la voz de la perseverancia Elizabeth Tique es una periodista hecha a pulso. A lo largo de su vida personal y profesional ha tenido que enfrentar y superar grandes retos. Lideró una de las radios de paz acordadas en La Habana, demostrando la valentía de la mujer tolimense y dejando en alto el nombre de la profesión y su hogar. Por: Juan Camilo Jiménez. Mientras caía la noche y el silencio se apoderaba del centro de Chaparral, en la esquina paralela a la iglesia del pueblo, se veía a la periodista Elizabeth Tique ingresar a las instalaciones de Radio Nacional Chaparral. Como todos los domingos, Elizabeth en horas de la noche preparaba una nota con novedades de la región, esperando poder escucharla al día siguiente en la emisión mañanera de la Radio Nacional de Colombia que se emite para todo el país. Esperaba pacientemente hasta último momento a que salga la noticia que le asegure su presencia en el noticiero central, ya que el pueblo y sus alrededores, no suelen generar grandes contenidos de interés nacional. La emoción que sentía cuando escuchaba su voz y trabajo en un contenido que se expandía a lo largo y ancho de todo Colombia, es indescriptible, por lo que para garantizar ese espacio se debe exigir al máximo. La vida de Elizabeth tomó el rumbo con el que siempre soñó y para el que trabajó, pues fue la directora de la emisora de paz del municipio de Chaparral ubicado en Tolima. La persistencia en conseguir sus sueños, sus valores como persona, la valentía y el carácter que posee para sobreponerse a situaciones complicadas, son sólo algunas de las tantas características que impulsaron a Elizabeth a estar al frente de un reto tan grande como dirigir una emisora de paz en una zona que vivió y sufrió las barbaridades de la guerra. Ella acepta que no fue fácil el proceso, muchas veces la impotencia e insatisfacción la condujeron a un sentimiento de frustración
Luego de unos meses como docente de niños de prescolar, abandonó la estabilidad económica que un trabajo como este podía brindarle y volvió con entusiasmo D OD UDGLR (OL]DEHWK HV UHFRQRFLGD R¿Todo comenzó cuando apenas era una cialmente como miembro indígena de la pequeña estudiante de colegio en el mu- comunidad de los Pijaos, asentada en QLFLSLR GH 6DQ $QWRQLR 7ROLPD 'HVGH TXH Tolima. Allí tendría una nueva oportunidad tiene memoria, Elizabeth demostró amor para aprender y formarse como la periopor contar historias y fue en 1999, durante dista que había soñado ser. “Yo me capasu bachillerato, cuando en una emisora cité con el Concejo Nacional Indígena del pirata del padre de la comunidad, empezó Tolima en un proyecto donde ellos montaa escribir sus primeros pasos en la radio. ron su propia emisora”, cuenta Elizabeth. Desde ese momento, la experiencia y el En simultaneo durante esos años, realizó diario vivir en una emisora, le empezaron un curso de locución a través del correo a marcar las grandes enseñanzas que electrónico, todo con el único objetivo de aplicó cuando ejerció la labor periodística hacer cada vez mejor su trabajo. Este curen la emisora. En esa etapa fue la locuto- VR QR SXGR ¿QDOL]DUOR SXHV FRQ HO WLHPSR UD GH 6DQ $QWRQLR (VWpUHR XQD HPLVRUD dejaron de llegarle los correos con instrucsin licencia, pero con una enorme audien- ciones y ejercicios con los cuales practicia, en donde su trabajo era transmitir los caba. Tiempo después, se enteró que las mensajes de amor de sus oyentes, mien- R¿FLQDV GH HVWD DFDGHPLD IXQFLRQDEDQ HQ tras ambientaba los días a ritmo de valle- las Torres Gemelas y habían sido destruidas en los atentados del 11 de noviembre. nato romántico.
al que debe combatir, pero el amor por la radio y su profesión, día a día lograron que Elizabeth en compañía de su grupo de trabajo sacara adelante este proyecto.
Tras un par de años ejerciendo esta función, cuando el siglo XXI apenas iniciaba, tuvo que sobreponerse al primero de varios obstáculos que la vida y la guerra le pondrían enfrente en medio de su sueño por ser periodista. “En los pueblos no hay grandes fuentes de empleo y por economía tuve que dejar atrás mi trabajo como locutora y dedicarme a ser profesora por algo más de seis meses”, comenta Elizabeth recordando esos tiempos. Mientras sin quererlo ejercía un trabajo que no la DSDVLRQDED 6DQ $QWRQLR (VWpUHR HO OXJDU que le había otorgado su primera oportunidad, sufría un atentado de parte de la guerrilla con un cilindro bomba, que la sepultaría por completo únicamente dejándola viva en la memoria de quienes allí trabajaban y aquellos que la escuchaban.
Para ese momento de su vida Elizabeth quedó embarazada de su primera hija, agregando una responsabilidad más a su vida y un motivo extra por el cual luchar todos los días. Con el paso de los años fue ganando experiencia en distintos medios de comunicación, hasta que la vida y la guerra le pondrían su segundo gran obstáculo. Elizabeth trabajaba para una emisora informativa en el Tolima en donde había logrado establecer un grupo fuerte de trabajo, ganando un gran reconocimiento en la región y obteniendo HVWDELOLGDG SURIHVLRQDO )XH D ¿QDOHV GH la primera década de este siglo, cuando un día como cualquier otro, una mañana Elizabeth llegó a la emisora y uno de sus amigos más cercanos, padrino de su hija y compañero de trabajo, la recibiría con una mirada angustiada y un rostro pálido en la entrada del trabajo.