Cuadernos CONFER 41 "Vayamos a la otra orilla"

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Vayamos a la otra orilla (Mc 4,35) Ponencias XXI Asamblea General

Conferencia Española de Religiosos C/ Núñez de Balboa, 115-bis • 28006 Madrid Telf.: 915 193 635 • Fax: 915 195 657 • www.confer.es confer@confer.es

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Vayamos a la otra orilla (Mc 4,35) XXI Asamblea General Patxi Álvarez de los Mozos, sj Sebastián Mora Rosado, Cáritas Española José Luis Saborido, sj y Esperanza de Pinedo, acj

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CUADERNOS CONFER • 41 • 2015 Director Secretaría General Edita Conferencia Española de Religiosos (CONFER) Núñez de Balboa, 115 bis 28006 Madrid (España) Tel: 915 193 635 Fax: 915 195 657 Correo-e: mcs@confer.es Imprime Gráficas Dehon La Morera, 23-25 28850 Torrejón de Ardoz Depósito Legal: M. 25.301-1995 ISSN: 1135-4429 Administración y Publicidad Emilio Montes Cuadrado, oar Correo-e: administracion@confer.es Distribución Marisa Sanz Masa Tel.: 915 193 635 - Ext. 113 Correo-e: suscripciones@confer.es

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Índice SERVIR AL DIOS DE LA COMPASIÓN Y LA ESPERANZA . . . . . . . . . 7 1. Una realidad atravesada por graves retos . . . . . . . . . . . .

1.1. ¿Podremos vivir juntos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1.2. ¿Encontrarán los excluidos un lugar donde vivir con dignidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1.3. ¿Podemos crecer hoy firmes en la fe y en la solidaridad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1.4. ¿Qué Tierra habitaremos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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2. Llamados a vivir en esperanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.1. El riesgo de la complacencia y el del cinismo . . . . . . .

2.2. La tentación de evadirnos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.3. Vivir con una esperanza realista y comprometida . . . .

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3. Colaborar con el Dios de la compasión activa . . . . . . . . .

3.1. El movimiento de la compasión de Dios . . . . . . . . . . . .

3.1.1. Mira desde abajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.1.2. Se conmueve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.1.3. Responde de forma activa . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.1.4. Restaura y convierte en cauce de la gracia . . . .

3.2. Arraigados en la esperanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.3. Radicalizando la compasión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.4. De modo coordinado y estratégico . . . . . . . . . . . . . . . .

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PARA COMPARTIR EN COMUNIDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 CONTEMPLAR LA REALIDAD DE NUESTRO MUNDO. LA MIRADA A LA OTRA ORILLA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 1. La mistagogía del “mirar”. “Fueron, vieron donde moraba y se quedaron con Él” (Cfr Jn 1,39) . . . . . . . . . . . 41 2. Imaginarios sociales y culturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 3. Procesos de vulnerabilidad estructural. “He visto la opresión con que los egipcios los oprimen” (Ex 3,10) . . 49

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4. Rostros y narraciones desde el olvido.

“Ojalá escuchéis hoy su voz” (Salmo 94) . . . . . . . . . . . . . 53 5. “Ir tras la zaga de su huella” (S. Juan de la Cruz) . . . . . . 55 PARA COMPARTIR EN COMUNIDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 INTERPELACIONES A LA VIDA RELIGIOSA DESDE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 0. “Vayamos a la otra orilla” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 1. La Vida Religiosa como vida “profética” . . . . . . . . . . . . . . 61 1.1. Hacia una visión más “existencial” del dinamismo profético de la VR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 1.2. El profetismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 2. Los “signos de los tiempos” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.1. Evangelización y justicia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.2. Los movimientos sociales, ¿un nuevo contexto social, económico, político y cultural? . . . . . . . . . . . . . .

2.2.1. Protesta con propuesta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.2.2. Movimientos contraculturales . . . . . . . . . . . . . . . a) Redes de comunicación alternativas . . . . . . . b) Libertad frente a las administraciones públicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . c) Nuevo “sujeto” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . d) Reapropiación del espacio público como espacio político . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.2.3. Hacia un paradigma inclusivo e integrador . . .

3. Interpelaciones a la Vida Religiosa “desde la otra orilla” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.1. De la beneficencia a la justicia . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.2. Del sujeto individual, al “nosotros” de la misión . . . . . .

3.3. Del espacio privado al espacio colaborativo . . . . . . . .

3.4. De lo “marginal” a lo “emergente” . . . . . . . . . . . . . . . .

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4. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 PARA COMPARTIR EN COMUNIDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86

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Índice

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Servir al Dios de la compasión y la esperanza Patxi Álvarez de los Mozos, sj

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l Papa Francisco, desde su nombramiento hace año y medio, nos ha despertado llamándonos a responder con grandeza de miras a los problemas actuales del mundo. Nos ha hecho rezar contra la guerra en Siria; se ha abrazado con autoridades judías y musulmanas en Jerusalén, como gesto de una reconciliación ansiada; ha llamado idólatra a este sistema económico por haber situado en el altar al dinero; nos ha recordado que la Iglesia “no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia” (EG 183); ha subrayado que la belleza misma del Evangelio se expresa en la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha (EG 195)...

Estas frases y gestos han sido recibidos en muchos sectores eclesiales como un bálsamo, pues portan las aspiraciones del Evangelio y dan prioridad en nuestra vida de fe a los grandes problemas de la humanidad. No hemos dejado tampoco de sorprendernos de que muchos hombres y mujeres de buena voluntad, no necesaria-

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mente católicos, sienten que estas palabras y signos del Papa son verdadera buena noticia, traen esperanza y dan relieve al mensaje religioso. Después de años sintiéndonos acosados como Iglesia, hemos percibido que el problema para muchos no católicos no es exactamente la Iglesia en sí misma, sino su mensaje concreto, sus aspiraciones actuales, su finalidad. En realidad, hay muchas personas de buena voluntad que, preocupadas por los problemas acuciantes del mundo, desean que una institución de carácter espiritual ofrezca un cauce de aliento y de compromiso.

Desde las víctimas de esos problemas, el Dios de la compasión nos está llamando a servirle, animándonos con la esperanza. Como creyentes estamos invitados a orar la realidad y a dialogarla entre nosotros y con el Señor, pues tenemos experiencia de que leer la vida de modo creyente nos resitúa. En particular, nos permite liberarnos de ansiedades y miedos, redimensionándolos y proporcionándoles su debida importancia. Asimismo, nos mueve a fijarnos en lo esencial, sin consentir que los pequeños avatares diarios nos consuman. Y más importante quizá que todo, nos permite ver que nosotros no somos salvadores en medio de una realidad que confunde, sino solo colaboradores de la gracia compasiva que induce nuestra esperanza. La mirada creyente sobre la realidad, no modifica las situaciones, pero nos permite mirarlas con nuevos ojos y afrontarlas desde actitudes inesperadas.

En lo que sigue presentaré algunos retos de nuestro tiempo ante los que debemos situarnos, repasaré algunas de las reacciones que podemos tener ante ellos subrayando la necesidad de la esperanza, me detendré a considerar el servicio al Dios de la compasión y terminaré sugiriendo algunos modos de comprometernos.

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1. Una realidad atravesada por graves retos Pueden señalarse cuatro retos de nuestra época que demandan la atención de una mirada creyente, esto es, de una mirada llevada de la mano del sentir compasivo de Dios. Se trata de cuatro hechos –los podríamos denominar también fenómenos– que van a estar con nosotros largo tiempo y que en gran medida son globales, pues no están circunscritos a las sociedades europeas o espai ñola. Los formularé a modo de preguntas , porque como en los relatos bíblicos de vocación, estos fenómenos, al demandar nuestra respuesta, suscitan en nuestro interior la incertidumbre de si seremos capaces de abordarlos.

1.1. ¿Podremos vivir juntos?

Todos los años, por el mes de junio, se celebra en Bilbao la fiesta “Arroces del mundo”. Se organiza en el barrio de San Francisco, que reúne a personas procedentes de muchos países. Es un espacio de encuentro donde se visibiliza la diversidad étnica de la ciudad y se comparten infinidad de modos diferentes de preparar el arroz. Un arroz que termina compartiéndose. Como decía un participante: “El arroz tiene un simbolismo muy fuerte. Está presente en todas las culturas y hay un millón de maneras de hacerlo. Para nosotros representa a la perfección la universalidad y la diversidad, exactaii mente igual que nuestro barrio con toda su riqueza y multiplicidad” .

Nuestras sociedades son cada vez más diversas. Posiblemente acudan de inmediato a nuestra mente los rostros de personas africanas, asiáticas o latinoamericanas que son hoy tan frecuentes entre nosotros. Estas personas pintan el escenario social con coloServir al Dios de la compasión y la esperanza

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res que hasta hace poco teníamos por exóticos. La migración es la fuente más visible de la diversidad de la que hablamos.

Esta migración está aumentando en el planeta. Hay países de emisión, recepción y de tránsito de comunidades humanas. La mayoría de ellos acumulan estas tres condiciones. Se trata de más de 200 millones de personas involucradas en movimientos internacionales, una cifra que se eleva cada año. Se desplazan por motivos económicos, o forzadas por la persecución o la violencia, o sencillamente para desarrollar su proyecto vital. Por ejemplo, mucho antes de la crisis económica del 2008, Francia era un país de emiiii gración neta, principalmente de profesionales . A su vez, continúa el éxodo en el mundo del ámbito rural hacia el urbano, incrementando la población y complejidad de las grandes urbes. En 2010 se igualó por primera vez en la historia la población urbana y la rural.

Pero no es la migración la única fuente de diversidad. Prácticamente la totalidad de los países en la actualidad cuenta con minorías nacionales o étnicas históricas, que reclaman sus derechos a preservar su identidad en la tierra que han habitado durante siglos.

Las fronteras, establecidas en su inmensa mayoría a través de la guerra, o por medio del bisturí ignorante de las potencias coloniales, han trazado la realidad actual de estados donde se pueden encontrar grupos con identidades nacionales muy diversas. A ellos pertenecen personas que reclaman un derecho legítimo a preservar su cultura, porque ese es el contexto comunitario en que pueden desarrollarse cabalmente como seres humanos. Los estados mono-nacionales son un proyecto histórico iniciado en el siglo XIX y que, como aspiración, ha gustado ya su fracaso. Pues el hecho es que la mayor parte de estos estados siguen siendo pluri-nacionales, si bien esto no quiere decir que su ordenamiento jurídico y político garantice una protección e impulso a esta realidad.

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