En el principio fue el río

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SOCIEDAD PORTUARIA REGIONAL DE BARRANQUILLA S.A.

Brilló entonces el espíritu cívico y el interés de los barranquilleros de tener un puerto marítimo a instancias de los dirigentes locales. El Congreso, en el mes de octubre del año citado, concedió autorización para celebrar un contrato para la terminación de las obras de Bocas de Ceniza y el Terminal Marítimo. Entonces, los hermanos Robert y Karl Parrish, barranquilleros de adopción, ligados íntimamente al sorprendente desarrollo que había tenido Barranquilla, hicieron conocer del gobierno su disposición de conseguir inversionistas para financiar y adelantar la terminación de las obras. Con base en la autorización concedida por el Congreso, el gobierno del presidente Olaya Herrera, siendo Alfonso Araújo el ministro de Obras Públicas, celebró en 1933 un contrato con Robert H. Parrish, quien actuaba en representación de la Compañía del Puerto y Terminal de Barranquilla; (empresa constituida en esta ciudad para tal fin pero incorporada legalmente en el Estado de Delaware) de la Raymond Concrete Pile Company de New Jersey y de la Winston Brothers Company de Minnesota, por el cual estas firmas se hacían responsables de la canalización de Bocas de Ceniza y la construcción del puerto marítimo y fluvial de Barranquilla, por un valor total de US$ 2.5000.000. Las obras adelantadas en desarrollo del contrato suscrito con Parrish pronto dejaron sentir sus efectos y así fue posible que el 28 de mayo de 1935 atracara en Barranquilla el buque tanque petrolero Taralalite, propiedad de Imperial Oil de Toronto, filial de la Standard Oil. Co. El buque tanque Taralalite tenía un desplazamiento de 8.000 toneladas y calaba 24 pies, pero entró en lastre calando 16 y salió calando 22, cargando 30.000 barriles de gasolina con destino a Buenaventura. El acontecimiento, que despertó grande entusiasmo en la ciudad, fue registrado por el Washington Herald, periódico que afirmó que Barranquilla pronto sería un gran puerto que dejaría de lado a Puerto Colombia. Como consecuencia de los trabajos adelantados, el 29 de agosto de 1935 se produjo el primer gran deslizamiento de la barra que obstruía la desembocadura. Así quedó expedito el acceso al río, pues se arrastró no solo la barra misma sino 480 metros del tajamar occidental – de ellos, 270 metros ya enrocados – dejando entre los tajamares un canal de 600 metros de ancho y profundidad superior a 30 pies. El júbilo se apoderó de la ciudad y los trabajos se concentraron entonces en la conclusión de las instalaciones del Terminal Marítimo, indispensables para que funcionara el puerto, cuyo acceso parecía conseguido finalmente. Las obras contratadas para la terminación del Terminal quedaron concluidas pero el tramo del tajamar arrastrado por el desplazamiento no se había terminado. No obstante, el Presidente Alfonso López Pumarejo decidió inaugurar las obras el 22 de diciembre de 1936, dando al servicio el canal de acceso al puerto y las instalaciones del Terminal.

(Arriba) Tomeas Surí Salcedo, Dirigente cívico, meaximo impulsor de las obras de Bocas de Ceniza. creador de la Compañía Colombiana de las Bocas de Ceniza que contrató los estudios que permitieron la construcción de las obras de canalizacieon de la desembocadura del río Magdalena. (Página 32-33) Vista aérea actual del Tajamar occidental de Bocas de Ceniza. (Página 34-35) Vista aérea actual de la ciuada de Barraquilla.

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