UNA


FERNANDO FERNÁNDEZ HERRERO

Nila gobernadora, ni Omar, ni yo estamos fundando una escuela, la están fundando ustedes ¡USTEDES ESTAN FUNDANDO UNA ESCUELA! que va a estar acá cuando pasen por esta calle con sus hijos en 10 años, o con sus nietos en 40 años, y le van a poder decir a sus hijos y nietos: “¡Esta escuela que cambió la historia en Bariloche, la fundé yo!”.
Esto escucharon las pibas y pibes del Sanjo el 26 de Julio (fecha simbólica si las hay), frente a ellos estaba la gobernadora Arabela Carreras y nosotros, los referentes de la Fábrica de Futuro, la nueva Escuela-Fábrica que a partir de ese día empezaba a existir. Y no es solo un proyecto revolucionario de los pibes de los barrios de Bariloche, la idea es invadir el mundo con esta idea de “los pibes de los barrios como motor de cambio social, y con nadie afuera” y con el trayecto educación, trabajo, familia, comunidad, futuro.
Generaremos capacidades para la vida en comunidad, feliz, realizada, este es el producto esencial de la Fábrica, el pensarse en otro lugar del que nos puso el contexto, un lugar de capacidades, valores, derechos y responsabilidades, de organización colectiva, de proyecto en común, de sentirse parte necesaria en la vida de los que nos rodean, desde lo simbólico pero anclado en lo material, en la producción de productos, en la discusión sobre su sostenibilidad, pertinencia y necesidad, en el proceso de aprender las capacidades para concretarlo, en el desarrollo de la fuerza y organización colectiva para diseñarlo, producirlo y administrar el resultado.
‘’Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros’’, la Fábrica de Futuro propone “hacer algo distinto” por y desde los jóvenes de los barrios populares, creer profundamente en sus capacidades para cambiar nuestro país, esto ya provoca en la comunidad que los rodea un redescubrimiento de ellos, y un cambio profundo que potenciará ese cambio. Por último y no menos importante, este proceso de cambio esenciales empieza por los jóvenes participantes, sigue por sus familias y llega al resto de la comunidad, el logrado proyecto de vida, la realización de una vida en comunidad y que merece ser vivida.
El 26 de julio nos visitó la Gobernadora de la provincia, Arabela Carreras. Se firmó el convenio con el Ministerio de Educación de Río Negro para cubrir cargos docentes y continuar con los talleres que se brindan en la Fundación. La Fabrica de Futuro es una realidad.
nueva escuela apareció en San Carlos de Bariloche durante el 2021. La Fábrica de Futuro Escuela de Gestión Social y Laboral N°27 emergió en medio de la crisis económica y educativa producto de la Pandemia de Covid-19. Con más de 18 talleres en distintos oficios, la propuesta educativa de la Fundación San José Obrero invita a todos/as aquellos/as que lo precisen y quieran a participar de sus espacios de trabajo y formación para el año que viene.
Un poco de Historia. En el año 2017 se conformó la Fundación San José Obrero en la ciudad de San Carlos de Bariloche con la unión de dos proyectos de trabajo social que venían desarrollándose en los barrios populares de la ciudad desde el año 2011: El Taller de los Sueños, dedicado a los/as niños, niñas y adolescentes; y El Taller San José Obrero, dedicado a jóvenes y adultos/as.
Desde un comienzo, el grupo de educadores de la Fundación buscó construir una opción educativa para los jóvenes que no podían sostener la escuela tradicional. Originarios del carisma salesiano, con una opción preferencial por los jóvenes vulnerados, se intentó construir un modelo educativo que realmente cumpliera con la misión de integrar e incluir a aquellos/as que quedaban excluidos del sistema formal.
La primera experiencia surgió entre los años 2011 y 2012 a través del grupo productivo “Alto Construcciones”, que durante el año 2013 se transformó en el P.I.C (Programa de Integración Comunitaria) de la Secretaría de Seguridad de Río Negro. Entre 2013 y 2014 apareció el taller original “San José Obrero” (dependiente de Institución Salesiana San Francisco Javier) que funcionó en uno de los espacios de la sede actual. En el
período transcurrido entre el 2014 y el 2016 el grupo de trabajo fue invitado a dirigir los dispositivos estatales de la S.E.D.R.O.N.A.R en Bariloche, como la C.E.T (Casa Educativo Terapéutica), los P.E.C (Puntos de Encuentro Comunitario) y el programa P.A.I.S (Programa de Asistencia e Inserción Socio-laboral), sobre el cual los educadores de la fundación colaboraron en su diseño e implementación a nivel nacional. Desde el 2016 se retomó el trabajo en el barrio Nuestras Malvinas y se llevó adelante un proceso de construcción y ampliación de la nueva sede, intercalado con cursos de capacitación e integración del Ministerio de Trabajo de Nación y de la Provincia de Río Negro. A partir del trabajo llevado adelante por los propios jóvenes y adultos que participan de la Fundación, en 2018 se comenzó a proyectar y construir la “Fábrica de Futuro”. Un espacio donde la educación
y el trabajo son las herramientas principales de reconstrucción social.
Se fundó la Escuela-Fábrica. A principios del año 2021 el grupo que coordina la Fundación se propuso la elaboración de un proyecto educativo que contara aquello que ya estaba ocurriendo en la sede ubicada en el Barrio Malvinas, para presentar a las autoridades del Ministerio de Educación con el objetivo de fundar una nueva escuela.
La respuesta desde el Gobierno de la provincia de Río Negro fue positiva y al cabo de unos meses finalmente se concretó el sueño. El 1 de septiembre de 2021 la gobernadora de la provincia de Río Negro, Arabela Carreras firmó la resolución que dio vida a la nueva escuela de la Fundación San José Obrero, la Escuela Laboral y Social Fábrica de Futuro irrumpió en la sociedad barilochense proclamando una
transformación en aquellas dimensiones de la vida necesarias para el desarrollo integral de cualquier persona: EDUCACIÓN >> TRABAJO >> FAMILIA >> COMUNIDAD >> FUTURO
La propuesta educativa de la escuela-fábrica supone un proceso de integración social basado en el trabajo y la educación. A través de diversos talleres la Fundación San José Obrero propone la construcción de un sueño colectivo, que ponga especial atención en aquellos y aquellas a los cuales el sistema formal o tradicional no bastó para darle respuesta a las problemáticas de la vida. No se trata únicamente de un espacio de trabajo con aquellos sectores más vulnerados de la sociedad, sino que implica la real vinculación e integración de la sociedad barilochense en su totalidad. La perspectiva de la Fundación San José Obrero
supone una proyección de la sociedad en la que todos y todas estemos incluidos e importemos.
Actualmente el Ministerio de Educación de Río Negro se encuentra pensando junto a la conducción de la Fábrica de Futuro la planta funcional y el formato de la escuela que abrirá sus puertas formalmente para el ciclo lectivo 2022.
El PELS (Proyecto Educativo Laboral y Social). La Fundación San José Obrero elaboró un proyecto educativo que supone un nuevo tipo de escuela o un nuevo formato de capacitaciones vinculadas al trabajo. Atendiendo a las necesidades reales de los barrios populares de nuestra ciudad (necesidad laboral, necesidad educativa, necesidad de contención, necesidad de ilusión en un futuro distinto) se propuso la creación de un espacio de trabajo y de capacitación que se
comprende de manera integral. La propuesta de la Fábrica de Futuro se enmarca en el proyecto educativo laboral y social presentado al Ministerio de Educación de la provincia, el cual plantea la articulación de espacios de trabajo (Equipos de Producción de la fábrica) con espacios de capacitación (Talleres pedagógicos). A su vez se invita a todas aquellas personas que asisten a la escuela a participar de actividades vinculadas a lo artístico, lo deportivo y lo comunitario. La escuela de la Fundación intenta cubrir aquellas dimensiones claves en la vida de las personas: el trabajo, la escuela y la familia. Hacia adentro, entre ellos suelen llamarse la “Familia del San José”.
Aún se encuentra abierta la preinscripción para la EscuelaFábrica, pueden acceder a través del siguiente link:
Volvamos a la infancia, volvamos a ser niños nos dicen, como si eso significara un refugio de ilusiones. Mi infancia fue lo suficientemente acompañada por amigos. Desde que me acuerdo busqué la soledad y la encontraba escondiéndome un ratito entre los pastos de algún que otro baldío.
Algunas veces volvía de la escuela, me cambiaba y comenzaba a limpiar el patio, la única condición que me habían puesto mis viejos, para poder quedarme con cada una de las aves y los animales que mi abuela, regalaba para engorde.
Otras tardes cruzaba la calle a la pampita de enfrente donde en invierno todavía solíamos ver bajar a algún zorro. Un poco más lejos el pozo comunitario donde las vecinas aprovechaban para enterarse de las novedades del barrio, años después con la llegada de las canillas, muy pocas volvieron a verse.
Con sus hijos escondíamos entre los matorrales los sunchos, un alambre largo que en una punta tenía una especie de manija y del otro, un gancho donde se ponía una rueda vieja de bicicleta y ya estábamos listos para hacer una carrera cuesta abajo.
En verano trepábamos a los árboles con el salero en el bolsillo, para comernos las ciruelas verdes sin que nos retaran. Nunca me pregunté si era feliz pero quizás era ese cosquilleo que sentía en el corazón con el beso de buenas noches de mi viejo.
Con muchos de mis amigos solo compartía la rutina de los juegos porque aunque estaba naturalizado, el trato con sus padres era diferente. Algunas de las chicas no podían salir hasta no limpiar la casa o por tener que cuidar sus hermanitos y a veces, aflojaban pidiéndoles permiso. Pablito siempre
SUSANA ALEGRÍAaparecía con alguna parte de la cara o de los brazos pintada con moretones que intentaba disimular.
Las madres tejían y tejían durante todo el día y no querían que se fuera el día porque la noche llegaba junto con sus maridos borrachos y violentos, unos pocos lo hacían cansados y risueños.
Mi viejo también empezó a tomar con esos padres, mientras nosotros disfrutábamos de jugar hasta más tarde sin darnos cuenta siquiera que cada vaso los alejaba más y más de nuestra infancia.
Todo esto pasó hace tanto tiempo que ni drogas había en mi barrio pero el alcohol supo romper caras, piernas y familias. Quizás volvería algún ratito a aquéllos tiempos pero nunca llevaría a esos amigos, no creo que necesiten reabrir sus cicatrices.
A veces me los cruzo y ahora sonríen, quizás el refugio de ilusiones esté en el día a día y no precisamente en esa infancia.
“ ...nosotros
disfrutábamos de jugar hasta más tarde sin darnos cuenta siquiera que cada vaso los alejaba más y más de nuestra infancia.”
de ser las 13:30 veo al hombre subir por las escaleras de la Fundación y acercarse a mi escritorio para preguntarme sobre la entrevista que planeaba hacerle. Algo nerviosa le pido que me acompañe al salón de enfrente. Estoy segura que será más adecuado para dejar salir las preguntas que hace días se pasean por mi cabeza. La luz de la tarde da de lleno en la habitación pintándola de colores cálidos, sirviendo de acompañamiento perfecto para poner a tono el ambiente y convirtiéndolo en
un espacio tranquilo donde se respira paz. Los últimos días de septiembre están por marcharse con sus fuertes lluvias, el olor a tierra mojada y el reverdecer de los árboles y flores. También parece ser el momento perfecto para hacerle una entrevista a Maxi, Maximiliano Alfonzo, nuestro querido tallerista de carpintería
Maxi ¿cómo terminaste interesado en la carpintería y desarrollando tu trabajo ahí?
A mí la carpintería me surge por una curiosidad natural de querer hacer cosas. Dentro de la carpintería están también la herrería y la construcción. A
mí me parece muy útil para, por ejemplo, construir mi casa, mi vivienda y las cosas que yo necesite. Así que viene por eso, querer ser autodidacta, hacerlo por mi voluntad. Capaz que no me gusta comprar las cosas armadas, sino hacerlas.
¿Por qué carpintería? ¿Qué te ha enseñado la carpintería?
Me ha enseñado, obvio, carpintería (risas) Lo que tiene carpintería es estar mucho en los detalles, en lo visual, medir. Cada trabajo tiene cierta parte en los detalles, pero este, en específico, se centra mucho en lo visual, las terminaciones. Se disfruta. Las personas que tienen su oficio
“Sigue tus sueños, trabaja duro, practica y persevera” (Sasha Cohen)Maximiliano Alfonzo
en esta profesión disfrutan de las texturas de la madera, lo suave que puede llegar a ser, la belleza y los colores. Como te dije al inicio, te ayuda a ser más detallista y eso me gusta, estoy cómodo con eso. En el grupo que estamos ahora, en el que soy el tallerista o capitán me ha ayudado a relacionarme con mis compañeros y más allá de que estamos en la fundación, una nueva manera de organizarnos como grupo es que no soy un jefe, capaz un líder o referente donde los compañeros pueden encontrar soluciones en el ámbito laboral. Estoy muy contento porque en ese punto nos podemos manejar distinto de cómo se manejan las cosas en la lógica laboral de hoy en día, de jefes y subordinados o como decimos también, los empleados. Aquí no hay empleados, somos todos un grupo. En el taller yo le digo a los muchachos que vienen a aprender, pero también a enseñar. Todos podemos enseñar y todos podemos aprender, y es algo que es verdad porque cada uno puede traer conocimientos que otros no en diferentes ámbitos y la idea es compartirlos. Aprendemos y enseñamos constantemente.
Basado en esa filosofía de que eres un líder pero quieres que los demás te enseñen, ¿qué has aprendido de tus compañeros y qué crees que han aprendido ellos de ti?
De mis compañeros yo he aprendido mucho. Cada uno tiene su personalidad y sus características, incluso algunos pueden pensar que su forma de ver la vida es la mejor, y justo ahí es que se forma la riqueza del
aprendizaje, nos da un pantallazo mucho más amplio de lo que es cada uno y cómo eso puede aportar de manera única en la conformación del grupo con nuestras fortalezas y debilidades Nuevamente, todos aprendemos de todos, y eso mismo intento enseñarles. Creo que se ha perdido mucho en el mundo actual esa enseñanza necesaria muy ligada a la autoestima de que sí podemos hacer ciertas cosas. En la construcción, por ejemplo, muchos piensan que no lo pueden hacer, que es muy difícil y que no sirven para eso, pero la verdad solo son miedos y estereotipos sociales como que solo ciertas personas sirven para ciertos tipos de trabajo, y no es así. Tampoco
es una cuestión de género. En el taller tenemos a muchas mujeres trabajando y lo hacen muy bien, incluso algunas veces hasta mejor que muchos hombres. Aquí en el San José obrero buscamos derrumbar todas esas mentiras y estereotipos impuestos por generaciones pasadas y puedo ver lo estamos logrando. Al principio capaz que ves a las personas intentando cortar, pintar, medir o lijar con caras de confusión, pero luego no hay nada más satisfactorio que ver ese brillo de felicidad en sus caras, ese que dice, lo hice, parece que sí puedo. Ninguno de nosotros es un experto, investigamos, aprendemos y hacemos sobre la marcha, pero con resultados
Al Aire. Además de estar al frente del taller de carpintería, también conduce el programa sema nal “La Voz del San José” junto a Katherine Peña y Javier Díaz (Arriba). “La Voz...” es un magazine radial que se emite los lunes de 18 a 20 por FM Gente de Radio, 90.3 del dial. “La radio me gusta porque es casi algo generacional” nos cuenta y se nota que lo disfruta, como la vez que lo visitó su amigo Fernando Gallardo (derecha)
asombrosos. Eso realmente fortalece el ánimo de todos y son enseñanzas que traspasan hasta la vida diaria.
Saliendo un poco de lo laboral, tengo entendido que haces radio, cuéntame un poco de eso.
Bueno, la radio me gusta porque es casi algo generacional. Cuando yo era chico no existían cosas como el MP3, la internet o la música. La música y más si sos pobre la escuchabas en la radio, tenías acceso a música gratis, siempre hay una radio por ahí, hasta el día de hoy son relativamente fáciles de conseguir. Así que no es precisamente el amor a la radio, sino el amor a la música. Siendo una persona muy humilde desde mis comienzos no tuve acceso a maestros privados o educación paga. tuve que conformarme con maestros de educación pública, pero fueron muy buenos, muy excelentes. Me enseñaron mucho respecto a lo anímico, más allá de las tareas que tenía que hacer en la escuela. Al llegar a casa me gustaba ver dibujitos animados como Los Caballeros del Zodiaco, y así terminaba soñando que cuando fuera grande tendría mi propio canal de televisión, donde pasaran dibujitos porque me encantaban, en especial el anime.
Las animaciones japonesas no sé si serán las mejores, pero a esas edad verlas tan coloridas creaban para mí una mezcla muy interesante que no veía en mi diario vivir. De esa manera creció en mí esa fantasía con los medios de comunicación y pensé que iniciar con la radio sería un muy buen primer escalón para cumplir ese sueño. La radio creo será desplazada por el internet y mi objetivo es convertirla en algo audiovisual. Ahora estamos en La voz del San José con Katherine y Joaquín y estoy muy contento porque siempre quise estar en un programa de radio. Cada día se están sumando más chicos, que creo es lo más importante porque los proyectos son sostenidos por las personas.
También supe que haces poesía, ¿por qué te gusta hacer poesía?
Volviendo a mi época de chico pues no tuve acceso a muchos libros o educación, pero siempre tuve esa curiosidad, esa chispa de querer saber un poco más de todo y nunca me quedaba con las respuestas que me daban, hasta que llegaban a encajar o no encajaban nada y me daba cuenta que me habían mentido. Fui leyendo de a poquito cuentos que encontraba tirados en la calle, me gustaban y en ese entonces no me gustaba para
nada la poesía, pero al ir creciendo siento que dejó de gustarme la ficción, es bonita pero ya no quería más ficción, la veía como una pérdida de tiempo y yo necesito estar aprendiendo, ahí comienza a aparecer mi gusto por la poesía. De la astronomía aprendí que estamos formados de átomos y todo a su vez está compuesto por ellos. Cada uno de nosotros es un universo en sí mismo, pero compacto. Creo que hay mucho de eso en la poesía, que en muy pocas líneas o en solo una palabra te muestra esa vasta posibilidad de universos únicos y complejos, en los cuales se refleja mucho de la visión filosófica y psicológica del que la escribe, a diferencia de con los cuentos. Es fascinante para mí poder comprimir mensajes tan profundos y complejos en pocas palabras y creo que si lees un poema algo te debe quedar, así sea una palabra. Si lees un poema y no te queda nada considero que ha sido un rotundo fracaso, tanto para mí escribirlo como para vos leerlo.
Para cerrar, dinos una frase que te gustaría dejarle a las personas, casi como una filosofía de vida.
A las personas… (pensativo) No sé si tenga la verdad justamente en estos momentos, porque estoy en constante aprendizaje y lo que diga hoy puede que ya no lo vea de la misma forma mañana, pero si tengo que decir algo, hay una frase que me gusta mucho que dice, que el silencio a veces no es tiempo perdido
por Raquel R. Caraballo
niño llevaba varias horas con su mirada y resortera fijas en el objetivo, una paloma blanca que reposaba en el nido que se había construído.
Las manos expertas del joven cazador estiraban el elástico sujetando en medio de este una piedra, la cual le serviría de proyectil para llevar a cabo su infame obra. El pulso se le disparó y una gota de sudor frío le recorrió la frente, pero la firmeza en el agarre no flaqueó ni un poco, estaba determinado a hacer el tiro.
La piedra siguió una trayectoria perfecta hasta el ojo de aquel ave. El disparo fue tan fuerte que solo eso bastó para derribarla, y al caer se escuchó un golpeteo seco.
Sus plumas, del color de la leche, se tiñeron de un rojo carmesí. La san gre también manchó la nieve, haciendo de a poco un charco en ella.
El chico dejó caer la resortera en un gesto de asombro, pues aún no podía creer que le hubiese quitado la vida por fin a aquel animal insoport able; ya no tendría que verlo nunca más.
Se disponía a volver dentro de la casa cuando una rara sensación lo invadió. Algo parecía estar volando sobre su cabeza, pero al levantarla para fijarse qué podía ser no notó nada extraño. A pocos pasos de continuar con su camino la misma sensación volvió a invadirlo, esta vez acompañada de gorjeos que se escuchaban muy cercanos, como si el ave en cuestión se encontrara sobre él.
Alzó la vista otra vez pero ahí no había nada. No entendía el porqué de su paranoia, después de todo, solo era una tonta ave.
Retomó su camino decidiendo dejar a un lado todos esos pensamientos tontos, escuchando que algo se posaba en el nido. Al girar la cabeza ahí estaba otra paloma blanca, muy parecida a la que había matado hace tan solo unos minutos atrás.
Caminó con lentitud hasta donde estaba su resortera, la sujetó y toman do otra pequeña piedra le apuntó a la nueva ave. «Otra más para la colección» Pensó, mientras una sonrisita burlona se dibujaba en su rostro pecoso. Aunque disparó, el tiro ni siquiera rozó al animal. Su puntería había sido desviada por un ave que voló sobre su hombro, o eso pensó, pero al girarse a ver no había nada, como la vez anterior.
Ya un poco cansado con la situación y al haber espantado al ave del nido con su disparo errado, decidió retomar el plan anterior y volver a casa. Justo en ese momento notó que las cosas no serían tan simples como quería.
La paloma dejó caer “su regalito” de las alturas mostrando su puntería excepcional, tanto que el excremento manchó la chaqueta del niño haciéndolo gritar de furia. En venganza este apuntó su resortera al cielo buscando al responsable, recibiendo como única contestación muchas más deposiciones en su ropa.
«¿Pero cuántas aves hay? ¡Es demasiado excremento!»
Fue el pensamiento que tuvo el ahora aterrado chico.
Las cosas se estaban saliendo de control, completamente fuera de las leyes naturales.
Corrió como pudo tratando de escapar de esa pesadilla. Las deposi ciones habían caído hasta en sus ojos dificultando la tarea.
En su afán por escapar tropezó con una rama y cayó, viendo con horror que un montón de aves volaban sobre él acercándose cada vez más.
—¡Basta, aléjense!
Gritó, estirando sus manos para alejar a los animales a manotazos, pero esto solo consiguió enfurecerlas mucho más.
Algunas se le posaron en el pecho usando sus garras y picos para herirlo, atacando en especial el tejido blando. Fueron directo a sus ojos destrozándolos a picotazos. Era una venganza muy dolorosa y horrorosa de ver.
Solo se detuvieron cuando los chillidos y el llanto cesó, una clara señal del desenlace.
1 litro leche
200 gr azúcar blanca
7 huevos
Esencia de vainilla
CARAMELO:
c/n Azúcar Blanca
Manteca o mantequilla 1 cda sopera
Para el CARAMELO: disponer el azúcar en ollita y calentar hasta empezar a fundir la misma. Revolver con cuchara de madera y agregar azúcar si ven que es poco caramelo para el tamaño del molde. Cuando esté ya marrón claro agregar la manteca y revolver un poco más hasta obtener. una coloración más oscura. Dejar en tibiar un poco y volcar arriba del aro central del savarín. Con repasador seco ir rotando el molde para acaramelar todas las paredes. Reservar. Aparte entibiar la leche. Volcar sobre mezcla de huevos + Esencia + 200 gr azúcar. Mezclar Colar (para retirar los coágulos de clara o yema) y volcar sobre savarín acaramelado. Llevar a horno en baño María (fuente con agua casi hirviendo). Cocinar a temperatura media alre dedor de 50 min a 1 hora. (No debe tener consistencia de leche líquida al salir del horno). Dejar reposar 12 a 24 hs antes de desmoldar.
El flan es, posiblemente, uno de los postres más consumidos en nuestro país. Su gran versatilidad, que per mite cientos de combinaciones con diferentes ingredientes han hecho de esta receta una de las más populares en la repostería. Ya sea con frutas, choc olate, yogur, café, frutos secos o queso cremoso, el flan siempre es una buena opción para llevar a la mesa. Pero… ¿de donde proviene este tradicional postre? Los registros más antiguos que se conocen sobre la tyropatina (el dulce
que dio origen al flan) se remontan hasta la época de los romanos, justo cuando empezaron a domesticar pollos y gallinas e incorporaros los huevos a sus recetas. Más adelante, surgió una variante, en la que ya estaban presentes los ingredientes principales del flan actual, el huevo y la leche, y también miel. En la Edad Media, este postre se consumía en época de cuaresma y fue entonc es cuando comenzó a elaborarse con azúcar y caramelo, tal y como lo conocemos ahora. Pero no fue hasta el siglo VII cuando surgió el nombre de flan, que en francés significa torta plana. A partir de este momento, empezó a popularizarse en muchos países, incluído el nuestro, surgiendo nuevas versiones a partir de la base de huevos, leche y azúcar.