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Lucrecia Pascual
from RCGP #56
CONTINUAMOS ESTA NUEVA SECCIÓN DE SOCIOS ARTISTAS DE NUESTRO CLUB CON OTRA APASIONADA DEL GOLF, DEDICADA PROFESIONALMENTE A LA PINTURA CON UNA TRAYECTORIA DE SATISFACCIONES ARTÍSTICAS.
SUS obras pueden verse en el Museu d'Art Modern de Tarragona, en el Museo Palau Solterra de la Fundación Vila Casas, en el Casino de Cadaqués o en la sede de Nissan, en Sant Just Desvern, donde hay un inmenso mural de 30 metros cuadrados pintado por Lucrecia Pascual.
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A lo largo de su carrera, nuestra socia ha expuesto en multitud de espacios, galerías, centros de arte, ferias y hoteles de ciudades como Barcelona, Madrid, Génova, Gante, Girona o Ibiza, entre otras. La última exposición, en la galería Espacio Micus de Ibiza, titulada 'The Good Man', fue una instalación artística creada y producida juntamente con Clàudia Vives-Fierro y Eduardo Pérez-Cabrero, en la que se fundían la pintura, el objeto sonoro y la escultura. El pasado año realizó una gran proyecto para el Four Seasons madrileño, donde pueden verse cuadros de Lucrecia Pascual en las paredes de muchas de las estancias del hotel.
Dentro de la corriente vanguardista, su obra se sitúa entre la pintura matérica de Antoni Tàpies, las formas geomé- tricas de Sean Scully o las seriaciones de Hernández Pijuan. Pintora, grabadora y escultora que utiliza acrílicos, arena, polvo de mármol o granito, y lápices. En su obra predomina un mundo sutil y plomizo. Experimenta con cuadros y cubos, collages, frottages y sinterizaciones que ennoblecen formas no figurativas, de sobriedad contrastada y mesura, de serenidad y originalidad personal.


La formación artística de Lucrecia Pascual se inició a finales de los años 60, en la facultad de Bellas Artes de Barcelona. Sin embargo, tras dos años en la universidad, su padre le presionó para que la abandonara y apartarla de un ambiente que consideraba altamente inconveniente. “Realmente, el ambiente que se respiraba en esos años en la facultado era tremendo” nos confiesa Lucrecia.
Así que decidió marcharse un año a Estados Unidos, donde dedicó todo el tiempo a ver arte contemporáneo, visitar museos y a hacer escapadas a Nueva York. Con una vocación de pintora mucho más firme, regresó a Barcelona y se licenció en Psicología e Historia del Arte, en la UAB.
AUNQUE LUCRECIA PASCUAL ESTUDIÓ PSICOLOGÍA E HISTORIA DEL ARTE, SU VOCACIÓN FUE SIEMPRE LA DE SER PINTORA.
Las obras de Lucrecia Pascual son muy decorativas por lo que cuenta, entre sus clientes habituales, con estudios de interiorismo y decoradoras. Una de ellas, le presentó a Ronaldo, jugador en aquel momento del F.C. Barcelona, quien quiso comprar dos de sus cuadros.
"Estudié también psicología porque lo que más me interesa es el ser humano. Al contrario de la pintura figurativa, el arte abstracto es expresión pura; es un lenguaje interno plenamente vinculado a la psicología".

Pasados unos años en los que se casó, tuvo tres hijas y se separó decidió regresar a Estados Unidos. Ahí, expuso en Wilmington, 'la ciudad de los ricos', en Delaware, se habría quedado a vivir para siempre si no fuera porque las circunstancias familiares, le forzaron a regresar a Barcelona.
Ahí, se implicó en el Espai Blanc –"una de las galerías interesantes de Barcelona de arte contemporáneo de aquel tiempo ya desaparecida"–. Comenzó a trabajar con instituciones, como el Museo de Arte Contemporáneo de Tarragona. "Fueron años en los que separada y con tres hijas tuvo que luchar mucho, y me he tenido que espabilar yo sola porque nunca he querido tener manager porque sus intereses no coincidían con los míos". Ahora continúa siendo ella su propia marchante, y afirma que no puede quejarse, que aunque le podrá ir mejor, la venta no la va nada mal. Gracias a las cualidades decorativas que tienen sus pinturas, entre sus clientes fieles tiene –además de coleccionistas particulares–estudios de interiorismo y decoradoras.