamada Johnsons y en menos de un mes Johnsons fue comprada en 66 millones de dólares por Cencosud, dueño de cadenas como Jumbo y cuyo propietario es Horst Paulmann Kemna, quien, en últimas, compró la empresa por la mitad de lo que valía la deuda. Luego, se supo que Julio Pereira arrendaba un lugar donde Cencosud tiene un mall, y más adelante, vimos que el director de Servicios de Impuestos Internos era el maestro de la elusión tributaria, pues había armado una serie de empresas cascada que le permitían eludir tributo —no evadir porque evadir es delito— como cualquiera de los empresarios que más critica el Servicio de Impuestos Internos. Además, nos dimos cuenta de que este hombre tenía acciones en Replay, una empresa de Cencosud que se iba a beneficiar claramente por la compra de Johnsons, y que, a su vez, tenía acciones del Banco de Chile, que era la entidad que estaba prestando la plata para hacer la transacción. El último caso es muy importante, puesto que pese a ser una organización pequeña fuimos los primeros en dar a conocer la muerte de Guillermo Luksic, uno de los miembros del Grupo Luksic, los dueños de Antofagasta Minerals y el grupo más rico de Chile. Eso se lo publicamos en un newsletter a nuestros usuarios y se los enviamos también a todas las agencias. La rapidez radicó en que teníamos parte de la información armada, así que solo tuvimos que agregar un par de cosas y cambiar tiempos verbales, lo que tiene que ver un poco con el tipo de periodismo que hacemos, sobre todo cuando se hace periodismo independiente, y es que el ingenio lo es todo. Esto me recuerda que cuando estaba en elmostrador.cl éramos siete periodistas y nadie podía creerlo, al dueño del diario le daba vergüenza decirlo y nosotros le decíamos: “no hay que decirlo, pero hay que decir que somos la organización de noticias más eficiente de Chile, porque con siete botamos más ministros que todos los demás”.

¿Quién paga la fiesta? Nuestro primer financiamiento lo obtuvimos de la Knight Foundation, nos postulamos al Knight News Challenger del año 2011 y, por alguna extraña razón, fuimos los primeros latinoamericanos en ganarlo, lo cual fue bueno porque de ahí en adelante se postularon muchos otros proyectos latinoamericanos y algunos de ellos han ganado. Después, recibimos un financiamiento de Start-up Chile, que es un fondo de aceleración de start-ups del Gobierno chileno. Cabe señalar

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que fuimos el primer proyecto sin ánimo de lucro en ganar esto, superamos a 1.500 postulantes. Ahora estamos haciendo producción, diseño web, capacitaciones, etc. y seguimos en la búsqueda de fondos internacionales, de donaciones y alianzas, pero, particularmente, de tratar de generar algún tipo de modelo de sustentabilidad que no dependa 100 %, o por lo menos no dependa en un 70 %, de donantes internacionales, porque eso hace que a veces, en medio de la desesperación de pagar sueldos, uno pierda el norte y en vez de hacer las bicicletas que quiere termine haciendo tanques. Una de las cosas que hacemos mucho es, precisamente, la instalación pagada de los software que desarrollamos. Lo que queremos hacer ahora es la internacionalización de Poderopedia mediante la creación de capítulos por país. La meta es crear, al menos, dos capítulos en Latinoamérica —me encantaría partir con Venezuela y Colombia, y seguir con otros países—. Por otro lado, queremos promover y asistir la instalación del uso de nuestra plataforma de código abierto Plug & Play. Ya estamos trabajando con una asociación de centros de investigación periodística de África, son catorce centros de investigación en catorce países que van a utilizar esta plataforma como un sitio web y lo van a llenar de contenido de todos los propietarios y los dueños de las corporaciones internacionales que están comprando o haciéndose propietarios de todos los recursos naturales en África, donde China y Estados Unidos juegan una guerra de baja intensidad de recursos naturales, seguidos de los amigos brasileños de manera terrible. Estos centros quieren dar cuenta de todo lo que está pasando. Los necesitamos, pero también los queremos ayudar en lo que sea posible. Así que pueden escribirme a miguel@poderopedia.com, voy a estar disponible para conversaciones, preguntas y lo que necesiten.4

Preguntas del público Asistente: Con tantas redes e información recopilada sobre personajes públicos, ¿en dónde queda la privacidad? ¿Para ustedes qué es la privacidad? Miguel Paz: Mientras más pública sea una persona está más sujeta al escrutinio público, por tanto, los criterios a la protección a la pri-

4 Vea la presentación que utilizó Miguel Paz para esta conferencia en el VI Encuentro.

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vacidad que existen en las leyes tradicionales son caso a caso y son sujetos a debatir. Una de las pocas cosas buenas que tenemos los periodistas es que podemos violar la ley y podemos debatir al respecto y, a veces cambiar, la ley. No estoy haciendo una apología a la violencia, al contrario, estoy hablando de que nosotros creemos, y esta es una argumentación producto de muchos años de experiencia y de casos reales, que hay elementos clave que son la verdad, la justicia y hacer bien el trabajo, pero de ahí en adelante cada cosa es caso a caso. En cuanto al tema de la privacidad nosotros lo resolvemos desde una lógica que no es la que tienen los medios. ¿Se han fijado que cuando alguien escribe en un medio para decir algo sobre su privacidad la reacción es: “dile que se vaya al carajo porque nosotros somos un medio y él es cualquiera”? Bueno, nosotros tenemos en cada perfil dos cosas que son súper importantes, que de hecho tenemos que destacar más, una es que uno puede ver el historial de cambio y otra que uno puede ver las fuentes de información que se utilizaron para cada cosa. Nosotros no hacemos ningún tipo de afirmación que no esté sujeta a algún artículo de prensa que se haya publicado o a alguna base de datos pública o privada, ya sean memorias empresariales o documentación privada que tienen que entregar todas las empresas a los tribunales o a las distintas superintendencias que fiscalizan sectores económicos. Adicionalmente, uno puede reportar error o contenido inadecuado y siempre estamos dispuestos a eliminar la información cuando alguien nos señala, por ejemplo, que hay información sobre su familia que no han publicado en ningún lugar y le representa problemas de seguridad o cosas de ese estilo, y no que en realidad sea algo que un poderoso quiere ocultar por conveniencia. Asistente: Poderopedia se parece a otros medios como Twitter o Facebook donde todo queda expuesto; transparencia y conocimiento total. Suena como a un Gran Hermano o a Vigilar y Castigar, pero ahora en manos de la ciudadanía, ¿comentarios? Miguel Paz: Esto ya existe desde el año 60. Si ustedes agitan su celular con la mano un avión drone va a tener una diferencia de error de 2 cm para poner una bomba en su cabeza. Cada uno de nosotros anda con un GPS, con un sistema transmisor de información. Precisamente, por eso vemos en los documentales que los

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miembros de los grupos ilegales les retiran la pila a sus teléfonos, porque así pueden eliminar el monitoreo satelital. Lo que nosotros hacemos en Poderopedia es ser el centro de documentación de los medios y dejarlo público. Nosotros no estamos publicando cosas que no se hayan dicho o que no hayan salido en otros lugares, solamente estamos sistematizándola. Ana María Cuesta: ¿Publican relaciones sentimentales? Miguel Paz: Depende, pues si los vicios privados del personaje chocan con sus virtudes públicas claro que sí se publican. Si no chocan, no se publican. Por ejemplo, el general Augusto José Ramón Pinochet Ugarte fue un famoso dictador lleno de amantes durante su vida militar y nadie publicó nada de eso, porque él nunca dijo que tener amantes era malo. El creador de la constitución fraudulenta de Chile de 1980 era gay y todo el mundo lo sabía, pero nadie dijo nada y nadie se metió en su cama, porque él nunca dijo, por ejemplo, que había que tener una ley antisodomía. A lo que voy es a que nosotros utilizamos los estándares periodísticos generales. Joel Cortés (México): ¿Han logrado integrar información de registros públicos de propiedades y de empresas? En México, aunque esta información es pública, hay que pagarle derechos al Estado para que la proporcione, ¿ustedes cómo lo han resuelto? Miguel Paz: En Chile todo lo que es del registro histórico de cambios (sociedades con o sin fines de lucro) se publica en el Diario Oficial. Uno puede acceder al sitio web del Diario Oficial y obtener cierta cantidad de datos, incluso los tres o cuatro primeros días, y después hay que pagar. Eso lo hemos resuelto con gente que conocemos que paga esa suscripción y con su clave podemos acceder y descargar la información. Esperamos, más adelante, hacerlo de manera distinta. Ahora bien, en Chile vamos a tener un problema súper grande porque se aprobó algo que parece una buena idea, pero que puede ser algo terrible. Hablo de la posibilidad de crear empresas en un día, pues no va a venir con la obligatoriedad de tener una base de datos pública, abierta y gratuita, con lo cual lo que se hace es fomentar la creación de empresas pantalla y falsas, porque los únicos que van a a poder acceder a esa base de datos

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histórica van a ser los que puedan pagar. Entonces, van a haber menos ojos mirando al respecto. En todo caso, me imagino que en México ocurre lo mismo que en Chile y es que siempre va a haber un funcionario enojado que por un interés muy malo, como destruir a sus jefes, o por uno muy altruista, como fomentar la transparencia, podrá ayudar y facilitará la información.

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Escarbando en la memoria histórica

“La ruta del despojo” Ginna Morelo

Quiero contarles cómo fue todo este ejercicio. El primer envión fue de tres meses de dedicación, casi que extrema, y luego hice todo un seguimiento, de aproximadamente un año, que ha generado cosas muy interesantes y un impacto nacional que me parece realmente importante para la región en la que vivo. El departamento de Córdoba es, quizás, uno de los más complejos de Colombia, pues ahí se consolidó el fenómeno paramilitar, los hermanos Castaño hicieron su empresa criminal fuerte en toda la zona y el proyecto de expansión desde Antioquia hasta Córdoba se consolidó hasta el punto de tener un alto número de congresistas puestos por ellos en el Congreso de la República. “La ruta del despojo”, el trabajo que vengo a exponerles, consistió en seguir la ruta de los paramilitares desde el Urabá hasta Córdoba y explicar cómo despojaron de sus tierras a cientos de campesinos y, mejor aún, cuáles son las disfuncionalidades de la Ley de Víctimas y cómo opera en la práctica. La primera parte del trabajo, que fue publicada en seis páginas del diario El Meridiano del Córdoba, representó tres meses de reportería en los que recorrí cinco departamentos, buscando a los protagonistas de las historias. Es decir, fueron 1.770 kilómetros recorridos, la mayoría de las veces sola, aunque en algunas ocasiones me acompañó una colega para hacer algunos videos, ya que intenté presentar el trabajo en dos formatos y, a su vez, hacer

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un blog1, que fue un ejercicio bastante interesante en el que aprendí mucho como novata. Ahora bien, lo más difícil de todo fueron las amenazas que en algún momento del desarrollo del trabajo me hicieron frenar un poco y llenarme de angustias y de miedos, pero tenía que continuar porque era un compromiso que yo había asumido con algunas personas que, muy amablemente, me permitieron meterme en sus vidas, escarbar en los documentos y tratar de entender cómo fueron las diferentes tipologías del despojo en mi región. Quiero contarles los hallazgos, pero también cómo fue hacer este trabajo. Hugo Mario Cárdenas, periodista de El País que me antecedió en el uso de la palabra en otro panel, decía que esta clase de cosas hay que hacerlas en el tiempo de uno, dadas las demás funciones que se tienen, y a esto se suman las dificultades que se generan por las antipatías o discusiones que pueda ocasionar el tema con los superiores. En mi caso tomé la decisión de que esas antipatías necesitaban que yo fuera aún más antipática y, por lo tanto, no iba a dar mi brazo a torcer en cuanto a la realización de un trabajo que le había propuesto con mucho ánimo al Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys), a quien debo agradecerle por haberlo aceptado y por haberme puesto a un editor al frente para que me asesorara en la forma de abordar el tema y en el cómo hacerlo bien. En el año 2004, cuando se hizo la desmovilización de los paramilitares, y por ser de la región y conocer mucho de la historia, entré en contacto específicamente con personas que me ayudaron a reconstruir las masacres más emblemáticas y horrorosas que ocurrieron en el departamento. De esa reconstrucción salió el libro Tierra de sangre, memorias de las víctimas, que publiqué en el año 2009 con el apoyo de Consejo de Redacción. A partir de ahí quedé enganchada con los temas de derechos humanos y conflicto y paz, sobre todo, porque lo que se dice generalmente de esta clase de asuntos está relacionado con la historia de sangre y muerte, pero el hecho de que hablaran las víctimas, o el que reconstruyera sus historias desde sus necesidades y desde sus denuncias ante las autoridades, me resultaba todavía más interesante y, además, un compromiso de vida. Busqué varias historias importantes que me dieron luces para entender el fenómeno. El primer caso fue el de la familia Padilla, víctima del asesinato de doce de sus miembros en el año 97, en diferentes

1 rutadeldespojo.blogspot.com.

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momentos. Los Padilla iniciaron un proceso silencioso y la justicia Colombiana decidió que el excomandante de las AUC Salvatore Mancuso, que actualmente está preso en los Estados Unidos, era el responsable de los asesinatos y, a su vez, se dieron luces para que se empezaran a devolver algunas de las tierras que le habían arrebatado a esta familia; sin embargo, y a pesar de que los Padilla tienen el fallo y algunas cosas entre manos que podrían permitir, de una mejor manera, el avance de su reparación y así recuperar lo que les pertenece, no ha sido posible por la por la falta de celeridad de la justicia. Otro caso abordó al sobreviviente de una masacre que ocurrió en el año 89, en el departamento de Córdoba. En aquel entonces catorce jóvenes fueron asesinados, en menos de una hora, en una población llamada El Tomate. Posteriormente, entre el año 2006 y el 2008, se hicieron con mucho rigor las exhumaciones para desenterrar la historia. Finalmente, un personaje muy desconocido, como todos los que han sufrido el rigor de la guerra en Colombia, quien perdió a toda su familia en La Masacre del Escolar en Tierralta, me puso en contacto con muchas otras personas y desde ese momento empecé a buscar información y a armar un archivo muy grande sobre las víctimas. Este no era solamente sobre sus historias y testimonios, que ya de por sí son una carga alta, sino la documentación de todo el tránsito que sus procesos habían sufrido en diferentes escenarios de la justicia colombiana. Mi objetivo era tratar de conseguir todo lo que existiese, incluso aquello que desapareció, pero sobre lo que había rastros.

Once historias en “La ruta del despojo” Mientras avanzaba en el ejercicio de entender las lógicas del horror y del terror en mi región, y con ánimo, porque luego de la publicación del libro pasé por una época bastante fuerte que me obligó a alejarme del tema por mi seguridad personal y la de mis dos hijos, decidí que era el momento de empezar a contar la historia del despojo. Gracias a la ayuda de muchas personas, entre ellas historiadores, logré trazar una ruta que guió el desarrollo de la investigación. Debo señalar que yo, del mismo modo que Jacinto Rodríguez Munguía, defiendo a capa y espada el proceso de sentarnos a revisar documentos, y a revisar con el que sabe más de historia y de antropología, para así entender las lógicas de lo que sucede, e incluso, comprender a la gente para llegarle mejor. De igual forma, elaboré varios carteles en los que les pedía a los despojados que me contactaran para contarme sus historias, y los

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fijé en lugares visitados por ellos, como la Defensoría del Pueblo o la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía. Luego de procesar toda la documentación y de tener muy clara la ruta, el paso siguiente fue tratar de seleccionar cuáles eran los casos más importantes, porque son muchísimos en un departamento como el mío, que aporta un porcentaje muy alto al número de víctimas en el país, que se calcula, según las declaraciones del presidente Santos, en seis millones de víctimas reconocidas. Pueden ser muchas más. Comenzamos por San Juan de Urabá. La historia en la que me concentré es sobre la familia Mendoza, cuyo padre, el señor Leoncio Mendoza, fue asesinado en el año 2011. El señor Mendoza era dueño de grandes extensiones de tierra entre San Juan de Urabá y Necoclí, dos grandes municipios de Antioquia. Debí realizar varios viajes a la zona del Urabá, fueron tres fines de semana seguidos recorriendo la ruta que recorrieron los Castaño y que hoy recorren las bandas criminales, específicamente ‘los Urabeños’. Por lo demás, hablar con la gente no es fácil, mucho menos cuando saben que están rodeados de personas que continúan ostentando poder y violencia, pero era necesario hacerlo. En ese proceso logramos recuperar, en la Oficina de Registros e Instrumentos Públicos de Turbo, todos los documentos que hacían a los Mendoza poseedores de las tierras. Ahora, yo creo que lo más complicado del asunto es sacar un registro de una oficina colombiana de instrumentos públicos. Uno creería que eso es muy sencillo. Obviamente, el procedimiento como tal lo es porque tú llegas, pides el papel y te lo dan, pero alrededor tuyo hay muchos ojos que saben a lo que tú vas y esa fue una de las experiencias más negativas alrededor de este trabajo. Me hicieron seguimientos, lo sentí, lo viví. Y es que cuando te ven andar por las calles de Turbo buscando documentos la gente se da cuenta de que estás escarbando en algo que definitivamente muchos no quieren que se diga. Fue difícil, pero logré reconstruir la historia. Más adelante, en la segunda historia, me acerqué al municipio de Valencia, conocido por la expansión paramilitar que hizo Fidel Castaño en la zona. Él se hizo a un gran número de tierras, hoy conocidas como Las Tangas, pero también a otra serie de parcelas que están ubicadas en territorio de Valencia y Montería, hablo de Cedro Cocido y Santa Paula. En Valencia nos encontramos con la historia de los Padilla, de la que ya les hablé, y con la historia de una extensión de tierras bastante amplia que, a pesar de figurar a nombre de los Padilla, se encuentra habitada por otras personas. Estas nos dijeron que permanecían ahí por orden de un patrón que hoy está preso en una cárcel de Montería, quien al enterarse del trabajo que estaba haciendo me

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mandó un mensaje claro y directo: que no me metiera con él, que lo dejara en paz. Que los Padilla no existían. La siguiente historia ha dado unos resultados interesantes en el último año en Colombia. Santa Paula y Cedro Cocido son unas parcelas que fueron donadas por una fundación que crearon los paramilitares llamada Funpazcor (Fundación para la Paz de Córdoba), que funcionaba diagonal al comando de la Policía del departamento de Córdoba. En el año 91 se hizo un proceso de paz en Córdoba con el Ejército Popular de Liberación (EPL), lo que generó una especie de paz disfrazada. Los paramilitares, a través de Funpazcor, decidieron regalarles tierras a los campesinos y a los desmovilizados del EPL. Fueron más de 270 personas que recibieron las parcelas cuya extensión era de unas 4 y 8 hectáreas. Este proceso se hizo con escritura en mano, es decir, fueron a las oficinas de instrumentos públicos y registraron las escrituras. Ahora bien, una de las cláusulas de las escrituras decía que ellos no podían vender ni enajenar absolutamente nada, es decir, eran poseedores, podían explotar las tierras en temas agrícolas, pero no podían venderlas en ningún momento. Estas tierras se comenzaron a entregar entre el 90 y el 91, tiempo después los paramilitares, a través de una persona bastante temida en Córdoba llamada Sor Teresa 2, decidieron quitarles las tierras a los campesinos. A través de amenazas y bajo la consigna de que “la compañía necesitaba las tierras” les pidieron que fueran a la notaría a firmar las escrituras de entrega. Para algunas personas las amenazas fueron tan fuertes que no solo tuvieron que firmar, sino además irse del departamento para preservar sus vidas. En el trabajo logré mostrar cómo fue que se organizaron los nuevos poseedores de la tierra, es decir, quiénes fueron todos esos nuevos dueños que en su mayoría eran antioqueños. Del mismo modo, mostramos que una de las parcelas que fue donada por Funpazcor tenía como beneficiaria a la Alcaldía de Montería, es decir, los paramilitares le donaron a la alcaldía una tierra para que construyera un colegio y después se la pidieron de vuelta. La cuarta historia habla de catorce mujeres que salieron desplazadas de diferentes sitios del país. Llegaron a la región, pues Córdoba es uno de los departamentos con mayor recepción de desplazados en Colombia, y empezaron a solicitar sus tierras porque todas habían sido despojadas de ellas. Pues bien, les asignaron una tierra a través

2 Sor Teresa Gómez: exesposa de uno de los hermanos Castaño.

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de una venta, modalidad que se implementó en Colombia muchos años, por medio del Incoder, anteriormente Incora3. Quien les vendió a estas mujeres las tierras fue el actual gerente del Fondo de Ganaderos en Córdoba, una persona que está siendo investigada por despojos de tierras en Necoclí. El problema de este asunto es que las señoras tienen a la fecha una deuda de 180 millones de pesos con el Estado, tierras por las que no deberían pagar porque lo perdieron todo. Sin embargo, mensualmente les llega una boleta del Banco Agrario en el que les piden que se pongan al día. Más adelante, encontramos la historia de las parcelas Costa de Oro, también en el municipio de Valencia. Lo interesante aquí es que Salvatore Mancuso decidió, desde Estados Unidos, que iba a devolver las tierras. Cuando todos recibieron felices el documento de la oficina de Registro de Instrumentos Públicos que confirmaba que eran nuevamente los poseedores de la tierra, les llegó algo, se encontraron con el recibo del impuesto predial de las propiedades. La Alcaldía de Montería les estaba cobrando todo lo que se había dejado de pagar en los años que ellos no vivieron en las tierras debido al despojo de Mancuso. Así pues, lo que quise hacer con el trabajo fue mostrar las disfuncionalidades de la Ley de Víctimas y esos grandes vacíos que el Gobierno no alcanza a cubrir, pero que generan unas paradojas enormes en Colombia. En otra historia mostramos un caso similar al de Costa de Oro, en el que les entregaron las tierras a los propietarios, pero las bandas criminales comenzaron a extorsionarlos. Estas personas que habitaban Paramillo, una reserva natural colombiana muy linda y, también con muchos sembradíos de coca, volvieron a las tierras que les entregó el Estado, pero meses después la mitad de ellas tuvo que salir corriendo porque las bandas criminales les estaban cobrando el derecho a la posesión. En las siguientes tres historias hay cosas muy buenas, sobre todo, porque revelan todos los errores que ha cometido el Gobierno en todas las instancias que tienen como misión atender a la población despojada en Colombia. Hablo de los grandes vacíos que tiene la norma y que empiezan a cubrirse de una forma muy extraña. Tanto así que hoy en Córdoba algunos despojados desean que no se les entregue la tierra nuevamente porque es mayor el problema que van a tener con sus tierras en las manos que siendo desplazados toda la vida.

3 Instituto Colombiano de Reforma Agraria.

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En la décima historia vemos la entrega de las tierras a la familia Salabarría en el departamento de Córdoba. Ellos fueron a la ceremonia y les devolvieron sus títulos de propiedad —son cuatro en total y apenas les han devuelto dos—, pero hasta el sol de hoy no han podido volver a las tierras debido a las amenazas. Un dato curioso es que la entrega de los títulos se hizo en el comando de la Policía de Córdoba por parte del ministro de agricultura y del director del Incoder. Off the record, en una entrevista que le realicé al ministro, me dijo que no podíamos ir hasta la propiedad porque el poseedor aún decía que era de él. La última historia es sobre Las Catas. En Colombia muchas tierras pasaron a extinción de dominio, a la antigua Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE), y fueron entregadas a albaceas para su administración. Posteriormente, las tierras se les restituyeron a campesinos despojados, aunque no es correcta la palabra, pero el Gobierno lo presenta como restitución. A la fecha, y luego de que se hace esta presentación y de que incluso el presidente fue y les dijo a los campesinos “estas tierras son de ustedes”, ninguno de ellos tiene un título de propiedad. El Estado no ha podido desenmarañar el desorden entre la Dirección Nacional de Estupefacientes y los poseedores anteriores, que son los narcotraficantes, pues algunos de sus familiares siguen peleando las tierras jurídicamente y el problema persiste, es decir, que de restitución cero.

¿Qué ha pasado luego de la publicación del trabajo? Hay varias cosas que quiero resaltar. La primera de ellas es que es difícil que en este país se mire a las regiones desde el Gobierno Nacional para analizar los temas con rigor y que, a su vez, desde región se pueda acceder a información en el nivel central. Claro, no es imposible y la persistencia y el interés por el tema permitió que se dieran cosas muy buenas, como lograr acceder a más archivos de los que yo esperaba. Afortunadamente, he contado con esa suerte y fue tanto el interés que algunos jueces de tierras me han permitido conocer más allá de lo que hubiese podido yo creer que podía conocer estando en Córdoba. La segunda tiene que ver con la presentación de la primera demanda de restitución de Santa Paula en septiembre de 2012. El trabajo salió en abril y mayo de ese mismo año, y posteriormente todas las comunidades que hacen parte de la ruta empezaron a organizarse y a exigir que fueran miradas con los mismos ojos todas las denuncias que se

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han hecho y todas las solicitudes de restitución. En todo caso, las amenazas son horribles. Yo les contaba que, quizás, el riesgo más grande para un periodista es que lo amenacen y, aún más, que lo persigan y lo cerquen. A este respecto, he llegado a concluir que a los periodistas en Córdoba no acaban con nuestras vidas, pero nos matan de susto. Recuerdo que, luego de que salió la primera parte del trabajo, mientras salía de la Oficina de Registros de Instrumentos Públicos de Montería, fui abordada por un hombre que me dijo: “No se meta más con eso. El patrón que esta en la cárcel le manda a decir que ya no más”. Más adelante, durante una semana, una camioneta blanca me seguía desde el periódico hasta mi casa, nunca supe quién era ni quiero saberlo, por supuesto. En cuanto a lo de Santa Paula, el juez ordenó en febrero de 2013 restituir a las primeras 120 personas, hay tres fallos del Tribunal Superior de Antioquia a favor de ellas. Una de estas personas, que me llevó a conocer la ruta de lo que fue Santa Paula, Cedro Cocido y Las Tangas, que guardó celosamente los archivos de sus compañeros de lucha, por fin tiene el derecho a su propiedad. Lo impactante es que no alcanzó a celebrar porque en el mismo instante en el que le dijeron que la devolución de la tierra era un hecho, le llegó una amenaza. Por este motivo, tuvo que salir con toda su familia para otra ciudad, yo tuve la oportunidad de hablar con ellos y de contar la historia de cómo teniendo títulos se tuvieron que ir tan lejos. Una historia contada desde el desplazamiento, desde las fallas que tiene la restitución de tierras, que finalmente vuelve a exponer a las víctimas.

Reflexiones alredor de “La ruta del despojo” Como primera medida, y relacionado con el rescate de la memoria histórica, yo creo que lo más interesante, sin duda alguna, es el enfrentarse a toda esa cantidad de información que existe. Yo le invertí mucho tiempo a la labor de revisar toda la información referente a Córdoba sobre memoria y partí de los grandes vacíos que encontré en todos esos documentos y en muchos medios, sobre todo en medios nacionales, porque durante muchos años, específicamente durante la expansión del fenómeno paramilitar en Córdoba, fue muy difícil para los medios regionales contar esas historias, así que solo se veían en los medios nacionales como la revista Semana o el diario El Espectador. Entonces, al hacerme a un archivo de lo publicado, de las masacres desde los años 80 hasta ese momento, de entrevistar a

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diferentes periodistas y de revisar publicaciones que se habían hecho en el exterior, encontré los huecos, los interrogantes que me surgían a mí como periodista, qué inquietudes había, qué no se había resuelto y qué faltaba por contar, que es demasiado, en verdad. De otro lado, y con toda la modestia que pueda existir, considero que el estar reporteando desde la región, en la piel de la gente de la región, viviendo allá y comprendiendo antropológica y sociológicamente sus ideas y concepciones, hace que el resultado del trabajo sea mucho más interesante en cuanto a hallazgos e impacto. Entender esas lógicas y tratar de reconstruir las narrativas con los protagonistas es algo muy satisfactorio Finalmente, me parece muy interesante que este tipo de trabajos le apunten a recordarle al Estado que a pesar del montón de normas y leyes que existen, muchas de ellas no funcionan. Precisamente, la última cosa que hicimos fue una entrevista bastante amplia con el presidente de la República, Juan Manuel Santos, en la que hablamos de cada uno de los doce casos de la ruta y estoy preparando un documento con relación a eso en donde se reconocen cuáles son esos grandes huecos que, creo yo, Santos no va a poder resolver para el caso de Córdoba y para una realidad que se vive en todo el país.

Los casos de Verdad Abierta Cesar Molinares Verdad Abierta es un sitio web que se lanzó hace cinco años y en el que empezamos haciendo un seguimiento del proceso de justicia y paz, en aras de entender en qué nos estábamos metiendo. Como un ejercicio de cualquier estudiante, comenzamos a ir a las versiones libres, a las audiencias y juicios, a meternos en expedientes y revisar todo lo que se había escrito. Era, en cierta forma, una especie de revisionismo. A este respecto, quiero hacer una comparación, la Colombia de hoy es muy diferente a la Colombia de hace siete u ocho años, en la que se desmovilizaron los paramilitares y en donde no había garantías para hacer ningún tipo de investigación. De hecho, al oír a Ginna Morelo, creo que aún no hay muchas garantías. En todo caso, con el Proceso de Justicia y Paz se ha abierto una ventana que antes los periodistas no teníamos, aunque muchos critiquen el Proceso porque afirmen que no hay una dosis de verdad o porque no se está reparando a las víctimas. Este es el

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primer punto que yo quiero resaltar de este proceso de justicia transicional, que sé a muchos no les ha gustado, pero para el periodismo ha representado, especialmente, una gran apertura de expedientes. Así pues, lo que hemos hecho en Verdad Abierta durante estos cinco años es identificar unas líneas de investigación relacionadas o que tengan algún tipo de relación o correlación con el tema de derechos humanos, conflicto armado y violencia. Esa ha sido nuestra aproximación y a partir de eso hemos armado diferentes líneas de investigación en el portal web. Una de ellas es La historia, en donde ustedes pueden revisar la historia de las FARC y de las AUC desde sus orígenes. Retomando a Miguel Paz, hemos tratado de conectar toda la información y de hacer una especie de base de datos de historias del paramilitarismo. Ahora estamos esperando a que haya un proceso de paz con la guerrilla y, de hecho, nos estamos anticipando a lo que va a hacer la guerrilla. Tenemos otras secciones como Víctimas y Justicia y Paz, en esta última manejamos toda la parte de juicios y versiones. Si ingresan al enlace “consulte versiones” verán clasificado todo lo que han dicho los paramilitares, catalogado por sus alias, lo que nos ha servido para identificar dónde se empieza a construir este rompecabezas. Las dos líneas de investigación fuertes de Verdad Abierta son política ilegal y negocios ilegales. Nosotros también hemos contado cómo cometieron las masacres, cómo asesinaron a líderes, a defensores de derechos humanos y, en general, a la población civil que fue víctima de los grupos armados, pero hemos encontrado una veta que es qué hubo detrás de este conflicto. Pues bien, hubo negocios. Esto partió de un derecho de petición que se hizo durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y que nos negó el Incoder, con él queríamos tener acceso a los miles de expedientes y de revocatorias de títulos que se les habían hecho a los campesinos objeto de la Reforma Agraria desde el año 96 hasta el momento de la solicitud. Básicamente, nuestra diferencia en cuanto a la metodología de investigación del tema de tierras, de cómo los paramilitares y sus cómplices o socios se apropiaron de millones de hectáreas en Colombia, es que nosotros empezamos, de cierta manera, investigando documentos, pues lo relacionado con títulos y escrituras en Colombia es público. Con esto me refiero a que no tienen ningún tipo de restricción legal, salvo las excepciones de las reservas de seguridad cuando alguien va pedir algo. Por ejemplo, es bastante complicado, en términos de seguridad, que alguien como Ginna Morelo vaya a un sitio como San Pedro de Urabá a pedir un certificado de tradición, porque, obviamente, no

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es lo mismo que pedir un certificado de tradición aquí en Bogotá en donde “no hay moscas”, como dicen en el argot criminal, es decir, no hay gente viendo quién es el que está pidiendo la información. Ese es el riesgo que corre o la diferencia que hay con el periodista regional, pues se encuentra en la zona en donde se produce o en donde está activo el conflicto. Quiero aprovechar esta oportunidad para reflexionar un poco sobre el método y tener garantías de seguridad, porque investigar este tema no es igual que investigar a un funcionario público que sabes que a lo sumo te puede demandar o te puede llamar cincuenta veces, como nos ha pasado en muchas ocasiones en las que hemos publicado artículos sobre políticos. Estos otros sujetos son armados y todavía tienen algún tipo de poder o de intimidación, y es allí en donde tenemos que cambiar el método de investigar. Por ejemplo, los certificados de tradición pueden solicitarse en cualquier oficina de registro y, de hecho, gracias a las mejoras de acceso a la información que tiene la administración Santos, uno puede pedir un certificado de libertad y tradición a través de una oficina de tierras de la Superintendencia de Notariado y Registro que está en Bogotá y así nos evitamos el tener que ir a las zonas de conflicto. Como pueden ver son riesgos que uno puede evitar. De otro lado, cuando se empieza a hacer la reportería de esos datos uno comienza a identificar nombres y a ver los registros. Por supuesto, eso puede resultar algo aburrido, pues los certificados de libertad y tradición tienen nombres y tienen fechas que dicen cuándo compran y cuándo venden, pero es justamente ahí en donde empezamos a rastrear la historia del predio, esto es, quién compró, cuándo compró y cuándo vendió. En ese punto se empieza a revisar lo que se ha escrito. Yo, por ejemplo, leí la historia de Santa Paula de Ginna Morelo, que habla de catorce predios que suman más de 10.000 hectáreas, que fue lo que donaron los hermanos Castaño y todos sus testaferros.

“Los Castaño donaron tierra usurpada y luego usurparon la tierra donada” Para esta investigación empezamos a revisar qué se había hecho antes, qué se había escrito y qué se había dicho, y con base en eso empezamos a identificar fuentes, posibles víctimas y victimarios e identificamos, a nivel de la justicia, en dónde estaban los expedientes de esos procesos, porque los expedientes también hablan. En este trabajo el 80 % de la reportería es reportería de datos, es decir, buscar

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todas las sentencias que son públicas, todos los expedientes que son públicos, y con eso hacer una línea de tiempo que muestre desde dónde comienza la tradición para poder identificar víctimas y victimarios. Ahora, cuando hago esa línea de tiempo y escribo que un predio fue comprado desde 1910 tengo la posibilidad de limitarlo y contar la historia desde donde yo lo deseo. Aquí empieza la relación con las fuentes judiciales, pues yo tenía la teoría de que Funpazcor no había sido más que un blanqueo de capital. Obviamente, el tema de la violencia y del despojo es muy importante para mí, pero lo que quería ver era cómo a través de una figura de supuesta donación estos tipos habían tapado todos sus capitales. Para ello, me fui hacia atrás y empecé a ver cómo estos personajes adquirieron esas tierras, lo que además me permitió identificar posibles víctimas. Me encontré con tres víctimas antes de 1991, es decir, que estas tierras, además de haber sido despojadas entre 1996 y 2004, tuvieron un despojo previo antes de 1991, lo que generaba un paradoja en la actual Ley de Restitución de Tierras, porque esta ley contempla que se van a restituir tierras para las víctimas de crímenes cometidos después de 1991. A estas tres personas los Castaño les compraron tres haciendas, lo que quiere decir que no eran tres campesinos, sino grandes terratenientes de Córdoba a los cuales los Castaño les compraron las tierras. Es importante señalar que uno de ellos, de la finca Santa Paula, vendió las tierras tres meses después de que lo asesinaron, lo que quiere decir que las escrituras las firmó un muerto. Adicional a esto, tuve que generar todo un contexto de violencia, porque no solo se trataba de ver la escritura o de ver el tiempo de compra y venta, sino de ver qué era lo que había detrás y qué se había dicho ante estos crímenes. En ese momento empezamos de nuevo con el revisionismo del acceso a las fuentes. Por ejemplo, leímos el libro Mi confesión, de Carlos Castaño, en donde él decía que esta persona a la que habían asesinado era narcotraficante. Luego, encontramos en un expediente la declaración de uno de los lugartenientes de Pablo Escobar quien afirmó que se había asesinado a esta persona por guerrillero, no por narcotraficante. Todo eso generó la revisión y construcción de la historia que se había dicho en el libro, aquella que todo el mundo, incluso novelistas que hicieron series de televisión, daban por sentada. Además, nos hizo ver la complejidad y extensión del tema, porque me hubiera podido demorar dos meses más para encontrar muchos más detalles, pero decidimos concentrarnos en la operación de lavado. De modo que

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volvimos otra vez a las escrituras para ver cómo se traspasaban las tierras y para ver las condiciones que aparecían en los expedientes judiciales. Obviamente, Ginna Morelo tuvo toda la ventaja de estar en el terreno y de poder hablar con las fuentes, y aunque nosotros también lo hicimos creo que en los expedientes se pueden encontrar pistas de las historias. De hecho, en los expedientes de restitución de tierras, en los juicios y en las sentencias, hay muchos relatos de los campesinos que nos dieron otro elemento más para soportar la teoría del blanqueo de capitales. Y es que a las condiciones de las que hablaba Ginna Morelo hay que añadir otras cosas, porque no solo se trataba de no poder vender, ni hipotecar, sino que nunca fueron propietarios reales de esos bienes. En este punto es muy importante revisar las coincidencias y el contexto de la lucha contra el narcotráfico, pues en 1991, cuando ellos donan esas tierras, se endurece la persecución del Estado colombiano para la extinción del dominio de los bienes mal habidos. Nosotros hicimos una línea de tiempo paralela de la normatividad con el tema de persecución de bienes y coinciden casi que perfectamente. Así que en 1991 cuando donan las tierras se endurece la extinción del dominio y en 1996 cuando retoman las tierras, porque nunca las dejaron, se vuelve a endurecer el tema de la extinción de dominio. De manera que lo que hacen es una operación de engaño a los campesinos, porque les hacen creer que les dan una tierra, para luego quitárselas y dárselas a sus verdaderos testaferros. Ahora bien, durante todo este tiempo los Castaño nunca aparecen. Para concluir, yo quiero que nos planteemos cómo investigamos para evitar riesgos, a propósito de lo que planteó Ginna Morelo y de encontrarnos en este VI Encuentro de Periodismo de Investigación, que es un escenario propicio tanto para investigadores locales como para estudiantes que están incursionando en la investigación. Hablo específicamente de cómo empezamos a ver los documentos como fuente de información. Claro, no hay una receta, pero yo creo que hay mucha información pública que no tiene reserva en entidades como el Incoder, la Oficina de Registros de Instrumentos Públicos o las superintendencias de notariado que, a través de derecho de petición, deben entregar la información. Claramente, uno tiene que hablar con las fuentes, las fuentes lo guían a uno, lo orientan, pero por medio de la revisión de los expedientes judiciales y de las sentencias de restitución que son públicas uno puede blindar la seguridad del periodista sin tener que entrar en demasiados riesgos.

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“Así mataron a monseñor Romero” Carlos Dada Normalmente, cuando venimos a estos encuentros, y lo digo teniendo en cuenta que hay muchos estudiantes de periodismo, venimos a contar historias y a decir cómo las hacemos, pero a veces se nos olvida explicar, que también es importantísimo en este ejercicio, el porqué estamos haciendo las historias. No es solo el qué y el cómo, sino el porqué. En mi caso particular las investigaciones sobre crímenes cometidos durante la guerra civil en El Salvador se han convertido en uno de mis principales ejes de cobertura periodística o en una de mis principales inquietudes. Yo soy salvadoreño y El Salvador es un país pequeño de Centro América que fue el último verdadero campo de batalla de la guerra fría de los años 80. Fueron guerras muy crueles, la guerra salvadoreña particularmente terminó en 1992 con un acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y la guerrilla. Este acuerdo de paz se fincó sobre una amnistía general que, probablemente, era la única forma de sacarlo adelante y, a lo mejor, esto les puede interesar ya que están nuevamente en conversaciones de paz aquí en Colombia. A partir de entonces el proceso de reconciliación y el discurso oficial fue: “hay que mirar hacia el futuro”, “ya no miremos para atrás”, “no hablemos de lo que pasó en la guerra, porque eso significa reabrir heridas”. Yo tengo una visión distinta y eso es, probablemente, lo que me lleva a investigar estas cosas, porque una de la principales explicaciones del porqué vivo en una sociedad disfuncional y del porqué veinte años después de firmados esos acuerdos de paz El Salvador sigue siendo uno de los países más violentos del mundo, aunque ahora la violencia política sea violencia criminal, es la impunidad. Y la amnistía es justamente impunidad, pues los criminales de guerra se van tranquilos a su casa y deciden que ya no van a hacer la guerra a cambio de que nadie los castigue por lo que hicieron, porque lo hicieron por salvar a la patria, ese es el discurso oficial. Recientemente, estuve en Guatemala viendo el juicio de José Efraín Ríos Montt y la preocupación de la sociedad guatemalteca es tremenda por estas mismas razones: “no toquemos el pasado”, “no reabramos heridas”. Esto es lo que motiva el porqué de lo que hago y es un poco controversial si piensan detenidamente en lo que les estoy diciendo, sobre todo, los estudiantes de periodismo, porque realmente es debatir lo que les deben estar machacando a ustedes todos los días

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en la aulas. Hablo de la famosa objetividad. ¡Cuál objetividad! si yo estoy tomando una posición muy clara ante el discurso oficial del Estado que me dice: “no miremos para atrás y no reabramos heridas”. Yo tomo una posición muy clara al respecto, yo no creo en la objetividad del periodismo, creo en la honestidad y es distinto. El asesinato más trascendente en la historia de mi país ocurrió el 24 de marzo de 1980, cuando cayó abatido de un balazo, mientras oficiaba una misa de novenario, el arzobispo Oscar Arnulfo Romero, monseñor Romero. Lo asesinó un francotirador y no se supo más. Pocos meses después, en medio de un operativo, capturaron a mucha gente y entre los documentos capturados se encontró una agenda que en una de sus páginas internas decía “Equipo Operación Piña” y tenía el siguiente listado: una starlight, un rifle Robert, cuatro automáticas, cargadores, cuatro equipos de seguridad, un motorista, entre otras cosas. Este documento le fue encontrado al capitán Álvaro Rafael Saravia, lugarteniente del mayor Roberto D’Abuisson. El mayor D’Abuisson fue un tipo que se salió del ejército y se robó todos los archivos de inteligencia del Estado y los utilizó para obtener dinero de la ultraderecha salvadoreña, y organizar los llamados Escuadrones de la Muerte. Lo anterior, en conjunto con algunos oficiales de seguridad pública, particularmente, de la Guardia Nacional, la que llamábamos la Policía de Hacienda. D’Abuisson a la postre se convirtió en el fundador del principal partido político de mi país, Arena, que probablemente ustedes conocen porque fue un partido tan exitoso que gobernó durante veinte años y que vino a asesorar algunas de las campañas de presidentes colombianos como Álvaro Uribe Vélez. Álvaro Rafael Saravia, al que le encontraron esta hoja de la agenda, era su lugarteniente. En 1992, después de los acuerdos de paz, alguien quiso llevar a juicio a Saravia, particularmente, porque decían que ese no era un crimen de guerra y no aplicaba la amnistía. El juez decretó que el homicidio ya tenía más de diez años y que, por lo tanto, había prescrito. Años después yo estaba estudiando en los Estados Unidos, cerca al área de la bahía de San Francisco, y me enteré de que alguien había abierto un juicio civil contra el capitán Álvaro Rafael Saravia. Él estaba viviendo en California y D’Abuisson estaba muerto, le había dado cáncer. Álvaro Rafael Saravia nunca se presentó al juicio y lo declararon culpable. Cabe señalar que es un juicio histórico porque es la primera vez en la historia que se declara culpable de un crimen de lesa humanidad a alguien por el asesinato de una sola persona; así de transcendente fue el asesinato de monseñor Romero, fue el asesinato que básicamente desató la guerra en mi país.

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Ahora bien, Saravia no solo no se presenta al juicio, sino que desaparece de la faz de la tierra y es entonces cuando encontrarlo se empieza a convertir en mi obsesión. Me fui al pequeño pueblo en el que vivía en California, en donde tenía una venta de autos usados, y empiezo a buscarlo, a seguirle la pista. Un día simplemente desapareció, no se llevó ni su billetera ni sus llaves, no dejó rastro. Alguien me dijo que estaba relacionado con una mafia de kurdos en Chicago y me fui hasta Chicago a buscarlo, pero no lo encontré. Agoté todas las posibilidades que tenía hasta que pensé: “este tipo no puede seguir huyendo el resto de su vida. Tarde o temprano va a querer hacer un pacto con la gente que lo enjuició”. Entonces, hablé con la abogada que le interpuso el juicio en California y le dije que tarde o temprano él se iba a contactar con ella y que necesitaba que, por favor, le dijera que lo andaba buscando, que quería hablar con él. Eso fue en el 2005, ese mismo año publiqué una nota4 y luego pasé cinco años buscándolo y esperando a que pasara algo, hasta que un día sonó mi teléfono y alguien me dijo: “Saravia quiere hablar contigo”. Cuando Álvaro Rafael Saravia desapareció sacaron un póster de “Se Busca” en los Estados Unidos y cinco años después lo encontré en un pueblo perdido de Centro América, donde ya no conservaba ni su nombre, vivía en la total miseria y en la total marginación, y estaba completamente irreconocible. Ahora bien, hablando del cómo hacemos las cosas quiero compartirles solo un pedacito de la entrada de la nota que hice en ese momento, no sin aclararles que parte de lo primero que hice fue entregarle a Saravia la nota que publiqué sobre su juicio: Comienza a leer despacio, en voz alta: “Algunos años después de asesinar a monseñor Romero, el capitán Álvaro Rafael Saravia se quitó el rango militar, abandonó a su familia y se mudó a California”. En la mano sostiene varias páginas con la impresión de una nota periodística publicada hace cinco años. Se reacomoda los lentes —dos grandes vidrios sostenidos por un alambre—. Tiene las uñas rotas y sucias, y los ojos muy abiertos y agitados. Alertas. Vuelve a leer el primer párrafo. “Algunos años después de asesinar a monseñor Romero, el capitán Álvaro Rafael Saravia…” Hace una pausa y repite ese nombre, que no ha dicho en mucho tiempo: “El capitán Álvaro Rafael Saravia”. Levanta la cabeza y me mira fijamente.

4 “Álvaro Saravia: el primer condenado”.

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-Usted escribió esto, ¿verdad? -Sí. -Pues está mal. -¿Por qué? -Aquí dice “Algunos años después de asesinar a monseñor Romero”. Y yo no lo maté. -¿Y quién lo mató? -Un fulano. -¿Un extranjero? -No. Un indio, de los de nosotros. Por ahí anda ese. -Usted no disparó, pero participó. -30 años y me voy a morir perseguido por eso. Sí, claro que participé. Por eso estamos hablando. 
 Tiene las manos gastadas por la miseria y el trabajo del campo. Unas manos que nada tienen que ver con las de aquel piloto de la Fuerza Aérea convertido en lugarteniente del líder anticomunista salvadoreño Roberto D’Abuisson, y después en repartidor de pizzas, lavador de dinero para la mafia colombiana y finalmente en vendedor de autos usados en California. Ahora ya no es nada de eso. Perdió un juicio al que no asistió, en el que fue encontrado culpable del asesinato de monseñor Romero. -Cuénteme cómo fue. -Se lo voy a contar todo, pero despacio. Esto es largo. Se los comparto, sobre todo, por el cómo, pues este es el principio clásico de una crónica. Una investigación de tantos años decidí hacerla como crónica porque me parecía que era la mejor forma de contarla y de transmitir toda esa cantidad de información que había que transmitir en años y en documentos. Lo encontré muy difícil y busqué muchas maneras de contarlo hasta que vi que la crónica era el mejor recurso para hacerlo.

¿En qué acabó la investigación? Pasé un par de años reuniéndome con él de manera esporádica, porque vivía en este pueblo perdido y yo tenía que salir de El Salvador cada vez que podía para ir a verlo. En varias ocasiones no grabamos, empecé solo a platicar con él, digamos a conocernos, a tratar de hacerlo sentir en una atmósfera en la que él se animara a contar las cosas. Un día

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me permitió tomarle una foto, porque, según él, tuvo una epifanía. Esa fue la primera foto que le tomé, en la que aparece con el póster de “Se Busca” que él no conocía. Después de platicar y platicar con él empecé a confirmar algunas cosas que ya estaban; la mayor parte de esta investigación en realidad ya estaba consignada en el informe de la Comisión de la Verdad y en algunos documentos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero él me la estaba contando de viva voz. Posteriormente, tuve un gran problema, porque después de todos estos años de conversaciones yo tenía una fecha de cierre —las fechas de cierre son importantes—, que era marzo de 2010, cuando se cumplían treinta años del asesinato de monseñor Romero. Era un poco complicado porque la metodología que decidí usar fue hablar con él todo lo que pudiera, sin ninguna prisa y sin ninguna presión, y después darme un tiempo para empezar a buscar todas las fuentes; necesitaba hablar con más de cincuenta personas. De modo que, tres meses y medio antes de mi cierre, decidí cortar las pláticas con él y empezar con todo lo demás, lo que significaba buscar a más de cincuenta personas para hablar con ellas. Mientras tanto ya había mapeado todos los documentos y la ventaja de estos es que no hablan con nadie y se pueden examinar con toda calma sin pensar que eso se va a filtrar por algún lado. No era por una cuestión de exclusiva, porque a veces no queremos hablar con las fuentes por temor a que revelen la información y nos ganen la exclusiva, sino por cuestiones de seguridad, porque si alguien se entera de lo que estamos trabajando y le afecta es mucho más fácil que accione antes de que publiquemos. Al final me voy enterando de algunas cosas, sobre todo, del quiénes financiaron el asesinato, porque no estaba tan claro, y empiezo a atar cabos con algunos documentos desclasificados, como los que mencionaba Jacinto Rodríguez Munguía, y me encuentro con empresarios muy poderosos en El Salvador, algunos de ellos muy activos, que habían financiado directamente todas estas operaciones. Me encontré, además, con la seguridad privada del hijo del expresidente Molina, que fue el grupo que operó el asesinato. Los demás involucrados, como ya lo señalé, eran D’Abuisson, que como les decía era del partido Arena, que pasó veinte años en el poder, y D’Abuisson sigue siendo su figura reverenciada, y el capitán Ávila, otro de los fundadores de Arena y capitán de la Guardia Nacional. De toda esa inmensa cantidad de horas que tengo de conversaciones con Saravia en realidad usé muy poco, usé solo lo que pude confirmar por las fuentes de la investigación, y es que cuando tú hablas

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con una fuente la fuente no habla contigo porque sos una persona que le cayó muy bien y quiere hablarte; siempre hay un interés de por medio, y yo pasé todo ese tiempo tratando de leer cuál era el interés de Saravia y acabé concluyendo que me quería decir algunas verdades y otras no tan verdades, por eso era necesario confirmar lo que iba publicar. También, confirmé que no me estaba contando todo, que se quería guardar parte de la información. Yo creo que a él lo que le interesaba era que yo publicara algo para mandarle un mensaje a quien se lo tenía que mandar, algo así como: “puedo decir lo demás, así que ayúdeme”. Lo anterior, probablemente, porque estaba completamente solo. Más adelante, me enteré de la existencia de un personaje que nadie conocía, el pobre Gabriel Montenegro. Este era un tipo que buscaba drogas en esa época en la que los Escuadrones de la Muerte estaban compuestos no solo por agentes de la Guardia Nacional, sino también por júniores ultraderechistas muy adinerados a los que les encantaba la fiesta. Gabriel Montenegro era uno de estos chicos que llegó a buscar drogas justo cuando iban saliendo al asesinato de monseñor Romero. Básicamente, los miembros de la operación le piden a Montenegro que los lleve en su carro, para que el motorista se fuera adelante en otro y separarse. Así, es como Bibi Montenegro termina siendo el testigo accidental del asesinato de monseñor Romero. Claro, me quedaba la tarea de encontrarlo y de que me verificara los hechos, porque si Bibi Montenegro me confirmaba todo yo iba a contar con cuatro testimonios que respaldarían mi historia. Pues bien, me fui a buscarlo a la Florida, me senté con él y le dije: “Yo sé dónde estuvo usted el 24 de marzo de 1980”. Él me contestó: “¿qué pasó ese día?”. Y yo le respondí: “fue el día en que usted atestiguó cómo mataron a monseñor Romero, porque usted iba en ese carro”. En ese momento el tipo se derrumbó a llorar y ahí yo supe que tenía la confirmación de lo que necesitaba. Él decidió hablar under record y contarme todo lo demás. Así, fui tejiendo la investigación en un paso a paso que inició con las entrevistas a Saravia, siguió con la revisión de documentos y archivos, pasó por la búsqueda de fuentes periféricas, continuó con la confirmación de datos desclasificados, de búsquedas bibliográficas y de entrevistas a más de cincuenta personas, y finalizó con ese terrible parto que es la redacción final, que decidí hacer en crónica. Este trabajo empezó a destapar una serie de reflexiones públicas que para mí tuvieron un efecto muy positivo en la sociedad salvadoreña y es que algunas personas le empezaron a perder el miedo a

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hablar de lo que le había pasado, otras dejaron de avergonzarse por ser víctimas y varias dejaron de sentir que tenían que seguir agachando la cabeza porque las personas que las habían victimizado seguían teniendo mucho poder en El Salvador. Yo soy periodista, a mí no me toca establecer verdades jurídicas, yo no puedo ni pretendo llevar a estas personas a juicio, no es mi trabajo, pero sí puedo hacer mi trabajo en términos de aportar a establecer una verdad histórica y, creo yo, esa es la parte importante, porque a fin de cuentas los países que no tienen historia y que no respetan esa historia, como decía Jon Lee Anderson, son países que al final no tienen moral.

Miriam Forero Ariza Carlos Dada decía al comienzo de su presentación que el origen de la violencia que todavía sigue teniendo El Salvador, aún después de la guerra civil, y que lo hace actualmente uno de los países más violentos del mundo es la impunidad. Creo yo que esa es una de las grandes enseñanzas de este panel, y que nos compete mucho más en una época como la que estamos viviendo, en donde como periodistas nos preguntamos si conviene o no conviene contar las historias en un país que está tratando de llegar a un acuerdo de paz, a que se acabe la violencia y se dejen las armas. Pues bien, aquí tenemos tres casos que nos han mostrado los frutos positivos de un periodismo de investigación que trata de llegar a la verdad y de buscar la memoria histórica, para que después no haya una impunidad que genere más violencia.

PREGUNTAS DEL PÚBLICO Asistente: César, ¿cómo investigar cuando el conf licto está aún activo? Cesar Molinares: Primero hay que establecer unos protocolos de seguridad. Yo respeto el trabajo de Ginna Morelo, me parece que es una investigación valiente, pero mi reflexión al respecto es que a veces nos tomamos tan a pecho nuestro oficio que no vemos la posibilidad de inseguridad que hay, en especial, en temas como este. Básicamente, lo que nosotros tenemos como estrategia es no firmar las notas, claro, en otros países la firma muy importante, pero el periodista tiene que tener mucha seguridad en el modo de hacer su

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trabajo y no exponerse públicamente y que lo identifiquen es parte de eso. También, hemos hecho una especie de protocolo de seguridad. Un ejemplo, por lo general, cuando vamos a terreno vamos en parejas y hay alguien encargado de saber en dónde está el periodista y qué cita va a atender. A esto se suma que cuando el periodista termina la entrevista tiene, obligatoriamente, que llamar. Asimismo, la investigación tiene que estar soportada, no solamente de testimonios, que son muy valiosos, sino también de documentos. Lo digo por experiencia, porque a nosotros nunca nos han llamado ni siquiera a insultarnos, porque siempre hemos tenido respaldo de todo lo que hacemos y una investigación respaldada, obviamente, evita riesgos innecesarios. Asistente: Ginna, ¿cuál es el límite de la labor social del periodismo? Es decir, en esta labor de ir con las víctimas a conseguir los documentos de sus propiedades y de sus tierras puede terminar el periodista convertido en un líder social, ¿eso tiene un límite o, de hecho, consideras legítima esa labor adjunta al periodismo? Ginna Morelo: Yo creo que el periodismo como tal tiene una responsabilidad social. Hablo de que el hecho de contar cualquier tipo de historia, con el objetivo concreto de esclarecer situaciones y de dar a conocer cosas que están ocultas, conocer el porqué del que hablaba Carlos Dada, implica necesariamente que tenemos una enorme responsabilidad social, lo cual no considero que tenga que ver con activismo. Creo que definitivamente el interés que hay frente al tema de derechos humanos en la región en la que vivo es un interés legítimo de, justamente, no irnos a dormir desconociendo absolutamente toda la historia de lo que ha sucedido, para así entender realmente por qué están pasando las cosas ahorita. Entonces, creo que la responsabilidad social es, precisamente, tratar de ahondar mucho más en esa realidad, en encontrar todos esos porqués que mucha gente se empeña en mantener ocultos y en procesarlos de una manera honesta para que nuestros lectores y aquellos que nos siguen o a quienes queremos llegar puedan comprender la magnitud de lo que ha venido sucediendo en una región. Esto no va de la mano de dar pasos más allá, alguien decía que mi trabajo era “valiente”, pues todos lo somos. Para mí también es un riesgo enorme investigar a los poderosos y sacarles todos los trapitos medio limpios, que en el fondo están muy sucios, estando en una oficina cómoda en

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cualquier capital de cualquier país, eso también es supremamente arriesgado. Si lo miramos desde cualquier ángulo siempre existen riesgos enormes, yo recuerdo a un amigo periodista que se puso a investigar las declaraciones de renta de un político en Córdoba y lo empezaron a perseguir los de la Dian y a descubrirle hasta el último resquicio de su declaración de renta, desde que se ganó su primer salario. Él tuvo que afrontar un montón de cosas y tuvo que gastar mucho tiempo y dinero en abogados, es decir, que los riesgos los hay en todos lados. En cuanto a los límites yo creo que están enfocados en sencillamente saber hasta dónde podemos llegar haciendo un muy buen periodismo, con honestidad, con responsabilidad, pero al mismo tiempo tratando de abordar todas las caras posibles de un hecho. Yo defiendo mucho eso porque todo ese montón de datos que procesamos por sí solos no generan nada más que escalofrío cuando uno los ve, así que si no le gastamos tiempo en pensar cómo los ponemos de una mejor manera para transmitir una idea, no vamos a lograr un objetivo concreto. Asistente: Carlos, al comienzo de la presentación decías que hay como una especie de principio en tu país de no hablar de lo que pasó en la guerra. ¿Cómo haces desde El Faro para dar la pelea con los otros medios que, seguramente, tienen algo de esta actitud, de no hablar de lo que pasó, y para enfrentarte a un público que, a lo mejor, no quiere seguir hablando de esto. Carlos Dada: Esta nota de monseñor Romero se convirtió de inmediato en algo viral que terminó sacándonos del aire, fue tanta la demanda por ver esa nota que tumbaron el servidor del portal. En El Salvador ningún medio dijo una palabra de nuestra investigación, la ventaja es que el mundo ha cambiado en el terreno de los medios de comunicación, pues antes si los medios tradicionales no decían las cosas estas no existían. Pero una nota de la que nadie habló en mi país se reprodujo en toda América Latina, aquí en Colombia la reprodujo Semana, lo que quiere decir que los medios tradicionales salvadoreños quedaron como tontos, por decir la palabra más afortunada. Debo aclararles que uno de los empresarios financistas de los Escuadrones de la Muerte, que aparece con nombre y apellido en esta investigación, es el propietario de El Diario de Hoy, uno de los periódicos más grandes de mi país.

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Quizás eso tiene que ver con que no hayan hecho nada. Los acuerdos los firman las parten que hicieron la guerra, nunca escucharon a las víctimas, las víctimas terminan siendo una sociedad civil. Guatemala tuvo 200 mil muertos en su conflicto, ¿saben cuántos cayeron en combate? el 15 %. ¿Ustedes creen que al otro 85 % no le interesa saber qué pasó? ¿Ustedes creen que a las mamás que siguen buscando a sus muertos no les interesa saber qué pasó? Uno de los mejores piropos que me echaron por esta nota fue de un señor muy perseguido en los años 80 que me dijo: “me los hiciste chiquitos”. Cuando le pregunté qué me había querido decir, me dijo que en los 80 los veían como unos monstruos que los aterraban, que los perseguían para matarlos, y que los había convertido en tipos dignos de lástima. Yo creo que esto ayuda a transformar sociedades, no quiero ser tan arrogante y pretender que mi nota lo hizo, hablo de la reflexión de fondo de estas cosas, del rescate de la memoria histórica. En ese sentido Colombia, por supuesto, nos lleva una ventaja de calle, no solo por la riquísima tradición periodística que hay, sino además por la labor valiente del periodismo colombiano durante el conflicto armado. Aquí avanzaron muchos pasos que nosotros tuvimos que esperar hasta la postguerra para empezar a dar. Entonces, ¿cómo lidiamos con eso? pues tengo un público que nos acompaña con esas cosas y así hemos seguido investigando el asesinato de los jesuitas, las masacres, entre otros temas. Acabamos de sacar un reportaje titulado “Las masacres de El Mozote”, que fue un lugar en el que se llevó a cabo la masacre más grande de la segunda mitad del siglo XX, más de mil niños y mujeres asesinadas en un pueblito en El Salvador. Hay un señor al que le tomamos un video, lo hizo Marcela Zamora, en este dice: “sí, yo lo vi, estaba escondido detrás de un arbusto y vi cuando mataban a mi mujer y vi cuando mataron a mis hijos”. Hace un silencio y después dice: “uno no se olvida de eso”. Exactamente.

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Investigaciones de lo local a lo transnacional

El alcalde de Trujillo Christopher Acosta

Este es un trabajo de Infos, una agencia de investigación asociada al Instituto de Presa y Sociedad (Ipys) desde donde se investigan temas con un modelo particular y cuyos resultados se venden a medios de comunicación peruanos como La República, Perú.21 y la Revista Poder. César Acuña es el alcalde de Trujillo, la segunda ciudad más importante del Perú, y es el presidente del partido político con mayor número de autoridades selectas del país, es decir, si uno se pone a sumar entre congresistas, regidores, consejeros regionales y alcaldes provinciales y distritales se dará cuenta de que la mayoría pertenecen a dicho partido. Adicional a esto, Acuña es el presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú, que reúne a todos los alcaldes del país, es candidato presidencial para el 2016, es dueño de cuatro universidades, de un equipo de fútbol profesional y de dos canales de televisión local. Como verán es un hombre con mucho poder y una figura política emergente en el Perú. En este trabajo se investigó cómo el alcalde de Trujillo utilizaba dentro del presupuesto la partida de subvenciones sociales, es decir, de todo el presupuesto solamente me interesó investigar cómo se estaban entregando estas figuras dentro del presupuesto público peruano. Una subvención social es una partida dentro de los presupuestos que le permite a las alcaldías de los gobiernos regionales entregar dineros a instituciones que promueven algún tipo de servicio

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social, tales como: los asilos de ancianos, las estaciones de bomberos o los albergues de niños. Instituciones que por la naturaleza de sus funciones no logran capitalizarse o financiarse del sector privado, así que con esta partida las municipalidades pueden ayudar a financiar sus actividades. Producto de la investigación de la partida de subvenciones sociales publicamos el trabajo “Acuña mete la uña” en la Revista Poder. En este contábamos cómo se estaba usando esta partida en la segunda municipalidad más importante del país. Lo primero que se tuvo en cuenta fue el marco legal para comprobar si lo que se estaba haciendo estaba bien o mal. La subvenciones sociales son reguladas por el Artículo 60 de la Ley General del Presupuesto Público de Perú, que, como les mencioné, aprueba las subvenciones a instituciones que hacen algún tipo de servicio social en el país. Ahora bien, lo que pasó en Trujillo, particularmente con el Concejo Municipal, la institución que reúne a los regidores1 de oposición y a los oficialistas, fue que autorizó al alcalde a disponer de esta partida de subvenciones y lo dotó de uso discrecional administrativo, es decir, el alcalde ya no necesitaba el voto de los regidores para aprobar las subvenciones, sino que él podía decidir a quién le daba dinero y a quién no, lo que quiere decir que el Concejo se saltó esta primera norma y aprobó, en algunas oportunidades por unanimidad y en otras por mayoría, darle ese poder absoluto al alcalde para que administrara los fondos. Luego de que el alcalde obtuvo el respaldo político del Concejo Municipal para administrar esta partida, emitió el Decreto 03108 del año 2008 que reglamenta la entrega y rendición de estas subvenciones. Allí se consignó que, además de las instituciones, a través de este decreto las personas naturales iban a poder solicitar, por diversos motivos, dinero de las subvenciones sociales, lo que significa un segundo filtro saltado por la Municipalidad de Trujillo. A partir de ese momento la partida se incrementó exponencialmente. Cuando el alcalde inició su gestión en el 2007 encontró la partida en 695.000 soles, lo que equivale, aproximadamente, a 350.000 dólares. Año tras año, luego de que se saltaran las dos normas mencionadas, la partida se incrementó hasta en un 600 %, llegando en el año 2010 a 3.384.000 soles, estamos hablando, más o menos, de 1.500.000 dólares para la partida de subvenciones sociales en el año

1 Regidores: título de los concejales en Perú.

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2010, un año en el que además hubo elecciones municipales. En ese momento teníamos, por un lado, unos primeros hechos que nos indicaban que algo venía pasando con la partida de subvenciones sociales y, por el otro, el marco legal de lo que había sucedido. Más adelante, vino la pregunta obvia que nos hacemos los periodistas, ¿a dónde o a manos de quiénes está yendo a parar este dinero? En Infos hicimos alrededor de treinta solicitudes de acceso a la información durante un año y para ello empleé a algunos amigos para que solicitaran la información, es decir, eran una especie de testaferros documentales, porque me prestaban sus nombres y sus firmas para hacer las solicitudes. Fuimos, aproximadamente, cinco personas las que les solicitábamos información sobre el tema de subvenciones a la municipalidad. Cabe señalar que las solicitudes se hacían en momentos distintos, para evitar de alguna forma que la municipalidad se diera cuenta de que había una sola persona recopilando toda la información. Retomando nuestra pregunta de a dónde estaba yendo a parar ese dinero, la primera cosa que hicimos fue solicitar, a través de este sistema múltiple de pedidos de acceso a la información, la lista de personas e instituciones beneficiarias de las subvenciones del año 2007 al 2010, que era el tiempo del primer periodo del alcalde. Luego de algunas semanas nos dieron la lista de beneficiarios y con esta información se diseñó una base de datos, es decir, en una tabla simple de Excel ingresamos todos los nombres de las personas que habían recibido dinero bajo las características de: Distrito, Beneficiario, Organización Social, persona natural o no y monto recibido. Una vez hecha esta base de datos, que contaba con cerca de cinco mil personas, lo que hice fue filtrarla con otra base de datos que ya habíamos conseguido previamente y que contenía los datos de los afiliados al partido político del alcalde, es decir, eran los datos de las personas que habían firmado una solicitud de inscripción en el partido Alianza para el Progreso. Con la realización de este filtrado descubrimos que los montos más altos de subvenciones sociales iban para supuestos beneficios de afiliados al partido político del alcalde; una de cada tres subvenciones iba a parar a manos de ellos. Por ejemplo, encontramos gente que recibió 30.000 soles, como 12.000 dólares, para cubrir asuntos de déficit alimentario. También identificamos a una dirigente vecinal que recibió 37.000 soles para la celebración del día de la madre y solicitudes para construir el arco de ingreso de una urbanización de clase media, para la celebración del día de la mujer, para la culminación de un local institucional, para la adquisición de buzos para niños, para agua y alcantarillado, para

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apoyar a un jardín municipal, entre otras cosas de afiliados al partido político del alcalde. En este punto hubiéramos podido publicar ciertas cosas, pero decidimos esperar un poco y procedimos a corroborar la información en la calle. A este respecto, quisiera darles un consejo, aunque parezca evidente, sobre todo para los estudiantes, y es que no podemos quedarnos solamente con el cruce de datos de unas tablas de Excel; es necesario ir a corroborar lo que nos está diciendo la tabla y eso fue lo que hice, empecé a buscar a las personas y a investigar qué habían hecho con el dinero. La señora Janet Flórez que había recibido dinero para la elaboración de los buzos efectivamente los hizo, pero con el logo y los colores del partido político del alcalde, quien por cierto asistió a la ceremonia de entrega de las prendas. De modo que 58.000 soles del dinero público, del dinero de los impuestos de todos los peruanos, fueron utilizados para realizar buzos con la identidad de un partido político. Otra señora, llamada Juana López Mallqui, recibió dinero para mejorar su comedor popular y lo pintó con los colores del partido político del alcalde. Además de esto, busqué al señor Rómulo Torres Bautista que había recibido 22.000 soles para construir un arco de ingreso para una urbanización, algo que creo es absolutamente innecesario, pero que se hizo y también con los colores de la agrupación política del alcalde. Asimismo, busqué al señor Wilmer Minchola Escobar quien recibió dinero para agua y alcantarillado. Pues bien, él era el más fanático del alcalde ya que pintó su casa con los colores del partido político. Aquí ya teníamos una primera entrega interesante y empezó la discusión interna sobre cómo lo íbamos a hacer; si se iba a realizar por entregas o si íbamos a hacer una gran nota con todo el material que teníamos disponible. Hablo de todos los documentos que se habían pedido y de todas las resoluciones de la alcaldía que administraban y autorizaban que esos fondos fueran a los beneficiarios. Como verán fue un trabajo de leer resolución por resolución y de encontrar lo que nos empezaba a oler mal. Más adelante, encontramos un segundo tema. El 30 de junio del año 2010 César Acuña les ofreció a mujeres dirigentes de comedores populares cheques por 1.000 y por 3.000 soles, que equivalen aproximadamente a 400 y 1.200 dólares. Este dinero era, supuestamente, para que implementaran o mejoraran su comedor popular, es decir, para que compraran ollas, vajillas, entre otras cosas. Lo importante en este asunto es que el ofrecimiento se hizo tres días antes de que entrara en vigencia el plazo de noventa días que le impedía a cualquier autoridad que iba a la reelección hacer algún tipo de acto público

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que pudiese influir en el voto. Este dinero provino, obviamente, de la partida de subvenciones sociales, que el alcalde autorizó a través de la resolución de alcaldía 995 del 2010. El dinero fue entregado el 13 de septiembre del 2010, a dos semanas de las elecciones municipales en las que le alcalde se reeligió, lo que quiere decir que el dinero que ofreció en junio se lo entregó a las beneficiarias a dos semanas de las elecciones. Claro, ustedes podrán pensar que estos comedores son organizaciones sociales que necesitan beneficiarse de la partida de subvenciones sociales, pero lo que además hizo la investigación fue contar cómo se tramitaron estas subvenciones al interior de la municipalidad. Tuve acceso a las solicitudes con las que las señoras pidieron este dinero, porque como parte del reglamento de las subvenciones sociales debe haber una solicitud con la que la persona pide los fondos, no se trata de que el alcalde va y le regala el dinero a quién quiere, sino que tiene que haber un trámite interno en el que la persona explica por qué necesita el dinero. Estas 250 solicitudes a las que tuve acceso se convirtieron en medio millón de soles a dos semanas de las elecciones, solicitudes que estaban en un solo formato y que fueron llenadas con la misma letra. Lo que sucedía aquí es que había una maquinaria, una fábrica de solicitudes que habían sido llenadas por funcionarios de la municipalidad y les habían sido entregadas a las madres de los comedores populares en la periferia de Trujillo para que las firmaran; simplemente iban a donde las señoras y les decían: “señora, si quiere usted 3.000 soles firme aquí por favor”. Obviamente, estas señoras firmaban. En este punto es importante señalar la torpeza en el ingreso de los documentos, pues eran solicitudes fabricadas, que estaban en un solo formato, que fueron llenadas a mano y que ingresaron en su totalidad el domingo 27 de junio del año 2010, un día en el que la municipalidad, obviamente, no atiende. Todas estas solicitudes se convirtieron en cheques por 1.000 y 3.000 soles a dos semanas de las elecciones municipales. Recordemos que cada comedor popular tiene entre 150 y 200 personas, un bolsón electoral bastante interesante que conocía perfectamente el alcalde. Ahora, lo que tenía que hacer, como en el caso de las pequeñas obras de partidarios, era ir a buscar a las señoras y no quedarme solamente con los documentos. Me di una vuelta por la periferia de Trujillo, conversé con algunas de las beneficiarias de los cheques y de allí obtuve algunos testimonios2.

2 Video: Comedores populares niegan haber hecho solicitudes de dinero a César Acuña.

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También, hubo un tercer tema, que es como que la parte más exótica de esta investigación, y es que revisando todos estos documentos, todas estas resoluciones firmadas por el alcalde, la investigación reveló que la Municipalidad de Trujillo a través de la firma de su mismo alcalde autorizó el financiamiento de 27 fiestas, a trabajadores de la municipalidad, con orquestas, con música, con bebida y con alcohol. El motivo de esto era que los trabajadores municipales que se encontraban organizados en sindicatos no tenían una muy buena relación con la gestión municipal del alcalde, pues era un alcalde recién llegado. Dichas fiestas fueron financiadas con dinero de las subvenciones sociales, dinero que debió servir para financiar a los bomberos, a los asilos de ancianos, a los albergues de niños y a diferentes causas sociales. Para la realización de estas fiestas se usó medio millón de soles, estamos hablando de 220.000 dólares que financiaron 27 fiestas durante cuatro años. Los motivos eran diversos, desde el día del trabajo o el día del padre, hasta la celebración navideña y la fiesta de aniversario del sindicato3. El monto más alto es de 49.500 soles, que son alrededor de 20.000 dólares. Como en los otros dos casos teníamos que meternos en las fiestas, así que le pedí a un amigo que entrara a una de ellas y filmara lo que sucedía. Pero, ¿qué ocurrió después? El reglamento de subvenciones dice que cuando una persona recibe dinero de la municipalidad a través de subvenciones sociales está obligada a rendirla, es decir, a entregar los comprobantes de pago para que, por ejemplo, la señora que pidió dinero para medicinas pueda confirmar que, efectivamente, las compró. Lo que encontró la investigación fue que había 3.000.000 de soles, es decir, 1.200 dólares que no tenían respaldo en boletas de venta, comprobantes de pago o facturas. Con los años el monto fue creciendo y para el año 2010, año de la entrega de los cheques de las señoras y año de reelección municipal, más de la mitad del dinero que fue entregado por subvenciones sociales no se entregó, es decir, la municipalidad no ha podido comprobar o explicar cómo se usó ese dinero, en dónde está o en dónde están las boletas que dicen que el dinero fue para los objetivos por los que fue solicitado. Pero pasó algo más. Con esta estructura terminada, que se fue armando conforme iba consiguiendo la información, se publicó la investigación en la Revista Poder. Fueron ocho páginas con todo

3 Video: La fiesta del sindicato financiada por César Acuña.

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lo que les he contado muy detallado y, obviamente, causó un gran revuelo en el país, no solamente en Trujillo, sino en todo Perú porque se estaba evidenciando cómo se manejaban políticamente los fondos del Estado. Por supuesto, uno de los primeros en salir a hablar fue el alcalde César Acuña, quien dijo en una conferencia de prensa: “que se vayan a la cárcel gerentes y subgerentes”. Básicamente, se lavó las manos y dijo que si alguien tenía que ir a la cárcel no era él, porque le había delegado todo a los gerentes y subgerentes y que ellos eran los verdaderos culpables, a quienes, por cierto, tenía a su lado en esa misma conferencia. Sin embargo, en el recinto faltaba alguien, faltaba la gerente de desarrollo social, es decir, la persona que por sus funciones administraba directamente los recursos. ¿Tienen alguna idea de por qué la gerente de desarrollo social, Tania Baca Romero, no fue sentada en la mesa de los culpables? Recordemos la famosa frase del programa de Laura Bozzo: “¡que pase la amante!”. Pues bien, una vez sale la publicación mucha gente me empieza a escribir por Twitter y por correo, desde personas a las que les debían un sueldo hasta aquellos que tenían cualquier tipo de reclamo contra el alcalde. En esa pila de mensajes me encontré con un tipo cuyo correo era anonimusmoche4, quien me dijo tenía material que podía interesarme. Le escribí y le pregunté qué clase de material tenía y me reveló que tenía unas fotos que iban a comprobar la relación directa del alcalde con la señorita Tania Baca Romero. Cabe señalar que durante el proceso de investigación hablé con mucha gente que me comentó esa situación, es decir, era un rumor en Trujillo que el alcalde tenía algún tipo de relación sentimental con la gerente, pero fue algo que yo ni siquiera di a entender en las publicaciones, me lo salté totalmente. Claro, a ella le dimos un protagonismo en la historia, pero en ningún momento dimos a entender que había una relación entre ellos. Finalmente, y luego de coordinar por teléfono, llegó la primera foto del alcalde, en la que se veía muy cariñoso con la gerente de desarrollo social; sin embargo, era una foto que no decía nada, pues todos nos tomamos fotos de ese estilo con los amigos, pero hubo otra que fue todo un ampay. Era una foto del alcalde César Acuña con la gerente de desarrollo social, la responsable directa de la administración de esta partida de subvenciones sociales que se había incrementado en un 600 %, una persona con mucho poder en la administración pública

4 Moche: cultura preincaica del norte del Perú.

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de este señor y con la que, evidentemente, tenía algo más que una relación laboral o una amistad, pues se estaban besando en la boca. Antes de publicar estas imágenes en la web, porque no alcanzaron a salir en la versión impresa de la investigación, realizamos un chequeo para verificar que no fueran imágenes trucadas y averiguamos en dónde y en qué tipo de evento habían sido tomadas. Se trataba del cumpleaños de la gerente de desarrollo social de un año atrás y la persona que me pasó las imágenes había sido parte del círculo cercano del alcalde. Adicional a esto, llamé a Tania Baca Romero y le pregunté si ella tenía una relación con el alcalde, por supuesto, me colgó el teléfono, lo apagó y alcanzó a decirme que todo lo que yo había escrito era falso. Claramente, para ese momento el alcalde ya no quería hablar conmigo. Es importante aclarar que el alcalde es una persona divorciada hace años y que ella no tenía ninguna relación sentimental. Esta situación volvió a darle un empuje a la investigación, muchos diarios locales tomaron las imágenes y publicaron diferentes notas al respecto, incluso, con declaraciones de la oposición. Fue tanto el revuelo en Trujillo que el alcalde salió de la ciudad, se fue para Buenos Aires alrededor de una semana y no quiso hablar del tema. Luego, hubo otra conferencia de prensa en la que el alcalde declaró que habían invadido su privacidad y demás cosas por el estilo. Posteriormente, el Ministerio Público intervino la Municipalidad de Trujillo. El fiscal levantó todos los documentos que habíamos citado en la investigación durante un operativo sorpresa. Lamentablemente, después de que el Ministerio Público recogió toda esta evidencia dijo, sorprendentemente, que no había encontrado delito alguno. A mí eso me dejó perplejo. Como decía Carlos Dada en la intervención anterior, nosotros como periodistas a veces no encontramos verdades jurídicas y para este órgano de control de administración de justicia o de investigación preliminar no había delito porque afirmaba, por ejemplo, que el financiamiento de fiestas mantenía la paz laboral y fomentaba el buen ambiente laboral de la municipalidad, entre otras cosas súper genéricas. Finalmente, el Ministerio Público archivó la investigación y la Procuraduría Anticorrupción está ahora tras los pasos de Acuña y le exige a la Fiscalía que reabra la investigación porque consideran que sí hay delito de peculado, entre otros. El alcalde Acuña ha dicho que va a ser presidente en el 2016, es un tipo con mucho poder y mucho dinero, así que los peruanos estamos rezando para que no nos toque como presidente.

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“ Los diarios secretos de Curitiba” Karlos Kohlbach Este trabajo se hizo a partir de un banco de datos integrados entre el diario Gazeta Do Povo y la RPC-TV. El reportaje lo realizamos en exclusiva y durante dos años con Gabriel Tabatcheik, James Alberti y Katia Brembatti5, dos éramos del diario y dos eran de la televisión. Para ubicarlos un poco, quiero contarles que Paraná cuenta con casi once millones de habitantes y es la quinta mayor economía del país. La RPC-TV es la principal red de televisión de Paraná y la Gazeta Do Povo, que es el diario en el que yo trabajo, es del mismo grupo y es el periódico más grande del estado. Lo primero que hicimos fue recolectar toda la información. Logramos reunir casi ochocientos diarios e iniciamos lo que podría considerarse la parte más aburrida del trabajo, pues teníamos que organizar un banco de datos con toda esa información. Esta tarea nos tomó alrededor de un año y medio, ya que tuvimos que digitar toda la información, todos los movimientos, todos los contratos, todo lo relacionado con los despidos de los funcionarios y crear un banco de datos con, por lo menos, 15 mil líneas de Excel. Nuestra principal preocupación era la precisión en la información porque éramos nosotros quienes la produciamos, no era lo mismo que tomar un documento de la Policía Federal o del Ministerio Público, por ello teníamos que ser absolutamente rigurosos. La base de datos fue verificada cinco veces y la pasamos por 75 mil líneas de Excel con una serie de filtros como nombres de los diputados, contratación, entre otros. Es un banco de datos muy grande que para que ustedes tengan una idea tiene 225 mil líneas de Excel con información. Luego de que estuvimos un año y medio dentro de una sala, trabajando hasta 16 y 17 horas por día, fuimos al trabajo de campo, y ahí es donde se pone buena la historia porque ya teníamos todo, hablo de que teníamos todas las informaciones que conseguimos por Internet y

5 Gabriel Tabatcheik, gabrielc@rpctv.com.br; James Alberti, james@rpctv.com. br; Karlos Kohlbach, karlosk@gazetadopovo.com.br, y Katia Brembatti, katiab@ gazetadopovo.com.br.

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por Facebook, teniendo mucho cuidado con la vida personal de estas personas. A este respecto, quiero decirles dos cosas, por un lado, cuiden mucho lo que ponen en el Facebook y, por el otro, utilícenlo como profesionales, porque es increíble cómo algunas personas en su afán de aparecer colocan toda clase de información. A veces, no teníamos claras algunas cosas, como si ciertas personas estaban emparentadas o no, pero en el Facebook aparecía todo; quién era el padre, quién era la madre, dónde vivía, entre otras cosas, lo que facilitó las conexiones. Adicional a esto, tuvimos más de cien cámaras escondidas, aunque como imaginarán no utilizamos todo el contenido. Lo que creemos importante destacar de este trabajo es la Internet como una aliada dentro del periodismo investigativo y la importancia de no ser rehén de las respuestas oficiales, de verificar la información, porque las personas que hacen ese tipo de desvíos de dinero están preparadas también para cuando son descubiertas. Entonces, tienen que desconfiar mucho de la información, verificarla siempre y producir información usada como referencia para los artículos. Lo que les decía más atrás, tratar de no cometer errores, porque, por ejemplo, nosotros sabíamos que si éramos muy veraces el artículo iba a tener una repercusión grandísima, pero si cometíamos algún error íbamos a ser despedidos.

Peculiaridades del trabajo Hubo una planeación conjunta de televisión y presa escrita, lo que en esa época era un poco difícil porque cada uno quería la exclusividad y cada medio tenía sus especificaciones y sus públicos, pues la televisión abarca mucho más, pero en tiempos reducidos, mientras que el periódico tiene más espacio, nosotros usábamos más de cuatro o cinco páginas por día para esta serie de reportajes. Solo para que ustedes tengan una idea, cuando comenzamos a hacer la investigación imaginábamos que iba a ser una semana con artículos todos los días. Pues bien, en Gazeta Do Povo salieron reportajes durante noventa días, todos los días salían notas sobre el caso. En cuanto a la organización de las informaciones públicas, y retomando un poco a Christopher Acosta, no basta solamente con tener un acceso a un banco de datos, es necesario saber cómo usarlo y saber cruzar información. Ahora, no es suficiente con tener los datos, también tienen que entenderlos porque el Gobierno no les va a dar gratis y organizado todo un banco de datos, al contrario, lo entrega cerrado y

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con dificultades para complicarlo todo. Por este motivo, es importante que ustedes aprendan a producir su propio banco de datos. Durante este VI Encuentro de Periodismo de Investigación se ha hablado bastante de bancos de datos, lo que me lleva a preguntarme, ¿será que estamos repitiendo o será una tendencia en el mundo del periodismo investigativo? Pueden estar seguros de que en todo el mundo se están usando los bancos de datos y, sí, es complicado porque uno tiene que ser disciplinado y alimentarlos. Como les dije, el nuestro tenía 15 mil líneas y hoy tiene 285 mil. Claro, no solo trabajamos en este material, pero lo alimentamos en horas extra porque sabíamos que nos iba a facilitar la vida a la hora de hacer un reportaje. El banco inicial de 15 mil líneas fue divulgado en Internet, lo que provocó una interactividad con el lector muy grande, y luego de que la serie salió al aire recibimos alrededor de dos mil correos electrónicos con más y nuevas denuncias sobre funcionarios. Nosotros hicimos una página web para divulgar el banco de datos, en donde el internauta podía entrar por el nombre o por el sitio de trabajo, por ejemplo, del gabinete de un diputado y hacer las búsquedas. Nuestra intención era, justamente, hacer lo que el poder de la Asamblea Legislativa no hacía; queríamos divulgar las informaciones, solo que en una forma bien organizada. Todos los reportajes y bancos de datos están en ese website. Para el año 2010 tuvimos casi un millón y medio de accesos, 791 mil usuarios únicos y artículos de política entre los más leídos y vistos del periódico y la televisión. Cabe señalar que publicamos un gran volumen de reportajes con los titulares principales y con la libertad para divulgar lo que tuviésemos que divulgar sin importar quién aparecía. Luego de publicada la serie fue instalado un sitio electrónico para controlar a los funcionarios y los diarios pasaron a ser publicados en Internet y en la prensa oficial del estado. Los diarios sueltos acabaron y hubo una comprobación de los desvíos de dinero de, por lo menos, 100 millones de dólares, la estimativa es de 500 millones en quince años. El Ministerio Público puso más de diez acciones judiciales y también ha pedido el bloqueo de más de 500 millones de dólares en los bienes involucrados. Asimismo, se presentaron protestas en trece ciudades del estado y la sociedad presentó un proyecto de ley estableciendo reglas para más transparencia en la gestión de recursos públicos. Los directores principales de la asamblea y funcionarios fantasmas fueron despedidos, las operaciones policiales dieron como resultado el arresto de 33 personas, la Policía Federal abrió más de una investigación y el Ministerio Público del estado abrió una fuerza con

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más de veinte promotores para investigar los casos. Recuerdo que después de la serie tuvimos varias conversaciones con el director de la Policía Federal y con gente del Ministerio Público porque la sociedad pedía respuestas rápidas de las autoridades y esperaban que al día siguiente de las publicaciones se dieran toda clase de operaciones. Nosotros sabíamos que las cosas no funcionaban así, entonces nos reunimos mucho con ellos para mostrarles nuestros documentos y que ellos realizaran su propia tarea. Hasta el día de hoy hay varias investigaciones, entre ellas a treinta diputados.

La autopista de la selva Carlos Eduardo Huertas Esta historia comienza, tal vez, hace una década cuando Ricardo Uceda, director ejecutivo del Ipys, viajó por el continente compartiendo su evangelio del periodismo de investigación, momento en el que empezamos a encontrarnos con gente con la que teníamos inquietudes comunes. Cada encuentro tenía una particularidad y es que hablábamos mucho, tomábamos cerveza, parrandeábamos y teníamos temas comunes. A partir de ahí quedé con la inquietud de que aquí había una realidad transnacional que debía ser contada. En el 2012 tuve la oportunidad de estar como Becario Nieman y mi proyecto fue tratar de desarrollar una plataforma periodística para trabajar sobre temas transnacionales en América Latina. Después de un año de trabajo, de clases, de analizar modelos y de hacer desarrollos tuve una cita con uno de los gurús de este tema, quien yo esperaba fuera uno de mis principales financiadores. Fue una reunión de una hora y en inglés, que nos da duro a los latinos que no tuvimos la fortuna de ser de colegio bilingüe, y debo decir que la cosa no estaba saliendo nada bien. Al final de la charla, cuando yo estaba completamente abatido, él hizo un dibujo mientras me decía: “además de todo lo que tú has explicado, este concepto de transnacional yo no lo entiendo mucho, porque yo conozco el periodismo local —las realidades que mostró Christopher, el periodismo hiperlocal—, conozco el periodismo nacional o regional —que podría ser de lo que habló Karlos con los “Diarios secretos”, que involucra a toda una región— y conozco el periodismo internacional, y ahí yo no veo el periodismo transnacional. Y yo, así como abatido en el piso,

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lo único que hice fue quitarle el esfero, trazar una línea y decirle: “bueno ahí está, ahí yo lo veo”. Y lo que yo veo en América Latina es una región llena de oportunidades, con muchas aristas sociales, históricas y culturales. Pero además hay un momento especial y es el ánimo que tiene este proyecto. Lo primero es una América Latina con quinietos millones de personas y con una particularidad especial, desde hace veinte años, que no es mucho tiempo en la historia, los países le apostaron, mayoritariamente, a la democracia. Todos sabemos que las democracias en América Latina tienen variables de otros países, pero finalmente hay una apuesta social a la democracia como sistema de gobierno y eso ha empoderado a una sociedad civil. Segundo, en América Latina desde hace cerca de un siglo se ha venido dando un proceso de ideas de integración a nivel gubernamental y a nivel político. Esto comenzó en el 46 con la OEA y a partir de ahí, en los años 70 y 80, han surgido toda una suerte de organizaciones que están funcionando y de las que uno, sobre todo aquí en Colombia, conoce muy poco, porque Colombia tiene la peculiaridad de ver la realidad de manera “ombliguista”. Justamente, alguien comentaba durante este VI Encuentro que nuestros medios son escasos en información internacional y la verdad es que muy pocos de estos fenómenos que están sucediendo en el continente y que están teniendo una vigencia importante se están registrando. Como les decía, esto comienza desde la OEA y pasa por la integración de mercados en temas como Mercosur, como el MILA y como el CELAC, lo que muestra que en este universo de organizaciones y de integración de temas políticos están sucediendo cosas, puede uno estar de acuerdo o no, pero ahí están pasando cosas. Lo siguiente aborda la realidad económica, pues si vemos una línea de crecimiento económico de América Latina como región nos daremos cuenta de que tiene un crecimiento superior al del promedio del mundo de manera sostenida durante una década. No en vano el principal millonario del mundo, el señor Carlos Slim, a quien le debemos las buenas comunicaciones de celular, ocupa el top ten de la lista de millonarios de la revista Forbes, en la cual aparecen cada vez más compañías que se conocen como multilatinas, que tienen su origen en América Latina y su principal operación y centro de negocios dentro de la región. Esto concluye que en ese universo están sucediendo cosas tanto en el mundo político como en el económico. Ahora bien, esto se está traduciendo realmente en oportunidades para que los ciudadanos de América Latina cambiemos la forma mise-

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rable en la que se han manejado las administraciones públicas de nuestros países. Esto se está reflejando en un cambio político y social que transforme a esta región y que nos haga preguntarnos a dónde se está yendo este crecimiento económico tan impresionante o si estamos replicando esta situación que hemos vivido durante quinientos años. Este es el reto que yo creo que como periodistas debemos tener, con una variable adicional y es que América Latina es particularmente prolífica en los negocios de lo ilícito y este es el tema que está mayormente transnacionalizado en el continente. Hablo del contrabando, la trata de personas, el tráfico de animales y, obviamente, todo lo relacionado con el narcotráfico y el lavado de dinero. Lo que yo creo, y puede que alguno de ustedes no esté de acuerdo, es que están sucediendo muchas cosas que son relevantes, que son de interés público, que son por las que trabaja el periodismo y la prensa no las está registrando. Ocasionalmente, hay accidentes o temas de carambola en los que un periodista de Perú, en uno de estos encuentros, se contacta con uno de Panamá y empiezan a encontrar conexiones de cosas y desarrollan un proyecto, pero no hay iniciativas de manera sostenida o de manera regular. Eso es lo que da pie a este proyecto con una variable adicional y es que, como ustedes saben, en América Latina la prensa está muy concentrada en los temas de la capital, en los temas de los centros de poder, lo que hace que la gran prensa nacional, como fenómeno general en el continente, ni siquiera registre lo que sucede en sus regiones ni en sus zonas de fronteras, mucho menos está preocupada por lo transnacional. Entonces, todo lo que está sucediendo acá en temas económicos y políticos, y todas esas decisiones que están afectando la vida de los ciudadanos nadie las está contando. Ahí es donde surge este proyecto que se llama CONNECTAS que, entre otras cosas, es una plataforma trilingüe —inglés, español y portugués— que busca generar un espacio soportado sobre tres pilares. Un pilar tiene que ver con la financiación de proyectos en América Latina, financiación de periodismo independiente, otro pilar tiene que ver con todo el tema de datos y de compartir información relevante y de interés público, y el último está centrado en la producción de reportajes y temas transnacionales. Todo esto que les cuento se veía muy bonito en el Power Point, pero tenía que llevarlo a prueba y ese era un poco el reto que tenía cuando estaba al frente del personaje que les conté al comienzo. Entonces, lo que hice fue hacer un primer reportaje para poner a prueba si esto realmente interesaba o no, o si mi interlocutor efectivamente tenía razón y esto no le interesaba a nadie. En la universidad en la que

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estaba me reuní con un grupo de estudio conformado por estudiantes de arquitectura y estudiantes de la maestría de desarrollo y de la maestría ambiental, y no me reuní con ellos en función de ellos como fuente, sino como parte del equipo de trabajo, que es una de las cosas que me parece interesante y es el cómo podemos integrar otros saberes dentro de nuestro oficio sin necesidad de que sean propiamente fuentes, sino casi coparticipes del asunto. CONNECTAS tiene una particular preocupación por cinco temas clave para el desarrollo de América Latina y son los temas de infraestructura, los temas de energía, los temas de tecnología, de medio ambiente y de telecomunicaciones. ¿Por qué estos temas? Porque lo fácil, lo relativamente fácil, es cubrir el narcotráfico o el crimen organizado, que son los temas que están sobrecubiertos, pero mi interés son estos temas en los que están sucediendo muchas cosas y que no están siendo cubiertos y sí están significando cambios. Entonces, decidimos comenzar un primer ejercicio que era un tema de infraestructura y ubicamos un proyecto que es la primera carretera que rompe el Amazonas, esto es, atraviesa el Amazonas y permite la conexión de una costa del Atlántico sur al Pacífico, lo que quiere decir para todo fin práctico que es un Canal de Panamá en seco del que poca gente conoce. Obviamente, lo conocen en Perú porque pasa por ahí, y lo conocen en Brasil, pero con menos interés porque este sigue siendo un país que mira mucho hacia sí mismo y hacia Europa, que es algo que por supuesto va cambiando y es uno de los retos importantes a superar. En ese momento me pregunté qué era lo que estaba sucediendo en el centro de esa conexión donde se cruzan Brasil, Bolivia y Perú. Para eso decidimos hacer una primera prueba que consistía en decirle a la gente que nos diera dinero para ir a hacer el reportaje. Utilizamos una plataforma de crowdfunding en Estados Unidos llamada Kickstarter en la que uno monta un video, hace una solicitud específica y eso empieza a tener un comportamiento viral para buscar fondos. Nosotros nos habíamos propuesto una meta de 3.500 dólares en quince días, que era una meta razonable, y superamos la meta en un 15 %. De modo que 73 personas decidieron apostarle a esto por medio de diferentes cifras, desde 5 dólares hasta 200 dólares. Lo interesante de esto es que no todos eran amigos, es decir, obviamente había amigos a los que uno les pedía que por favor aportaran algo, pero el 50 % de estas personas era de origen latino en Estados Unidos y no las conocíamos. Cabe señalar que este era el primer proyecto latinoamericano en Estados Unidos para esta clase de búsqueda de fondos.

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Más adelante, decidimos ir a la zona, hicimos un recorrido mucho más corto que el que hizo Ginna Morelo, pues ella recorrió 1.700 km y nosotros recorrimos 700 km. Esto generó una relación muy particular con esos primeros financiadores que nos dieron 5 o 10 dólares, porque les estábamos reportando todo el tiempo qué estábamos haciendo. Para ello, montamos un blog cerrado en el que les íbamos contando el tipo de historias fascinantes que íbamos a empezar a publicar. Por ejemplo, una de ellas abordaba a un centenar de haitianos que había quedado atrapado en la frontera debido al engaño de unos coyotes en Haití, pues se los llevaron de Haití a Panamá y de Panamá a Ecuador —se vinieron por carretera cruzando Ecuador y Perú— hasta llegar a la frontera con Brasil para entrar ilegalmente a este país. Estas personas, que hablaban creole, porque ni siquiera hablaban español, estaban en una población de cerca de 1.200 habitantes, lo que quiere decir que el 10 % de la población estaba atrapada en la frontera, porque no había paso y se estaba generando un problema social. Como parte de la campaña que publicamos y de este tema de colaboración, que es muy emocionante, una persona se acercó y nos dijo que quería conocer un poco más sobre el tema, esta persona era documentalista y se vino con nosotros para hacer el reportaje. Esto terminó en el especial “La autopista de la selva”, que está disponible en el portal de CONNECTAS y en el que van a encontrar tres historias centrales basadas en las tres preguntas que direccionaron el reportaje: ¿cuál es la historia de esta carretera?, ¿cuál es su impacto social? y ¿cuál es su impacto ambiental? Encontramos una carretera que comenzó con un presupuesto de 900 millones de dólares y terminó costando 2.600 millones de dólares, fue hecha por una firma que hace, permanentemente, más y más contratos en América Latina. Una carretera patrocinada por fondos multilaterales que se supone tienen como misión auspiciar el desarrollo del continente, pero se les olvidó el detalle de incluir el presupuesto del impacto social y ambiental, que para un proyecto de 2.600 millones de dólares solamente decidieron destinar 18 millones en una región tan sensible como el Amazonas. Asimismo, descubrimos personajes fascinantes, como un funcionario público local al que asesinaron después de interceptar todo un cargamento ilegal de madera. A su vez, el estadounidense que nos ayudaba con nuestra historia en Estados Unidos, un científico que ha venido promoviendo todo un tema de integración en la región. Y en Brasil una gente que está utilizando tecnología satelital para monitorear todo el tema de quemas y el comportamiento de tala ilegal en la zona.

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La nota tuvo un impacto interesante que queríamos saber, al final, en qué se traducía. El trabajo involucraba a tres países —Brasil, Bolivia y Perú— y habíamos recaudado 4.000 dólares. Una de mis metas era que el reportaje fuera visto en dos países más, pues de tres a cinco países para mí ya era un buen indicador. Yo pensaba que si habíamos recaudado 4.000 dólares y si cada dólar significaba un clic, lo que nos llevaba a 4000 clics, tendríamos un indicador sensato para una cosa que había salido de cero a algo. Según nuestro Google Analytics el reportaje fue visto en 103 países, entonces técnicamente lo vio medio mundo y tuvo 33.0000 visitas, lo que es una cosa absurda y realmente fuera de toda proporción, yo también me sorprendo y me pregunto cómo se logró. Creo que algo hizo clic, es decir, creo que hay unas realidades que sí están interesando, que están pasando y que no se están contando. Y definitivamente creo que hay un universo gigantesco de historias por contar dentro de esas realidades. En este momento CONNECTAS está trabajando en un segundo proyecto, que se va a presentar en veinte días y para el que nos asociamos con el Centro de Investigación Periodística de la Universidad de Boston. Una colega venezolana, Emilia Díaz, viajo allá a presentar y a desarrollar una investigación que aborda el mercado de etanol en América. La pregunta es quiénes son los zares del etanol en América, qué tan vivo es su comportamiento empresarial y qué tanto este tipo de corporación realmente esta siendo sostenida o esta siendo sustentada por los ciudadanos. Ahora, ¿cuál es la diferencia que hay en América Latina? Que el ecosistema para el periodismo en la región está cambiando, y esa es, precisamente, la mayor oportunidad que tenemos. Todos estos encuentros de periodismo de investigación nos han permitido familiarizarnos con la gente y hay una red de organizaciones, de asociaciones, de grupos, de nuevos medios en donde se está haciendo el periodismo de mayor calidad, que no está pasando por los medios tradicionales. Esto se está haciendo desde La Silla Vacía con unas cosas muy interesantes y desde Agenda Propia en el Cauca con un par de colegas que se fueron a una región que necesita periodismo, porque los grandes medios se están yendo de donde se necesita el periodismo, que es una cosa paradójica. Tengo completamente claro que esto no es algo nuevo, lo que nosotros proponemos es hacer un modelo sistemático para producción regular y que aporte otros elementos adicionales para permitir que ese periodismo transnacional fluya. Creo que el gran modelo a seguir

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en el mundo y, obviamente, en América Latina es el del Consorcio de Periodismo de Investigación, que es el que acaba de procesar toda la información de la filtración de paraísos fiscales y que ha tenido un gran impacto a nivel mundial. Sin embargo, también se han hecho otros ejercicios interesantes. Por ejemplo, una cosa reciente que se hizo desde Concejo de Redacción, y que lideró Ginna Morelo en coordinación con varios medios, fue averiguar cómo estaba funcionando el mercado de los bonos de carbono en América Latina. También, están las historias que está haciendo Armando Info, en alianza con Clarín, con Últimas Noticias y con otro medio en Ecuador, para ver cómo está manejándose en otros países la plata de subsidios de Venezuela. A su vez, está lo que hizo la fundación periodística MEPI, que dirige Ana Arana y que trabajó con ProPublica una historia sobre una víctima en medio de la guerra; o la historia de El Faro, que es un documental transnacional sobre temas de inmigración, o lo que ha hecho Ciper, que aborda la minería en Chile, Perú y Colombia.

PREGUNTAS DEL PÚBLICO Asistente: Karlos y Chistopher, ustedes realizaron investigaciones que tuvieron un desarrollo muy largo, estamos hablando de una investigación, en el caso de Christopher, que duró un año y de otra, en el caso de Karlos, que tuvo un trabajo de dos años. ¿En algún momento tuvieron el deseo de dejar las investigaciones? Si es así, ¿por qué razón? Christopher Acosta: No dejarla, al contrario, me iba interesando más por el tema, pero sí sentía la necesidad de apresurarme con la publicación. Cuando iba encontrando algunos temas ya cerrados dentro de este universo pensaba que podía publicar, pero era un tema de tener una parte de la historia, esas ganas naturales de todo periodista de que algo en la historia ya está cocinado, pero seguía y encontraba otras cosas, entonces era un tema de paciencia. Como tal abandonar la investigación no, pero sí publicar más rápido y por partes. Karlos Kohlbach: Así como Christopher creo que todos los periodistas tenemos algo de olfato, cuando vemos que ya hay una noticia no vamos a soltarla. Después de un año y medio jugábamos diciendo que habíamos perdido todo ese tiempo, porque ya no teníamos vida

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social, eran trabajos de 16 o 18 horas por día en una sala de redacción, pero uno definitivamente no piensa en abandonar ese trabajo, porque uno vive, siente y huele que hay una noticia. Fue aburrido, pero extremadamente brillante para nuestras carreras, nos abrió oportunidades, nos dio la oportunidad, por ejemplo, de venir a este VI Encuentro a contar la experiencia. Asistente: Carlos Eduardo, tú nos has mostrado otro escenario y es esa posibilidad de establecer redes para vincularnos y desarrollar un proceso de periodismo transnacional, pero como periodistas que trabajamos en el campo de investigación y que nos conocemos y sabemos en dónde están las redes, ¿qué es lo que nos falta para consolidar esos procesos? Carlos Eduardo Huertas: Yo lo resumo en una palabra y es creer. Hace ocho años cuando comenzamos Consejo de Redacción con un grupo de colegas nadie creía que una organización de estas podía existir en Colombia y que pudiera ser autosostenida por periodistas. Bueno, aquí estamos y se están haciendo cosas interesantes. Hace seis años cuando comenzamos con la idea de armar ZoomOnline y trabajamos muy duro con Miriam Forero en ello nos decían: “¿y esto para qué?”. De hecho, alguien en algún momento dijo: “porque no pensamos que esto fue simplemente una buena idea, un buen sueño”. Pues bien, ahí está y está siendo útil. Entonces, yo creo que hay un tema de confianza propia que requieren siempre este tipo de procesos y el hecho de ver todos los proyectos que hoy se están haciendo en Colombia, desde las regiones y en los medios, tiene que ver, creo yo, con que mucha gente ha creído y eso va a seguir transformando cosas.

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Radiografía al negocio de la educación Juan Pablo Figueroa Lasch

Este es un trabajo de todo el equipo del Centro de Investigación Periodística (Ciper) y hace parte de una línea de investigación que hemos seguido, principalmente, desde el 2011, pero con trabajos que incluso venían desde el 2008. La investigación puede ser leída como varias historias; puede ser la historia de la caída de dos ministros, puede ser la historia del porqué el Ministerio de Educación en Chile se vio obligado a cerrar una de las universidades privadas más grandes del país, puede ser también la historia de por qué el sistema de acreditación de la universidad y de aseguramiento de la calidad en la educación superior en Chile está completamente en crisis o puede ser la historia de cómo mejorar el modelo educacional, uno que en varias concepciones es bastante perverso. Si bien esta historia la empezamos fuertemente en el 2011, que fue cuando iniciaron las grandes movilizaciones de los estudiantes en Chile, tenemos que remontarnos un poco más atrás para reconocer un error que cometimos los periodistas chilenos. En el 2006 se dio la primera manifestación de los estudiantes, la llamada “Revolución de los pingüinos” porque los uniformes que usan los estudiantes en Chile hacen que realmente parezcan pingüinos. En ese momento los estudiantes de educación primaria y segundaria empezaron a manifestarse en contra de un sistema al cual consideraban injusto, principalmente, por la gran brecha de calidad de educación que existe entre la educación pública y la educación privada, que finalmente es considerada como una educación para pobres y una educación para ricos. Con estas primeras manifestaciones los estudiantes se tomaron colegios y el movimiento comenzó a tomar cada vez más fuerza. Tanto

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así que ya no eran solamente los alumnos de la educación pública los que salían a las calles a manifestar, sino que empezaron a salir los estudiantes de la educación privada, que nunca antes se habían sumado a este tipo de manifestaciones y que hicieron de estas algo masivo. También, se fueron sumando los estudiantes de la educación superior, hecho que hizo que esto se convirtiera en una especie de movimiento social, aunque desafortunadamente no llegó a eso. En aquel momento buscaban derogar la LOCE, la ley que regía la educación en Chile y que fue promulgada en 1990, un poco después de que saliera la dictadura, aunque venía desde tiempo atrás. Esta era una ley compleja en diversos sentidos porque lo que hacía, en general, era apoyar y profundizar mucho más las diferencias sociales que existen entre los distintos tipos de educación. Adicionalmente, no establecía mecanismos que le permitieran al Estado fiscalizar qué era lo que estaba ocurriendo con la educación. Esto ocasionó que, durante mucho tiempo, la educación privada pasara sin intervención alguna y sin cumplir índices de calidad. Ahora bien, a pesar de que los estudiantes salieron a las calles, de que hubo mucho movimiento, de que involucraron a la ciudadanía y de que se puso por primera vez y de forma masiva en la mente de los ciudadanos el tema del negocio y del lucro en la educación, los periodistas no supimos qué hacer con eso. Hablábamos del lucro, hablábamos del negocio y cometimos el error de seguir con las consignas, de no profundizar qué era lo que había más allá, no supimos cómo desmenuzar ese sistema para saber qué estaba pasando. Lo que sucedió más adelante fue que los estudiantes lograron sentarse en una mesa con los parlamentarios y eliminar la LOCE. Esta fue remplazada por la Ley General de Educación, que presentaba algunos avances, pero que en el fondo seguía siendo lo mismo. En ese punto los periodistas chilenos seguíamos cometiendo el error de no investigar y no desmenuzar qué era lo que había detrás del negocio de la educación, así que todo siguió prácticamente igual. En Ciper nos había interesado mucho el tema de la educación, lo considerábamos central desde hacía mucho tiempo, y en el 2008 hicimos una investigación a partir de unos datos que nos llegaron sobre una serie de autocontratos que existieron en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, la principal universidad estatal del país. Allí descubrimos que los directivos de la Facultad habían armado un modelo de negocios para obtener sobresueldos, a través de una fundación homónima que funcionaba paralela a la misma Facultad y que, gracias a sus cargos, era regida por estos mismos directivos.

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Por medio de la fundación contrataban asesorías a sociedades que ellos tenían con sus esposas o con sus familiares, asesorías que nunca se realizaron y que eran por contratos millonarios. Nosotros pudimos comprobar todo eso, hablo de los contratos, de cuánto se pagó y de todo un modelo de negocio que se estaba armando entre un grupo de académicos de la universidad estatal de Chile. La excusa que nos daban en la universidad era que esto normalmente se hacía, porque si no esos mismos profesores, que eran de los mejores de Chile, y yo creo que en parte lo eran, mirarían hacia universidades privadas en las que les podrían pagar mucho mejor y ese era un riesgo que la Universidad de Chile no estaba dispuesta a correr. Esta investigación, que duró algunos meses, terminó en el 2008 con la renuncia de varios de los directivos, uno de ellos incluso fue enjuiciado y perseguido por el Consejo de Defensa del Estado (CDE) bajo el cargo de hacerle fraude a una universidad estatal, que finalmente es un bien público. Ahora bien, en aquel momento volvimos a cometer el mismo error, pues a pesar de que estábamos hablando de una universidad pública no supimos ver cómo esa pieza encajaba dentro del puzzle gigantesco que es el negocio de la educación en Chile. Así que de todas formas seguíamos con la deuda, seguíamos con esa pequeña pieza de un puzzle que no supimos cómo armar, cómo desmenuzar. Lo que al final pudimos ver fue que el negocio creció entre 1980 y 2010. Por ejemplo, en 1980 había dos universidades estatales en Chile, seis privadas de carácter público, es decir, con financiamiento directo del Estado, y no había ninguna universidad privada. En 1985 había tres universidades privadas y cinco años después, en 1990, había cuarenta universidades privadas, y eso siguió aumentando en los años siguientes. El número de universidades estatales también se modificó, porque si bien la Universidad de Chile estaba repartida en todo el país fue dividida y se formaron otras universidades. Este fue un crecimiento completamente inorgánico y se dio a través de la autonomía que iban adquiriendo las universidades, que ya no dependían del poder político ni administrativo, sino que prácticamente dependían de su capacidad de hacer negocios para poder ir creciendo. De modo que se fueron multiplicando y se fueron expandiendo distintas universidades, por distintas partes del país, lo que a su vez generó que fueran teniendo cada vez más alumnos. Esto también aumentó el tema de matrículas, pues en 1983 teníamos 108.049 estudiantes universitarios en Chile y, actualmente, son más de un millón de estudiantes, de los cuales 661.862 son estudiantes universitarios.

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Cabe señalar que la gran mayoría de estos estudiantes está en universidades privadas, lo que nos lleva a preguntarnos a quiénes está llegando la educación superior privada. Pues bien, a la población más vulnerable de Chile, porque hay todo un sistema de acceso a través de la PSU, que es la Prueba de Selección Universitaria, en la que los puntajes más altos obtienen cupos para entrar a las mejores universidades y las mejores suelen ser las públicas, pero los mejores puntajes siempre los sacan las personas que vienen de colegios privados. De manera que hay una gran brecha que no se ha podido subsanar durante los últimos años, pues a pesar de los cambios que se han hecho se sigue manteniendo esta brecha entre educación para ricos y educación para pobres. Situación que ya estaba completamente consolidada cuando la gente comenzó a salir a las calles en el 2011. En Chile todas las instituciones de educación superior son por ley sin fines de lucro, pero la gran diferencia entre estas con cualquier otra corporación sin fines de lucro del país es que no dependen del Ministerio de Justicia, sino que dependen del Ministerio de Educación. Ahora, otro cambio que es clave para entender cómo funciona todo esto es que a subdirectorios sí pueden pertenecer personas jurídicas con fines de lucro, es decir, sociedades comerciales y esto es fundamental para entender qué es lo que viene y cómo se ha formado este gran negocio, que más que un sistema de educación es un mercado de la educación en Chile. Después del 2006 y de los fracasos del cambio de ley, que finalmente no fue al fondo de problema, sino que había sido un cambio puramente cosmético, la situación no dio para más y entre abril y mayo del 2011 esto dejó de ser un movimiento de los estudiantes y pasó a ser, en muy poco tiempo, un movimiento social en el que toda la ciudadanía se sentía representada. Lo que estábamos viendo en ese momento en Chile era a miles de alumnos y de familias que estaban endeudadas por pagar altos aranceles para estudiar en universidades que, muchas veces, no entregaban una calidad educativa acorde a lo que estaban pagando. Una educación que les daría un título que al salir al mercado no valdría nada, porque con él no podrían encontrar trabajo y seguirían endeudados con los bancos y con las instituciones. En las calles las consignas de los estudiantes le apuntaban al fin del lucro, a la gratuidad de la educación y a la calidad, es decir, lo que estaban pidiendo era mayor gasto público en la educación y que se finalizara el lucro, porque ya todos sabían que existía y sabían cómo funcionaba. Le pedían al Ministerio de Educación y a las autoridades que se pusieran los pantalones y que fiscalizaran, cosa que no

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habían hecho en los últimos treinta años. Todas estas movilizaciones fueron explosivas, a los mismos periodistas nos explotaron en la cara las consignas del lucro, las consignas de la gratuidad y de la brecha entre calidad de la educación para pobres y ricos. En Ciper decidimos no cometer los mismos errores de antes; si estábamos hablando de lucro, teníamos que ponerle cara y nombre a ese lucro, debíamos darle forma, definir de qué estábamos hablando cuando hablábamos del lucro y de qué estábamos hablando cuando hablábamos de empresas relacionadas, qué era lo que hacían y quiénes eran. La primera universidad privada que se movilizó fue la Universidad Central, entraron en paro, se tomaron la facultad y salieron a las calles, porque en ese momento todo lo que decían las autoridades de la universidad era que estaban buscando una alianza estratégica con un grupo de inversión. Nosotros supimos que se estaba hablando claramente de una venta de la universidad, no de una alianza estratégica, pues era algo que implicaba cambios en los estatutos de la universidad para que en vez de académicos pudieran participar como miembros del directorio sociedades comerciales. Adicionalmente, se vendían la cartera de alumnos, que es en donde está el capital real de las universidades, y los inmuebles, ya que el 45 % de estos pasaba a pertenecer a este grupo de inversión que, además, obtenía el 50 % del control de la universidad, todo esto por unos 45 millones de dólares. Entonces, hablábamos sencilla y llanamente de una venta, por más que los directivos de la universidad dijeran que no lo era, que era una alianza estratégica. Así que para poder subsanar los errores del pasado decidimos meternos ahí y ver cómo se estaba estructurando la venta, porque lo que veíamos en las calles era que la gente todavía estaba gritando, saltando o tomándose instituciones y edificios, estaban atacando el lucro, porque estaban en contra del lucro y de que los dueños se lucraran a costa de ellos y del desmedro de la educación, pero todo desde algo que seguía siendo etéreo. Y si bien tuvimos acceso a más de 120 documentos entre actas de directorio, de asamblea, cartas y correos, para poder darnos cuenta de cómo se iba a efectuar esta venta teníamos que entender cómo funcionaba la universidad. En ese punto descubrimos que esta universidad era muy distinta a muchas otras universidades privadas, porque funcionaba solamente como corporación y la corporación era dueña de todos los inmuebles y de todos los activos. También, nos dimos cuenta de que tenía una estructura democrática en la que los estudiantes y académicos tenían poder de voto frente a las decisiones importantes que tomara la junta directiva. Como podrán imaginar para tomar la decisión de la venta se

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pasaron por alto a los estudiantes y académicos que estaba en contra y lo que hicieron fue construir una compleja estructura de negocios. Para entender esta parte tuvimos que revisar balances y contratos, y nos dimos cuenta de que toda esta estructura consistía en la recuperación de 19 sociedades donde los profesores y los organismos pasaban a ser accionistas y todo el patrimonio que no pasaba a ser del grupo de inversión pasaba a un fondo de inversión privado donde los accionistas también eran los mismos profesores y directivos. Por supuesto, quienes habían creado todo este negocio tenían la mayor cantidad de acciones y mucho más poder de decisión, en últimas, una mayor tajada de la torta. Este movimiento concentraba el poder y la toma de decisiones de la universidad dentro de un grupo reducido de personas, que eran, precisamente, los que habían formado todo este negocio y los que llegaron con el grupo de inversión privado, que era un grupo también vinculado al partido político de la democracia cristiana en Chile. Esta investigación fue clave para que los estudiantes y académicos entendieran cómo se estaba orquestando el negocio. Se hicieron asambleas, llevaron el asunto ante la justicia y al final no les quedó otra opción, a los directivos y al grupo de inversión, que no se quiso seguir metiendo en problemas, que echar para atrás la venta. Es importante señalar que los directivos que estaban armando toda esta operación decidieron renunciar. Ahora, mientras que para la Universidad Central fue el cierre de ese proceso, para nosotros fue tan solo el primer paso, porque empezamos a ver cómo podíamos desmenuzar una estructura de negocios dentro de una universidad y cómo eso se podía repetir en las 36 universidades privadas de Chile e, incluso, en algunas de las universidades estatales. El siguiente paso que nosotros dimos fue abrir una nueva etapa de la investigación que intentaba comprender el negocio, apuntar al sistema, porque ya no se trataba solamente de una universidad o de dos, sino de un sistema completo que estaba en crisis y en cuestionamiento. Lo que nos encontramos fue un modelo de negocios que era bastante burdo, hablando en términos generales, pero que era, a su vez, bastante sofisticado. Es decir, cada corporación o la gran mayoría de las corporaciones privadas sin fines de lucro, que eran las universidades, contaban a su alrededor con una estructura de empresas relacionadas, que eran las propietarias de los inmuebles y a través de las cuales se hacían rentas o se le prestaban servicios o asesorías a la universidad. Valga la pena aclarar que todas estas sociedades o estructuras de negocios estaban completamente vinculadas y armadas por los mismos dueños de las universidades.

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Lo que estábamos buscando era cómo toda esa estructura de negocios finalmente succionaba los recursos de las universidades para traspasarlos no como excedentes que se debían invertir en la corporación, sino como ganancias de la sociedad relacionada, que repartía utilidades para sus propios dueños. Eso lo hicimos a través de dos vías. La primera fue la vía de los académicos y fue un trabajo bastante duro que si bien no requirió tanta investigación sí generó la realización de contactos y la regeneración de lazos y puentes con el mundo académico y con las mismas universidades, porque tenemos que reconocer que el mundo académico es importante para ver qué es lo que está pasando, para analizar lo que están haciendo, para hacer un diagnóstico del panorama y también para generar propuestas. Por supuesto, a nosotros como periodistas no nos corresponde generar propuestas de cómo mejorar esto, les corresponde a los académicos o a los intelectuales o a la gente que tiene las capacidades y el conocimiento para hacerlo. Lo que hicimos fue armar un sitio de debate a través de una red de contactos con académicos que publicarían en Ciper una serie de columnas en donde iban desmenuzando el lucro y las falacias de los distintos puntos del debate público sobre el tema de la educación. El libro de Fernando Atria que se llama La mala educación surgió, precisamente, de una de estas series de columnas que publicamos en Ciper. Él publicó una serie de diez columnas que se llama “Los 10 lugares comunes falsos sobre la educación chilena”, en la que iba desglosando cada uno de los argumentos que decían, por ejemplo, por qué el lucro era aceptable o por qué era injusto que la educación fuera gratuita para todos y que la gente que pudiera pagarla tuviera el derecho a estudiar gratuitamente. Fue un gran aporte, de hecho, cuando íbamos a las universidades nos dábamos cuenta de que los estudiantes tenían las columnas que habíamos publicado de él y de otros académicos o intelectuales completamente subrayadas y que, además, debatían en las asambleas las ideas que allí se estaban presentando. La otra vía que utilizamos fue simplemente la de hacer investigaciones que desmenuzaran el negocio. Allí le apuntamos a una metodología que buscaba traducir información que nunca antes había sido traducida. Por ejemplo, nos pusimos a revisar los balances de las universidades que son completamente distintos a los balances de empresas o de otras corporaciones. Claramente, había muchas cosas que no sabíamos cómo leer y para las que solicitamos la ayuda de expertos que, curiosamente, tampoco supieron cómo hacerlo. Esta era una información que nunca antes se había revisado y que ni siquiera

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el Ministerio de Educación solicitaba, lo que quiere decir que no había ningún tipo de control sobre el tema de las universidades. También, recurrimos a la Ley de Transparencia para obtener las actas de acreditación, las actas de directorio de universidades, las donaciones que se habían hecho y los recursos que le había entregado el Estado a cada universidad. Luego, armamos bases de datos y cruzamos la información recopilada para entender mejor la sistematización y poder ordenar la información. El objetivo de esto era poder determinar cuáles eran los mecanismos que utilizaban los dueños de las universidades, los empresarios de la educación, para obtener utilidades. Para ello también necesitábamos seguir la ruta de los dineros y poder definir cuál era el marco de operaciones en el que funcionaba el sistema. Con esto podríamos establecer cuál era el vínculo entre este tan vilipendiado lucro con la calidad de la educación que se le estaba entregando a los chilenos. El primer reportaje que se hizo en esta vía lo publicamos en agosto del 2011, en paralelo a las movilizaciones de los estudiantes, y se llama “Cómo lucran las universidades que por ley no pueden lucrar”. Para este obtuvimos información contable de dos universidades que en este momento están bastante cuestionadas por el tema del lucro: la Universidad de Santo Tomás y la Universidad de las Américas. Fue en ese momento en el que se nos puso muy difícil poder leer esa información financiera y buscamos expertos que nos trataron de traducir estos jeroglíficos que para nosotros eran muy difíciles de comprender. Lo que encontramos fue algo impresionante. Cada una de estas universidades tenía rápidos financieros que eran similares a los de los bancos, tenían niveles de ganancia que estaban muy por encima de la media de cualquier empresa, por muy lucrativa que esta fuese. A pesar de ello, le presentaban pérdidas todos los años al Ministerio de Educación, pero este por supuesto nunca se encargó de revisar la información, solamente la recibía y la archivaba mientras el lucro iba creciendo. También, nos encontramos con millonarias deudas por pagar a las distintas empresas relacionadas. Ahí nos dimos cuenta de cómo funcionaba este esquema de empresas que giraban en torno a la universidad y que estaban relacionadas a sus propios dueños. A su vez, pudimos ver cómo el proceso de obtener autonomía en las universidades fue clave para que existiera este cambio de switch, porque cuando las universidades no eran autónomas, y tenían que regirse y tenían un nivel de fiscalización mayor, sí reinvertían sus excedentes y sí estaban potenciando el desarrollo académico, el desarrollo de sus estudiantes, el desarrollo de las investigaciones y el desarrollo en la infraestructura. Pero después de la autonomía,

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como pasó con la Universidad Santo Tomás y con la Universidad de las Américas, vino un crecimiento completamente inorgánico, desmedido y apuntado solamente al negocio. Aquí también pudimos empezar a ver cuáles eran los mecanismos de compra y venta de las universidades; qué se estaba comprando, qué se estaba vendiendo y cómo se daban los traspasos a las sociedades y a los fondos de inversión privados para no pagar impuestos. En este punto ya teníamos, más o menos, el esquema general de cómo las universidades funcionaban con la corporación, pero rodeadas completamente de una red de negocios que lo que hacía era prestar servicios a precios que no eran del mercado, que estaban muy por encima del mercado, o simplemente no prestaban los servicios y estaban obteniendo utilidades a costa de la universidad. Por otro lado, para saber qué era lo que estaba pasando teníamos que ver aspectos más allá del lucro de las universidades y establecer cómo el sistema se los había permitido. A este respecto, en Chile la única garantía que existía de la calidad de educación era el Consejo Nacional de Acreditación, pues todas las universidades que quisieran acceder al crédito con el aval del Estado, que son platas fiscales de un préstamo bancario que se les da a los estudiantes con una tasa del 6 % de interés, tenían que estar acreditadas. Cabe señalar que en mi país esta acreditación solo es obligatoria para algunas carreras. En el 2010 ocurrió algo rarísimo y es que todas las universidades, los centros de formación técnica y los institutos profesionales que se presentaron a la acreditación fueron acreditados, incluso aquellos que dos semanas antes habían sido rechazados por falta de investigación, de profesores y por distintos índices de calidad. Lo que nosotros hicimos para poder armar el trabajo “Así opera el escandaloso sistema de acreditación de las universidades” fue pedir, a través de la Ley de Transparencia, todas las actas que acreditaban y certificaban la supuesta calidad de las instituciones. Empezamos a revisar cuáles eran los criterios, los requisitos mínimos de calidad y cómo los habían cumplido los solicitantes. Pues bien, nos encontramos con que este Consejo Nacional de Acreditación estaba haciendo cualquier cosa menos acreditar la calidad. Descubrimos reuniones muy extrañas, información de expertos que no fue considerada y la entrega de la acreditación a universidades que no lo merecían. Ahora bien, ¿por qué todas estas universidades querían acreditarse?, ¿por qué era tan importante que se acreditaran? La razón no era otra que el crédito con el aval del Estado. Este sistema, como les decía antes, es un crédito bancario que se le

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entrega a los alumnos para que puedan pagar la universidad, que tiene un 6 % de tasa de interés y que es financiado por los bancos. Cuando empezamos a estudiar cómo funcionaba todo esto nos dimos cuenta de que solo en el 2009 con lo que le pagó el Estado a los bancos por participar en el sistema le hubiera podido haber pagado la educación superior a muchísimos chilenos. Esto sin tener en cuenta el cobro de los créditos, porque estos se los cobran a los alumnos cuando salen de la carrera y si no los pueden pagar los cubre el Estado. De modo que este crédito que empezó a funcionar en el 2006, que fue creado por el gobierno del presiente Lagos e implementado por el gobierno de la presidenta Bachelet, y que supuestamente iba a ayudar a la gente a pagar sus estudios, en realidad fue un gran negocio para los bancos. Para el 2011, cuando ni siquiera había salido la primera camada de estudiantes que habían pagado su educación con créditos del Estado, ya habían ganado 150 mil billones de pesos, que son alrededor de 362 millones de dólares. Adicional a esto, descubrimos que el fisco le podía comprar los créditos a los bancos con un sobreprecio que incluso ha llegado al 60 %. Cuando ya teníamos definido cómo lucraban las universidades y cómo funcionaba este sistema de acreditación decidimos pasar a una nueva etapa. Queríamos saber quiénes eran los dueños y cómo se habían beneficiado. Para esto buscamos a los propietarios de las universidades, establecimos cómo habían ganado utilidades, cuáles eran las empresas relacionadas y cómo habían ido creciendo a la par de las universidades, que a su vez fueron creciendo en alumnos y en infraestructura. Hablo de toda una red de empresas que iba creciendo y aumentando su capital vinculado a lo que podía ir sacando de las mismas universidades en los procesos de ventas de activos, de inmuebles, en los contratos y en distintas cosas. Asimismo, y gracias a unos datos que recibimos sobre irregularidades en los temas de acreditación, decidimos ver cómo se estaban acreditando las universidades y cómo se estaba garantizando la calidad de la educación de los estudiantes chilenos. Entre enero y febrero del 2012 sacamos una serie llamada “El sistema de acreditación universitaria bajo sospecha”, en la que pudimos corroborar las irregularidades gracias a un contrato que existía entre uno de los funcionarios de la Comisión Nacional de Acreditación, Eugenio Díaz, y la Universidad del Mar. A su vez, pudimos establecer algunos indicios de soborno que en este momento están siendo investigados. Este no era un caso fortuito. Cuando empezamos a desenhebrar toda la estructura de acreditaciones comenzaron a surgir nuevas

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universidades, nuevos personajes, correos electrónicos, contratos, llamadas y reuniones que finalmente apuntaban a la venta de acreditaciones para obtener fondos públicos. Así pues las acreditaciones ya no eran garantía de calidad y ya no importaba si eras una institución que cumplía con los índices de calidad necesarios o no, pues si tenías cómo pagar, si tenías contactos, si tenías cómo comprar esa acreditación podías hacerlo y con eso se te abrían muchas puertas. Uno de los cuatro reportajes principales de toda esta parte de la investigación fue “Crisis en la Universidad Pedro Valdivia: cómo ayudó la red de las empresas de Ángel Maúlen a conseguir la acreditación”. En este trabajo logramos ver cómo se había formado en esa universidad la estructura de negocios que les comentaba y cómo este personaje había hecho los contactos con Eugenio Díaz y con otros personajes del Consejo Nacional de Acreditación. Después, buscamos otras pruebas que confirmaran que existía este sistema de venta de acreditaciones a las universidades privadas y nos fuimos metiendo cada vez más y más allá, porque la gente en las calles y la gente en sus casas necesitaba de esta información para hablar del lucro y del negocio de la educación, ya no como algo etéreo, sino con datos precisos, con cosas concretas. Otra de las investigaciones abordaba a la Universidad Autónoma, que es una universidad privada que pertenece a Teodoro Rivera, quien hasta el año pasado era ministro de justicia1. Precisamente, cuando logramos descubrir que existía lucro en esta universidad y que existían nexos con esta red de venta de acreditaciones, al ministro se le vino el mundo encima y no le quedó otra cosa más que renunciar. Posteriormente, seguimos desentrañando cómo funcionaba esta estructura de negocios y en agosto de 2012 publicamos una serie de tres capítulos llamada “Cómo se lucraron los dueños de la Universidad del Mar”, porque allí había surgido el primer contrato del Consejo Nacional de Acreditación y justo en mayo de ese año el rector de esa universidad renunció y denunció una serie de hechos que apuntaban al lucro. Lo que encontramos en esa universidad fue lo mismo que les decía antes, hablo de un crecimiento inorgánico desde el momento en el que obtuvo la autonomía, pues construyó sedes por todo Chile hasta convertirse en la universidad más grande de todo el país, con más de 18 mil alumnos y, por lo tanto, 18 mil familias que se habían endeudado para que sus hijos pudieran estudiar ahí.

1 “U. Autónoma: La trama que le permitió conseguir cinco años de acreditación”.

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También, pudimos armar la estructura de negocios que estaba compuesta por 85 empresas vinculadas a los controladores de la universidad y pudimos demostrar cómo sacaban los dineros a través de arriendos abultados, honorarios cuantiosos a sí mismos y sus familiares, y asesorías contratadas que nunca se hicieron. Igualmente, logramos seguir las huellas de los dineros de los contratos hasta un fondo de inversiones privado donde los mismos controladores participaban y a través de los cuales obtenían utilidades sin pagar impuestos. Era una estructura gigantesca de negocios que tuvimos que aprender a conocer, de hecho, teníamos un muro completo en nuestra oficina con el nombre de las empresas, quiénes eran los dueños, cuándo se habían creado, cómo fue creciendo su capital, qué era lo que poseían y cuáles eran sus vínculos con la universidad. Esta investigación hizo que la universidad se convirtiera en la institución emblema de toda la crisis del sistema de la educación, pues era la prueba más brutal de que existía el lucro y de que iba en desmedro de la calidad. Otras muestras de cómo el lucro y toda esta estructura de negocio iban completamente en desmedro de la calidad de la educación eran, por un lado, la directora de una de las escuelas de salud, que supuestamente era enfermera, pero jamás lo fue, jamás tuvo el título, y, por el otro, las escuelas de medicina donde los alumnos jamás fueron al internado y jamás vieron cosas como atender un parto. Todas las pruebas que nosotros presentamos fueron importantísimas para la investigación y para el informe que hizo después el Congreso. Asimismo, fueron fundamentales para que a finales de 2012 el Ministerio decretara el cierre de la Universidad del Mar, dejando a 18 mil alumnos en la calle y endeudados con los bancos. Este modelo de desentrañar la red de negocios lo implementamos en la Universidad Gabriela Mistral2 y en la Universidad Santo Tomás3, en donde pudimos encontrar una serie de préstamos por 13.000 millones de pesos a las empresas relacionadas sin garantías y sin devolución. Estas investigaciones fueron, en principio, un gran aporte para el debate público, tanto en las columnas de opinión como en las investigaciones, pues transformaron las consignas de las manifestaciones y del movimiento ciudadano en casos concretos, ya que la gente que salía a la calle sabía qué era el lucro y cómo funcionaba el negocio.

2 “La red de empresas de Alicia Romo que ha crecido junto a la Universidad Gabriela Mistral”. 3 Lucro en la Universidad Santo Tomás: los préstamos por $13 mil millones que el Mineduc obvió”.

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Más adelante sucedieron cosas interesantes como que el Ministerio de Educación empezara a solicitar información contable para poder fiscalizar a las universidades. Otro de los grandes avances fue la creación de la futura Superintendencia de la Educación, que está completamente estancada en el Congreso y que ya debería estar funcionando. Ahora bien, todas estas investigaciones han señalado el camino que debería seguir esta Superintendencia de Educación al fiscalizar a las instituciones, es decir, qué documentos pedir y cuáles son los mecanismos para ir solicitando información. Y es que aún cuando exista la superintendencia si no tiene reglamentos de cómo va a funcionar es letra muerta, como cualquier ley. Por otro lado, tuvimos la renuncia del ministro de justicia, la Universidad del Mar fue cerrada, tres exrectores de universidades y un funcionario de la Comisión Nacional de Acreditación están en prisión y en este momento están siendo investigados también por el Consejo de Defensa del Estado que vela por los intereses del fisco. Finalmente, toda esta investigación selló las bases para que se acusara constitucionalmente al ministro de educación Harald Beyer por notable abandono de deberes. El ministro fue destituido e inhabilitado por cinco años para ejercer cualquier cargo público. Es importante señalar que en las presentaciones que se hicieron en el Congreso gran parte de la información que se entregaba era la que salía en nuestras investigaciones4.

PREGUNTAS DEL PÚBLICO Asistente: En Colombia existe una situación similar, ¿qué le aconsejaría a los periodistas y a los medios para que este fenómeno no nos explote en la cara? Juan Pablo Figueroa Lasch: Yo creo que hay que estar atento a las demandas de la población, de los lectores, de la ciudadanía. Considero que el gran error, no solo en el tema de la educación, sino en muchas investigaciones en cualquiera de nuestros países, es no estar atentos y seguir repitiendo consignas, limitarnos a contar historias. Tenemos que tratar de desentrañar qué es lo que hay

4 En el sitio web El negocio de la educación en Chile podrán encontrar todos los artículos, entrevistas y pruebas de las que habló Juan Pablo Figueroa Lasch durante la conferencia.

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más allá, entender cómo funciona el sistema, por qué existe este lucro, cómo funciona, cuáles son las leyes que se fueron armando y cómo se les fue allanando el camino. Es importante ir desmenuzando poco a poco cómo funcionan los negocios, quiénes son los que están atrás, ir siguiendo la ruta de los dineros y desentrañar un sistema completo, porque en nuestro caso no se hablaba de una, dos o tres universidades, estábamos hablando de un sistema completo que ahora está en crisis. Germán Moreno: Las marchas estudiantiles son categorizadas como movilizaciones sociales, pero en Colombia son consideradas vandalismo, ¿en Chile se presenta esto? Juan Pablo Figueroa Lasch: Desafortunadamente, siempre sucede lo mismo y es que solo se registra el vandalismo de unos pocos, las manifestaciones culturales y la protesta pacífica y en familia no aparece en los medios. Por eso creo que hay que cambiar esa mirada, no seguir cometiendo ese error, porque o les hacemos caso y estamos con ellos o los criminalizamos y yo creo que no se trata ni de lo uno ni de lo otro. Nosotros no estamos para hacer activismo, nosotros estamos para traducir en información precisa las inquietudes de la ciudadanía, para que cuando quieran manifestarse lo hagan informados. Carolina Campusano: En Colombia, desde el 2011, comenzó la lucha contra la reforma de la Ley 30 a la educación, ¿qué entidades están detrás de esa privatización de la educación?, ¿con qué objetivo? y ¿cuáles son sus principales consecuencias? Adicionalmente, ¿cómo está actualmente la situación de la educación después de toda esta cobertura? Juan Pablo Figueroa Lasch: Yo creo que para poder determinar cuáles son las instituciones o los actores que están involucrados hay primero que entender cómo funcionan los procesos, es decir, si aquí se está apuntando al tema de una privatización hay que ver quiénes están negociando esa privatización, quiénes se van a beneficiar con ella y desde allí empezar a ver e identificar quiénes son los actores que están atrás de eso y qué es lo que va a pasar.

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En Chile en este momento estamos igual, toda esta investigación ha servido para que se informe a la ciudadanía, se han hecho investigaciones parlamentarias, se han hecho investigaciones judiciales, pero todavía no se logra remecer para modificar estas políticas de fondo. Lo que sí se han dado son señales. Por ejemplo, la destitución del ministro de educación por notable abandono de deberes y su inhabilitación por cinco años si bien no genera ningún cambio sí es una señal de que esto ya no se va a volver a permitir, de que el nuevo ministro que vaya a llegar está obligado a empezar a fiscalizar, a generar cambios, a agilizar la creación de esta Superintendencia de Educación y a generar un reglamento y un mecanismo de funcionamiento. También, es una señal de que la ciudadanía y los mismos periodistas ya no vamos a estar con el ojo tapado, ya no nos van a poder meter el dedo en la boca, porque ya sabemos cómo funciona todo esto. Entonces, si bien todavía no se hacen los cambios importantes y de fondo que deberían hacerse las señales apuntan a que vamos para allá, puede que sea lento porque hay muchos intereses mezclados de todos los colores políticos, de todos los sectores económicos, pero está apuntando hacia allá y las presiones que está ejerciendo la ciudadanía, a través de las manifestaciones y de la movilización, y lo que estamos generando los periodistas, a través de la investigación y de transformar todas estas consignas en hechos concretos que son completamente demostrados, son una señal de esperanza de que esto pueda mejorar.

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Para dónde va el periodismo de investigación Mariana Santos, Brant Houston y Carlos Dada Modera: José Vicente Arizmendi

José Vicente Arizmendi: Quisiera empezar este diálogo, para el que no hay una agenda ideal, preguntándoles a los tres algo que hace poco le preguntó el profesor Jesús Martín Barbero a Martín Caparrós, ¿de qué se están muriendo los periódicos hoy? Mariana Santos: The Guardian es un poco distinto, tiene una situación única. Justamente, comentábamos en Twittter que no todos los periódicos pueden tener, por ejemplo, doscientos desarrolladores. Ahora, la experiencia que tengo es que somos principalmente online y, de hecho, se tiene planeado que en algún momento seamos un diario completamente digital. The Guardian hace cada vez menos print porque las personas no lo compran, así que está cayendo muchísimo el formato. Sin embargo, en América Latina no pasa lo mismo, por lo menos en Brasil están aumentando las ventas de print y en ese caso el reto es para la parte online. Los periódicos se están llenando de personas buenas y fuertes en desarrollo que, a su vez, posean un pensamiento periodístico, porque para contar una historia, para hacer un producto como Content Management System se requiere de un pensamiento periodístico. José Vicente Arizmendi: Pero cuando tú ves que en Europa y en Estados Unidos mueren periódicos, ¿por qué crees que es? Mariana Santos: Yo pienso que la Internet ha traído muchas cosas buenas, pero también algunas cosas malas, como el poder de la palabra para todos. Entonces, ya no hay esa tradición de comprar el periódico impreso todos los días y ya no es un negocio sostenible por eso,

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porque la Internet ha abierto unas puertas y ha cerrado otras. Ahora bien, el hecho de que The Guardian tenga tanta inversión digital no quiere decir que no vaya a morir, hay muchas líneas que dicen que va a durar entre cinco y diez años, y que si no se reinventa como Google y como otros medios, de una forma comercialmente viable, va a morir. Es por eso que ahora el diario tiene otros medios de hacer dinero, para poder cubrir los gastos que genera el periodismo. Brant Houston: Están muriendo porque el viejo modelo de publicidad ha desaparecido debido a la Internet y porque Google lo hace mucho mejor. También, está sucediendo esto porque hemos luchado contra la tecnología y no fuimos tan rápido como ella, pero aún pasando a digital estamos averiguando cómo va a ser el modelo, dependemos mucho de las donaciones y estamos tratando de encontrar productos que la gente comprará porque no están acostumbrados a pagar por un periódico. Entonces, puede haber un modelo Bloomberg con datos que soportan la operación, pero básicamente vamos a tener cambios importantes, un poco como cuando llegó el ferrocarril a algunos países y los ríos y canales que antes se utilizaban para el comercio dejaron de ser utilizados. José Vicente Arizmendi: Carlos, a usted le toca hablar por Latinoamérica. Aquí está Europa y está Estados Unidos, y usted pertenece a un medio que no se está muriendo, pero díganos ¿por qué hoy se mueren los periódicos de papel? Carlos Dada: Voy a decir un poco lo que acaba de decir Brant, pero en un lenguaje menos técnico. Yo creo que se están muriendo de comodidad, es decir, los medios de comunicación en general fueron de los últimos sectores en subirse al tren de las nuevas tecnologías. Se acomodaron durante demasiado tiempo pensando que su modelo era intocable y esa comodidad les impidió estar listos para enfrentar todos estos cambios que traía el Internet. Particularmente, en América Latina hay medios que a estas alturas del partido ni siquiera se han dado cuenta de eso. Creo que la primera reacción fue equivocada, cuando se dieron cuenta de que había un gran peligro lo que hicieron fue empezar a meter tecnología como locos sin saber para qué la querían y esto provocó una pérdida de identidad en esos medios de comunicación. De repente todos publicaban exactamente lo mismo, la misma noticia, además corta porque decían que en Internet se lee corto, y el mismo

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video. Cuando no supieron qué hacer, porque eso no los sacó de ninguna crisis, empezaron a recortar las secciones más interesantes de sus periódicos, que suelen ser las más costosas. Hablo del periodismo investigativo y de los espacios para el periodismo narrativo. Entonces, terminamos con periódicos muy aburridos y que, además, eran incapaces de contarnos y de reflejarnos al espejo. Terminaron siendo periódicos con algo a lo que yo llamo método secretarial, que es ponerle la grabadora a un funcionario y repetir lo que dice. Ahora, este panorama de los periódicos tradicionales provocó la apertura de nuevos espacios de periodismo, particularmente en América Latina donde el periodismo de calidad encontró un refugio y a través de este se está demostrando que a la gente sí le interesa leer el buen periodismo, porque la verdad es que se está leyendo mucho. José Vicente Arizmendi: Para quienes se estén preguntando cuándo vamos a hablar de periodismo investigativo, quiero decirles que voy a insistir un poco más en este tema, porque si no hay negocio, si no hay periódicos en línea o de papel no importa el periodismo que hagamos, no tendremos en donde publicarlo. La respuesta que Martín Caparrós le dio a Jesús Martín Barbero está dentro de la línea de Carlos y es que algunos están haciendo periódicos para los no lectores, es decir, están haciendo periódicos para los que ven televisión, para los que les interesa el video y no para los lectores, ¿qué opinan de eso? Carlos Dada: Sí, yo creo que sí, hay cada vez menos espacio para el debate público. Yo soy un fiel creyente de que el debate público genera conocimiento. Si durante el siglo XX algo se dio en América Latina, con todo y sus accidentes históricos, fue porque los periódicos eran el lugar del debate intelectual y del debate político y social. Entonces, cuando dejas de hacer periódicos para lectores dejas de ser esa plaza pública en la que las sociedades discuten. Este es un problema que tampoco hemos resuelto los medios online y que yo creo es uno de los grandes desafíos del nuevo mundo, ¿ahora a dónde está el centro de nuestro debate público como ciudadanos? En los periódicos, creo yo, cada vez está menos. Mariana Santos: Cada vez es más es importante tener una historia narrativa que mezcle radio, televisión y periodismo. Por lo menos en Europa del norte el periodismo ya no es visto como una forma de long writing, los periodistas no creen que tengan lectores que se sienten

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únicamente a leer, pues para eso tienen, por ejemplo, el print que es donde se hace más long writing. Entonces, hay que contar la historia de una forma dinámica, como lo hacen The New York Times, The Guardian y otros periódicos, que es casi como entrar por la televisión y por la radio, y hacer una mezcla visual que no solamente tenga texto, sino que incluya video, entrevistas y cosas interactivas. Creo, sin lugar a dudas, que se está redefiniendo la manera de contar con las posibilidades que Internet abrió. Brant Houston: Pienso que nos estamos devolviendo un poco, porque estamos hablando de broadcast y de print cuando, en cambio, el futuro está aquí; a alguien que tenga un teléfono inteligente realmente no le interesa de lo que estamos hablando, pues cuando quiera puede ver o escuchar o leer una narrativa corta. Ya no debemos preocuparnos de los medios individuales, estamos en el futuro en donde decimos la historia de la mejor manera posible, claro aún no somos buenos en ello, pero vamos a tener que pensar en los lectores, en los no lectores, en los oyentes, en todo el mundo, y en la mejor forma de contarles las historias. En cuanto a la forma larga de escritura, nosotros navegamos y saltamos de un lado a otro y cuando encontramos algo que nos gusta nos detenemos a leer y a leer y a leer, así que creo que la lectura no ha desaparecido, solo que ahora es más enfocada y más selectiva. Ahí es donde estamos ahora. Nuestro público cambió antes que nosotros. José Vicente Arizmendi: Brant, tú dijiste hace un momento algo que no quisiera dejar escapar: “Google lo hace mucho mejor”. Pero cuando hablamos de noticias, de información, Google no tiene periodistas, no tiene sala de redacción, no tiene corresponsales. Si todos los periódicos del mundo cerraran por un mes su versión online la gente no tendría noticias. Así que por favor acláranos, ¿cuando alguien lee The Guardian online está usando Internet o está leyendo The Guardian? Brant Houston: Creo que Google ha comenzado a darse cuenta de que sin nosotros no va a tener mucho contenido y que el contenido generado por los usuarios no es tan creíble y confiable. Google se está dando cuenta de que tiene que vender algo y ponerle publicidad alrededor, que es un poquito anticuado porque eso es lo que ocurría hace algunos años. Entonces, creo que vamos a ver más apoyo de parte de organizaciones como Google, claro no son los únicos, pero sí los más importantes. Ellos se han dado cuenta de que tienen que apoyar y suscribir a los periódicos.

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Esto me hace pensar en el negocio agrícola en donde muchas personas piensan que las grandes corporaciones son las dueñas de las tierras y, de hecho, no quieren serlo porque es demasiado trabajo. Así que creo que Google tiene claro que debe cultivar las fincas y pagarles mucho a los periodistas, que serían como los ganaderos en esta analogía. Ahora, en los Estados Unidos y en Europa lo que la gente lee no lo está leyendo solamente en The Guardian, sino que lo está leyendo en Facebook o Twitter, así que las audiencias no se han dado cuenta de lo importantes que somos en este momento. Quizás, sea una buena idea cerrar los periódicos durante cinco días para poder despertar al mundo. José Vicente Arizmendi: Mariana, en el país donde has estado viviendo, en Inglaterra, existe también la revista The Economist y puedo estar mal informado, pero entiendo que en un mundo en el que hay una tendencia muy fuerte a apostarle a los medios multimedia y al contenido frívolo de la farándula, los actores de cine y los deportistas The Economist está todavía en la llamada información dura y parece ser un ejemplo de que eso funciona más que lo otro. ¿Tú qué opinas, cómo lo ves? Mariana Santos: Yo pienso que The Economist tiene una audiencia muy definida que está interesada en informarse. En el caso de The Guardian y de otros periódicos la audiencia es muy amplia y cuenta con distintos intereses, entonces hay que hacer múltiples formas de conversación, pero en The Economist hay una línea de conversación muy definida con una audiencia a la que ya conocen muy bien. José Vicente Arizmendi: Claro, pero cuando haces el contraste con Newsweek que en un momento de su historia empezó a hacer concesiones a cerca de que la gente no quería leer cosas serias, profundas, duras o investigadas te darás cuenta de que cerró mientras que The Economist se mantuvo. ¿Qué opinas de eso? Mariana Santos: Quiero poner un ejemplo. El periódico más leído en Inglaterra es Daily Mail que en sus portadas siempre tiene chicas desnudas, violencia, crímenes y cosas llamativas, pero es de entretenimiento, las personas quieren chocarse con algo muy distinto o muy feo o muy bonito. The Guardian nunca pondría una chica desnuda en la portada, así que son maneras distintas de hacer las cosas. En cuanto a Google, muchas veces vienen a hablar con nosotros para

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hacer productos en conjunto, porque saben que no tienen contenido y que tienen que trabajar en equipo. Así que hay un montón de posibilidades de negocio ahí y para el periodismo es bueno porque es una sustentabilidad; sin embargo, hay una línea muy tenue entre hacer algo serio como el periodismo investigativo o hacer algo comercial, así que hay que delinear muy claramente esa línea para no terminar siendo un Daily Mail. Brant Houston: Con relación a The Economist me parece importante recordar que tiene otros productos, tiene bases de datos y estadísticas, al mismo estilo de Reuters y The Wall Street Journal. Entonces, de algún modo es posible que ser digital y tener bases de datos nos den un producto por el cual la gente está dispuesta a suscribirse y a pagar. Carlos Dada: Yo creo que es un juego peligroso en el que todos estamos teniendo la tentación de caer. Hablo de estar modificando el sentido de lo que somos de acuerdo a las necesidades del mercado. Ese es un juego muy peligroso y creo que si nos metemos de cabeza en él ya nadie haría lo que estamos haciendo. Mariana hablaba del periodismo investigativo, pues nadie lo haría porque es el periodismo más caro del mundo y comercialmente en estos momentos prácticamente no tiene sentido, pero es necesario y vale la pena intentarlo, porque es otro el sentido que tiene. Es peligroso porque a pesar de las nuevas demandas del mercado, a pesar del futuro o a pesar de todos estos acercamientos de Google ni el periodismo investigativo ni el narrativo van a desaparecer en América Latina, pues son muy importantes para nosotros. Tampoco va a desaparecer la necesidad que tiene nuestro público de ese periodismo, un público que ciertamente es cada vez más elitista, porque hacen periódicos para no lectores y porque otros ponen chicas desnudas en la tapa, que sin duda vende más, pero no por eso mañana El Faro va a hacer lo mismo en su portada. José Vicente Arizmendi: Hace unos días se realizó en Bogotá el festival de KienyKe que abordó temas de periodismo online. Uno de los expertos invitados, un francés que trabajó en Le Monde y en varios medios internacionales, dijo algo realmente espeluznante y es que estaba comprobado que si usted necesitaba tráfico en su página y ponía una foto o un video de un gatico el tráfico se le elevaba. Suena ridículo y da risa, pero funciona. Hoy en día estamos en ese tema del truco, porque es posible monitorear el impacto que tiene lo que se publica y todo se nos convierte en la dictadura del clic.

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Voy a ponerles una situación concreta, basado un poco en lo que dice Brant. Si en este momento nos llega un tweet que dice que renunció Maduro en Venezuela, ¿eso ya es noticia? Es decir, lo creo porque sí o como mínimo tendría que ser The New York Times, El Tiempo de Bogotá, La Nación de Argentina o algún medio serio el que diga que renunció Maduro. ¿Será que aquel tweet famoso del que tanto se habla, el del señor que vio un helicóptero encima de una casa en Afganistán, fue noticia y todo el mundo dijo: “Mataron a Bin Laden”? No, pasaron más de 24 horas hasta que un medio serio dijo “Mataron a Bin Laden” y entonces ese tweet tuvo sentido. Los otros millones de tweets que se estaban haciendo a esa hora podrían haber sido potencialmente noticia y no lo eran. ¿Carlos, qué opina de eso? Carlos Dada: Yo creo que cada quien se ubica en el lugar en el que quiere estar. Yo no lucho por primicias y por exclusivas, porque hoy en día eso es muy complicado y tendría que recurrir al tweet y no es eso lo que yo le ofrezco a la gente para la cual publico. Yo he visto algunos medios que han cometido el error. A un representante de un medio del suroeste asiático lo escuché decir en una conferencia que ahora se tenían que pelear con los blogueros y que sacaban algo antes de confirmarlo. Yo le decía que ese no era su mercado, que yo no lo entendía como mi mercado; la gente no entra a El Faro a buscar la noticia antes que en cualquier otro lado, eso no es lo que yo le ofrezco. Lo que yo le ofrezco es que cuando le doy la noticia va a estar confirmada y va a pasar por un riguroso método periodístico, que yo no creo que las nuevas tecnologías modifiquen. Hablo de la manera de hacer profesionalmente este oficio y de cumplir con la promesa que les hemos hecho a los lectores. Por ende, yo no creo que un tweet sea noticia hasta que no pase por un método periodístico de confirmación igual que todo lo demás. Ahora, quiero hablar un poco sobre lo que mencionaba Brant de lo retro y de las multiplataformas, de la televisión y la radio. Es cierto, pero yo creo que en América Latina podemos aprovechar que el mundo no es plano todavía. En El Faro queremos meternos a la radio tradicional, primero, para llegar a más gente y, segundo, que le va a parecer curioso a Brant porque es retro, para prepararnos para el futuro. Este paso atrás todavía tiene sentido en nuestro público, porque El Salvador es un país pobre y hay mucha más gente que oye radio. Entonces, nosotros podemos aprender a hacer esta radio de tal forma que cuando el sonido nos obligue a integrarlo en el nuevo mundo y en

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el nuevo lenguaje estemos mucho mejor preparados para eso. Es un pasito para atrás para dar un salto adelante, ojala funcione. En relación con esto, hace un tiempo en otra conferencia alguien presentó los lentes de Google y todo el mundo quedó con la boca abierta. El siguiente panel, que me tocaba moderar a mí, era con cuatro periodistas de Burma y en Burma no tienen acceso a Internet. Así que mientras vamos ajustando el mundo tenemos públicos que no por eso pierden la necesidad de estar informados y no por eso pierde sentido nuestra obligación de informarlos. Brant Houston: Quiero volver al tema en el que nosotros tres estamos de acuerdo, es decir, que la información confirmada y verificada va aumentar en valor. En cuanto a lo que decía Carlos de aprender algunas habilidades, eso de ir atrás y luego adelante, está bien sobre todo en el ámbito del audio y de la radio, pero yo creo que donde tenemos el reto ahora sigue siendo en el financiamiento de todo eso y en encontrar formas para que la gente se pueda financiar. The Economist ha estudiado el periodismo durante muchos años y el periodismo de servicio público y el periodismo investigativo jamás se han financiado por sí solos, entonces realmente tenemos que pensar en mantener la integridad de lo que hacemos, pero tenemos que ser abiertos sobre cómo la información se puede utilizar de nuevo y vender de alguna forma para que la gente pueda apoyar lo que estamos haciendo. Creo que el periodismo investigativo siempre existirá porque depende de personas a las que le interesa mucho y que muchas veces trabajan por nada, claro no tenemos un buen modelo de negocio en ese sentido, pero siempre estaremos ahí. Yo estuve trece años en Investigative Reporters and Editors y dos veces al año contestaba la pregunta de por qué estaba muriendo el periodismo, de hecho, en algunas ocasiones la pregunta era por qué había muerto, así que tenía que revivir el oficio dos veces al año. Esa discusión siempre va a estar ahí, pero lo que puedo decirles, después de estar 35 años en el negocio, es que sigue aquí y seguirá aquí, y solo me gustaría que se apreciara más la labor de los periodistas desde el punto de vista económico. José Vicente Arizmendi: Esto nos pone en el camino que quisiera que tomáramos ahora y es qué trae de nuevo todo este ambiente que estamos dibujando para alguien que quiere ser periodista investigativo y que lo quiere hacer muy bien. Qué tan nuevo es el periodismo investigativo y cuáles son esas nuevas herramientas que no existían hace un tiempo y que ahora están ahí.

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Mariana Santos: Para empezar hay que preguntarle al periodista en dónde va a vivir, porque varía mucho según el país. Carlos decía que ahora están empezando a involucrarse con la radio, en The Guardian hacemos podcast y un poco de radio por separado, y hacemos documentación y periodismo investigativo, y ahora mismo lo estamos mezclando todo para que sea una experiencia rica en todos los campos. Yo acabo de irme para Costa Rica a trabajar con el diario La Nación y el escenario es totalmente distinto, porque mientras en The Guardian nos preparamos para hacer Google TV, gracias a la oportunidad que nos ha dado Google de ser uno de los primeros periódicos en colaborar para tener un periódico en televisión, en La Nación el equipo de investigación está empezando a hacer visualización. Ellos son muy fuertes en periodismo investigativo, han hecho cosas muy fuertes e importantes, algo que no sucede con frecuencia en Inglaterra, así que es mucho más significativo tener allí un equipo de investigación y es por eso que estoy allá, para intentar que las historias lleguen a las personas de una forma más intuitiva, para que las comprendan desde la clase baja hasta la clase alta. José Vicente Arizmendi: Claro, de pronto estamos aquí frente a tres personas que tienen enfoques diferentes por su trayectoria. Cuando uno oye hablar a Mariana oye a alguien que está preocupado por el lenguaje con el que le va a entregar el contenido a la gente. De hecho, es diseñadora gráfica y se ve que le gusta el periodismo, pero su preocupación parece ser esa; si hay que hacer video se hace video, si hay que hacer gráficos se hacen gráficos interactivos y demás. Carlos, si percibo bien, su preocupación está más ligada al contenido, hablo de que después se preocupa de cómo lo hace llegar, por ahora en línea y en algún momento en radio porque así puede llegar a más personas, pero parece que su preocupación no es tanto la de correr y llegar primero, sino, como decía el poeta, la de saber llegar. Carlos Dada: Sí, es la de saber llegar y a quién llegar. Yo soy director de El Faro que es un periódico online que nació en un país como El Salvador hace quince años, antes que Google, pero no hicimos tanto dinero. Y digo antes que Google para que piensen en términos de la prehistoria del periodismo digital. Ahora, en un país como El Salvador, quince años después, el periodismo que yo hago es elitista por naturaleza; solo las élites tienen acceso al material que yo produzco. Entonces, por supuesto, que es una gran preocupación mía el cómo llego a la gente.

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Nosotros pasamos un año recorriendo el camino de los migrantes centroamericanos por México, en el V Encuentro de Periodismo de Investigación Marcela Zamora presentó el documental1, y nuestra gran obsesión era que estaba muy bien hacer esos reportajes y sacarlos en El Faro para que los tomadores de decisiones conocieran el problema y fuéramos capaces de transformar políticas públicas, pero que había gente que iba a salir a ese camino al día siguiente y la iban a matar porque no sabía a qué se estaba enfrentando, así que teníamos la urgencia de llegar a los migrantes que no tienen acceso a Internet y que no leen El Faro. Ahí empezamos a experimentar con radio e hicimos un acuerdo con radios comunitarias para transmitir la adaptación de las crónicas de Óscar Martínez. Así que sí es importante cómo llegamos. En este momento estamos experimentando en otras plataformas, por ejemplo, estamos haciendo animaciones en historias periodísticas. Y es que el nuevo mundo te exige experimentar y te permite descubrir rápidamente qué no funciona, para que lo mandes a la basura, y qué funciona, para que lo sigas desarrollando. Los documentalitos empezaron a funcionar, son una manera muy potente de llegar a la gente. Marcela hizo un primer largometraje y próximamente va a estrenar el segundo que es sobre niños en entornos violentos. La dificultad con estos materiales, como ya lo señaló Brant, es el tema del financiamiento y ese es el gran problema que seguimos atravesando todos los medios que estamos tratando de hacer este tipo de cosas. José Vicente Arizmendi: ¿Y con la entrada de El Faro a radio podrían venir algunos ingresos? ¿Ese es uno de los objetivos o no? Carlos Dada: Si yo te dijera todas las ideas que hemos tenido para traer ingresos, que no han funcionado, no me lo creerías. Creo que esto también tiene que ver con lo que le da sentido a nuestro trabajo, si estamos hablando de sociedades que requieren transformaciones y de nuestro rol en esas sociedades, y si creemos que una sociedad necesita estar mejor informada para avanzar debemos ser conscientes de que no estamos llegando a esa sociedad, de que no la estamos informando mejor, a pesar de todo el trabajo que nos cuesta hacer lo que hacemos y a pesar de que, por ejemplo, El Faro es gratis. Entonces, lo más difícil

1 María en tierra de nadie.

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ya lo hacemos y el reto, y el momento de reflexión por el que estamos pasando ahora, es cómo llevamos eso a más gente. José Vicente Arizmendi: Brant, usted le enseña a estudiantes de universidad, ¿cómo cree que va a ser el mundo profesional de ellos de aquí para adelante?, ¿como los prepara usted para ese mundo? Brant Houston: Lo que me preocupa es que tengan credibilidad, creo que eso es lo primordial. Por ello trato de enseñarles técnicas de verificación de la información y de credibilidad. Veo con frecuencia que personas que no son periodistas quieren conocer sitios confiables y me preguntan cómo pueden ser mejores observadores de historias y de documentos. De otro lado, me preocupa que los estudiantes sean libres de los medios y que no se preocupen por qué tipo de medios van a utilizar para lo que van a hacer. A este respecto, creo que es un buen momento para ser independiente y empresario, pues cuando los viejos modelos se están trasformando o están muriendo es una oportunidad grandiosa para alguien que es joven y que no tiene muchas responsabilidades. Siempre les digo a mis estudiantes que uno puede dejar huella si uno tiene la habilidad y los recursos para sacar las noticias, cosa que no me parece tan difícil. Yo creé dos salas de prensa en línea en las que no tenemos que preocuparnos por ganar. Allí hacemos visualizaciones de datos y vemos que las personas navegan por el sitio. Publicamos, por ejemplo, la historia de todos los restaurantes que fallaron en la inspección del Ministerio de Salud y fue un éxito total porque todo el mundo sale a comer a la calle y no quiere enfermarse, entonces la gente quiere ahora una aplicación para bajar este análisis de restaurantes y ver en dónde están ubicados, cuántas veces fallaron en la inspección, entre otras cosas. Como pueden ver tomamos una historia normal, pero la contamos de forma diferente. José Vicente Arizmendi: Carlos, uno oye decir que los estudiantes que entraron a las universidades del mundo el año pasado y este año tiene la misma edad que Internet, tienen la misma edad de la web, es decir, no conocen la vida sin Internet y eso podría hacerle pensar a uno que solamente piensan en imágenes y en lecturas cortas. Sin embargo, es la misma generación que ha comprado 450 millones de libros de Harry Potter y es la misma generación que se ha devorado los libros de la serie de Narnia, entre otras. Lo digo porque tengo hijas de doce años y eso es lo que a ellas y a sus amigas les interesa. Y si ustedes van a una

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librería es probable que no tengan los siete libros de Harry Potter, siempre hay uno, dos o tres agotados. Así que me pregunto cómo se explica este fenómeno y esta afirmación de que ya nadie lee cuando los hechos duros y concretos nos dicen que sí hay cosas que se leen. Carlos Dada: Yo creo que nunca antes se ha leído tanto como ahora. Lo que pasa es que no le puedes exigir a nadie que haga algo que no le guste. Es decir, si se venden los libros de Harry Potter es porque eso quieren leer, pero hay otros segmentos, para otro tipo de literatura que es muy buena, que no es popular y que no pretende llegar a todo mundo. Hoy es mucho más fácil tener acceso a todos esos libros, es un momento maravilloso para la difusión del conocimiento, de hecho, nunca antes hemos tenido tanto conocimiento a la mano y tantas lecturas a la mano. Tanto así que nos creemos expertos en todo, empezando por los periodistas. Entonces, yo no creo que sea contraproducente, en todas las épocas fue así. La buena literatura era antes para las élites y por debajo del agua se pasaban la literatura del Marqués de Sade y se vendía mucho y era muy popular, y a nadie le interesaba leer otra cosa, aunque lo leyeran a escondidas. Durante la guerra en mi país era prohibido escuchar a Silvio Rodríguez y era lo que todo el mundo quería escuchar, aunque tuvieran que esconder el casete en el jardín. Pero nunca habíamos tenido la posibilidad de todo eso al mismo tiempo y en un espacio tan pequeñito como lo tenemos ahora, en ese sentido es el momento más maravilloso de la humanidad para la difusión y para adquisición de conocimiento. José Vicente Arizmendi: Esto me recuerda un poco el texto de Charles Dickens que empieza diciendo “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos” 2 y así sucesivamente. De manera que hay muchas razones tanto para estar optimistas, como para estar pesimistas. Mariana, ¿de qué vive The Guardian online? ¿De dónde saca sus ingresos? Mariana Santos: Como les decía, cada vez estamos imprimiendo menos, tuvimos que revolucionarnos. Un caso muy curioso es que la fuente de ingresos más grande que tenemos es un sitio web de dating, para elegir novio y novia, que se llama Soul Mates. El principio es el

2 Historia de dos ciudades.

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siguiente, yo necesito novio, pero quiero un novio que sea como yo, que lea The Guardian y que esté interesado en cosas importantes, así que voy a invertir en conocer a alguien que lea The Guardian, aunque no lo lea, pero ese es el plan de negocio, esa es la idea para atraer a la gente. Anteriormente, este sitio era hecho por otra empresa, pero se tomó la decisión de hacerlo en casa y se hizo una gran inversión para desarrollarlo y la verdad es que es y ha sido muy lucrativo. Otra cosa que se ha empezado a hacer son las master class, que son de todo lo que te puedas imaginar, hablo, por ejemplo, de aprender a cocinar y de llamar a los mejores instructores para que le enseñen a las personas, a quienes se les cobra muy alto por esto. Yo he dado muchas clases de visualización de datos, los periodistas de investigación han dado clases de cómo hacer periodismo de investigación y los de animación han dado clases de cómo hacer documentales y de cómo hacer radio. Otra idea es un sitio para encontrar empleo con el mismo principio. Se trata de crear una network de personas con los mismos intereses y que tengan un nivel relativamente alto de cultura y de habilidades. A su vez, otra fuente de rendimiento es hacer eventos como este VI Encuentro, centrados, por ejemplo, en cosas de mobile, porque en The Guardian se piensa mucho que el futuro está en el mobile. Una realidad completamente distinta a la de El Salvador y es muy interesante esa parte antropológica, porque la decisión de ir a radio es para mí mucho más fuerte e inteligente que estar haciendo Google TV. José Vicente Arizmendi: Mariana, espero no molestar, pero para financiar un periódico lo último que se me ocurre es venderlo, lo que hago es otros negocios para poder seguir regalando gratis algo que creo que es muy bueno, ¿por qué? Mariana Santos: No lo sé, tendríamos que pregúntale a Alan Rusbridger, el editor de The Guardian. Cuando él pensó en todo este tema del paywall or no paywall y cuando The New York Times decidió tener un paywall, hablo de que te dejan leer unas páginas y después te cobran, él decidió que nunca le íbamos a cobrar a las personas por las noticias, porque si nuestro eslogan es “comment is free” y si del comentario y de la discusión es de donde sale más información sería contradictorio cobrarle a alguien por una noticia y pedirle que nos dé sus argumentos y que entre en una discusión de manera gratuita. José Vicente Arizmendi: Es cierto que ahora hay una conversación y que cada persona se puede hacer oír mejor, pero el dueño de la revista

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Semana, la revista más importante de Colombia, decía recientemente en una entrevista que él es consciente de que están haciendo algo un poco extraño, porque le dicen a su lector: “oiga, nosotros publicamos una revista, ¿quiere comprármela o quiere que se la regale?, ¿la quiere gratis o quiere pagar un poco? Es un poco la situación de The Guardian, es decir, si usted entra por Internet no paga y si usted quiere leer la revista en papel tiene que pagar, ¿no es eso un poco loco? Brant Houston: Este parece ser uno de los modelos de los grupos de rock como Radiohead, quienes daban su CD gratis, a no ser que alguien quisiera pagar algo por él y el hecho es que obtuvieron mucho dinero con ese experimento, así que no es del todo loco. Creo que tenemos un problema y es que en algunos casos vendemos nuestro contenido y en otros lugares lo regalamos y luego se lo regalamos a compañías como Yahoo o Google, así que no tenemos un buen modelo de negocios y por ello, quizás, sea un buen experimento que se hagan cosas como las de Semana. Lo bueno es que uno no debe seguir haciendo lo mismo y si es muy loco puede dejarlo. Hemos tenido ideas locas durante los últimos diez años y creo que eventualmente alguna de ellas saldrá bien. Volviendo al tema de Harry Potter, si hay una lección que puede darnos es que es una buena historia y si la contamos más personas podrán leernos. Charles Dickens hizo periodismo serial escribiendo novelas, así que como verán podemos aprender mucho de la literatura. José Vicente Arizmendi: Es verdad, de hecho, uno de los paneles de este VI Encuentro fue el de los periodistas que están escribiendo libros y de cómo se puede pasar el buen periodismo investigativo al formato libro, porque hay historias muy buenas que son demasiado grandes para el periódico, para el canal de televisión o para la radio, hablo de que no caben allí. Mariana, si dentro de cinco años estás de nuevo con nosotros de qué crees que vamos a estar hablando. Mariana Santos: De que América Latina está en el top del periodismo investigativo. José Vicente Arizmendi: ¿Y cómo podríamos llegar a allá? ¿Cómo crees que podría ser ese camino? Mariana Santos: Yo pienso que la mentalidad ya está, ya la tienen. Es como el comercial de Avis, cuyo eslogan era “we try harder”, porque

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había un rent a car muy fuerte y ellos ocupaban el segundo lugar en el mercado. Eso es lo que pasa aquí, ustedes lo intentan mucho más fuerte, con más ganas, aquí nada está facilitado, aquí todo es muy difícil y hay periodistas que mueren por su oficio. Justamente, hablaba el otro día con Nacho Gómez y me decía que la situación estaba mucho mejor, porque solamente habían muerto siete periodistas en un año, y yo no lo podía creer, porque eso no pasa en Europa y ustedes tienen problemas reales de vida o muerte. Así que yo pienso que tienen las ganas y que van a ultrapasar a los otros que ya están muy conformes con la posición número uno. José Vicente Arizmendi: Carlos fue el primero que habló de comodidad, ¿era esa comodidad a la que se refería? Carlos Dada: Sí, un poco por ahí y creo que el fondo de todo es lo que acaba de decir Brant, y es que las buenas historias son buenas historias. América Latina tiene una condición permanente de crisis y si algo tienen las crisis son grandes historias, así que creo que los latinoamericanos estamos más preparados que la mayor parte del mundo para contarlas. Yo acabo de estar en España en un congreso y me sorprendió mucho que desde que te bajas del avión el taxista te está hablando de la crisis española, llegas al bar, que está lleno, y todos están llorando por la crisis, te vas a cualquier otro lado y nadie habla de otra cosa más que de la crisis, pero en los periódicos nadie la está contando, en los grandes medios nadie está contando las grandes historias que hay detrás de una crisis. Entre otras cosas, creo yo, porque las generaciones de periodistas españoles que de verdad vivieron en crisis o se retiraron o los retiraron o salieron del país y empezaron a buscar lugares en donde pudieran contar historias. Suena un poco cínico decirlo, pero las crisis tienen grandes historias que merecen ser contadas y que siguen siendo la mejor forma de que una sociedad se retracte de sí misma. Cuando venía en el avión hacia Colombia leía la Antología de grandes crónicas colombianas y encontré ahí unos materiales fabulosos que reflejan a las sociedades colombianas en los diversos momentos en que fueron escritas. Tenían un lenguaje muy propio, muy nuestro, muy fácil de trasmitir de parte del periodista o del narrador al lector, un lenguaje que el lector aprende fácilmente y que le parece mucho más sencillo de entender que si le hacemos todo un análisis macroeconómico de cuánto subió o cuánto perdió el Ministerio de Hacienda este año. Creo yo que en

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ese sentido los latinoamericanos tenemos una trayectoria larguísima, paradójicamente, heredada de España. José Vicente Arizmendi: Decía un viejo optimista que las crisis son oportunidades en ropa de trabajo. Quisiera cerrar este panel y, en realidad, este VI Encuentro de Periodismo de Investigación diciendo que cuando uno escucha a veces todas las novedades que hay en el mercado, los mensajes, las fotos, los videos instantáneos y todas las maneras más rápidas de comunicarnos, se pregunta al mismo tiempo que de pronto no habría que concentrarse tanto en lo que pasa, sino en lo que queda. Lo que nos va quedando después de todo esto sigue siendo el viejo periodismo de siempre, el periodismo bien escrito, bien investigado, el periodismo producto de un criterio juicioso de decir: “aquí está la noticia”. Ese ha sido el trabajo de los periodistas toda la vida. A mano, en máquinas de escribir, en linotipo o cuando había que recibir las informaciones de otro lado por telégrafo o por telex siempre se necesitó una persona que tuviera suficiente conocimiento de la realidad y de su público para decir: “la historia es esta, la noticia es esta”. El mal periodista no es el que no sabe usar Twitter, es el que no sabe qué es una noticia cuando la tiene adelante.

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Perfiles

Brant Houston Es presidente de la junta directiva de Investigative News Network y cofundador de la Global Investigative Journalism Network (GIJN). Es autor de Computer-Assisted Reporting: A Practical Guide y coautor de The Investigative Reporter’s Handbook.

Mariana Santos Es diseñadora de interactivos en The Guardian. Estudió en el Hyper Island, en Estocolmo un curso de medios digitales, y es una apasionada del periodismo de datos. Es Becaria Knight (2013) para la innovación mediática en América Latina.

Juan Diego López Es jefe de realización multimedia en lanacion.com y la canchallena. com. Se desempeña como docente en la Universidad Torcuato Di Tella y participó como jefe de diseño interactivo en la aplicación de La Nación que permite consultar el patrimonio de los funcionarios públicos en Argentina.

Miriam Forero ariza Es coordinadora de investigación de Consejo de Redacción, área desde la cual coordina la base de datos ZoomOnline y proyectos como Monitor de Corrupción. Asimismo, se desempeña en la organización como tallerista de manejo de bases de datos para periodistas y de periodismo asistido por computador.

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Consejo de Redacción

Jacinto Rodríguez Munguía Es subdirector de planeación editorial de la revista emeequis, conductor del programa de radio Zigma Periodistas de la Universidad Iberoamericana y autor de los libros La Otra Guerra Secreta. Los archivos prohibidos de la Prensa y el poder y 1968: Todos los culpables.

Raphael Gomide Es periodista de Internet Group (IG), para el que ha cubierto temas como la primavera árabe en Egipto. Ganó premios como el Lorenzo Natali de Periodismo (2008) y el de la Unión Europea por el reportaje “O Infiltrado – PM por Dentro”.

Hugo Mario Cárdenas Es comunicador social de la Universidad Santiago de Cali y especialista en cultura de paz y DIH de la Universidad Javeriana. Trabaja como redactor político del diario El País de Cali, es asociado de Consejo de Redacción y fue becario (2012) del Gobierno de Israel en el programa de Periodismo de Paz en Zonas de Conflicto.

Edilma Prada Céspedes Es comunicadora social de la UNAD y especialista en cultura de paz y DIH de la Universidad Javeriana. Es directora Agenda Propia y corresponsal en el Cauca del Canal ET (Casa Editorial El Tiempo). Hace parte del Comité Directivo de Consejo de Redacción.

Ferney Meneses Estudió Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Cauca. Fue periodista del diario El Liberal y columnista del periódico El Alfarero. Es editor general y web master de Agenda Propia, corresponsal de El Tiempo en el departamento del Cauca y asociado de Consejo de Redacción.

Tatiana Velázquez Archibold Es comunicadora social y periodista de la Universidad Autónoma del Caribe. Es redactora de las secciones Barranquilla y Cultura

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Memorias: VI Encuentro de Periodismo de Investigación

del diario ADN, docente de Comunicación Virtual de la Universidad Sergio Arboleda (Santa Marta) y asociada de Consejo de Redacción.

Ángela Hurtado Es comunicadora social y periodista de la Universidad de Manizales, centro educativo en el que también ha sido catedrática e investigadora social. Dirige la unidad investigativa del diario La Patria de Manizales y es asociada a Consejo de Redacción desde hace dos años. Fue tutora del curso Tras la Pista de los Dineros Públicos.

Sheri Fink La Dra. Sheri Fink ha informado sobre la salud, la medicina y la ciencia en los EE.UU. y a nivel internacional. Es miembro distinguido de la New America Foundation, de la Harvard Humanitarian Initiative y de ProPublica.

Miguel Paz Es fundador-director de Poderopedia y presidente de la Fundación Poderomedia. Fue el creador de Hackatons.org y el cocreador del capítulo chileno de Hacks/Hackers. Es Becario Knight (2013) para la innovación mediática en América Latina.

Ginna Morelo Es periodista y magíster en comunicación. Es editora general de El Meridiano de Córdoba y cofundadora, expresidenta y directiva de Consejo de Redacción. Es autora de los libros Tierra de sangre y Córdoba una tierra que suena, y ha ganado varios premios y reconocimientos de periodismo.

César Molinares Es periodista y magíster en periodismo de la Pontificia Universidad Javeriana. Es magíster en periodismo de la New York Columbia University y magíster en periodismo de investigación de la City University de Londres. Se desempeña como editor de Verdad Abierta.

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Consejo de Redacción

Carlos Dada Es periodista salvadoreño y fundador y director de El Faro. Ha cubierto noticias en más de veinte países. Es Knight Fellow de la Universidad de Stanford y ha sido galardonado con el LASA Media Award y con el Maria Moors-Cabot de la Universidad de Columbia.

Christopher Acosta A. Es jefe de informaciones de Infos, desde donde publica investigaciones periodísticas en la revista Poder y el diario Perú.21. Organizó la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación para el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys).

Karlos Kohlbach Es periodista de la Universidad Tuiuti de Paraná y cuenta con un posgrado en Comunicación Política de la Universidad Federal de Paraná. Empezó a trabajar en la Televisión Educativa de Paraná y hace ocho años es reportero de política del diario Gazeta do Povo.

Carlos Eduardo Huertas Es director de CONNECTAS, iniciativa que promueve el periodismo sobre temas clave para el desarrollo de las Américas con una perspectiva transnacional. Es miembro del Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ) y es gestor y asociado honorario de Consejo de Redacción. Durante una década fue editor de investigaciones de la revista Semana.

Johanna Bejarano Es comunicadora social y periodista de la Universidad Autónoma de Occidente, especialista en mercadeo corporativo de la Universidad de Cauca y máster en periodismo digital de la Universidad de Alcalá de Henares. Es docente, investigadora, directora de la Revista Pfm Plataforma y asociada de Consejo de Redacción.

Juan Pablo Figueroa Lasch Es periodista investigador del Centro de Investigación Periodística (Ciper). Ha colaborado en publicaciones como The Clinic, Qué Pasa,

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Memorias: VI Encuentro de Periodismo de Investigación

Viajes La Tercera y BBC World News. Sus trabajos se han publicado en The New York Times, El Mundo, Le Monde, entre otros.

José Vicente Arizmendi Es comunicador y periodista de la Universidad de la Sabana. Se especializó en televisión en la Universidad de Londres y es máster en Administración de Negocios de la Universidad de Temple. Es decano de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá)

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Se termin贸 de imprimir en los talleres de JAVEGRAF el mes de noviembre de 2013, bajo caracteres de la familia ITC Bookman.





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