PROTOCOLO DE CONVIVENCIA Las Normas de Convivencia, constituyen el conjunto de reglas establecidas para hacer práctica de vida: la visión, la misión y los valores del Colegio Nuestra Señora de la Altagracia; en lo que respecta a las relaciones y vivencias entre los actores del proceso enseñanza aprendizaje. Las normas de convivencia en el CONSA, tienen como objetivo, regular las actuaciones y comportamientos de los actores del proceso educativo, de forma tal que sus mecanismos de aplicación contribuyan a disfrutar de un ambiente armónico, respetuoso y provechoso; a su vez desarrollan en los estudiantes criterios de justicia restaurativa. Al inscribir a sus hijos (as) en el Colegio, los padres, madres y tutores declaran que se acogen a sus disposiciones. Esto para evitar que los miembros de la comunidad educativa aleguen ignorancia en el momento de su aplicación y cumplimiento. El Colegio Nuestra Señora de la Altagracia tiene como valores principales: bondad, cortesía, verdad y amor; cada uno con una familia de sub-valores que hace que los miembros de la Familia CONSA se distingan en todos los ambientes donde interactúan; de manera especial son valorados por su humildad, disciplina de vida y su gran capacidad para actuar a favor de la verdad y búsqueda del bien común. Es decir, ponen su mayor empeño en ser cada día más y mejor. Las normas de convivencia en esta familia educativa, tienen la intencionalidad de garantizar, en una sociedad cada vez más corrompida, una persona que se sabe libre para actuar con responsabilidad, dialogando o tolerando las diferencias, pero totalmente apegada a sus principios éticos y morales. Cada año escolar, estas normas son evaluadas por estudiantes y personal que labora en la institución con miras a una continua actualización. En este documento encontramos las normas de convivencia que rigen para nuestros estudiantes en su condición de miembros de la Comunidad Educativa. Ellos son acreedores de derechos que deben ser respetados por todos los demás y tienen deberes que cumplir para el bien propio y garantía de la sana convivencia; en un clima de respeto por el bien de la fraternidad. En esta comunidad educativa todos somos hermanos, ya que somos hijos de Nuestra Señora de la Altagracia. A ella le regalamos cada día, como buenos hijos, el ser “Por María, más y mejor.”