Separata

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“Un hombre no es otra cosa que lo que hace de sí mismo”

“No hay por qué quitarse la vida” si no vivirla con “rebeldía”

Jean Paul Sartre

Albert Camus

“Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo” José Ortega y Gasset

Colegio Colombo Británico • Separata Filosófica • Junio 2012

“La esencia del hombre unida a su existencia” Martin Heidegger

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Ensayos sobre “El Extranjero” de Albert Camus

Realidad absurda Felipe Sierra Burbano Once A Durante la narración de un periodo de la vida de Meursault, el protagonista de “El extranjero”, se aprecia con claridad y pureza el existencialismo ateo planteado por Camus, mostrando así cierta indiferencia con los valores impuestos por la sociedad y el automatismo total en su vida.

“María vino a buscarme por la tarde y me preguntó si quería casarme con ella. Dije que me era indiferente y que podíamos hacerlo si quería. Entonces quiso saber si la amaba. Contesté como ya lo había hecho otra vez: que no significaba nada, pero que sin duda no la amaba.”

Todas sus acciones se pueden ver desde un punto nihilista, pero no hay que dejar de lado sus altos niveles de conciencia ante la vida. Asimismo se podría considerar como un ser más avanzado que sus “vecinos” en la sociedad, sabiendo la idea tan segura que éste tenía sobre el sistema: “La máquina hace su trabajo constantemente y no se detendrá jamás, ni por nada ni por nadie.” Desde ahí se podría partir para entender su desinterés por la absurda realidad en la que incómodamente vivió.

Meursault es un extranjero de su ciudad natal y de sí mismo, alienado y excluido por la sociedad angustiada y carente de sentido en la que vivió; convirtiéndose así en juez de la misma para remover sus fantasmas. La sensación de estar privado de la participación en las decisiones colectivas lo convierte en forastero dentro de su propio entorno.

Se puede llegar a considerar como inhumano su proceder, pero detrás de todo esto se logran apreciar las amplias heridas aún abiertas de una Europa abatida por las guerras mundiales que carecieron de cualquier valor, creando así un antihéroe como el desarrollado por el autor.

Todo lo anterior justifica su ateismo, el cual ratificó hasta sus últimos segundos. Para él la vida no tenía ningún sentido fuera de uno mismo. La confianza en las fuerzas externas a él mismo le producía una sensación de caída hacia el abismo de lo incierto. La búsqueda de la felicidad no se hallaba en esa religión ni en la confianza en una sociedad cuyos mecanismos y leyes son desconocidos al individuo, la felicidad se encontraba en uno mismo, en la seguridad de la propia existencia, en la conciencia de ser y cuyo fin es el mismo conocimiento del ser.

Aún con la evidente angustia existencial que es “…ninguna de sus certidumbres valía más esencial durante la novela, se debe hacer hinque un cabello de mujer […] yo parecía tecapié en lo auténtico que fue este individuo en ner las manos vacías. Pero yo estaba seguro todo momento. El protagonista definitivamende mí, seguro de todo, más seguro que él, te vivía la libertad de ser capaz de tomar los seguro de mi vida y de esa muerte que iba a hechos de la vida como natrales, como parte llegar. Si era lo único que tenía…” del desarrollo lógico de las cosas, así como el Finalmente, al extranjero, a falta de su arreno llorar la muerte de su madre lo fue. pentimiento y la debida expresión de senSu perfil es el de un sujeto que no se sortimiento por lo sagrado, la sociedad lo lleprende por nada, para el cual carecen de va a la muerte, siendo esta muerte la única sentido los valores sociales, dejándolos opción posible para consumar la búsqueda de la propia existencia y de su felicidad que de lado en su vida, quizás siendo no él el siempre estuvo adentro del ser. erróneo sino los mismos valores.

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La simple indiferencia Verónica Yepes Moreno Once A En su novela, Albert Camus nos presenta a un personaje muy interesante por su forma de vida. Para Meursault, el protagonista de “El Extranjero”, la vida pasa, simple, sin esperanzas y sin anhelos de nada; lo que normalmente nos debería llevar a pensar que este personaje vive sumido en una angustia existencial o quizás en una depresión, pero no es así, porque para él no existe tal cosa. A través de las páginas de este libro, podemos claramente entender que él vive feliz, sin embargo no en una felicidad intensa, extrema, sino mas bien en un aura de complacencia, que nunca se ve gravemente perturbada. Él no espera por nada, simplemente está ahí, viviendo, yendo y viniendo, mas no preocupándose lo suficiente por nada como para intervenir. En mi opinión Meursault tiene cierto desapego de las cosas. Trae un concepto muy arraigado, que toma de su madre y es el de que nada es para siempre y de que uno termina por acostumbrarse eventualmente a todo. Esto nos puede llevar a comprenderlo un poco, ya que de cierta manera tiene sentido el no preocuparse por cosas que no podemos cambiar o a las cuales llegaremos a acostumbrarnos. ¿Por qué preocuparme por morir hoy o mañana, si de todas formas lo hare algún día? Para él, esto no tiene sentido, y es por eso que es casi completamente indiferente a lo que pasa a su alrededor, llegando incluso a ser un extranjero, que pasa viendo su propia vida desde afuera sin intervenir realmente en ella o en los sucesos que la afectan, como lo son la decisión de casarse, el entierro de su madre, o su propio juicio de muerte. Sin embargo, me parece que en el libro él si exterioriza dos momentos de pura emoción: cuando da el primer disparo al árabe, y cuando se rebela contra el cura. En el primer momento, creo que aprieta el gatillo como una reacción de su subconsciente que se desahoga de alguna manera contra algo, quizás contra la misma monotonía y cotidianidad de su vida, las cual intenta romper; y en el segundo caso, lo que él hace al revelarse contra el padre, muestra que no es completamente nihilista, él si cree, cree en sus propias convicciones sobre lo que es la vida y sobre lo que es él en su interior. Albert Camus narra esta historia con una sencillez extraordinaria, es por eso que el nombre de este ensayo es asimismo sencillo: “La simple indiferencia”. Meursault era indiferente. No era que las cosas no le afectaran o que no le importara morir o que su madre lo hiciera; él era simplemente indiferente. Tomaba lo que venía como lo hacía y no se consumía en lamentos por lo que perdía.

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Jean Paul Sartre

Albert Camus

1905-1980. Filósofo, dramaturgo, novelista y periodista político francés, uno de los principales representantes del existencialismo.

1913-1960. Escritor francés. En su pensamiento existencialista, quiso presentar lo absurdo del mundo y la existencia humana.

José Ortega y Gasset

Martin Heidegger

1883-1955. Filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica, situado en el movimiento del Novecentismo.

1889-1976. Filósofo alemán, fundador de la fenomenología. Influyó en toda la filosofía del existencialismo del siglo XX.

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