Revista isla08

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CONVIVIR 03 Editorial 04 Dignidad 10 Bitácora Compartida 18 Desterra 01 DIGNIDAD
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Si pudiéramos describir la experiencia política de los últimos años, esta se asemejaría a la sensación de vivir dentro de un bucle temporal sin salida aparente. El escenario es incierto, y a cada oportunidad que se abre para establecer un acuerdo sobre nuestra convivencia futura, sobreviene una nueva crisis que no solo detiene el proceso, sino que hace que este retroceda varios pasos atrás. Este impasse se caracteriza por un clima de constante crispación, al ritmo de noticias falsas y tendencias de opinión apuntaladas por bots en redes sociales, de encuestas instantáneas que miden el rating de los políticos de turno y medios de comunicación tendenciosos que poco o nada aportan a la discusión pública. La democracia ha devenido en “infocracia”, un sistema que –en palabras de Byung-Chul Han–“somete nuestra percepción, nuestra relación con el mundo y nuestra convivencia a un cambio radical […] Un solo tuit con una noticia falsa o un fragmento de información descontextualizado puede ser más efectivo que un argumento bien fundado”.

El 2019, para superar el desborde, el “exceso de politicidad” empujado por la revuelta de octubre, la clase política decidió aferrarse a un proyecto: una nueva constitución política con el objetivo de encauzar el clamor popular y, cuestión fundamental, salvaguardar el sistema en su conjunto. Boris Groys, en su ensayo “La soledad del proyecto”, se explaya en esta

forma que ha adaptado el trabajo artístico contemporáneo y que hoy se extiende y domina los campos de la economía, la política y, por cierto, la actividad cultural: “todos los miembros de nuestra sociedad están constantemente preocupados por concebir, discutir y rechazar un número interminable de proyectos”. Para evitar la exposición a la intemperie que supone el convivir socialmente, nos aferramos a un proyecto. “¿Por qué la gente llega a elegir presentar un proyecto en lugar de simplemente embarcarse en un futuro libre de proyecciones?”, se pregunta Groys. Tanto en el arte como en la política, el proyecto expresa una promesa de seguridad, aunque sea momentáneamente, nos aísla de la contingencia y nos entrega un futuro diseñado y libre de incertidumbres; ahora bien, y como trabajadores del campo cultural lo sabemos, la actividad condicionada bajo la lógica del proyecto se encuentra atravesada por la precarización y aquella búsqueda de seguridad no deja de ser una mera ilusión; es más, así como nos encontramos sumidos en la crisis constante de la (des)información, así también la política chilena está atrapada en el bucle interminable de la vida-como-proyecto, siendo el proyecto constitucional su más importante expresión hoy en día.

Esta constatación sobre la complejidad de las sociedades contemporáneas y su irreversible transformación producto de la cultura mediática y la vida-como-

proyecto, debe ir acompañada de una actitud crítica que ponga su esfuerzo en pensar e imaginar otros mundos posibles a partir de las herramientas que disponemos. ¿Cómo, efectivamente, construir una esfera pública que permita contrarrestar las noticias falsas y el auge de posiciones ultra conservadoras o derechamente fascistas? ¿De qué modo el arte, por ejemplo, se transforma en un espacio dado a la experimentación de otras formas de hacer colectividad? ¿Qué podemos decir sobre el convivir, sobre el estar juntos, desde nuestras áreas de acción y trabajo?

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EDITORIAL

DIGNIDAD

Posfotografía, Montajes y Memes

Como una manera de hablar en voz alta y transcribir las ideas que han ido acompañando el proceso creativo de #dignidad, mi primer trabajo posfotográfico, comentaré algunas de mis impresiones, reflexiones y juicios sobre el momento histórico que estamos viviendo y las imágenes mentales que, finalmente, son las que han guiado la confección de estos “montajes” o “memes” políticos, publicados sistemáticamente en mi instagram @nicossaez, con el propósito de sumarmse al movimiento ciudadano que sigue luchando por visibilizar la hiper-vulnerabilidad que vive la gran mayoría de nuestro país paray exigir justicia social.

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NICOLÁS SÁEZ / Arquitecto

La edición de memes, a partir de fotografías sacadas de internet, debe ser una de las formas contemporáneas más usadas en la producción y circulación de imágenes en busca de sentido. Susan Sontag nos advirtió, hace mucho, que se requería de una “ecología de las imágenes” 1 si queríamos incluirlas en el mundo de los hechos, ya que la naturaleza fotográfica sólo puede proporcionarnos una posesión, un souvenir de la realidad, que es indiferente al presente y despersonaliza nuestra relación con el mundo. Haciendo un juego de palabras, podría decir que si la foto es “mediación”, su reuso con sentido sería una “re-mediación”. Esto, para Joan Fontcuberta2, es la posfotografía, imágenes posproducidas digitalmente que ha ido desplazando progresivamente lo que entendemos por fotografía: su rol documental como portadora de cierta verdad. En cambio, en la era del instagram, lo que importa es la circulación y el acto comunicativo de las imágenes, donde ya no sería relevante si uno toma o no la captura, porque ésta se mezclará con una infinidad de otras similares. Lo anterior dialoga estrechamente con el origen de la palabra “meme”, acuñado en 1976 por el británico evolucionista Richard Dawkins en la primera edición de su libro “El Gen Egoísta”, quién crea la palabra de la raíz griega mimema, que significa: de cosa o algo que es imitada, y la modifica a “meme” para acercarse fonéticamente lo más posible a la palabra “gene”. Según Dawkins, si “un gene” es la unidad hereditaria, el “meme” es la unidad cultural de imitación, replicación y de transmisión. Así, el reciclaje, la apropiación y resignificación de imágenes preexistentes en busca de un sentido, son síntoma de una era posmoderna vertiginosa y de hiperconexión.

Chile despierta con un “estallido social” el 18 de octubre de 2019, fenómeno aún en proceso, que ha marcado un hito en nuestra historia y nos mantiene bajo constante tensión y disputa ideológica entre chilenas y chilenos. En Santiago de Chile se viralizó el estallido en Plaza Baquedano, rotonda circular y pequeña plazoleta ubicada en un punto neurálgico de la ciudad, en cuyo centro

se emplazaba la escultura ecuestre del General Baquedano, militar de la guerra del pacífico, y que ha sido el escenario de una cronología de apropiaciones por parte de la ciudadanía desde hace décadas; esto hasta eclosionar con la revuelta social en un acto de reivindicación a la protesta y a su celebración, re- bautizándose como “Plaza de la Dignidad” y adquiriendo una significación estético-política sin precedentes.

La Plaza, es considerada la “zona cero” de los enfrentamientos, plataforma de visibilidad de la protesta y ahora también lugar de memoria, donde se recuerda, visibiliza y se clama por justicia por las víctimas de violación a los Derechos Humanos, a las que lamentablemente se suman las víctimas de suicidios posteriores. Para dimensionar lo que acontece es importante tener en cuenta algunas cifras; según el Instituto de Derechos Humanos de Chile (INDH), son un total de 3.626 víctimas, de las cuales 34 fueron fatales y hubo 8 muertes por acción del Estado. El mismo Instituto presentó 551 acciones judiciales por tortura y considera 533 víctimas de lesiones de connotación sexual. Mientras que la Defensoría de la Niñez contabilizó 2.178 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas de violaciones. Además, a dos meses del estallido, se elaboraron 4 informes internacionales por parte de Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW), Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH); todos fueron muy coincidentes, señalando que “se han producido un elevado número de violaciones graves a los derechos humanos”.

En medio de la vorágine de información que fue circulando entre noticieros y opinólogos, se sumó una avalancha de memes políticos, ya comunes en el ciberespacio chileno, donde la plaza fue una protagonista como escenario en disputa. Su rápida popularidad hizo que Sebastián Piñera, presidente de turno y representante de la política neoliberal hegemónica, en un acto inexplicable, visitará la plaza para fotografiarse aprovechando la paralización por la pandemia del COVID-19 a cinco

meses del estallido. Selfie que puso en clara evidencia su narcisismo e insensibilidad ante la situación del país y, de paso, validar a “Plaza de la Dignidad” como la “nueva postal” de la revuelta.

El 18 de octubre del 2020, a un año del estallido y en plena pandemia, reunió a más de 25.000 personas, y el 25 de octubre a 30.000, celebrando el triunfo de la opción “apruebo”, por un 78% de los votos en el plebiscito de entrada que dió curso a la histórica convención constituyente para la construcción de una nueva Constitución que reemplazaría a la existente elaborada en dictadura.

Si bien la pandemia frenó estrepitosamente la intensidad de la protesta, ésta nunca paró, y su rebelde persistencia, que conllevaba el enfrentamiento con carabineros, empujó el traslado definitivo de la estatua ecuestre en marzo de 2021. Baquedano, casi anónimo en la memoria colectiva pre-estallido, se transforma así en el símbolo del poder sobre el pueblo, y su caída fue entendida rápidamente como uno de los leitmotiv de la revuelta; una suerte de crónica de una muerte anunciada por los medios, y el trending topic viralizado por cada suceso; como, por ejemplo, cuando fue pintada de rojo, luego quemada y casi derrumbada. Los memes de manera instantánea iban poblando las redes con su característico humor y creatividad, sublimando este escenario en conflicto. Frente a la presión se decidió su retiro “temporal” (a la fecha no ha regresado) y se desarrolló una ceremonia de casi seis 6 horas para su retiro transmitida por streaming en las RRSSredes sociales. Sin duda, Galería Cima tuvo un rol fundamental en el acompañamiento de la revuelta en Plaza de la Dignidad, transmitiendo en directo y desde lo alto de uno de los edificios aledaños, permitiendo que existiera conexión 24 horas al día para estar enterados de lo que sucedía en ese lugar. Así como el colectivo Delight Lab, que proyectó aquellas frases poéticas que enaltecieron un sin número de manifestaciones ciudadanas. Conectados por las RRSS, fuimos testigos de lo que pasaba y vimos por nues-

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#40_horas #montaje #José_Parada

#Manuel_Guerrero #Santiago_Mattino

#sobrevolar #salto_al_vacío #no_cumple_ con_los_requisitos #fosa_desconocida

#funeral_privado #gatillo_fácil #hallazgo

#como_el_hoyo #marea_roja #ministerio

#misil #viento_diestro #monocultivo

#montaña_blanca #orgullo #impostura

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hunter #en_la_medida_de_lo_posible

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#lluvia_de_verano #llegada #infelices

#humo_negro #el_hombre_que_cae

#despegue #déjate_caer #perderelcontrol

#caballo

#estamos_en_guerra

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tras pantallas ese proceso de corte con esmeril de la pieza de bronce pintada de negro que fue retirada por un camión grúa tipo “pluma” bajo la custodia del ejército y acompañado del toque de trompeta.

Al día siguiente, y haciéndome parte de una embestida de memes políticos, surge el primer montaje de #PlazaDignidad, que en realidad fue un “desmontaje”, pues impulsivamente decidí borrar digitalmente a Baquedano, desde un archivo fotográfico que encontré en internet, para dejar solo al caballo sobre el pedestal. Siendo franco, el impulso inicial fue dar una respuesta diferente a la tendencia masiva de reemplazar toda la escultura ecuestre por algún motivo simbólico -íconos del mismo estallido, artísticos históricos o figuras del pueblo mapuche-; yo decidí entonces, solo limpiar la imagen de la figura “negativa” y al mismo tiempo liberar el brillo de la noble. Este simple acto de resignificación fue adquiriendo, de a poco, más conciencia, al tiempo que iba apreciando el poder del “meme” como formato.

Es así como tTodo iba adquiriendo más sentido: el reciclaje de imágenes virtuales y su replicación, la apropiación y transmutación del contenido, el mensaje abreviado en lenguaje no verbal, y el “ruido” agregado a la imagen de baja resolución que hacía desaparecer aquel pixelado, además de otorgar una textura pictórica al disolver la superficie fotográfica. Desde mi escritorio en Concepción “posfotografiaba” #dignidad como un ejercicio mental de reacción a la contingencia estética-política, de manera sistemática y breve (que significó no más de una hora por cada montaje), que me permitía cada vez reconstruir digitalmente mi imaginario; borrando, rellenando, recortando, enderezando, modificando, agregando, volteando, o; aportando con imágenes surreales que ironizan sobre un momento histórico surrealista.

Luego de presenciar la remoción de la estatua ecuestre de Baquedano, como si estuviéramos frente a un acto teatral, se sucedieron una serie de eventos increíbles

que parecían ser sacados de un mal guión. Ya solitario el pedestal, curiosamente se blindó perimetralmente con un muro de acero de 3 mts pintado de blanco, más protección policial de punto fijo. Incrédulo veía como el cuestionado gobierno se desgastaba en proteger este espacio creando un “muro de Berlín”, una “instalación de faenas” o una especie de “piscina”.

Ahí quí me imaginé a Charly García cayendo y a Piñera dudando sobre si “saltar o no” al borde de una larga escalera. Al publicar el meme de Charly, un amigo me comentó en el post una cita: “¿Sabés por qué me tiré? Porque me perseguía la policía”. A dos años del estallido, en octubre de 2021, más de 30 mil manifestantes se reunieron en la Plaza de la Dignidad, y como era de esperarse, un grupo terminó por derribar el cerco blindado cerrando la jornada. Acá, la imagen del pedestal como nave despegando y derribando los muros de contención se me apareció, casi presagiando el devenir de una metarealidad. Tres días después, nos enteramos incrédulos lamente que en el subsuelo junto al monumento yaceyacía un “soldado desconocido”, también de la Gguerra del Ppacífico. El gobierno decide exhumarlo y presenciamos una nueva ceremonia militar. Cerrando los ojos: una fosa abierta, a la vista de todas y todos, fue la imagen mental que me llevó a la oscuridad, a aquella época de horrores que aún palpita en nuestra memoria.

En diciembre de 2021diciembre 2021, Gabriel Boric se transformótransforma en el presidente más joven de Chile, ganándole al ultraderechista José Antonio Kast con un 56%..P Pp Paradójicamente, en septiembre del 2022, el 62% de la población rechaza el borrador de la nueva propuesta de Constitución, elaborado por la Convención Constituyente, que por primera vez en nuestra historia fue integrada por elección popular, paritaria y con escaños reservados a representantes de pueblos originarios y donde la derecha chilena quedaba reducida a menos de un tercio. Pese a que su texto fue elogiado por la opinión internacional, la eliminación de la sombra del “estado subsidiario”

fue suficiente para montar un desprestigio mediático de desinformación y fake news nunca antes visto en nuestro país, comprobando así la exitosa fórmula ultraderechista similar a los triunfos contemporáneos de Bolsonaro y Trump. En diciembre 2023, deberemos mos decidir si aprobamos o rechazamos un segundo borrador, esta vez, elaborado mayoritariamente desde una mirada de derecha y ultraderecha, que por lo que se ve, apunta a un retroceso incluso de los preceptos de la Constitución vigente de Pinochet. Así, y en un corto periodo, mi cabeza pasó de crear un montaje con el árbol emblemático de la campaña de Boric, imaginando un “trasplante” desde Magallanes hasta “Plaza de la Dignidad”, a recientemente “desenterrar” la figura de Pinochet, como un busto monumental que se asoma semi enterrado bajo la mirada silenciosa de jóvenes rodeándolo.

En plena conmemoración de los 50 años de la dictadura civilívico-militar,, se vuelve a discutir si el dictador fue un “estadista” y un “presidente”, develando no solo la gran influencia que mantiene un grupo negacionista menor pero con gran poder económico y político, si no que además, y tristemente, la realidad de un pueblo que aún arrastra la herencia de sumisión, miedo y manipulación mediática, que incluso sigue siendo traspasada a las nuevas generaciones.

En la sociedad neoliberal en la que estamos inmersos, la hiperconexión y exigencia nos aleja cada vez más de los procesos contemplativos que propician la visión crítica, la empatía y la idea de relevar procesos colectivos por sobre los individuales. En este punto -casi sin salida- pareciera que solo queda esperar “la llegada” de vida extraterrestre, recientemente reconocida por ex oficiales de inteligencia de EE.UU, que,y también profetizada por uno de los memes de #dignidad, sólo nos quedaría a persistir, una y otra vez, ya que los cambios significativos, las epifanías, ocurren en los momentos menos esperados, ya sea en el devenir de un país o en nuestra propia vida.

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BITÁCORA COMPARTIDA

Día 0 // La Llegada

23 de octubre de 2022

Valdivia - Santiago - Concepción Llego por aire.

No quise averiguar mucho sobre Joel. Contuve la curiosidad para descubrirlo en persona. Sólo sé que se dedica a la danza y que recientemente publicó un poemario. ¿Cómo será esa mezcla?

Este año la poesía se ha colado en mi vida desde grietas inesperadas. Una suerte que así sea, ya que “nos ayuda a pensar que las cosas pueden ser de otra manera. Y en estos momentos lo que necesitamos es precisamente esa esperanza”, como bien me dirá Ana G. Lartitegui meses después en una entrevista para una investigación. No veo otra manera de sobrellevar la situación ambiental y política actual.

Me recibe una ciudad dominical cortada por el Biobío.

¿Por qué la ciudad te da la espalda?

Bordeamos el río y luego un parque hasta llegar al edificio de Almacén. Me esperan 00:00

Me hospedaré toda la semana en Almacén. Estoy cansada, pero me cuesta dormir. Sigo atentamente cada sonido para conseguir leer el lugar donde estoy. No sé si las pisadas son de este departamento. Me apago pensando en que debiera escribir para no olvidar...

¿Y si nos escribimos cartas, Joel?

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Carta 1

Concepción, 25 de octubre de 2022

Joel:

Tuvimos suerte ayer, ¿sabes?

No es tan fácil ver a la Puya alpestris (chagual) en flor, menos por esta región. Ocurre una vez cada dos a cinco años. Es todo un evento y sin querer fuimos parte de esa fiesta. Yo no sabía que pudiera hacer combustión espontánea. Al parecer no está claro por qué lo hace.

¿Te imaginas poder hacer autocombustión? De pronto empezar a quemarnos desde adentro, arder sin fuego, hacernos ceniza. En realidad nuestras células sí tienen un mecanismo de suicidio llamado apoptosis, fundamental para que las cosas anden bien. La muerte es parte de la renovación constante de los tejidos y órganos. Pocas células nos acompañan desde el nacimiento. Siempre he alucinado con lo complejo y perfecto del cuerpo humano. El suspiro que somos en todos los tantos años de evolución desde el origen de la vida unicelular hasta el presente. Hay muchísimo que no sabemos y jamás llegaremos a conocer. Hace algunos años el estudio de la microbiota se puso de moda, y no es para menos, poco se sabía de la importancia de los microorganismos que nos habitan. Somos un ecosistema de células humanas, virus, bacterias y hongos en equilibrio.

¿Cuántos años de historia se necesitarán para que nuestra especie llegue a un equilibrio interno, con las demás especies y el entorno? ¿Será posible alguna vez? Difícil.

El recorrido de ayer por la Aurora de Chile fue un buen ejemplo de un fracaso. Hay algo de poesía, sí. Un puente cortado abruptamente en un balcón hacia la resistencia de una comunidad, el agua que sigue corriendo a pe-

sar de su invisibilidad, los relatos contenidos en los objetos abandonados al polvo, el verdor que se encarama en la ruina. Me cuesta procesar tanta contradicción. Me sentí tan fragmentada como las piezas de ese rompecabezas urbano que recorrimos. Intento volver a las flores amarillas que iluminaban el borderío. Me voy a tus palabras sin tiempo, me expando en cada idea, el poema se alarga, se dilata en una atmósfera tibia y seca como la de las composiciones de los Hermanos Gutiérrez. ¿Los has escuchado? Podríamos hacer una playlist de esto. Posiblemente yo termine eligiendo lo mismo de siempre. Me preguntaste si la acumulación era parte de mi práctica. Tal vez. Pero sin duda la reiteración sí lo es, especialmente dentro de mis procesos creativos. Llevo ritos y hábitos que me ayudan a sostenerlos. Pensé que los Hermanos Gutiérrez habían cumplido un ciclo, pero han vuelto a enmarcarme con sus guitarras. El té chai es otro recurrente del último tiempo. Aún me queda media taza, en una taza roja que cambia de tono según la temperatura. Mi favorita de Almacén.

Ya deberías haber llegado. Mejor cierro esta carta acá.

Isabel 15:27

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Día 1 // Exploración Inicial
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Voy llegando a un lugar que no tiene tiempo lo robaron le mintieron nunca supo no recuerda.

No supe cómo nombrar lo que sentía y me sentí perdido.

Estaba en un lugar que parecía destruido roído por el tiempo carcomido perfectamente por el paso del tiempo tallado por las uñas que desgarran la pintura quitando la primera capa que la envuelve de otro tipo de belleza que la deja desnuda lanzada herida.

Estoy en un escenario que parece un accidente. Una nave una gran nave ha caído y en su destrozo veo como una explosión en dirección al sol deja caer proyectiles de espacios íntimos de cosas tibias que le pertenecieron a alguien que hicieron contacto con alguien que fueron usadas por alguien que son recordadas por alguien cosas que extrañan a alguien. En este lugar de catástrofe soy accidente de una herida que duele ya no sangra.

Soy cosmonauta de un deseo que explotó en el espacio aéreo.

Todavía veo la huella en el cielo de las cosas que cayeron de las cosas que ya fueron de lo que no pudo ser de lo que se olvida la huella de lo que aún mis ojos recuerdan.

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El desamparo de no saber de pronto me descubre me convierto violentamente en algo pequeño en algo desprovisto de cualquier cosa que pueda protegerme en este escenario de pérdida de este lugar de accidente de este lugar en que la violencia del olvido me golpea en la carne que rodea mis manos me golpea en el pecho sin dejar su rastro que me nubla los ojos sin dejar caer una lágrima.

En medio de este accidente donde el tiempo va murmurando canciones al revés escucho la presencia de voces que no logro comprender de lenguas muertas que rieron alguna vez de ojos que han dejado de ver de cuerpos que sucumbieron al río de cuerpos que siguen cayendo en el rastro de cosas que no sé cómo nombrar en el rastro de esos caminos de las huellas en el cielo de las cosas que veo pasar.

En este escenario de accidente soy algo más parecido a un cosmonauta melancólico de la gravedad

me sentí huérfano del tiempo en este lugar me sentí huérfano del tiempo en este lugar

me sentí huérfano de la tierra que soñé para habitar.

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Carta 4

Concepción, 27 de octubre 2022

Isabel:

Tengo una extraña relación con la mitología griega, por un lado, viajo por los detalles que revela el lenguaje y suelo ser literal con las cosas que veo, pero otras veces mi dispersión me lleva por paisajes abruptos que cambian a penas trato de recordarlas.

La Población me hizo buscar información sobre su nombre, y llegué de casualidad a una definición:

AURORA: EN LA MITOLOGÍA ROMANA, AURORA ES LA DEIDAD QUE PERSONIFICA EL AMANECER, EQUIVALENTE A LA GRIEGA EOS. UNA MUJER QUE VUELVE A TRAVÉS DEL CIELO PARA ANUNCIAR LA LLEGADA DEL SOL.

SUS HERMANOS SON EL SOL Y LA LUNA Y SEGÚN EL MITO; LAS LÁGRIMAS QUE DERRAMA

MIENTRAS VUELA A TRAVÉS DEL CIELO LLORANDO POR UNO DE SUS HIJOS QUE FUE ASESINADO, SON EL ROCÍO DE LA MAÑANA …

Escribí esto:

Estamos aquí porque nos hicimos adictos al amanecer. A volar por el cielo anunciando la llegada del sol. Nos hicimos adictos al rocío de la mañana. A bañarnos el rostro con los primeros rayos del sol. El agua en la cara, el agua en los pies, el agua hasta el cuello y el agua se llevó a los primeros. Que estuvieron, que fueron, que permanecieron. Los primeros, de los que heredamos esta adicción al amanecer.

Habitamos un poco de esperanza donde el amor salió huyendo, donde los durmientes siguen vigilando las cuchillas del tren. Y nuestros ojos se reflejan de cara al sol, que arde en nuestras manos con este dolor.

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DESTER

RA

Era todo Lota escuchando el último pitazo que anunciaba el cierre de la mina, no llores mamá ahora estudiaré por todos nosotros, dijo. Eran bolsas negras llenas con alimentos donados por familias obreras para las otras familias obreras de la escuela donde niños y niñas jugaban entre los oscuros pasajes posteriores a la dictadura.

Era todo Lota una ciudad abierta, familias, niñas y niños unos a otros, mujeres por primera vez en la mina, ollas comunes encendidas por los sindicatos sobre las fogatas, las duchas y los vestíbulos abiertos para que las familias reconocieran cómo era el laburo, las ropas pegadas al techo colgadas con canastos y cadenas. Era un pintor recogiendo los restos de esos trapos y herramientas, Lota el silencio.

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Eduardo Cruces / Artista Visual

Era un tren rumbo a la Capital con niñas y niños y mujeres y arriba, era un tren arribando a la Capital, eran periódicos con la portada de familias obreras marchando a la Capital, era la Central Unitaria de Trabajadores repleta de trabajadores, eran las calles atestadas de trabajadores, banderas y pancartas sostenidas por niñas y niños y mujeres: “el Presente”.

Eran mineros batallando contra la Capital con sus cascos y con sus puños y esos mismos cascos fueron traspasados de mano en mano a estudiantes que se unieron a la huelga y esos puños con puños fueron posta que retomaron el hilo roto de todas las luchas perdidas.

Eran hornos de barro en ruinas, eran rejas de fierro en todas las ventanas y puertas y jardines en las casitas de las familias obreras, rejas sobre las rejas de las rejas y después perros y más perros desmembrados, perros sobre perros devorándose a sí mismos, allí entre las iglesias evangélicas junto a las otras iglesias evangélicas y la pasta base y la pasta base y la pasta base, balas perdidas, balas.

Era Louta o Lottah en Blue Tier que no era Lota, ni la calle Lota era Lota en el distrito 16 de Paris, ni el Parque de Lota era Parc des Buttes-Chaumont donde recogí las rocas dibujadas bajo el puente escrito: Labor omnia improba vincit.

Era toda La Paz sitiada por mineros desde Oruro jugando a las cartas sobre las calles mientras preparaban sus bombas, nosotros cruzábamos con maletas de turistas repletas hasta El Alto, el bombardeo con cachorros nos ensordeció, guardé el tubo de cartón con restos de pólvora sobre la repisa y ahora hiede a protesta todo el dormitorio.

Era también Cottbus y sus minas de carbón convertidas en lagos artificiales y animales también artificiales que ahora cubren sus minas abiertas y toda Lakoma desterrada para ser un gran tajo devorado por máquinas programadas en su brutal eficiencia de años, siglos, unheimlich.

Era toda Wallonia con sus cerros y cerros de escoria convertidos en senderos, Terrils, allí también un predicador se reconvirtió en pintor, en Mons y Charleroi, observamos desde una banca solitaria las torres erigidas por sus italianos inmigrantes muertos.

Era Ariño o Andorra o Coronel y sus termoeléctricas de carbón que carcomen las retinas de las familias obreras por la ceniza maldita, el sacrificio maldito, siempre el sacrificio, el sacrificio.

Era Pilpilco un charco solitario entre medio de monocultivos donde antes existió todo un pueblo de mineros y campesinos y el jaguar y un chorro de agua de vertiente recorría sus esquinas llenando lentamente sus vestigios y un tímido letrero hecho de pino adherido sobre un árbol de pino escrito: “Oficinas”.

Era Plegarias una plegaria también en sí misma, un riachuelo donde froté mis manos con espuma de aromo. Cerca en Curanilahue o Carbonia, Lebu o Lens.

Era toda Atacama una ruma de piedras hasta el cielo, una calle donde ya no alumbraban los rincones turísticos del desierto, estábamos sorprendidos al constatar cómo este pueblo había sido forzado a existir en cuadrículas y rectas, mientras el cielo rompiendo toda frontera bajo su inmensidad de puntos y vectores y vibrantes destellos, allí donde la vida era muy corta para llegar hasta otra estrella, la Cruz del

Sur nos indicaría cómo volver al hogar, en caso de tener un hogar o cobijo o volcanes, salares, cobre, litio, coca. Latinoamérica.

Era todo Johannesburgo un trofeo de plástico pintado color oro, allí donde se confunden los deseos de triunfo o fracaso en un apagón absoluto de Sur a Sur: “For your trophy case”. En el Musée de la Chasse con sus trofeos extirpados desde el mapa de toda África, yo también era carne regurgitada y mestiza entre sus mataderos y zoológicos. Abya Yala.

Era una isla de crudo follaje donde esperamos su aprobación para cruzar. Keep Left. Lo cruzamos de noche primero y luego al amanecer contemplamos los detalles de eucaliptos y la vertiente que calmó nuestra sed cuesta arriba, corroborando al fin los pasos que rozaban los bordes que titilaban en Kunanyi, dijo: “La columna es Voz”. Ocultos entre los helechos de Mt. Field, la droga provocada por los fósiles se reflejan como espejos de polvo donde dormía un pequeño tilacino. Keep Left. Port Arthur y su prisión colonial para explotar minas repletas de turistas. I cross the dog-line. Y más allá también crucé los ríos rojos de Queenstown, la carretera húmeda de Fingal. Zeehan. Waratah. Keep Left. Mientras, sobre el suelo del Tiagarra Museum yacía todo un relato familiar, una figura masculina de fotocopiada sonrisa sin dientes simula ser un ancestro nativo, desde bustos desnudos hasta prendas de otras tribus, todo en filas, ilustraciones y fotografías coloniales como una fuente de heridas abiertas, figuras carcomidas y círculos dibujados sobre las paredes que simulaban cavernas, donde cada cierto tiempo se reordenaron sus elementos y los textos impresos sobre las murallas, algunas palabras

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Epístola

Sub-Terra

Des-Terra

Ofensiva

Parlamentos

Defensiva

Reconvensión de la Ruina

Guerra de Arauco

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Rumor Hogar Tormenta Tormenta de las Imágenes

eran tachadas y renombradas. Keep left. Eran demonios reventados con sus vísceras afuera por la carretera, eran demonios enceguecidos bajo la luz infrenable de la carretera desde los bosques fluviales al fin del planeta, eran demonios disecados en la carretera o en una vitrina con sus dientes empolvados de espanto. No worries. Era toda Tasmania llena de demonios.

Eran eucaliptos nativos en Tasmania y eucaliptos insertados con sangre en Nahuelbuta. La misma Nahuelbuta que vio caer al conquistador, quien su juventud a hierro forjó en Flandes hoy yace su cráneo en algún sitio eriazo de Antihuala, Cañete o Amberes. “Exterminó el amanecer pastoril”, dijo. Todo Flandes Indiano ardió en la provincia de Arauco o Flanders, donde fueron destruidos templos a fuego o terremoto, iconos rotos y desmembrados por la furia iconoclasta, protestante, española o chilena. Durante la revuelta, lo tomaron con cuerdas y muchas manos arrancándole de todos los monumentos, pero sus ojos también fueron arrancados por la brutalidad. Bajo la cama oculté una biblia donde leía la dedicatoria manuscrita por mamá: Beeldenstorm. La primera imagen de Concepción es un grabado holandés y su última imagen es la destrucción de La Aurora frente al puente incompleto del Biobío en plano holandés contrapicado: el Tribunal de los Tumultos o le Conseil des Troubles o Raad van Beroerten, donde el Cesar hablaba flamenco, pero no Mapudungun. Recogimos una mano cortada del suelo untándola en salsa Borgeraut, allí nos preguntamos por el origen de los diamantes exhibidos en las vitrinas de Europa. “Cada palabra es inútil, cada frase, cada conversación telefónica”, dijo. Estaba sediento y añoraba sentir un agua de vertiente, imaginan -

do cómo había sido centenarios antes este mismo lugar, Wallmapu. Lágrimas que purifican aquello que no sabe lo que extraña, We Tripantu. En la cama un pacto sobre la entera piel iluminaba, un souvenir de Kultrun con ramitas de pino y eucalipto, la luna casi llena.

Era el Atlas de una fábrica textil en ruinas o el Atlas de Ortelius ofreciendo un manual de expectativas sobre el fulgor en la conquista sangrienta de los paisajes, atesorado entre mis postales compradas, la tierra del Nuevo Mundo luce deforme como una broma impresa por el delirio de misioneros cruzando los mares hasta el fin del planeta. Labore et Constantia. Era mamá y papá con sus escobas y sus trapos fregando máquinas y pupitres la promesa del progreso... “La mayor revolución es no ir al trabajo”, dijeron. Un número infinito impreso en el ticket del supuesto hogar de Colón en Génova aguarda entre las paginas de la ilustración llamada “Una Barbarie esplendorosa” donde convivían incas entre columnas helénicas, allí hastiado de cerveza me lancé contra las eternas columnas incompletas del Koninklijk Museum, manejando un auto cubierto de moluscos flotando sobre Escalda, mientras cortaba los edificios de la Office Baroque a mi paso, las calles también cortadas de par en par dejaron ver los vestigios de sus ruinas españolas donde un obrero frotaba su pie frente al National Bank y otro le hacía mímicas como si bailase. “Cuando volví en mí y cobré algunos alientos, me hallé cautivo y preso de mis enemigos”, dijo. Mientras tanto, todo St. Gothard era un túnel de rocas milenarias condenadas para siempre a la violencia de la luz, toda Helvetia era una zona de tránsito donde cruzaron hace siglos pintores y poetas, entre estas montañas que ya no son

las mismas, donde me dijeron que tuviera cuidado de los inmigrantes cuando yo era también uno, donde crucé el zoológico para llegar hasta el borde de Basilea, traspasamos la misma puerta giratoria de fierros que nos esperaba en la prisión de inmigrantes, una foto solitaria yacía colgada entre sus árboles promocionando un paisaje de vacaciones de esquí en Los Alpes. Era el Parlamentarium de Bruselas exhibiendo la publicidad del año 2050 como centenario de La Unión Europea o La Comunidad Europea del Carbón y Acero, todas desmembrándose poco a poco, quizás lentamente, allí planté Fuchsia Magellanica para calmar el dolor que anuncia toda la humanidad. El polvo y la lluvia impregnaron el búnker con los archivos perdidos de los trabajadores y mineros también perdidos bajo el Pacífico, lentamente, desde la otra orilla, un silbato colma otro búnker desde la cornisa de Normandía, oficinas nazis reconstruidas con maniquíes y objetos diversos de la guerra, a la entrada los suvenires de los aliados desembarcaron en bandejas y pequeños llaveros de tanques y municiones y armas de guerra y más guerras. Era un interminable camino teñido de metales extraños que conectaban puntos diversos del planeta, desde Rust Belt, Ruhr, Donbass, Wuhan, y luego una línea de asteroides hasta el nuevo Dorado Espacial que modificaban todos los ejes y direcciones posibles en la galaxia.

Eran placas y placas tectónicas agitándose entre mis cuadernos escolares que se desdibujan entre las historias recopiladas por siglos, milenios. Ella me dijo que desearía ver la ciudad como ahora yo lo hacía, devorando toda escena primera: “... Poseyendo las almas tanto debajo como sobre la tierra esta ciudad despiadada a la que pertenecemos”. Era La

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Puerta. Era La Europa Fortaleza. Era toda Estambul empujando Constantinopla y Constantinopla empujando Castilla y Castilla empujando Granada y Al-Andalús y toda Asia Menor empujando Europa hasta el Nuevo Mundo, conversiones, reconversiones y reversiones multitudinarias, desde el Bósforo hasta el Biobío eran los bordes del planeta. El viento Poyraz empujando el viento Puelche. Y luego, el Sahara que empujaba Los Alpes y Los Andes era también un rugido de placas tectónicas. Era Tarkine, Orinoco o Amazonia, Escalda, Magallanes, Biobío, Bósforo o Sena, en el Cuerno de Oro o Wallmapu o Sudáfrica, en Trachia o Flandes Indiano. Pangea. Entonces, sentía alejarme de mi propio cuerpo, me llamaron por mi nombre como un extranjero, una obsolescencia programada sobre nuestros cuerpos: solicitamos permiso para cruzar tierras ancestrales y mover las hojas que caen a nuestro paso, cruzar las extirpadas zonas de todas las tierras, de todas las tierras desterradas, de todas las zonas de sacrificio, de todas zonas de tránsito, Abya Yala, Nothofagus, Gondwana, Laurasia. Todas las aldeas reconvertidas una a una a lo largo del planeta, las aldeas que nunca fueron nuestras, todas maquetas y a la vez ruinas, asignadas una a una para su sacrificio, atrapadas en el sueño de otro o quizás en su pesadilla: Faci Mogen, Kupan Mogen, Küme Mongen. Íbamos con prisa y aceleramos el paso que se confunde con el paso de otras y otros mares y continentes que me susurran acurrucarnos entre lugas, piures y piñones, donde abundan chilco, matico y poleo. Allí, recité de memoria las lecciones de historia aprendidas sobre paisajes ajenos pero a la vez nuestros, todas las civilizaciones que desterraron todas las civilizaciones sobre Pangea, todas las ciudades que se trasladaron y

que trasladaron otras ciudades, todas las aldeas desmanteladas y transformadas en otras aldeas. Allí, recité una por una sus nombres en todas sus lenguas, saliendo de mi boca como una eterna lista de espectros mientras les convocaba a viva voz para que se manifestasen frente a nosotros y al lado de cada una de ellas puse también sus museos y sus obras y los nombres de poetas viajeros que cruzaron Pangea, la búsqueda de una sintonía allí donde era urgente la solidaridad para catalizar una resistencia, la búsqueda de una relación transcontinental en los bordes de la resistencia, donde volveremos una y otra vez nuevamente y otra vez más. Hay un pueblo cruzando, suspendido entre las zonas de tránsito, donde las cornisas del mundo decretan sus diferencias, otra vez, ¿y sus semejanzas? Desde vuestros reinos llamados “Verdad”, esto no corresponde a los paisajes que nos forzaron a imaginar, las montañas y mares que enmarcan vuestra historia universal son un parque de diversiones llamado progreso.

El trabajo, trazado entre las fachadas del progreso, extrae las fallas que revisten con laureles las transacciones de vuestra lógica. Hasta aquí arriban sus pulsaciones, su oscuridad irradia todos los obstáculos posibles, decretados por la externalización del pensamiento. Y entonces, ¿cuándo y cuántos paisajes?

La fuerza del trabajo, aquel plusvalor y numen manifestado en grietas, fisuras y coyunturas, avalanchas, erupciones y maelstroms. Todas las reconversiones posibles que bordean los eventos sin historia. He ahí, paisaje.

Las tierras están hablando y nos dice: aquello que llaman nación no nos pertenece, ni sus creaciones ni sus límites, sólo la fuerza

nos pertenece. Lo que ayer fue sueño, bosquejo y obra, mañana será ruina: Paisaje.

La obsolescencia programada sobre nosotros modela aquel estado en suspenso que nos arrebata, sin embargo, no podrá contener plenamente el continuum, aunque pensemos el presente, aunque seamos presente, aquí, ahora. Paisaje.

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08 Produción Editorial / Dostercios / Almacén Editorial ISSN 27356000 Impreso en Risografía y Láser en el estudio de Almacén Editorial / Concepción / Chile / Octubre 2023 Proyecto Financiado por el Fondo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio FONDART Regional 2022 24
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