Volver a Jesús de Nazaret
de gracia. Pero el hombre por sus propias fuerzas no alcanza a ver a Dios, por el salto tan grande entre Dios y el hombre, ese salto sobrepasa la capacidad del hombre y sólo queda la alternativa de que sea Dios quien se acerque al hombre. En este sentido se habla de que la aceptación de Dios es una gracia.
Al respecto podríamos añadir lo siguiente: -- Hoy existen pocos que anuncien el evangelio, y la mayoría de los anuncios están viciados, falseados. Porque el evangelio lo han reducido a unas normas, o a una estructura de poder, mientras que el ofrecimiento de Jesús es una gracia de amor que nada tiene que ver con relaciones de poder o sumisión. -- La gente que se encuentra con estos anuncios falseados del evangelio, cuando no queda satisfecha con lo que escuchó, busca otro más novedoso aunque en el fondo no le representa nada nuevo en realidad. Esto es lo que hacen las sectas ahora. Presentan de otra manera un mismo anuncio falseado en su contenido. -- La aceptación del otro está bloqueada. En una sociedad que promueve el individualismo por todos los medios es muy difícil que las personas que acepten a Dios o a los otros. -- La capacidad de cuestionarse a sí mismo también está bloqueada. En razón de la superficialidad con que se asume la vida en nuestra cultura. Para resumir, podríamos decir que la persona que logra superar estos tres pasos, es una persona que acepta a Dios en su vida si encuentra quién se lo anuncie; si admite y si se deja cuestionar, con seguridad estará preparada para actuar conforme la voluntad de Dios. Lo anterior al amparo de la gracia de Dios, porque ya dejamos claro que sin ella el hombre no puede acceder a Dios. En este 190