Arte Elaboradas con la fuerza del hierro, la fragilidad del vidrio o la sutileza del papel, las lámparas que desde hace 10 años viene creando Lía Taccarelli enriquecen los espacios con su forma y su luz. El apellido Taccarelli no es ajeno al arte del hierro forjado. Su padre lo trajo de Bari, y a pesar de que los hijos de Ángel Taccarelli decidieron dedicarse a profesiones tan alejadas del yunque y el martillo como lo son la medicina y el periodismo, Lía y su hermano se reencontraron con el
Yo diseño y mi hermano Miguel es quien golpea, el que a fuerza de martillo plasma en cabillas y en pletinas las formas que creo
12
oficio familiar como una forma de expresión a través de lámparas, marcos, pasamanos y otras tantas piezas que salen de su taller.
sus piezas se los da la naturaleza, y de ahí vienen la fuerza que tienen. “Expresar con el hierro no es fácil, por eso es un arte”.
“Yo diseño y mi hermano Miguel es quien golpea, el que a fuerza de martillo plasma en cabillas y en pletinas las formas que creo”. En la integración del sentido artístico a la necesidad de darle utilidad al metal, está la clave del éxito de los Taccarelli. Consideran que es fundamental entender la trascendencia de los acabados. Los colores ferrosos que pueden tener
Para Lía la relación con los clientes es básica, cuando de trabajar por encargo se trata. El cliente se transforma en una fuente de riqueza, de inspiración porque hay que complacerlo, se debe crear una complicidad y “yo interpreto lo que él quiere”. “Las piezas que hago son únicas porque es muy difícil repetirlas exactamente”.